Apariciones extraordinarias
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEN MARÍA, EN LA CIUDAD DE FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Vengo del Cielo con la esperanza de que Mis hijos hayan comprendido todo lo que Yo he dicho, sabiendo que el tiempo falta para poder hacer tantos cambios y que, esos cambios que llegarán a sus vidas, los colocarán delante de nuevos acontecimientos como a todos sus hermanos y a todas las naciones del mundo que deberán testimoniar su cambio interior.

Este es el tiempo de su gran mudanza para que lo nuevo pueda llegar y renovarlos.

Hoy, vengo llena de Gracia por estar de nuevo en este bendito lugar que sigue reafirmando y viviendo la devoción a Mi Corazón Inmaculado, que es lo que le permite al mundo entero que Yo pueda interceder y salvar a las almas perdidas.

Hoy han ingresado, espiritualmente, en el Reino de Fátima por su canto y por su oración. Tan simple como eso, hijos Míos, hizo posible que ustedes tomen contacto interior con los verdaderos Tesoros de Dios, que están en este planeta y también en el Universo.

Hoy, no solo les hablo de Mi dolor de Madre, sino también de Mi alegría, porque las almas dan pequeños pasos en el camino de la transformación y de la entrega, pasos que las llevarán a vivir el tiempo preparatorio del retorno de Cristo, así como lo debe vivir el resto de la humanidad, porque este tiempo, hijos Míos, ya está muy cerca, él está por suceder. Él está por mostrarse y revelarse al mundo.

Por eso, los invito día y noche al camino de la conversión, no solo a través de una vida de oración que pueda iluminar sus células y átomos, y toda su consciencia, sino también a través de un camino de servicio que Europa debe vivir y practicar en este tiempo definitivo para poder compensar los errores cometidos en el pasado, que aún nadie ha pagado.

Pero, por medio de Mi Gracia y de Mi Amor, de la Luz que brota de Mi Corazón Inmaculado, proveniente del Altísimo, el Todopoderoso, es que Yo les concedo, hijos Míos, un tiempo de reparación para que sus vidas se puedan iluminar y transformar, ser el ejemplo que Cristo necesita en la Tierra para que Él pueda volver pronto y estar entre los suyos, llevando nuevamente Su palabra de aliento y de esperanza para convertir todas las vidas y todos los corazones.

Les pido todo esto, hijos Míos, porque el tiempo del sufrimiento no terminó, las almas agonizan por sí mismas y por las consecuencias de sus semejantes. Pero Yo los invito, en esta hora, a un momento de reparación, no solo en la vivencia verdadera de los Sacramentos, sino en el tiempo de la adoración, en el tiempo del servicio y de la paz, en el tiempo del bien que puedan generar y entregar a sus hermanos para estos tiempos tan difíciles.

Yo los invito, hijos Míos, Yo les recuerdo, hijos Míos, lo mismo que dije aquí y en otros lugares del mundo, a vivir a Cristo de una forma simple, a ser parte de Cristo, de Su Consciencia y de Su Corazón porque aún Él necesita de muchas más manos para poder obrar y ayudar al mundo, en lugares recónditos y desconocidos en donde la luz y el amor aún no llegaron.

Esta también es una tarea para todos los hermanos de Europa, para todos los seguidores de Cristo que aquí se encuentran. Él espera ver que esto se pueda realizar, que pueda estar vivo en ustedes, que no sea un compromiso tibio ni frío, sino que a través de la entrega y del servicio por los demás, no solo por Europa sino también por África, aprendan finalmente a salir de sí para que el amor de Mi Hijo pueda obrar en ustedes y en el mundo.

Pero eso sucederá, hijos Míos, cuando den el primer paso y la primera entrega. Mi Hijo los preparó, amorosamente, en estos últimos días para dar los próximos siete pasos. Eso no será un misterio ni tampoco una teoría, será algo vivo en ustedes, algo que deberán practicar y ejercitar conscientemente.

