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Oren para que el Reino de Dios descienda a la Tierra y Su Iglesia Celestial se plasme y se manifieste sobre todas las iglesias del mundo, revelando la espiritualidad divina y renovando a los espíritus que perseveran en busca de una fe verdadera.
Oren para elevar sus consciencias y sus corazones hacia el Corazón de Dios y encontrar allí las maravillas de Su Reino, para que no pierdan el amor en sus corazones.
Oren por los sacerdotes de este mundo, por aquellos que perdieron la Gracia de Dios y que ya no atraían Su Presencia, sino que se tornaron instrumentos de la oscuridad y de la perdición, destruyendo los tesoros celestiales que el Padre les concedió para su redención y salvación.
Oren por los sacerdotes que se esfuerzan para alcanzar la gracia de mantenerse firmes en su vocación y que día y noche son probados para no servirle a Dios, sino para caer en las tentaciones del mundo.
Oren por los religiosos y las religiosas de esta Tierra, consagrados al Plan del Creador en las diferentes congregaciones y líneas espirituales verdaderas, con la esperanza de ser una luz en la oscuridad del mundo, para que él no se pierda y un día pueda ser digno de la presencia del Reino Celestial.
Oren, hijos Míos, porque hoy ha llegado el tiempo de que salgan a la luz los pecados más arraigados en la consciencia humana, y muchos sucumbirán a la oscuridad dejando de lado las gracias que un día recibieron para manifestar el Reino de Dios.
Ha llegado el momento de lavarse en las aguas puras del final de los tiempos, las que los dejan transparentes delante de Dios y delante del mundo, para que reconociendo sus debilidades y pecados se arrepientan y retomen sus caminos.
Ha llegado el momento de la definición del planeta, porque pronto solo habrá dos leyes actuando en la Tierra: la Justicia y la Misericordia. Recibirán Justicia los que en ella se definan y Misericordia los que a ella se abran, rendidos en la verdad de su corazón.
Oren para que las almas no tengan miedo o vergüenza del arrepentimiento, para que no tengan miedo o vergüenza de pedir o de conceder el perdón.
Oren para que todos tengan el valor de verse transparentes y, aun así, rendirse ante Dios, para que Él los torne nuevos y los renueve en Su Gracia para que sean testimonios de Su Piedad para el mundo y portando en sus corazones la Misericordia Divina, la multipliquen en el servicio abnegado hacia otros.
Oren por las misiones humanitarias y por todos los que se abrirán de corazón al espíritu misionero, para que reciban la oportunidad de despertar y de redimir sus faltas a través del servicio. Y oren por todos los que serán servidos y recibirán el auxilio de Dios a través de sus semejantes, para que vean encenderse nuevamente en sus corazones las llamas del amor, de la esperanza y de la fe que el sufrimiento y la oscuridad hacían desaparecer de sus espíritus.
Oren, hijos Míos, por este planeta, para que a pesar de toda purificación y de toda prueba estos tiempos sean la preparación de un nuevo tiempo.
Así como los hombres se purificarán y se limpiarán para ser otros, rendidos a Dios en Su Gracia, que este planeta también se purifique y se limpie, y cuente siempre con espíritus firmes que en oración lo sustentarán, para que un día se torne digno de ser la cuna de una nueva vida, vida que expresará la verdad y la semejanza con el Reino de Dios.
Después de que todo se cumpla la Tierra será digna de recibir un nuevo nombre, renacida en Cristo y bajo la Gracia del Espíritu de Dios. Todo el planeta ingresará en el tiempo de la eternidad, en el que las horas no serán contadas.
Cuando todo haya pasado, hijos Míos, y el amor triunfe en el corazón de los que perseveraron siendo portadores de la paz, esta paz se expandirá más allá de sus corazones y alcanzará el horizonte de las estrellas, el firmamento en el Universo, restableciéndose en donde ustedes ni siquiera sabían que estaba perdida.
Oren, entonces, para que las almas tengan en sus corazones esta meta y delante de todas las pruebas no la olviden y no la pierdan de vista.
Verán en el mundo hechos y acontecimientos increíbles, pero hoy les digo, hijos Míos, que mayor que todo eso será el triunfo del Plan de Dios que sucederá a estos acontecimientos. Por eso tengan fe, oren y perseveren.
