Viernes, 19 de julio de 2019

El Sagrado Llamado
Aparición reservada de Cristo Jesús en el Centro Mariano de Aurora, Paysandú, Uruguay, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús, para el Sagrado Llamado 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Hoy debajo de Mis Pies traigo el Centro del Universo para que puedan contemplar el Origen de su origen, para que puedan adorar al primer Pensamiento de Dios, antes de que todo existiera en este Universo y en otros.

Con este mensaje vengo a revelarles la Verdad, la Verdad que existe dentro de ustedes. Una Verdad que es inalterable e inextinguible, una Verdad que nadie puede cambiar porque es una Verdad que proviene de Dios, de Su Fuente y de Su Manifestación.

A pesar del tiempo de tribulación y de purificación, esa Verdad nunca cambiará porque la Verdad dentro de ustedes es la esencia, lo que Dios constituyó en cada uno de Sus hijos desde el momento en que pensó en la manifestación de la Creación y de todo lo que hoy existe en el Universo, más allá o no de su conocimiento, de su saber, porque el hombre de superficie aún no llegó a descubrir el Universo.

Para poder conocer la realidad superior deben descubrir, primero, el Universo que existe en ustedes. Un Universo pleno de sabiduría, de riquezas, de tesoros espirituales y de las aspiraciones de Dios; formado por medio de Sus Dones y Virtudes; integrado a través de Sus Voluntades que fueron preciosamente pensadas para cada uno de ustedes, para cada uno de Sus hijos.

Hoy la humanidad creció como población en la superficie de la Tierra y ustedes saben que está viviendo un momento agudo, una transición. Esta es la humanidad que ya cruzó las puertas del Armagedón, del fin de los tiempos, del ciclo de las definiciones. 

Pero deseo que en una parte de la humanidad, esa verdad que está dentro de ustedes los una con cada uno de sus hermanos; para que en estos tiempos de tempestad y de tribulación, de oscuridad y de tinieblas, nada los haga vacilar ni titubear porque cuando la naturaleza se manifieste y se exprese, y los elementos actúen para purificar a la Tierra y a toda su consciencia, su fe deberá ser inquebrantable.

Crean, compañeros, que hasta ahora nunca vivieron este tiempo. Un tiempo que trae revelaciones, no solo dentro de ustedes, sino también en la consciencia del planeta y de toda la humanidad.

Así como existen tiempos difíciles, también existen tiempos milagrosos, en los que todos son invitados y llamados a participar de esos tiempos de milagros, en los que los nuevos Cristos surgirán y sostendrán a este planeta y a su consciencia, aprendiendo a superar el fin de los tiempos y aprendiendo a atravesar las tribulaciones que se manifestarán dentro y fuera de ustedes.

Pero, Mis queridos compañeros, no deberán colocar sus ojos en lo que es externo o en lo que les sucede, porque Dios sabe lo que están viviendo. Dios siempre les dará la fuerza que necesitan para superarse a sí mismos y para ayudar a superarse a los demás. Esto es parte de una gran cadena de amor que se construye, espiritualmente, a través de Mis servidores y colaboradores en esta Obra de Redención. 

Por eso, hoy quiero que eleven sus consciencias hacia el Centro de este Universo, al que aún ninguna ciencia ni tampoco ninguna consciencia de la superficie de la Tierra ha llegado, verdaderamente, para descubrir y saber lo que allí se encuentra.

En ese lugar, conocido como Andrómeda, está su Señor está para gobernar esta parte del Universo junto a ustedes, para enseñarles a ser Mis pilares en este tiempo final, para darles fuerza e ímpetu a los que padecen, a los que nada tienen, a los que son débiles, a los que no pueden superarse por sí mismos.

Desde el Centro del Universo, Yo les doy Mi Paz y en Mi Paz los conduzco, a pesar de las purificaciones o de las imperfecciones. 

No se olviden, amigos Míos, de su verdadera esencia, esa pequeña célula de luz que Dios depositó en ustedes, en sus espíritus, en el centro de sus almas, en lo profundo de sus corazones. Allí, el mal no podrá entrar ni tampoco la oscuridad; porque Dios desde el principio los hizo parte de Sí y fue tan ardiente, amoroso y profundo Su deseo de tener a Sus hijos sobre la superficie de este planeta, como en otros lugares de este Universo, para que lo conocieran, para que lo amaran, para que lo contemplaran, no solo como una Consciencia Divina y paternal, sino también como parte de todo lo que existe, más allá de la adversidad y de la dualidad.

Coloquen sus consciencias y sus mentes en otra sintonía y aprenderán a superar estos tiempos difíciles, en los que la humanidad cambia de idea, día a día, y pierde la dirección hacia la Verdad.

