- Inicio
- Blog
- Mensajes
- Oración por la Paz en las Naciones
- Calendario
- Oraciones
- Impulsos Diarios
- Libros publicados
- Pinturas e Imágenes
- Objetos Sagrados
- Música
- Galeria de fotos
- ¿Quiénes somos?
- Centros Marianos
- Redes Sociales
- Contacto
Que nunca dejen de nacer de tu corazón las buenas intenciones para con el prójimo.
Que ese bien que debes vivir día a día te lleve a comprender, más allá de las formas y de los sentidos, el Divino Plan de Dios.
Profesa el bien en los semejantes como parte de lo Divino, como unión verdadera con el sagrado Propósito.
Haz el bien por donde vayas y con quien estés.
Que, en tu vida, tu corazón aprenda a superar la dualidad, así entrarás en el perfecto equilibrio del universo.
Ejercita el bien, conforme Mi Hijo lo enseñó, para que en tus células profundas se purifiquen los sentimientos contrarios al bien.
Deja que el bien sea el impulso interior que te guíe, que te lleve a vivir en mayores proporciones los grados del amor.
En el bien encontrarás la cura que necesitas de todos los males que alguna vez viviste.
El bien te llevará a estar en la paz y en la paz podrás sumergirte en el amor.
Si quieres ser un pacificador sumérgete en la cadena del bien, así ayudarás a reconstruir este mundo y cambiarás el patrón humano de hacer el mal todo el tiempo, así ayudarás a apartar a tus semejantes del sufrimiento.
Cuando el alma no realiza sus acciones según el bien, ingresa en el sufrimiento, porque el bien les enseña a pensar y a hacer todo por el semejante y los retira del primer lugar en el que se colocaron.
El bien no batalla ni tampoco compite.
El bien les recuerda que siempre deberán retornar al amor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Una Buena Madre - Parte I
Una verdadera madre es capaz de darlo todo por sus hijos, no importa si sus hijos le corresponden o no.
Una verdadera madre hace todo en el silencio, y en ese silencio muchas veces calla para no desafiar las contrariedades de estos tiempos.
Una verdadera madre acoge el sufrimiento del semejante y lo hace parte de sí.
Una verdadera madre conoce la inmadurez y la testarudez de sus hijos, pero, aun así, siempre les demostrará la realidad y el lado bueno de la historia y de toda la experiencia.
Una buena madre no reclama, pero sí indica; no somete ni controla, pero sí advierte, sugiere y guía, porque su corazón maternal y femenino siempre le dictará muchas cosas.
Una buena madre siempre les dará el bien a sus hijos, y un poco más.
Una buena madre es la que siempre dice "sí" y es la que llora en su soledad. Ella espera que sus hijos encuentren el camino de la madurez, de la bondad y de la transparencia.
Una buena y verdadera madre teme por la perdición de sus hijos y cuando sus hijos no la escuchan se acongoja su corazón.
Por eso el Padre les dio una madre, no importa si es correcta o incorrecta. Dios les dio una madre terrenal y una Madre Espiritual.
Esas madres esperan que sus hijos nunca se olviden de ellas, que las lleven en su corazón grabadas a fuego, porque una madre es el hilo intermediario que los unirá a Dios en Su Aspecto Femenino.
Todo los que en la vida consagrada tuvieron la gracia de tener una madre espiritual es para que la reconozcan, especialmente la juventud, porque en estos tiempos estar en el regazo de una madre será como estar en los Brazos de Dios.
Se necesita mucha humildad y confianza para poder comprender, sentir y percibir lo que una buena madre siente por sus hijos.
Los invito a aliviar el corazón de las madres, por todas las madres del mundo que agonizan, día y noche, al no poder socorrer a sus hijos.
Dios les ha dado Su mayor tesoro universal: tener cerca una madre, así como Jesús Me tuvo a Mí, para que en los momentos más difíciles y áridos Yo lo apoyara.
Una verdadera madre siempre tiene un lugar para sus hijos, porque sus hijos son la razón primera de su existir.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
El enemigo del amor: la Apostasía
Queridos hijos Míos:
Mientras Mi Consciencia Divina hoy se aproxima de manera especial al planeta y a la humanidad, Mi Voz se dirige a cada uno de ustedes para que continúen asumiendo las oraciones por las naciones con la seriedad y la responsabilidad que ellas tienen, porque para estos últimos tiempos el gran enemigo del amor será la apostasía.
Este estado de consciencia, contrario al despertar y a la evolución, está comenzando a tomar lugar y espacio en el corazón de las personas a través de Mi adversario.
Volverse apóstata significa, para el espíritu, desvincularse conscientemente del Amor de Dios y dar permiso para que la consciencia comience a ser regida por el sufrimiento, algo que la llevará, gravemente, a no tener una oportunidad espiritual para poder recibir alguna gracia.
Esa es la razón urgente por la cual los Mensajeros Divinos irán al encuentro de esta y de otras situaciones espirituales que, en este caso, están comprometiendo a la Argentina.
Si el Cono Sur asume de manera consciente modos de vida que están en contra de la Ley de la Creación, experiencias increíbles se desarrollarán de la noche a la mañana en esta región del planeta y Sudamérica dejará de ser la Nueva Tierra prometida para convertirse en la tierra condenada por sí misma, por la humanidad.
Esto llevará a que la minoría de la humanidad, menos del cinco por ciento, sea partícipe de una nueva raza.
¿Comprenden, hijos, lo que esto significa?
Por eso, en este día vengo para pedirles a Mis hijos de Argentina y del mundo entero que unan esfuerzos y corazones para que, a partir del próximo mes de septiembre hasta los días de los primeros encuentros, la difusión de los próximos encuentros de oración en Argentina sea masiva, a fin de llegar a la mayor cantidad de esencias posible.
Deseo y aspiro poder entregar Mis Gracias a muchos corazones más, eso fortalecerá a la consciencia de Argentina, a fin de evitar que se convierta en un escenario de horrores en el fin de estos tiempos.
Para esa importante misión de difusión cuenten con la gran ayuda de los ángeles del Cielo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
En este mundo, y en esta humanidad, la escuela que permite atravesar el sufrimiento humano es una de las mayores pruebas para las almas, ya que esa escuela representa la superación de momentos difíciles y pasar por aprendizajes mayores.
Esa es la razón por la cual la escuela de la oración ayuda e interviene en los aspectos más profundos del sufrimiento, llegando a los espacios inconscientes del ser humano para extirpar de raíz lo que ocasionó el sufrimiento y que mantiene al alma prisionera.
Por eso, la oración del corazón atrae la actuación de las Leyes de la Cura y de la Redención.
En estos tiempos, en los que la mayoría de la humanidad optó por la escuela del sufrimiento, es momento de actuar a través del poder de la oración para que las almas abandonen ese estado de dolor y reencuentren el camino del amor y de la paz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
En la casa de Mi Padre existen muchas moradas, todas fueron creadas para cada uno de Sus hijos.
Cada cual tiene la morada que le pertenece, algún día retornará a ella con todo lo que ha aprendido y vivido; por eso es tiempo de guardar memoria de todo lo que el ser experimenta en la Tierra, todo lo que proviene del Universo y de Dios.
Es tiempo de deshacerse del sufrimiento y de la agonía porque en la Morada de Mi Padre entrará todo su maravilloso aprendizaje, todo lo que aquí han vivido en Mi Nombre.
Todo lo que aquí realizan y experimentan se escribe de forma concomitante en el Universo.
Cada decisión que toman en sus vidas, repercute también en el Universo.
Cada paso que se animan a dar por Mí es algo que repercute también en el Universo.
Eso también es lo que permite realizar el Plan en la Tierra y es lo que hace descender del Universo lo que Dios tanto espera manifestar para Sus hijos.
Hoy vengo a recordarles la importancia de esa Morada de Dios porque deben preservarla y protegerla de todo lo que sucederá en los próximos tiempos.
Si aún no saben que tienen un lugar en el Universo, sépanlo hoy que lo tienen. Ese lugar permitirá recrear la Creación, hacia ese lugar irá todo el conocimiento vivido y experimentado.
Por eso deben persistir, porque en las Moradas de Mi Padre se guardará todo lo bueno que han aprendido no solo en esta vida, sino en otros tiempos.
Quiero que cada ser de este planeta sepa que la experiencia no termina aquí ni tampoco en este plano material.
El infinito los espera para poder vivir nuevas cosas, pasar por nuevas experiencias.
Todo lo que siembren en este tiempo será cosechado en el futuro. Por eso deben saber bien qué es lo que hacen y lo que viven, para que los tesoros de Mi Padre no se desperdicien.
Ha llegado la hora de tomar consciencia sobre las riquezas del Cielo y cuántas veces ellas descienden en la Tierra e intentan unirse a las almas, para que ellas puedan vivir nuevas experiencias de amor y de redención.
Todo lo que cultiven en este tiempo repercutirá en el futuro inmediato.
No es necesario, compañeros, que Yo les de ejemplos porque ya los han visto con sus propios ojos.
Los que cultivan cosas malas en Mi Tierra siempre saldrán perdiendo, porque el Amor es Sabiduría y la Sabiduría es Amor de Dios.
Donde está Su Hijo, está Dios y si ustedes están en Mí, verdaderamente, podrán estar en el Padre. Las Leyes siempre se cumplen para todos por igual.
Cada uno sabe lo que en verdad debe hacer en este tiempo. Solo necesito que siempre siembren cosas buenas, porque eso no solo los ayudará a ustedes, sino también al mundo.
La humanidad se ha olvidado, por haberse distanciado, de cultivar verdaderos atributos.
La humanidad se ha pervertido y se ha desviado, por eso Yo vengo de la Fuente inmaterial de Mi Padre para recordarles de los sagrados atributos que es imprescindible vivir en este ciclo.
Serán esos atributos como Leyes de Luz que los protegerán de ustedes mismos y de los demás.
Ha llegado el tiempo de desenmascarar a los lobos que están revestidos de ovejas.
Pero no será necesario que nadie lo haga, la propia Ley lo demostrará así como lo ha demostrado en este último ciclo.
La fidelidad Conmigo no es algo pasajero. Tampoco la obediencia no es pasajera.
Lo que Yo les pido es permanente, verdadero e inmutable.
Por eso, si sus caminos están bien sembrados, cosecharán buenos frutos, no importa que sus tierras estén miserables, secas, áridas o vacías. Por la Fuente de Mi Amor todo es posible para sus vidas solamente cuando son sinceros Conmigo.
Hoy necesito que den ese paso hacia la Verdad definitiva porque así podrán estar más hermanados, podrán vivir más en fraternidad y ser considerados con el prójimo.
Los atributos de los cuales Yo les hablo no son de este planeta, ni tampoco de este universo, aunque hayan otras humanidades que los conozcan.
Los atributos provienen de Mi Padre y de Su Fuente inmaterial y eso hace renovar todas las cosas para los que en verdad lo quieran vivir.
Porque por medio de Mi Fuego les traigo la iluminación de sus células y átomos, para que en lo más profundo de sus seres aprendan a vivir en la Hermandad por medio de los atributos que Yo les traigo para este tiempo.
Por eso les vuelvo a repetir que su primer atributo es amar así como Yo los amo y amar al prójimo como aman a Dios de una forma inconmensurable e infinita.
Si aún no han alcanzado ese atributo, síganlo intentando todos los días: forjen en ustedes un amor incondicional que vaya más allá de sus miserias y de sus pruebas, de todos los límites y de todos los obstáculos, así podrán ser Nuevos Cristos que representen a su Señor aquí, en la Tierra.
No quiero ver más a una humanidad miserable, espiritualmente.
Algunos de ustedes deben alcanzar mucho más de lo que Yo alcancé en la Cruz y en la Pasión.
Deben y pueden superarme en el amor.
Ya no esperen poder hacerlo, vívanlo con un esfuerzo incondicional todos los días; así sus corazones serán semejantes al Mío, aunque no lo crean.
Si Yo descendí a la Tierra y fui humano y transmuté la condición humana, ¿qué podrán hacer las criaturas de Mi Padre, más de lo que Yo hice una vez, siendo hijos directos e íntimos de Su Fuente inmaterial?
Aún no conocen sus virtudes, solo conocen sus destrezas. Pero Yo vengo, como el Señor del Universo, por cada una de sus destrezas para transformarlas, algún día, en sagradas virtudes.
Solo me deben entregar todo. Cada uno según su tiempo, aunque ya no haya tiempo.
Es hora de entregármelo todo y de confiar en lo que Yo tengo previsto para ustedes.
Ha llegado el momento de cerrar un ciclo y de comenzar uno nuevo.
Todo lo que antes no pudieron vivir no lo podrán vivir ahora en este nuevo ciclo.
Anímense a develar los misterios del universo con la expansión del amor en sus consciencias.
Porque a los humildes se les revelarán los Misterios de Dios y a los soberbios y orgullosos se les quitarán todos los poderes que creen tener de forma personal y humana.
La Ley se vuelve a cumplir y se vuelve a escribir.
Yo les vengo a enseñar el camino de la redención por medio del amor, eso es lo que hará fructíferas y eternas sus moradas.
