Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
El Maestro Jesús estuvo con nosotros y nos dijo que realicemos, algunas veces, una oración que Él transmitió para reparar Su Corazón Eucarístico.
Vamos a hacerla, frase por frase, hasta que todos podamos entrar en el ritmo de esa oración que, amorosamente, nos transmitió:
Por la gloriosa liberación del Sacerdote Mayor,
Cristo Jesús, ¡Ten piedad de nosotros!
(20 veces)
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Canción: “Misericordia María”.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Queridos hijos:
Un día más, el Cielo se abre a sus corazones y Mi Inmaculado Corazón ingresa en la Tierra.
Hijos amados, hoy el mundo fue aliviado por el Corazón de Cristo y, por la intervención de Nuestro Señor, muchas almas llegaron a Mi Reino.
Eleven sus corazones y den gracias a Dios por el milagro de este día, porque una vez más Mi Corazón triunfó.
Hijos Míos, consagro este lugar, como consagro a sus corazones. Consagro a cada corazón que le diga sí a Mi inmaculado llamado.
Dios le ofrece la consagración a cada una de sus almas. Solamente eleven sus corazones a Mi Corazón y oferten sus vidas a Mi Hijo Redentor; pues, así como almas hermanas llegaron hoy a Mi Reino, Mi Corazón desea recibir a cada una de sus almas.
Queridos hijos, la Gracia del Cielo viene a través de la oración, de la oración pura de sus pequeños corazones, de la oración simple que es el diálogo Conmigo. Escucho a cada uno de sus corazones y elevo con Mis Manos sus ofertas al Creador.
Queridos hijos, no oferten solamente sus pedidos, oferten también su sufrimiento, oferten cada angustia de sus corazones, porque el Señor es misericordioso y desea recibir sus dolores para convertirlos en amor y misericordia.
Amados hijos, para reparar al Sagrado Corazón de Cristo solo es necesario el fervor de la oración. El amor de sus corazones cura los dolores de Mi Hijo.
No teman hablar Conmigo. Yo los escucho, así como Dios los escucha, así como el Corazón de Mi Hijo los contempla.
Hoy, recibí una Gracia especial del Señor, que es llevar a sus almas consagradas al Cielo. Por eso, alaben al Creador desde lo profundo del corazón. Este es el momento en que Él los escucha, el momento en el que están abiertas las puertas al Cielo.
Los que hoy Me dicen sí tendrán sus corazones fortalecidos por la Gracia del Señor.
Los que hoy dicen sí, dicen sí para que Mi Corazón los sustente a cada momento. Esta es la Gracia que Dios Me da, de tener a cada uno de sus corazones en Mis Brazos, de sustentar a cada uno de Mis pequeños hijos, como lo hice con el Niño Jesús.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Quiero estar con ustedes eternamente. Como Señora del Santo Rosario, les recuerdo la importancia de esa oración.
¡Qué más les puedo repetir, queridos hijos, si sus oídos están atentos a Mis Palabras a lo largo de los siglos! Quiero solamente amarlos y enseñarles a amar.
Hoy, recibieron la Gracia especial de la visita de Mi Hijo. ¡Qué amoroso misterio de Dios fue revelado! El poder del Amor de Mi Hijo en cada uno de ustedes.
Queridos hijos, Yo quiero solamente conducirlos, conducirlos hacia el Reino donde se encuentra Mi Hijo.
Hoy, también les revelo que su oración fue escuchada y, por eso, Mi Corazón Maternal les agradece.
Que la Gloria de Dios pueda estar presente durante todos estos tiempos en ustedes.
Hoy también le es revelado al mundo el sufrimiento de la humanidad. Cuando Mi Cielo Maternal desciende a la Tierra en cada Aparición, se revelan también los dolores de este mundo, las realidades que nadie quiere ver, que la humanidad oculta porque es una realidad que está al lado de cada ser. Por eso, los invito a ver, a partir de sus ojos, la verdad de este mundo y compenetrarse con la oración por los corazones heridos.
Cuentan con Mi Rayo Maternal en este tiempo definitivo. La Luz de Mis Ojos guía sus caminos. Mi Corazón Inmaculado está ofertado totalmente a cada uno de ustedes. Aguardo que lo acepten y que lo guarden, que lo puedan contemplar a partir de su oración.
Como Bienaventurada Madre, cuando estuve en la Tierra recibí muchas Gracias. Y eso es lo que intento derramar, Aparición tras Aparición, para aliviarles el corazón y darles la salvación a todos.
Queridos hijos, acepten estar en Mis Brazos, ya no es tiempo de bajar de Mis Brazos, sino de estar cerca de Mi Corazón Inmaculado.
Quiero que se nutran con la Luz de Mi Espíritu Maternal, para que puedan glorificar a Dios sobre todas las cosas.
Hoy, les repito, Mis queridos hijos, que la Gracia y la Misericordia de Dios los contemplan, en este momento, a través del Sagrado Corazón de Mi Hijo y de Mi Corazón Maternal.
Hoy, quiero derramar solo lágrimas de alegría. Por eso, oren, oren, queridos hijos, para que Mi Corazón Maternal pueda acoger sus oraciones y así pueda derramar nuevamente Mis Gracias sobre los que más necesitan.
