Contempla el Corazón Eucarístico de tu Señor y encuentra en Él el alivio de tu corazón y de tu consciencia.
Contempla, en la Eucaristía, la entrega constante del Hijo de Dios por ti. Sabe que no solo estás delante de un pedazo de pan, sino, hijo, de un sacrificio eterno que perduró más allá de la Cruz y que se renueva todos los días para que tu espíritu tenga siempre una nueva oportunidad de redención y de perdón.
La Eucaristía es el fruto de la Misericordia de Dios. En ella se guarda Su misterio universal, la llave para la renovación de Su Amor Divino, la llave para la superación constante, para el vacío de sí y para la plenitud en Dios, para que, a pesar de la soledad, del desaliento y de la agonía que vive aquel que carga la cruz de estos tiempos, el Amor siempre hable más alto, el perdón siempre este vivo y la Misericordia se renueve, constantemente, más allá de los errores y de los ultrajes humanos.
Hoy, hijo, contempla delante de ti el Corazón Eucarístico de tu Señor y renueva tu corazón, reconociendo en la Eucaristía el Amor de Dios.
Tu Creador te llama al sacrificio y a la entrega, a la renuncia, al vacío y, muchas veces, a la soledad; pero Él también vive esto por ti todos los días, en cada instante de tu existencia. Esta entrega se consuma en todos los altares consagrados a Dios, en todos los Sagrarios del mundo.
Por eso, cuando sientas el peso de la cruz de estos tiempos sobre tu corazón y sobre tu consciencia, quédate delante de la Eucaristía y agradece a tu Señor la Gracia que te concede de compartir con Él no solo Su Cruz, sino sobre todo, la revelación de Su Amor.
El Amor de Dios se está revelando en lo oculto de tu corazón y por más que a veces solo sientas desconsuelo y vacío, llegará el tiempo en el que el árbol del sacrificio dará sus frutos y ese será el Amor de Dios en ti. Entonces, ya no contemplarás la Eucaristía delante de tus ojos, sino que la encontrarás viva en tu corazón.
Tienes Mi bendición para eso.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Hijo:
Le hablo directamente a tu corazón, porque sé que él siempre Me sabrá responder.
Estoy presente en todos los Santísimos de la Tierra, aguardando que muchos más se animen a conocerme en el silencio.
Si en verdad las almas se entregaran un poco más a Mi Corazón, Yo podría resolver todos los problemas que viven; pero el enemigo siempre articula su juego para confundir a los Míos, solo le basta tocar en la herida abierta para que las miserias, que muchos viven, comiencen a mostrarse.
Hijo, debes saber que en el Santísimo se expandirá tu consciencia y pronto sabrás distinguir, a través de la Adoración, a Mi Voluntad Infinita.
Sabrás sentir, por medio de la Adoración, el camino a ser recorrido.
Sabrás diferenciar cuándo deseo que hagas algunas cosas y no otras, cuando debes estar atento y silencioso.
Los que se arriesgaron a consagrarse a Mi Corazón de forma inmediata y se propusieron vivir los votos que, día y noche, reformulan la vida abnegada, todos ellos tendrán el doble trabajo de controlar, en sí mismos, las necesidades e ideas que surjan en sus consciencias, porque un ser totalmente consagrado aguarda todos los días la señal que proviene de lo Alto.
De todos ellos, siempre esperaré un poco más, al punto de estar preparados para buscarme y encontrarme en su corazón interior. En ellos, derramo Mis Gracias Celestiales. Por ellos y a través de ellos, cuando verdaderamente Me corresponden, Yo puedo obrar y hacer milagros de vida.
Ahora, que su foco se concentre en el poder de la Adoración, en ella muchas tempestades se disolverán y encontrarán el remedio para sanar los males espirituales.
Me hice Cuerpo Vivo y Glorificado para que las almas físicamente, a través de la Eucaristía, en la que Yo siempre estoy presente, pudieran unirse al universo y al manantial de Mi Misericordia.