Por eso, Mi amor maternal, el amor de Mi Hijo y el amor de San José, colmarán su nación y las naciones de Europa, estando un tiempo aquí, compartiendo con Mis queridos hijos los impulsos del conocimiento y de la instrucción, no solo para hacer crecer sus espíritus en el amor y en la verdad, sino para que esa entrega tan esperada por el Padre Eterno sea verdadera. Porque Su deseo ardiente, Su más íntimo pensamiento es que todos se puedan salvar y formar parte de esa nueva humanidad, que primero deberá nacer dentro de ustedes para después ser una realidad en todo el planeta.

Yo les ofrezco, como medio, Mi inmaculado y materno Corazón. Mi Voz no se cansará de pronunciarse en este mundo y de hablar en diversas lenguas para que todos los pueblos, todas las razas y culturas preparen el advenimiento de Cristo a la humanidad en el momento más culminante del planeta y de toda la raza, en el que las puertas de la luz se abrirán en este planeta para la llegada del Rey Universal. Momento en el cual, Él expulsará y exorcizará todo el mal presente en la Tierra y en los hombres, y el triunfo y la victoria de Su Corazón ya no serán una promesa, sino una realidad que ustedes vivirán, conscientemente, por los mil años de paz.

Como Madre del Consuelo y Madre de la Gracia, Yo los preparo, hijos Míos, para esos acontecimientos. Ya no es tiempo de decir solamente palabras hermosas, es tiempo de decir la verdad como Mi Hijo les enseñó hace tanto tiempo. 

Es tiempo de ejercitar el bien, es tiempo de proclamar la paz, es tiempo de unir a las naciones en una sola voz y en una sola oración. Es tiempo de recibir a Cristo en su interior y de comulgar con Su Divino Espíritu, así estarán a salvo y alcanzarán la redención.

Para que Mi Gracia no solo se siga derramando en Portugal, sino también en Europa y en África, necesito de la respuesta de Mis hijos, de la adhesión de los soldados de Cristo para que el proyecto de la redención se cumpla en esta Tierra, superando límites, obstáculos, trascendiendo desafíos, superando barreras, abriendo las puertas del corazón para acoger al semejante, al inmigrante, al refugiado, al extranjero.

Eso es lo que Europa deber hacer en este tiempo, porque el planeta y los continentes son un presente de Dios para todos los seres.

La Creación es de la humanidad y de aquellos que deberán consagrarse como dignos hijos de Dios.

En este ocho de mayo se cumple un ciclo y el comienzo de otro hasta el ocho de agosto, cuando todo quedará más definido y claro.

Por eso, hijos Míos, aún tienen tiempo para estar concentrados y unidos al propósito de Dios sin distraerse, en el que toda su atención y fervor deberán estar en las palabras de Nuestros Mensajes para que el mundo recapacite, para que las almas despierten y sepan que un nuevo tiempo está llegando en el que el sufrimiento ya no existirá y el dolor no prevalecerá, sino la alegría de servir a Dios.

Necesito, hijos Míos, solamente que alcancen la verdad para que sean libres de sí mismos y puedan obrar en paz.

Fátima siempre será su lugar y su refugio, lo que Yo dejé aquí nunca se perderá, a pesar de lo que suceda en la superficie. Porque Fátima, como consciencia espiritual y no mundana, puede habitar dentro de ustedes. Ustedes pueden ser la luz que lleven a las almas hacia la paz, así como Yo llevé hacia la paz, por intermedio de Fátima, a millones de almas en el mundo.

Porque la luz que lleva a la paz es el amor del corazón verdadero, el amor que vivifica y siente a Cristo y que siempre lo tiene presente en su interior. Eso los hace ser Fátima en cualquier lugar para poder llevar la paz al mundo y el fin del cautiverio espiritual.

Sean instrumentos del Padre Altísimo, esfuércense y transformen sus vidas completamente, porque en las caídas o en las tentaciones Yo estaré ahí para reforzarlos y fortalecerlos en la fe y en el amor, y en el propósito y en la convicción de vivir a Cristo.

