Todo esfuerzo, que es realizado como una oferta sincera por la humanidad, es reconocido por el Universo porque sabe que esta oferta es para compensar algo que está desequilibrado.
En este momento, el planeta y principalmente la humanidad, necesitan de seres de sacrificio, de seres de renuncia y que se ofrecen para que el peso de las deudas generadas por la raza humana no recaigan en el planeta y, sobre todo, en la humanidad.
Vivir una renuncia o un sacrificio en este tiempo, significa la oportunidad de poder generar milagros y gracias, para que más consciencias despierten y comiencen también a compensar todo lo que está fuera de la armonía universal.
Por eso, Mi Corazón está atento a las ofertas internas, las que por amor solo se pueden entregar internamente a Su Redentor.
Este es el tiempo de hacer algo por amor, para que otras consciencias salgan de la indiferencia y de la ignorancia en la que viven, sabiendo que todos son hermanos y que es importante que, entre sí, las criaturas se ayuden para salir del individualismo y de la propiedad personal.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Compañeros:
La verdadera consagración es interna y profunda y, esa consagración, se refleja cuando el alma expresa sus virtudes a través del servicio, de la caridad, del bien y de la incondicionalidad.
La consagración es el portal interior que se abre para el alma y para la esencia, para que, al atravesarlo, los núcleos más profundos del ser se vean delante de Dios a fin de comenzar a cumplir y a vivir Su Voluntad, cueste lo que cueste.
Por eso Mi adversario arroja toda su furia cuando las almas dan pasos y decididas, sin nada ni nadie que las detenga, siguen el camino de la consagración, porque después de ese paso llega el camino de la trascendencia para poder alcanzar, algún día, el camino de la perfección.
Ese camino de la trascendencia es el del verdadero desprendimiento y desapego de sí mismo, al punto de estar ante la batalla interior de vencer, en el nombre del amor y de la verdad, los aspectos de la indiferencia, de la omisión y de los pecados capitales.
Cada vez que un alma, que camina en la consagración, se ve delante de la oportunidad de dar un nuevo paso espiritual y de renovarse, nuevas luchas llegarán para trascender y morir a más cosas que el alma en su aspecto egoico cree de sí misma.
Todo eso es para alcanzar y vivir el absoluto y poderoso Amor Crístico que les dará la libertad para siempre.
La consagración es la oportunidad de rasgar los viejos velos de la consciencia y es la gracia permanente de poder estar al servicio de Dios.
¡Les agradezco por guardar Mis palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
A veces, atravesar la puerta de la humillación significa, para ti, bajar la cabeza para que, inclinado totalmente, puedas ingresar en Mi Reino. Ese estado se alcanza con una gran y profunda humildad, la que te hará reconocer todo el tiempo que no eres nada y que tu vida y tu consciencia pertenecen a Dios.
Pero para llegar a ese punto de resignación y de entrega, lo que siempre te llevará a vivir la humildad será, en el silencio, dejar que los acontecimientos se presenten y que tú no te precipites sobre ellos intentando ganar o tener razón en algo.
La neutralidad es una importante aliada de la humildad, pero la neutralidad no significa omisión ni indiferencia. Para poder vivirla es necesaria la humildad y una confianza absoluta en que todo lo que te sucede en el camino de la redención es para poder renovarte y quitarte el obstáculo y la resistencia constante del aspecto humano.
Por eso, busca en este momento saber cómo está la humildad dentro de ti y cuánta atención le prestas para que ella, con su sabiduría, te pueda gobernar y hacerte un verdadero discípulo Mío.
Comienza aspirando a ser humilde en las pequeñas acciones de la vida y acepta todo lo que te envíe el Universo como una oportunidad de amar verdaderamente a través del servicio y de la predisposición.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
En este día 18 de septiembre de 2019, después del mensaje diario, nuestro Señor nos entregó un nuevo ejercicio espiritual que Él llamó: “Rosario de la Humildad de Cristo”.
Él invita a que cada uno pueda realizar este Rosario diariamente o en aquellos momentos en los que más lo necesite, en los que más necesite buscar y encontrar, dentro de sí, la conexión con el espíritu de Su santa Humildad.
Para eso, Él transmitió este Rosario de la siguiente forma:
En la cuenta de unión, vamos a orar:
Señor, hazme un instrumento de Tu Paz
para que more en mí la Santa Humildad
y así se cumpla Tu Divina Voluntad.
Amén.
En cada decena:
Espíritu de la Humildad de Cristo,
habita en mí.
Amén.
De Mi Corazón brota la Sangre de redención y de vida, porque en Mi Corazón existe aún la Llaga que fue abierta una vez en la Cruz. Una Llaga que en ese momento nadie conoció. Solo Mi Madre y las Santas Mujeres, como también Juan el Apóstol conocieron el surgimiento de esa Llaga material y espiritual.
Esa Llaga fue la última y gran entrega espiritual, mental y moral de Su Señor.
En verdad, más que las Llagas de las manos y de los pies, fue la Llaga que hasta los días de hoy justifica los errores de la humanidad y es la Llaga que permite que Yo esté aún aquí, entre ustedes, para anunciar y proclamar el Reino de Dios dentro de cada ser y en toda la Creación Universal.
Esta es la Llaga que testimonió el Amor de Dios por los hombres, a pesar de que estuvieran equivocados o estuvieran en la mayor y absoluta oscuridad.
Esta es la Llaga que aún deberá ser aliviada, que es causada por la ignorancia de los que no viven a Dios y por la indiferencia de los que le dan las espaldas y se van, abandonando el Amor del Redentor.
