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3.ª Maratón de la Divina Misericordia – primer día
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Hoy, el Maestro vino a nuestro encuentro con un presente especial.
Él abrió las puertas del Cielo e hizo descender una cantidad innumerable de palomas que comenzaron a rodear nuestras cabezas.
Algunos de los hermanos presentes fueron bendecidos con Cálices; ya que algunos Ángeles del Señor derramaban el líquido de los Cálices sobre ellos y, a través de este encuentro interior con Cristo, nos transmitió Su Mensaje.
Cuando Él llegó, abrió Sus Brazos y Sus Manos para bendecirnos; y en Sus Brazos había dos cintas, una cinta azul y otra cinta roja que representaban, según nos dijo, Su Sangre y Su Agua, y tenían escritas las siguientes palabras: “Paz Infinita”.
Así, Él nos comenzó a instruir en este día.
Paz Infinita será el nuevo bautismo de sus seres, porque solo por la Paz Infinita sus almas alcanzarán la misión que Dios les ha encomendado en estos tiempos.
Queridos compañeros:
Este es el amor que Yo les quiero revelar: a través de Mi Paz Infinita sus vidas se podrán unir al Universo, y la Tierra y el Cielo serán uno como estaba previsto desde el principio.
Para que esto suceda, primero deberán encarnar la Paz Infinita en sus corazones porque ella será el camino perfecto para que ustedes se puedan amar de verdad, como Yo les enseñé desde el principio, cuando Mi Vida estuvo entre ustedes.
Solo a través de la Paz Infinita encontrarán el sendero predilecto de la humildad y así sus almas resplandecerán ante Mi Reino, porque estarán cumpliendo con el don precioso de vivir en paz.
El mundo se apaga por la falta de verdadera Paz; busquen esta Paz Infinita en el Origen, en la Naturaleza, en el corazón de cada hermano pacificador.
Hoy, les pido que sean ejemplo de paz, para que al menos los grandes acontecimientos de la Ley de Dios sean leves sobre los que no son pacificadores.
Que a través de esta Tercera Maratón de Oración a Mi Infinita Misericordia, ustedes, como soldados de la oración por la paz, puedan salir fortalecidos y amparados, salir listos para realizar la tarea misionera y de apostolado a la que Yo los invito en estos tiempos.
Hermanos, siento una profunda alegría por ver corazones argentinos un poco más maduros y dispuestos a colaborar con el Plan de Mi Padre.
Que en este encuentro sus seres puedan renacer y recibir el Espíritu de Dios, para que obren unidos de corazón y de alma con el prójimo.
Buena jornada misericordiosa para el día de mañana.
Mi Corazón acompaña sus plegarias de amor.
Bajo la Luz del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por vivir en Mi Corazón.
Cristo Jesús de la Argentina
La Parábola del Buen Discípulo y el Buen Maestro
Había una vez, en una tierra distante, un maestro que enseñaba sus labores a un discípulo, quien había sido recientemente enviado para aprender sobre el camino espiritual.
En esa historia, el maestro se estaba iniciando en su primer retiro interior y debía deshacerse de sus expectativas y de sus propios poderes para entregarse al Infinito Eterno. En los planes del retiro no estaba prevista la llegada de ese último discípulo que fue enviado más tarde de lo esperado. El maestro ya había instruido a otros discípulos antes de iniciar su retiro ermitaño, pues para él, el principal aprendizaje era darse por sobre todo, a todos.
El discípulo recién llegado no era muy diestro en los quehaceres que el maestro le encomendaba. El discípulo, aprendiz que a pesar de ser muy dedicado y de seguir con humildad palabra por palabra lo que su maestro le dictaba, un día se vio perdido, como sin brújula. Esto ocurrió por falta de atención mientras intentaba comprender las razones de cada tarea que el maestro le indicaba.
El maestro raras veces se sentía incómodo con eso, porque la tarea de su consciencia era amar y ver a cada discípulo tal como era, más allá de sus errores. Pero ese día, el Universo del Padre confirmaría si el maestro podría alcanzar la mayor expresión de amor ante la gran diferencia existente entre lo pedido por él y lo que el discípulo hizo. El resultado de esto podría haber cambiado el destino de los dos: ese día el discípulo debía confirmar su confianza en aquel que lo guiaba, más allá de las diferencias.
