Mensaje extraordinario
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 89.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Si tú desatas los nudos que tienes en la Tierra, en el Cielo también los nudos serán desatados. 

Así, se cumple una Ley, la Ley de la Impermanencia, de aquello que no es fijo ni tampoco estático.

Desatar los nudos de la consciencia significa una liberación en este tiempo, una oportunidad que le estás dando al universo para que se pueda regenerar y recrear.

Cuando tú desatas los nudos en la Tierra, el universo se encarga de desatar los nudos en el Cielo y todo alcanza una liberación que es desconocida, que no se puede medir con el pensamiento ni tampoco con el intelecto.

Es una liberación que surge del corazón que confía en el universo y en las posibilidades que le brindan las Leyes universales y los Rayos materiales.

Cuando se desatan los nudos en el Cielo se abren las puertas hacia otras perspectivas, se abren las puertas hacia otros aprendizajes y escuelas que antes nunca habías alcanzado a poder vivir por diferentes razones y motivos.

En este tiempo es muy necesario desatar los nudos de la consciencia, no solo los que están en la Tierra, sino también los que están en el Cielo, porque permitirás que la consciencia angélica pueda intervenir e interceder por ti. No existe una forma de generar ese movimiento, tampoco existe una actitud o un pensamiento.

Desatar los nudos en la Tierra y en el Cielo es una posibilidad que tú le brindas a tu alma y, en consecuencia, a tu espíritu y a lo que está más allá de él. Así, una historia interminable se comienza a cerrar.

Las puertas del pasado, de los errores, se cierran y la consciencia que desata los nudos aquí, en la Tierra, recibe una Gracia, recibe una oportunidad que no puede ser medida por el movimiento ni por el pensamiento, solo puede ser sentida con el corazón, con la oportunidad de amar y de reconocer a la Misericordia Divina.

Si cada ser humano de este planeta aprendiera a desatar los nudos que posee aquí, en la Tierra, imaginen por un momento cuántas cosas sucederían, cuántas oportunidades se brindarían, qué beneficio recibiría la consciencia del planeta que vive en un constante sufrimiento.

A medida que el fin de los tiempos se aproxima, mayores serán los acontecimientos en el ser humano. No solo podrá reconocer las moradas que Dios le ha dado, para que algún día las convierta en templos sagrados de elevación y de entrega, sino también ese mismo ser humano reconocerá y sabrá todo lo que ha hecho en otros tiempos.

¿Acaso no tiene sentido saber la Verdad? 

Eso no significa retroceder ni tampoco quedarse en el pasado. Significa enmendar conscientemente lo que nunca fue enmendado, lo que nunca fue perdonado ni reconciliado en el interior, ni con la existencia ni con el universo.

Hay muchas consciencias que necesitan desatar esos nudos en estos tiempos para poder dar sus pasos, los pasos seguros hacia Mi Corazón y hacia Mi Consciencia, los pasos que Yo espero que den día a día con determinación, libres de la mediocridad, de la negligencia, de lo que es poco, de lo que es pobre; porque Dios, desde sus orígenes, les ha dado todo y aún no lo saben.

Necesitan enmendar lo que ha sucedido para que alcancen la realidad y aprendan, al igual que sus hermanos, a salir de la ilusión del mundo, aprendan a sumergirse en Nuestra Vida Superior.

Si no estuvieran aquí, al lado Mío, no podrían vivir lo que hoy viven o lo que hoy aprenden. Las escuelas que Yo ofrezco son únicas, son irrepetibles, son intransferibles, porque sé lo que cada alma y cada espíritu necesitan para poder evolucionar.

Todo lo que Yo les doy y todo lo que les ha dado Mi Padre, a través de los tiempos y sobre todo desde sus orígenes, desde la Fuente, no puede ser ofrecido con poco. Su donación debe ser amplia, infinita e inconmensurable, así como Yo lo hice por ustedes hasta el último minuto, en el último segundo de Mi expiración.

Y aun en ese momento no me detuve, les demostré por medio de la Resurrección cómo alcanzar el resurgimiento del espíritu, desde las cenizas del pasado, para ser impulsado por el fuego de la Fuente Divina y así poder curar todo, así poder redimir todo, así poder ingresar al Reino de Mi Paz.