Esta es la Llaga de Su Maestro que aún deberá ser curada por mucho tiempo más. Y lo que la cicatrizará, algún día, será el amor de los que son bienaventurados y no tienen preconceptos de la Obra Universal y Divina de Su Señor.
Esa Llaga será curada a través de los que ayuden y se entreguen a la transmutación silenciosa.
Esta Llaga será curada a través de todos los que confíen ciegamente en Mí, más allá de lo que les suceda, atraviesen o purifiquen, porque si aún llevo en Mi Corazón la Llaga del dolor y de la ignorancia del mundo, será posible a través de los Míos que esa dolorosa Llaga sea aliviada como lo es en cada momento de adoración, de oración y de comunión Conmigo.
Porque cuando todo suceda y cuando Mi Llaga sea curada, ustedes solo tendrán refugio en Mi Corazón, en Mi Vida Divina y en Mi Presencia.
Nunca dejen de ser generosos con los demás, amorosos con los que están mal y sufren.
Nunca dejen de servir y de entregarse por Mí, porque llegará el día en el que, en la Gloria del Padre, se sentarán a Mi mesa y Yo los coronaré a cada uno por sus esfuerzos y méritos internos.
Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón.
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Yo no solo soy tu Madre Celestial y la Madre de la Vida, soy la Luz que impulsa ardientemente la devoción de tu alma por nuestro querido y glorioso Creador.
Soy el bálsamo con aroma a rosas que limpia, purifica y santifica tu ser para que, en este tiempo, te animes a dar los pasos en confianza hacia el Creador.
Soy ese espejo que encarnó en la Tierra para entregar, a los hijos de Dios, la esencia del amor, de un amor que sea capaz de regenerar la vida interna y de borrar, para siempre, el sufrimiento y el dolor.
Soy esa flor, única e irrepetible. Soy esa eterna flor que se entrega en las manos de Sus hijos para que la puedan contemplar y amar, para que ese amor que aún no ha surgido desde adentro de cada hijo, pueda florecer y hacer milagros de amor en la vida de los que sufren y de los que no tienen nada.
Soy la Madre que los abriga en los inviernos fríos de la vida y que los protege en las noches de tempestad.
Los coloco a todos cerca de Mi pecho para que no solo estén en Mis brazos, sino para que sientan también el amor de Mi Corazón, de un Corazón que late por cada uno de ustedes.
Esa es la razón por la cual estoy aquí, por cada uno de Mis hijos perdidos y no perdidos, creyentes o ateos, conscientes o ignorantes. Estoy por cada uno, para poder llevarlo hacia Mi paz y para que en Mi paz, hijos Míos, aprendan a vivir en Dios, en Su Presencia y en Su Reino.
Soy esa Madre incondicional, esa Madre consoladora y aliviadora del sufrimiento humano y moral.
Vengan a Mí, hijos, porque en Mí encontrarán a Dios, y todas sus experiencias y pruebas se volverán pequeñas ante el Amor que proviene del Padre y que los hará libres.
Hijos, soy la Madre que comprende y que ora, incansablemente, por el mundo de hoy, por la humanidad que está enferma psíquica y espiritualmente. Por eso, vengo, porque una madre haría cualquier cosa por ustedes. Solo una madre es capaz de sentir y de comprender, hasta en lo más profundo, a cada uno de sus hijos.
Hoy, que las madres del mundo, madres terrenales y madres espirituales, se unan a Mí para clamar al Padre por la humanidad y por su gran indiferencia, para que el amor y la vida sean respetados, para que la solidaridad sea sembrada en el corazón humano y para que todo pueda ser reparado y curado en lo más íntimo de cada ser.
Que hoy las madres recen para que el espíritu de la sagrada maternidad no sea disuelto de las mujeres del mundo y para que ese primer contacto que la madre tiene con el recién nacido sea protegido y amparado por la Madre de Dios porque, a pesar de todo lo que hoy hace la humanidad, el Proyecto de Dios en la vida de la familia no se ha perdido, y para que las almas reencuentren el sentido de estar en unidad y en familia.
Recen Conmigo, recen madres del mundo y así Mi Inmaculado Corazón triunfará.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Estar en Mi Corazón significa vivir grandes responsabilidades, asumir grandes pruebas y atravesar grandes desafíos.
Vivir en Mi Corazón representa un compromiso eterno y no pasajero, un compromiso responsable y maduro que los lleve a vivir Mi Plan y su manifestación en la superficie de la Tierra.
Estar en Mi Corazón representa algo más que un sentimiento, algo que los pueda conmover o emocionar.
Estar en Mi Corazón significa vivir una responsabilidad espiritual, pero también material. Es llevar adelante un propósito, una meta, una misión que el Padre les presenta, de tiempo en tiempo.
Por eso, vivir en Mi Corazón significa muchas cosas. Algo que ustedes deben descubrir, día a día, porque estar en Mi Corazón es estar ante Dios. Es escucharlo, es saber responderle y es saber proceder conforme Su Voluntad lo presente.
Estar en Mi Corazón es un momento de constante definición. Es aprender a superar los propios abismos. Es aprender a disolver las barreras de la consciencia y de la mente. Es aprender a amar cada día más.
Por eso, Yo les doy Mi Corazón como un testimonio de que es posible vivir a Dios y cumplir con Sus ardientes deseos de ver a Sus hijos dentro de Su Propósito infinito, porque vivir en Mi Corazón es también asumir un compromiso Conmigo en esta Obra de redención y de paz, en este tiempo en el que todo está en juego y se precipitan las cosas, las situaciones humanas, el proceso de las naciones y la experiencia de grandes conflictos que la humanidad deberá aprender a curar consigo misma, por medio de la profesión de su fe y de su confianza en el Padre.
