Queridos hijos:
En Su Gracia, el Señor los convoca para obrar por todos los hermanos en el mundo bajo el espíritu de la paz.
En estos tiempos en los que el mundo no descansa por sus sufrimientos, Yo los llamo a la perpetua oración por la paz en todos los corazones. Por este camino, ustedes podrán construir sólidas columnas de Mi Paz de modo que ellas irradien al mundo entero. Sepan, pequeños Míos, que el Señor aguarda la redención y la conversión del mundo; por eso, Yo vengo desde los Cielos hacia ustedes para enseñarles cómo perdonar y amar a pesar de las diferencias humanas entre los corazones.
Queridos hijos: la verdadera Paz es un estado de Gracia; la Paz es divina e inmaculada. Yo vengo al mundo a recordarles que la humanidad tiene una puerta por donde encontrar Mi Luz Maternal. Cada día que pasa, el mundo se apaga; por ello, Mis queridos hijos, el acto de la oración debe ser constante hasta el punto de sentirla como parte de cada una de sus células.
De esta forma, pequeños Míos, muchas Gracias podrán ser derramadas para abrir los corazones que aún permanecen cerrados. Ustedes, pequeños niños, solo recuerden y vivan cada momento de oración; así sus corazoncitos brillarán en medio de la noche que llegará a todos. Vean la Luz de Mi Inmaculado Corazón para que sus almas tengan fortaleza y sientan la Paz que desde los Cielos Yo les estoy irradiando mes a mes, aparición tras aparición.
Alegren sus corazones por el camino presente que están recorriendo. Será importante sembrar la unidad para que el estado de Mi Divina Paz sea un fuego ardiente en cada uno de ustedes.
Vivan en paz y sientan Mi Inmaculada Paz. Ámense los unos a los otros, como lo ha dicho Mi Hijo; es hora de vivir estos misterios.
Gracias por responder a Mi llamado.
Los contempla con el Corazón,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
En las grandes batallas la oración vence a través del amor que cada alma vierte desde su interior por las otras almas.
Pequeños Míos, hoy los invito a orar con sinceridad por la restauración de todas las almas que, por los impulsos de la vida terrena, se sumergieron en el camino de las festividades. Yo los llamo hoy a la oración reparadora por todos los corazones que sin saberlo perdieron el brillo de la llama que los unía a Dios Creador.
Por eso, Mis pequeños, para aliviar el dolor de las almas que se distanciaron de su verdadero Padre del Amor, Yo los llamo a colaborar en humildad con todas ellas a través de la unión de ustedes con los Cielos en el ejercicio diario de la oración.
Muchos corazones en este día se sentirán distanciados de todo y no podrán comprender el porqué. Por eso, Mis pequeños niños, a ustedes, que por Gracia han conocido el poder de la oración, los llamo a ejercitar el amor en el corazón por todos los hermanos que en estas festividades mundiales son engañados por el falso amor.
Para conocer el Amor Divino debemos orar y, así, las almas tibias podrán fortalecerse en esta última hora en el mundo. Mi Bendita Misericordia está siendo derramada sobre todos los corazones pero, ahora, Mi Inmaculado Corazón necesita de verdaderos misioneros de la oración.
Con los orantes en el mundo, el planeta se consagrará a Mi Inmaculado Corazón después que todo acontezca entre los hombres y los pueblos. Pero si no hay verdaderos corazones donados a la oración, al mundo le costará mucho rendirse a los pies del Supremo Dios. La humanidad, en cada pequeño corazón, está siendo llamada por Mi Inmaculado Corazón a consagrarse a Dios en la oración redentora.
Aún queda mucho por aprender en este mundo, pero Mi Corazón prepara a los corazones para el tiempo final. Estoy en cada uno de ustedes contemplándolos y amándolos como la Madre de la Paz. Es necesario, Mis pequeños, que todos conozcan el Reino de la Paz para así reconocer que la Luz de Dios está cerca de cada alma que la busque.
Dios los ama. Dios los quiere redimir. Dios espera que cada corazón se rinda delante de Su Amor Misericordioso. Aún es tiempo de que todos los corazones se conviertan . El Cielo está abriendo las puertas para los que, incluso sin comprenderlo, aspiran a su propia rehabilitación. El Divino Señor los aguarda para la cena de comunión con Su Santísimo Corazón.
Los contempla desde el Corazón,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Mi Corazón espera sus oraciones puras, aquellas que nacen desde los corazones consagrados a Mí. Que el bendito fruto que nació del Espíritu Santo, Cristo, sea la eterna aspiración de obrar junto a Él por la Redención mundial de las almas.
Hoy les pido, Mis pequeños, que vivan la presencia del Sagrado Maestro del Amor para que sus corazones inspiren el aroma de Su Amor Misericordioso. En esta obra de Paz y de Redención, Mis queridos, estamos juntos, compartiendo la esperanza del corazón y la paz del alma, por la salvación de los corazones.
Un ciclo está terminando en todo este camino de peregrinación.
Desde el oriente hacia el occidente, sus corazones están trayendo, en Mi Nombre, las Buenas Nuevas de la obra del Reino de Dios.
Por eso, pequeños, llegó la hora de alzar a todos los corazones hacia el Reino de Mi Inmaculado Corazón para que todos Mis hijos sean tocados por la Luz de Mi Eterno Manto de la Paz.
Cuando las obras del Señor se realizan en las almas que están en la Tierra, el Reino de los Cielos celebra y alaba al Altísimo por Sus Prodigios y Su Amor hacia todas las criaturas.
Los adoro.
Sean bien recibidos en el cuarto Reino de Mi Corazón Inmaculado: Aurora, después de Fátima-Lourdes, Medjugorje y Guadalupe. Los acojo a todos en Mi Ser.
Los guía en la Luz,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más