Sus estructuras deben ser removidas de lugar. Mis tesoros no pueden ser depositados en universos internos que son vacíos y pobres.

La verdadera pobreza de espíritu se alcanza con la donación del corazón, la donación de la vida, la abnegación. Eso es lo que Yo necesito de ustedes, es lo que necesito de cada corazón humano.

Cada uno sabe lo que debe darme, lo que debe presentarme, lo que debe ofrendarme. No son tiempos de medir lo que uno debe dar o hasta dónde uno puede llegar. Si ustedes dicen vivir en Mi Corazón, ¿acaso no podrían hacer todo?

La alianza Conmigo no debe ser construida bajo principios tibios. La alianza Conmigo debe estar fortalecida en la cristificación y en agradecer permanentemente la oportunidad que se presenta en sus vidas, día a día, la oportunidad que les entrega el universo en cada nuevo paso. 

Porque cada uno debe ser una pieza importante de este gran puzle del Plan, las piezas pueden ser sustituidas, las piezas pueden cambiar de lugar según la necesidad y la Voluntad de Mi Padre; pero Mis piezas preciosas no se pueden perder como si nada hubiera pasado.

Tienen ejemplos muy cercanos de piezas que he perdido, porque están en las manos de Mi enemigo. ¿Acaso alguna vez sintieron lo que eso significa para Mí?, y ¿con qué Ojos debo mirar al Padre para que interceda por ellos?

Nadie tiene la capacidad de comprender lo que significa su estadía en este planeta, en esta escuela que Yo he instituido por medio de la Cruz para que vivan la redención.

El propio Dios encarnó entre ustedes y les entregó Su Palabra, les dio Su Testimonio y Su Buena Nueva, les ofreció los milagros, las conversiones y las liberaciones de las almas. Se hizo Cuerpo a través del pan y dio Su Sangre a través del vino.

Él se renueva de forma constante en el oficio sacerdotal, en la oportunidad que tienen Mis apóstoles de revivir Mi Pasión y de amarla, de cada día amarla más, con profundidad y sin superficialidad.

Deben sentir la Pasión de su Maestro y Señor, ofrecida en cada nueva Eucaristía, en cada nueva Comunión, porque si el mundo no se aferra a esto ¿cómo sobrevivirá?, ¿cómo permanecerá en la Paz del Señor ante tantos conflictos y enfermedades?

Ahora, ustedes no solo deben servirse de Mi Cuerpo y de Mi Sangre, ustedes deben ser parte de Mi Cuerpo Místico. ¿Qué esperan?

Así, entre pocos compañeros en el mundo, Yo fortaleceré Mi Cuerpo Místico que será alimentado por Mi Cuerpo Eucarístico, por Mi Cuerpo de Luz, para que el mundo entero no deje de ver la Luz, a pesar de las tinieblas. 

En los mundos internos es en donde se realiza el Plan, es en donde se llevan adelante las grandes operaciones de Su Maestro y Señor con cada una de las almas de la superficie de la Tierra.

Al sacerdocio siempre se lo quiere atacar y destruir, porque el poder del sacerdocio que Yo les ofrezco es inquebrantable y las puertas del infierno le temen a eso. 

Por eso, hasta la última gota de Mi Ser fue derramada en la Cruz y más aún, el Agua y la Sangre de Mi Costado dieron vida, cura y renovación a todos.

Aunque Mis Llagas hayan cicatrizado en la Resurrección, Yo necesito que los signos de Mi Pasión estén vivos en los sacerdotes y en los creyentes, en los que profesan la fe, a pesar de los tiempos difíciles.

En los signos de Mis Llagas se encuentra su liberación, en el poder de Mi Sangre se encuentra su redención y la justificación ante el Padre de todos sus errores y pecados cometidos desde Adán y Eva. 

Ahora, ustedes deben ser este misterio que se revela, se transforma y se redime, deben ser la expresión de ese amor, deben querer alcanzar las esferas superiores que Yo les ofrezco en este momento planetario, porque aún hay mucho por hacer. 

Su descanso estará en el servicio sacerdotal, en la vida que cada uno le pueda dar a Mis Sacramentos. Porque ahora que las almas no pueden recibirlos presencialmente, Mis sacerdotes deben ser ese signo sacramental que sea grabado en los mundos internos, para que las almas que sufren y padecen se fortalezcan. 