Vivir en Mi Corazón es vivir un sacrificio para después vivir sacrificios mayores que los llevarán a experimentar grandes renuncias, momentos de enfrentar la trascendencia de cada ser para recibir del Cielo los grandes tesoros, las dádivas del Universo, la Sabiduría y el Conocimiento de Dios.
Vivir en Mi Corazón es morir para sí mismos, es colocar al otro primero para que también los demás sean colocados primero y así se viva la fraternidad, una base fundamental de la hermandad, de la cooperación y de la solidaridad entre las almas.
Vivir en Mi Corazón significa que algo mayor deberá cumplirse en este tiempo y que va más allá de los límites de su consciencia, de su percepción, de su interpretación o de su parecer.
Vivir en Mi Corazón es entregarse al vacío y a la nada. Es estar en confianza dentro de lo desconocido, de lo que es inmaterial, de lo que no es palpable, de lo que nadie puede controlar.
Vivir en Mi Corazón es entregarse al Poder de Dios para disolver el poder humano que es pequeño y frágil.
Vivir en Mi Corazón es aprender en nuevas escuelas y en nuevas academias. Es forjar y despertar en cada ser su verdadera misión, su propósito y el motivo de estar aquí, en este tiempo.
Vivir en Mi Corazón también es renovarse, es alegrarse, es reencontrar, día a día, el sentido y la razón de servir a Dios. Es saber que, más allá de todo o bajo cualquier circunstancia o dificultad, el amor deberá estar primero para que él pueda actuar y obrar en los corazones, para que él pueda sanar las profundas heridas de la consciencia y de la personalidad, para que el ego de cada ser humano aprenda a vencerse, aprenda a entregarse para que pueda ser transformado, para que pueda ser sublimado, para que sea disuelto en la Luz de Dios, que es la Luz del Amor y de la Consciencia Divina.
Vivir en Mi Corazón es asumir el fin de los tiempos, es saber dónde estar y qué hacer, es contribuir, colaborar, es servir, es donarse. Es abrazar con fervor y devoción el llamado y, en profunda reverencia, es cumplirlo para que aún más la Luz de Dios pueda ingresar al mundo y a la consciencia de la humanidad.
Vivir en Mi Corazón es dejar de ser lo que uno es, lo que uno cree, o lo que uno piensa.
Vivir en Mi Corazón es atravesar el umbral hacia el vacío, es perder los sentidos de la propiedad y del control humano, es rendirse, es humillarse, es entregarse por la existencia y la vivencia de un Amor Mayor que mueve a todo el Universo y a todo lo que fue creado.
Vivir en Mi Corazón es animarse a imitarme, a representarme, a ser Mi apóstol, a no vacilar ante las dificultades, a asumir con coraje y valentía cada una de las pruebas.
Vivir en Mi Corazón es aprender a superar las pruebas. Es confiar ciegamente que nadie perderá el camino, porque a quien está en Mi Corazón no le faltará la luz, no le faltará la paz ni tampoco el discernimiento.
Vivir en Mi Corazón es aprender a perdonarse a sí mismo y a perdonar a los demás, es saber que en este momento la cura espiritual y física es fundamental en la humanidad.
Vivir en Mi Corazón es cerrarle las puertas al mal, a la adversidad, a la oscuridad y a las tinieblas; es asumir vivir un cambio; es esforzarse todos los días por alcanzar el mayor estado y grado de amor por los que no aman, por los que sufren, por los que están perdidos.
Vivir en Mi Corazón es asumir junto Conmigo al planeta y a su humanidad. Es hacer algo por las naciones del mundo, por los pueblos, por las culturas y por las religiones.
Vivir en Mi Corazón es buscar la esencia del Amor Crístico de una forma incansable, sin detenimiento, sin dejar de caminar y de remar en esa barca que los lleva al puerto de Mi Corazón.
Vivir en Mi Corazón es solidarizarse, es comprenderse, es ir un poco más allá de la comprensión de la mente y de la consciencia, es abrazar al Universo como el Universo los abraza a ustedes. Es participar verdaderamente de una comunión interna con el Espíritu de Dios para poder traer la paz y la redención al mundo.
Vivir en Mi Corazón es animarse a morir por Mí bajo cualquier circunstancia, sea espiritual, mental o físicamente.
Vivir en Mi Corazón es dar testimonio por Mí. Es decir que Yo ya estoy retornando y que en este tiempo Me anuncio al mundo por medio de la Palabra de Dios para cada uno de sus corazones y de sus vidas, para que estén prontos, disponibles y atentos a ese gran acontecimiento del Retorno de Cristo.
Vivir en Mi Corazón, compañeros, es erradicar la indiferencia, la omisión y la falta de hermandad.
Vivir en Mi Corazón es disolver el desamor, la falta de esperanza y la perturbación humana.
Vivir en Mi Corazón es poder alcanzar la Luz y entregar esa Luz a sus hermanos a través del ejemplo, de la conversión y de la redención de sus vidas; a través del camino del servicio, de la cura y de la santidad.
Vivir en Mi Corazón es elevar sus consciencias, es poder abrazar la cruz que Yo le entrego a cada uno y es no temer cargarla a pesar de lo que suceda o de lo que cueste.
Vivir en Mi Corazón es dejarse impulsar por Mi Amor para superar los límites de la consciencia, para vivir así como vive todo el Universo y sus Jerarquías.
Vivir en Mi Corazón es no bajar los brazos, es decir “sí” y es intentarlo nuevamente todos los días hasta poder vivirlo y poder representarme.
Es simple vivir en Mi Corazón. Por eso, aún muchos no lo están, porque están en sus propios corazones y mientras estén en sus corazones, en su propio yo, Yo no podré estar en ustedes.
