A veces las almas pierden la unión Conmigo, porque pierden la fe en todo lo que he pensado para ellas, lo que trae como resultado la vivencia y la experiencia del sufrimiento.
Por esa razón, la llave fundamental está en la entrega de las almas al Corazón del Redentor, porque en esa entrega las almas tienen la posibilidad de trascender el control y el poder sobre las cosas.
Al contrario, cuando las almas no viven de verdad esa entrega, por diferentes razones, ellas se sumergen en las corrientes del mundo y quedan vulnerables, sin protección ni resguardo de la energía divina.
Esto sucede porque las almas no tienen la seguridad y el impulso suficientes para dejarse transformar por algo superior y desconocido a sus raíces.
El puente de la entrega permitirá que el alma siempre se beneficie, permitirá que todo se supere y se trascienda. Solo el alma debe dar el permiso para poder hacerlo.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Segundo Mensaje
Y verán venir al Hijo de Dios con la victoriosa Cruz de Emmanuel, iluminando los cuatro puntos de la Tierra, a todas las razas y a todos los pueblos, para que triunfe nuevamente el Amor Misericordioso de Mi Corazón y se abran las puertas a la reconciliación de las almas con el Universo y la vida.
Esta victoriosa Cruz de Emmanuel anunciará un nuevo tiempo para el planeta y su humanidad.
Dichosos serán aquellos que la veneren con la humildad del corazón, porque en el próximo tiempo serán reconocidos como Hijos de Dios.
Dichosos serán los que creen en Su poder, porque serán congregados a los pies de la Cruz de Emmanuel para ser bendecidos y colmados por el Espíritu Santo.
Y finalmente, compañeros, por la poderosa Cruz de Emmanuel, toda adversidad y mal serán vencidos y, en la unidad con el Padre, sus corazones florecerán en el amor y en la fe.
Cuando vean venir al Hijo de Dios con la victoriosa Cruz de Emmanuel, será la señal de que se aproxima el último tiempo, será el momento en el que sus corazones deberán estar preparados para recibir lo que tanto esperaban.
Esta Cruz viene a cerrar todo lo que es incierto y a abrir la Fuente del Amor para los corazones.
La Cruz de Emmanuel trae el espíritu de la redención para las almas y para todos los espíritus caídos. Ella tiene la potestad de traer la liberación para el mundo y la redención para las naciones, porque en ella se guardan los códigos de los sagrados méritos de la Pasión de su Señor.
En la Sagrada Cruz de Emmanuel se guarda la experiencia vivida por Cristo en la Tierra, el incalculable valor de Sus padecimientos, de todos Sus sufrimientos y de todas Sus agonías por la conversión y la redención de los espíritus caídos en este planeta; y también por Su preciosísima Sangre derramada durante Su Pasión y hasta Su Muerte en la Cruz.
La victoriosa Cruz de Emmanuel guarda, en esencia, hasta el último momento en que su Maestro y Señor expiró en la Cruz entregando Su Espíritu al Padre para que al tercer día lo resucitara.
Bienaventurado será quien contemple con humildad la victoriosa Cruz de Emmanuel y quien le pida algo al Padre por alguna consciencia que está perdida o caída, porque al tercer día el Padre lo escuchará y responderá a su súplica.
Esta poderosa Cruz de Emmanuel es el símbolo para los mundos visibles e invisibles, para el plano espiritual, mental y material.
En ella, el Padre ha dejado los méritos que Su amado Hijo alcanzó desde Su Nacimiento hasta Su Ascensión a los Cielos, hasta antes de salir de este planeta y elevarse al Universo.
La sagrada y poderosa Cruz de Emmanuel trae la alianza y la unión de las almas con Dios, con Su Divino Proyecto, con Su Divina Idea, con Su Divino Pensamiento y con el propósito que cada ser y criatura de esta humanidad debe manifestar en el fin de estos tiempos.
Ella es el símbolo azul que vence a las tinieblas.
No hay espíritu o consciencia que se pueda resistir a la victoriosa Cruz de Emmanuel y a los méritos que ella guarda, méritos alcanzados por Cristo durante Su pasaje en la Tierra.