Y no será necesario vivir en este mundo, ni en otro lo que ya han vivido porque lo habrán aprendido como lección de vida y lección de humildad.
Quiero que sus corazones se pacifiquen, que sean pequeños, así como Yo fui pequeño en los brazos de Mi Madre; de esa forma el Proyecto no se perderá, porque no estará en las manos de los soberbios, sino en el corazón de aquellos que se humillan a Dios todos los días y que hacen penitencia de verdad, transformando todas las cosas, superando todos los tiempos, vivificando el Sagrado Espíritu del Señor.
Solo los humildes entrarán al Reino de los Cielos.
Solo los pacificadores conocerán el Reino de Dios.
Todos ellos no volverán nunca más a la Tierra, porque conocerán nuevas moradas y en ellas permanecerán para avanzar en su evolución y en el despertar de sus espíritus y una nueva Tierra comenzará con los seres crísticos.
La ley del sufrimiento será olvidada y el dolor ya no será recordado.
El amor reinará y la paz abundará en los que hayan sido incondicionales con el Señor a pesar de sus miserias y de sus pruebas.
Yo los necesito limpios de corazón, no solo en este momento, sino para los tiempos que vendrán.
Los necesito en una amplia resignación y en una estricta obediencia, para que puedan conocer otros misterios del Universo que no intentarán ennoblecer sus espíritus, sino hacerlos más humildes, más humildes de lo que Yo fui una vez, como en el simple pesebre de Belén.
Así, compañeros, podrán amar lo que nunca han amado, perdonar lo que nunca conseguirían perdonar, porque estarán en otro estado y en otra vibración.
Así ayudarán a los que más necesitan y a los que nada tienen, espiritualmente.
Así Yo podré recogerme y decir que Mi tarea se ha cumplido con ustedes y el mundo.
Así podré prepararme para retornar sin desplazar tanto Mi Consciencia por este Universo.
Pero Yo nunca los abandonaré. Quien está Conmigo nunca se sentirá abandonado.
Quien está Conmigo nunca le faltará el amor porque habrá comprendido la misteriosa Voluntad de Dios, que de tiempo en tiempo intenta escribirse en el corazón de los hombres.
Vacíense ante el Señor del Universo para que Yo pueda depositar lo nuevo en ustedes y retirar lo viejo de sus consciencias.
Hoy Me ofrecieron un día maravilloso por medio de sus canciones y oraciones, eso es lo que Me impulsa, lo que Me mueve volver a aquí, todo el tiempo, para estar al lado de los que verdaderamente Me escuchan y hacen, en sí mismos, una a una Mis Palabras.
De la Fuente Solar he venido, del Universo Espiritual he descendido, de la Casa de Mi Padre he llegado, para traerles, con todo Mi Amor, lo que hoy necesitan; para que recuerden, compañeros, que siempre los renovaré para que así se cumpla el mandato de Dios: que se amen los unos a los otros, así como Yo los he amado y los sigo amando.
Ese es el misterio más profundo de la Creación.
El amor hará luminosas sus moradas y pulcros a sus espíritus.
Celebremos este momento con total confianza. Agradezcamos a Dios por todo lo recibido y regocijémonos en Su Corazón para que se cumpla Su Palabra en el Pueblo de Dios.
Que el misterio de esta existencia sea revelado.
Padre, envía el Soplo de Tu Espíritu
para los que aún se sostienen en Ti.
Envía el Fuego de Tu Amor
para transformar todas las cosas.
Envía el bálsamo de Tu Paz
para apaciguar a los corazones.
Envía, a través de Mí, Tu Misericordia
para que las criaturas conozcan
la gran felicidad de estar en Ti,
para siempre.
Amén.
Hoy, espiritualmente, no solo consagraré nuevos adoradores, sino a los que algún día Me adorarán, como los que Me han adorado hasta ahora.
Recuerden, compañeros, que hay una morada de luz para cada uno de los hijos de Dios y esa morada espera por encontrarlos y recibirlos, para que en ella se guarde la mayor experiencia de Su Amor en la Tierra, a fin de que los ángeles del Universo eleven esa experiencia al Padre, para volver a crear esta Creación.
Mi Palabra es como agua viva y viene a quitar la sed de los que están perturbados, de los que sufren, de los que están hace tiempo en su desierto pidiendo a Dios por una Gracia y una oportunidad.
Hoy les ofrezco la Palabra de Vida como agua viva para sus almas, para que el bálsamo del Amor del Señor unifique a las consciencias y destierre a los enemigos, a fin de que triunfe el Plan. Amén.
Hoy Me dignaré de consagrar estos elementos con especial gratitud, para que los frutos de Mi Espíritu en las almas también reverberen en las sagradas moradas que algún día conocerán.
Por eso deseo escuchar “Tu Palabra es Agua Viva”, para que sus almas, en este momento, sean trabajadas por la esencia de los Divinos Sacramentos.
Incienso.
Para los que puedan, nos colocamos de pie.
Agua.
Canción: Tu Palabra es Agua Viva.
Aquí se guarda uno de los mayores tesoros de las Moradas de Dios. Bienaventurados serán aquellos que se sirvan de él para sentir en sus corazones el Universo de Dios, mientras estén aquí, en la Tierra.
Por eso les ofrezco Mi Cuerpo como símbolo de reparación y de cura para las almas.
También les ofrezco Mi Sangre, como símbolo de purificación y de renovación para todos los espíritus del planeta.
Este es el Cuerpo y la Sangre de Cristo, que les da la Vida Eterna.
Aquí está el símbolo de los que se unen a Mí por medio del ofrecimiento de cada nueva adoración; en ellos se construye el Templo de Dios, el que algún día se volverá inmaterial y eterno y estará guardado especialmente en la morada que Dios destinó para cada ser.
Reciban este símbolo de adoración, como un acto de gratitud de Mi parte, y una bendición renovadora para sus almas.
Ahora quiero aquí a los adoradores, los que hoy se consagrarán.
Santisima Trinidad,
que desciendes a través del Divino Hijo,
unifica estas consciencias con el Padre Eterno,
unifica estas consciencias con el Divino Hijo,
unifica estas consciencias con el Sagrado Espíritu,
a fin de que se establezca en sus esencias
la realización del Plan de Dios
y el triunfo perpetuo del Amor de Dios,
para siempre.
Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.Amén.
Mi Dios,
yo creo en ti, yo te adoro,
yo te espero y yo te amo.
Y te pido perdón por los que no creen en Ti,
no te esperan y no te aman.
Amén. (x3)
Y ahora que Mi Misión está cumplida en ustedes, espero que ya reverbere a través de los tiempos, por medio de sus adoraciones, de sus oraciones y de sus actos de amor, a fin de extirpar de este mundo el mal de la humanidad, a fin de que se establezca el Reino de Dios en cada corazón humano y muchos, muchos más conozcan la paz.
Yo los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Les agradezco por este día y por el día que vendrá mañana, en Mi Nombre, fraternalmente, se darán el saludo de la paz.
Les agradezco.
Paz, hijo, es el estado que tu corazón alcanza cuando se une a la Verdad de Dios.
Paz es el estado inalterable que nace de la certeza de una realidad superior que trasciende la existencia humana.
Paz es un estado que despierta o que nace en los corazones cuando ellos se abren para amar y conocer el Plan de Dios, reconociendo su grandeza y perfección y, en consecuencia de eso, reconociendo la pequeñez humana.
Paz es un estado que el corazón encuentra cuando sabe que está cumpliendo su parte todos los días y que hace todo lo que puede por la evolución de los seres, por el despertar del amor, por la expansión de la fraternidad.
Cuando el corazón no está en paz no es porque falte la paz en el mundo, no es porque Dios lo prive de la paz; es el propio ser el que se aparta de ella por saber que está en falta, por saber que no hace todo lo que podría estar haciendo, por saber que no está dando todo de sí.
Descubre el camino hacia la paz a través de la transparencia, de la sinceridad, de la verdad, de la donación.
El corazón que se confiesa encuentra la paz porque retorna a la Verdad, porque desnuda sus mentiras y vanidades ante Dios y se renueva, se torna digno de reconocer la paz, de estar en ella y de multiplicarla.
El mundo está en caos, viviendo el dolor y el sufrimiento. Las almas están en agonía, viviendo su definición, en el miedo; pero, a pesar de todo eso, es posible estar en paz, encontrarla y vivirla, porque la paz no depende del mundo, depende solo de ti.
La paz no es el fin de las guerras ni el fin de una humanidad viviendo según sus tendencias y necesidades superficiales, porque un corazón puede tenerlo todo, todas las cosas que desea, puede que no viva en medio de conflictos y, sin embargo, no conocer, no encontrar y no vivir la paz.
La paz es un estado interno, fruto de la unión con Dios y de la transparencia delante de Él.
Por eso, hijo, hoy Yo te invito a redescubrir la paz dentro de ti confesando tus miserias ante Dios, desnudando tus personajes para darle espacio a una transparencia desconocida que es la puerta a la verdadera libertad.
Experimenta ser libre en un mundo que se tornó la prisión de sí mismo. Experimenta estar en paz y ser un instrumento para que Dios le dé a conocer al mundo la paz a través de ti.
Entra en un nuevo ciclo de aspiraciones verdaderas, de acciones verdaderas, de amor verdadero, de verdadera paz.
De esa forma, caerán los hombres a tu derecha y a tu izquierda y la paz de tu corazón, que no tiene su base consolidada en las cosas del mundo, sino en tu unión interna con Dios, jamás será derrumbará.
Persiste en la búsqueda de la paz, pero sigue por el camino correcto. La transparencia y la verdad son tus vehículos para alcanzar la paz.
Tienes Mi bendición para eso.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Alemania necesita reconsagrarse a Mi Inmaculado Corazón, para que pueda recibir más Gracias de las que hoy Yo les traigo. Pero hoy llevaré al Cielo y en Mi Corazón, el soplo de Amor de Mis hijos, que es lo que Me hace volver al mundo, una y otra vez.
Por eso Yo estoy aquí, hijos Míos, para que el soplo del amor de sus corazones llegue no solamente a Alemania, sino también a los lugares que más necesitan del Amor de Dios.
Es este Amor tan profundo y verdadero el que redimirá sus corazones y vidas, que los llevará a comprender los Misterios de Dios, para que algún día aprendan a cumplir Su Voluntad.
Hoy he sentido ese amor de sus corazones, de cada corazón presente, que Me ha confesado su amor por Mi Corazón Inmaculado.
Deseo, hijos Míos, que siempre recuerden esto, porque es lo que disolverá aún más los errores que Alemania cometió en el pasado. Es este amor el que los llevará a amar aún más al Universo, para que algún día sean partícipes de todo lo que se guarda en la esencia de la vida universal.
Es este amor el que los llevará a amarlo todo de forma incondicional, el que los despertará al servicio por los más necesitados; porque la mayor razón del servicio aquí, en Alemania, es por los que sufren espiritualmente, a pesar de tenerlo todo y de nunca faltarles nada.
El sufrimiento espiritual aunque no les parezca, hijos Míos, es más fuerte que el sufrimiento material y humano, porque no hay nada que lo pueda disolver, sino el Amor de Dios, que una y otra vez debe surgir desde sus esencias para que este Amor colme sus vidas y espíritus, y así, colme al planeta, que tanto necesita del Amor de Dios para poder seguir adelante en estos tiempos definitivos.
Hoy, las leyes de la transmutación han actuado de forma diferente, porque primero donaron el amor de sus corazones y se entregaron a una voluntad desconocida e invencible.
Es esta Voluntad Divina e Infinita que está basada en el Amor de Dios, la que Me ha traído aquí, a Alemania, para traer a sus corazones lo renovador y lo nuevo, para que desde sus familias y pueblos aprendan los nuevos valores de la espiritualidad, basados en los atributos que Mi Corazón Inmaculado les ofrece para estos tiempos.
Por medio del camino del servicio y de la oración, hijos Míos, por medio de la comunión con Cristo y de la confesión diaria de sus corazones al Supremo Creador, es en donde encontrarán las llaves para poder transformarlo todo, porque aprenderán a vivir, hijos Míos, la espiritualidad que Dios había pensado desde el principio para Alemania y Europa.
Por eso hoy, hijos Míos, comienza un nuevo ciclo y sus corazones son partícipes de esa Gracia que hoy les traigo; Gracia que los intentará llevar aún más al despertar y a tomar consciencia de todo lo que Dios necesita para este tiempo y su humanidad.
Hijos Míos, la tarea aquí en Alemania recién ha comenzado; la tierra ha sido preparada; el Pastor la ha sembrado y la Madre Naturaleza la ha regado para que broten aquí nuevos principios de hermandad y de luz que ayudarán a disolver el pasado y a curar a los corazones de todo sufrimiento.
Por eso, hijos Míos, primero deben creer en el amor que hay en ustedes y dentro de ustedes. Ábranse a descubrir dentro de ustedes el Universo del Amor de Dios y la oración será el pilar fundamental en sus vidas para poder encontrarlo. Porque con esa comunicación diaria con el Cielo, sus Ángeles de la Guarda los ayudarán a encontrar el camino del amor, para finalmente encontrar el camino de la verdad que tanto necesitan saber y comprender a través de lo que sucede en sus vidas, día a día.