Aspiren a alcanzar la perfección en el servicio sacerdotal, porque el mundo lo necesita, la humanidad lo necesita y así se preparará Mi Retorno.

Que las almas descubran sus verdaderas virtudes, que vean con ojos de amor lo que Dios les ha entregado y que no se sumerjan solamente en sus impurezas e imperfecciones, porque es allí en donde los quiere Mi enemigo. Si dicen ser inteligentes, ¿por qué están allí?

Que la fuerza de su amor no esté en la mente, sino en el corazón, en el sentimiento profundo de amar como Yo los amo, de servir como Yo los sirvo, de unir como Yo los uno con la Fuente de Mi Padre Eterno. 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO DURANTE EL VIAJE DESDE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES, ARGENTINA, HACIA LOS ANGELES, ESTADOS UNIDOS, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Dios fortalece los corazones que responden a Su llamado a través de las pruebas y de los desafíos, de las batallas y de las dificultades que forjan en su interior la fortaleza y la fe.

Es así, hijos, que ante tantas Gracias recibidas, las leyes se equilibran, y aquellos que reciben todo de Su Creador son llamados a dar todo por Él.

Dios no quiere verlos sufrir, pero sí debe permitir que las leyes de este mundo se cumplan y que ellas mismas los conduzcan para que vivan una entrega cada vez más profunda de sus vidas. 

Delante del caos del mundo y del caos interior, busquen el espíritu de la paz y permitan que sus consciencias estén colocadas fuera de las dimensiones de conflicto que confunden a las mentes de los hombres. 

A través de la paz, sus corazones podrán atraer a las Leyes Divinas y Universales en tiempos de tanta confusión y desequilibrio, y vivir la sabiduría y el discernimiento del Espíritu de Dios.

Por eso, no se olviden, hijos, de comprender que las leyes se cumplen y toda Gracia abundante se equilibra con el sacrificio.

Pero, dentro de las dificultades, pueden escoger la forma de vivirlas. Pueden estar en paz y unidos a la Consciencia Divina y, de esa forma, no solo mantener la propia consciencia en Dios, sino también prestar un servicio a este mundo tan confuso y carente de equilibrio y de armonía.

Yo los bendigo, los coloco en la protección y en la paz de Mi Casto Corazón. 

San José Castísimo

MENSAJE ESPECIAL PARA LA 75.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, RECIBIDO EN LA CIUDAD DE MANAOS, AMAZONAS, BRASIL, TRANSMITIDO POR CRISTO JESÚS GLORIFICADO AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Como esta tarde de sol que los ilumina, así desciende Mi Misericordia sobre el mundo y, especialmente, en este sagrado lugar, en donde Dios pudo manifestar la expresión de Su más profundo Amor por la humanidad. 

Amazonia debe ser un lugar reverenciado, amado y respetado por todos.

No existe hombre sobre la superficie de la Tierra que comprenda lo que existe aquí, porque no es solo natural sino también espiritual.

Lo que Dios depositó para Sudamérica por medio de la Amazonia, es algo muy importante; una revelación que llegará en el fin de los tiempos, algo que se manifestará de la noche a la mañana, sin que ninguna persona, población o gobierno lo pueda controlar. 

Por eso, su consciencia deberá estar en la preservación de lo que tienen, no como medida ecologista ni activista.

Deben amar la Creación porque por alguna razón están aquí, en este planeta escuela. Por algún motivo llegaron hasta aquí para aprender y para redimirse, para poder vivir el amor y el perdón que necesitan en este momento crucial.

Ustedes saben que el mundo está desequilibrado y que la consciencia humana también está desequilibrada. Por eso, los he reunido aquí, a todos, presentes y no presentes. Los he reunido aquí en la Amazonia, en espíritu, no solo para orar por la paz, sino también para que la Gracia Divina proteja y ampare a los Reinos menores de la Naturaleza.

Si ustedes pudieran escuchar su sufrimiento o su agonía, la humanidad lo sentiría desde kilómetros, porque lo que viven aquí los Reinos menores, solo los Reinos por su consciencia grupal lo comprenden y lo entienden.