Mientras Mi Voz se pronuncie en el mundo Yo los ayudaré y los acompañaré siempre y, revelándoles los misterios celestiales, les enseñaré a atraer la Verdad hacia la Tierra y a vivirla.
Yo los bendigo y les agradezco por llevar adelante este Plan de Amor y de Paz.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Deja que la Divina Misericordia obre y actúe a través de ti.
Conviértete en una llama de la gran Fuente del Espíritu y sé luz para los tiempos de tinieblas.
Convierte tu alma en un templo consagrado por la oración sincera y por la fe constante.
Permite que cada momento de oración sea una ceremonia amorosamente ofrecida al Creador, Padre del Cielo y de la Tierra.
Que cada momento de ofrecimiento, en unión con lo Alto, sea una oportunidad de confirmar tu alma al Reino de Dios.
Lleva en tu corazón la gran experiencia de la Misericordia y guárdala dentro de tu ser como un tesoro espiritual que siempre podrás encontrar dentro de ti, cada vez que lo necesites.
Por eso, vive en la Misericordia por todos los miserables para que tú seas un puente y un instrumento de luz que sirva de auxilio para los que aún no conocen lo maravilloso de la Misericordia de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hijos Míos:
Con el rosario en sus manos, orando todos los días y sin olvidarse de esto, los planes terribles de Mi adversario serán vencidos y desarmados.
Por eso, con el espíritu de un roble y llenos de la Fortaleza de Dios, sigan caminando a Mi lado en la unión diaria, bajo el espíritu de la oración del Santo Rosario.
Cada vez que rezan de corazón y con consciencia, una nueva derrota del mal y de sus planes nefastos sucede.
El Reino de Dios vuelve a vencer en el interior de los seres que se unen a Mí mediante el poder redentor de la oración del corazón.
Es de esa forma que los invito a seguir adelante y a no bajar los brazos en esta batalla en la que todo estará permitido.
Mi Corazón es el refugio para sus vidas y almas.
Recuerden, Mi Corazón es la Puerta que los llevará a Dios y les dará la paz del Rey Celestial, Jesucristo.
Vivan en este tiempo la realidad del ciclo de las definiciones y los animo a que la victoria del Plan del Altísimo esté en el rosario del corazón, porque así todo se dará.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La Catedral de la Paz - Parte II
Y eleva con tu oración a toda la humanidad. Lleva, especialmente, por medio de tus oraciones, a todos los refugiados hacia el Altar Mayor de la Catedral de la Paz.
Abre camino para que los más necesitados de ayuda espiritual e interior reciban el abrazo maternal de la Madre de Dios y el consuelo divino del Inmaculado Corazón.
Eleva a las almas del mundo hacia la Catedral de la Paz, para que ellas despierten a su verdadero propósito y así entren en comunión con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Dentro de la Catedral de la Paz las almas más necesitadas son sacramentadas por la acción imperiosa del Espíritu Santo, reciben el bautismo espiritual, la confirmación interior y la comunión con el Cordero Inmolado, el Redentor.
En la Catedral de la Paz las almas encuentran, por medio de los Sacramentos espirituales, los Dones de Dios y pueden ver dentro de sí las virtudes que el Cielo necesita despertar en cada ser, para que las criaturas aprendan a vivir la Voluntad Divina.
Por eso, los que participan en la Sagrada Catedral de la Paz son inspirados y motivados por los ángeles de la guarda a vivir su misión interior y, al mismo tiempo, a ser partícipes de la comunión espiritual que se manifiesta en el Altar Mayor de la misma.
La Catedral de la Paz infunde en las almas el poder espiritual de los divinos Sacramentos, para que cada ser encuentre su Don y así se ofrezca al servicio incondicional por la humanidad y el planeta.
La Catedral de la Paz nos ayuda a reconocer nuestro universo interior, es decir, la verdad que somos dentro de la existencia divina y de la Fuente espiritual que procedemos, dentro de la amplia universalidad de la Creación.