Lo que Yo les pido es que se rindan, es que confíen y que se entreguen. Porque vivir en Mi Corazón no los hará sufrir, sino que los hará expandir su consciencia, su servicio y, sobre todo, la expresión de su amor por el planeta y por la humanidad.
Que en esta Maratón de la Divina Misericordia todos puedan volver a Mi Corazón, y los que ya están en Mi Corazón puedan ayudar a ingresar a los que aún no lo están, por diferentes circunstancias o miedos.
Que en Mi Corazón puedan sentir el Amor de Dios, puedan sentirse acogidos por Su Templo y por Su Sabiduría. Porque es en este Amor de Mi Corazón que podrán vivir en el amor de hermanos, en el amor de las almas que sirven a Dios, en el amor que fortalece, que disipa la oscuridad, que transmuta la ignorancia, la indiferencia, la maldad humana.
Que vivir en Mi Corazón sea un triunfo para cada uno de ustedes, para que este triunfo sea en cada una de sus naciones a las cuales representan en este tiempo.
Que vivir en Mi Corazón para cada uno de ustedes sea la posibilidad de la cura y de la redención de la humanidad y de los Reinos de la Naturaleza.
Mi Corazón aún está abierto, en Misericordia y en Piedad. Antes de que venga el tiempo de la Justicia Divina llamen al mundo entero a vivir en Mi Corazón porque Mi Corazón sufre por aquellos que aún no están en Él.
Mi Corazón es un portal al Cosmos y a la Divina Consciencia.
Mi Corazón es el umbral que los llevará hacia la paz y hacia la vivencia del apostolado de estos tiempos, el apostolado del fin de los tiempos.
Vivan en Mi Corazón para que el mundo se pueda reconciliar y la humanidad pueda recapacitar.
Que sus oraciones construyan el puente, en estos días, para que ingresen a Mi Corazón y en Mi Sagrado Corazón conozcan y sepan la realidad, todo lo que siente su Maestro y Señor, todo lo que Él vive y experimenta de lo que ve y observa del mundo.
Y una vez que ingresen a Mi Corazón sean parte del fuego de Mi Amor, para que Yo pueda iluminar al mundo y a todas las consciencias que lo necesitan porque, compañeros, si en este tiempo no hay amor, nada será posible.
El Amor que viene del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo los salvará, los redimirá y los reconciliará con lo Alto, con el Universo. Y encontrarán la Verdad, encontrarán la salida y levantarán sus cabezas para contemplar en el horizonte Mi Retorno.
Que sus corazones se unan a Mi Corazón y que sus oraciones toquen el Corazón del Padre para que Él les permita entrar en Mi Corazón.
Que así estemos en hermandad y en fraternidad, para siempre.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oración del alma sacrificada
Si mi vida, Señor,
fuera servirte para siempre,
sin nada recibir a cambio,
que se cumpla Tu Voluntad, Jesús,
porque el mayor tesoro que tengo
es poder encontrarte
en el servicio incondicional
a mis queridos hermanos.
Señor,
no permitas que quede ciego
por mis propias miserias.
Ayúdame, Jesús,
a salir de mí todos los días,
para que pueda descubrir y comprobar
que en el sacrificio y en la donación
constante de mi vida
está el camino victorioso a la rendición.
Jesús,
Tú eres el Sol de nuestras vidas.
Encandila al mundo
con los rayos de Tu Misericordia
y así me daré cuenta
de que todo lo que hiciste por nosotros
es más grande e inmenso que todas las renuncias
que debo superar y atravesar día a día,
porque en lo profundo de cada aprendizaje, mi Jesús,
está Tu silenciosa Voluntad,
que solo aspira a hacer de mi persona
una consciencia bondadosa,
amorosa, servicial y buena.
Por eso, Te pido, mi Señor,
que no permitas que pierda la riqueza espiritual
de cada sacrificio y de cada prueba.
Que tenga la Gracia de poder imitarte
en el Amor compasivo y en la Misericordia,
porque Tú eres el Señor,
sin horas, sin reglas ni condiciones.
Tú, mi Jesús,
lo eres todo por nosotros
y aspiro, algún día,
a poder ser lo mismo por los demás.
Que el camino de la fraternidad
me enseñe a desprenderme de mí mismo
y que, ante cada nuevo desafío,
encuentre el poder humilde que proviene de Ti,
para romper las cadenas
de la indiferencia y de la mediocridad.
Señor,
Te pido y Te ruego:
solo vive en mí.
Amén.
¡Les agradezco por guardar esta oración en sus corazones!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Oración del alma entregada
A pesar de cómo me encuentre,
yo Te seguiré, Señor.
A pesar de lo que viva,
yo Te seguiré, Señor,
porque solo encontraré reposo y nuevas fuerzas
cuando esté ante Tu piadosa Presencia.
A pesar de lo que atraviese,
a pesar del durísimo y frío desierto espiritual,
yo Te seguiré, Señor,
porque absolutamente todo Te lo debemos a Ti
y no hay nada que nos impida confirmarnos
para seguir Tu camino de Redención y de Amor.
A pesar de lo que sienta,
de lo que vea o de lo que crea,
yo Te seguiré, Señor,
porque necesito aprender a rendirme,
así como Tú Te entregaste
por cada uno de nosotros.
Señor, no permitas
que las ilusiones y los espejismos de este mundo me confundan.
Que en cada momento pueda encontrar
la llama luminosa e inextinguible
de Tu maravilloso Amor;
para que, sirviéndome
de Tus más profundos y misteriosos dones,
yo pueda representarte
como apóstol y embajador de la paz.
No dejes, Señor,
que mis propias miserias
me arrastren hacia los abismos.
Hazme valiente y decidido
para poderte encontrar siempre
en mi imperfecto camino.
