APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO Y DEL PADRE ETERNO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, EN EL PRIMER DÍA DE LA SAGRADA SEMANA

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

En este momento, a pedido de Nuestro Señor, todos vamos a cantar uno de los Nombres de Dios, invocando el descenso de la Iglesia Celestial sobre el planeta.

Vamos a cantar “Eloha Shamayin”.

Todos nos ponemos de pie para reverenciar este momento, Nuestro Señor está llegando con la Iglesia Celestial.
 

La Voz de Cristo Jesús:

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Mientras las bases de Mi Iglesia se afirman en la superficie de la Tierra, grandes fuerzas del mal son liberadas del planeta por la elevación de las estrellas caídas. Sean bien recibidos en la Iglesia Celestial de Mi Padre y en la esencia de todos Sus misterios de Amor.

Ante la presencia de Su Sagrada Arca, reciban los impulsos de Luz que provienen de Dios a través del Corazón Misericordioso de Su Hijo.

En compañía del universo angélico, preparen sus corazones en este momento, para ofrecer sus almas a Dios y ser partícipes de esta tarea que su Maestro y Señor realizará en el mundo.

Las puertas de Mi Iglesia ya están abiertas y las almas están llegando al Templo de Mi Corazón. Las almas llegan, así como se encuentran, en el estado espiritual y material en el que viven, con sus imperfecciones y errores.

Las almas llegan al centro del Templo de la Iglesia Celestial, donde se encuentra el Arca Sagrada, que actúa como una fuente espiritual de Luz para todas las almas que, en este momento, se aproximan a ella.

A un lado del Altar Mayor de Mi Iglesia Celestial se encuentra la Virgen Madre con las santas mujeres y algunos apóstoles, rezando por ustedes, en el silencio contemplativo de la oración que se refleja a través del espejo del corazón.

Lleven una mano hacia el corazón y sientan su latir. Mi Corazón late igual que el de ustedes, sintiendo el pulsar de la renovación y de la vida. Lleven la Luz de Mi Iglesia hacia su corazón y que la otra mano esté en ofrecimiento.

Vean la llegada, en este momento, del Padre Celestial en Su estado de Consciencia Única. Y, en el vacío de sus seres, realicen la entrega que hoy le harán a su Redentor.

La Iglesia Celestial se sigue expandiendo sobre el mundo para que todas las almas de todas las naciones, pueblos y razas ingresen a Mi Iglesia Celestial y todos comprendan una sola lengua, un solo sentir, que es el idioma del corazón, inconfundible y perfecto.

Ahora que están conscientes de lo que sus almas están viviendo Conmigo, por todos sus hermanos de la Tierra, ingresen al pasillo principal de Mi Iglesia Celestial y aproxímense al Altar Mayor, en donde está el Arca de la Santa Alianza.

Hoy, estamos ante el momento en el que Dios pensó en crear a Sus criaturas. A través del Arca de la Santa Alianza, encima del Altar, sientan en sus corazones el gran momento de Nuestro Padre Creador, cuando Él quiso tener seres semejantes a Él para que lo amaran y lo adoraran.

Estamos ante el Dios de la Misericordia. Sientan el Corazón de Dios que, en Su silencio, le implora al mundo, diciéndole:

 

La Voz del Padre Eterno:

¡Reconcíliense Conmigo! Yo Soy su Creador, Soy el Principio y Soy el Fin. En Mi Casa existe un lugar especial para cada uno de Mis hijos.

Hoy, Mi Amado Hijo Me ha pedido traerlos hacia Mí y ustedes están ante Mí en este momento.

Soy el Dios de la Misericordia, de la profunda Sabiduría Divina, el Dios de la Compasión y del Amor.

Hijos, enderecen sus vidas, corrijan sus caminos, el tiempo final se aproxima y solo Me tendrán a Mí para poder atravesarlo. Soy el Dios de la bondad, el Dios de la aceptación, el Espíritu incondicional.

Hoy, su Padre Eterno no mira sus faltas, sino el don que con tanto amor colocó en cada uno de ustedes. ¿Cuándo Me lo ofrecerán? Mi Hijo les ha enseñado cómo hacerlo.

Este es el tiempo de la reconciliación, para que la paz y la cura lleguen al mundo.

He movilizado a todo el universo en este momento, porque su Padre está aquí, viendo cómo Sus hijos se pierden y se maltratan, cómo se alejan de la Ley y de la Verdad.

Yo no los creé para que sufrieran, sino para que tuvieran vida eterna a través de la Presencia de Mi Hijo, su Redentor. Hoy, les he permitido que ingresen en Mi Iglesia Celestial para que reciban, en sus mundos internos, todos los misterios que concibieron esta Creación, antes de que ustedes existieran.

