Queridísimos hijos Míos:
Que, en este próximo encuentro mariano de las 1 000 Ave Marías, sus voces incansables vuelvan a elevarse en súplica al Creador, para que se establezca la tan esperada paz mundial.
Para eso, queridos hijos, que en este próximo encuentro de las 1 000 Ave Marías, sus ángeles de la guarda y los ángeles guardianes de todos los orantes puedan interceder entre ustedes y Dios, elevando en oferta a los Cielos las más sinceras y honestas oraciones.
Quisiera que en cada nueva cuenta del Ave María que ofrecerán, pueda encenderse en ustedes el fuego divino de la oración; para que, como en Pentecostés, como en el Santo Cenáculo, descienda sobre ustedes el Santo Espíritu de Dios, que obrará a través de bendiciones y gracias sobre todos los que se autoconvoquen para este próximo encuentro orante.
Recuerden, Mis hijos, que su Santísima y Divina Madre se sirve, en cada fin de mes, del oratorio planetario de las 1 000 Ave Marías para interceder por las dolorosísimas y gravísimas situaciones que hoy enfrenta y atraviesa toda la humanidad.
Que sus oraciones verdaderas puedan abrazar a los más desprotegidos.
Que sus oraciones honestas puedan dar luz y entendimiento a todos los que toman las decisiones.
Que sus oraciones puedan detener el horror de las guerras y el derramamiento de sangre de los inocentes.
Que sus oraciones sostengan el equilibrio del eje de la Tierra.
Por eso, Mis hijos, les pido que, en este próximo encuentro mariano, sus voces se unan a las voces de todos los ángeles, y en especial a la voz de sus ángeles de la guarda, para que se cierren de una vez y para siempre las puertas del mal, y para que los más vulnerables y desfavorecidos sean protegidos, como así también la vida de todos los Reinos de la Naturaleza sea protegida.
Una vez más, Yo estaré atenta a la voz de las súplicas.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Mis queridos hijos:
Hoy, como Madre de la Misericordia y ante el océano infinito de la Misericordia de Mi Hijo, recojo de los corazones las ofertas y las oraciones que son dirigidas a Cristo, a fin de que, en este tiempo, Él transforme la miseria humana en Misericordia y en Compasión.
Por eso, hijos Míos, una vez más, la vida y el espíritu de cada uno de ustedes está delante del umbral de la Divina Misericordia, esperando que la Ley de la Expiación actúe en la humanidad ante tantos acontecimientos que se viven en el mundo.
Que sus almas sean depositarias del Amor de Mi Hijo y de Su Misericordia Insondable.
Que sus actos, gestos y acciones sean misericordiosos para que esta civilización, de los tiempos de hoy, recupere su contacto con la esencia del Amor-Sabiduría, para que la maldad, el odio, la venganza y la impunidad se disuelvan en el corazón humano, y para que cada hijo Mío recuerde que puede regresar a Dios y conocerlo dentro de sí mismo, en lo más profundo del silencio y de la oración suplicante.
Queridos hijos, aún la Divina Misericordia necesita ser conocida en el mundo, necesita ser practicada y vivida por todos; porque mientras no hayan almas misericordiosas, no habrá paz en el mundo, la guerra no se detendrá.
La Misericordia es la puerta de salvación que Mi Hijo abrió en Su Costado, en donde los afluentes del Agua y de la Sangre son misterios de expiación y de perdón para los que se rinden al Amor de Jesús.
Hijos, que la Misericordia sea el anuncio de la esperanza y de la paz para el mundo herido.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Mis muy queridos hijos:
Con regocijo en Mi Corazón, desde ahora les agradezco las preciosas y humildes oraciones que, desde el día de ayer, están siendo ofrecidas a la Señora de Lourdes.
Ahora, más que nunca, su Madre Celeste está al lado de cada corazón orante que fervorosamente le ruega a Dios por el fin de esta pandemia y por la cura y el alivio de la humanidad.
Hoy, quisiera que cada uno de ustedes se sintiera cerca de la Gruta de Lourdes para ser curado por el agua espiritual que brota incesantemente desde hace años. Quisiera que sus corazones sean purificados por Mi Gracia y curados por Mi Amor de Madre, a fin de que este mundo se transforme, día a día, en la viva Aspiración del Creador.
Con reverencia y devoción, Mi Corazón recibe, en su seno, las oraciones de todos los orantes, especialmente de los que, en estos días, a los pies de la Inmaculada Concepción, rezan con fe y fervor para que desciendan las Gracias necesarias en este doloroso tiempo.
Con esperanza, simbólicamente, Yo los invito a ser lavados y bañados por el agua espiritual de Lourdes, teniendo fe que todas las enfermedades espirituales y corporales serán atendidas por la Madre de Dios, para que Mis hijos vivan la saludable experiencia del Amor de Cristo, de un Amor que se ofreció y se seguirá ofreciendo para sanar las más profundas heridas y miserias de la condición humana.
Si ustedes todos los días se entregan a Mí, les aseguro que se estarán entregando a Mi Hijo, porque eso es lo que Él espera de Sus apóstoles: compañeros despojados de sí mismos para que estén en alianza con el Redentor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Con alegría hoy les digo que, a través de todas las oraciones ofrecidas durante este mes de diciembre, importantes intercesiones divinas estarán sucediendo en los planos internos, en diferentes sectores de la humanidad, a fin de generar y de traer alivio a las almas desesperadas de estos tiempos; pero también para atraer el despertar espiritual a la humanidad, porque las almas, despertando al Llamado de Mi Hijo, conseguirán aplacar la Justicia que merece el mundo.