Sostenme, Señor,
en los momentos en que
no comprenda ni pueda trascender
todo lo que me rodea.
Ayúdame, Jesús,
a ser inconmensurablemente misericordioso.
Retira de mi consciencia
cualquier indicio de mediocridad
y de falta de fraternidad,
porque al fin de esta larga caminata,
en busca de Tu Divina Presencia,
podré comprender, Señor,
que la vida es un regalo de Dios
y que está llena de oportunidades,
para que podamos amar sinceramente,
así como Tú siempre nos amas.
A pesar del cansancio, de las incomprensiones
y de los más íntimos secretos
que Tú conoces, Señor,
yo Te seguiré, porque
el gran y único mérito de mi vida
será servirte y sufrir Contigo
lo que Tú ves en el mundo, para que
la ignorancia, la indiferencia y la impotencia
sean aliviadas en Tu Corazón,
por la entrega que hoy hago de mi vida a Ti.
No me abandones, Jesús,
Te necesito y Te espero
con el ardor de mi corazón humano.
Amén.
¡Les agradezco por guardar esta oración en sus corazones!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Mientras que decisiones muy importantes son tomadas después del último 8 de agosto, situaciones inesperadas se definen dentro de esta consciencia planetaria, y las naciones del mundo, poco a poco, son colocadas ante el Juicio Universal.
Eso significa que dependiendo de lo que escojan las consciencias en el próximo tiempo, será cómo se mostrará el fin de los tiempos, y nadie podrá detener el resultado proveniente de esa elección.
Por eso las almas deben orar para que los acontecimientos no los sorprendan de la noche a la mañana y para que todo lo que verán y presenciarán no sea demasiado fuerte para ustedes.
Con sus oraciones, coloquen a las naciones dentro de Mi Misericordia, aunque algunas naciones le hayan cerrado las puertas a Dios por su ignorancia e indiferencia.
Que todo y todos puedan ingresar en Mi Misericordia para que, en algún nivel de la consciencia, algo reciba la oportunidad y la Gracia que tanto necesita.
Solo les pido que sean fuertes en la oración y pacíficos en el servicio, así ayudarán también a otros hermanos durante el tiempo de los grandes y definitivos acontecimientos.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Compañeros:
Muchos de Mis seguidores en Sudamérica y en el mundo quisieran escuchar la palabra de la Jerarquía con respecto a lo que nuestra querida y sometida Amazonia está atravesando.
Eso es muestra de la indiferencia de los hombres y de la inconsciencia de los que se aprovechan de la Creación y de las grandes regiones del planeta, que son explotadas para beneficio de unos pocos y para pobreza de la mayoría.
El propio ser humano se dará cuenta muy tarde de todo lo que transgredió y de todo lo que perdió por sí mismo.
Por eso, lo que hoy sucede en la Amazonia es una respuesta de la corrupción descontrolada y de la explotación desmedida y enferma de los que gobiernan las naciones y es una consecuencia atroz para los que los escogieron.
En resumen, todo lo que vive la Amazonia no es castigo de Dios, es responsabilidad de la propia humanidad que se cree poderosa ante los Reinos menores y ante los elementos.
Pero mientras continúen hiriendo a la Amazonia, el mundo conocerá más la furia y la indignación de los Reinos de la Naturaleza porque la Ley, que es estable y segura, no podrá ser transgredida.
Por eso, los grupos de oración deberán colocar toda la situación de la Amazonia en otro nivel de consciencia y no deberán permanecer en la coordenada de los juicios y de los comentarios, porque eso fortalece los asedios del adversario en las mentes de los gobernantes en las cuales él trabaja ocultamente.
Pidan al Padre Celestial que solo se cumpla Su Voluntad y no titubeen ni por un momento. Coloquen su fe en el Señor y todo pasará.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Lo que un alma recibe cuando está enferma y es visitada tiene mucho más valor que cientos de medicamentos porque, en la visita, si hay amor y esfuerzo por ayudar al enfermo de alguna forma, eso representa una oportunidad y una Gracia que la consciencia jamás olvidará en el resto de su vida.
Por eso, cada vez que visiten a un enfermo, recuerden que Me estarán visitando a Mí y que Yo estaré esperando su cariño, amor y simpatía para poder curar el corazón que sufre.
Cada ejercicio de servicio, cualquiera sea, representará la posibilidad de que el servidor amplíe sus grados de amor y, saliendo de sí, dé pasos que de otra forma no conseguiría dar.
Por esa razón, Yo Me encuentro en cada una de las situaciones de la vida para que los seres humanos aprendan a servir y a llevar adelante obras de Misericordia que los ayuden a saldar sus omisiones o sus indiferencias.
Cada oportunidad de servicio es una Gracia de poder encontrar más fortaleza y determinación en el momento de entregarse a Dios.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Mi Consciencia Divina y Cósmica, el Cristo Solar, hoy abraza espiritualmente a la Argentina y, de esta forma, la primera Fuente de la emanación del Amor Divino es preparada para que a partir de la segunda etapa de la peregrinación, ella envíe los impulsos, que las consciencias sobre la superficie de la Tierra captarán, para llevar adelante los cambios internos que son necesarios.
Eso no significa que la rebelión de los oscuros haya cesado, vendrán con más fuerza en contra de todo lo que la Divina Jerarquía proyectará para los próximos días.
Pero no teman, no dejen de alzar su voz al Universo y no dejen de clamar por Misericordia porque así toda adversidad será disuelta y transmutada, y los corazones retomarán la fuerza para poder superarse a sí mismos sin dejar atrás el cumplimiento de sus responsabilidades.