Están ante el Legado de la Sabiduría de Dios por medio del Arca de la Santa Alianza. Así, la Nueva Jerusalén se aproxima y los hijos retornan a la Casa de David para retomar el camino, que una vez perdieron, hacia el Propósito de Mi Corazón.

Solo le deseo la felicidad al mundo y no la justicia, pero Mis hijos no lo comprendieron. Una vez, Yo descendí a la Tierra para enseñarles sobre el Amor a través de la Palabra, de cada una de Mis Llagas, de la entrega absoluta de Mi Corazón.

Yo Soy el Dios Vivo, Inmutable e Infinito. Mi Casa los espera algún día, pero mientras estén aquí aprendan todo lo que les dona el universo, enmienden sus errores, purifiquen sus faltas y la cura se alcanzará.

Vengo a darles una expiación que hoy no comprenderán, pero que en poco tiempo lo sabrán, porque sus almas son las que necesitan de esta Gracia de escuchar al Dios de la Creación.

El Libro de la Vida de la Creación espera ser reescrito por cada uno de ustedes, por medio de sus experiencias de perdón y de redención.

En este primer día de la llegada de Mi Iglesia a los corazones del mundo, vengo a celebrar junto con Mi Hijo, el primer y fundamental Legado que su Redentor le dejó a la humanidad: el Sacramento de la Eucaristía.

Así como lo hacen sus almas en este momento, en el recogimiento del corazón y en el vacío, prepárense para el ofrecimiento, a fin de que todo lo que aquí sucedió, así como todo lo que aquí pasará, siga teniendo sus frutos de Misericordia y de Amor en cada alma de esta humanidad.

Coloquen su rostro sobre Mis Pies.
 

Todos oran:

Mi Dios,
yo creo en Ti,
yo Te adoro, yo Te espero y yo Te amo;
y Te pido perdón por los que no creen en Ti,
no Te adoran, no Te esperan y no Te aman.

Amén.

 

Reciban el símbolo de la Geometría Sagrada del Arca de la Santa Alianza y llévenlo al corazón con gratitud y reverencia.
 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Nuestro Señor dice que la Palabra de Dios llega al mundo después de dos mil años.

 

La Voz de Cristo Jesús:

Mi Padre los absolvió.
 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Nuestro Señor llora por los no creyentes, por los que lo han abandonado y no tuvieron fuerzas para sostenerse en Él, y nos muestra la Luz de Sus Cinco Llagas: la Luz de Sus Manos, de Su Costado y de Sus Pies. 

Y, en Sus Manos, nos presenta Su Corazón dorado de Luz, más fuerte que cientos de soles.

Él, por los méritos de Su Misericordia y de Su Dolorosa Pasión, bendice a la humanidad, a los cinco continentes y a todas las naciones, para que la Ciencia de la Sabiduría ilumine a las mentes de los hombres a fin de que se establezca la cura y la reparación de la humanidad.

Así como Nuestro Señor nos entrega Su Corazón en esta tarde, entreguémosle también nuestro corazón.

Celebremos.
 

La Voz de Cristo Jesús:

Como hace dos mil años atrás, Yo les vuelvo a entregar Mi Vida y todo lo que Soy por una simple razón: que vivan en Mi Amor y que conozcan la Verdad.


A continuación, se celebra la Comunión Eucarística.


La Voz de Cristo Jesús:

El trabajo más real de estos días sucederá en los mundos internos. Es allí en donde ustedes encontrarán Mis tesoros para poder servirse de ellos en este tiempo final.

Les agradezco por haber ingresado a Mi Iglesia Celestial.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Aparición de Cristo Jesús durante el Sagrado Llamado, en Fátima, Portugal, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón

Lleven en sus corazones la insignia de la Hermandad.

Que se levanten los que han caído.

Que la maldad se sumerja en sus infiernos y que finalmente se cierren las puertas a la perdición de la condenación de las almas, porque el Todopoderoso ha venido a su encuentro para poder colmarlos con Su Luz y Su Misericordia y hacer de Sus criaturas un nuevo rebaño de Luz, lleno del Amor de Dios, e impregnado por Sus dones de Compasión, de Unidad y de Fe.

Hoy vengo como el Sacerdote del Universo; vengo a darles Mi Paz para que estén en Mi Paz y les doy Mi Paz para que la multipliquen y la hagan viva en sus corazones y en los corazones de sus hermanos.

He venido de un lugar muy especial para Mí y también para Mi Padre, uno de los lugares más bellos de la Creación de este planeta.

Vengo de las altas cumbres de los Himalayas, en donde el espíritu de lo sagrado, de lo puro y de lo reverente se gesta para la humanidad.

