Queridos hijos:

En este día de Gracia especial, vengo a sintetizar en sus corazones todos los códigos de Luz y de Paz que les entregué en los últimos días.

Hoy se alegra Mi Corazón por encontrar sus corazones preparados y disponibles para escuchar Mi Mensaje, y espero que, a partir de este día y durante todo este nuevo ciclo, sus corazones puedan vivir cada una de Mis Palabras.

Hijos Míos, hoy el Señor Me concedió una Gracia, que fue enviar, a partir de Su Santísimo Corazón, Su Espíritu, el Espíritu Santo, el Espíritu Trino, para fortalecer sus corazones y revelarles en este tiempo el propósito de sus vidas.

Por eso, Mis queridos, para que este propósito se manifieste, sus corazones deben estar orantes y vigilantes, atentos a toda Gracia enviada de los Cielos y atentos para no caer en las trampas del enemigo. Hijos Míos, estando dentro de Mi Corazón, Yo los protegeré siempre, guiaré sus pasos y los conduciré eternamente, no solo mientras estén en la Tierra, sino también más allá de ella, rumbo al Paraíso.

Este pequeño Mensaje, que les traigo en este día, es para compartir con sus pequeños corazones la alegría que siento, pues en estos últimos días ví que muchas almas fueron redimidas y que muchos hijos, que estaban perdidos, retornaron a Mi Corazón; y el Corazón de Cristo, Mi Hijo Redentor, fue aliviado por el amor enviado por sus corazones en estos días.

Guarden, hijos Míos, este momento en sus corazones, recuerden siempre el verdadero poder de la oración, que pudieron sentir y vivir en estos días de vigilia. Recuerden, queridos, cómo sus corazones le cantaron al Señor y sepan que este canto llegó a los Cielos, impregnó cada espacio y fue contemplado por los santos y por los ángeles que acompañan al Creador.

Quiero, de sus corazones, templos eternos que llevarán Mi Mensaje por el mundo, porque después de haber respondido a Mi llamado en este nuevo ciclo, conocieron Mi Misericordia e iniciaron el camino de la redención, y por eso pueden ser testigos del Poder de Dios y de las Gracias que el Señor envía día a día a través de sus oraciones.

Mis pequeños hijos, sean la prolongación viva de Mi Corazón y lleven la conversión y la paz a las almas que las necesitan.

Les agradezco a todos sus corazones por haber respondido a Mi llamado y por confiar en Mis Palabras de Amor. Y les digo que, a través de la respuesta de todos Mis hijos del mundo, el Señor Me concedió una Gracia especial, que es llevar Mi Corazón a un lugar más en el mundo y expandir aún más la conversión y la salvación de los corazones. Es por eso, hijos Míos, que deseo anunciar Mi ida al corazón simple de Brasil, en la ciudad de Recife, el 25 de marzo de 2013.

Les agradezco a todos Mis hijos del Norte y del Nordeste de Brasil y espero que Me aguarden con amor.

Les agradezco a todos Mis hijos del mundo y amo profundamente a cada uno.

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad