MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Aprende hoy a calmar tu mente y tu corazón a través de la oración, del canto y del silencio que, unidos al ejercicio de respirar con consciencia, te conducen al estado de paz en el cual debes estar.

Aprende a estar manso delante de los tiempos que se presentan, para que, así, tu mente se una al corazón y juntos puedan atraer la sabiduría y el discernimiento divino.

Que, en calma y en paz, puedas estar delante de todas las pruebas, dentro y fuera de ti, y aun al escuchar con tus oídos internos las trompetas de la Justicia Divina, que tu corazón sepa percibir que una Gracia se aproxima y que el Nuevo Tiempo está más cerca de ser una realidad. 

Coloca tu corazón siempre en la Gracia y en el Propósito de Dios para que siempre encuentres en todo la fe y la esperanza. No son tiempos fáciles los que se aproximan a la Tierra, pero no por eso en tu corazón debe haber desesperanza.

Colma tu mundo interior con la fe, consolida en tu corazón la fortaleza de saber que eres parte de una Voluntad Mayor. Y no temas. Deja que tu espíritu aprenda a buscar la paz y a enviar esta paz a tus cuerpos más humanos. 

Para eso, hijo, necesitas crear un vínculo con tu ser superior, y eso se da con la intención y con la oración sincera, que te permite entrar en un estado de elevación. 

Prepara, ahora, tu consciencia para lo que vendrá y esto no es solo externamente. Prepara tu mundo interior, tu corazón y tu mente, porque este momento es desconocido y despertará en ti reacciones, también desconocidas, que podrán desestabilizarte si no aprendes ahora a estar en paz. 

Ora y fortalece tu corazón.

Ora y únete a tu espíritu.

Ora y encuentra el camino hacia el Corazón de Dios; así, estarás preparado para soportar todas las cosas. 

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo 

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

El Corazón de Dios se torna pleno en las almas orantes que, con su simplicidad, se esfuerzan por cumplir con Su Plan.

El Corazón de Dios se renueva en esperanza, a través de los corazones que claman por el mundo y que, a pesar de sus imperfecciones y dificultades, aspiran a vivir el amor y la hermandad.

El Corazón de Dios abre la Fuente de Misericordia para la Tierra, en tiempos de Justicia, cuando encuentra sinceridad en los mundos internos y verdad en el clamor de los seres.

El poder de la oración y el esfuerzo por vivir una vida fraterna evolutiva aún es desconocido por los hombres. Pero hoy Yo les digo, hijos, que es por esas cosas simples que este mundo continúa existiendo y que el Proyecto de la vida sobre la Tierra continúa siendo una esperanza para la evolución y el crecimiento de toda la vida universal.

Por eso, cuando ya no tuvieran fuerzas para orar o cuando ya no tuvieran ánimo para hacer el bien y amar a sus hermanos como son, acuérdense del Padre que está en el centro del Universo, como también en el centro de sus corazones, aguardando una respuesta de sus seres, por pequeña que sea.

Recuerden que todo esfuerzo, por más pequeño e imperfecto que sea, agrada al Corazón de Dios y lo renueva. Por más que no consigan ser y hacer lo que querían o pensaban, al menos inténtenlo todos los días, porque es el esfuerzo el que los  hace dignos de una nueva oportunidad.

Es el esfuerzo el que permite que la Misericordia siga derramándose en el mundo. Es el esfuerzo el que transforma la vida sobre la Tierra. Su esfuerzo aquí ayuda a rescatar a las almas que están en los lugares más perdidos y olvidados de este mundo.

Sé que es difícil confiar en lo invisible, pero ese es el misterio de la fe que son llamados a vivir en este tiempo. Experimenten en su interior la certeza de que Dios los observa y los acompaña, y que todo lo que hacen en nombre de una nueva vida y de una nueva Tierra renueva la esperanza de toda la Creación.

En el Cosmos, mucho más allá de la Tierra, existen civilizaciones enteras, tantas como las infinitas estrellas que ven en el Cielo a la noche, esperando que el Amor se renueve en los corazones.

El amor, hijos, no nace solo; él emerge del esfuerzo, él brota del sacrificio, él vive a través del corazón que se dispone a tener fe y a vivir bajo el principio de la fe todos los días.