El hombre de superficie no fue hecho para someter lo que Dios creó a Su imagen y semejanza. No solo las Leyes Universales deben ser respetadas, sino también las Leyes de la Naturaleza.

Este es el tiempo de tomar medidas de emergencia porque si no la humanidad entera se lamentará y sé que, a los que se creen más poderosos, a los que creen estar por encima de los demás, a los que creen tener más libertad y acción sobre las cosas, no les importa.

Pero nadie sabe sobre la venida del Juicio Universal. Nadie puede ostentar la Ley porque no le pertenece.

Toda la existencia fue hecha con un perfecto equilibrio y armonía. Por eso, debe ser respetada y amada, para que ustedes también sean respetados y amados por sus semejantes y aun por los Reinos de la Naturaleza.

Amazonia es un tesoro que no se puede extinguir, es un regalo de Dios que no puede desaparecer por la ignorancia o por el poder que ostentan las manos de los que lo creen tener.

Nadie en este planeta conoce la fuerza de los elementos ni el poder de los mismos. Todo lo que fue manifestado es para vivir en el bien y en la paz. Pero muchas leyes fueron transgredidas a través de los tiempos y de los años, por eso he decidido reunirlos y venir hasta aquí para amparar y proteger lo que espiritualmente se encuentra en este lugar, así como también a los Reinos menores, que son parte de la vida de cada ser humano, aunque no lo parezca.

Si los Reinos de la Naturaleza no estuvieran en este ecosistema, en este planeta y en esta humanidad, la Creación estaría incompleta y la evolución de los seres humanos no se cumpliría. No puede haber avances espirituales ni materiales sin la presencia de los Reinos de la Naturaleza, sería como saltarse escuelas de aprendizaje.

Deben aprender a percibir la realidad. Deben amar lo que tienen, todo lo que Dios les ha dado en Su gran e infinito sacrificio.

Solo lo que resta, en este momento, es orar, orar de corazón no orar por compromiso ni por obligación. La oración debe abundar en todos los espacios para que al menos una Isla de Salvación se mantenga protegida y amparada por el Universo. Una Isla de Salvación conformada por todos los Reinos de la Naturaleza, una parte de la humanidad, la vida de Dios expresada en cada elemento y en cada Reino, como en el propio ser humano.

Pero sé que las leyes siguen siendo alteradas, solo la Divina Misericordia de Mi Corazón y las súplicas de Mis compañeros sostienen el movimiento del péndulo, el péndulo de la Ley, porque si el péndulo de la Ley se moviera, muchas cosas ya hubieran terminado.

Solo el amor los colocará por encima de realidades inferiores que el propio ser humano comete día a día, muchas veces sin pensarlo ni percibirlo.

Este es el tiempo de colocar en el corazón a la situación planetaria y de hacer algo por esa situación, no solo por los Reinos de la Naturaleza, sino también por la humanidad, por la existencia y la continuidad de esta raza para que el Proyecto no fracase. Ningún ser sobre la superficie de este planeta sabe lo que significa un proyecto fracasado o abortado.

Son tiempos en los que la espiritualidad debe ser protegida, y que esa espiritualidad sea verdadera en cada ser, que no tenga alianzas con otras corrientes que no son de la luz para que la verdadera cultura del hombre de superficie sea resguardada. Así como la viven los pueblos originarios y que ha sido una cultura y una civilización lastimada y explotada.

La humanidad por sí misma está disolviendo sus propias raíces y las raíces de los pueblos originarios que aún guardan la esencia del contacto con la Jerarquía, de un contacto que los ha mantenido unidos y firmes para expresar el Plan de Dios.

Las raíces de la sabiduría, del entendimiento, de la inteligencia y del bien no pueden disolverse de la consciencia del ser humano, porque eso está sucediendo y ustedes lo saben, compañeros.

Ahora es momento de colocar en la balanza lo que verdaderamente importa. Es tiempo de colocar como primordial lo que verdaderamente es importante para toda la humanidad y el planeta. Un ejemplo de esto es la Amazonia. La humanidad nunca podría vivir sin la naturaleza, aunque los que gobiernan crean lo contrario.

