MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

En estos tiempos del planeta, deben estar muy vigilantes con ustedes mismos, con todo lo que piensan y sienten y hacia donde ustedes permiten que los lleve la imaginación; porque los pequeños permisos que se dan a ustedes mismos y las pequeñas brechas que permiten que se abran en sus fortalezas espirituales se tornarán el motivo de la ruptura de una construcción realizada con mucho esfuerzo y arduo trabajo interior.

Les costará mucho construir una fortaleza interior, alcanzar la consolidación de una virtud o conseguir transformar un aspecto arraigado del ser, porque las fuerzas planetarias ya alcanzaron cierto reinado dentro de las células humanas, dentro del código genético de la mayoría de los seres. Entonces, todas sus tendencias los llevarán a sucumbir a la vida común y a las energías capitales. Por eso, un pensamiento ligero o una imaginación, en apariencia inocente, podrán llevarlos a perderse en los laberintos sin fin de las energías mundanas de estos tiempos.

Por esa razón, Mis amados, es que deben estar muy vigilantes con ustedes mismos. Den prioridad a la vida de oración, que poco a poco los fortalecerá y permitirá que ingresen nuevos códigos en sus células; códigos que los volverán más fuertes frente a determinadas influencias del caos y del mal.

Mientras no se conozcan a ustedes mismos y no desarrollen sus potencialidades espirituales, la oración será el mayor instrumento para la madurez y expansión del espíritu. Por eso, oren y no permitan que la mente divague ni que viva, en los planos mentales y astrales de la consciencia, aquellas cosas que ustedes se propusieron no vivir más.

Oren, oren mucho, porque necesitarán estar cada vez amás firmes en los tiempos que llegarán. 

Yo los amo y los conduzco por medio de pequeñas llaves, aunque muy valiosas, cuando se usan con el corazón.

San José Castísimo