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A los jóvenes buscadores del Gran Corazón Pacificador de Cristo
Hijos:
Un corazón pacificador es aquel que tiene claro, dentro de sí, el camino que quiere recorrer.
Un corazón pacificador está dispuesto a ir más allá de sí mismo, en pro del bien y de la paz en la humanidad.
Un corazón pacificador reconoce la necesidad y la atiende para poder aliviarla.
Un corazón pacificador no se defiende ni tampoco se justifica. Él siempre busca estar atento a las señales internas.
Un corazón pacificador sabe por qué está en este mundo y para qué ha venido a la humanidad.
Un corazón pacificador se alegra por el logro del semejante y se esfuerza para que los demás lo puedan superar, porque un corazón pacificador sabe que no tiene nada que ganar ni nada que perder, ya que su ardiente aspiración es ayudar a que todos alcancen sus sueños.
Un corazón pacificador ama a la Creación y trabaja secretamente para que cada día la naturaleza sea reparada.
Un corazón pacificador no eleva su voz ni tampoco reafirma sus propias ideas, sino que está receptivo y abierto para aprender de las posibles diferencias.
Un corazón pacificador mantiene viva su aspiración de servir al Plan de Dios y nunca deja de sostener el estandarte de la paz.
Un corazón pacificador busca las Huellas del Maestro, porque en ellas está el camino, en ellas encuentra la verdad, en ellas comprenderá la vida, las experiencias y los aprendizajes.
Un corazón pacificador trabaja por alcanzar sus metas y lucha por expresar sus dones y talentos.
Un corazón pacificador no retrocede, sino camina, teniendo presente que cada uno de sus pasos será bendecido por la Gran Luz.
Un corazón pacificador impulsa el cambio, renueva las formas y concreta las aspiraciones que tiene el Gran Corazón Pacificador que es Cristo.
Que los buscadores del Gran Corazón Pacificador, que en estos días se reúnen y se unen por un Propósito Mayor, reciban las bendiciones de su Madre Celeste, para que todos los jóvenes pacificadores sean las nuevas semillas que se plantarán en la venidera Tierra Prometida.
Los bendice en este día y les agradece por responderle a Dios,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ríos de sangre inundan la superficie de la Tierra; así como este océano, frente a sus ojos, inunda la vida.
¿Quién se hará cargo del precio de la inocencia que fue destruida?
¿Quién se hará cargo, hijos Míos, después de que la Preciosa Sangre de Mi Hijo fue derramada, gota a gota, para poder redimir y salvar al mundo?
Hoy, Yo vengo hasta Rusia, también como la Madre de esta nación, que tiene otro Propósito Espiritual y no el que está manifestando en estos tiempos.
Si todas las naciones del mundo hubieran cumplido su Propósito Espiritual desde el principio, les aseguro, hijos Míos, que no existiría la guerra, el hambre, el exilio ni la impunidad.
Pero este Proyecto de Dios, en la superficie de la Tierra, se desvió del camino que estaba previsto. Por eso, Dios Padre nos envía al mundo como Sus Mensajeros a despertar la consciencia de la humanidad.
¿Cuánto más deberá suceder en esta superficie, hijos Míos, para que algo cambie en el ser humano?
Aunque la mayoría no tiene la responsabilidad de las decisiones equivocadas que toman muy pocos y que repercuten en millones de almas en el mundo, Yo les pido, Mis amados hijos, que su escuela profunda de oración, en estos tiempos críticos y desafiantes, se profundice aún más, para que esta escuela de oración, que es una invocación permanente al Reino de los Cielos, pueda tocar el Corazón de Dios, un Corazón ofendido y lastimado por Sus Hijos.
Pero Yo vengo a ofrecerle al mundo el Relicario de Mi Corazón Inmaculado para que las almas ingresen a Dios a través de Mi Corazón, y las situaciones difíciles y complejas que se viven en estos tiempos puedan ser reparadas por la oferta de las almas buenas, de las almas que buscan a Dios incesantemente, de las almas que viven el don del Temor de Dios, no como una justicia, sino como la imperiosa necesidad de estar en Él y por Él, sirviendo en esta superficie de la Tierra.
Aún las armas siguen siendo activadas. Aún los hombres viven en la guerra, y las almas que, en esta superficie, están bajo esas difíciles condiciones de vida, se atemorizan y se aterrorizan por lo que escuchan y por lo que ven, día a día; desde Mis hijos más pequeños que son los más inocentes y puros, hasta Mis hijos más adultos y ancianos que están sometidos por la soberbia y por el poder de unos pocos.
Infelizmente, en este mundo existe una red infernal que condiciona a muchas poblaciones del planeta; pero esto no podrá seguir así, hijos Míos, porque los signos del parto planetario siguen aumentando. La Tierra seguirá temblando, los volcanes seguirán erupcionando, la naturaleza mostrará su furia y su poder por no haber sido cuidada y respetada.
¿Ustedes se imaginan, hijos Míos, tan solo por un momento, cuántos estarán bajo esta condición?
Solo nos resta orar de corazón y de verdad, sin permitir que ni un solo día deje de ser permeado por la luz de la oración.
Como Madre de la oración perpetua, que reza por todos Sus hijos del mundo; como Madre de la Misericordia, ante tantas injusticias y errores; como Reina de la Paz, ante tantos conflictos y guerras que son cometidos; Yo vengo a pedirles, hijos Míos, una vez más, que atiendan al apelo de Mi Corazón, porque les aseguro, queridos hijos, que muy pocos están preparados para el final de los tiempos; tan pocos están preparados como el número de ángeles que hoy Me acompañan.