La victoriosa Cruz de Emmanuel es el símbolo de unión del Universo Espiritual con el Universo Material, de la Fuente del Padre con la esencia de Sus criaturas en todo este Universo y en otros.
Su Hijo Amado y los santos ángeles del Cielo se postran ante la victoriosa Cruz de Emmanuel, porque ella vence al enemigo, derrota a los impíos, purifica a los injustos y redime a los que están perdidos.
Abran sus corazones a este gran momento del descenso de la poderosa Luz de Emmanuel para que las almas abandonen sus desiertos internos y todas sus agonías, para que los espíritus de esta Tierra se reenciendan por la poderosa Luz de Emmanuel que viene al encuentro del espíritu de Sus hijos para colmarlos con Sus Dones y con todas Sus Gracias.
Cuando vivan algún obstáculo o alguna dificultad, póstrense ante la poderosa y victoriosa Cruz de Emmanuel y contémplenla, encendida y brillante, y vean cómo ella penetra en los espacios y los planos, llenándolos de Luz y de Misericordia, y así, sus penas se disolverán.
¡Poderoso Padre del Universo, Amado y Resplandeciente Emmanuel!
Tu Hijo, hoy ofrece el símbolo para la redención de las almas y de todo este planeta.
Tu Hijo coloca en Tu Altar celestial la poderosa Cruz de Emmanuel para que, por todos los sacrificios, padecimientos y sufrimientos vividos por Tu Amado Hijo, todas Tus Gracias y Misericordias retornen a las almas a fin de que se disuelva la esencia del mal y brille en los corazones Tu Divina y Gloriosa Esperanza.
¡Oh, gloriosa Cruz de Emmanuel que llegas al mundo para socorrer a las almas, que desciendes en Gloria para encender a los corazones, que vienes al auxilio de los no redimidos!
¡Oh, Santo Padre!
Que Tu poderosa Cruz Azul haga cumplir en las almas Tu Propósito para que el mal sea disuelto y la alegría regrese a los corazones limpios, y así vivamos en la comunión con Tu Espíritu y Tu Divinidad.
Hoy los ilumino con la poderosa Cruz de Emmanuel para que todo sea transformado y transmutado.
Verán brillar en los Centros Marianos el Espíritu del Padre que, siendo imperceptible y silencioso, llega al mundo para reunir a los rebaños de Dios y llevarlos al encuentro del Retorno de Cristo.
El Cielo les entrega un símbolo más de redención y de misericordia.
Que la Cruz sea el impulso para el retorno a sus orígenes y, en esencia, a su principio.
Así podrán vivir el Plan como lo ha diseñado Dios en Su Corazón Misericordioso.
No teman, el sufrimiento del mundo terminará, pero aún la humanidad deberá aprender lo que no aprendió.
Mi Corazón y Mi Vida les entregan la poderosa y victoriosa Cruz de Emmanuel para que ilumine los caminos de los discípulos de Cristo, de los pueblos de Dios, de los servidores del Plan durante el tiempo de la gran tribulación.
Cuando Yo ya no esté entre ustedes ni siquiera aquí, tendrán de qué servirse: de la poderosa Cruz de Emmanuel, y recordarán a cada momento el Sacrificio del Hijo de Dios y todos los méritos que Él alcanzó por Su dolorosa Pasión.
Que el Espíritu del Padre descienda a los Centros Sagrados y que las almas escuchen en su interior la Voz y el Eco de Dios, para que caminen al encuentro de la victoriosa Cruz de Emmanuel que será el portal de unión con el Universo y las estrellas.
¡Oh Santo Propósito de Emmanuel, hazte visible a las almas del mundo!
Que las cadenas de la perdición se rompan, que los corazones se liberen y que las almas encuentren la comunión con Tu Espíritu.
Después de dos mil dieciocho años, su Maestro y Señor desciende en Aurora, con la poderosa y victoriosa Cruz de Emmanuel para iluminar los espacios visibles e invisibles, para dar la Gracia de la redención y de la cura a todos los espíritus caídos.
Y junto a Sus Ángeles del Cielo, el Maestro canta Aleluya porque se cumple, en el fin del ciclo, Su esperado Retorno a la humanidad bajo la Gloria y el Poder de Emmanuel.
Que en esta Maratón las almas puedan revivir su compromiso con lo Alto y no con lo bajo.
Que las almas puedan volver a despertar a la esencia de su propósito para cumplir con la Voluntad del Padre y así responder a Su llamado en el fin de este tiempo.
Vengo aquí trayendo entre Mis Manos la poderosa y victoriosa Cruz de Emmanuel para que las puertas se cierren y el Reino de Dios descienda, a fin de transfigurar los corazones y las vidas de todas las personas.
¡Amado Padre Emmanuel, Soplo del Espíritu Poderoso de Dios, Esencia inextinguible e irrefutable, Poderoso código de redención y de liberación cósmica!
Reconstruye, en esta raza, Tus sagrados Principios, para que bajo la poderosa Luz Azul de Tu Consciencia Divina las almas alcen vuelo en dirección a Tu Fuente y así, se fundan en Tu Corazón Glorioso y Vivo.
Así como la Cruz poderosa y victoriosa de Emmanuel, les entrego el Sacramento de la Comunión con Mi Cuerpo y con Mi Sangre para que vuelvan a vivificar su compromiso con el Padre y Su sagrado Plan.
Como hace más de dos mil dieciocho años, vuelvo a decirles que coman porque este es Mi Cuerpo, que ha sido entregado por los injustos y los traidores para la redención de todas las almas y de todos los pecadores, a fin de que algún día despierten a la Verdad que es el Amor y la Unidad con el Padre.
De la misma forma les digo que beban porque esta es Mi Sangre de la Nueva Alianza, que viene para purificarlos y santificarlos en comunión con la humildad y con la verdad.
Reciban este Sacramento en nombre de Emmanuel, para que no solo el Universo cumpla el Divino Propósito, sino que todas las almas, todos los pueblos y todas las razas despierten en estos tiempos a la redención y a la cura.
Así, Yo los dejo con la Bendición de Emmanuel preparándolos para el día de la consagración de Su victoriosa y poderosa Cruz, en el que muchos más espíritus, dispersos por este planeta, se rendirán cuando la Cruz sea encendida y se una al Padre, y el Padre se una a Sus hijos.
Los bendigo, y ofrezcan este Encuentro de oración por los que ya no están aquí y por los que han cerrado su corazón a la Verdad por miedo, por temor o por disociación.
Que una pequeña partícula de la Sagrada Luz de Emmanuel llegue a esas almas para que el Plan se reconstruya, así como Dios lo ha pensado.
Llevando en Mi Mano la Poderosa Cruz de Emmanuel, encendida y resplandeciente, trayendo el Cielo a la Tierra, trayendo a Dios hacia Aurora, los preparo para estos días de reconfirmación y de vivencia del Amor Crístico.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
El perdón del corazón los hará retornar al origen de Mi Divina Misericordia.
Por eso hoy les pido: regresen al perdón interior porque él les dará la oportunidad de fundirse con el Sabio Amor de Mi Corazón. Tracen ahora el camino hacia el perdón, porque en ese sendero descubrirán las llaves para la conversión y la redención de la materia.
Que los buenos hermanos de camino se unan y nunca se separen del manantial de Mi Amor, el que los une totalmente. Quiero que puedan reconocer la verdad en estos tiempos, ella les revelará el camino hacia el encuentro con Dios.
Vivan ahora y siempre en la llama del espíritu de la fe, así podrán cruzar los umbrales oscuros que los pueden separar de Mi Corazón. Yo Soy el Fuego que nunca se apaga, que ilumina el camino para sus esencias y vidas. Quien está Conmigo podrá seguir el sendero que Yo indico en este ciclo.
Vivan en la fe inquebrantable del corazón.
Bajo la Luz de Dios, sean bienaventurados.
Gracias por escuchar Mis Palabras con el corazón.
Cristo Jesús
Y llegará el esperado día en el que Mis seguidores en el mundo entero se unirán como uno solo en torno a Mi Corazón, y la religión será una sola porque ella congregará a todos en el Gran Espíritu de Mi Señor y así reconocerán Su Única y Verdadera Faz.