Por eso, la Madre del Mundo es la intercesora de las almas dentro de la Catedral de la Paz, a fin de que más corazones conozcan el poder de la Gracia, de la Misericordia y del Perdón, y así todo pueda ser revertido y reconducido hacia el camino del Propósito Mayor.
La consciencia humana puede tener presente en su corazón a la sublime Catedral de la Paz, para que siempre recuerde su filiación con lo Alto y, especialmente, viva los Atributos de Dios, los que harán de este planeta una humanidad redimida y perdonada por el potentísimo caudal del Amor de Dios.
Que todo ser sobre la superficie del planeta se sienta motivado a ingresar a la Catedral de la Paz, para que, junto a la Madre Celeste, sea conducido a la unión con el Padre Celestial concediendo a las almas la vivencia del Reino de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, María, Rosa de la Paz y Señora de la Catedral de la Paz
Que el Sol que una vez brilló en Fátima ahora brille en el interior de la consciencia de cada ser, y que el Milagro del Sol ahora se dé dentro de los hombres, porque la Tierra y su humanidad, la humanidad de este tiempo, precisan ser redimidas y transmutadas.
Que el Milagro del Sol ahora se dé dentro de cada corazón, para que la humanidad se arrepienta y pida perdón a fin de que los mil años de paz sean establecidos en todos los que aspiran a vivir en la Luz del Reino de Dios.
Que el Milagro del Sol ahora se dé dentro de las consciencias para que sus espíritus sean conmovidos por el Amor de Dios y así la raza participe de ese Amor, construyendo un mundo nuevo, sin odio y sin venganza.
Que el Milagro del Sol ahora se dé dentro de cada alma, para que cada ser, en este planeta, reconozca su filiación con lo Alto y la importancia de vivir Su Voluntad.
Que el Milagro del Sol convierta el mundo y lo eleve de estado de consciencia para que sea un mundo portador de paz y de justicia.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Este es el tiempo de darlo todo por amor, a fin de que este planeta no sufra las consecuencias de las acciones de la humanidad.
Este es el tiempo de darlo todo, para que las almas más miserables sean, en el próximo ciclo, un testimonio de conversión.
Este es el tiempo de darlo todo, para que los Reinos de la Naturaleza, que son ultrajados todo el tiempo, tengan la oportunidad de ser conducidos hacia una nueva Fuente de Amor.
Este es el tiempo de darlo todo, para que los corazones del mundo reciban la Gracia del despertar, así como ustedes la recibieron en algún momento.
Este es el tiempo de darlo todo, para que la consciencia humana abandone la indiferencia y sea conducida por un camino de amor y de entendimiento.
Este es el tiempo de darlo todo, para que en el futuro exista mayor consideración y responsabilidad de parte de las almas, las que deberán despertar al amor y al compromiso divino con el Creador.
Este es el tiempo de darlo todo, para que el planeta sea aliviado y, al fin, el Reino de Dios, actúe y obre en los corazones.
¡Les agradezco por todos los esfuerzos realizados!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Y al fin se establecerá en los corazones el Reino de Dios, el que vendrá al encuentro de los simples de corazón y de los pacificadores.
Esa será la hora de la gran e inolvidable definición de los que estarán a favor o en contra de los Designios del Padre.
Quien ore de corazón encontrará la salida y no quedará preso de los obstáculos.
En este tiempo, Mi pedido de tantas oraciones es para derramar los códigos de luz que tantas almas esperan.
Sigan adelante, conquistando, por todos sus hermanos, el esperado retorno de Cristo para que Él esté entre ustedes, con todo Su Esplendor y con Su gran Humildad. ¡Anuncien al mundo Su llegada!
Aunque todo esté en movimiento, reúnan a los soldados de la oración para que la humanidad reciba el gran y último impulso del amor.
No se cansen de seguir adelante, continúen por la senda de la redención.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Eleva, hijo, tu corazón a Dios y, todos los días, bajo cualquier condición interior o exterior, sé parte de Su Reino de Misericordia.
Eleva, hijo, tu corazón para que el Don de la Gracia haga de ti, en este tiempo, un nuevo ser.
Eleva, hijo, tu corazón a Dios, para que el mundo reciba mucha más Misericordia.
Eleva, hijo, tu corazón a Dios, para que el mal sea disipado y las almas alcancen la redención.
