Cristo Jesús

Mientras haya un alma que llore, en la angustia de su sufrimiento, Yo les pido: no se cansen de clamar e interceder por el mundo.

Mientras haya heridas abiertas injustamente y sangre inocente derramada, Yo les pido: no se cansen de clamar e interceder por el mundo.

Mientras exista la enfermedad, la soledad y la degradación de la vida, Yo les pido: no se cansen de clamar e interceder por el mundo.

Mientras haya indiferencia, ignorancia, corazones vacíos de Dios y plenos de sí mismos, Yo les pido: no se cansen de clamar e interceder por el mundo.

Mientras haya almas arrancadas del vientre de sus madres, sin haber tenido la oportunidad de sentir en su rostro el soplo del don de la vida, Yo les pido: no se cansen de clamar e interceder por el mundo.

Mientras haya abismos de oscuridad y sufrimiento, donde los corazones son consumidos por el mal y por la autocondenación, Yo les pido: no se cansen de clamar e interceder por el mundo.

Aunque la respuesta de los Cielos no sea la que ustedes esperaban, aunque el Señor guarde silencio ante sus súplicas, aunque caminen por desiertos que parecen no tener fin, Yo les pido: no se cansen de clamar e interceder por el mundo.

El clamor y la intercesión abren los caminos hacia Dios, y muchas veces ustedes no conocerán los resultados de esa oración.

No verán a las almas retornando al Creador, no verán a los espíritus siendo retirados de los abismos, no verán a la consciencia de la naturaleza siendo rescatada de su sufrimiento. No verán, hijos, lo que tanto quieren ver y sentir; pero es ahí, en ese misterio, que nace y se desarrolla el don de la fe.

Un corazón que clama e intercede con fe crea puentes hacia el Corazón del Padre y repara, poco a poco, al Corazón ultrajado del Creador. Por eso, hoy Yo solo les pido que, ante toda situación que los aflija y los hiera, que los angustie y los maltrate espiritualmente, solo clamen y clamen, oren e intercedan por el mundo.

Es así como le abrirán las puertas al Señor.

Es así como construirán el camino por el cual pisarán Mis Pies.

Es así como le podré mostrar a Mi Padre que las almas del mundo son rescatables y dignas de Gracia y de Misericordia; porque, a pesar de la oscuridad detrás de lo que está viejo y a veces corrompido, escondida en los abismos más profundos de un ser, habita su esencia, su Luz.

Por eso, clamen e intercedan por el mundo y, mientras lo hacen, Mis Pies recorren la Tierra y Mi Misericordia alcanza a las almas que ya deben retornar a Mi Corazón.

Por su perseverancia y por el brotar de su fe, Yo les agradezco.

Su Maestro y Señor,

Cristo Jesús