Por eso, día y noche Yo llamo a Mis apóstoles para repartir las misiones que en estos tiempos deberán cumplir, la misión del amor por medio del corazón que confía.
En estos tiempos Mi Espíritu Sacerdotal intentará unir en un mismo Fuego Crístico a todos los que siguen Mis Pasos; será necesario que todos los servidores sean uno para que el mundo pueda soportar el momento de su gran y esperado Juicio Universal.
Ahora que están a tiempo de madurar y obedecer como buenos discípulos, nunca pierdan la unión Conmigo, por mayor que sea la tarea o acción material; si pierden la unión, sutilmente estarán cortando los lazos de amor que los unen a Mi Corazón.
Busquen, trabajen y obren para lograr una vida de santidad, antes de que el cofre del mundo que guarda los grandes pecados sea abierto por las ideas del enemigo.
Sean valientes y caminen por intermedio de Mi Misericordia; que sus ojos solo busquen la mirada sagrada de Mi Corazón. Que nada los distraiga; cultiven una atención ardiente para que puedan estar en una tensión operativa.
El tiempo del reloj marca la hora de develar los secretos del Universo.
Bajo el Amor del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por escuchar con atención las palabras de Mi Corazón.
Cristo Jesús
Bienaventurados sean los que pacifican a las almas en Mi Nombre por medio de la Divina Misericordia, porque en esa hora acontece el gran milagro de amor. Por eso vayan Conmigo al encuentro del peregrino y del solitario, porque en ese momento Mi Luz llegará en auxilio del que más necesita de Mi Espíritu de Luz.
Les pido, Mis apóstoles, que en esa recorrida sean el testimonio vivo de la conversión y de la redención. Si así fuera, el camino para recorrer estaría abierto y los que necesiten de Mí recibirán el amor de sus palabras.
En estos tiempos se reagruparán los rebaños para ser conducidos hacia el establo del único y verdadero Pastor, pero ahora deberá irse en busca de las ovejas que quedaron olvidadas o que están heridas por las viejas incomprensiones de la vida. Es hora de unir y no de separar.
Es hora de que quienes dicen estar Conmigo recuperen a la oveja más lastimada o más apartada de Mi Camino; porque Mi Misericordia Divina es para todos, sin preferencias y sin predilecciones.
Mi Amor Puro vence el error. Mi Amor Puro abre nuevas puertas y nuevas oportunidades para quienes en confianza se entregan a Mí todos los días.
Llegó la hora de reunir a los que están perdidos como almas y a los que deberán, antes del nuevo ciclo, estar en Mi Sagrado Corazón Redentor.
Bajo la Luz del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por estar en Mi Eterno Corazón.
Cristo Jesús
Ante las circunstancias y pruebas de la vida, ruego e imploro a Mis seguidores que no pierdan por nada Mi Paz, Mi Luz, Mi Misericordia, porque están cercanos tiempos de cambios y de purificación para las consciencias. Por eso deberán estar Conmigo presente todo el tiempo. Ahora no solo basta orar a Mi Corazón en algún horario de sus vidas, sino que deben permanecer todo el tiempo en Mi Corazón de Luz.
Las corrientes vendrán al encuentro de la humanidad y Mis discípulos más dispuestos y menos temerosos serán los que darán testimonio de Mi Presencia y de Mi próximo Retorno. Así Yo entreno, mediante la oración misericordiosa, a los soldados apóstoles de Cristo Redentor para que entregados a Mi Fuego Divino y donados a Mi Ley de Amor alcancen los rincones más sufridos de la Tierra, en donde se necesita una verdadera palabra y la acción de amor y de paz.
Así erguiré a Mi Iglesia prometida para que, a través de Mi Espíritu, todos Mis seguidores y seguidoras de la paz se unan en la Misión de la Gran Fraternidad.
Queridos, alcen las banderas para que los que naufragan constantemente en el océano de la soledad y de la desesperanza puedan ingresar en Mi Océano de insondable misericordia y piedad.