Eleva, hijo, tu pequeño corazón a Dios, porque el mundo necesita de almas buenas que puedan, en este tiempo, ayudar a curar el planeta con la gran vertiente de la oración.
Eleva, hijo, tu corazón a Dios, porque en esta hora definitiva en que todo está en juego, Mi Hijo debe estar entre ustedes para poder convertir esta raza en lo que verdaderamente debe ser.
Eleva, hijo, tu corazón a Dios, y el universo estará atento a cada súplica.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La Comandante Celestial
He aquí la Comandante Celestial, quien lleva estampada sobre Su Corazón Maternal la Sagrada Estrella de la Hermandad.
He aquí la Comandante Celestial, la que comanda ejércitos de ángeles y de almas en este Universo, para poder establecer largos periodos de paz.
He aquí la Comandante Celestial, la que lleva adelante junto a Su Amado Hijo el Plan de Rescate; la que construye, por medio de las oraciones de todos Sus hijos, los puentes de luz y los lazos fraternos de amor.
He aquí la Comandante Celestial, la que obra silenciosamente en este Universo, la que enciende los Espejos de los corazones para que las almas sientan el ardor del Amor de Cristo.
He aquí la Comandante Celestial, la que busca el bien de Sus hijos, la que promueve la oración redentora, la Madre que siempre los aproximará a Dios.
He aquí la Comandante Celestial, la que desciende del Reino de los Cielos para conceder a los corazones una Gracia, la que acompaña, ayuda y comprende a Sus semejantes.
He aquí la Comandante Celestial, la que lleva consigo la Espada de Luz de los Arcángeles del Cielo, con el fin de expulsar los espíritus invasores para apartar a las almas del camino de la perdición.
He aquí la Comandante Celestial, la que lleva entre Sus Manos el Escudo del Arcángel Miguel para poder defender a Sus hijos durante las batallas, la que protege y ampara a las almas inocentes.
He aquí la Comandante Celestial, la que intercede por las causas imposibles, la que defiende a las almas durante su juicio, la que concede a los corazones momentos de paz.
He aquí la Comandante Celestial, la que eleva a las consciencias hacia lo que es verdadero, la que impide en este mundo la destrucción, la que guía y acompaña el despertar interior de las almas.
He aquí la Comandante Celestial, la que trae del Universo los Dones de Dios para derramarlos sobre el mundo como infinitas Gracias, la Madre que presenta las ofrendas de Sus hijos a Dios.
He aquí la Comandante Celestial, la que interrelaciona los Universos para que los Rayos transfiguren, de tiempo en tiempo, al planeta; la Comandante que transmuta, de ciclo en ciclo, el caos de la humanidad.
He aquí la Comandante Celestial, la que gesta en Su Vientre purísimo el surgimiento de una nueva humanidad, la que mostrará al mundo la puerta por donde retornará Cristo.
He aquí la incansable Comandante Celestial, la que bautiza a Sus hijos con el Espíritu Santo, la Madre que concede la reconciliación interior.
He aquí la Comandante Celestial, la que hoy desciende en Gloria sobre este Centro Mariano para poder abrir los ojos de Sus hijos y mostrarles el verdadero camino del espíritu, el camino de la perpetua oración.
He aquí la Comandante Celestial, la Patrona del Brasil, la Señora Aparecida, la Madre Bondadosa que protege el espíritu de las naciones.
Que hoy, en el día de Su fiesta celestial, las almas reciban de la Señora Aparecida, la fuerza suficiente del amor para poder vivir los cambios que llegarán.
He aquí la Comandante Celestial, la que prepara a las almas para el Retorno de Cristo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Yo Soy la Portera del Universo y en Mi Corazón Inmaculado guardo las llaves de los Cielos, las mismas llaves que Pedro recibió como legado interior y espiritual de parte de Mi Amado Hijo.
Estas llaves, que están bañadas del Amor de Mi Corazón por todos los hijos del mundo, son las que Me permiten, como Madre y Mediadora, interceder por la salvación de las almas y por la redención de los corazones.
De la misma forma, puedo desatar con Mis propias Manos los nudos y las amarras más duras de la humanidad, y tan solo con la apertura de un corazón valiente, Yo puedo interceder por esa consciencia y liberarla de su constante cautiverio.