Como una Madre, que no se cansa y que no descansa, vengo a dar nuevamente, el testimonio de Mi Amor por medio de la consagración de nuevos Hijos de María. Escuchando, en este momento, el himno de su consagración llamo a estos, Mis hijos, que hoy en nombre de la humanidad y del planeta darán un nuevo paso para que todo sea transformado y convertido conforme a la Voluntad de Dios, para que las almas alcancen la vida eterna y la alegría de estar haciendo el bien y cumpliendo el bien donde estén.

Por eso los llamo, hijos Míos, para darles Mi bendición en esta nueva tarea y en este nuevo compromiso que hoy asumen ante Su Madre Celeste, sabiendo que esta consagración que hoy viven en el Santuario de Fátima abre las puertas para que puedan recorrer el camino de su pureza original, inocencia que el mundo entero deberá recuperar, urgentemente, por haberse apartado de Dios y, principalmente, de la Verdad Suprema.

Por eso este paso que hoy dan, hijos Míos, no solo es por ustedes sino también por el mundo.

Mi intención maternal es que siempre oren juntos, todas las veces que puedan, por las almas que deben regresar a los brazos de Dios y recuperar su pureza esencial, contaminada por la adversidad y la ilusión mundial.

Sus oraciones siempre llegarán a Mi Corazón maternal porque siempre recordaré y nunca olvidaré lo que les he pedido.

Su consagración es un paso por muchos más, por los que lo deberán dar algún día y que por temor, fracaso o error no consiguen hacerlo. Así como Yo los acojo, los abrazo y los recibo en Mi Corazón Inmaculado, reciban en sus corazones a sus semejantes.

Sean el testimonio del Amor de Cristo para toda Europa. Compartan ese amor que hoy reciben de Mi Corazón Inmaculado y hagan feliz a Jesús para que Él siempre retorne en Divinidad y en Espíritu para derramar Su Misericordia en la Tierra y cerrar los abismos de la ilusión y del mal, a fin de que las almas recuperen la esperanza de estar aquí y despierten a su misión en este tiempo.

Oremos juntos al Padre Celestial porque Él es el que concede este tiempo de Gracia extraordinaria en el mundo y atrae hacia sí a todos sus hijos para colmarlos con Su Amor, para impulsarlos con Su Misericordia, para redimirlos y curarlos por el impulso de Su Divina Luz.

En el nombre del Amor de Dios, recemos: Padre Nuestro (en portugués).

Que Mi Corazón y Mi Vida siempre sean el portal que, a través de Fátima, los lleve hacia la paz. Amén.

Yo los consagro y los vivifico en el Amor de Cristo, nuestro Señor y Redentor. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Por pedido de Jesucristo les agradezco por haber cumplido esta primer etapa de esta peregrinación y, esperamos ardientemente, bajo la Llama del Amor de Dios, que las gracias y las misericordias del Padre Eterno se derramen sobre todas las naciones.

Les agradezco.

Pueden cantar a Mi Corazón.

Canción: Himno de los Hijos de María.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LAS 15:00 H, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Queridos hijos, con alegría, les traigo el Reino de los Cielos. Y hoy, el motivo es verdaderamente su consagración a Mi Inmaculado Corazón, porque esta Luz que hoy los ilumina también ilumina a muchas almas que están distantes de Dios.

Queridos hijos, hoy coloco sobre ustedes Mi Manto de Luz azul, aliviando sus internos y sus corazones, llevando sus espíritus ante la Presencia del Altísimo, porque a través de la oración, queridos hijos, todo se consigue. 

Hoy, regocíjense en Mi Corazón. Que esta Luz solar, que los ilumina, pueda purificar sus corazones para que ellos se entreguen con confianza a Mi Hijo.

Vengo a buscar la consagración de los corazones a Mi Inmaculado Corazón, porque Él es el templo perfecto para ustedes, donde no existirá sed, hambre ni dolor. Hoy los vengo a alimentar del Espíritu de Dios.