Por eso, hoy no solo Yo les extiendo Mi Mano para que se tomen fuerte, hijos Míos, para que no solo podamos unir el Cielo y la Tierra, el Universo de Dios y las almas, sino que también Yo les ofrezco Mi Corazón maternal para que por medio del fuego de Mi Espíritu, nuevos Dones puedan ingresar en ustedes en este momento y esto se expanda más allá de sus vidas y de su nación. Porque quien viva el llamado de la Madre Celestial, aprenderá a vivir la Voluntad de Dios en estos tiempos difíciles.
Por eso los invito a gestar entre ustedes, hijos de Alemania, esa unidad inquebrantable que ayudará a promover la Paz en los mundos internos y que traerá renovación a sus vidas y a todo su pueblo.
Hoy estoy aquí, ante ustedes, como la Señora del Santísimo Rosario para invitarlos a que por medio de su consagración en este día, la oración grupal sea la tónica para sus vidas; oración que puede curar niveles profundos de las almas de Alemania que aún están sufriendo las consecuencias del pasado y del presente.
Hoy Me ofrezco a ustedes como la Madre de la oración, para que ingresen a Mi escuela eterna, para que junto a los Ángeles del Cielo formen esta nueva escuela de oración, que en niveles tan silenciosos y profundos no solo podrá transformar Alemania, sino también a Europa, que tanto lo necesita.
Con esta respuesta que Me han dado su corazones para vivir la consagración de hoy, y también por aquellos que han venido de otras naciones para consagrarse, deseo, hijos Míos, que puedan percibir el fuego de su fe, que a pesar de ser desconocido, debe siempre llevarlos a concretar la Voluntad de Dios en sus vidas y en las naciones a las cuales pertenecen.
Este es Mi Mensaje para ustedes, hijos Míos. Deseo que sean embajadores de la paz y que promuevan la paz con acciones buenas, con acciones fraternas, con acciones pacíficas, que puedan renovar sus consciencias y a todos los que reciban ese servicio por parte de ustedes.
El mayor servicio espiritual de los grupos de oración de Alemania, será la ayuda, por medio de la oración y de la invocación a la Divina Misericordia de Mi Hijo, para todos aquellos hijos Míos que necesitan recibir una oportunidad en este tiempo final.
Hoy Me iré de aquí, hijos Míos, finalizando y cumpliendo una Misión, la que han vivido junto Conmigo en estos dos últimos meses y en la que todos fueron llevados a colaborar por amor y hermandad, para que Europa recibiera las Gracias que tanto necesitaba
Aún hay mucho trabajo por hacer, hijos Míos. Bélgica y Dinamarca también esperan por Mi ayuda algún día, así como Rusia, que necesita de mucha Misericordia.
Pero si los pilares de los grupos de oración se funden primero en Europa Oriental y Occidental, crearán las condiciones necesarias, hijos Míos, para que la Obra de Amor de los Mensajeros Divinos llegue a aquellos lugares del mundo que también necesitan de Misericordia.
Desde ahora hijos Míos, nos estamos preparando para ese momento, así como también para llevar la paz y el amor que ustedes han recibido, hacia Asia y Oceanía.
En este momento, ante la Iglesia Celestial de Cristo, que se abre desde el Universo Espiritual, la Madre del Cielo y de la Tierra, la Virgen de Schoenstatt, la Señora del Santísimo Rosario, invita a Sus hijos que hoy se consagrarán, a que se aproximen a este altar bendecido por Cristo para vivir este momento importante de consagración de sus almas a Mi Inmaculado Corazón.
Que a partir de este momento comience a escucharse el himno de su consagración.
Ustedes, hijos Míos, han definido ante Mi Corazón Inmaculado, formar parte de este primer ejército para Alemania, que también unirá a Austria y a Suiza, en esa triangulación divina y especial, por el triunfo de los Tres Sagrados Corazones, de Jesús, de María y San José, los que a partir de este momento, en nombre de Dios y de Su Divino e Invencible Proyecto, se han ofrecido a esas tres naciones para llevar adelante un momento importante de conversión y de redención de esta parte de la humanidad, formando alegres y jubilosos grupos de oración que puedan llevar en sus corazones el amor que hoy les entregaré, para siempre.
Los hijos que hoy se consagrarán coloquen sus manos en señal de recepción.
Como Virgen de Schoenstatt y Señora del Santísimo Rosario, reciban de Mi Corazón Maternal esta Gracia que tanto han esperado en sus vidas, a fin de que esta Gracia se multiplique y llegue a los corazones que más sufren, por medio de su compromiso en esta vida de consagración al servicio de la oración por la humanidad.
Que el Señor derrame sobre ustedes Sus Dones y que los haga partícipes de Su Misericordia.
Que el Señor siempre les haga sentir Su confianza y plenitud, a fin de que miles de almas en Alemania reciban el impulso de despertar, por medio de su devoción y dedicación a la vida de la oración, a fin de que el Santo Rosario, poderosa arma contra el mal, se infunda en sus corazones y en el mundo, y renueve los tiempos en este planeta.
Pueden colocar sus manos sobre el corazón y agradecer a Dios por este día de consagración al Materno e Inmaculado Corazón de María.
Recuerden que siempre los escucharé; que siempre como Madre y Sierva de Dios escucharé sus oraciones, las que especialmente surgirán en este tiempo desde Alemania, Austria y Suiza.
Hoy los consagro como familia espiritual para que los Tres Sagrados Corazones estén presentes en ustedes y sus naciones.
Los bendigo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Hoy llevarán estas rosas que estoy consagrando, como el testimonio de Mi Amor por ustedes, de un Amor eterno e invencible, de un Amor que comprende y acepta, de un Amor que no cuestiona, que no juzga. De un Amor de Mi Corazón que abraza, que cura y que redime, porque es Dios a través de Mi Corazón en sus vidas, para siempre.
Yo les agradezco por haber respondido a Mi llamado.
Que la Paz siempre se encuentre aquí, en Alemania.
Que así sea.
No tengan miedo.
Soy la Reina de la Paz, la Virgen de Schoenstatt, Madre de todos los pueblos, Virgen de todas las culturas, Madre de todas las lenguas y Reina del Amor.
Vengo al mundo como la Madre del Universo, para retirar de sus corazones todo lo que los aparta del amor, todo lo que los aleja de Dios, todo lo que no es parte de Su Divino Plan.
Por eso he venido a Viena, para concluir la misión que Mi Hijo ha comenzado, para poner fin al sufrimiento de los seres humanos; especialmente aquellos sufrimientos que han marcado la historia de la humanidad y que nadie, nadie ha conseguido borrar.
Por eso vengo del Cielo, para anunciarles que Yo Soy su Madre, la Madre que ama a Sus hijos, Madre que comprende a la humanidad y a sus errores, Madre que ha venido al mundo muchas veces, para dar advertencias a la humanidad, para corregir a la humanidad, para llevarlos por el camino del amor.
Están a tiempo, hijos Míos, de vivir todo lo que Yo les prometo y les traigo, de transformar sus vidas según Mis designios, de formar parte de Mis comandos celestiales y de hacer de este planeta un planeta en redención, junto a todos los Reinos de la Naturaleza.
Recuerden entonces, hijos Míos, el incondicional servicio de su Ángel de la Guarda, que está allí, presente cerca de ustedes, para llevarlos de la mano al Designio de Dios, para retirarlos del camino del constante sufrimiento y de la agonía que muchas almas viven en muchos grados de la consciencia.
Por eso vengo, por medio de Mi Gracia, para concederles la Gracia de Dios, la que necesitarán para despertar la consciencia, la que precisarán para vivir en la vida los Principios de Dios conforme a Su Voluntad.
Quiero que abran sus consciencias al Universo y a todo lo que existe más allá de este planeta y de esta humanidad.
Los invito, hijos Míos, a mirar hacia lo Alto, a encontrar en el Infinito su historia y su origen, a reencontrar su camino según la Voluntad de Dios y hacer de este camino un camino sagrado, para que en ustedes y a tiempo despierten las virtudes de la Divinidad y estas sean parte del proyecto de la redención de la humanidad.
Vengo a abrir los ojos de sus consciencias superiores, buscando en todo este camino la unidad, la que los llevará a estar en la sabiduría, en la alegría de servir a Dios y sobre todo, en el camino de la fe.
Austria, como toda Europa Oriental, aún necesita cicatrizar sus heridas más profundas de la guerra.
Vengo a concederles Mi Gracia maternal a ustedes y a sus últimas generaciones para retirar el dolor de sus corazones, el odio o el rencor por haberse sentido aparentemente abandonados por Dios.
Pero Dios estuvo en ese momento contemplando a Sus hijos y Me envió al mundo en aquellos tiempos, para anunciar Mi Mensaje en Fátima, a fin de rescatar a muchas almas, a muchas familias que escaparon del sufrimiento y de los horrores de aquellos tiempos.
No quiero, hijos, hacerles recordar el pasado, sino sumergirlos por medio de Mi Corazón en el eterno presente, en donde encontrarán el Designio de Dios para cada una de sus vidas y consciencias.
Vengo a animarlos a renovar los tiempos y a hacer de estos tiempos grandes momentos de perdón y redención.
Los invito a seguir viviendo la Escuela de la Oración, porque con la oración en sus vidas y especialmente en sus corazones, podrán percibir, hijos Míos, cuál es el nuevo camino que deberán recorrer en este tiempo.
Por eso estoy aquí, con todos los ángeles del Universo, los que cantan el Gloria a Dios, para ofrecerles la consagración a Mi Inmaculado Corazón.
De esta forma, hijos Míos, en esta consagración tan simple, pero verdadera, que sus vidas Me pueden ofrecer en este momento, no solo podrán ayudar a sus familias, que también necesitan del perdón y del Amor de Dios, sino también ayudarán a toda Austria y más allá de ella, irradiando por medio de su consagración la renovación del tiempo y de la humanidad, de la que forma parte Europa Oriental.
En este momento, ante la Presencia del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, es concedido un nuevo paso a sus consciencias, que quieren ser llevadas por el camino del despertar, para que algún día bajo la aspiración de Mi Corazón se sientan motivados a servir al mundo y a su humanidad, extendiendo junto a su Madre Celeste esta red de Luz, de oración y de perdón.
Aún Europa necesita de mucha misericordia por todo lo que le debe a África y a América.
Los invito a convertir los errores de todos los tiempos en amor, así podrán ser corazones sinceros, que escuchen el Llamado de Dios y se animan a dar un paso en nombre del Amor.
Por eso les traigo la Paz, para que la Paz se conciba en sus vidas y para que la Paz triunfe en la humanidad.
Llegamos ahora al momento de su consagración.
Que suene la música de los Hijos de María, para que Yo pueda bendecir a los que hoy se consagrarán.
Y hoy llamo a Austria a la renovación y a la esperanza, a fin de que se alcance en este lugar el perdón y el amor en los corazones que más lo necesitan.
Ahora, hijos, que están a Mis Pies y que conocerán Mis misterios, háganme en el silencio de sus corazones una petición sincera, a fin de que Yo la pueda llevar a Dios para que se pueda cumplir según la Voluntad Divina.
Que esta petición no sea solo algo para sus vidas, que hoy se renuevan en el Espíritu Santo, sino también sea una petición por la humanidad, que clama por amor y alivio al sufrimiento. Que así sea.
Bendigo en el nombre de Mi Hijo esta agua, para que sean bautizados y bendecidos por el fuego del Espíritu Santo de la Madre de Dios y los talentos de sus corazones despierten en honra al Triunfo del Sagrado Corazón de Jesús. Amén.
Yo les agradezco por responder a Mi llamado.
Que la Paz y el Bien desciendan sobre Austria y todas las almas que aquí se congregan.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Anímate a transformar el dolor del mundo en amor y en paz.
Transformar el dolor del mundo es vivir, por amor, un gran sacrificio y soportar lo que tal vez no podrías soportar. Pero es el amor el que te lleva a lograrlo y a promoverlo, el amor te lleva a poder cicatrizar heridas y te ayuda a disolver incomprensiones.
Esta escuela está basada en el Amor de Dios y en el amor se pueden vivir todas las experiencias.
Más allá de todo sufrimiento y de todo dolor, que el amor prevalezca y reine para que siga trabajando en la vida de las almas que necesitan aprender a vivir en el Amor de Dios.
Que el amor sea el motivo perfecto para comprender y aceptar todo.
Que el amor sea el sendero que siempre convertirá lo imposible.
Que el amor sea el bálsamo perfecto para traer la paz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Por Dios traigo el Amor del Cielo para derramarlo en este lugar, sobre este planeta. Les traigo el Amor que necesitan, el Amor que tanto buscan, el Amor que tanto aspiran penetrar para poder encontrar a Dios.
Les traigo el Amor que los liberará para que puedan dar un nuevo paso, sabiendo que es necesario aprender a escuchar a Dios de la misma forma que la Madre de Dios escuchó el llamado del Arcángel Gabriel.
Los invito, queridos hijos, a seguir el ejemplo de la Madre de Dios, en una obediencia incondicional, con inmensa alegría de poder seguir los pasos del Señor, así como Dios lo necesita en este tiempo.