Hoy vengo como la Portera de los Cielos, porque en algún momento de sus vidas se depararán con ese misterio, que será revelado y será necesario de su atención para poder reconocerlo.
Soy la Portera de los Cielos, porque deseo que muchos más corazones puedan ingresar al Reino de los Cielos y así vivir la Comunión con lo Alto para que finalmente se establezca la redención.
Soy la Portera de los Cielos e intento llevar a Mis hijos hacia la verdad del corazón.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Entrego la Luz de Mi Corazón para iluminar y transmutar lo que está oscuro.
Entrego la Luz de Mi Corazón para guiar a Mis hijos por el buen camino. Así, establezco la actuación de una nueva Ley, que permite reordenar los principios y los fundamentos de la vida espiritual.
Camino al lado de Mis hijos para que sean acompañados hasta el fin.
Acompaño cada momento que viven como si fuera el último. No dejo de contemplarlos con espíritu de Misericordia y así, evito que Mis queridos hijos vivan situaciones innecesarias.
Los protejo con el espíritu de Mi Paz y los vuelvo invisibles ante los asechos, para que siempre salgan triunfantes y sean testigos del verdadero Amor de Dios en sus corazones.
En confianza, sigan Mis pasos y el Señor los colmará con todo lo que hay en Su Reino. Él viene a su encuentro para proclamar el amor y la unidad inquebrantable entre las almas.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Dios es misericordioso. Dios es compasivo. Dios es justo y bondadoso. El ama todo lo que existe y vive, se expresa e interrelaciona con todo lo que vibra en el Universo de Su grandioso Amor.
Del Padre surge la Fuente, que nace de Su Corazón Divino. De la Fuente surge la manifestación de los Dones y la realización de Sus Obras de misericordia por medio de los impulsos que son emanados de Su Eterno Pensamiento.
El Señor es justo y bondadoso al mismo tiempo, porque Él nos revela el sentido de estar con Él a través de las Leyes y de estar en justicia, practicando cada una de ellas.
Si la humanidad respetara, viviera y adoptara las Leyes, muchas cosas no sucederían. Y si le sumara la oración hecha con el corazón, el rumbo de los acontecimientos mudaría.
Por eso, la atención en los Designios de Dios, los hará estar siempre en Su Propósito y no apartarse de Él.
La oración construye esa consciencia permanente de estar cerca del Padre y de buscar todo el tiempo Su Reino, lugar en donde la consciencia espiritual de cada ser estará protegida en estos tiempos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Ardientemente, desde Mi Corazón Materno, deseo que se cumpla la Voluntad de Dios por encima de todo. Yo les enseño a trascender los tiempos difíciles y a estar en ellos, sin pertenecer a la crueldad que ellos promueven a través de las acciones de los hombres.
Por eso, Dios construye y manifiesta Su Reino en los humildes, en los que no desean ningún interés de realización espiritual. Y el Padre Me ha pedido que se lo enseñe a la humanidad, pero la humanidad aún no ha aprendido.
Es así que vengo fuera de toda institución o religión para enseñar al mundo sobre el amor y la verdad que siempre los hará plenos y libres de cualquier adversidad.
Impulso a Mis soldados para que ellos den pasos firmes, decididos, pasos definitivos hacia Cristo. Porque así, el propio Rey del Universo y Señor de la Misericordia podrá desenmascarar a los falsos y dará Su Poder a los pobres de corazón.
En estos últimos años, Su Madre Celeste los está guiando para que la acompañen hasta que la cara de arcilla caiga de los rostros que ocultan la verdad y viven la mentira de otrora, porque cuando Mi Hijo retorne no quedará piedra sobre piedra, solo prevalecerá el corazón simple.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Con la Sagrada Eucaristía superpuesta sobre Mi Corazón, irradio al mundo y a las almas lo que tanto necesitan en este tiempo.
Con la Sagrada Eucaristía superpuesta sobre Mi Corazón, aparto todo lo que causa dolor y disuelvo las corrientes contrarias a Mi propuesta divina.