Queridos Hijos, con Mi santo rosario en manos, oro perpetuamente por ustedes y sus familias; pero ahora llegó el tiempo, queridos hijos, de que la humanidad cumpla su parte ante Dios, que viva nuevamente los Mandamientos y la Ley del Señor.

Yo les vengo a enseñar, queridos hijos, lo que aprendí aquí, en la Tierra. Por eso, Dios necesita de su entrega y donación en la oración y en la Comunión con Mi Hijo. Así, América se podrá reconstruir y surgirán los Nuevos Cristos, aquellos que darán verdadero testimonio de la Palabra de Mi Hijo.

Queridos hijos, los necesito en este tiempo. Eleven sus plegarias hacia Mi Corazón Inmaculado, porque en este día, Yo las recogeré también a través de este calor que todos ustedes hoy viven.

Sepan, queridos hijos, que muchas almas están siendo salvadas, están ingresando al Universo de Dios, almas que vivían en el eterno sufrimiento del infierno. 

¿Saben qué significa esto, hijos Míos? La victoria de Dios en la Tierra, porque el mundo se ve un poco más aliviado de todo sufrimiento y dolor.

También los invito, queridos hijos, a seguir orando por los Reinos. Ellos necesitan de su ayuda para que también se puedan redimir ante el Altísimo.

Queridos hijos, sepan que, desde el principio, la humanidad y los Reinos son un único Reino ante Dios. Ese Proyecto Universal deberá salvarse nuevamente. Por eso, hoy Me anuncio ante ustedes como Me he anunciado en otros tiempos. 

Por eso, deberán caminar firmemente en Mi Fe para transitar por las pruebas y los desafíos de la vida. El Amor de Mi Hijo les dará la fuerza que necesitan, quien busca el Amor de Mi Hijo no perecerá, alcanzará todo lo que necesita en estos tiempos.

Queridos hijos, Mi Espíritu viene a su encuentro para aliviar sus corazones, para confirmar su compromiso con Dios en la oración y en la vida, en la unidad y en el amor, que existen en el Universo Celestial.

Queridos hijos, nuevamente hoy les entrego Mi Corazón. Necesito de ustedes en cada momento, porque ustedes están correspondiendo a Dios por aquellos que no le responden a Dios, que niegan las Palabras Celestiales y que no se quieren consagrar a Mi Virginidad. 

Es tiempo de cambiar, queridos hijos. Por eso, Yo vengo como Mediadora a orar por ustedes, a orar con ustedes, para estar con ustedes todo el tiempo.

Solo les pido, queridos hijos: ábranme la puerta. Su Madre los está llamando.


Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Hijos Míos, Mi corazón se alegra en este día, pues Mi Voz resonó en este mundo y hoy recoge los frutos de Mis oraciones, que son cada uno de los nuevos peregrinos que hoy se encuentran con Mi Reino por primera vez.

Quiero que, a través del ejemplo de estos hijos, ustedes aprendan unos con otros de la simplicidad, de la humildad y del amor que cada peregrino lleva a Mi corazón.

Hoy, quiero que sepan, hijos Míos, que traigo del Cielo la cura para sus corazones, para sus almas y para sus espíritus, esta cura que vive en Mi Reino Celestial y que se manifiesta a través de la conversión y del amor a Dios.

Hoy, hijos Míos, con alegría les quiero agradecer por perseverar en Mi Corazón y les pido que sigan ese peregrinar, que sean Mis Brazos y Mis Pies sobre la Tierra, llevando Mi llamado y Mi Voz a todos aquellos hijos que todavía no conseguí alcanzar.

No teman ser mediadores entre las almas y Dios, así como Yo Soy ante ustedes, porque Mi llamado debe llegar a cada espacio de esta Tierra y la Luz de Mi Reino, que hoy toca sus corazones, debe tocar a cada uno de Mis Hijos, desde el más devoto al más perdido en el pecado. Porque para Mí lo único que importa, hijos Míos, es que las almas regresen a la Casa del Creador, porque Dios espera a Sus hijos, porque Cristo espera a cada una de sus almas para convertirlas en almas preciosas del Reino Celestial.