La adhesión y la respuesta de los corazones humildes permite, hijos Míos, que el soberano y poderoso Padre Celestial tenga más Misericordia y Piedad del mundo entero.
Mientras Mis hijos continúen en oración sincera que sea ofrecida a la Madre de Dios, tendré el permiso de regresar al mundo para bendecirlo y para que las almas estén en Mi Paz; porque muchos necesitarán de la Paz divina para comprender y para aceptar estos tiempos tan cruciales y definitivos.
Con Mi Rosario de Luz y la Cruz de Mi amado Hijo los bendigo y, una vez más, les agradezco por responder a Mi llamado.
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Me agradan los sacrificios de sus oraciones, porque allí encuentro una base sólida en donde poder llevar adelante Mi Obra en el mundo. Y aún más Me agrada porque sé que pueden y deben vivir Mi Mensaje para que sus consciencias se cristifiquen.
Ha llegado la hora de poblar el planeta con Nuevos Cristos que puedan llevar adelante los designios de su Maestro y Señor.
Esa es la razón por la que su Maestro absorve el sufrimiento humano por medio de Su Corazón, para que todas las almas reciban la chance de despertar y de recibir la cura interior que necesitan.
Cada vez que recuerdan Mi Pasión y la vuelven a vivir, como hoy, conscientemente, Yo puedo, por esa actitud, conceder más Gracias a las almas y más vida a los corazones.
Sigan ofreciéndose como nuevos instrumentos en las Manos del Redentor para que todo sea redimido.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
“Señor, perdona a toda la humanidad por su ignorante destrucción interior y moral.
Perdónalos porque no conocen Tu Amor ni tampoco el Mío que solo viene y nace de Ti.
Perdónalos, Señor, por tantas negaciones y ultrajes, por quitarle la vida a los inocentes y por no dejar nacer a los que deberían nacer en esta divina vida.
¡Oh, Señor Mío! Padre Supremo y Glorioso deja que Tu amado Hijo, Aquel que cargó la Cruz hasta los pies del Monte Calvario y se arrastró como el más despreciado entre todos, pueda hoy ofrecerte la reparación total de todas las faltas que la humanidad sigue cometiendo.
Señor Dios Todopoderoso escucha las oraciones de los consecuentes y buenos, sumérgete, Dios Mío, en las almas que solo desean buscarte a través del sacrificio y de la renuncia.
Ya no mires, ¡oh Dios, Adonai!, la fragilidad de Tus criaturas, sino permite, amado Padre, que todas las buenas esencias, que te agradan y te complacen, restauren la decadencia de esta sumergida y perdida humanidad.
Abba, Fuente de toda creación y origen, recuerda, Padre amado, a todas Tus criaturas desde el origen, y deja que Tu Amor las impregne por completo hasta que sientan la plenitud divina de solo vivir en Ti y por Ti.
Emmanuel, Presencia Celestial de Poder y de Verdad, sigue sin cansancio derramando Tus Gracias sobre los inocentes, para que el espíritu demolido de los puros resucite en la esencia de Tu purísimo Amor.
Yo Te prometo que por Tu Misericordia todo será posible, y que el último de los autoconvocados alcanzará Tu eternidad y a pesar de que el mundo haga padecer a Tu infinito Corazón, hoy te vuelvo a ofrecer, Señor, la Cruz que cargué, las Llagas que en Mi Cuerpo llevé marcadas y, sobre todo, Padre, las preciosas consagraciones de los que no te dan la espalda.
Hoy te ofrezco a todos Mis rebaños, para que el mundo entero no viva la Justicia, sino la constante reparación que ofrezco a Adonai, la gratitud de los humildes y la simplicidad de los puros; pues llegó la hora, Padre, de que le muestres al mundo el universo de Tu Amor".
Por eso, hoy vengo hasta aquí para derramar las últimas gotas de Mi Agua y de Mi Sangre sobre los que escuchan Mis Palabras y las viven en realidad.
Lleven en vuestros corazones Mi bendición al Padre Celestial y comprendan que no existe otro camino que el Mío, el que les dará la vida espiritual y la paz.
¡Ay de aquellos que se alejan de Mí! ¿Cómo podrán ser dignos de Mi Misericordia? ¿Y cuándo dejarán de ser espinas de Mi Corona?
Yo les ofrezco Mi única Verdad. Yo les entrego Mis verdaderas Palabras para que las encarnen en vuestras esencias.
Que esta nueva Maratón sea dedicada a la absoluta y urgente reparación de los corazones que padecieron el martirio y que hoy, en Mi Reino, son glorificados por haber sido fieles hasta la muerte.
Reciban Mis últimas Gracias antes del tiempo final. Las agujas del reloj marcan el tiempo de la entrega y del vacío de sí. De esa manera, el mundo podrá recuperar la inocencia que perdió.
Sean misericordiosos todo el tiempo, así harán feliz a Mi Corazón.
Solo les pido que no se olviden de Mí.
Bajo la Gloria del Padre, sean bienaventurados.
¡Gracias por buscar la Misericordia de Mi Corazón!
Cristo Jesús Glorificado
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más