Quiero que los Míos caminen junto a Mí por esa montaña. Quiero que sientan sus pies libres para poder hacerlo.

Quiero que puedan alcanzar las metas que Yo les propongo para estos tiempos y que, a pesar de todo, sigan confiando en Mí, porque a pesar de que la purificación sea grande, el misterio de la Fe es infinito y es lo que permite a las almas estar en Dios y a Dios estar en ellas.

Quisiera que contemplen estas montañas de los Himalayas como una gran revelación de su Maestro y Señor, que cuando estuvo entre ustedes hace más de dos mil años, ya conocía lo que allí existía.

Que las montañas sean el ejemplo y el principio de la elevación de la humanidad y sobre todo, de la elevación de la mente humana que es precaria y destructiva.

Vengo a darles fuerza a los que se consideran Mis soldados.

Vengo a traerles la Luz que surge en el infinito del horizonte.

Por eso, caminen junto Conmigo por esa senda de la montaña, hasta poder alcanzar el punto más elevado de ella; y así, sus espíritus se regocijarán porque ya no verán obstáculos ni tampoco tendrán límites para poder elevarse a Dios. Mientras la materia se purifica, que el espíritu sea firme en su propósito y en su misión.

Joyas preciosas de hermandad están siendo entregadas para todos y ellas deben ser reconocidas primero en su interior, para después poder expresarlas en la vida material.

Para poder subir a lo alto de esa montaña deberán cumplir una regla que es necesaria para Mí: que sean lo que Yo necesito que sean; que den el ejemplo de su verdadera espiritualidad y que, a pesar de lo que suceda, se mantengan en la fe y saber que nada está perdido.

La humanidad nunca ha enfrentado tiempos tan difíciles como estos. Es la primera vez que cruza un portal hacia la definición de sus consciencias y de su propósito.

Yo vengo desde lo alto de los Himalayas para poder mostrar al mundo que es posible alcanzar la meta y llegar al final del propósito cueste lo que cueste.

Pero si sus manos se mantienen unidas como hermanos y crean una gran cadena de Luz hasta lo más alto de los Himalayas, aquel que es último y está en la prueba más difícil, podrá ser elevado a través de ustedes y alcanzará la Luz, sentirá la Paz y podrá encontrar en este ejemplo el Espíritu de la Hermandad.

Muchos lugares del planeta guardan sagrados misterios.

Llaves desconocidas serán activadas en el fin de los tiempos para que la Humanidad dormida pueda despertar.

Y para que eso pueda suceder, primero partirá de ustedes esa iniciativa, porque en verdad ya saben que es lo que existe en los mundos internos de este planeta y que permite el verdadero despertar de la humanidad.

Hoy les muestro a los Himalayas para que puedan ver en ellos el espíritu de lo sagrado, de todo lo bueno que se puede fecundar en la consciencia que busca la trascendencia y la elevación de su ser.

Yo no Soy el único Maestro en ese lugar, también hay otros, que en los planos internos, trabajan por el propósito de la salvación de esta humanidad, sobre todo de la humanidad más inconsciente.

Ingresen a lo alto de estas montañas y sientan sus espíritus en profunda libertad.

Vean cómo sus almas vuelan como las aves, sientan cómo sus corazones se abren al palpitar de la Hermandad y de todo lo sagrado.

Descubran en ustedes el verdadero sol que son. Déjenlo que brille y que encandile para poder cumplir con su propósito en esta humanidad.

Vengo a liberarlos de las raíces de la indiferencia.

Vengo a elevarlos hacia el espíritu de la Verdad, para que puedan ingresar hacia esas montañas, libres del pasado, redimidos en sus acciones y curados en sus heridas.

Así recibirán la luz interior que necesitan y abrazarán, con gratitud, los Códigos de Amor que les enviará Dios a través de Su Presencia en esos sagrados lugares del planeta.

Desde lo alto de los Himalayas, vengo a proclamar Mi llegada al mundo, para que todos los oídos escuchen en los mundos internos y este Verbo haga eco y resuene en donde debe resonar, mas allá de este Universo.

Mientras tanto, las puertas hacia una oportunidad incalculable se abren, para que las almas puedan reconocer su origen y dejar de ser ignorantes y dormidas, ante los Misterios del Universo que se develan en estos tiempos, en donde todo está en juego.

Hoy, los dejo a todos en lo más alto de los Himalayas, en uno de los lugares más sagrados para Mi Padre, el que Él ha escogido para posar Sus Pies y traer de nuevo Su Espíritu de Reconciliación y de Paz, para entregarlo a todas Sus criaturas.

Su Fuente se hará visible en los tiempos que llegarán, y las almas despertarán y dejarán su ignorancia; abrirán sus ojos a lo que verdaderamente son y abandonarán la soberbia y todo lo que es mezquino en el hombre de superficie.