¿Comprenden la urgencia de estos tiempos?
No vengo a darles temor ni miedo, porque eso no es de Dios. Hoy, vengo a rogar, de rodillas, para que Rusia se convierta a Mi Corazón Inmaculado, para que no se cumpla el Tercer Secreto de Fátima, para que la maldad y la impunidad no se siga expandiendo en el mundo.
Mi Corazón Espinado es presionado por las espinas del dolor de Mis hijos y Mi Corazón derrama la Sangre en este día, así como Mi Hijo derramó Su Sangre en la Cruz.
Que esta Sangre, que derrama el Corazón Inmaculado de María, sea reparada por la oración sincera de Sus hijos, los que ya saben que orar no es una obligación, los que ya saben que orar es una necesidad y una emergencia, porque bajo la luz de la oración estarán protegidos y amparados por Mi Manto de Luz inmaterial y universal.
Mis Manos hoy no dan abasto para ayudar a todos los que necesitan. Las huestes de Luz, sagrados ángeles del Padre Eterno, tampoco dan abasto para atender tantas emergencias y necesidades que no son solo físicas, sino también son espirituales, porque las necesidades espirituales son las más urgentes.
¿Quién se decidirá a dar el paso para asumir, junto con la Madre de los Dolores, esta cruz planetaria?
¿Quién ya no se distanciará más de la cruz y será el nuevo cireneo que, a través del silencio, de la persistencia y de la fe, cargará junto con Mi Hijo todos los pecados del mundo, con la ardiente aspiración de ayudar al Señor?
¿Quién se decidirá, de una vez y para siempre, a ser un espejo de la oración en la Tierra, a entender que ya no es el tiempo del egoísmo y del individualismo, a entender que ya es el tiempo y ya es la hora del “nosotros”, en los que vibra toda la Hermandad Celestial?
Con pesar, los errores seguirán siendo cometidos en el mundo, y esto será así hasta que Mi Hijo retorne. Él lo sabe. Él lo observa en Su más absoluto silencio; pero Su Amor no juzga, Su Mente no cuestiona, Su Gobierno Espiritual no presiona, Su Luz irradia, Su Compasión se establece más allá de las fronteras de este plano material.
Pero no pierdan la fe, afirmen en ustedes la Divina Esperanza. El mundo necesitará, cada día más, que existan buenos instrumentos de Dios, para que Su Amor se deposite y Su Luz se derrame en todos los tabernáculos de la Tierra, que son las almas sinceras que se ofrecen para entrar en comunión con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, en la ciencia sagrada de los Sacramentos y de la sublime adoración al Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús.
Que todos los Santísimos se abran, en estos tiempos, para que la Luz de Cristo se multiplique en el mundo, para que el equilibrio se establezca, para que la paz colme los espacios y las consciencias.
Como Madre de Rusia, les pido que oren por la religión de este país, tristemente condicionada, vacía de espíritu por sus compromisos que no son con Dios. Muchas, pero muchas almas dependen de esto.
Ahora, ¿entienden Mi aflicción? Ahora, ¿sienten Mi Corazón?
Les agradeceré por atender a Mis pedidos espirituales, porque no tienen que hacer nada diferente de lo que ya hacen. Solo deben ser más conscientes de la realidad y del tiempo de emergencia, para que las naciones no se sigan comprometiendo con el mal y para que millones de personas no estén bajo esta condición.
Yo vengo a pedirles, una vez más, que oren por la consagración de Rusia a Mi Corazón Inmaculado.
Hoy, vengo aquí a dar este Mensaje especial porque Dios Me lo ha permitido. Haré todo lo que sea posible y un poco más por Mis hijos, a fin de que no pierdan la paz y la unidad con el Padre Eterno.
Ahora, su Madre Celeste se recogerá en el silencio y, así, invita a Sus hijos a recogerse en el sagrado silencio, para que Mis Palabras no pasen desapercibidas ni las almas las olviden de un momento para otro, porque es Dios que Me envía a dar este Mensaje, es la Voz de Dios que resuena a través de Mis Palabras y de Mis Labios, para que Su Amor haga eco en el mundo.
Les agradezco por estar hoy aquí Conmigo, en este lugar, rezando de rodillas junto con la Madre de Dios.
Que el Amor y la Luz de Mi Hijo los bendiga a todos.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mis queridos hijos:
Las huellas de la Señora de Finlandia, como huellas de Luz, comienzan a marcar los caminos internos, para que Mis hijos misioneros sean orientados en esta próxima Peregrinación por la Paz. Lo mismo sucederá milagrosamente en Polonia, Suiza y Francia, este último país muy necesitado de amor y de redención.
Queridos hijos, hoy la Señora de Finlandia se presenta con esta Faz por primera vez a ustedes, para que internamente sigan a la Madre de Finlandia en esta importante tarea que, espiritualmente, intentará aplacar la injusticia y la falta de paz entre naciones hermanas, hoy divididas por el conflicto, por el odio y por la guerra.
La Señora de Finlandia se colocará ante todo el mal generado para que, a través de un sublime soplo, sea disipado de las ideas de conquista y de poder sobre millones de almas inocentes. Y ustedes, con valentía y fe, Me acompañarán junto con el Ángel de Finlandia, Hellem-El, para que junto con el Ángel de Portugal intervengan por orden de la Santísima Madre.