Con la Sagrada Eucaristía superpuesta sobre Mi Corazón, establezco el Reino de Dios y les doy de beber, de la Fuente espiritual, a los que más lo necesitan.
Con la Sagrada Eucaristía superpuesta sobre Mi Corazón, llamo y convoco a los siervos de Cristo, en sus diferentes pueblos y razas, para que despierten más soles en la humanidad.
Con la Sagrada Eucaristía superpuesta sobre Mi Corazón, hago concretar los Designios del Padre Eterno en las almas que lo escuchan atentamente.
Con la Sagrada Eucaristía superpuesta sobre Mi Corazón, decreto nuevas Leyes para el planeta y aproximo a Mis hijos al Divino Propósito.
Con la Sagrada Eucaristía superpuesta sobre Mi Corazón, elevo la consciencia humana y la llevo a encontrar el sentido de su evolución interior.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Cuando tu oración sea verdadera, Mi Corazón Inmaculado te guiará y Yo te podré acompañar, llevando Mi Mensaje hasta los confines de la Tierra.
Mi Corazón se ennoblece cuando las almas oran de verdad; es un gozo desconocido por el mundo, es una alegría que permite abrir las puertas hacia la Misericordia de Dios, y así las almas no guardan pecado alguno y se purifican a través del poder de la oración.
De esa forma, el Reino Celestial se aproxima y todo se renueva hasta llegar a tocar lo profundo de la consciencia en cada partícula, en cada esencia.
El Señor transforma y vivifica a Sus hijos en Su Reino; cuando las almas oran de verdad, los corazones se alivian, llega la calma y se establece la paz por el simple acto de orar con la humildad del corazón.
Por eso, cada vez que un hijo Mío alcanza ese estado de oración, puedo derramar Mis Gracias, y ellas ya no se guardarán más en los Cielos, estarán en todos los corazones que orarán con plena sinceridad y de verdad a Mi Inmaculado Corazón.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice y los protege en esta nueva etapa,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Que se construyan los puentes de unión y de amor entre el Cielo y la Tierra para que las almas ingresen al Reino de Dios.
Que, ingresando en el Reino Sublime, los corazones comulguen de la Presencia de Dios y de Su Divina Fuente.
Que las almas, siendo santificadas, perciban la necesidad de amar más en estos tiempos y de atraer al planeta la restauración espiritual e interna que él necesita.
Que, siendo colmados por la Fuente Creadora, los corazones respondan a la gran convocatoria y que todos participen, en este tiempo, de la Gran Hermandad Celestial.
Que nadie pierda la oportunidad de alcanzar nuevos universos, para que la consciencia interior se pueda ampliar y así pueda construirse un nuevo mundo y una nueva humanidad consecuentes con su propósito y lejos de la constante indiferencia.
De esa forma, cuando todos tomen consciencia sobre la verdadera necesidad de estos tiempos, las almas se colocarán al servicio de los semejantes y el Plan de Dios finalmente se podrá ir cumpliendo, así como fue escrito.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
El Espíritu de Dios hablará a través de los hombres
Cuando el corazón humano, hijos Míos, comprenda, como consecuencia de sus acciones, a dónde los lleva su arrogancia e ignorancia, el Espíritu de Dios hablará a través de los hombres.
Cuando las religiones perciban que lo más importante es establecer el Reino de Dios, que mantener estructuras e instituciones, el Espíritu de Dios hablará a través de los hombres.
Cuando los gobiernos comprendan, que no hay gobierno distante de Aquel que creó y que conoce todas las cosas, el Espíritu de Dios vendrá y hablará a través de los hombres.
Cuando los padres enseñen a sus hijos a vivir en comunión con los Reinos de la Naturaleza, con el Universo y con el prójimo, el Espíritu de Dios hablará a través de los hombres.
La humanidad se cansará de vivir las consecuencias de sus sucesivos errores, frutos de las acciones que llevan adelante, sin Dios. En ese momento, hijos Míos, los simples mirarán hacia el Cielo y el Espíritu de Dios hablará a través de los hombres.
Cuando el hombre ya no quiera engrandecerse a sí mismo, porque comprende su pequeñez y su miseria humana, buscará en lo Alto la Palabra de Vida, y será entonces que el Espíritu de Dios vendrá y hablará a través de los hombres.
