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Mis queridos y amados hijos:
Hoy, regreso al Reino de Lys-Fátima con alegría y dolor, así como regreso espiritualmente a cada uno de sus corazones.
Mi alegría es por este tiempo de reencuentro con ustedes, Mi dolor es por las guerras y principalmente por las almas inocentes y prisioneras que siguen cayendo en los abismos oscuros del planeta.
Aquí en Fátima, Yo entregué el Tercer Secreto y desde entonces infelizmente se cumplió, porque Rusia sigue esparciendo su veneno por el mundo, así como otras naciones de Europa también lo hacen sin tener piedad ni compasión por los que sufren.
Ante este escenario inhóspito de Europa, Medio Oriente y África; Yo vengo a pedirles, en este día 13 especial para Mí, que se postulen corazones reparadores que, a través de sus oraciones, gestos y actos misericordiosos, alivien el Corazón del Padre Celestial que está herido y ofendido por las situaciones que hoy suceden en el planeta.
Un corazón reparador es capaz de tener presente todos los días que ante el Santísimo Sacramento existe la puerta abierta y segura para la salvación y la redención de las almas.
De esta forma, en este sagrado día 13, a un mes de que se vuelva a cumplir el aniversario de Mis Apariciones en Fátima; Yo vengo a renovar Mi pedido, hecho una vez a los santos pastores, de que ofrecieran sacrificios y oraciones para que algo peor no sucediera y las almas se convirtieran al Corazón de Dios a través del arrepentimiento.
Pero, en este tiempo, las almas no se acuerdan de arrepentirse y de pedir perdón; por eso, como una vez dije en Garabandal, la copa que estaba casi llena, ahora está rebasando.
Por eso, hijos Míos, los corazones reparadores podrán traerle al mundo una última oportunidad. Espero sus ofertas honestas, para así también liberar a Mi materno y herido Corazón.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Elévate, hijo Mío, más allá de las apariencias, de los sentimientos, de los pensamientos y de las sensaciones.
Elévate hacia donde tu consciencia pueda expresar la verdad y la paz, la unidad con el Creador y con la vida.
Elévate, en silencio y en oración, hacia los mundos sutiles, que no están necesariamente sobre ti o debajo de ti, sino que puedes ser tú mismo la puerta para ingresar en los Recintos Sagrados.
Elevarse no es subir a los Cielos, sino cambiar de vibración, de dimensión, de pensamiento y de sentimiento, colocando la propia consciencia en la Verdad y en el Tiempo de Dios, y no en la ilusión del tiempo de los hombres.
Elevarse es poder sentirse uno con el propio Creador, saber de Su Presencia en sí mismo y en todas las cosas y, a través de Él, poder contemplar la maravilla de la vida evolutiva que habita en el planeta y más allá de él.
Elevarse es simplemente estar en lo que es real, hijo. Y, para hacer lo que te digo, basta que lo intentes hacer una y otra vez, y que sientas la imperiosa necesidad de estar con la consciencia colocada en el lugar correcto.
A veces, para saltar hacia lo que es real, los seres humanos necesitan estar antes en los abismos más profundos de la desesperación de la ilusión, para que sientan entonces la urgente necesidad de estar en el lugar correcto, del Amor de Dios y de Su Gracia, de lo que es, en fin, real.
Pero no siempre, hijo, eso debe suceder. Ya puedes, por ti mismo, percibir cuán necesario es estar con la consciencia en el Amor, en la Sabiduría y en la Verdad Divina.
Por eso, no busques el sufrimiento. Busca el esfuerzo, busca la rendición, busca el clamor, busca el silencio, busca el servicio, busca la humildad, busca la oración y todas esas cosas te conducirán a la Verdad de Dios. Elevarán, en fin, tu consciencia.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Soy la Madre de los no redimidos y vengo en busca de las estrellas caídas, que por diferentes razones se sumergieron en los abismos y perdieron su camino de despertar.
Soy la Madre de los no redimidos y vengo al mundo en busca de las estrellas caídas, que dejaron de brillar y de cumplir con su misión espiritual.
Soy la Madre de los no redimidos y vengo al mundo en busca de las estrellas caídas, que dejaron atrás su legado de otrora y que se han sumergido en la perdición.
Soy la Madre de los no redimidos y vengo al mundo en busca de las estrellas caídas, que se olvidaron del amor, de reconocerlo, por vivir el odio y el dolor.
Soy la Madre de los no redimidos y vengo al mundo en busca de las estrellas caídas, de las esencias que perdieron su pureza original, para que la puedan recuperar y tornarse dignos Hijos de Dios.
Soy la Madre de los no redimidos y vengo al mundo en busca de las estrellas caídas, de las almas que ya no buscan a Dios y lo han dejado de lado, por escoger los caminos de Mi adversario.
Maternalmente vengo en busca de los no redimidos, para poder quitarles de una vez y para siempre la venda de los ojos, para que de esa forma conozcan la realidad y se rediman.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
El Señor le trajo al mundo la oportunidad de unirse a Dios, en reconciliación y en amor, a través de la Eucaristía.
Fue así que, Mi Hijo derramó su Divina Sangre para aplacar el poder de la Justicia Divina que llegaría al mundo en aquel tiempo.
El Señor se entregó, como Persona y como Consciencia, para que cada alma tuviera la Gracia de reencontrar el camino hacia la Luz.
Por eso, con cada entrega que hizo Jesús en aquel tiempo, Él conquistó la posibilidad de llegar a muchas más almas que estarían siendo retiradas de los abismos.
Por eso, el Padre Eterno pidió la concreción de la entrega total de Su Hijo, para que en la humanidad se cumpliera el Proyecto de Salvación, con el fin de que la consciencia humana pudiera continuar avanzando a través del tiempo.
Por eso, el misterio de la Eucaristía es tan poderoso y al mismo tiempo divino porque está todo pleno del más grande Amor de Jesús expresado a las almas más pecadoras, y esto fue posible a través de Su Dolorosa Pasión.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más