Todo lo que Yo les digo, hijos Míos, no es para herirlos, ni tampoco para lastimarlos, es para abrir sus consciencias, es para penetrar con el Amor de Dios en sus corazones, para que heridas tan profundas que aún están presentes en sus vidas, se puedan cerrar y disolver.
Esa es la razón por la cual estoy en Europa, hijos Míos, presentándoles a ustedes Mis diferentes Faces, para que conozcan la Omnipresencia de la Madre de Dios, para que sepan comprenderla y escucharla, de la mejor forma que ustedes puedan; por eso vengo como la Madre y Virgen de Schoenstatt.
Pero hoy no traigo a Mi Hijo en brazos, hoy traigo a un niño africano, entre tantos que quisieran estar en Mis brazos.
Hoy traigo el niño más enfermo y hambriento, el niño más dolorido, el niño más angustiado que necesita de la atención de la humanidad y de su pueblo.
De esa forma, hijos Míos, Yo los invito a la solidaridad, a la cooperación y al bien que debe despertar en sus corazones, para que el mundo y especialmente su humanidad, su sufrimiento y dolor, que deben ser aliviados, puedan entrar en ustedes para que sientan como siente la Madre de Dios cuando hay falta de consciencia, falta de amor y especialmente de fraternidad.
Si ustedes dan el paso, les aseguro hijos Míos, que muchos más lo darán.
Por eso hoy he decidido venir a decirles esto, para que puedan escuchar Mi Llamado, para que puedan sentir Mi Maternidad, para que se puedan servir de Mi Corazón, un Corazón noble que clama al mundo, un Corazón que acoge las miserias de la humanidad y especialmente de los que más sufren.
Los invito, hijos Míos, a imitar Mi Espíritu de Maternidad, de servicio y de solidaridad, eso transformará su pueblo completamente y hará de su pueblo una Tierra Prometida sabiendo que aún Dios desea manifestar aquí Su Divina Voluntad.
Con Amor materno Yo los llamo, hijos Míos, a tomar consciencia de esto, a colocarle importancia en sus vidas, para que también sus vidas se puedan transformar mediante la respuesta a Mi Sagrado Llamado.
Siempre desearé el bien para ustedes, por eso no solo estoy aquí por ustedes, estoy aquí también por todas las naciones del mundo, por todos los que han concedido esta peregrinación por la Paz, por todos los que sinceramente de alguna forma u otra hicieron su esfuerzo amoroso e incondicional para que hoy Yo esté aquí por Suiza, así como también estaré en poco tiempo por Alemania.
Es así que Yo los invito a esa Unidad, la Unidad que Dios gestó desde el principio en el Universo, la Unidad que los llevará a la Paz, porque es una Unidad Divina que el mundo ha olvidado completamente.
También esa es la razón por la cual todavía peregrinamos, salimos de los Centros Marianos a la búsqueda de los corazones más necesitados y carentes, en búsqueda del despertar de la consciencia de la humanidad, a fin de que los designios de Dios se puedan cumplir.
Como Madre del Amor y Virgen de Shoenstatt, no deseo que Mis hijos sufran, ni que acepten vivir el camino del sufrimiento, porque la humanidad ya ha demostrado al mundo como sabe autodestruirse; quiero cambiar ese patrón humano por medio de sus oraciones y de sus súplicas, por medio de la apertura de su mundo interior a Mi Llamado.
Así Yo no solo podré seguir trabajando por Suiza, sino también por el mundo que Me necesita y podré llegar a otras naciones del mundo así como he llegado aquí de forma extraordinaria por la respuesta de Mis hijos.
Hoy les transmito hijos Míos, con toda la Verdad de Mi Corazón, la aflicción de Mi Corazón Materno por la sordera de Mis hijos.
Por eso vengo del Cielo como he venido en Fátima y en Medjugorje, para traer un mensaje a la humanidad, para demostrarle al mundo que Soy única y que Soy la Madre de todas las naciones y de todos los hijos que existen en este planeta; que Soy la Madre sin religión, porque Mi religión es el Amor de Dios, el que el Arcángel Gabriel me ha enseñado cuando tenía a Jesús en Mi Vientre.
El Amor de Dios se gestó en Mí para que naciera en el mundo la redención. Hoy Mi Vientre de Luz se dona al mundo, para que sus vidas puedan renacer algún día con la esperanza de vivir en la Fe y de alcanzar la redención del corazón.
Los invito a redoblar los esfuerzos por Mi Llamado, y hoy agradezco a Mis hijas que viven aquí en Suiza, por haber sido precursoras de Mi Llamado en Zurich, por haberse esforzado y dedicado, para que el cumplimiento Divino de Mi Misión Espiritual en Suiza, se pueda cumplir.
Hoy me iré de aquí con una esperanza, porque han demostrado que es posible difundir Mi Llamado, sabiendo que es urgente que las almas salgan del infierno terrestre para ingresar en el Universo de Mi Corazón, en donde hay un lugar especial, hay un refugio en el Corazón de la Madre de Shoenstatt para cada uno de Mis hijos.
Es el amor de ustedes, es la dedicación de ustedes, es la ofrenda de ustedes, lo que Me permite una y otra vez volver al mundo.
Yo les agradezco por responder a esta convocatoria y los bendigo con la Llama Sagrada de la Esperanza de Dios, la que nunca se extinguirá porque es eterna.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Queridos hijos:
Los Reinos de la Naturaleza se ofrecen como medio de purificación y sublimación de sus consciencias.
A través de los Reinos menores, el ser humano encuentra el camino para liberarse de sí mismo por medio del amor que le puede expresar a los Reinos. Por eso, los animo a ver y a encontrar en los Reinos menores un sendero para su conversión y redención interior.
Los Reinos de la Naturaleza y sus grandes ángeles de luz esperan ser contemplados, amados y considerados en la vida diaria del ser humano, porque a través de los Reinos las almas también pueden expresar su devoción a Dios y a toda la Creación.
A través de los Reinos menores, el ser humano puede desprenderse del pasado y del sufrimiento.
En los Reinos de la Naturaleza se puede encontrar un momento de paz y de comunión con el Universo Mayor.
Busquen en los Reinos ese camino de unión con lo Divino. Promuevan la protección y el cuidado de los mismos, para que toda la humanidad siga contando con un servicio de amor de los Reinos que todavía es desconocido por la humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
El sufrimiento vivido por la humanidad y, especialmente, por los hijos de Polonia, solo se podrá disolver con el amor, sintiéndose amados y respetados.
Eso evitará que ellos mismos busquen en los desvirtuados caminos del mundo, el soporte que necesitan para sobrevivir como raza.
Las secuelas del pasado son muy grandes. Por eso aquí, en Cracovia, existe el canal directo hacia la Misericordia para que todo sea liberado.
La Misericordia Divina, que es expiatoria y sublime camino, va de la mano del amor.
Serán ese amor y esa Misericordia los que traerán lo nuevo para esas almas y concederán el perdón tan necesario para poner fin a la era del sufrimiento humano.
La Divina Misericordia atrae ese sagrado principio de esperanza para que todo se pueda reparar.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Virgen de Czestochowa
Para esta nueva novena que comenzará el próximo 14 de junio, quisiera que dediques cada día de la misma a un determinado grupo de almas, a fin de que Mi Divina e Insondable Misericordia pueda penetrar en los abismos de esas consciencias y, así, concederles la Gracia máxima de la expiación de sus pecados y de los del mundo entero, por medio de los méritos alcanzados por la Preciosa Sangre derramada por el Cordero de Dios en la Cruz.
Es así que en el primer día de la novena sumergirás en el gran Océano de Mi Misericordia a las almas que viven el pecado mortal o la falta moral en sus vidas, para que la Fuente de Mi Misericordia alivie su sufrimiento espiritual e interior.
En el segundo día, sumergirás en el Océano de Mi Misericordia a las almas adúlteras, especialmente a todas aquellas que se vengan y ultrajan Mi Corazón con el odio, la mentira y la impunidad. A todas ellas las colocarás en los lagos internos de Mi Insondable Misericordia para que sean purificadas y reparadas.
En el tercer día de la novena sumergirás en la gran Fuente de Mi Misericordia a todas las almas solitarias, especialmente a las almas que son maltratadas en los asilos, hospitales, orfanatos e institutos de menores, para que la Gracia de la Divina Misericordia les conceda la paz y la esperanza de ser amados.
En el cuarto día, sumergirás en el universo de Mi Misericordia a todos los opresores, refugiados y personas que trafican seres humanos en el mundo entero, para que el estado mayor de Mi Justicia y de Mi Misericordia sea testigo y suprema justificación de sus pecados ante el Padre Celestial, a fin de que esas almas, condenadas al fuego del Infierno, sean rescatadas por el potentísimo Amor de Mi Corazón manso.
En el quinto día, sumergirás en el Océano de Mi Misericordia a todas las madres del mundo, especialmente a aquellas madres que sufren por la muerte o por la prisión de sus hijos. Harás entrar en Mi Infinita Piedad y Misericordia a las madres que son esclavas del aborto e instrumentos del mal en el mundo para promover inseminaciones genéticas y proyectos de maternidad pervertidos. A todas ellas las llevarás hacia Mi Misericordia para que Yo pueda interceder y conceder el Perdón.
En el sexto día, sumergirás en Mi Misericordia a todas las almas que promueven las guerras, la persecución y el hambre en el mundo y, especialmente, llevarás hacia Mi Misericordia a todas las almas que firman acuerdos nefastos y llevan adelante proyectos que transgreden la paz y la unidad entre las naciones y entre los pueblos. A todos ellos, con inmensa piedad, los colocarás a los pies del Altar de Mi Misericordia para que sean perdonados y redimidos.
En el séptimo día, llevarás hacia la Fuente de Luz de Mi Misericordia a todas las almas que están presas espiritualmente y que son objeto de tortura mental y psíquica, para que el fuego poderoso de Mi Misericordia las auxilie y las libere de esa constante condenación.
En el octavo día, dejarás dentro del universo de Mi Misericordia a las almas que padecen de penas o de enfermedades terminales. A todas ellas las sumergirás en el Océano de Mi Misericordia para que Yo las pueda sanar.
En el noveno día, dejarás en el universo infinito de Mi Misericordia a todas las almas que Me siguen y, especialmente, al clero de Mi Iglesia para que se purifique y esté a la altura de los acontecimientos que vendrán, sabiendo que necesito de transparencia profunda y de verdad iluminada para poder llevar adelante la preparación del retorno de su Maestro y Señor. Deseo de la Iglesia una máxima fidelidad, pero especialmente aspiro a la conversión de los que están en Mi Iglesia y ofenden Mis Obras, a fin de que se rediman.
A todas esas almas, durante nueve días, las llevarás hacia Mi Infinita e Insondable Misericordia para que el mundo entero algún día se pueda arrepentir y convertir al Amor de Mi Glorioso Corazón.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Segundo Mensaje
Quisiera que el mundo comprendiera lo que Yo vivo y lo que siento, pero sé que es muy desconocido para la mayoría de Mis compañeros poder comprender lo que verdaderamente necesito para este ciclo, en el que la humanidad agoniza hora tras hora, tiempo tras tiempo.
He venido aquí para compartir lo que Soy y todo lo que tengo.
No vengo a pedir lo que el mundo no Me puede dar, sino que vengo a pedir lo que el mundo Me puede entregar.
Cuando están vacíos, todo Yo lo puedo hacer y aún más Mi Misericordia se puede derramar en aquellos que escuchan Mi Voz y Mi Palabra y la hacen parte de sí en cada momento de la vida, como en cada oportunidad de servir para ampliar la consciencia en los grados del amor y del perdón.
Lo que Dios Nos ha enviado a hacer aquí, a Portugal, y en Europa, es muy grande, algo que no será palpable a la vista de muchos, sino que será conocido por los que abran su corazón para poder comprender la Obra de la Jerarquía y cómo la Jerarquía Espiritual la construye, de ciclo en ciclo y por intermedio de los servidores.
Que no les falten ganas de poder conocer Mis Misterios.
Que no les falte motivación de poder cumplir Mis designios.
Que no les falte ánimo de poder llevar adelante Mi Voluntad.
Porque todo lo que Yo tengo pensado, Pensamiento que proviene de la Mente Divina del Padre, se deberá cumplir, para que, por medio del amor a la cruz que muchos viven la humanidad pueda redimirse de verdad y sin prejuicios.
Por eso Mi Misericordia es la Fuente que todo lo concede y que todo lo realiza.
Recuerden que no pueden llegar al Padre sino a través de Mí.
Y para llegar al Padre a través de Mí, deben pasar por la Fuente de Mi Divina Misericordia, para que se den cuenta y perciban que se deben perdonar a sí mismos y deben perdonar a los demás.
Deben perdonar el pasado y perdonar el presente.
Deben perdonar todo lo que es interno y también lo que es externo.
Deben perdonar lo que no aceptan y deben perdonar lo que les duele.
Así el mundo podrá cambiar y no será necesario sufrir más, no será necesario que algunas almas se ofrezcan al sufrimiento y a ese estado tan desconocido por el mundo.