Nadie puede desafiar a la Ley porque no la conoce, está tan lejos de la realidad humana que ni siquiera el hombre de superficie sabe lo que significa la Ley. Por eso, hay que respetarla, amarla y reverenciarla aunque sea desconocida, porque la Ley existe por una razón, por un motivo y un fin que es mantener el orden universal entre todos los planos y todas las consciencias. 

Pero si la consciencia de los Reinos de la Naturaleza es transgredida, esa Ley es interferida, se rompe la unidad y las almas comienzan a sufrir las consecuencias de lo que deciden y de lo que hacen. Le digo al mundo entero que ya no culpe más a Dios y que se haga responsable de sus decisiones.

Así como deben aprender a evolucionar, deben aprender a no engañarse más a sí mismos. Deben ser reales con ustedes mismos, verdaderos, deben ser simples, porque así comprenderán la vida, la manifestación y estarán bajo el orden de la Ley y de sus corrientes poderosas que dirigen a este Universo y a otros y, así, estarán en hermandad no solo con la vida del semejante sino también con los Reinos de la Naturaleza.

Lo que hoy sucede aquí en la Amazonia es consecuencia de una corrupción humana, de una vulnerabilidad social que ya no se puede ocultar más a los ojos de todos. Por eso, piensen y mediten a quién elijen, porque las promesas de los hombres son hechas de castillos de arena.

Las promesas de Dios están fundamentadas en tesoros espirituales e inmateriales que son eternos y que los impulsará siempre al cambio. Por eso, esta Maratón de la Divina Misericordia es muy importante, no será un encuentro de oración más, será una oportunidad de tomar una decisión interna, de ustedes mismos con Dios y con Su Plan.

Sabiendo que es necesario asumir la situación del planeta y de su humanidad, de no ignorarla ni tampoco de rechazarla, de colocarse en disposición y de manera incondicional para servir y socorrer donde fuera necesario.

Ya no son ustedes los que deben vivir en la superficie de la Tierra, debo ser Yo quién debe vivir en ustedes, para que Me sepan representar y expresar como el Amor Crístico.

Que la fuerza de sus oraciones llegue al Corazón del Padre y abra las puertas de los Cielos, que no solo los Reinos de la Naturaleza de la Amazonia, sino también aquellas almas que están perdidas y obsesionadas por las riquezas de este lugar también sean consideradas por la Misericordia del Padre a fin de que los corazones se rediman y reciban el perdón, para que la humanidad entera sea reconstruida y la fuerza de la Luz y de la Paz triunfe sobre el mal. 

Sean consecuentes con lo que les pido y siempre sabrán por dónde caminar, porque llegará el tiempo en el que su amor por Mí será la dirección, el camino y la guía que los conducirá, en los tiempos de Armagedón, hacia Mi Corazón.

Les agradezco por escucharme y por hacer parte de sí el Plan de Dios.

Que los Soles brillen por encima de las tinieblas para que la Luz Divina se expanda en el mundo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DEL ESPÍRITU SANTO, CÓRDOBA, ARGENTINA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Si la Amazonia fuera totalmente devastada, como viene sucediendo en los últimos años, y el gobierno siguiera forzando sus ideas y proyectos en contra de la Creación, el pueblo brasilero será testigo de acontecimientos que llegarán más allá de las comunicaciones y de los periódicos.

Nadie podrá detener la prueba y la justicia que vivirá la cabeza que fue escogida para gobernar dicho país, porque ninguna criatura sobre la superficie de la Tierra podrá modificar o detener la acción poderosa de las Leyes Universales y, sobre todo, de la Ley Universal de la propia naturaleza. Ese castigo solo podrá ser detenido por las oraciones de los fieles devotos a Mi Sagrado Corazón.

Cuando Yo les pedí rezar por la reconsagración del Brasil era para que, en este mismo momento, ustedes estuvieran fortalecidos delante de todo lo inimaginable que se mostrará de la noche a la mañana.

Quiero que entiendan, compañeros, que nunca nadie debería atreverse a desafiar a la Ley como muchos hombres y mujeres lo hacen, porque sus vidas no solo serán infelices, sino que tarde o temprano se convertirán en una desgracia imposible de ocultar a todos.

De la misma forma, he venido para pedirles que oren por la reconsagración de Argentina, para que los argentinos estén protegidos.