Pero todo esto no será a través de enfrentamientos o de batallas espirituales, sino que en el nombre de la Preciosísima Sangre de Cristo se restablecerá la pequeña semilla de la gratitud que los países en conflicto perdieron al desviarse de lo que era esencial e inmediato.
Por eso, a través de la insondable presencia de los ángeles de algunas naciones, su Madre Celeste, como Señora de Finlandia, volverá a hacer emerger los valores originales que formaron parte de los países nórdicos y más allá de ellos.
Yo los invito a tener un corazón abierto y vacío en esta peregrinación; porque no solo ustedes, sino también la Jerarquía, tomarán contacto con un legado que aún no fue revelado al mundo.
Por ese motivo, la Señora de Finlandia se presenta como la primera Celadora de los valores que hicieron de los pueblos más antiguos, del norte del planeta, representantes del Linaje de los Guerreros.
Oremos conscientemente para que cada paso de esta peregrinación sea benéfico, no solo para Finlandia, sino también para el mundo entero.
Les agradezco a todos los que, una vez más, confiaron en Nuestros pedidos e hicieron posible esta extendida y necesaria peregrinación.
Los amo y los acompaño,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Señora de Finlandia
Desde las extensas tierras doradas del corazón de Asia hasta los profundos y desconocidos pueblos del desierto, Soy la Señora de Mongolia.
Desde el corazón del campesino hasta el peregrino y nómade, Soy la Señora de Mongolia.
Desde el dialecto más antiguo hasta la cultura más sagrada, Soy la Señora de Mongolia.
Desde la expresión del Sagrado Templo de la Compasión hasta la unidad entre las religiones y los pueblos, Soy la Señora de Mongolia.
Desde los más áridos desiertos hasta las últimas florestas de ese país, Yo Soy la Señora de Mongolia.
Desde el espíritu de lo Divino de los antepasados hasta los pueblos que caminaron en el más absoluto desierto, Yo Soy la Señora de Mongolia.
Desde la victoria de los últimos guerreros hasta la empatía de los monjes del oriente, Yo Soy la Señora y Madre de Mongolia.
Yo Soy la Señora y Madre de Mongolia, Soy la Guardiana del legado de la sobrevivencia y de la fe de todos los que invocaron la Presencia de Dios en esos extensos y vastos territorios de Mongolia.
Soy la Madre de Mongolia, porque visto los colores que expresan lo sagrado y lo bendito de ese pueblo, internado en un gran desierto.
Yo Soy la Señora de Mongolia, porque Soy la Celadora de las Puertas de Shambhala. Soy el Terafín Virginal de una cultura anterior a esta actual humanidad.
Yo Soy la Señora de Mongolia, porque guardo y protejo las llaves que abren las Puertas de Shambhala.
Soy la Señora de Mongolia, porque reflejo el espejo dorado de un pueblo que conoció el despertar del corazón y que, por su pureza y anonimato, vivió la unión con el universo.
Soy la Señora y Madre de Mongolia, para que la humanidad no pierda los valores de la sagrada espiritualidad y de la simplicidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Mis queridos hijos:
Que la Paz de Jesús sea en sus corazones y almas.
En este día, una vez más, vengo con el apelo de una querida Madre; para que, a través de las próximas 1 000 Ave Marías, el mundo entero sea colmado por la Luz y por el Amor de Dios.
Quisiera que cada cuenta del Ave María, que será ofrecida, incluya a todas las situaciones urgentes; para que, a través del ejercicio espiritual de las 1 000 Ave Marías, su Madre Celeste envíe al mundo a Sus ángeles y así los nudos de la maldad planetaria sean desatados por las propias Manos de la Madre de Dios.
Que, a través del incesante espíritu de la oración fervorosa y cariñosa de Mis hijos, estas próximas 1 000 Ave Marías representen el cese del fuego que es provocado por la guerra, pero también por la destrucción de los ultrajados Reinos de la Naturaleza.
Queridos hijos, en espíritu de vigilia y adoración al Dios Creador, quisiera que continúen orando el Santo Rosario por el fin de la insensata guerra en Europa del Este, como en otros lugares del mundo.
En el día de las 1 000 Ave Marías, estaré atenta a la voz de la súplica de Mis hijos; porque, solo a través del poder creador de la oración, el mundo podrá enmendar sus graves errores de impunidad, de odio y de martirio.
Queridos hijos, quiero que sepan que su Divina Madre estará sosteniendo la soga de los nudos de la consciencia planetaria y que, como la Señora Desatadora de Nudos, Yo estaré desatando los nudos a través de la voz orante de Mis hijos, para que las Gracias que colman Mi Corazón Inmaculado se derramen sobre el mundo y sobre Mis amados hijos.
¡Les agradezco por responder, una vez más, a Mi maternal llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Señora Desatadora de Nudos
Mis queridos hijos:
Mientras el mundo y, sobre todo, algunas naciones enfrentan el mal y el caos de estos tiempos, Yo los llamo a ser portadores de Mi Paz.
Mientras las guerras provocan un temido beneficio a quienes promueven las armas y generan sufrimientos inexplicables a la mayoría de Mis hijos, Yo los llamo a ser embajadores de Mi Paz.