Este es el momento en el que la luz y la oscuridad se encuentran, y la guerra de todos contra todos se presenta como una oportunidad de vencerla por medio del amor o de ser derrotado por la indiferencia.
Muchas más necesidades se presentarán en el transcurso de los próximos tiempos. Por eso, este es el momento de poner en funcionamiento todo el conocimiento adquirido en los últimos años, este es el tiempo de dejar la mediocridad para pasar a asumir lo que hasta ahora no asumieron, de poder llevar la cruz hasta lo alto de la montaña para anunciar la victoria del Amor en la humanidad.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy encuentro a un mundo que sufre por la indiferencia y por la falta de amor, por olvidarse de colocar su mirada en Dios y en todo Su Universo.
Pero a pesar de ser tiempos difíciles, hijos Míos, son tiempos de milagros, en los que Dios intenta, de todas las formas posibles, estar presente en el corazón de Sus hijos y de todos los que lo quieren seguir, por medio de Su Plan y de Su manifestación divina, por medio de Su Palabra y de Su mensaje.
Pero también este es el tiempo de los milagros en las almas, en los corazones que se quieren redimir y entregar a Dios, confiando completamente sus vidas en las Manos del Padre, sabiendo que no hay más nada que hacer en este mundo que estar solo en Dios y dentro de Su Propósito, para poder ser, al menos, una chispa de Su Luz y de Su Presencia en el mundo, en este tiempo en que la oscuridad abraza al planeta, como les dije hijos Míos, por la indiferencia y por la falta de amor.
Pero el trabajo de Cristo se construye en los corazones silenciosos, en aquellas almas que lo sirven de forma permanente e incansable, que sin tiempo ni hora le dicen “sí” y que están disponibles para vivir la experiencia de Su Amor Crístico, de ese Amor que los renueva, de ese Amor que los fortalece y que los colma completamente.
Esas consciencias, esos corazones, esas almas, llegan en este tiempo para servir a Dios, y Él mismo las está convocando, las está atrayendo hacia Su Luz Divina, hacia Su Propósito, hacia Su Verdad.
Por eso, a los que ya despertaron les corresponde, hijos Míos, apoyar el despertar de las almas que Dios está convocando para que, a través del Camino del Padre, esas consciencias concreten el Plan de Dios en la Tierra y también aprendan a manifestar la verdad, la verdad que nace del corazón que se entrega a Dios y que no tiene límites, que no tiene condiciones ni reglas.
Así como ayer, hijos Míos, dediqué Mi tiempo y Mis palabras a Mis queridos hijos de África, hoy, como un tiempo de preparación a lo que sucederá en estos días, les dedico este mensaje a los más jóvenes, a los que están despertando, a los que han sentido en su interior, de alguna forma, el llamado de Dios, que es un llamado interno y profundo que se da entre la consciencia y el Padre Eterno.
Todas las condiciones, hijos Míos, que favorezcan el despertar de los más jóvenes, también ayudarán a construir el Plan de Cristo sobre la superficie de la Tierra.
Por eso, a los más adultos, a los más experimentados, a los que han vivido el camino de la instrucción por tantos años, ahora les corresponde ser la base, ser el suelo sagrado, ser el apoyo fundamental para que los jóvenes se puedan desarrollar y despertar, y así mostrarle sus virtudes y talentos a Mi Amado Hijo; virtudes y talentos que están guardados para este tiempo, para este momento final, para este gran servicio planetario que todos son convocados a vivir, más allá o no de ser jóvenes.
Pero este es el tiempo, hijos Míos, de abrir las puertas del corazón, principalmente para acoger y recibir a los que llegan, así como ustedes, hijos Míos, los más experimentados, los que ya caminaron a través de la instrucción y que fueron recibidos por la Jerarquía.
No se vivirán las mismas enseñanzas, los mismos patrones de conducta, pero sí se mantendrá de forma presente la instrucción de la Jerarquía, los impulsos de Luz de la Divinidad. Eso ayudará a construir los tiempos y a renovarlos.
Deben abrir sus consciencias para recibir a los que llegan, para que los que llegan tengan un lugar en donde poder mostrar sus virtudes y todo lo que aprendieron en otros tiempos, que es algo muy desconocido para todos.
Como ya se los pedí, hijos Míos, deben seguir las reglas de la convivencia grupal dentro de una comunidad. Pero para vivir esas reglas deben abrirse, aún más, interiormente, en el tiempo que está llegando, que es un tiempo de cambios, un tiempo de oportunidades, un tiempo de apertura para los más jóvenes.
Así construirán lo que Mi Hijo necesita y Él les confiará, aún más, Sus planes, para que se puedan concretar y manifestar en la humanidad y especialmente en los lugares en donde Cristo quiere actuar en el planeta por medio de Sus servidores y colaboradores, por medio de los que llegan en este ciclo a través del despertar.
Yo soy la Madre de toda la juventud y la Señora de los que despiertan.
Así como existieron muchas humanidades, existirá una nueva humanidad que tendrá el impulso de la juventud para sostener este planeta, para proteger a los Reinos de la Naturaleza, para amparar a los que más sufren, para ayudar a los que desesperan, para servir a los que no tienen nada.
Por eso los más experimentados deben abrir su corazón y aquietar sus mentes. Deben seguir la conducción de la Jerarquía Divina en todo lo que ella está construyendo para este nuevo ciclo, porque lo que sucedió en el pasado es lo que hoy está permitiendo que sucedan los milagros en la vida de los que recién llegan.
La Jerarquía encuentra varios caminos para poder llegar a los corazones, a los que despiertan, a los que se autoconvocan para servir al Plan de Amor en la humanidad.