Las cadenas de los errores de otrora se disolverán porque San Miguel Arcángel pasará Su espada sobre ellas. San Rafael Arcángel derramará Su cura en los espíritus que sean incondicionales a Dios.

Las llaves de las puertas del Cielo serán entregadas en las manos de los simples, en aquellos que han seguido el Camino del Señor, a pesar de su purificación y de sus pruebas.

Benditos sean los que ingresen a Mi Himalaya interior.

Benditos sean los que comulgan de este misterio y lo revelen al mundo.

Benditos sean los que, con gratitud, agradecen todas estas cosas, sin profundamente conocerlas.

Benditos sean los que buscan el espíritu de la hermandad, más allá de sí mismos y de sus imperfecciones.

Benditos sean los que cuidan el Proyecto de Dios y lo hacen parte de sus vidas, defendiéndolo de sí mismos.

Benditos sean los que se descalzan para entrar al Templo, en un acto de reverencia y devoción a la Divina Compasión.

Benditos sean los que se postran en lo alto de las montañas, para suplicar al Padre, al Adonai.

Benditos sean los que construyen lo nuevo y lo preservan a través de los tiempos.

Benditos sean los que no tienen nada que ganar y tampoco qué perder, porque el Reino de los Cielos estará en ellos y se cumplirán todas las escrituras; serán liberados del pecado de Adán y Eva. Y finalmente nacerá una Nueva Humanidad, colmada de nuevos cristos, espíritus servidores, de almas en constante adoración.

Benditos sean los que cuidan su trabajo de oración, verdaderamente y sin engañarse.

Benditos sean los que construyen las bases de la espiritualidad y las guardan en sus corazones, como el último legado.

Hoy, su Sacerdote Mayor les habla; el Todopoderoso pronuncia Sus Palabras a través de Su Amado Hijo, para que los rebaños extendidos por toda la Tierra se congreguen, a los pies de esta montaña de los Himalayas, a la espera del gran momento del Retorno de su Amado Señor.


"Te pido, Padre, que abras los Cielos sobre un mundo que está a oscuras y que a través de la Compasión de tu Corazón veas en el mundo las luces que se encienden para reconocer Tu Llamada.

Mira ahora, Padre, cómo brillan Tus estrellas caídas y cómo ellas se elevan hacia lo más alto del Firmamento para formar parte de Tu Reino Universal y de Tu gran Bóveda Celeste.

Ahora, Padre, no dejes a nadie para atrás. Prometo refugiar en Mis Brazos a los que están perdidos. Prometo cumplir Mis Obras a través de los que se donan a Mí y que, incondicionalmente, son consecuentes con Mi Convocatoria.

Hoy dejo en lo más alto de los Himalayas, Padre, a los que más necesitan de Ti, para que los que son más conscientes y despiertos, a los pies de estas montañas sagradas, cuiden de Tus demás rebaños.

Coloco Mi Cetro sobre lo alto de estas montañas y lo golpeo sobre la Tierra, para encenderla en Luz.

Los falsos templos caerán a Mi derecha y a Mi izquierda y las ruinas de la perdición y de los infiernos serán tragados por la tierra, a fin de que se abra Tu Gran Portal de Compasión entre Oriente y Occidente, y finalmente, Padre, se cumplan Tus Palabras en la Humanidad. Amén".


Hoy envío Mis agradecimientos a los que cuidan de la Sagrada Instrucción, de la Jerarquía Espiritual y Divina. A través de ellos Mi Palabra es conocida en el mundo y todas las lenguas pueden recibir Mi Mensaje, para que él se pueda cumplir en la Humanidad.

Quisiera dedicar Mi Amor a los que hacen los esfuerzos para que esto se cumpla según Mis designios.

Sepan que a través de Mis Palabras y de todos lo que revisan y corrigen, para que Mi Mensaje de Luz se expanda en el mundo, sus corazones son trabajados profundamente, de época en época, y sin percibirlo, sus consciencias se unifican a la Mía y así se manifiesta el Plan.

Después de estos últimos años de trabajo, los que cuidan de las Instrucciones de los Mensajeros Divinos sepan que tienen un tesoro espiritual entre sus manos y que a través de su oferta, este tesoro espiritual e interno puede llegar a muchas almas que también lo necesitan.

Porque así despertarán los ciento cuarenta y cuatro mil que esperarán a su Señor durante una noche de vigilia.

Y antes que despunte el amanecer, antes de que surja la nueva Aurora, escucharán en su silencio, los Pasos del Señor que se aproxima para volver a encontrarlos y así sellar la Alianza entre los corazones y Dios.

Que así sea.

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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