Cruzar la puerta del sufrimiento por el mundo es cruzar la Puerta hacia Mi Corazón, hacia un espacio en donde muchos, en estos tiempos, no quieren ver la realidad por temer conocerla profundamente.
Pero si Yo Me ofrecí a la Cruz por ustedes, no habrá nada que temer.
Yo les ofrezco incansablemente que Me ayuden a cargar con esa cruz que es la cruz del mundo, la cruz de la Redención y de la Misericordia, la cruz del despertar y de la elevación de la consciencia.
Pero esa cruz que Yo les ofrezco a cada una de sus vidas es una cruz que debe ser liberada, y eso comienza en ustedes mismos, para que después se pueda dar en el mundo y especialmente en la humanidad.
Liberar a la humanidad de sus sufrimientos es algo muy grande y desconocido.
Por eso muy pocos son los convocados para esa tarea, para esa misión especial, de la que no se tiene total consciencia de lo que significa y de lo que representa; pero sí se tiene consciencia al poder sentir y percibir lo que se vive, paso a paso.
Por medio de Mi Misericordia necesito reparar el mundo y sustituir las corrientes negativas que aprisionan a la humanidad cada vez más.
Con su sí Yo podré hacer muchas más cosas.
Con su donación Yo podré conceder muchas más Gracias.
Con su incondicionalidad Yo podré socorrer y auxiliar al mundo y a los que Me dan las espaldas, a los que Me niegan, a los que ofenden a Dios por medio de sus ejemplos y modos de vida.
Hasta que la humanidad no aprenda a amar verdaderamente, deberá pasar por la Ley del Sufrimiento. Yo vine al mundo para poder enseñarles cómo liberarse de ella e ingresar en la Ley de Mi Gracia y de Mi Misericordia.
Aún de Mi Costado sigue brotando la Sangre Preciosa de su Maestro y Señor. Esa Sangre se derrama sobre el mundo y sobre la consciencia de la humanidad para poder justificar, por medio de todos los orantes que invocan Mi Divina Misericordia, los gravísimos errores y ultrajes que el mundo comete hoy, en estos tiempos críticos.
Por medio de la Sangre que brota de Mi Costado vengo a justificar los errores de las naciones, de los pueblos y de toda la humanidad, de cada uno de los seres que vive sobre la superficie de este planeta.
Por medio de Mi Sangre vengo a justificar y a reparar las cosas ante Dios, los hechos que someten y condenan el corazón de los hombres y la vida de todas las criaturas.
Porque desde el Huerto Getsemaní, en ese momento tan agudo para la Vida de su Señor, Yo ya sabía que este momento llegaría y que debería estar presente para testimoniar lo que Mi Padre, una vez, allí Me mostró.
Pero también vengo a testimoniar la Obra de Mi Misericordia que trasciende los tiempos y las formas, los modos de vida y las costumbres.
Vengo a testimoniar a los que en estos tiempos Me siguen y se congregan en torno a su Señor para confirmar Su Presencia en el mundo y especialmente en los corazones, en la esencia divina de cada ser, a pesar de la corrupción de estos tiempos y de las injurias de muchos, de muchos hijos de Dios.
Vengo, por medio de la sangre que brota en Mi Costado en este momento, a reparar Mi Iglesia, que como ven se está derrumbando.
Por eso, son llamados a estar adheridos a este momento junto a su Maestro y Señor; a hacer algo por los demás, algo más verdadero y profundo que pueda traer cura a las almas y los corazones heridos que una vez creyeron en Mi Iglesia y la han desahuciado por sus hechos y experiencias.
Vengo a renovar, en este día, el Sacrificio del Cordero de Dios para que no existan más corderos inmolados en este tiempo final.
Porque la Sangre que derramó su Señor de Su Costado ha sido suficiente, a fin de que ese testimonio de amor perdurara a lo largo de los tiempos y hasta el momento de Su Retorno por segunda vez a la humanidad.
Renueven el Sacrificio del Cordero de Dios todos los días.
No se olviden que el pan y el vino siempre deben estar en la mesa de su Redentor para que día tras día, momento tras momento, comulguen de Mi Cuerpo y de Mi Sangre. Así la vida será renovada a pesar de los acontecimientos y de las crueldades de este tiempo final.
Quisiera que comprendieran, compañeros Míos, de forma universal y de una manera más profunda y abierta, que el legado que testimonió su Maestro y Señor junto a Sus apóstoles en la Última Cena no puede perderse, no podrá desaparecer ni desvanecerse del corazón de los hombres.
Hasta ahora no he revelado lo que verdaderamente pasó en la Última Cena a nivel de la Consciencia del Espíritu y del Universo Celestial, pero ese momento se aproxima, esa hora está llegando, es el último Don que Yo le entregaré al mundo para la verdadera expresión de la vida sacerdotal y crística en las almas.
Sepan que ese legado siempre deberá ser su tesoro, su inspiración y su vida.
Que la comunión con Cristo no sea olvidada, ni un solo día, aunque sus cuerpos ya no puedan más.
Refúgiense en Mi Corazón y todo pasará.
La Llama de Mi Amor es más fuerte que todas las maldades del mundo y que todos los agravios.
Yo puedo transformar lo que ustedes no consiguen, si Me lo permiten. Pero mientras no Me lo permitan, como el mundo en su mayoría no Me lo permite, Mi sed aún será muy grande y amarga.
Sentiré la amargura, en este tiempo, más grande que cuando Me dieron de beber hiel en la Cruz. Ese es el símbolo de la indiferencia de la humanidad que deberá ser extirpada de la consciencia de los hombres y de las mujeres de la Tierra, para que exista una extraordinaria Gracia de despertar y de tener consciencia de lo que en verdad es vivir el Plan de Dios sobre la Tierra. Por eso, su valentía será imprescindible en estos tiempos.
Que su fuego interior nunca se apague y que su llama interior encandile las tinieblas que permean la Tierra por su inseguridad y su ofensa.
Por eso he dicho que esta será la Maratón del sacrificio, el momento de poder entregar el corazón en Mis Manos para que Yo lo pueda ofrecer como testimonio justificable ante Mi Padre y Su Reino por los agravios del mundo y la indiferencia.
Que nadie pierda la oportunidad de comprender lo que estoy diciendo y expresando.
Que nadie pierda la oportunidad de recordar Mis Palabras y de hacerlas parte de sí, porque estas son las últimas palabras que le estoy diciendo al mundo antes de que todo suceda.
Esa es la razón por la cual vengo con Mi Divina Misericordia, intentando expandirla y extenderla en el tiempo, aunque no haya tiempo, para que las almas ingresen en el Océano de Mi Amor y de la reparación, para que la cura se conceda en todos los espíritus.
No dejen de ayudarme en esta Peregrinación por la Paz, porque no será solo la paz que les daremos, sino también la consciencia de saber que es tiempo de cambiar y de vivir los Mandamientos de Dios como fueron escritos en el principio.
Eso renovará Mi Iglesia, eso le concederá a las almas la Gracia de volver a vivirme plenamente.
Que la Sangre de Mi Costado lave sus mundos internos.
Que la Sangre de Mi Costado lave sus almas.
Que la Sangre de Mi Costado se derrame completamente sobre ustedes, para que el Sacrificio del Cordero sea aún más justificable ante la Creación.
En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cuando las almas se entregan de verdad a Mi Corazón, asumen el compromiso de padecer junto a Mí, por la conversión del mundo.
Ese es el sentido oculto de la alianza que los corazones pueden realizar con Su Maestro y Señor.
En este sentido, no estoy hablando de un sufrimiento extremo, sino de un camino que se comenzará a recorrer después de que esa alianza sea establecida entre el Cielo y la Tierra.
La alianza Conmigo significa ofrecerse en silencio y con gratitud por todo lo que habrá que convertir y también por todo lo que tal vez no pertenezca al aprendizaje del alma o de la consciencia.
Esa alianza, que es vivida y aceptada por los Míos, es un paso de aproximación al camino de la muerte espiritual de sí y, sobre todo, un paso hacia la cristificación de la consciencia interior de cada ser.
Por eso, la alianza no puedo ofrecérsela a todos al mismo tiempo.
En esta ocasión, debo esperar el momento justo para poder pedir la alianza física y espiritual Conmigo; eso no significa que el alma se librará de todas sus pruebas. Quiero decir con esto que la alianza Conmigo requiere vivir pruebas mayores por la redención de la propia consciencia y también por la redención de la humanidad.
Esa alianza significa el momento culminante, la razón de dar un paso mayor en las posibilidades de amar y de perdonar.
La alianza Conmigo significará aceptar nuevos desiertos, vivir mayores sacrificios y ofrecerse como víctima justificable de Mi Amor para expiar los gravísimos errores de la humanidad.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Sé que para ustedes es difícil comprender por qué en el mundo aún existe mucho sufrimiento, pero en verdad les digo que los que más sufren son los que se ofrecen internamente al Señor del Universo para poder aliviar el sufrimiento global de la humanidad.
Las causas del sufrimiento son innumerables, solo aquel que ama a los que más sufren, con toda su alma y todo su corazón, podrá comprender y acompañar el sufrimiento difícil del semejante.
El sufrimiento tiene su causa en la falta de sentirse amado, considerado y respetado, pero los que se ofrecen al Señor, para sufrir por los demás, equilibran diversos grados de sufrimiento y de dolor que son desconocidos por la humanidad.
El sufrimiento que es transmutado desobstruye las capas más profundas de la indiferencia humana, con respecto al sufrimiento de las almas.
Los que silenciosamente se ofrecen a sufrir por la humanidad no tienen nada que perder o que ganar, solo que su ofrecimiento es sincero y al mismo tiempo es espontáneo y carece de propiedad, de vanagloria o de destaque.
El sufrimiento y la transmutación del mismo es algo que la humanidad aparta de sí, solo que la llave que repolarizará los estados de sufrimiento se encuentra en el amor.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Vengo en nombre de Mi Hijo para darles las gracias por sus súplicas, por medio de la novena que están realizando al Castísimo Corazón de San José.
He venido desde el Cosmos a decirles esto para que sepan que su Madre Celeste está con ustedes, así como está con el mundo, tan necesitado de Amor y de Luz.
Yo vengo a hacer resplandecer sus vidas por medio de la oración, para que se vuelvan columnas de Luz para este mundo y lleven esa Luz al mundo en donde más se necesita, en donde más claman.
Les agradezco por esta novena, porque las puertas se están abriendo y los corazones están consiguiendo ser sinceros.
Por más que no comprendan en profundidad el Propósito de Dios, su Madre Celeste, por medio de Su Amor, les hará comprender todas las cosas con simplicidad y humildad.
Por eso, sigan orando hasta el término de la Novena de San José, para que también el Castísimo Corazón pueda impartir Sus Gracias sobre Europa y África.
Grandes son las necesidades planetarias, muchísimas son las emergencias en estos tiempos.
Les pido, hijos Míos, que sigan orando por la Paz en las naciones, como vienen haciéndolo: semana tras semana, cuenta por cuenta y corazón con corazón, encendiendo esa Luz de Mi Amor en el mundo por medio del poderoso Rosario.
Con todo esto Yo les pido que continúen adelante, para que puedan seguir renovándose a través de los tiempos, a pesar de que cosas gravísimas suceden en el mundo.
Mi confianza, hijos, está en ustedes, en cada momento de oración que ofrecen a Mi Corazón Inmaculado, para que heridas profundas e internas puedan ser disipadas del Corazón de su Madre, y así, del corazón de Sus hijos, que buscan la paz.
Vengo a su encuentro con todas las estrellas del Cosmos. Vengo a visitarlos con grandes Consciencias angélicas para desatar los nudos de estos tiempos, para que las almas encuentren la paz, vivan el espíritu de la solidaridad y de la cooperación con los semejantes, sabiendo que todo podrá ser superado en el Amor. No hay otro camino.
Mientras el mundo no aprenda a amar, no existirá paz. Mientras más se animen a practicar el ejercicio del amor del corazón, mayores posibilidades existirán para que millones de almas aprendan a vivir el camino del Amor.
Por medio de esta escuela de oración que viven Conmigo todos los días, especialmente en la oración por la Paz en las naciones, todas las cuentas que son realizadas y ofrecidas conceden Gracias inexplicables al mundo entero; cosas que tal vez no verán en este tiempo, pero sí verán suceder en el futuro cercano, cuando su Madre Celeste ya no esté más a su lado para visitarlos y solo esté en el Cielo, deseando ardientemente que vivan Mi instrucción, la instrucción de Mi Hijo y la de San José, para que esta Obra continúe adelante, así como está escrito en el Corazón de Dios.
Mientras tanto, hijos Míos, los invito a seguir amando de verdad, a colocar el amor en práctica en cada detalle, como con cada hermano que se aproxime a sus vidas buscando un poco el amor reparador, buscando un poco el amor curador y consolador, que solo brota de la Fuente del Espíritu Santo y de las almas que se coligan con Él.
La Obra que realizará su Madre Celeste en Europa será importante. Por eso, cada colaboración es imprescindible, por más pequeña que parezca. Pero Yo sé que hay almas que pueden ayudarme más y saben que es verdad lo que les digo.