En verdad, hoy padezco por aquellos que son engañados y pierden la fuerza de la santificación. Anhelo poder encontrar apóstoles formados para este último tiempo. Ellos serán buscados como ovejas entre lobos, pero Mi pastoreo es recto y los llevará por el camino de la redención.
Por eso, búsquenme a través de la Adoración; así estarán confirmando Mi Presencia en toda la Tierra, porque en la Adoración se establece un puente de unión con los Cielos y el alma comulga de Principios Divinos que desconoce, pero que son colocados en su corazón.
Cuando estés solo, inquieto o débil, encuéntrame en la Adoración. Mi Corazón es el Santísimo para el mundo y todos deben penetrar las dimensiones a través de la contemplación. Ella será el escudo que los librará de todo mal. Ella será el lucero que alumbrará la próxima noche oscura.
En verdad, la mayoría de las almas están adorando las modernidades y grandes descargas electromagnéticas hipnotizan la consciencia inferior. Por la influencia de estos medios involutivos, el Cielo no se puede abrir sobre la bóveda de cada espíritu y una distancia extensa se establece entre la materia y la propia divinidad de cada ser.
Yo estoy observando cómo muchos son engañados. La profecía del Apocalipsis se está desdoblando con fuerza y determinación sobre el planeta, pero solo los sabios de corazón percibirán estas cosas. Yo deposito el poder de Mi Confianza en ellos, pero sé que siempre serán más tentados que los hipnotizados.
Quien concentre su corazón y su mirada en el Santísimo no se perderá, sabrá distinguir lo parecido de lo verdadero y contará con herramientas espirituales para poder sobrellevar el tiempo de los engaños.
No será necesario sorprenderse por lo que les digo, esto es solo una pequeña muestra de la actual ilusión de la humanidad.
Por más confuso que el tiempo se presente, Yo estoy presente en todos los Sagrarios de la Tierra y el alma sedienta de Mí, solo vendrá a Mi encuentro; así, no se desviará del camino, se librará de ser tentada por los demonios de la sensualidad y del placer que en este ciclo estarán creando subniveles de maldad y de conquista en las buenas almas.
Pero quien observe con atención, podrá saber y sentir lo correcto y lo incorrecto. Yo tengo la Potestad Divina de disolver todas las crueldades del espacio; bastará que más corazones se postren ante Mi Santísimo Sacramento para que, en profunda honra y Adoración, Yo pueda extirpar las influencias del mal y más almas, que mueren por tan amarga sed, puedan resucitar por Mi Agua de Vida.
Estos ya no son tiempos remotos, son tiempos de batalla. El Cielo y el infierno se juegan el reinado de la Tierra. Cuanta más tentación, más será la debilidad; cuanta más Adoración, mayor será la fortaleza inquebrantable del espíritu.
Para los consagrados no existe otra sal que no sea Yo. Soy el único complemento de vida que no les fallará y no los hará sufrir. Por esta causa, de buscar la sal de este mundo, muchas ordenes se ven debiltadas y enterradas en las arenas áridas de la Tierra, sin encontrar salida.
Yo aspiro a que los que Me escuchan que sean inteligentes, les digo estas cosas para evitar nuevas caídas en ustedes.
La fe será el instrumento de su Adoración y elevación hacia Mi Reino. No se imaginan cuántas veces Yo He llamado a la puerta de los corazones y solo He visto el fruto de largas pasiones que ciegan y distancian a los Míos de Mi Eterno Corazón.
Dios, Su Padre, Me permitió darles estas advertencias, porque ya están prontos para que en el próximo mes se cumplan siete años de Gracias anormales e infinitas. Digo anormales porque solo la Pureza Virginal de Mi Madre permitió derramar semillas en desiertos sin agua.
Ahora que muchos florecieron por el Amor Divino, donen vuestro amor humano para que a través de Mi Corazón él sea purificado y sublimado en el Reino Mayor.
