Dame tu cansancio que Yo te daré la Vida Nueva.
Dame tu pesar que Yo alegraré tu pequeño corazón.
Dame tu tristeza que Yo te irradiaré Mi Alegría.
Dame todo lo que eres y déjate ser en Mí, porque así podré cumplir Mis Planes Predilectos a través de ti.
Quiero de tu vida lo máximo, hasta que tu ser pueda reposar en Mis Brazos y así renovarse.
Estoy aquí para consagrarte a algo que tu ser desconoce; déjame ser todo en ti y así podré revelarte las maravillas de Mi Reino Celestial, porque nadie llegará al Padre sino solo a través de Mí.
Quien vive en Mí no perecerá y será consolado por el Amor Divino de los ángeles del Cielo.
Quien está en Mí, conocerá los verdaderos Misterios del Universo y verá nacer en el horizonte a la Nueva Humanidad bendecida por Mi Padre Eterno.
Sigan, sigan remando, no se detengan por lo que digan; solo brillen como un sol de amor y de caridad, porque estoy retornando y primeramente buscaré durante el frío de la noche una casa amable en donde reposar y cenar en espíritu con ustedes.
La primera vez no Me reconocerán, pero aquel que haya vivido todo por Mí y a través de Mí será recibido en Gloria en el Paraíso, y así estará abriendo la puerta a aquellos que en vida la tienen cerrada.
Pocos podrán reconocerme antes de que Mi Faz Silenciosa se muestre al mundo, y los que Me reconocerán serán los que han sostenido en su mano la antorcha de la victoria de la Luz.
Yo a nadie abandonaré porque Mi Amor es tan grande que podrán sentirlo una vez más.
Bajo la Misericordia del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por vivir Mis Palabras con el corazón.
Cristo Jesús
Cuando sientas soledad, Yo estaré contigo.
Cuando veas que la vida es un naufragio, Yo estaré contigo.
Cuando dudes de tu fe, Yo te fortaleceré.
Cuando sientas que cargas mucho sobre ti, Yo te aliviaré.
Cuando busques a Mi Hijo, Yo te Lo mostraré y te daré de beber de la Fuente de la Misericordia y de la Redención.
Cuando veas que todo está vacío, Yo te llenaré con el Espíritu de Mi Amor.
Cuando nadie pueda socorrerte, Yo te colocaré bajo Mi Manto para que, junto a los ángeles del Cielo, alabes a Dios, la Fuente del Amor y del Perdón.
Cuando sientas alegría, Mi Corazón estará contigo.
Cuando sientas tristeza o desesperación, llámame, porque allí Yo estaré y te pondré en Mis brazos, así como lo hice con Jesús, para irradiarte la Luz de Dios, entonces, ya no sentirás soledad, sentirás el Consuelo Materno de Mi Corazón.
Cuando cultives la oración en tu corazón, allí estará Dios, porque las almas necesitan aún del perdón.
Cuando no encuentres el camino, clama por Mi Corazón, y Yo irradiaré la Luz de Mis ojos para que camines hacia Mi Hijo, el Redentor. Así serás como una oveja que aspira a la guía del Gran Pastor y, junto a los corazones de todo el mundo, suplicará por redención.
Será el momento en que tu corazón se guarde dentro del Sagrado Corazón porque así estarás protegido de todo dolor.
Ahora, en este día, aspira a estar en Dios y en vigilia, en eterna oración por las almas.
Cree en el poder de la Misericordia y eleva tus súplicas como flores hacia los Cielos, porque Yo las recogeré para entregarlas con amor al Creador como una oferta de un alma en redención. Y cuando veas de nuevo el amanecer, recuerda que está naciendo la Luz de Dios para cada ser.
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Que hoy vuestros corazones canten y alaben al Redentor porque Él ha resucitado en cada una de vuestras vidas. Vivan el gozo de la Gloria de Dios y sacien la sed de todas las almas con la oración del corazón.
Queridos hijos, abran los brazos para recibir Mi Paz Inmaculada y difundan el espíritu de colaboración entre los corazones. De esta manera, hijos Míos, vuestros corazones vivirán la caridad de Mi Hijo. Que hoy sea un encuentro de oración, de amor y de alegría porque Mi Hijo llega a cada uno de ustedes para que Lo vivan y Lo amen en fraternidad.
