MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Más allá de los Universos – Parte II

Dentro del espacio-tiempo encontramos varias realidades, según como contemplemos la inmensidad del Universo.

Sabemos que el Universo no es solo físico, sino también interno y espiritual.

Sabemos que más allá de lo físico existe un Principio que aún no ha llegado a su fin, porque ese Principio está evolucionando y desarrollándose.

En toda esta existencia del Universo Material, Interno y Espiritual está Dios, que es el gran Gestor de la Creación dentro de los sistemas de vida que conocemos, es decir, de la vida material, mental y espiritual.

Dios está presente y manifestado en todo lo que fue creado. Dependemos de Él para poder vivir, verdaderamente, el Principio que nos creó.

Aunque haya criaturas no creyentes, y por más que eso suceda en la mayoría de los casos, en algún lugar de ellas, Dios, como Padre y Morador de la vida del espíritu, está a la gran espera de que Sus hijos se vuelvan conscientes de que la vida no es solo material, que no solo nacemos, crecemos y morimos.

El propio Universo Creador, que es Dios expresado en infinidad de Nombres y de manifestaciones cósmicas, espera que, en Su Amor Superior, Sus hijos reconozcan algún día que vinieron a la vida por un Propósito.

En el Universo Material, o el llamado vasto Cosmos, encontramos infinitas formas para poder comprender la Existencia de Dios en todos los espacios y planos de consciencia.

Pero Dios, en Su más pura Inteligencia, Se guardó y Se protegió en un lugar en donde toda criatura podría encontrarlo, más allá de todo lo que es externo.

El Padre Eterno, en Su gran Humildad, Se colocó dentro de cada criatura para que Sus hijos pudieran aprender a encontrarlo y a sentirlo bien próximo.

Si el Padre Celestial está dentro de nosotros es porque dentro de cada alma existe un universo creado por Dios, tan semejante al Universo que podemos conocer.

Pero, más que en cientos de Soles, estrellas, nebulosas, galaxias y vastos Universos, Dios pensó en Su Misericordia, en que Sus hijos debían conocer lo que es desconocido y que está muy guardado dentro de los seres: el potencial verdadero y autónomo de poder amar y desarrollarse a través de los grados de amor.

A lo largo de los tiempos las diferentes humanidades perdieron el camino y el sentido de amar de forma incondicional y, antes de que la raza se autodestruyera, el Padre del Amor y de la Unidad Infinita decidió presentarse y encarnar a través de Su Divino Hijo para que, por medio de Su Sacrificio, las criaturas recordaran como se debe amar y cuanto se debe amar.

Si dentro de los Hijos de Dios está esa Gracia de desarrollarse y de expresarse por medio de la virtud del amor, ¿por qué aún existe el mal?

Porque el mal es lo opuesto al amor que las criaturas pueden sentir, mostrar y reflejar.

El mal es el resultado de una desobediencia que fue vivida por uno de los principales ángeles al haberse apartado del amor, ya que la desobediencia lo cegó completamente.

Si dentro de nosotros habita y vibra un universo tan semejante al que existe por encima de nosotros, ¿por qué las criaturas de Dios no consiguen a veces unirse a la Gran Existencia?

Cuando amamos de verdad, las barreras y los obstáculos se disuelven de los caminos. Cristo vino a enseñar el medio por el cual las criaturas alcanzarían la verdadera libertad.

Nuevamente Dios se reveló al hombre desde muy cerca para que este lo pudiera reconocer y amar.

En todos los Universos existentes dentro de los seres humanos está el gran potencial de despertar y de crecer a través de los grados de amor.

El Amor que el propio Padre Eterno depositó dentro de Sus hijos permite que estemos en perfecta comunión con Él y con el Universo.

El Amor infinito y divino que puede despertar en cada ser humano tiene la capacidad de perdonar y trascender cualquier error cometido.

Cuando las almas no consiguen perdonar ni reconciliarse consigo mismas ni con el semejante es porque el miedo predomina en lugar del amor y así se le cierra la puerta a la Verdad.

El Amor es una de las grandes revelaciones espirituales y físicas que el Padre Eterno con toda Su Inteligencia sembró en Sus criaturas.

Llegó la hora de sumergirse en el universo interior para encontrar los tesoros que el Altísimo dejó plasmado en Sus hijos desde los orígenes; porque si estamos en los orígenes sabremos recordar nuestro principio que es estar en eterna comunión con el Universo Mayor.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Más allá de los Universos – Parte I

A través de los Nombres de Dios las criaturas de este Universo Material encuentran la posibilidad de coligarse y de acceder a estados de consciencia superiores y desconocidos.

Lo desconocido para las almas de la Tierra podría parecer un misterio, pero por detrás de ese misterio superior y cósmico se encuentra una revelación.

A través de los Nombres de Dios accedemos a la revelación de un conocimiento, es decir, de un aspecto o forma que fue proyectada para contribuir como idea con toda la Creación.

Los diferentes Nombres del Padre Eterno permiten que las criaturas que Él creó contacten Fuentes sublimes y positivas de información, las que ayudan en el despertar de las virtudes del alma y en el cumplimiento de la misión de los diferentes espíritus de la Tierra.

En el caso de este Universo local las diferentes claves que proporcionan los Nombres de Dios construyen, en los Universos Material, Mental y Espiritual, esa interrelación entre los planos de consciencia y las criaturas.

En los Nombres de Dios encontramos aspectos divinos de la Creación y nos unimos a ellos para atraer hacia la vida terrestre el principio de todo lo que Dios pensó, es decir, lo que conocemos como el Propósito.

En cada Nombre de Dios se guarda no solo una clave, sino también una llave de acceso a Principios de la Creación que aún esperan para mostrarse y revelarse a la actual humanidad.

Cuando nos unimos a uno de los Nombres de Dios estamos comunicándonos espiritualmente con una Virtud de Dios representada en un aspecto creador.

Un aspecto creador es uno de los tantos Principios de la Fuente que se revela en altos voltajes de energía, de vibración y de espacios. Es como si ingresáramos al epicentro fundamental de la Energía Creadora, la que se retroalimenta a través de los impulsos cósmicos que la Fuente Primordial emana constantemente desde el Universo Espiritual.

En este sentido, al contactar solo uno de los diversos Nombres de Dios, las criaturas consiguen, por sus propios medios, unirse esencialmente a una red suprema de energía espiritual que es emanada de la Fuente de la Creación, la que genera, todo el tiempo, la evolución y la recreación de la vida por intermedio de experiencias, de escuelas y de aprendizajes.

Por medio de la revelación de los Nombres de Dios la humanidad podría volver a concebir en el seno de su raza los atributos fundamentales que, una vez establecidos en la consciencia humana, permitirán gestar las bases futuras de una nueva civilización, la que estará principalmente basada en la vida del espíritu y no en la vida de la materia.

Esta transición que la actual humanidad está atravesando despertará en todo el planeta una gran definición interior, y eso se dará en el momento más culminante, cuando la raza se defina a permanecer en el amor o en la indiferencia.

Si los seres humanos dieran ese salto cósmico hacia la concepción divina del amor que existe dentro de cada ser, la Tierra sería repoblada por nuevas Leyes de la Fuente, las que hasta los días de hoy no han podido descender para transfigurar y sublimar la consciencia humana.

A partir de esa definición de estar en Dios y de invocar Sus Nombres sagrados se creará la condición necesaria para aprender a superar los tiempos finales y definitivos.

La elección estará en los seres humanos, criaturas que guardan en sí el potencial infinito de saber y de poder comunicarse con Dios.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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