Ese momento llegará cuando las consecuencias de la ignorancia humana sean visibles a todos los ojos del mundo, y aún los que ansiaban el poder, temerán tenerlo en sus manos, porque conocerán su propia fragilidad e incapacidad para actuar sin Dios.
El Espíritu de Dios hablará a través de los simples, que al principio serán escuchados por pocos, porque ellos estarán entre los menores y muchas veces, hablarán en el silencio de sus acciones.
El Espíritu de Dios hablará en los sanos de espíritu, preparados por Él para llegar al mundo, después de haber conocido el Universo, la Creación y el Plan Divino. Ellos serán conscientes de la miseria humana, pero también de la grandeza de Dios, que se oculta en su potencial interior. Esto los hará humildes y fuertes en Cristo, para hablar sin miedo a la humanidad y proclamar, con el servicio y la fraternidad, la institución de la nueva vida.
Cuando los corazones ya no encuentren consuelo y muchos hayan perdido la fe en Dios, por no encontrar referencias en los hombres en los que las buscaban, será en los más simples y ocultos que el Espíritu de Dios surgirá, retornará y vivirá, como en los profetas y patriarcas de otrora. Y Él hablará, anunciará y abrirá nuevamente los corazones de los que habían perdido la fe y la esperanza. La humanidad reencontrará la referencia del amor en los puros y en los simples, que brillarán, no por sí mismos, sino por el Espíritu de Dios que estará con ellos.
Cuando la fe parezca haber desaparecido de los templos e iglesias, y el amor sea escaso entre los hombres que intentan guiar a los otros por sí mismos y no en Dios, será en los puros y en los simples, hijos, que el Espíritu de Dios hablará, inspirará y unirá las religiones y las culturas, que por sí solas no encontrarán fuerzas para permanecer en el mundo. Sus ejemplos renovarán la fe y la esperanza en el retorno de Mi Hijo. Ellos hablarán del Cristo Vivo, y su palabra será fuego y no solo sonido. Abrirán los caminos hacia el Rey Universal y serán los primeros en postrarse en la tierra, incluso antes de que los Cielos se abran para la llegada del Rey.
Los incrédulos, que aún negarán el Retorno de Cristo, los verán postrados, sin que nada suceda y los calumniarán, se burlarán de ellos y se exaltarán a sí mismos. Pero los puros no se erguirán y, hasta que los Cielos se abran, no levantarán la cabeza. Serán humillados en silencio, para que la humanidad perciba que es en la humildad que, una vez más, se prepara el camino hacia Cristo. Y he aquí, que el Espíritu de Dios, en esa hora, se silenciará a través de los hombres. Su Silencio hablará más alto y tendrá más fuego que todo verbo pronunciado.
Cuando callen los que hablaban con el Espíritu de Dios y postrados esperen en calma el retorno de su Rey, cuando parezca que todo terminó sin triunfo y sin esperanza, cuando los hombres permanezcan ante el vacío y lo desconocido, entonces, hijos, todo comenzará.
Las señales surgirán y harán estremecer a los impuros y a los mentirosos. En esa hora, el Espíritu de Dios ya no hablará a través de los hombres; solo se silenciará y mirará, a través de sus ojos, para que ellos sepan reconocer a Aquel que será el mismo Dios, resplandeciente sobre el mundo.
Hasta que llegue ese momento, sean puros, simples y fortalezcan su propia fe en Dios, reconociendo su propia pequeñez y la grandeza Divina; porque el Espíritu de Dios vendrá y buscará a los corazones humildes, para anunciar al mundo lo que muy pocos quieren escuchar.
Yo los bendigo hoy y siempre, y les dejo la Gracia de Mi renovación y el principio de Mi humildad, para que los hagan fecundos en sus corazones y consciencias.
Los ama,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Escucha la Voz del Corazón de Dios y fortalécete con Sus Palabras.
Escucha la Voz del Corazón de Dios y confía en Sus Designios.
Escucha la Voz del Corazón de Dios y que solo eso te baste.
Escucha la Voz del Corazón de Dios por todos los que no la escuchan.