La Madre de Dios no ostenta riquezas, sino el bien para todos Sus hijos, independientemente de su nación, religión o creencia.
Quiero que aprendan hijos Míos, junto a Mí, que todos pueden ser uno, porque alcanzando esa unidad espiritual, Dios estará en ustedes y ustedes estarán en Dios viviendo en Su Reino; a pesar de los acontecimientos de estos tiempos, de las purificaciones o de las pruebas.
Yo los invito todos los días a ser parte de la Gran Hermandad, la Gran Hermandad que está en el Cielo y también aquellos que están en el interior del planeta y que con su silencio llevan adelante grandes Obras en el mundo por la liberación del planeta y de la humanidad, por la redención de los corazones, por la Paz en todos los pueblos.
Yo los invito todos los días a coligarse a esa gran Hermandad y a seguir encendiendo en sus pechos la Estrella Confederada, la cual los llevará por el camino de la Luz, de la ascensión y del bien.
Leyes muy profundas y desconocidas del Universo podrán transformar sus vidas y las vidas de sus hermanos y ya no será necesario, hijos Míos, sufrir. Quiero que el dolor y el sufrimiento terminen en el mundo. Quiero que las almas conozcan la verdadera alegría de servir a Dios. Lo que Yo llamo “felicidad espiritual”, que no está en este mundo sino en el Universo, en la Vida Universal y en el Conocimiento; en la fe, en el servicio y principalmente, en la gratitud.
Quiero llevarlos, queridos hijos, al Reino de Dios todos los días, para que ustedes se animen a traer el Reino de Dios a la Tierra y muchas, muchas más cosas en el mundo sigan transformándose.
Este es el deseo ardiente de su Madre Celestial, de su Madre humilde y servicial, incansable y eterna, que viene a llamar a Sus hijos a través de los tiempos para que más vidas despierten hacia su verdadera vida espiritual.
Mientras esto no suceda, Yo seguiré viniendo al mundo. Yo seguiré impulsando el despertar de las consciencias, respondiendo al pedido de Cristo y del Padre Celestial; con ustedes y en ustedes. Yo podré, como Madre, hacer muchas cosas más.
Aún hay mucho por hacer, hijos Míos. Hay mucho por materializar y expresar dentro de esta Obra de Amor y de Redención planetaria que recorre el mundo y las naciones, solo para sembrar la Paz y la esperanza.
Hoy traigo el Rayo de la esperanza al mundo, para que las almas lo puedan reconocer y vivir. Sabiendo que cada uno de Mis hijos tiene tantas virtudes y dones para servir a Dios, para poder despertar y reconocer en sí lo que ni siquiera las almas saben completamente.
Por eso, Yo los vengo a impulsar y a motivar, al despertar sus talentos, virtudes y dones. Porque Cristo vendrá a llamarlos y les pedirá sus virtudes y talentos, así como todos sus dones, para que estén al servicio de Él en el momento de Su gran Retorno al mundo.
Ustedes, hijos Míos, son llamados como su Madre Celestial, a ser mediadores del corazón y de la palabra; a buscar en todas las cosas y en todos sus hermanos el espíritu del bien; a ver el bien en sus hermanos y no el mal; lo que es positivo, radiante y elevado en cada consciencia que guarda en sí el Cristo interno.
Promuevan en este tiempo el despertar del Cristo interior y el planeta será repoblado de sublimes energías divinas, que serán atraídas por los hijos de Dios, no solo como columnas de Luz, sino también como espejos de Su Divina Consciencia.
Los invito, hijos Míos, a recrear juntos este planeta y esta humanidad. A re-enseñar el camino del amor y del servicio por medio de las misiones humanitarias, de las peregrinaciones, de las corales, de todo lo que pueda expresar el Amor de Dios en el mundo.
Por eso, esta Obra es para todos y es más amplia de lo que parece y de lo que es. Ustedes, hijos Míos, tienen la llave de Mi confianza para poder hacerlo, siguiendo los pasos de la Jerarquía Espiritual en la obediencia y en el bien, para que todo se mantenga en su camino así como Yo espero ardientemente que se cumpla.
Vengo a agradecerles en esta noche, por su colaboración amorosa, a todos aquellos que están gestando por medio de la oración y de la colaboración, la próxima misión de paz en Europa y África.
Ni siquiera saben, hijos Míos, todo lo que sucederá en ese continente y todo lo que los Mensajeros Divinos harán en cada nación que visitarán, así como en cada lugar al que irán para sembrar la Paz y la Misericordia que ustedes han tenido la Gracia de conocer en los últimos tiempos.
Los invito, por medio de la colaboración y de la construcción de esta próxima misión, a seguir siendo orantes y misericordiosos con los que son más ignorantes, que están distraídos y muy ilusionados con todo lo que les ofrece el mundo.
Todo lo que hagan en la Tierra también lo estarán construyendo en el Cielo. En el último día de sus vidas sabrán y tomarán consciencia de todo lo que hicieron por amor a Dios.
Todo lo que tejen en la Tierra también lo tejerán en el Cielo, y el Universo tendrá memoria de sus acciones y de sus obras de bien por la humanidad.
Hoy Me elevaré al Cielo en profunda tranquilidad, sabiendo que Mis hijos han comprendido, más allá de las palabras, el llamado del Cielo.
Sean propagadores del bien que hoy les traigo, para que el planeta sea colmado de Luz y de Misericordia, hasta que los Mensajeros Divinos terminen de cumplir Su Misión en la humanidad.
En esta noche, quiero que sus corazones, hijos Míos, sean revestidos de esperanza para que la cura se establezca en la humanidad, el bien llegue a muchas más vidas en el mundo y sean tocadas por la Gracia de Dios, por Su Misericordia Infinita.
Vengo a traer la Paz, no solo al Brasil, sino también al mundo. Este encuentro ha ayudado para que eso suceda.
En el Amor y el Bien, Yo los bendigo.
En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Que este lugar siempre se revista de esperanza, para que la esperanza transforme al mundo y todas las consciencias sean tocadas por el Rayo de la Esperanza de Dios.
¡Les agradezco!
Que la luz del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo estén en este lugar y en los lugares del mundo que más la necesitan. Amén.
Después que han acogido Mi llamado, ahora sí podré volver a Egipto, luego de haber pasado por allí como niño; pero ahora volverá el Rey, a liberar al pueblo de su esclavitud, a traer a ese lugar y a Medio Oriente, la Paz.
Y aunque aún los acontecimientos se desencadenen en el mundo y en esta humanidad, llevaré Conmigo a las almas que más necesitan y retornaré a los corazones que más Me buscan, no importando su creencia o religión, porque lo que permite la vida en este mundo es el amor; es el amor que los mantiene vivos, es el amor que les permite respirar y soñar con un tiempo mejor, con esperanza.
El cautiverio terminará algún día, no solo en Egipto, sino también en el mundo. Por eso debo retornar a los lugares en donde una vez ya estuve, siendo niño, joven o adulto, en Oriente, o en el lejano Oriente.
Los valores de la espiritualidad se deben recuperar para que el mundo no pierda la paz. Por eso estoy volviendo a esos lugares, como sacrificio y también como Gracia, para llevar a los corazones el reencuentro con Dios desde los planos internos y para que estos se espejen en la superficie, en la sociedad. Eso hará todo más justo y equilibrado, eso aplacará el sufrimiento y las agonías, porque es a través de los méritos que su Maestro y Señor alcanzó en la Pasión, que estas Gracias son posibles en este mundo y en su humanidad.
No puedo dejar de decir que a veces Mi Corazón está triste por los que no entienden, pero el gozo de los que Me viven y de los que creen en Mi y Me dan su confianza Me alegra, como lo han hecho ustedes ayer y hoy, de forma simple.
El Reino de Dios es el mayor tesoro de la simplicidad para este mundo y para las almas. Si son simples siempre vivirán el Reino de Dios y Él siempre estará próximo de sus vidas y sobre todo, estará en sus corazones.
Quiero que este gozo y júbilo que viven Conmigo de tiempo en tiempo llegue al mundo entero y no solo a Sudamérica. Ahora llegó el momento de vivir el apostolado y de hacerlo parte de ustedes en cada etapa de la vida.
Así Mi Misericordia llegará a los que más sufren, como también a los Reinos de la Naturaleza, que en esas partes del mundo también viven su sufrimiento silencioso, porque no pueden hablar como los hombres de la Tierra.
Sé que a su alrededor también existe el sufrimiento, a veces en sus familias, en sus ciudades, en sus trabajos, en sus seres más queridos. Pero Yo les pido, por misericordia, que den un paso más hacia Mí y llevemos este tesoro del amor a los lugares que más necesitan y que durante miles de años no han recibido nada, ni del Universo, ni de los Cielos.
Vengo a recuperar a través de Egipto los valores de las últimas humanidades, porque la evolución continúa y el despertar también.
Llegó el momento, compañeros, de que recuperen lo que una vez vivieron Conmigo en Tierra Santa y más allá de ella. Esto no es una teoría ni tampoco es una ilusión. Es hora de vivir el Plan de forma verídica. Es hora de hacer el Plan vivo en más corazones del mundo, que Me están buscando y no Me encuentran porque no saben la salida.
Ustedes sí encontraron la salida, pero el mundo aún no la ha encontrado. Por eso debo volver y retornar al centro, desde donde todo se crea, como conflicto, guerra y persecución.
Porque esta vez no solo la Señora de la Luz pisará con Sus pies a la serpiente, sino también su Maestro y Señor pisará con Sus Pies a sus aliados y los derrotará, para que se arrepientan algún día. Y ya no existirá arma contra arma, religión contra religión, porque a pesar de que el momento más grave no ha pasado todavía, aún el ímpetu y la fuerza de Mi Corazón poderoso podrán transformar todas las cosas cuando tan solo Me digan “sí, Señor, aquí estoy”.
Así Yo tendré el permiso de seguir obrando, tendré el permiso de seguir transformando y unificando a las almas con Dios, para que Su Reino celestial descienda a la Tierra y se cumpla Su Voluntad. Porque al fin de todo, Su Sagrado y Eterno Corazón triunfará.
Los caídos serán perdonados, los asesinos serán redimidos, los perseguidores serán amados y se disolverá el mal, porque el mal no conoce el Amor que viene de la Fuente. El mal es la incomprensión de la consciencia humana por no aceptar la Voluntad de Dios, como fue la Voluntad de Dios traer a Su Hijo a la Tierra para enseñarles la Escuela del Amor y de la Redención.
Vuelvo a reunir en este tiempo a los que estuvieron Conmigo en algún momento, sea en la vida consagrada, o en la vida del espíritu; en la vida del servicio, o en la vida abnegada; en la vida misionera, o en la vida orante.
Que ese compromiso sea revivido por los que despiertan.
Que ese compromiso sea reconfirmado por los que ya despertaron, para que se siga cumpliendo la Voluntad del Creador en estos tiempos críticos.
Mi Corazón abrazará al Medio Oriente y a todos los que se encuentren en ese lugar, no importando su condición o su condenación. Porque en verdad, compañeros, Mi Misericordia es muy grande y aún desconocida. Mi Misericordia es tan grande, que Mi Sangre se dejó verter en la Cruz gota por gota, dolor por dolor y angustia por angustia, para disolver el mal de la humanidad y su condenación eterna.
Es el tiempo de dar a conocer Mi Amor al mundo. Y que los demás pueblos y razas sepan que los amo, como los amo a ustedes.
Que anuncien que estoy volviendo al mundo por segunda vez y que el Reino celestial se reaproximará a la Tierra junto a los ángeles y arcángeles, para poner fin a la perdición de la humanidad y para disolver las tinieblas por la intervención del poderoso Padre San Miguel Arcángel, de San Rafael Arcángel y de San Gabriel Arcángel.
Los anunciadores de la Palabra de Dios retornarán a la Tierra, como fue en el principio del pueblo antiguo del Medio Oriente.
Y a partir de allí se escribirá una nueva historia y se borrará el sufrimiento, trayendo del Cielo los Libros de Dios abiertos, para mostrarle al mundo Su nuevo Propósito en la Nueva Humanidad.
Bienaventurados serán los que vivan las profecías y se regocijen en ellas, porque el Señor, el Todo Poderoso, le mostrará Su Poder a los humildes.
Con esta Luz que traigo extiendo la Paz hacia la Tierra, renovando este ciclo y este momento para todos; dando la chance a los que están confundidos, de poder retornar a Mi camino antes de que el Portal se cierre.
Que se eleven los corazones hacia Mi Iglesia celestial y que en comunión con la vida de cada ser, todo sea renovado.
El Universo de Dios desciende a la Tierra y en este simple lugar, las almas siempre encontrarán a Dios. Aunque Mi Presencia no sea aceptada, Yo siempre aquí estaré para abrazarlos con la Luz de Emmanuel.
Vengo a bendecirlos con la Palabra de Vida. Vengo a ungirlos con el soplo del Espíritu. Vengo a bautizarlos con el Agua que brotó de Mi Costado en la Cruz, como parte de la Fuente de la Divina Misericordia, para que sean santificados por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Hoy no existen fronteras ni separaciones entre las naciones y los pueblos. El amor que Yo pude ver aquí es el que necesito para renovar los tiempos y sobre todo, a la humanidad. Es el amor de los que se congregan dentro de Mi Iglesia celestial para comulgar de la Llama de la Santísima Trinidad, junto a los Ángeles de nuestro Padre-Madre Creador, Emmanuel.