Si en Brasil no se detienen los nefastos proyectos contra la vida y contra la naturaleza, ustedes verán no solo fuego, sino mucha sangre inocente correr como ríos, y eso será semejante a lo sucedido en Kibeho, Ruanda.

Si en este mismo momento, el gobierno brasilero no se detiene y escucha, aunque no crea en la existencia divina, muchos llorarán más que cientos de lluvias y rocíos que caen del cielo.

Vengo para evitar una hecatombe nacional y social. Por eso, lleven Mi Mensaje al mundo, porque si no se hiciera lo que les pido, Sudamérica vivirá las consecuencias, una sequía como nunca antes vivió. 

No vendrá un nuevo diluvio, sino que caerá una lluvia de grandes y desconocidas estrellas que terminará con una parte de la humanidad.

Yo los llamo a ser conscientes.

¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!

Los bendice,

Su Maestro y Señor, Cristo Jesús

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Que el silencio, cada vez más profundo de los Mensajeros Divinos, conduzca tu consciencia a silenciarse también. Así, aprende a escuchar tu mundo interior y en él, al Espíritu de Dios que habita en tu consciencia y te guía.

Comprende el silencio como una forma de profundizar la comunicación con el Padre. Comprende el recogimiento como una forma de madurar lo que ya recibiste y de preparar tu ser para algo mayor. 

Deja que este ciclo le hable a tu consciencia a través del desierto, pues todos aquellos que aspiran a profundizar verdaderamente en su vida espiritual lo deben cruzar.

No tengas miedo al vacío o a la soledad, pero aprende a encontrar allí el silencio de Dios y, de esa forma, a través del Amor del Padre, descubre un diálogo con Dios que hasta hoy te fue desconocido.

El Creador habla a lo más interno de Sus criaturas a través del silencio, y solo en el desierto de tu corazón y en el vacío de tu consciencia aprenderás a encontrarlo.

Recibe la bendición divina para este ciclo que, con amor, el universo entero contempla. Las criaturas están viviendo su madurez espiritual para entonces dar un paso desconocido por toda la vida, por toda la Creación Divina.

Que tu ser se una a los Principios y Leyes universales que rigen este momento y que, sobre todo, el silencio sea tu mayor guía. 

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Mientras que en los Cielos un acontecimiento divino se prepara, en la Tierra son pocos los seres que acompañan las dimensiones divinas.

La conmemoración de la Navidad, por encima de todo, se da por el inicio de un nuevo ciclo en toda la vida: los Reinos de la Naturaleza, los elementos, los astros, el tiempo, los rayos cósmicos, el universo, el cosmos. La vida entra en un nuevo ciclo, marcado por un renacimiento espiritual. Es la memoria del momento en el que el Creador trasformó todas las Leyes para hacerse, Él mismo, criatura material y humana.

Dios Padre se convirtió en Padre e Hijo, manifestando el misterio de la semejanza con Su Corazón. A partir de ese acontecimiento, nada más permaneció igual, y las leyes de la vida espiritual y material entraron en un nuevo ciclo.

Después de la Muerte y Resurrección de Cristo, ese cambio de las Leyes fue siguiendo su curso, porque el Creador no se manifestó en la Tierra solo para dar una oportunidad de salvación a los seres humanos; Él vino a despertar un arquetipo de vida, a instituir nuevas Leyes y a enviar al cosmos la señal de su renovación.

De esa forma, entregó a los hombres un camino y un ejemplo para imitar, para seguir, para renovar a lo largo de toda su evolución.

En cada Navidad, cuando la naturaleza y la vida material y espiritual ingresan en un nuevo ciclo, esa oferta de Dios se renueva y despierta, en el interior de los seres que están abiertos de corazón, la unidad crística con el Padre.

Año tras año, a lo largo de los siglos, el enemigo de Dios intenta distraer a las almas y hacer que ellas se pierdan, pero su astucia no llega hasta las Leyes Divinas, y los impulsos del Creador son inmutables en cada nuevo ciclo. El despertar depende de la voluntad, de la atención y de la apertura de cada ser.

En cada ciclo que pasa, esas Leyes se aproximan más a la Tierra y se plasman más en la vida humana, confrontando con su natural vibración divina todo lo que en los seres no corresponde al nuevo ciclo.