Retorno para derrumbar con Mi Luz a los ídolos que han creado caminos sinuosos para las almas. Vengo en Gloria y Justicia para liberar las puertas del Infierno, para que los que aún no ven Mi Preciosa Luz se alimenten del Amor de Mi Padre Creador.
Los uno y no quiero que se separen, los amo y les pido que se amen de verdad, porque llegará la hora de confirmar el fruto de los talentos que Yo he dejado a la humanidad.
Crean en el poder de Mi Infinita Misericordia en estos tiempos. Crean en la fuerza de Mi Amor Redentor. Los amo y los bendigo siempre.
Bajo el Amor de Padre, sean bienaventurados.
Gracias por meditar sobre Mis Palabras con el corazón.
Cristo Jesús
Y al final, cuando se cumpla el último tiempo, mostraré al mundo todo lo que ha estado separado entre las almas y Mi Corazón.
Como Conciliador entre el Cielo y la Tierra, verán venir la fuerza de Mi Espíritu Misericordioso duplicado en luz, que volverá a unir las razas, los pueblos y las naciones.
Cuando regrese el vuelo del Espíritu de Dios, esa será la señal de que los frutos en los corazones ya están maduros y Me volveré a servir de las almas para fundar de nuevo el Reino Celestial sobre la carente humanidad.
Que en este tiempo reine la unidad entre ustedes, unidad que se sumará al poder de la amorosa oración, escudo al que nada lo derribará. A pesar de que vengan vientos contrarios, nunca pierdan la esperanza y la fuerza de amarse los unos a los otros.
Cuiden sobre todas las cosas sus sentimientos, que su sentir sea limpio como la brisa en la mañana y que su corazón irradie amor como los rayos del sol. No teman perder el control de aquello que los detiene, solo permítanse ser libres para seguir en la fe Mi Victorioso Camino.
Verán en la mañana erguirse las formas que se darán a conocer en Mi Nombre; les pido que la humilde oración y la confesión Conmigo sean lo único que los eleve hacia el templo eterno de Mi Misericordioso Corazón.
No quedará piedra sobre piedra, pero Mi Justicia Divina tendrá compasión por aquellos que han cerrado las puertas a Mis siervos de la oración y del apostolado.
Es hora de que limpien de sus pies el polvo del pasado para que, cuando todos sean lavados por el Agua de Vida de Mi Fuente, en el silencio despierten los Nuevos Cristos.
Solo procuren imitar Mi Palabra, vivan día a día la llama de la instrucción del Evangelio. Vuelvan a encender la vida de las parábolas para que el ejemplo y el verdadero testimonio de conversión de sus vidas a Mi Sagrado Corazón, motive a los perdidos para que se rindan a Mi Camino Salvador.
Sean amables de corazón y humildes de espíritu para que Yo pueda residir en sus moradas cuando el Rey Sol retorne para buscar los talentos que fueron entregados.
Vivan en la Paz y no la pierdan de vista, porque la Paz también es oración y amor.
Bajo el Amor del Padre, sean misericordiosos.
Gracias por vivir Mis Enseñanzas con el corazón.
Cristo Jesús
Cuidado con aquellos que dicen obrar en Mi Nombre y por Mi Nombre, porque al fin de los tiempos percibirán que no ha sido así. Yo estoy presente y omnisciente en los corazones de Mis hijos, los que viven en Mí y los que se esfuerzan por amarme todos los días.
Un día les dije que dieran todo lo que tenían y que Me siguieran, pero hoy les digo: compartan todo lo que poseen y no tengan recelo de entregar aquello que brilla oculto como una propiedad personal.
Los verdaderos hermanos de camino e hijos de Mi Padre comparten todo lo que tienen hasta quedarse sin nada, porque el verdadero hijo de Dios es aquel que confía plenamente en la Providencia de Mi Señor.
De la misma forma sucede con la unión de los rebaños, porque para Mi Insondable Corazón no existen dos partes en un rebaño, sino solo existe un único y amado rebaño.
Por eso les digo: contemplen con el corazón qué es aquello que por vanagloria los separa de sus semejantes; que las ideas y las suposiciones no se entrelacen como sogas que atan el caminar de cada corazón. Sean fuertes en el amor porque ahora les está siendo revelado aquello que por tiempos no han querido ver en ustedes.