Hoy, les digo que aprendan también de la manifestación de los Reinos, de la belleza de cada flor que se abre en gloria al Reino de los Cielos. Quiero que sus oraciones, hijos Míos, se conviertan en flores ofertadas al Creador, porque cada pétalo que llevo en Mis Manos representa la salvación de un alma que está perdida en dimensiones que sus corazones no conocen.

Hoy, quiero dejarles también el recuerdo de la Comunión con Mi Hijo, para que sus almas jamás se olviden de la importancia de encontrarse con Cristo, de confesarse con Él, entregándole sus dudas, sus miserias y todas las dificultades que aún no consiguieron transformar; porque la Misericordia de Mi Hijo desciende día a día en esta misma hora, las 15 horas, para permear a todas las consciencias, elevar todas las miserias y transformar los corazones.

Sientan en sus corazones, en este momento, cómo la brisa de Mi Reino los toca, los cura y los libera de todo mal, de todo dolor, desde el sufrimiento más antiguo que vive en sus corazones. 

Por eso, hoy, solo ábranme la puerta y díganme: “Sí, Madre Divina, ven a mi corazón, transfórmalo”.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

El Cielo les está hablando con señales internas, pues el fin de los tiempos lo está revelando.

Queridos hijos, en honra al Sagrado Corazón de Dios y a Su Presencia en el mundo entero; en esta noche, Yo consagraré esta gloriosa imagen. Por eso, los invito nuevamente a encontrarse Conmigo, porque Mi Gracia se derramará nuevamente en una segunda etapa, en una segunda tarea que Mi Reino Maternal realizará. 

Por eso, espero que estén en oración, orando el Santo Rosario hasta que Yo llegue nuevamente. Este Santo Rosario, que ustedes rezarán, será en honra a Mi Inmaculado Corazón y por la consagración de África al Sagrado Corazón de Jesús.

Les agradezco, queridos hijos.

Permanezcan unidos a Mi Corazón; pues, hasta la hora del próximo encuentro, estaré con ustedes en el silencio. 

¡Les agradezco!

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Madre María Shimani de Montserrat:

Vamos a cantar: “María de Nazaret”, antes de cerrar.


Canción: “María de Nazaret”.


Madre María Shimani de Montserrat:

Bien, primero vamos a aclarar algunas cosas que dijo Nuestra Señora. Ella nos pidió que volviéramos a encontrarnos con Ella aquí, hoy, a las veinte horas.
 
Ella quiere que nosotros oremos el Rosario porque vendrá nuevamente a consagrar este lugar y esta imagen. No sabemos por qué Nuestra Señora quiere estar otra vez con nosotros, pero nosotros queremos estar de nuevo con Ella.

Ella dijo que quería consagrar África al Sagrado Corazón de Su Hijo. Así que, seguramente, nosotros la vamos a apoyar con nuestro Rosario.

Y, ahora, vamos a ver si nuestros hermanos tienen algo para transmitir sobre la Aparición.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

La Madre siempre llega a nosotros con Su hermosura. Pero hoy, antes de que Ella llegara, los ángeles que acompañan a Nuestra Señora ayudaron a los peregrinos. 

Ellos estaban realizando una tarea de cura interior. Entonces, tal vez muchos percibieron que nosotros quedamos un largo tiempo esperando; porque nuestra Madre, en su gran humildad, estaba esperando que los ángeles terminaran su tarea. Pero esa tarea no solamente aconteció con los que estaban aquí, sino también con los que estaban en sus hogares, todos aquellos que Nuestra Señora dijo que estaban coligados con Ella en ese momento.

Algunas señales aparecieron en el cielo, en el horizonte. Por ejemplo, algunas figuras geométricas como octógonos, triángulos y cuadrados de Luz y de colores. Parecían puertas que se iban abriendo hacia el universo, hacia un lugar infinito. Desde aquel lugar vino Nuestra Señora.