Por eso el tiempo de Mi Retorno se aproxima y ya no solo escucharán Mis Palabras, sino también verán el movimiento de Mis Labios cuando esté físicamente entre ustedes, no solo en Mi aspecto Glorificado, sino también en Mi aspecto de Divinidad, de la Segunda Persona de Dios, la que anunció la Verdad en los tiempos pasados y la volverá a anunciar para renovar los tiempos dentro de cada uno de ustedes y en este planeta.

Por eso, Mi Obra se ha expandido y se seguirá expandiendo, y ustedes son los colaboradores para que eso suceda, manteniendo como primordial la unidad entre sus corazones y sus vidas, el respeto mutuo entre sus personas, la fraternidad entre sus almas, el acogimiento entre sus espíritus.

Todo esto contribuirá, compañeros, a la realización de Mi Plan en este tiempo crucial de la humanidad. Seguirán aprendiendo a superar batallas, dentro y fuera de ustedes. Seguirán aprendiendo a curar, por medio del Amor que Yo les he enseñado y les seguiré enseñando. Seguirán aprendiendo a donarse, a entregarse de una manera incondicional que sea capaz de superar los límites de su consciencia y de su cuerpo, que sea capaz de demostrar que el Amor volverá a vencer, una vez más, como él venció en la Cruz.

Pero Yo no los llevará a grandes agonías ni tampoco a grandes desconsuelos. El planeta ya está sufriendo, la humanidad está enferma física y espiritualmente, pero aún quedan grandes rebaños como este, que están sobre los Centros Sagrados para preparar el advenimiento de Su Redentor, porque primero no vendré para grandes multitudes, sino para minorías, así como vine una vez para Mis Apóstoles, llamándolos uno a uno por su nombre para que descubrieran su verdadero nombre espiritual que es parte de la Fuente, de la Existencia, de la Creación de este Universo, de una vibración superior y permanente que es reconocida por los ángeles del Cielo y por los grandes Padres Creadores.

Colóquense, compañeros Míos, en la sintonía del Centro del Universo, de Andrómeda, y tendrán herramientas, instrumentos e impulsos de Luz para seguir transformándose, para alcanzar la redención en nombre de muchos, de los que no la vivirán, de aquellos que no la aceptarán ni tampoco la reconocerán, pero Mi Misericordia viene para todos, sin excepción.

Mi Corazón Glorificado abre la puerta para la humanidad entera y él aún penetrará más en la consciencia humana cuando más servidores se congreguen en el nombre del amor, en la búsqueda de la verdad interior y en el sostén de la fe.

El planeta debe escuchar que estoy retornando y que ya, hace algunos años, Me anuncio a través de ustedes que bajo la luz desconocida de Aurora abrieron las puertas para Mi llegada, para Mi Segunda Venida a la Humanidad. Sé que aún no comprenden este misterio y que tal vez  les parece que nada sucede o que todo está igual. 

Coloquen sus ojos y especialmente su corazón en el infinito y siempre alcanzarán la Estrella que los guiará, una Estrella especial que hasta ahora los ha guiado y los ha conducido, la gran Estrella Madre, la Consciencia Femenina Universal que, bajo los rayos de Sus Atributos e impulsos maternales, los ha preparado a ustedes y a sus hermanos del mundo entero para que Yo estuviera aquí.

Así como la luz se encendió en Figueira hace algunos días, hoy la luz de la verdad de Aurora se vuelve a reencender aquí, en sus corazones. No deben temer si la luz de Aurora se recoge o se silencia porque ustedes, compañeros, ya están preparados para representar a la luz de Aurora en la superficie, en su convicción, en su fe, en su superación, en su espíritu incondicional, en su misión interior y espiritual, en su servicio, en su entrega, en su fraternidad, en la oportunidad de entregar cura, alivio, consuelo, calma y regocijo a los que nada tienen en su interior, porque hoy el mundo cree haber avanzado tecnológica y espiritualmente, pero ustedes saben, compañeros, que no es verdad.

Por eso, Dios escoge lugares tan simples como este para poder manifestar Su Palabra y Su Mensaje para que, entre muy pocos y en representación de muchos, conozcan la Verdad Suprema que, conducida por Su Amor infinito y superior, los ha gestado, los ha creado y los ha traído hasta aquí, así como a toda la humanidad.

El mundo se olvidó, en este tiempo, del Amor del Padre, pero este amor infinito y misericordioso regresa a través de Su Hijo, por medio de Su Palabra y de Su Presencia a través de estos últimos años, en los que la Obra de los Mensajeros Divinos ha sido conocida y seguirá siendo conocida y difundida por los corazones que sienten en su interior el eco de Dios.