Hoy, los Elohim, llamados seres resplandecientes del Universo mental, los Ángeles de Dios, testimonian con Su puño y letra que Mi misión en Egipto será realizada por la receptividad y la oración de las almas que colaborarán para que eso sea posible y así, Mi gran Espejo de la Misericordia se encienda en Medio Oriente.
Alegren sus corazones porque están siguiendo el camino correcto. No habrá otro lugar que Me represente en la Tierra, sino este. Porque vuelvo a decirles, compañeros, vengo fuera de Mi Iglesia para llamar a los rebaños que más Me necesitan y que Mis representantes no han sido dignos de acogerlos con castidad.
Que el amor de los simples promueva la Paz en la Tierra.
Que el servicio de los humildes restaure a los Reinos de la Naturaleza.
Que la oración de los que se congregan en comunidad y en luz, transforme los tiempos, a fin de que el Cetro del Hijo de Dios descienda a la Tierra para poner fin a la maldad humana.
Y ahora elevaré al Cielo esta ofrenda que han colocado a Mis Pies, porque en verdad todo pertenece a Dios, nuestro Padre, que está en los cielos y hoy escucha con atención la Voz de Su Hijo y de Sus compañeros, a fin de que un grano de Su Reino celestial se siembre en esta humanidad, para que la humanidad sea recreada por medio del amor y del bien entre los hombres.
Que todo sea santificado y que todo sea elevado bajo el Rayo de la Transubstanciación. Y que a los pies del Altar de Dios sea colocada la ofrenda de cada corazón humano, en esta tarde.
En el silencio, compañeros, pueden hacer su ofrenda ante Mi Iglesia celestial. Los escucho en el silencio de la oración.
Padre Celestial, que a todos conduces,
acepta nuestra oferta de entrega a Ti.
Guíanos por el camino del amor,
para que Tu Voluntad sea hecha.
Amén. (x3)
La oferta ha sido aceptada.
Los que hoy serán bautizados serán iluminados, y al ser iluminados, se convertirán.
Los que hoy serán ungidos recibirán la Gracia que tanto esperan, pero por ella deberán orar.
Padre, que Te has hecho pequeño para que el mundo Te comprendiera y así pudieras ingresar en la esencia de Tus hijos a fin de que te vivificaran y exaltaran Tu Nombre, para siempre, a la mesa de estos nuevos apóstoles Míos, hoy Te vuelvo a declarar, mediante esta fórmula sagrada que Tú has dictado al humilde Corazón de Tu Amado Hijo.
Que escuchen los mundos internos lo que hoy declara su Rey y Señor del Universo: Les pido que tomen y coman todos de Él, porque este es Mi Cuerpo, que fue entregado por los hombres para el perdón y la remisión de los pecados.
Señor Mío y Jesús Mío, que escuchen las almas de la Tierra la Voz de su Maestro y Señor, el Cristo Vivo, que les dice: Tomen y beban todos de Él, porque esta es Mi Sangre, que fue derramada por los hombres para el perdón de los pecados.
Les pido, que por los tiempos que vendrán y los acontecimientos que llegarán, hagan esto en Mi memoria a fin de que la Paz y la Misericordia de Dios estén presentes en el planeta.
Señor Mío y Dios Mío, este es El que ha dado la vida por todos y que ha resucitado para volver al mundo en espíritu y divinidad, a fin de transfigurar la Tierra en una humanidad redimida.
Padre Nuestro...
Y como les dije a Mis apóstoles, Mi Paz les dejo y les doy Mi Paz, porque siempre su Maestro y Señor mirará la fe de los miembros de Su Iglesia celestial a fin de que todo sea reparado y la humanidad sea curada de su enfermedad espiritual.
Que esta Paz sea llevada a Egipto y a los lugares que fueron encomendados por su Maestro y Señor y por Su dulcísima Madre, la Santísima Virgen María, para que Sus Corazones de Servicio y de Humildad, de Amor y de Esperanza, lleguen a todo el mundo. Amén.
Dense ahora la paz.
Que la paz repueble a la Tierra de esperanza y que la esperanza renueve a los corazones que aspiran a alcanzar la Misericordia de Dios.
Con las voces de sus corazones hoy deseo expandir, por medio de una canción, la lluvia de amor en todo el planeta, dando la bendición al mundo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Les agradezco por estar Conmigo en la simplicidad del corazón y de la vida.
Y ahora que he venido a tu encuentro, recuesta tu cabeza sobre Mi Pecho y siente toda la paz que Yo te puedo brindar en este tiempo, una paz que nadie más te puede dar, ni entregar.
Siente ahora Mi Corazón vivo, que pulsa interiormente cerca de tus oídos. Este es el Corazón que ha padecido por el mundo y por la humanidad.
Es el Corazón que ha derramado Su Sangre por las almas para el perdón de las faltas y que aún lo sigue haciendo por todos sus compañeros y por sus enemigos.
Pero hoy no pienses, amado Mío, qué es lo que estás sufriendo o lo que podrías sufrir. Piensa en Mí, únete a Mi Consciencia y siente Mi abrazo paternal, porque Yo cuido de todas Mis ovejas, una a una, y nunca Me olvido de nadie.
Entrégate a Mí, y ríndete, como tantas veces te lo pido.
No temas por lo que vendrá sino por lo que no está sucediendo en tu vida.
Ahora, refugia tu alma debajo de los Rayos de Mi Corazón y siente el soplo del Espíritu actuando en cada momento, en cada respiración, así como en cada palabra.
Yo puedo restaurar todas las cosas. Yo puedo suplir todas las cosas, porque no soy Yo quien lo hace, es Mi Padre que está en los Cielos, es Él quien obra, quien realiza y quien manifiesta la Voluntad Superior.
Deja para atrás lo que no comprendes, lo que no aceptas o lo que no entiendes.
Confía en este Amor que Yo te estoy donando, porque es un Amor que debe realizarse en ti para que el Plan de Dios se realice en la Tierra.
Recuéstate como Juan, el apóstol, sobre Mi Pecho y siente los dolores y las agonías de tu Señor, en el silencio y en la calma.
Dios no ofrece sufrimiento a las almas, son las almas que buscan el sufrimiento, porque en el Reino de los Cielos, desde donde hoy provengo, no existe el dolor ni la culpa. Alégrate por estar recostando tu cabeza sobre el Pecho de tu Maestro.
Sé que no lo comprenderás todo de una sola vez, pero eso no importa para tu Señor. Lo que importa es que lo vivas plenamente, unido a Mí, en espíritu y en esencia.
No confirmes tus pecados, no afirmes tus errores, eleva tu corazón y colócalo dentro del Mío, para que Yo lo pueda transformar y pulir como las manos del alfarero. Y así estarás en perfecta libertad y en profunda calma y de la noche a la mañana no sabrás qué es lo que te ha sucedido, porque todo se habrá transformado tal cual Yo lo he pensado, según los designios de Dios.
Recibe el Amor de Mi Corazón como un bálsamo y ríndete. Mi Corazón no te hará mal, Mi Corazón no te hará daño. Mi Amor es bien y es pacificación para las almas.
Sírvete de todo lo que Yo te puedo donar y confía, porque todo está marcado, todo tiene su hora y su tiempo.
Así como tú estás hoy sobre Mi Pecho sintiendo el fuego de Mi Corazón y la suavidad de Mi Alma, la acción de Mi Divinidad y de Mi Espíritu, quisiera que muchos más imitaran este ejemplo de unión con el Señor.
Calma tu corazón de toda angustia y acepta lo que te entrego, porque todo tiene un fin mayor y un propósito que aún estarás por descubrir, algún día.
Deja para atrás lo que has padecido, lo que no has entendido, sumérgete en el océano de Mi Luz y todo se disipará, porque quien confía en su Maestro, confía en Dios, Todopoderoso. Y su vida, día a día, paso a paso, con esfuerzo y sacrificio, se volverá libre.
Yo quiero de tu alma un nuevo ser que sea parte de una Nueva Humanidad, consciente y despierta, responsable y digna con la Creación.
Hay tantos tesoros en el Cielo, querida alma, que tengo para revelar; Mis Manos están llenas de designios y aún no los puedo derramar sobre el mundo porque no encuentro lugar ni refugio en la humanidad entera.
Pero si tú, valiente Mío, hoy das el paso por muchos más, algún día muchos más reconocerán Mi Nombre y Mi Gloria, y la harán digna en sus vidas para que así triunfe el Amor de Dios.
Ahora, abrázame y siente el calor de Mi Espíritu, siente la protección de Mis Brazos y la respiración de Mi Cuerpo como un soplo renovador que a todo santifica y que a todo renueva.
No hay nada que se pueda perder. Todo es transformado según Mi Voluntad.
Conviértete en una de las santas mujeres de Jerusalén, o tan semejante al apóstol Juan, en total entrega y abnegación.
Todo lo que vives, alma Mía, tiene un motivo y un significado para Dios, no hay nada que esté fuera de lugar, todo tiene un sentido y un tiempo para realizarse. Sea en el bien, o lejos de él.
Pero Yo quiero que hoy sientas el latir de Mi Corazón manso, de un Amor inexplicable y redentor, que ansía por las almas buenas y dignas, que cumplan la Voluntad de Dios en este tiempo de difíciles pruebas.
Abrázame fuerte y siente Mi consuelo que es intransferible e inmediato. Deja que Yo te nutra con Mi Paz y con la llama de Mi Fe, que es la que me trae al mundo para buscar a los que he llamado por su nombre para que Me acompañaran en esta era y en este ciclo, en donde el mundo vivirá su mayor desafío de todos los tiempos y de todas las eras. No podré decirles lo contrario.
Almas Mías, es hora de vivir Mi Plan y de no esperar más tiempo.
A veces su Señor y Maestro necesita sentir el calor del amor de Sus hijos para poder seguir adelante. Por más que Yo esté en el Cielo no significa que no sienta como un ser humano, porque como ser humano estuve entre ustedes, para que me pudieran vivir y comprender.
Así estarán abrazando a su Padre Celestial, que también necesita de consuelo, al ver las ofensas y los agravios del mundo.
¡Cuánto el Amor puede hacer en los corazones que se deciden a vivirlo plenamente, el Amor que viene de lo alto y que puede brotar de los corazones haciendo nacer Nuevos Cristos!
Quiero que hoy Me ofrezcan su abrazo porque lo necesito, así como ustedes necesitan de Mí para seguir caminando por este sendero, el más difícil de todos los tiempos, el que ninguna otra humanidad vivió, en ninguna otra época.
Ustedes vinieron aquí, almas Mías, por un propósito y un designio mayor que conocerán algún día.
Pero hoy no necesito que comprendan Mis misterios, sino que sientan la agonía de su Señor y el pedido de consuelo a los corazones valientes.
Ahora, siente cómo Yo te cubro con Mi Manto, aquel manto que fue rasgado por las manos de Mis enemigos durante la Pasión y que cubrió Mi Cuerpo llagado de heridas y de ofensas.
Estas son las Llagas que Yo vivo por el mundo y quiero compartirlas con Mis servidores, con los que se han dispuesto a seguirme incondicionalmente.
Yo quiero ofrecerles Mis sacrificios y Mis dolores, porque quien padece con su Señor, padece con Dios, y el Amor que nunca acaba, todo lo transforma, hasta lo más impenetrable. Que Mis Llagas sean motivo de su santificación, de su persistencia y de su renuncia.
Porque Yo tengo un plan precioso para cada uno de Mis servidores que debe cumplirse en esta hora aguda del planeta, en donde todo se precipita, hora tras hora.
Por eso consagro hijas e hijos, para tener ejércitos sobre la Tierra que estén firmes en Mí, a pesar de lo que suceda.
No tengo nada más para dar, solo el Amor de Mi Corazón, que es el que Me ha traído hasta aquí, a través de los tiempos y de las generaciones.
Amor que testimonia la presencia del Cuerpo y de la Sangre de Cristo para la reparación de las faltas y de todos los cometidos que no están en la Ley de Dios. Les vuelvo a decir, almas Mías, que necesito aún más de sus corazones abiertos para que Yo pueda ingresar con Mi Consciencia en los recintos más profundos de sus almas, en donde el Reino de Dios debe realizarse, para que el mundo y la humanidad aún existan.
Por eso en este miércoles santo de recogimiento y oración, no solo les pido sus oraciones, sino también su abrazo, para que el espíritu consolador pueda estar presente y las almas se animen a decir ‘sí’, cada día más.
Hoy les traigo el momento más sagrado de Mi vida, que fue la antesala de la última Cena. Les vengo a hablar con el mismo amor con el cual Me dirigí a Mi santa Madre y a las mujeres de Jerusalén, así como a Mis apóstoles. Es este Amor irrestricto e infinito el que nunca acaba, porque parte y nace de la Fuente de Dios para Sus criaturas.