Ustedes están siendo muy misericordiosos. Que ese espíritu maternal que Yo he construido en ustedes, que ese Amor que brota de Mí por cada uno de ustedes, no se pierda, no salga de ustedes, sino que nutra a sus almas a través de su honesta oración.
Cuando pase mucho tiempo, cuando Yo ya no esté aquí entre ustedes, Mis queridos hijos, verán concretarse en sus vidas la acción de Mi Mensaje en esta parte del mundo y recordarán, desde el corazón, todo lo que Yo he derramado por Amor a ustedes.
Sean consecuentes con lo que están recibiendo, deberán dar testimonio de esto ante la humanidad y ante Dios. Por eso, recuerden bien estos momentos, porque Mi Luz viene a grabarse en sus células.
Si abren sus corazones, sus vidas podrán cambiar. Denme las llaves que ustedes guardan dentro de ustedes, para que como Madre pueda preparar la morada de Mi Hijo y enseñarles, sin cansancio, a caminar en la fe, a vivir en Mi Esperanza Celestial y a creer en Mi Presencia en estos tiempos.
Así como estoy en Medjugorje y en otras partes del mundo, hoy nuevamente estoy aquí para contemplarlos y no Me cansaré hasta que todas las almas puedan vivir la salvación. Esa fue la primera promesa que hice ante Dios y, a través de la Gracia de Mi Espíritu Inmaculado, ustedes son partícipes de Mi Mensaje.
Deben dar testimonio de lo que sienten y viven, para que Cristo pueda reflejarse en sus ojos. Vivan, en este último tiempo, la Misericordia.
Y hoy, queridos hijos, les recuerdo todos estos preceptos, estos preceptos maternales de Mi Corazón, porque a través de Mi Espíritu estoy derramando lo que aprendí.
¿Qué mayor Gracia existe para sus vidas que vivir en la fuerza de Mi Amor, de sentir el calor de Mi Corazón Inmaculado y de poder abrazar a sus almas completamente para darles a beber de la Fuente del Padre, llevándolos a todos en Mis Brazos de Amor?
Que sus almas puedan encontrarse con Mi Hijo, definitivamente. Alivien el Corazón de Mi Hijo, porque todavía está dolorido.
Si ustedes oran e interceden por esta reparación, estarán clamando a Dios, llamando a las puertas de los Cielos para que los ángeles del Padre asistan a las almas en este tiempo.
Los infiernos aún no se han cerrado. Muchos se están condenando por la modernidad. La falta de ayuno y la falta de penitencia aumentan y más todavía la falta de la oración del corazón.
Por eso, queridos hijos, vengo desde el Cielo a derramarles la fuerza de Mi Paz y de Mi Amor, abriéndoles los nuevos caminos a sus vidas, porque al final de ese sendero encontrarán a Mi Hijo, que los aguarda.
Como Mediadora ante Dios, estoy orando por su conversión, por su redención, para que alcancen la Misericordia. Y esto lo digo por ustedes y por todos Mis hijos en el mundo.
También les hago a Mirjana e Iván este mismo llamado a la oración, en honra a la conversión.
Les agradezco por responder a Mi llamado, queridos hijos.
Eleven sus ojos hacia Mi Corazón y permanezcan allí eternamente.
Los amo y les agradezco.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Despidiendo a Nuestra Señora con las campanadas, vamos a cantar “Magnificat".
Canción: “Magnificat”.
Madre María Shimani de Montserrat:
Bien, vamos a hacer una breve explicación de lo que sucedió hoy durante el trabajo.
Como todos saben, cuando nos reunimos un grupo de orantes tan importante como el de hoy, la Jerarquía Angélica y Arcangélica aprovecha ese momento para realizar una tarea importante a nivel planetario.
Y hoy, además de eso, la Presencia de Cristo fue muy importante en esa tarea que realizaron las huestes de Luz.
Como todos sabemos, nuestro planeta necesita de mucha asistencia, y nuestra devoción y nuestro fervor colaboró muchísimo; porque nosotros, de esa forma, clamamos por esas almas.
El hecho de orar con fervor, colocarse de rodillas en humildad, crea una condición muy importante. Y cuando muchos son conscientes de esa reverencia y de ese amor que hay que tener por Cristo y por nuestra Madre, las puertas de los Cielos se abren de par en par y muchas almas son ayudadas y sacadas de algunos lugares de donde están. Por eso, es muy importante que siempre estemos dispuestos a colocarnos para asistir a toda la humanidad.
Hemos sentido que la Madre se acerca a nosotros cada día más y estamos percibiendo también, creo que igual que ustedes, que Ella está haciendo promesas importantes por nuestras consciencias.
Hoy, Ella dijo algo muy importante en Su Mensaje, que había recibido la Gracia del Creador de que aquellas consciencias que le dijeran que sí, que se consagraban a Su Inmaculado Corazón y al Corazón de Cristo, Ella tenía permiso de llevarlas al Reino de los Cielos.
Necesitamos meditar profundamente en lo que eso representa para todos. Y si nosotros colocáramos eso verdaderamente en el corazón, le daríamos el adiós definitivo al miedo.
Vamos a intentar dar un paso más y animarnos a dar ese sí, para estar permanentemente en los Brazos de Nuestra Señora y después poder transmitir a otros lo que verdaderamente es la salvación.
Muchas gracias a todos, que tengan muy buenas noches.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más