Mientras la impunidad ciega a muchas mentes y corazones ambiciosos, y provoca dolor y angustia en numerosos pueblos y familias, Yo los llamo a ser instrumentos de Mi Paz.
Mientras el aborto y el descarte de los recién nacidos y de los no nacidos se vuelven hábitos normales, indiferentes y tenebrosos, Yo los llamo a ser Luz de la Misericordia de Cristo.
Mientras regiones enteras se secan, de la noche a la mañana, y ciudades y pueblos son destruidos por la furia del cambio climático, Yo los llamo a ser embajadores y protectores de la Creación.
Mientras la indignación, el hambre y la miseria socavan el don de la dignidad humana y espiritual, Yo los llamo a ser representantes y guardianes de los Valores de Dios en la Tierra.
Mientras las almas enfrentan durísimas pruebas y muchos descubren sus flaquezas, miserias y enfermedades, Yo los llamo a ser puentes de amor y de cura para esta sufrida humanidad.
Mientras los caminos, las fronteras y los océanos se cierran a los refugiados y exiliados, tornando al mundo insensible e indiferente al sufrimiento del prójimo, Yo los llamo a ser intercesores de la Paz y de la Misericordia; porque de no haber instrumentos en Mis Manos, su Madre Celeste no podrá interceder.
Que todas las voces y los corazones se unan en una única oración, diciendo: “Señor, ten Piedad y Misericordia”.
Yo siempre oraré por ustedes.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Mientras el mundo enfrenta su gran momento de purificación, les pido que en sus vidas y consciencias siga resonando la voz de la oración del corazón; porque será la forma de que, ustedes y sus hermanos de la humanidad, sean ayudados a través de las Leyes Espirituales.
A medida que se aproxima el tiempo prometido del Apocalipsis, los corazones verán situaciones inesperadas que nunca acontecieron en la Tierra. Esto es así para que el planeta se limpie a sí mismo, porque la Madre Tierra grita de dolor y nadie la escucha.
Por eso, hijos Míos, que la oración sea esa llama ardiente que nunca se apaga, que sea la llama que se vivifica, que transmuta, que ilumina y que redime; porque, en el fin de estos inesperados tiempos, la oración será ese escudo espiritual capaz de aislarlos de todas las interferencias de estos tiempos.
Yo necesito que Mis queridos hijos no omitan este pedido, porque cuando estén delante de los acontecimientos del final de los tiempos, recordarán Mi Mensaje.
Si realmente aspiran a corresponder a Dios no solo en los Mandamientos, sino también cumpliendo Su Santa Voluntad, la oración ardiente será esa estrella que a través de Mi Corazón los guiará hacia Dios, hacia un lugar seguro.
Estos tiempos demuestran que la humanidad perdió los valores de la vida y de la familia, porque la sociedad se volvió indiferente al sufrimiento y a la necesidad de los más desprotegidos.
Por eso, les pido que coloquen todo esto en el corazón y que oren Conmigo, a fin de que su Madre Celeste junto con todos los ángeles intervengan en la actual y cruda realidad de estos tiempos.
Es inmediato que la oración de Mis amados hijos resguarde y proteja toda la misión espiritual que llevará adelante la Madre Celeste.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Oh, Mi Santo Blanco Colibrí,
que visitas una de Mis tierras bendecidas
por la Santa Madre de Dios;
como un humilde peregrino
junto con todos tus hermanos,
tú vienes a Mi encuentro,
al Templo Sagrado de Mi Materno e Inmaculado Corazón,
para suplicarme en unión a Mi Hijo
por la paz en el mundo y por el fin de la guerra.
Oh, Santo Blanco Colibrí,
que vuelas alto para atraer hacia la Tierra
todas las Gracias del Cielo;
hoy, te concedo la Gracia que Me has pedido
desde el silencio de tu corazón.
Oh, Santo Blanco Colibrí,
te animo a seguir adelante,
llevando con firmeza la Palabra de Mi Hijo,
para que los corazones se sigan sintiendo aliviados
por tus gestos de cercanía y de fraternidad.
Hoy, estoy unida en súplica a ti,
para que el mundo se convierta y alcance la paz.
Desde este Sagrado Santuario de Fátima,
junto a los Ángeles del Cielo,
imparto Mi bendición, Mi Amor y Mi Paz
al mundo entero.
Que la Misericordia de Mi Hijo,
hoy, vuelva a descender a la humanidad,
a fin de que más heridas sean sanadas
y los corazones se reconforten.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
A Mis hijos jóvenes, potenciales pacificadores de Cristo
Queridos hijos:
Que, en este día, toda la juventud del planeta, que se reúne para honrar y alabar a Mi Hijo, sea un potencial pacificador de Cristo.
Un joven pacificador es un puente que une las diferencias entre sus hermanos.
Un joven pacificador es un potencial apóstol de Cristo.
Un joven pacificador reconoce en sí mismo su naturaleza humana y la transmuta a través de su sensata unión con la naturaleza.
Un joven pacificador nunca pierde sus sueños y aspiraciones, los que todos los días debe ofrecer a la Creación.
Un joven pacificador aprende a asumir grandes responsabilidades, sin temer equivocarse, porque un joven pacificador, sirviendo, aprenderá a crecer interiormente.
Un joven pacificador no lucha, sino defiende, de sí mismo y del mundo, los valores de la paz, del respeto y de la tolerancia; para que en cada lugar, que el joven pacificador atraviese, se refleje la armonía.