Estén atentos, no estoy pidiéndoles lo imposible; ahora, en esta era, esto no serviría de nada. Yo vengo a reactivar el Mensaje final que una vez di en Ruanda. Aurora, el amanecer interior, será el puente a la redención de todos los que una vez fueron deportados a la Tierra por Dios.
Vengo a rescatar lo irrescatable.
Vengo a dar vida a lo que ya está muerto.
¡Ay de aquellos que no se arrepientan! Será tarde para poder reconocer Mi Gloriosa Faz en el momento del Retorno.
Mientras todo sucede, busquen el espíritu de la santidad; así, Me agradarán todo el tiempo y Yo podré descansar en sus corazones.
En el Amor Crístico, siempre los bendigo.
No se desanimen, todo lo podrán a través de Mi Corazón de Paz.
Cristo Jesús Glorificado
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
El mundo sufre, pero la Reina del Cielo viene a liberarlo. La cura del universo llega a la Tierra para todos.
Queridos hijos, es tiempo de abrir los corazones a la paz, para que los males se disipen de sus vidas y puedan renacer en el Espíritu de Dios.
Hoy, Me encuentro en esta ciudad para bendecirla nuevamente, para traer la Presencia Misericordiosa de Jesús a sus espíritus.
Que sus ojos se abran a las señales del Cielo. Es tiempo de vivir en Mi eterna Paz. La Estrella Poderosa les está indicando el nuevo camino.
Los nuevos rebaños se congregan en el Señor y van camino a la redención, hacia el Templo Sagrado de Dios que los renovará y los curará, que los liberará de todos los males y renacerán nuevamente en el Amor de Dios.
Hoy, les traigo, queridos hijos, los Misterios del Cielo, los Rayos Superiores que nacen del Corazón de Dios. El Padre Eterno desea ardientemente vivir en sus vidas. Mi Inmaculado Corazón se ha ofertado para cumplir con esa promesa.
Yo vengo del Cielo a traerles Mi Paz, la esencia predilecta de Mi Corazón Inmaculado.
Queridos hijos, oro perpetuamente por sus corazones. Necesito construir en sus vidas guerreros de la oración, que puedan cumplir con el llamado del Cielo que Mi Corazón les trae en este ciclo, para generar la liberación de la humanidad y el perdón de los pecados que ofenden a Dios y distancian a las almas de Dios.
Yo los necesito fuertes en el Rosario, que las cuentas sean un arma de protección y una emanación constante de amor y de sabiduría; porque de esa forma, queridos hijos, el sabio Espíritu de Cristo estará en ustedes en el fin de estos tiempos, para que lo puedan reconocer y vivir en Él permanentemente.
Adoren Su Sacratísimo Corazón que, día a día, es ofendido por las acciones de las almas.
Hoy, no solo Mi Reino está en ustedes, queridos hijos, sino también está en el purgatorio y en el infierno, para liberar a los corazones que han caído en el error.
Hijos amados, levanten las banderas de la paz, levanten los estandartes del amor y que sus corazones sean estrellas perfectas de fe, para que la oscuridad se pueda disipar del mundo y muchos años de paz puedan reinar entre ustedes, aguardando la pronta llegada de Mi Hijo Jesús.
Queridos hijos, los necesito determinados, dispuestos a servir en esta era tan definitiva. Solo quiero de sus corazones una llama de oración; una comunión perfecta con Mi Hijo Jesús todos los días, que repare Su Corazón Flagelado y que ustedes puedan nacer en Cristo para enfrentar los momentos difíciles.
Sé que muchos demonios están dispersos por el mundo, y las tentaciones son más fuertes que el poder de la oración. Pero hoy, Yo les entrego una llave celestial, invencible y poderosa, que vence a cualquier mal: la unidad entre los grupos de oración, almas que se reúnen para orar en el Señor. Así crearán esferas celestiales en sus hogares, columnas y estandartes de luz que expulsarán cualquier mal o enfermedad.