Como siempre, se escucha un sonido interno, una gran tormenta de Luz, que viene desde afuera de este planeta hacia adentro del mismo. Esa Luz comienza a expandirse sobre los continentes y, a medida que esa Luz, esa tormenta de Luz se va expandiendo sobre el mundo, muchas cosas se van modificando rápidamente. Según Nuestra Señora, cosas que tienen que ver con situaciones de las naciones, con los mares, con los continentes y aun con situaciones graves de la humanidad. 

Y, cuando esa tormenta de Luz desciende, hasta donde se le es permitido llegar por un comando, una tarea que hace Nuestra Señora. Ella es Quien dirige ese movimiento y a partir de ese infinito Ella viene hasta aquí. 

Hoy, se presentó como la Reina de la Paz, con un Manto celeste, Su túnica rosa, un cinturón dorado y Sus Manos abiertas hacia abajo, ofertándose a nosotros.

En Sus Manos sostenía el rosario, que hoy era un rosario de Luz, eran cuentas de Luz. Según nos dijo Nuestra Señora, eran las oraciones que Ella rezaba por el mundo, por amor al mundo, por las almas. 

Y, como Ella dijo hoy, muchas almas fueron elevadas del infierno y, en un momento, también demostró cómo esas almas iban siendo elevadas a través de canales de Luz que Ella abría en dirección hacia la Tierra, columnas de Luz en diferentes puntos de la Tierra, en donde era más necesario. 

Ella nos dijo que también contemplaba todas las necesidades de Sus hijos. Pero, en el ejemplo de hoy, Ella nos dijo que estaba atendiendo las emergencias, lo más urgente en el planeta. 

Por eso, cuando Ella viene a nuestro encuentro, cuando Ella viene hacia aquí, no solo hace una tarea con nosotros, sino con el planeta. Y hoy nos dijo Nuestra Señora que irradiaba Su gratitud por este Centro Mariano, por lo que los peregrinos habían conseguido cumplir según Sus pedidos.

Entonces, en ese momento, Ella nos explicaba que, cuando pide algo, sea lo que sea, no tiene solamente un sentido o un significado físico o material, sino también espiritual. Por ejemplo, Ella decía que lo que se ha manifestado hasta hoy, en el Centro Mariano de Figueira, representa espiritualmente un punto de Luz. Un lugar en donde Ella también puede descender en los días en que no viene con un horario específico para orar con Sus hijos, para estar con Sus hijos, para asistir a la humanidad.


Hermana Lucía de Jesús:

Hoy, una gran alegría de Nuestra Señora, que Ella nos relató, era la presencia de los peregrinos que vienen por primera vez, sobre todo los que no tienen condiciones económicas de venir y que de alguna forma llegaron. 

Y Ella quería que un acto de amor, de los que pueden ofertar la venida de los peregrinos que no tienen condiciones para llegar, que pudieran hacerlo, porque la Voz de Ella debe llegar a todas las almas. Y, como todos nosotros podemos sentir, es una verdadera Gracia estar ante Nuestra Señora.

El Cielo, detrás de Ella, en un momento se expandió tanto que fue como si todos nosotros estuviéramos dentro del Cielo. 

Y, en un momento en que Ella se mantuvo en silencio, abrió el Manto y de Su Manto azul salía una Luz que penetraba a todos los corazones, que curaba, que bendecía a cada uno de nosotros y, como el Fray relató, llegaba a todos los hoy estaban coligados con Nuestra Señora.

Ella habló que cuando se queda en silencio, además de mostrar algunas cosas, está oyendo el corazón de cada uno. Siempre que Nuestra Señora se silencia, es una oportunidad para que cada uno de nosotros le haga una oferta. Ella quería que esto estuviera bien presente en nuestro corazón.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Hoy, Ella también nos agradeció. En realidad, Ella estaba agradecida ante Su Padre por la oportunidad de volver al Núcleo de Figueira en San Pablo; ya que será una tarea importante la que Ella realizará con sus hermanos de allí. 

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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