Un joven pacificador abre su consciencia todos los días, para transformar sus miedos en fortalezas, sus aprendizajes en riquezas espirituales, sus destrezas en actos honestos de donación.
Un joven pacificador nunca retrocede, sino avanza. Él camina decidido para poder cumplir sus metas, que deben ser entregadas a los Pies del Creador.
Un joven pacificador es un potencial puro de consagración, sea en la vida del espíritu, sea en la familia o en el Sagrado Sacramento del Matrimonio.
Un joven pacificador no se defiende, no agrede física y verbalmente, porque su esencia es la paz, que habita en el centro de su alma, de su consciencia y de su espíritu.
Un joven pacificador es un escalador de sus sueños, es capaz de animarse a atravesar sus propios abismos, es un guardián de su propio Propósito Espiritual.
Un joven pacificador es un amigo honesto de Cristo, es quien asume cargar con la cruz del mundo, más allá de sí mismo, es una expresión constante de alegría y de renovación.
Un joven pacificador es un alma misionera, que encarnó en este mundo por un Propósito Mayor.
A los jóvenes postulantes a pacificadores, hoy les doy Mi bendición maternal, porque sé que para cada uno de ellos es un desafío vivir por entero la vida del espíritu.
Por eso, agradezco por los valientes jóvenes pacificadores, que hasta ahora fueron capaces de ir más allá de sí mismos y de traspasar sus propias barreras y límites.
A los jóvenes pacificadores, hoy reunidos en el Festival de la Juventud por la Paz en Brasil, les pido que sean fuente de renovación, que sean impulsores del cambio, de la alegría que este mundo tanto necesita.
Yo estoy con ustedes, y una vez más les agradezco por animarse a responder a Mi llamado.
Los ama y los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Estrella Guía de la Juventud
Mis queridos hijos:
Como Virgen del Carmen y Estrella del Mar los vuelvo a encontrar en el refugio sublime de Mi Corazón Inmaculado.
Hoy, vengo a su encuentro para elevar todas sus súplicas a Dios, especialmente las súplicas que sé que son importantes para sus corazones.
Les pido que continúen orando Conmigo por la paz y por el fin de la insensata guerra, para que Mis hijos, sumergidos en la lucha ilusoria del poder y de la conquista de naciones, puedan recapacitar y convertirse antes de que sea demasiado tarde.
Por eso, vengo como la Eterna Estrella del Mar para guiar a todos Mis hijos hacia el puerto seguro del Corazón de Dios, y para intentar retirar del tormentoso y agitado mar planetario a los que ya no están consiguiendo persistir.
Mi Hijo Me envía como Mediadora y también Me envía como Madre Suplicante, como la Madre que clama a la humanidad por el fin de la guerra y del uso de las armas y de las pruebas nucleares.
Queridos hijos, en Mis oraciones y súplicas, Yo deseo que la humanidad ya no retroceda más, que no cierre su corazón a Dios, al amor y a la vida.
Por eso, debemos rezar y hacer sacrificios a fin de que los que ya están condenados reciban la última tabla de la salvación.
Queridos hijos, estoy unida a todos Mis orantes que, día tras día, sostienen con amor y con fe cada una de las diferentes oraciones semanales. Esto es muy importante para Mí, porque así su Madre Celeste tiene medios espirituales para poder interceder, rescatar y salvar.
Hijos Míos, con sus miradas colocadas en Mi Corazón Inmaculado, renuévense todos los días.
Estoy con ustedes y deseo su paz, la paz para el mundo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Estrella del Mar
Mis queridos hijos:
Como Madre Naturaleza y Madre de la Vida, hoy desciendo con la Luz de Dios sobre esta sagrada sierra para volver a encontrarme con Mis hijos de esta humanidad.
Vengo en este día a auxiliar y a socorrer a todos los hijos Míos que en este tiempo sufren y padecen sus purificaciones y pruebas, enfrentando de la noche a la mañana situaciones inesperadas que cambian el destino de la vida de muchas personas.
Pero quisiera decirles, Mis hijos, que eso no significa que Dios esté lejos del sufrimiento o de la enfermedad. Él está más cerca de lo que parece y sufre junto con todos los enfermos y necesitados a través de Su Hijo, Jesucristo, que también sufre junto con los Hijos del Padre.
Este es el tiempo de tener que aceptar, pero también es el tiempo de tener que reconocer los aprendizajes de la vida, teniendo presente que cada momento es una sagrada oportunidad de crecimiento interior para todos.
Cada alma, en este ciclo final, vivirá lo que más necesita aprender, a fin de que en cada hijo Mío nazca y emerja el amor crístico, que le permitirá comprender la vida en su esencia profunda.
Como Sagrados Corazones, antes de Nuestro recogimiento, vemos cómo la humanidad no está preparada para el fin del tiempo. Por eso, la Jerarquía Espiritual dedica cada momento y cada encuentro para auxiliar en todas las situaciones posibles.
Que, en este momento tan turbulento y hostil del planeta, ustedes aprendan a perpetuar la luz de la oración y no pierdan la oportunidad de orar, de pedir Mis Gracias y de interceder por todas las causas, por todas las situaciones y por todos sus hermanos; porque en este tiempo solo bastará orar, pero orar de corazón.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Madre de todos los enfermos de cuerpo y de espíritu
Queridos hijos:
Vengo, en este día, como Madre de la vida de los océanos, para que la humanidad escuche el grito de los océanos, para que el ser humano de superficie se sensibilice y abandone la fría indiferencia.