Mis queridos, acepten el Nuevo Tiempo, tiempo que los librará del control espiritual de la vida y de las cosas, porque quien vive para Mi Dios Supremo no lleva carga propia en sus espaldas y tampoco la coloca sobre sus hermanos. Quien vive para Mi Amado Señor lleva sobre sí el sacrificio por los que aún no se sacrifican ni aman la Ley del Señor.
Suelten y dejen atrás todo aquello que les genere, les despierte y les cree una imagen de posesión personal, porque de lo contrario creerán estar obrando para Mi Dios aunque estarán trabajando para sí mismos.
Síganme y no miren atrás, caminen como uno solo hacia adelante porque de los abismos se encargará el Amor de Mi Corazón, que los salvará y les dará la verdadera vida que tanto esperan. Lean las propias acciones a través de las señales de la vida, ellas les dirán en qué grado de amor están. No dejen que el enemigo les refleje señales confusas porque estarán frente a su espejismo.
Confíen en lo que les pido.
Bajo el Amor del Padre y del Espíritu Santo, sean hermanos y bienaventurados.
Gracias por considerar Mis Palabras desde el corazón.
Cristo Jesús
Que Mi Eterna Paz esté entre ustedes, Mis amados.
Que el Sol Universal que alumbra sus vidas los ilumine profundamente y encienda de nuevo en ustedes la llama de la devoción por Mi Sagrado Corazón.
Queridos Míos, vengan a Mí y no se cansen de venir, den sus pasos con la confianza plena en Mi Corazón. Que unidos a Mi Propósito Redentor puedan trascender los abismos de la vida y las pruebas del camino; porque Mi Espíritu, que es Eterno, que proviene de la Fuente de Dios Padre, siempre los colmará y les dará la fuerza para seguirme.
Temo por aquellos que, por decadencia o descuido, dejan de contemplar la inmensidad del Amor que Yo tengo por ellos.
A los que han podido caminar entre el fuego de la purificación, les digo: sean hermanos, sean el puente entre el principio y el fin para que los heridos en espíritu puedan cruzar el portal hacia Mi Corazón; así Yo llamo a Mis instrumentos, para que velen amorosamente los unos por los otros.
Los tiempos reclaman grandes cambios en la consciencia. Para que eso suceda, recuerden orar al Espíritu Santo para que Sus Magníficos Dones los guíen. Sean ejemplo de buena virtud, de humildad y amor, sean una antorcha de fuego que ilumine la noche oscura de algunos corazones.
Caminen en Mi Confianza, así no temerán, sino que verán surgir la luz en el horizonte que Mi Corazón Renovado traerá para todos. Mis hijos, sean uno y por esa preciosa unidad obren en el nombre de Mi Amor Celestial.
Los bendigo y los acompaño en el silencio; porque Mis ovejas no solo deberán pastar, sino que ahora ellas deberán obrar como un solo corazón de amor.
Bajo la Gracia del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por guardar Mis Instrucciones en el corazón.
Cristo Jesús
Queridos Míos:
Ni en la hora de los embates Mi Corazón Misericordioso se separará de ustedes, de sus pequeñas esencias.
En alegría, y en este día de nueva reparación, los llamo a la oración profunda que nazca desde el alma y que contemple la Compasión de Dios; porque, por sobre todas las cosas, Mi Corazón los conduce y los reúne en el nombre de la paz y de la luz.
Acompaño de cerca este fin de tiempo; Mis Ojos observan miradas de almas en desolación y carentes de fe. Les pido, Mis queridos amigos, vayan por todas ellas con la ayuda del ímpetu poderoso que cultiva la oración hecha con el corazón. Queridos, Mi Alma será parte de sus almas, Mi Sangre será parte de su sangre, Mi Agua será parte de su agua con solo abrir las puertas para otros hijos. Estoy con ustedes y vigilo todos los rebaños, aún más a aquellos que recién despiertan a la presencia verdadera de Mi Corazón.
Bajo el Amor Misericordioso del Padre, sean bienaventurados misioneros de la paz.
Gracias por venerar Mis Palabras con el corazón.
Cristo Jesús
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más