Ustedes necesitan, finalmente, ser como Yo y superarme, porque Yo vengo aquí para que hagan cosas más grandes que las que Yo hice algún día. Eso demostrará ante el Universo que es posible una Nueva Humanidad, que estará arrepentida y pedirá perdón por todo lo realizado, que no tendrá vergüenza de confesar sus faltas y estará abierta a recibir la Misericordia de Dios, que es inextinguible y eterna.
Quiero que vivan en el gozo de Mi Amor Celestial y tú, pequeña alma, que estás aprendiendo a amarme, no lo dejes de hacer. Anímate a cruzar los umbrales de la resistencia humana, porque Yo te ayudaré a ser verdaderamente libre de ti para siempre.
No dejes de sentir el Amor que hoy emana Mi Corazón y vivifícalo como si fuera la última vez, porque lo que Yo vengo a dar hoy no podré darlo nuevamente; ya se está cumpliendo el tiempo y la hora definitiva se aproxima.
No quiero coronarte con flores, sino con espinas, para que Me puedas superar en el Amor, sabiendo que el ser humano es un ser impredecible en todo este Universo, así como Yo lo fui, testimoniando Mi Pasión, Muerte y Resurrección.
Yo ofrezco la gloria y el honor para los que se han decidido estar a Mi lado, pero también ofrezco Mi dolor y Mi agonía para los que se han confirmado ante Mí en esta tarde de Gracia eterna.
Y ahora, devuelvo tu alma al centro de tu ser, en donde existe el Templo sagrado del Amor, que siempre debe estar encendido por la luz del Espíritu Santo.
Y Mi Corazón se recoge para ofrecerse nuevamente a otras almas en el mundo, que también Me necesitan.
Benditos sean los que recibieron Mis Palabras con gratitud, porque lo comprenderán todo en el próximo tiempo. Y cuando Yo ya no este aquí entre ustedes, en poco tiempo, conocerán profundamente todo lo que he querido hacer en este lugar y en esta casa, y principalmente, en ustedes.
Porque deberé aparecer en otros lugares del mundo que también Me necesitan, que también tienen sed de Mi Palabra y de Mi Verbo y sobre todo, del Amor de Dios.
Con esa solemnidad que intento construir en sus corazones a través de este encuentro, quiero que hoy se dignifiquen ante Nuestro Padre Celestial, asumiendo este compromiso Conmigo hasta el fin de los días, sabiendo que todo lo que vivirán será una gran escuela para el alma y el espíritu.
Solo necesito que den su amor al mundo, no importando quién sea, no importando su creencia o religión, su pobreza o su riqueza, su enfermedad o su salud.
Quiero que amen como Yo los amo, porque la prueba que llega al mundo será muy dura. Y no todos soportarán ese momento. Por eso, los fortalezco en este tiempo y por medio de Mi servicio incondicional a las almas les doy Mi Cuerpo y Mi Sangre para que puedan sobrevivir, así como su Maestro sobrevivió en cada paso de la Cruz, y de Su Agonía.
No es hora de estar divididos, distanciados ni indiferentes. Coloquen sus corazones dentro del Mío y todo pasará. Porque lo que Yo deseo del mundo es muy grande y eso podrá suceder cuando retorne por segunda vez. Ofrezcamos entonces, almas Mías, este momento a nuestro Dios Todopoderoso, El que ha permitido nuevamente, en este día, esta Gracia espiritual para un mundo infiel. Pero el Amor siempre superará todas estas cosas. Todo será cumplido como Dios lo ha pensado.
Incienso.
Nos podemos poner de pie para la bendición de estos elementos.
Yo los llamé aquí porque nunca Me olvidé de ustedes y porque todo tiene un tiempo para Dios y para el Universo (*)
Al igual que estos elementos sagrados que están a los pies de su Maestro y Señor, hoy también ofreceré sus consciencias a Dios para que Él pueda cumplir Sus designios en ustedes.
El Señor Todopoderoso, nuestro Padre Eterno que está en los Cielos, bendiga con Su más infinita Luz y Sabiduría.
En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Gracias por abrazarme de verdad.
Hoy he escogido una canción que testimonia la Obra de la Madre Celestial, de cómo cada alma de esta Tierra, al igual que María Santísima, puede responder al llamado de Dios cuando Él lo realiza.
Hoy escogí voces tan complementarias, una de la otra, para que puedan ofrecer a Mi Corazón esta respuesta de las almas, este ofrecimiento que los corazones han realizado a Mi Espíritu.
(*) Cristo llama dos personas al palco.
De donde Yo vine el amor es escaso y el sufrimiento de las almas no les permite recibir la Gracia y la Misericordia de Dios.
Como Siervo del Creador de todas las cosas, ingresé en los profundos abismos de este planeta, para dar a conocer a los corazones una realidad diferente, que sus ojos no podían ver, que no podían sentir ni comprender que existía.
Una parte de este sufrimiento Yo lo traje hasta aquí y se podrán preguntar porqué. Es para que vean que en verdad ustedes tienen todo; solo les resta dar todo de sí mismos por aquellos que verdaderamente necesitan.
A pesar de que Yo traigo este sufrimiento para que sea liberado, no es solo eso lo que coloco delante de sus corazones; les traigo también la Esperanza y la Gracia de la Liberación, para que crean que todo se puede transformar; aún las heridas más antiguas, los sufrimientos más profundos, los peores errores cometidos; todo se puede transformar.
Este abismo que hoy les muestro proviene del corazón de una nación herida. Herida por la ignorancia de los hombres, por la distancia que hay entre el corazón humano y el corazón de Dios, cuando no quieren verlo. Pero, de la misma forma, hijos, del propio corazón de esta nación, más profunda que todos los abismos, más poderosa que la ignorancia, que la indiferencia, que el dolor, Yo les traigo una nueva esperanza.
Desde lo profundo del corazón de esta nación herida, hago emerger una esencia que no proviene de este mundo, pero sí del Corazón de Dios. Esa esencia, hoy, es incomprensible para ustedes porque la desconocen, pero es tan brillante como mil soles y tan palpable como ustedes lo son para el mundo.
Esta esencia que estaba oculta comienza a pulsar, porque recibió una nueva oportunidad. Esta esencia cruzó los abismos que la ocultaban y, silenciosamente, también cruzó fronteras y se fue retirando de esta nación herida, encontró reposo en otro lugar.
Yo les hablo del corazón de Roraima. Esto no significa, hijos, que sus queridos hermanos de la Venezuela no tendrán más una esperanza; al contrario, esta esencia que ahora emerge y se prepara para poder expandirse viene en auxilio de todas las almas, viene en auxilio de sus hijos, aquellos que se comprometieron con ella desde el principio de esta creación; que se comprometieron, inclusive, a purificar sus vidas y perseverar, confiantes en este plano de amor.
¿Por qué Yo les hablo de estas cosas, estando aquí tan distante, aparentemente, del corazón de Roraima? Porque esta es Mi casa. Aquí Yo protejo Mis palabras y las pronuncio al mundo con la potestad que el Creador Me concedió, para instruir y despertat a las almas. Aquí Yo revelo códigos de luz y de amor que los transforman y los elevan, para que lleguen hasta aquel lugar donde el Creador los espera, donde deberían estar desde el principio.
Es por eso que desde aquí, desde Mi casa, impulso el corazón de Roraima y lo protejo para que su esencia sea resguardada y no esté más en los cautiverios de este mundo, como están tantas almas en este tiempo. La esencia de Roraima se libera, para que las almas también sean liberadas y, a pesar del dolor y de las pruebas que seguirán viviendo, que la fortaleza interior de los hijos de Roraima no sea destruída y el amor que alcanzaron, la alegría y la esperanza, no desaparezcan de sus corazones.
Aparentemente, el enemigo comemora un triunfo, pero Dios, hijos, comemora la victoria de sus criaturas a través del amor que supera todo el sufrimiento, así como el de Su Hijo lo superó estando en la cruz.
La esencia de Roraima será, para sus hijos, como los ancángeles y los ejércitos celestiales, que sustentaron la Cruz de Cristo hasta el fin. Ella se libera para que su luz los sustente, a pesar del calvario de este mundo y los cure, aunque parezca que el cuerpo se muere. Si todas las células desaparecieran y la consciencia conociera lo que llaman de muerte, la esencia de Roraima les mostraría la verdadera vida, que la humanidad aún desconoce, por estar tan presa de las ilusiones de este mundo.
Hoy es día de un nuevo comienzo, un día para levantar sus rostros a Dios y clamar por la renovación.
La esencia de Roraima tendrá mucho para reconstruir y, a pesar de mantenerse silenciosa, su silencio habla más alto que todos los gritos de dolor de este mundo.
Con eso les digo, hijos, que el mundo conocerá en este ciclo su purificación, pero también una esperanza que desconoce, así como Aurora despertó en estos últimos días a través de la Voz de la Madre del Mundo, que resonó en los Universos y volvió a abrir las fuentes de cura para la Tierra.
Esta cura, como un manantial que proviene del Reino de Aurora, está llegando, también, silenciosamente, a aquellas esencias que estaban calladas y ocultas en lo profundo del planeta, como si no existieran, como si nadie las conociera, porque por Ley de Dios, debían estar silenciosas, para que luego llegase el tiempo en que sus voces volvieran a resonar; y que el sonido de esas esencias divinas, guardadas en lo profundo de la Tierra, pudiese ser escuchado en el corazón de los hombres y que todos los misterios escondidos en la Tierra, pudieran emerger en este tiempo y despertar a las criaturas revelándose en los corazones de los hombres.
Los que eran tenidos como locos serán los únicos que tendrán razón y sabrán estar de pie cuando esos misterios se revelen. Que todas las enseñanzas que les trajimos hasta aquí sean la base de esta nueva escalera, que deberán comenzar a subir a partir de este nuevo ciclo. No se aferren solamente a lo que ya conocen. Dejen que se renueve la sabiduría y el conocimiento dentro de ustedes, para que sean instrumentos para la renovación de esta humanidad, para que lo que les parece nuevo sea lo obvio, aquello que Dios pensó desde el principio, pero que la humanidad nunca vivió.
Que todo lo que aprendieron les de fuerzas para que puedan volver a aprender. Sean como los niños que no conocen nada y se abren para todas las cosas; que se lanzan a la verdad con intensidad, que no dejan que las dudas se apropien de sus mentes y, con alegría y sin temor, siguen este camino que Dios les señala con Sus Manos invisibles.
La esencia de Roraima ya tocó el corazón de Brasil, para que sus hijos la amparen. Ahora, hijos, compañeros y servidores tendrán mucho que hacer, que construir, que manifestar, que despertar, que transformar y que vivir, para dar una oportunidad a otros.
Sus hermanos de Boa Vista ahora necesitan de su ayuda. Porque las dificultades ya trascienden sus capacidades humanas y sus corazones están un poco cansados. Sean esa mano que se extiende y ese corazón que llega para renovar, con sangre nueva en las venas de sus hermanos, que hasta hoy perseveraron en el servicio y en esa misión que va mucho más allá de sus tareas, de su día a día y de aquello que sus ojos pueden ver.
Esta misión está haciendo que ellos crezcan, pero Dios no puede permitir que sus hijos pierdan las fuerzas y hagan cosas que no están preparados para hacer; por eso, ellos necesitan de más manos, corazones y, sobre todo, consciencias dispuestas al servicio.
Aún deben saber mucho, no solo sobre la esencia de Roraima, sino sobre tantas esencias que están ocultas en este mundo. Así como los niños aprenden a leer y van deletreando las primeras letras, Yo les enseño los Misterios de Dios.
Cuando crezcan, descubrirán que no solo una frase estaba oculta en Mis palabras, sino una historia entera, la historia de la Creación de esta humanidad, el presente y el triunfo de Dios en la derrota de la ignorancia, de la soberbia y del egoísmo humano.
Con eso, hijos, Yo los bendigo y les agradezco por estar aquí.
Hoy, quiero dejarles una Gracia especial, como símbolo de este sufrimiento que Yo vine a curar, de esta fortaleza que Yo vine a despertar, para que los corazones trasciendan el dolor, la tristeza o la enfermedad y reconozcan que, independientemente de sus pruebas, Dios los llama a una superación mayor, a una experiencia de amor; así como a Su Hijo, que trascendió cualquier sufrimiento corporal, interior o espiritual, porque es de esta forma que el amor se vuelver verdadero y cruza las dimensiones.
Ofrezcan esta Gracia a los que desconocen la Gracia de Dios, que no la ven y se sumergen cada día más en su sufrimiento y en su dolor.
A los que buscan, siempre les será dado. Si no fuese así, las Palabras del Hijo de Dios no serían verdaderas. Confíen en Sus Promesas y vívanlas en este tiempo.
Vamos a cantar para que la humanidad reciba esta Gracia.
Con esto los bendigo y bendigo a toda la humanidad, por la postestad que Dios Me entregó, para interceder por las almas y elevarlas a Su Corazón.
Ahora vayan, hijos, y con este impulso en sus consciencias multiplíquenlo, para ofrecer a los pies del altar de su Maestro y Señor cuando Sus Pies, en esta noche, tocarán la Tierra.
Yo les agradezco y nuevamente los bendigo, en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Sigan en Paz y lleven esta paz al mundo.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más