Escucha la Voz del Corazón de Dios y siempre haz lo mejor, lo que ninguna otra alma haría.
Escucha la Voz del Corazón de Dios y fortalece tu fe en Él.
Escucha la Voz del Corazón de Dios porque todo pasará.
Escucha la Voz del Corazón de Dios y que ella te consuele.
Escucha la Voz del Corazón de Dios y todo se renovará.
Escucha la Voz del Corazón de Dios para que tu paciencia crezca.
Escucha la Voz del Corazón de Dios y hazte tan pequeño como Él.
Escucha la Voz del Corazón de Dios y siente Su inmensa Misericordia.
Escucha la Voz del Corazón de Dios y encuentra Su sublime Reino.
Escucha la Voz del Corazón de Dios y todo se restaurará.
Escucha la Voz del Corazón de Dios y sabrás cuál es el camino.
Escucha la Voz del Corazón de Dios y hallarás la fuerza interior.
Escucha la Voz del Corazón de Dios y podrás decirle a todo sí; sí al servicio, sí al Infinito, sí a la paz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Todos los días, el espíritu de la oración y del servicio al prójimo los ayudará a crecer interiormente y, sobre todo, a dar buenos ejemplos a los que los rodean y a los que los desconocen.
En todo deben imitar a Mi Hijo Jesús, porque Él estaba con los ricos, pero también estaba con los pobres y Su Divino Sentimiento no cambiaba ante las apariencias.
Con esto les quiero decir que un verdadero discípulo es aquel que sigue al pie de la letra lo que su Maestro le indica e intenta, todos los días, cumplirlo mejor, a pesar de sus limitaciones y pruebas, porque si el discípulo no aprende a moderarse ante los demás, ¿cómo las demás almas podrán encontrar al Cristo Vivo en ustedes?
Por eso, mediten en lo que les digo y vean cómo todos los días, ante diversas situaciones, sus corazones y sus vidas manifiestan los ejemplos y si éstos son en esencia verdaderamente crísticos y solemnes.
Deben tratar la vida, las cosas y, sobre todo, lo ajeno con solemnidad, porque ustedes no saben qué misterio hay por detrás de cada situación o acontecimiento.
Si moderan sus actos, si observan con amor las reglas, finalmente aprenderán en estos tiempos difíciles a representar a Mi Hijo en la Tierra. De lo contrario, si todavía no cuidan las cosas simples y las personas como si fueran verdaderos tesoros del Cielo dados por Dios, ¿cómo podrán ser misericordiosos con el semejante?
Recuerden los Mandamientos y vuélvanlos a poner en práctica; porque podrían estar robando y no lo percibirían, podrían estar matando el despertar interior de un semejante con sus actos y no lo percibirían, podrían estar ostentando y usando algo que no les corresponde y estarían infringiendo gravemente la Ley, estarían en serias deudas.
El Reino de Dios es la promesa de Dios para todos, búscalo primero dentro de ti en el día a día, no dejes que la soberbia, la infracción indebida o la indiferencia cieguen tu corazón, porque podrías no estar percibiéndolo.
Corrige tu vida todos los días y hazlo por Jesús, por el triunfo de Su Plan de Amor en las criaturas.
¡Les agradezco por escucharme de verdad y por poner en práctica Mis palabras!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Como un Gran Espejo de Luz ilumino sus consciencias, para que se puedan trascender y de esa forma se puedan fortalecer durante el tiempo de la purificación.
Como un Gran Espejo de Luz reflejo la Vida Divina, para que sea reconocida y amada por los seres de superficie.
Como un Gran Espejo de Luz, le traigo al mundo la posibilidad de reencontrar el camino perdido hacia el Reino de Dios.
Como un Gran Espejo de Luz, elevo la consciencia mental del planeta, para que conciba en sus ideas y proyectos cosas evolutivas.
Como un Gran Espejo de Luz, reúno a sus almas para que reciban los Dones y las Gracias que harán nacer a una Nueva Humanidad.
Como un Gran Espejo de Luz, purifico, trasciendo y sublimo todo lo que es arcaico y, así, concreto el Plan de Dios, estableciendo la paz en el corazón humano.
Únanse a Mi Gran Espejo de Luz y la Tierra será transfigurada.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más