Vengo como la voz de los océanos, para que sea escuchada, para que Mis hijos oren por uno de los recursos que está en riesgo en todo el planeta.
Oremos, hijos, para que la contaminación ya no sea la amenaza de toda la vida marina.
Oremos para que no se derrame más petróleo en los océanos, para que la sangre de las entrañas del planeta no sea más extraída para el beneficio de los de siempre.
Oremos por la vida de los océanos.
Oremos para que la vida de los océanos ya no sea el cementerio humano más grande de la historia y para que las naciones se comprometan a ayudar en el rescate de la vida de los refugiados.
Queridos hijos, este es el doloroso escenario de los océanos, es el fiel testigo de la inconsciencia de la humanidad y, sobre todo, de la falta de sentido común y de discernimiento.
Yo les pido, más que nunca, que hagan algo por los océanos y que la mayoría no se quede observando cómo se autodestruye la vida que el universo les concedió.
Es hora de tomar consciencia, queridos hijos, porque ya no hay tiempo, y después no habrá posibilidades de que se lamenten.
Oremos por la crueldad que sufren los océanos y todos los seres marinos, para que el sufrimiento, que es provocado por la mano sangrienta del hombre de hoy, no quede impune, y esto no retorne a la humanidad a través de más desaparecidos en los mares, o en la sequía inexplicable de grandes reservas de agua dulce del mundo.
No perjudiquen más a los océanos. Hoy, ellos gritan a través de la voz de la Madre Naturaleza.
Comiencen a hacer algo primero en ustedes mismos. Les estaré muy agradecida a todos aquellos que alivien el dolor silencioso de los océanos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Madre de los Océanos
Oración de la Sierva de Dios
Oh, Señor,
colma nuestra vida
con los dones de Tu Gracia.
Revélate, Mi Dios,
en cada paso de la vida.
Hazte presente en lo más pequeño,
para que muchos más descubran
el sagrado poder de Tu Humildad.
Abre, Señor, las puertas de Tu Reino,
para que todos puedan entrar.
Que con Ojos de Misericordia,
Tú puedas contemplar la grandeza
de que todas Tus Criaturas estén en Ti,
y Tú, Señor, en ellas.
Que la llama flameante de Tu Propósito Divino
pueda ser reconocida por aquellos
que atraviesan la noche oscura,
porque Tú, Señor, eres la Luz del mundo,
Tú eres ese puente que se muestra
ante nuestros ojos,
para que lo podamos atravesar
en confianza hacia el Paraíso.
No mires, Señor, la indiferencia de los hombres,
la crueldad de los incrédulos;
coloca, Señor, Tu Mirada en todos aquellos
que en sacrificio y en amor se entregan a Ti,
para alabarte y para reconocerte
como el Único Señor, Adonai.
Que Tu Insondable Amor, Señor,
sacramente la vida de Tus Hijos.
Haz que una vez más brille la estrella de Belén
en lo más profundo del corazón
de los que aspiran, algún día,
a encontrarse, cara a cara, con Cristo.
Así, Mi Dios, prepara la Nueva Tierra
a través de los que, por amor, se ofrecen a Ti,
para que Tu Sagrado Reino descienda a la Tierra.
Que en esa unión perfecta
entre Tu Corazón y el corazón de Tus Hijos
se vivifique Tu existencia,
porque al fin de todo,
cuando todo se haya cumplido,
conforme Tú lo decretaste,
Tus Criaturas y Tú, Señor del Universo, serán uno,
y ya más nada separará la vida de la esencia,
la realidad de lo inmaterial,
lo interno de lo divino y cósmico.
Tu Sierva y Esclava, una vez más, se ofrece,
en amor y en renuncia,
para que muchos más puedan renacer en Ti.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Sierva del Señor
Mis queridos hijos:
En el Amor de Dios, encontrarán la respuesta para cada etapa de la vida.
En el Amor de Dios, renacerán como en cada nuevo amanecer y le encontrarán sentido a toda la experiencia vivida.
En el Amor de Dios, se curarán, pero también se liberarán de ustedes mismos.
En el Amor de Dios, ya no habrá motivo para actuar, pensar o proceder lejos de ese Amor Divino.
Como Madre, como una Madre que estuvo en la Tierra y conoció la condición humana de cerca, Yo les pido que no se dejen abrazar por la imperfección propia; más aún, permitan que el Amor los cure y los redima, permitan que la puerta del corazón siempre se mantenga abierta de par en par. Nunca cierren la puerta del corazón.
Aférrense al Amor del Padre Eterno y renacerán, se liberarán de las amarras y se disolverán todos los males del mundo.
En verdad, les digo, hijos Míos, que sin el Amor nunca podrán conocer a fondo la realidad. Por eso, no se olviden de que fueron creados, en la Fuente, por un profundo sentimiento de Amor de Dios.
Así, despójense de lo que creen, de lo que afirman como una única verdad. Despójense de lo que sostienen como propio.
Es hora de que Mis hijos practiquen, en carne propia, las Palabras de todos los Mensajeros; porque un día llegará el fin y deberán estar viviendo en el Amor de Dios, en el Amor que es capaz de ir más allá de ustedes mismos por la concreción de un bien mayor y universal.