Vendrán con experiencias diferentes. Vendrán con un pasado diferente. Vendrán con un camino diferente que fue trazado en la vida de los más jóvenes. Pero en algún punto del camino espiritual todo se unirá, todo se transformará y todos entrarán en la Luz de la Jerarquía.
La Jerarquía Espiritual concede los espacios de las Comunidades-Luz para que eso suceda, para que esa Voluntad de Dios se pueda cumplir, sabiendo que la juventud de este tiempo es la que más riesgo corre en este ciclo planetario, es la que más expuesta está a las adversidades y a los conflictos, a la pérdida de la esencia con Dios.
Así como Yo les doy las gracias, hijos Míos; les entrego Mis Gracias, hijos Míos, a todos los más experimentados y adultos en el camino espiritual.
Hoy la Madre del Altísimo, la Madre de los más jóvenes y la Señora de los que despiertan es llamada por Su Amado Hijo para acoger y recibir esta convocatoria que viene directamente de Dios y, que para este ciclo planetario, será fundamental en la construcción de las bases del nuevo tiempo, de la nueva Obra, del nuevo Propósito.
Así como cambian las estaciones, así también cambia el tiempo, los acontecimientos y los ciclos. Nada es estático para la consciencia del Universo y de la Jerarquía. Los patrones cambian, las actitudes se transforman y se subliman para que cada consciencia de este Universo local alcance el Propósito de Dios y se renueve, se renueve de tiempo en tiempo.
Les dejo esta aspiración. Les entrego este pedido: hagan de las comunidades islas de renovación, acogimiento y recibimiento de los que llegan, sostén de los que están despertando, y esperanza para aquellos que buscan a Dios y no lo encuentran.
Así, hijos Míos, los más experimentados y adultos en el camino espiritual regocijarán Mi Corazón, porque podré ver, como su Madre, que Me están comprendiendo y siguiendo.
De lo contrario, Mi Hijo tendrá dificultades para retornar al mundo, porque Él vendrá por todos y para todos, no solo para los que lo siguen hace tiempo. Él vendrá para aquellos que aún no lo siguen ni lo escuchan. Él vendrá para aquellos que, de la noche a la mañana, trasformarán sus vidas de perdición en vidas de consagración.
Las señales mostrarán los acontecimientos y deberán estar atentos a esas señales, para no perderlas, porque el Plan de Dios no solo es realizado a través de obras sino también a través de la conversión de los corazones y del testimonio de las vidas de los hombres y mujeres de la Tierra.
Lleven este impulso y este pedido en sus corazones y háganlo parte de sí. De esa forma sus estructuras se romperán y lo viejo se transformará, porque vivirán el nuevo tiempo al igual que lo vivieron cuando despertaron por primera vez. Y sentirán el impulso de la Jerarquía como lo sintieron cuando fueron llamados los más adultos y experimentados en el camino espiritual.
Así podrán comprender a los jóvenes, podrán apoyar a los jóvenes, porque junto a Mi Hijo son los que impulsarán el cambio en la consciencia de la humanidad, aunque no lo parezca.
Así, muchos no quedarán atrás, no perderán el camino ni los pasos de la Jerarquía, porque en absoluta e incondicional adhesión al Plan estarán atentos para recibir las señales y ser parte de los nuevos comandos de la Hermandad.
Hoy, hijos Míos, les revelo y les entrego este pedido, porque como Madre de los jóvenes y Señora de los que despiertan tuve que esperar hasta este momento para poder decirlo.
Todo es perfecto en el Universo de Dios, así como lo es dentro de ustedes. Todo tiene su tiempo y su momento.
Ahora que crecieron en el impulso de la expansión de la Obra, lo más importante, hijos Míos, es que crezcan interiormente en la expansión del amor al Propósito.
Desde aquí, en el Corazón que emana el Fuego de Aurora, Me uno como Madre y Consciencia a los más jóvenes y a los que despiertan, sabiendo que para la Madre de Dios el ofrecimiento del próximo Festival de la Juventud por la Paz a celebrarse en Salvador, será la continuidad del despertar de nuevos rebaños, de almas que se autoconvocarán para estar ante Mi Hijo, el Cristo.
En unidad y amor, les agradezco por acompañarme y servirme, a fin de que se establezca la Paz en la humanidad.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Aquellos que nada tienen, aquellos que nada quieren, aquellos que son pobres de espíritu y puros de corazón serán los pilares de la obra redentora de Mi Misericordia.
En los que nada aspiran, en los que nada esperan, en los que están vacíos de sí se establecen los pilares de la obra de Mi Misericordia y a través de ellos puedo hacer mucho más que con cientos de trabajadores en un viñedo.
Por sus frutos los conocerán porque todo lo que unan en el Cielo será unido en la Tierra, y todo lo que desunan en el Cielo será desunido en la Tierra.
Este es el tiempo de reconocer las virtudes y los dones que Yo hago florecer en el corazón de los simples. Pero también es el tiempo de reconocer Mi Faz en el semejante, en el que está solo, en el que está enfermo, en el sediento y en el agonizante, porque todo lo que le hagan al más pequeño de los Míos es a Mí que Me lo hacen.
Este es el momento de aliviar la pesada cruz del sufrimiento, de la indiferencia y del error que cientos de almas comenten, día a día, ante el Amor salvífico de Dios.
Es el tiempo de que dentro de cada uno de ustedes comprueben su entrega a Mi Sagrado Corazón.
Los bendigo y les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón.
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Queridos hijos:
Así como la Luz de Dios extirpa el dolor y el sufrimiento del pasado de las naciones del mundo, así Mi Inmaculado Corazón evita que el desastre y el caos se instalen en la humanidad.
Por esa razón vengo al mundo y desciendo del Cielo como portavoz y Mensajera de Dios para llamar a Sus hijos al momento del despertar de la consciencia y a la importancia del momento de proteger y de cuidar al planeta.