No crean que todo ya terminó, los últimos años fueron el preámbulo para la gran preparación del fin de los tiempos. El servicio, el amor, la caridad, la oración, la instrucción, la cura son las bases de esta Obra espiritual que se une a muchas Obras hermanas en el mundo entero y que se seguirá uniendo para confraternizar con todos los hijos de Dios, en la presencia del sagrado espíritu de la Jerarquía y de la Hermandad, la que siempre está presente en el Cielo y en la Tierra; la que viene contemplándolos, conduciéndolos y guiándolos desde el principio de sus orígenes, desde el surgimiento de sus fuentes, en donde todo era perfecto conforme al Plan del Creador.

Así como el mal fue vencido, crean, compañeros, que por la presencia de Mi Amor misericordioso y paternal, la dualidad será vencida dentro y fuera de ustedes. Pero persistan, persistan, persistan por Mí. Siéntanse bajo Mi protección.

Yo los congrego a todos, una y otra vez, en el nombre de la Verdad y del Amor del Padre, porque así como el pueblo de Israel fue guiado y escogido, Su nuevo pueblo, Su nueva raza, Su nuevo rebaño, Sus servidores del fin de los tiempos también son congregados por la Presencia de Su amor y de Su sabiduría.

No olviden ser espejos de los Centros Sagrados para que los Centros puedan estar presentes en la superficie de la Tierra en este tiempo, en el que la humanidad coloca su mente y su corazón en muchos deseos y tendencias. Dios está cansado de sentir la ira de Sus hijos, de sentir indignación por los corazones que no lo escuchan y que no quieren abrir sus ojos para ver, en el horizonte, la presencia de la Hermandad. Pero ustedes, servidores y compañeros Míos, viejos hermanos de otrora que ya fueron formados por la luz de la Instrucción, despierten sus dones, despierten sus virtudes y sigan como hasta ahora, construyendo por medio de la Oración por todas las Naciones este impulso que viene directamente del Universo.

La luz de Aurora se ofreció, abnegadamente, para servir al planeta y a la humanidad por medio de los encuentros y de los impulsos de luz en las peregrinaciones. Yo sabía desde el principio, compañeros, que ustedes no tendrían consciencia de lo que esto significaría, pero supieron obedecer, adherirse y amar, y esto es valorado por el Padre Eterno y por toda Su existencia, así como muchos servidores lo hicieron a lo largo de los tiempos para entregarse a Dios de forma incondicional y verdadera.

Aún el mundo y la humanidad necesitan de esa luz de Aurora. Ustedes tienen la Gracia de hacer brillar esa luz en sus corazones y en sus vidas, en su compartir, en su fraternidad, en su comunión entre hermanos así como lo hacían los esenios.

Todo lo que Yo he vivido cuando estaba presente en la Tierra lo he compartido con ustedes, por medio de Mis Mensajes y Mis Palabras, a través de cada encuentro en este lugar como en otros. Pero el momento de expansión vivirá su tiempo de recogimiento. Aún falta mucho para eso, compañeros, la necesidad planetaria es muy grande, la carencia es inmensa, pero a ustedes nunca les faltará la paz aunque estén en batallas. Confíen porque Yo siempre estaré allí, a su lado, para llevarlos en Mis Brazos hacia Dios y hacerles reencontrar el sentido de estar aquí.

Que escuchen los corazones que están despertando. Que se unan las almas que están llegando. Que la luz de los Centros Sagrados atraigan a los servidores de Dios desde diferentes lugares del mundo, porque está llegando el momento de la comunión con la gran familia espiritual que está formada por todos los que escuchan en su corazón a Dios y responden a Su llamado.

Que en esta hora se cumpla la próxima Voluntad de Dios que se revelará, aun siendo desconocida por todos.

Fortalezcan sus bases espirituales, día a día, para fortalecer las bases que conforman la vida de comunidad en la superficie, en cada espacio consagrado a la Jerarquía.

Ustedes saben, compañeros, que los Sagrados Corazones estarán en el mundo un tiempo más hasta que Dios lo conceda, y llegará ese tiempo en el que ustedes deberán ser la propia luz de Aurora en la superficie de este planeta y hacia donde vayan, con la convicción de estar cumpliendo por medio de la fe, la Voluntad de Dios. Siguiendo el camino de la transformación, de la entrega y de la redención nada les faltará.

El desequilibrio planetario es muy grande. La disociación es inmensa y la desigualdad también lo es. Pero si los pequeños rebaños se mantienen fuertes, el Pastor siempre guiará a sus ovejas para llevarlas y conducirlas hacia el Propósito Mayor que, a pesar de ser desconocido, se hará consciente en ustedes algún día.

Bajo la luz que concibió el propósito de Aurora, en el Origen de los orígenes, desde el centro y desde el corazón de esta Galaxia en donde Mi Gobierno establece la paz y la igualdad, Yo los bendigo y los absuelvo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.