Queridos Míos, que hoy brote desde ustedes el manantial de la gratitud porque Dios ha enviado a Nuestros Corazones para que el mundo esté en el camino de la salvación.
Queridos hijos, liberen de vuestros corazones toda tristeza y vivan en paz este reencuentro con el Corazón Infinito de Jesús. Abran las puertas de vuestras moradas y reciban al Pastor para que sus pequeños corazones se rediman. Entonces podrán estar verdaderamente en Mi Hijo y no olvidarán que Él los espera diariamente para que lo adoren y lo contemplen con el corazón.
Hijos Míos, vuestras vidas hoy están comulgando de un Gran Corazón de Amor que debe tener reposo en cada uno de ustedes. Este gran Corazón de Amor se llama Jesús, Mi Hijo Altísimo, que les trae la Paz y el Amor.
La fuente de oración que vuestros corazones generan día a día, aliviará el dolor del mundo porque Nuestros Corazones podrán interceder por toda la humanidad delante del Padre Amadísimo.
¡Vivan el gozo de la resurrección y celebren porque Mi Hijo quiere estar en vuestras vidas!
Gracias por responder a Mi llamado.
Luz Eterna para el mundo,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
La Aparición de hoy aconteció durante la tarde. La Madre Divina llegó acompañada de Padre Pío quien, lleno de regocijo, nos transmitía Su Amor y Su Devoción por la Virgen Madre.
La Virgen María este día nos colocó cerca de Su Inmaculado Corazón para que pudiéramos sentir Su Paz y Su Protección de Madre. Eso sucedió en el momento en que Nuestra Señora descendió desde los Cielos hasta el lugar de la aparición. Ella elevó nuestras consciencias hasta aproximarlas bien cerca de Su Corazón. Para nosotros fue una Gracia Especial de Amor que la Madre Divina nos donó en la compañía de Padre Pío. Enseguida la Madre Divina nos dijo:
Queridos hijos, ¿por qué lloran, si Yo los amo?
Vengo a traerles Mi Paz Celestial que es inconfundible entre las criaturas. Mi Reino de Paz es para cada uno de Mis hijos, y ustedes ya no deberán sufrir más porque Yo, la Reina de la Paz, quiero hacerlos crecer como bondadosas almas de Dios.
Queridos hijos, el mundo de hoy y todo aquello que las generaciones han creado, los llevarán a aprender de la vida. Pero nunca olviden que Yo estoy entre ustedes para saciar vuestra sed por Mi Hijo y para indicarles el camino que llegará hasta Él.
Mi Corazón sufre cuando los veo tristes; es como si mil lanzas lo lastimaran. Yo los necesito fuertes como el árbol de roble para que el corazón pueda nutrirse de los verdaderos aprendizajes.
Recuerden, queridos hijos, que la fe indomable del corazón les permitirá ver con claridad las distancias que aún deberán recorrer como almas de Dios. Queridos Míos, no deben perder la esperanza para que la oración de cada día pueda dar el fruto que ella les promete, el fruto del verdadero Amor a Dios.
Por eso, Mis pequeños, en Mi Silencio Maternal los observo, porque aún son muy pequeños dentro de este mundo y ahora, poco a poco, han comenzado a dar los pasos hacia el olvido de sí.
Queridos hijos, la oración hecha con el corazón y Conmigo, con Mi Inmaculado Corazón, los auxiliará. Y cuando ya no tengan fuerzas en el corazón para poder continuar, recuerden, queridos hijos, que Mi Corazón será el seguro reposo para dormir y despertar en Dios. Yo veo al mundo que sufre y se desgasta por la evidente falta de amor entre los corazones.
Yo vengo a donarles Mi Paz y Mi Amor para que puedan crecer y volar alto como las aves. Todos son bondadosos corazones que aspiran encontrar a Dios. Yo hoy los invito a que no pierdan esa esperanza; para que ella sea fuerte deberán beber del fruto de la oración.
Queridos hijos, el tiempo corre rápido y Yo los preparo desde el corazón para despertar a la vida eterna de la fe. Yo los amparo con Mi Corazón. Yo los amo. Sean fuertes y valientes; no teman a los cambios del corazón. Confíen en Mi Hijo y así podrán confiar en Dios.
Camino con ustedes, soy la Peregrina de Nazaret.
Gracias por crecer con el corazón y por responder a Mi llamado.
María, Reina de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más