Queridos hijos, Yo estuve en la Tierra entre ustedes. Aprendí a orar al igual que ustedes. Pero es necesario, queridos Míos, que coloquen amor y fuerza en la oración. Ella los protegerá y los amparará, los volverá libres de ustedes mismos y encontrarán la conversión que tanto buscan, la liberación de las fallas constantes en sus vidas, porque el Amor de Cristo ingresará en sus corazones.
Hoy, deseo, queridos hijos, que en esta noche victoriosa de luz y de redención puedan renacer entre Mis brazos como nuevos niños, porque Mi Corazón Inmaculado y Celestial nuevamente les trae la bendición y la absolución de sus pecados para que puedan caminar firmes detrás de Mí.
Queridos hijos, Yo Soy el Puente hacia Cristo. Soy la Mediadora entre sus almas y el Gran Pastor. Los quiero llevar a una profunda Adoración, a una verdadera Eucaristía, a una Confesión constante de sus corazones, a un nuevo Bautismo espiritual que Mis Rayos Misericordiosos les traen a todos en esta noche.
Por eso, queridos hijos, vénzanse, entréguense a Mi Corazón Inmaculado. Yo no vengo a hacerles mal, sino a abrir sus ojos hacia el Cielo, esa mirada infinita que muchos han perdido por las cuestiones de la vida.
Curen sus corazones a través de la oración.
Que los Sacramentos sean columnas de Paz y de Luz en estos tiempos, en sus espíritus, en sus familias y en toda la comunidad humana.
Resuciten las Enseñanzas de Cristo. Sean parábolas vivas de vida. Actúen a través del amor y de la unidad, que ahora ustedes puedan ser el verdadero Evangelio manifestado, porque las Palabras de Mi Hijo, las instrucciones que Él les entregó hace tanto tiempo, de la misma forma que les entrega en estos tiempos, son para ser vividas, son para que sean profesadas por todos. Cuentan con Mi ayuda maternal e inmaculada.
Mis brazos se extienden hacia sus corazones, Mis manos calientan sus corazones, irradian amor, gracia y unidad, perdón, cura y liberación; pero es importante que acepten Mi llamado.
Mi tiempo de estar entre ustedes está terminando. Recuerden Mis pasajes a lo largo de los siglos. Necesito que rescaten las enseñanzas que Yo le dejé al mundo. Sean el verdadero Mensaje Mariano para estos tiempos. Necesito que sean espejos vivos de la oración, que espanten todos los males, que irradien a los corazones la paz y que encuentren la unidad perfecta y la comunión con Dios.
Yo los necesito, ahora y siempre. Escuchen Mi llamado. Escuchen Mi Voz.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Hijos Míos, en esta noche un rayo de liberación cruzó los universos, porque el Señor concedió a Su Sierva la oportunidad de abrir los abismos del mundo para rescatar la mayor cantidad posible de almas, para iluminar los ojos de aquellos que vivían en la oscuridad desde hace mucho tiempo.
Hijos Míos, hoy les pregunto: ¿quién de ustedes vencerá el miedo y se vencerá a sí mismo para sentir en el propio corazón el dolor del prójimo y ayudar a los que sufren eternamente?
Este mundo esconde realidades que sus corazones no conocen; y oro, día y noche, para que no sea necesario que las conozcan. Por eso, hoy les pido que vean las manos que se elevan y piden auxilio al mundo. Les pido que oren con fervor, que oren con fe en el corazón, para escuchar el pedido de aquellos que claman y cuya voz resuena en el mundo como si resonara en un desierto.
Hijos Míos, hoy les pido un momento de despertar, porque el Corazón de Dios está cada día más flagelado por las acciones humanas y por el olvido de los corazones. Por eso, a los pocos que vinieron a Mi encuentro les pido que puedan despertar por muchos que viven en esta Tierra.
Hoy, les pido, hijos Míos, que animen a sus corazones a servir por todos aquellos que no sirven, a orar por todos los que no oran, a clamar por Misericordia por todos los Reinos de la Naturaleza, que cada día son más ultrajados.