Con esto los renuevo y les agradezco por perseverar, respondiendo al llamado de Dios.

Ya llegará el día en el cual verán en el Árbol de la Vida los frutos del Amor Crístico que hoy germina en sus corazones.

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cree en el día en el que el Cielo descenderá a la Tierra y los ángeles y los santos habitarán en ella, con la humanidad.

Cree en el día en el que el Cielo descenderá a la Tierra y tu Señor y Rey, en las vestiduras de Su Hijo, volverá a proclamar la Paz, tornando pequeñas todas las dificultades, convirtiendo los miedos sin sentido, transformando los dolores en inexistentes, tornando simple el amor al prójimo y a Dios por encima de todas las cosas.

Cree en el día en el que el Cielo descenderá a la Tierra y la Verdad se manifestará delante de los ojos humanos, revelando los secretos de una existencia superior, revelando a aquellos seres que siempre estuvieron aquí para auxiliar a la humanidad, pero que los hombres nunca los pudieron ver.

Cree en el día en el que el Cielo descenderá a la Tierra y revelará que no solo en las alturas habita la vida superior. Revelará lo sagrado que se guarda en lo profundo del planeta y que se resguarda en la belleza y en la fortaleza de la naturaleza porque aún no llegó el momento de que sea conocido.

Cree en el día en el que el Cielo descenderá a la Tierra y tu Señor y Dios, después de haber derramado Justicia, volverá a emanar Misericordia sobre los corazones, cura sobre las heridas espirituales, restauración para el espíritu de la Tierra y Gracia para establecer los mil años de Paz.

Cree en que todo pasará y que lo que parece el fin es el anuncio de algo nuevo y desconocido por los hombres. Lo que llaman fin es el fin del engaño, el fin del tiempo marcado en los relojes del mundo, el fin de los días y de sus ciclos, para que sea el inicio del Tiempo Eterno, de la Verdad Suprema de Dios.

Cree en que este día llegará y mantén tu fe en lo desconocido porque todas las profecías de tu Padre Creador se van a cumplir y el día de Su Verdad será una realidad en la vida de este mundo.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo 

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Así como en un ciclo anterior Yo los conduje por el camino de la humildad, del servicio que va más allá de las obras de caridad y también les enseñé sobre el amor a los Reinos de la Naturaleza, ahora, hijos, vengo para enseñarles a elevarse más allá de su condición humana. 

Vengo cuando el peso de sus corazones parece ser más grande que nunca y las "toneladas" de su condición más retrógrada parece ancorarlos en lo profundo de la Tierra.

Como una contradicción divina, en realidad vengo, hijos, para que conozcan la Verdad y destituyan el poder de la ilusión. Sus corazones están ancorados en la Tierra porque no conocen la verdad sobre sí mismos, ni sobre Dios, Su Reino, Su Plan; no saben la verdad sobre la vida y transitan los días de un ciclo único de definición identificados con algo que no es real. 

El Tiempo de Dios está llegando y nada ni nadie podrá detener ese acontecimiento. La definición que marca este ciclo indica el modo en que cada ser y la propia consciencia del planeta cruzarán el umbral hacia la Nueva Vida. ¿Se tornarán polvo como todo lo que proviene de él?, ¿o le dejarán el polvo al viento y permitirán que la nada que parecían ser les revele la unidad con Dios y los torne parte de un Todo infinito?

Vengo, en este ciclo, para ayudarlos a definir sus caminos. Y no es que la voz de un solo Mensajero no sea suficiente, porque Dios, en sí mismo, en Su Silencio, es suficiente, pero la presencia de los Tres Mensajeros Divinos, instruyendo a la humanidad de una forma única, extraordinaria y nunca antes vista, es el símbolo de la perpetua Misericordia de Dios, en un tiempo en que los trazos de Su Justicia ya comienzan a aparecer en los escritos de los Libros Sagrados que dictan el destino de la humanidad. 

Por eso, hijos, en este ciclo, dejen que la gratitud impregne sus corazones y beban de las Palabras de Dios como un sediento que sabe valorar cada gota de agua que se le ofrece. Esta es el Agua de Vida en un tiempo de sed espiritual. Beban y multipliquen esta dádiva para el mundo. 

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

SEA VOLUNTARIO

Contacto