Esta es la llave que les vuelvo a entregar una vez más, la llave del amor vacío, de un amor libre de convicciones y de ideas, de un amor que es capaz de sacrificarse por amor a Mi Hijo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Madre del Amor Mayor
Queridos hijos:
Cuando un alma no acepta o no acoge con profundidad la Voluntad de Dios, es un alma que le envía un mensaje al universo, diciéndole que hará su propia voluntad. Vean, en esto, el ejemplo de la falta de consciencia y de discernimiento de quien decide por sí mismo.
La Voluntad de Dios no es un reglamento, es una expresión desconocida de Su Amor.
La Voluntad de Dios no es autoritaria, es un reflejo de la Caridad del Padre con todos Sus Hijos.
La Voluntad de Dios no es restricción, es la emanación infinita de Su Sabiduría y de Su Insondable Misericordia.
Cuando el alma no consigue abarcar esta realidad, está propensa al sufrimiento; porque, hijos Míos, no hay nadie más que humildemente respete la libertad de Sus Hijos como Dios.
Cuando nada parece tener sentido, es entonces que las almas con corazones más duros recuerdan a Dios; pero como Madre, que desde el principio vivió en la Voluntad del Creador, Yo los invito a vivir la experiencia de abrazar la Voluntad de Dios para que pierdan el control que creen tener.
Si aman la Voluntad de Dios, la conocerán.
Si viven en la Voluntad de Dios, no existirán límites para que el ser de la superficie de la Tierra sea un espejo vivo de esa Voluntad.
Así como la Verdad de Mi Hijo los hace libres; también la Voluntad de Dios, paso a paso y en obediencia, los liberará de ustedes mismos.
Piensen cuántas veces, en el día a día, dejan de vivir la Voluntad de Dios y viven su propia voluntad; una voluntad que carece de fundamentos y, sobre todo, que carece de amor. Así, Mis hijos, se darán cuenta si están cerca o lejos de Dios.
Como Madre, deseo el bien y la victoria de Cristo en los que se decidan a ser nada y que se decidan a vivir en la sabia Voluntad del Padre Eterno.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Hoy, su Madre Celeste coloca Su mirada sobre la herida África para que su pueblo encuentre, a través del consuelo de la Madre de Dios, la fuerza interior que necesita para seguir adelante.
África es Mi pueblo amado, un pueblo muchas veces olvidado y lastimado por la esclavitud sofisticada de estos tiempos.
Como Señora del Verbo Divino, vengo a pedirles a Mis hijos que no se olviden de las necesidades de Mi amada África; porque, mientras esas necesidades urgentes no sean atendidas por toda la humanidad, no llegará el tiempo de paz que el mundo tanto busca.
A través de ciertos acontecimientos, la voz y el grito de Mis queridos hijos de África son silenciados para que su sufrimiento no sea conocido.
Por eso, así como en este último mes Yo los invité a orar por las familias, hoy los llamo a que no se olviden de orar por Mi herida África; porque necesito que sus corazones, que ya lo tienen todo, se sientan sensibles por aquellos que más sufren.
No puede pasar ni un día en el que ustedes no piensen en Mis hijos de África. Quisiera que sepan y que comprendan, algún día, la importancia de que haya más misioneros en África.
Oro, día y noche, por los que son descartados.
Oro, día y noche, por los que son desatendidos.
Oro, día y noche, por los que son olvidados.
Oro, día y noche, por los que no escuchan con sensibilidad el grito y el llamado de África.
Mi Corazón de Madre está con África.
Mi Gracia sostiene la fe de todos los africanos. Mi Amor los abriga y los consuela en las horas difíciles.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Madre de toda África
En este día, queridos hijos, vengo como Madre Celadora y Guardiana de los Sacramentos, en nombre de Mi Hijo, a agradecerles a los sacerdotes de la Orden fundada por Cristo por los sagrados oficios prestados en los Núcleos-Luz, en los grupos de la Red-Luz y en sus familias.
Pudimos presenciar, desde los planos internos, los frutos que fueron traídos a todos desde Tierra Santa.
Mi Hijo pudo llegar a la esencia de muchas almas, a través de los Sacramentos, y ahora es el momento más especial, en el que Cristo obrará y buscará tener un lugar en el corazón de Sus compañeros.
La Ciencia de los Sacramentos es una fuente inagotable de Gracias y también de milagros.
El alma que, por ejemplo, es ungida, incluso sin vivir el Camino de Cristo, es considerada un alma rescatable, y el mérito y la Gracia que recibe es concedido por el oficio del sacerdote.
Por eso, Mi adversario intenta socavar la vocación de los sacerdotes; porque sabe que cada vez que un sacerdote oficia, con todo su corazón y vida cualquiera de los Santos Sacramentos, él pierde de sus garras al alma que fue sacramentada, porque esa alma pasa a ser contemplada como un digno hijo o una digna hija de Dios.
Este es el motivo por el que los fieles y devotos al Sagrado e Insondable Corazón de Jesús deben orar diariamente por los hijos predilectos de Cristo, los sacerdotes, para que ellos siempre sean instrumentos puros de donación y de servicio para los más necesitados de espíritu.