Hijos Míos, no quiero herir sus corazones con Mis Palabras, pero necesito contar con cada una de sus almas. Y, para que despierten verdaderamente, preciso mostrarles a sus corazones verdades que muchos se niegan a ver.
El mundo eligió aprender a través del dolor, aunque el Hijo de Dios vino a la Tierra a ofrecer un aprendizaje a través del amor. Por eso, hoy les digo que no ignoren una vez más la Palabra de Cristo, que acepten vivir en este tiempo Sus enseñanzas, porque aún es posible que muchas almas aprendan a través del amor y no necesiten conocer el dolor que el mundo les ofrece.
Hijos Míos, hoy les digo que es posible vivir un aprendizaje de alegría y de fraternidad de unos con los otros; pero precisan querer, necesitan aspirar a vivir esa vida. Necesitarán vencer al mundo y vencerse a sí mismos a través de la oración y de la persistencia y, de esa forma, recibirán los méritos para un tiempo mayor de paz en el mundo.
Necesito formar guerreros de la Misericordia, apóstoles de un nuevo tiempo que no le temen al dolor, que no le temen a la muerte, porque reconocen el Poder de Mi Paraíso y saben que, mucho más allá de los dolores del mundo, un Reino de Infinita Paz los aguarda.
Hoy, los invito a encontrar su fortaleza en el sacrificio, en la entrega por el despertar de los demás. Les pido, una vez más, que no teman, que disipen el temor de sus corazones y que le den lugar a la fe que existe en Mi Reino y que cada día le irradio a sus vidas.
Hoy, les pido, Mis amados, que se fortalezcan a través de la oración, porque los tiempos de definición ya llegaron al mundo y es necesario que clamen por Misericordia, en medio del tiempo de la Justicia, para que otros tengan la oportunidad de salir de la oscuridad en la que viven.
Hijos Míos, hoy les pido que escuchen la Voz de Mi Corazón, porque hoy le clamo a la humanidad como una madre que clama por sus hijos, porque Mis ojos no contemplan solo a sus corazones, contemplan al mundo entero y más allá de este mundo, contemplan a las almas que están perdidas y que ya no están entre ustedes, pero que siguen sufriendo y clamando por auxilio día y noche.
Hoy, les pido, hijos Míos, que jamás se olviden del poder de la oración, porque el mundo necesita de más oración en estos tiempos. No es suficiente lo que le entregan a Dios, porque la humanidad está ciega a la Vida Divina, y necesito que aquellos ojos que puedan ver y que puedan sentir a la Divinidad, que puedan estar ante Mi Presencia, sean el puente para aquellos que están perdidos.
Hijos Míos, que Mi clamor llegue a sus vidas, toque a sus almas y a sus corazones para que, de una vez por todas, el mundo despierte de la ilusión en la que vive.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Mientras los Portales del Cielo se abren hacia la Tierra, Mi Gracia se derrama sobre los corazones que se abren y sobre estos objetos sagrados que son un impulso divino para los corazones de fe.
Por eso, les pido, queridos hijos, que abran sus manos para que Yo los pueda bendecir a ustedes y a sus familias.
Espíritu Santo de Dios,
inunda a los corazones simples,
cura a los corazones heridos,
cicatriza todas las heridas.
Espíritu Santo de Dios,
enciende a los corazones que están en la oscuridad,
resucita a las vidas que han caído,
bendice a todos los espíritus que están sobre la Tierra.
Bajo Mi intercesión maternal y por la poderosa Presencia de Cristo, su Señor, la intercesión de Emmanuel, el Padre-Madre Creador Universal, la Existencia Suprema en todas las cosas y universos, la Gracia de Dios los bendiga, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Y así, queridos hijos, Mi Estrella de hermandad universal se proyecta en todos los corazones que se abren para sentir Mis Palabras y Mi Amor Eterno.
Escucharé sus voces y cantos.