¿Cuál es la enseñanza de toda esa experiencia?
Que el maestro, si no tiene discípulos, nunca podrá ver con sabiduría todo aquello que aún debe desterrar de sí; y que, por amor, siempre deberá tener la misión como su propósito principal. Y el discípulo, en su camino, siempre deberá contar con la compañía del maestro, para que él le indique los pasos que deberá dar en la consciencia, evitando así la pérdida de su misión al elegir otros caminos.
Esa es la lección del amor: si entre el maestro y el discípulo no reina el amor, no podrá haber unidad; y, si falta la unidad, quedará sin resultado la misión de los dos. Este es el gran paso para quien guía y para quien aprende; si no estuvieran los dos, el propósito que ya está escrito no se podría cumplir.
La actitud del maestro y la del discípulo deberá ser de humildad, de devoción y de amor para que la luz esté presente en ambos caminos.
Todo deberá surgir del verdadero amor para que los propios males sean desterrados y en toda situación triunfe la fe en Dios.
Bajo el Amor del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por meditar sobre Mis Palabras con el corazón.
Cristo Jesús
Hijos:
Como Mi Gracia por ustedes es inmensa e infinita y por la misión mariana que tendrán en su viaje; hoy, Yo apareceré, como en el mes anterior, durante la Comunión Reparadora para darle Mi Mensaje al mundo.
Espero de ustedes una inmensa alegría para que, de esa manera, ingresen en el océano de Mi Misericordia. Esta celebración crística Conmigo deberá ser registrada, para después difundir Mi Mensaje salvador y redentor.
Bajo la Gracia de Dios, sean bienaventurados y aguarden Mi venida, con amor y devoción al Sagrado Corazón de Jesús.
Gracias por escuchar Mis pedidos,
Cristo Jesús
Querido Mío, querida Mía: vacíense de todo y síganme.
Permítanme que los tome como un odre nuevo para que pueda derramar en sus corazones Mis nuevos Códigos de Paz.
Déjenme entrar en sus moradas, pues desde el Universo Celestial de Dios espero que Me llamen y Me digan: “Ven Maestro, quédate en Mí”. Lo Soy todo para ustedes, solo cuando Me lo permiten.
Quiero enseñarte, antes de Mi Retorno, a reparar el Corazón de Nuestro Supremo Dios del Amor. Por eso, bebe todos los días de la oración y de la vigilia para que tu corazón esté despierto junto a Mí ante cualquier cambio interior. Ábreme la puerta para que Yo pueda definitivamente entrar en tu vida, en tus quehaceres, en tu sueño, al despertar y durante tu día entero.
Quiero acompañarlos, si Me lo permiten, para enseñarles a través de cada prueba a confiar en Mi Insondable e Infinita Misericordia. Solo espero desde el Cielo el sí de ustedes para que Mi Amor Infinito pueda obrar en sus esencias, en sus pequeños corazones. Si las almas conocieran el poder de Mi Amor sabrían mucho más del Amor Universal de Dios y todo lo que el Creador tiene para entregarle a cada ser.
Ahora, recuerden que estoy en cada hermano, muy escondido, como lo estoy en la Eucaristía. Por eso pongan atención para encontrarme en cada sano gesto de amor, de fraternidad, de oración y de caridad. Los cargo a todos en Mis Brazos porque Mi Madre Celestial está entregándome a cada hijo de este mundo para encaminarlo por el sendero del Bien y de la Paz.
Cada alma tiene su misión ante Dios, cada hijo cumple con una parte del Plan de Amor, solo que cada tarea debe ser honrada y respetada para que el Plan en la Tierra se pueda cumplir. Yo Soy el Obrero de Almas, ustedes son Mis compañeros.
Bajo la Gloria de Dios, sean bienaventurados.
Gracias por guardar en sus corazones Mis Mandamientos.
Cristo Jesús
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más