Mi Hijo, hoy, a través de Mi Materno e Inmaculado Corazón, los bendice y bendice en especial a los sacerdotes de la Orden y del mundo por ser mediadores de todas las Gracias de los Sagrados Corazones.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Celadora de los Santos Sacramentos
Mis queridos hijos:
Hoy, Me alegra encontrarlos en este sagrado bosque de contemplación, lugar bendecido por Mí, porque durante treinta años, su Madre Celeste fue testigo fiel de las ofertas internas y de todas las vigilias que se realizaron aquí, por amor a la humanidad y por su salvación.
Por eso, en este día, conforme les he mostrado, vengo a renovar y a reconsagrar este bosque con el nombre de “Bosque de la Armonía y de la Contemplación”, como una nueva extensión del Centro Mariano de Figueira.
Aquí se erguirán todos los Misterios del Santo Rosario, a través de pequeños altares que serán construidos a fin de que las almas contemplen todos los hechos y misterios de la Sagrada Familia.
El Bosque de la Armonía y de la Contemplación será el espacio ofertado a las almas peregrinas y a todos los que viven aquí para que puedan reencontrar la Gracia de sentirse amados por Dios, a través de la recitación de los Misterios del Santo Rosario.
El Bosque de la Armonía y de la Contemplación también guiará a las almas, en el área actual de la choza, Oca, para estar delante de un pequeño lago y, en su centro, la imagen que hoy Me han ofrecido en el altar.
Para que esto sea posible y dada la urgencia de este espacio, su Madre Celeste convoca a todos los Hijos de María consagrados para que asuman el cuidado de este sagrado lugar.
Deseo también que debajo de cada espacio del altar dedicado a los Misterios del Santo Rosario, se expresen pequeños jardines con bancos, para que exista un espacio de contemplación en cada estación.
A su vez, también aspiro a que en el lago de su Santa Señora haya diversas especies vegetales y una pequeña cascada, una fuente, para que las almas reciban la Gracia de la cura de sus emociones.
Si esto se cumpliera, conforme lo he pedido, prometo que esta nueva área del Centro Mariano será un lugar de bendiciones y de milagros para todos los que lleguen aquí con fe.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Señora del Sagrado Bosque de Figueira
Mis queridos hijos:
Hoy, como Madre de la Misericordia y ante el océano infinito de la Misericordia de Mi Hijo, recojo de los corazones las ofertas y las oraciones que son dirigidas a Cristo, a fin de que, en este tiempo, Él transforme la miseria humana en Misericordia y en Compasión.
Por eso, hijos Míos, una vez más, la vida y el espíritu de cada uno de ustedes está delante del umbral de la Divina Misericordia, esperando que la Ley de la Expiación actúe en la humanidad ante tantos acontecimientos que se viven en el mundo.
Que sus almas sean depositarias del Amor de Mi Hijo y de Su Misericordia Insondable.
Que sus actos, gestos y acciones sean misericordiosos para que esta civilización, de los tiempos de hoy, recupere su contacto con la esencia del Amor-Sabiduría, para que la maldad, el odio, la venganza y la impunidad se disuelvan en el corazón humano, y para que cada hijo Mío recuerde que puede regresar a Dios y conocerlo dentro de sí mismo, en lo más profundo del silencio y de la oración suplicante.
Queridos hijos, aún la Divina Misericordia necesita ser conocida en el mundo, necesita ser practicada y vivida por todos; porque mientras no hayan almas misericordiosas, no habrá paz en el mundo, la guerra no se detendrá.
La Misericordia es la puerta de salvación que Mi Hijo abrió en Su Costado, en donde los afluentes del Agua y de la Sangre son misterios de expiación y de perdón para los que se rinden al Amor de Jesús.
Hijos, que la Misericordia sea el anuncio de la esperanza y de la paz para el mundo herido.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Mis queridos hijos:
Que hoy pueda brotar de ustedes la dicha por este reencuentro con los Sagrados Corazones en mayo, cuando sus almas podrán celebrar el mes de Mi Materno e Inmaculado Corazón.
Después de toda la obra especial, llevada adelante por Cristo en Israel; hoy, retorna su Madre Celeste, la Señora de Figueira, para volver a abrir la Fuente de las Gracias, para que estas Gracias tan necesarias se derramen sobre Mis hijos.
También, de manera especial, su Madre Aparecida regresa para proteger el Propósito Espiritual de Brasil y ayudar al ángel de la nación brasileña; porque Brasil, como pueblo, siempre saldrá adelante, más allá de todo lo poco transparente que suceda en estos tiempos.
Recuerden, Mis hijos, que, en Fátima, la Señora del Santísimo Rosario les reveló a los videntes la misión espiritual que Brasil, como corazón del mundo, tendría en el fin de los tiempos.
Ahora, que en el mes de mayo las almas tomarán sus últimas decisiones, después de todas las Gracias recibidas desde Israel a través de Mi Amado Hijo; su Santísima Madre regresa a Brasil para fortalecer la misión que tiene como país y que también deberá reflejarse a través de los corazones de todos los brasileños.
Es así que, respondiendo a los Pedidos del Altísimo Padre Eterno, los Tres Sagrados Corazones vuelven a reunirse en el mes de mayo en Sudamérica; a fin de que esta región del planeta no se olvide de que siempre Nuestra amorosa mirada está sobre el Nuevo Edén de Dios, está sobre Brasil y sus naciones hermanas.
Los invito a preparar estos próximos encuentros bajo el don de la alegría, del júbilo, bajo la Gracia del reencuentro de hermanos en Cristo Jesús.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Señora de Figueira
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más