Glorifiquemos al Señor. La Gracia ha descendido en ustedes. Alégrense y vivan en la paz.
Los amo siempre y los conduzco a través de Mi Corazón Inmaculado.
Permaneceré aquí preciosamente, por algunos segundos más, para irradiar la Luz de Mi Corazón a todos los que escuchan Mi Voz, en esta hora.
Recibiré amorosamente sus súplicas y sus pedidos. Llegó la hora, queridos hijos, de que coloquen en Mi Corazón sus necesidades. La Reina de la Paz responderá a sus súplicas.
Canción: “Mirarte a Ti”.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Respondiendo a un pedido de nuestra Madre Santísima, vamos a repartir estas flores, estas rosas que fueron bendecidas para los presentes, fueron tocadas por las manos puras de nuestra Madre María y recibieron directamente la irradiación de Su Corazón Inmaculado, como una energía espiritual y divina que se irradió sobre estas flores.
De esa forma, en primera instancia, todos los hermanos que tenemos una rosa, las vamos a repartir, según el pedido de nuestra Madre a quien más lo necesite, a quien sintamos en nuestro corazón. Y al final, repartiremos las rosas que también bendijo nuestra Madre.
Los hermanos que están en la sala de abajo también pueden aproximarse para recibir las rosas.
Canción: “Ave Luminosa”.
Antes de repartir las rosas, queremos compartir con los hermanos un breve relato de la Aparición de nuestra Madre.
Antes de la llegada de Nuestra Madre, algunos ángeles se aproximaron directamente del Universo Celestial, llegaron a esta ciudad y comenzaron a trabajar profundamente con nuestras esencias, con nuestro interior y con nuestras almas.
En cierto momento, antes de la Aparición, los portales de los Universos Celestiales se fueron abriendo y varios triángulos de luz de color azul se fueron proyectando hacia aquí. Entendimos que ese símbolo representaba algunos portales que se abrían.
Nuestra Señora, a través de una esfera de luz, cruzó a través de esos triángulos de luz y se presentó.
Ella llegó como la Reina de la Paz. Se manifestó fuertemente para nosotros, con una mirada bien cristalina y pura, sonriéndonos permanentemente, llevando un velo blanco, una túnica rosa, un cinturón dorado, un manto azul que la cubría.
En algunos momentos, Nuestra Señora se manifestó como Nuestra Señora de los Dolores. Entendimos, ante esta Presencia, que Ella nos estaba llamando para vivir la Pasión durante la Semana Santa; que nos preparáramos conscientemente para ese momento, porque a través de la Pasión de Nuestro Señor, decía Nuestra Madre, cuando es celebrada durante la Semana Santa, el universo se dispone ampliamente para que nosotros podamos recibir Códigos, Códigos Crísticos que fueron grabados a través de la Pasión de Cristo y que son Luz para nosotros, para nuestros seres.
Durante la Aparición, Nuestra Madre se fue aproximando cada vez más.
Hoy, estuvimos ante un Mensaje bastante poderoso e intenso y en cada palabra que iba trasmitiendo nuestra Madre María, Ella iba encendiéndose en Luz, cada vez más, y abrazaba simbólicamente más a cada persona.
Bendijo las rosas. Pidió que las repartiéramos a quienes sintiéramos, y las rosas restantes que están aquí serán repartidas también, según el pedido de nuestra Madre.
Ella quiere que cada uno lleve un pétalo de las rosas, porque quiere que nosotros entendamos, a través de ese símbolo, no solo el estado de Gracia que Ella nos derramó hoy, sino también que podamos imitar la humildad de María, recibiendo un simple pétalo que cada uno de nosotros guardará con mucho amor o lo dará a quién verdaderamente lo necesite.
Entonces, vamos a proceder a hacer lo que Nuestra Señora nos pidió y, después de repartir los pétalos, cerraremos este trabajo, agradeciendo con mucha alegría. Algunos hermanos del Monasterio harán esa tarea.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más