Por eso, en este período de renovación cósmica y universal, es importante estar con el corazón unido a Dios y no resistirse a las transformaciones.

Déjense renovar, para que sean potenciales renovadores del Amor de Dios.

Tienen Mi bendición para esto.

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO DURANTE EL VIAJE DESDE EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, HACIA LA CIUDAD DE BUENOS AIRES, ARGENTINA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Cánticos de Figueira - “En el altar”

En este cántico se revela la importancia que tiene, para el fin de los tiempos, la construcción de un templo interior capaz de ser colmado de Leyes universales y cósmicas, capaz de proteger y de guardar la esencia más pura de Dios en Sus hijos, los cocreadores.

Por esta razón el cántico clama por la Jerarquía Espiritual, siguiendo en humildad y en obediencia los principios sagrados de la Hermandad.

Es por ese motivo que toda la base de una verdadera y sagrada vida espiritual se encuentra en la vivencia de atributos que serán las reglas básicas para la construcción y la fortaleza de la vida del espíritu; principios y leyes que nos apartan de la ignorancia y de la somnolencia espiritual de estos tiempos críticos.

El cántico se titula “En el altar” porque después de la construcción diaria, de algunos modos y conductas evolutivas de vida, el templo sagrado de cada ser, representado por cada cuerpo consagrado, le ofrece al Señor todo su ser para ser purificado y bendecido por la energía divina de la Gracia.

En este sentido, el ser viviente y terrestre comienza a perder el poder que los deseos y las costumbres tienen sobre la vida humana.

Abandonando esos hábitos mundanos, la consciencia alza vuelo hacia el Infinito en búsqueda de su origen y de su realidad superior, deja atrás la inercia y destierra cualquier vestigio de indiferencia.

Así es como el alma, que construye su templo interior para el Señor, se entrega en absoluto servicio incondicional, sabiendo que nada de lo que existe le pertenece, que ningún reconocimiento ofrecido engrandecerá su espíritu.

El alma, ardientemente, busca la unión con el Divino Espíritu y abandona la corriente pervertida de la ilusión para poder ingresar en la gran Consciencia Universal, en donde habita la Jerarquía Espiritual.

Es así, que la primera premisa en pro de la elevación de ese templo es la vigilancia y la oración, llaves fundamentales para mantener protegida la gran fortaleza del espíritu. Así, nada ni nadie tomará el alma del discípulo de improviso, al contrario, la consciencia estará atenta a las nuevas indicaciones de su espíritu.

Este cántico enseña a construir, verdaderamente, una vida basada en la abnegación y en el servicio por los demás.

¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!

Los bendice,

Vuestro Maestro, Cristo Jesús

MENSAJE DIARIO DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En este día de Resurrección, las santas mujeres entraron al sepulcro al conocer la noticia del desaparecimiento de Jesús.

El Señor había resucitado, dando así testimonio del Amor de Dios Vivo por la humanidad. 

María Magdalena fue fervorosamente en busca de su Amado Señor y, al no encontrarlo allí, percibió que algo había sucedido. 

De esa forma, María Magdalena recordó que Jesús le había dicho que Él estaría presente en todos los Sagrarios de la Tierra. Así, el Maestro del Amor le quiso hacer comprender que Él siempre estaría vivo en el corazón que se abriera para recordarlo y revivirlo todos los días.

Este misterio de Cristo les reveló a las consciencias y a María Magdalena, en su interior, la exacta fe en el Propósito del Padre Eterno y en la expresión de la Divina Confianza. 

Enseguida, después de que María Magdalena buscara tantas veces a Jesús, Nuestro Señor hizo Su primera Aparición cerca del Santo Sepulcro.

Que en ese encuentro María Magdalena pudiera ver vivo al Señor, significó para el mundo la oportunidad de creer en el aspecto oculto de la Resurrección después de la muerte.

Jesús enseñó a través de este misterio de la Resurrección, así como lo hizo con Lázaro, que la vida corporal que se vuelve corrupta puede transfigurarse en algo incorrupto. 

Así, el Señor vino a enseñar, a través de este pasaje, que otras Leyes universales y espirituales pueden ser aplicadas en las consciencias, que primero deben creer en ellas.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice siempre,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz

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Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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