Queridos hijos, hoy su Madre Celeste acompaña con amor y devoción la tarea de Su Hijo para que los frutos de la conversión y de la cura espiritual se establezcan, en aquellos espacios de la humanidad, en donde estuvo ausente la paz, el bien y la caridad.
Por medio de la insondable Misericordia Divina, Dios concede al mundo un tiempo de arrepentimiento y de penitencia a fin de que el cambio de la consciencia sea verdadero y no pasajero. Que este cambio remueva de su lugar a las naciones para que el bienestar, que ciertas naciones viven, sea compartido equitativamente con las naciones que son explotadas y sometidas por el sistema mundial creado por el hombre.
Por eso, hijos, su Madre Celeste llega a los lugares en donde ese despertar permitirá el cambio en toda la humanidad. Así la indiferencia será disuelta de la consciencia humana y todos podrán vivir la fraternidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
A medida que el viaje hacia Berlín continúa y antes de que el grupo peregrino arribe a dicha ciudad, las bases de Mi Misericordia para esta próxima etapa comienzan a establecerse en los planos internos a fin de que los soldados caídos empiecen a sentir y a reconocer la Luz Crística que volverá a brillar en los abismos de la Tierra para que esas almas reciban Piedad y Misericordia.
Un muro semejante al antiguo muro de Berlín, pero en los planos internos, será destruido para que ya no existan dos estados de consciencia, es decir para que sea transmutado el error y la indiferencia.
Así, su Maestro y Señor podrá penetrar en las capas más oscuras de la consciencia de Alemania, lugar hacia donde millones de almas inocentes fueron llevadas durante el siglo XX.
Ese espacio, espiritualmente oscuro, será tocado por su Señor para que la mayor cantidad posible de las almas alcance la redención y el amor.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Compañeros:
La indiferencia abraza demasiado al planeta. Que en ustedes no exista ningún vestigio de indiferencia para que Mi Plan no sea interferido ni obstaculizado por nada indiferente que provenga de ustedes.
En algún grado deberán trabajar conscientemente para desterrar la indiferencia de sus consciencias, porque Mi enemigo a través de la indiferencia alimenta en los hombres el desamor y la falta de atención por el semejante, por el hermano que día a día tienen al lado.
Un discípulo de Cristo trabaja todos los días para desterrar de sí mismo cualquier grado de indiferencia, porque si algo de indiferencia está en el discípulo, grandes dificultades tendrá para ir más allá de sí mismo, aunque tenga razón en algo.
Por eso los invito nuevamente a reflexionar para que dentro de ustedes solo busquen la verdad, la que los librará para siempre de las cadenas de la indiferencia y del desamor.
Yo ya les enseñé a vivir Mi Amor, no lo olviden.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Escucha, Señor, la voz de Tu Siervo fiel.
Hoy vengo a clamar por la cura de las heridas más profundas de las naciones de este mundo, heridas que se reflejan en la consciencia de los hombres por la indiferencia y por la ignorancia ante Tu Amor y Tu Verdad Celestial.
Hoy clamo para que Tu Bálsamo de Redención permee lo más profundo de la Tierra y toque el interior de los hombres. Que este suelo, pensando por Ti para ser sagrado, vuelva a ser sagrado. Que estas vidas, pensadas por Ti para ser la salvación de toda la Vida, se conviertan en Tu Puro y Divino Pensamiento original.
Acoge, oh Dios, estas suplicas.
Hoy veo Tu Luz descender al mundo. Que los corazones sepan acogerte con amor para que nada permanezca como está. Que todo vuelva a Ti en su pureza, en su verdad, en la profundidad de Tu Corazón Creador.
Amén.
San José Castísimo
Escuchen el llanto de un espíritu herido por las guerras y por la ignorancia de los hombres, el corazón de una nación que clama por Misericordia, aunque sus habitantes se hayan perdido en la indiferencia de su vida común y no lo escuchen.
Todos los días, la Mirada misericordiosa de Dios se dirige hacia aquellos que claman, que lloran, que oran por la paz; pero también y, sobre todo, hacia aquellos que no claman, que no lloran y que no oran, porque no conocen a Dios y a Su infinito Amor.
Con sus corazones, mantengan abiertas, cada día más, las Puertas del Perdón, de la Gracia y de la Misericordia para este planeta. Sean conscientes de la inmensa necesidad del mundo y que servir a este mundo herido sea su mayor aspiración.
Dios Padre espera poder llegar, todos los días, a Sus hijos y, para eso, precisa encontrar las puertas de los corazones humanos siempre abiertas a Su Amor. Sean esa puerta que se abre constantemente a Dios. Sean el permiso consciente para que el Creador abrace y ampare a Sus criaturas.
Que su verbo orante, nacido de lo profundo del corazón, se pronuncie incansablemente, pues la Tierra necesita paz.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Busca la pureza de tu corazón, a través del silencio y de la oración, para reparar este mundo de tantos pecados e ilusiones.
Ofrece una reparación sincera a Dios, a través de las pequeñas renuncias de la vida para que, por estas ofertas, el Señor pueda interceder por los que son ignorantes e indiferentes en este mundo, a pesar de tener un compromiso con Dios y con Su Amor.
Vive, cada día, una religiosidad verdadera y ama estar unido a Dios por aquellos que se engañan a sí mismos, en falsas vidas espirituales.
Repara el Corazón del Padre por esos ultrajes, orando y adorándolo con el corazón. Sé un instrumento para el milagro de Dios, dejándote transformar. Sé una fuente para Su Gracia, dejando que Él esté en ti.
Tienes Mi bendición para eso.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más