Sábado, 4 de noviembre de 2017

Mensajes mensuales
MENSAJE ESPECIAL DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO PARA LA 52.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN LA CIUDAD DE VALPARAÍSO, CHILE, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Segundo Mensaje

Y así como Yo vengo del corazón de este universo, quisiera que sus almas se elevaran para encontrarme. Eso permitirá, en este tiempo, crear esa Comunión perfecta entre sus almas y Mi Corazón.

Quisiera que abrieran sus oídos más internos para escuchar Mi Mensaje y para hacerlo parte de sus vidas, porque ya no bastará solo saber el conocimiento, será necesario aplicarlo en sus vidas para que Mi Plan se pueda realizar, paso a paso.

Hoy vengo a dar continuidad a lo que he dicho ayer. Vengo a extender este mensaje especial a todos Mis compañeros, porque aún es necesario que crezcan en amor y en verdad, sin dejar atrás lo que deben transformar, todo lo que deben trascender, todo lo que deben aspirar a alcanzar en estos tiempos difíciles, en los que el Plan se vive con muchos riesgos que las almas desconocen, porque, en muchos casos, no están atentas a las señales que envía el universo.

Ahora, Yo los invito a redoblar los esfuerzos, los invito a ser considerados los unos con los otros, como Yo se lo enseñé a los apóstoles en el pasado.

Deben cumplir las reglas básicas de la evolución, porque así sabrán la Ley y no solamente la conocerán. 

Esa es una de las causas por las cuales las almas de este mundo y, sobre todo, aquellas almas que son Mis compañeras, no saben interiorizar los impulsos que Mi Corazón les envía de tiempo en tiempo, intentando elevar a las almas cada vez más hacia la Verdad y hacia el Sagrado Conocimiento.

Cuando no saben interiorizar lo que les decimos, se pierden en algún lugar del camino y pueden quedar confusos, sin saber hacia dónde ir o qué hacer.

Pero existe una llave maestra, para todo esto, que es la confianza. La confianza en todo lo que se presenta. La confianza en todo lo que se propone. La confianza en todo lo que se revela.

Porque, en esencia, todo va más allá de sus posibilidades, de sus conocimientos, de su intelectualidad.

No vengo a construir Mi Reino en mentes concretas porque, de lo contrario, no habría tenido sentido que Yo hubiera venido a este mundo a encarnar para testimoniar, en este plano, la Presencia del Amor de Dios.

Es el Amor el que les revelará Mi Reino. Es el Amor el que los unirá siempre. Es el Amor el que nunca los separará. Porque donde está el Amor Yo estoy presente, lanzando semillas de luz en tierras fértiles, que después Me darán frutos para que, al final, sean Dones que Yo ofreceré en Gloria al Creador.

Por eso busco de los corazones más simples lo que es bueno y verdadero. Me glorifico en los corazones humildes. Me distancio de los corazones resistentes. Me alejo de los que no Me quieren escuchar, porque sé que estos últimos temen al verdadero Amor porque nunca lo han conocido completamente, porque nunca se han animado a dar un paso y a dejarse rasgar por dentro, hasta que el Amor los haga herir profundamente.

Por eso, deposito Mis Llagas internas en los corazones conocedores de Mi Amor.

No puedo dar Mi Legado a mentes abstractas. El mundo y su humanidad perderían completamente el rumbo por su ambición y soberbia. Necesito quebrar lo que aún está rígido y duro.

Por eso, uso Mi gran martillo de Luz y golpeo en lo que está más resistente para que se pueda quebrar algún día y así, todo se rinda a Mis Pies; no por Mí mismo, sino por Mi Padre que es justo y compasivo, que es merecedor de la bondad de sus corazones y almas por todo lo que Él ya les ha dado a pesar de sus miserias, a pesar de sus errores, a pesar de sus caídas.

Vengo a elevar la consciencia de la humanidad hacia otro punto porque, aunque no lo parezca, Yo estoy aquí en constancia y en fe, para seguir adelante.

Por eso, a los que Me siguen en estos tiempos, a los que se dicen Mis compañeros de camino y de vivencia espiritual, los animo a vivir los cambios sin resistencias ni restricciones.

Los invito a no poner límites a sus consciencias y a saber reconocer, con humildad, el Sagrado Conocimiento que viene de Dios por medio de Nuestros Sagrados Corazones, para esta humanidad de superficie.

Así Yo podré traer aún más Mi Cielo, el Cielo de Mi Padre, Su Universo Celestial, y Mis Ángeles estarán acompañando cada paso, cada momento como cada prueba; así como ellos Me acompañaron desde el Huerto Getsemaní hasta la Cruz.

A los sufrimientos que Yo les ofrezco a Mis compañeros de este mundo, algunos les temen porque no los conocen, porque, antes de todo, no se animan a amar la Voluntad que Yo traigo para concretar en sus vidas Mis Proyectos y Mis Designios.

He escogido estar entre estas sagradas montañas de los Andes para recordarle al mundo que aún no ha elevado su consciencia ni su mente. Es hora de salir de lo atávico. Es hora de renunciar a lo superfluo y a lo mezquino.

Debo dejar Mis Llaves de Oro en los corazones simples, en los que pueden guardar dentro de sí Mi Legado, que no proviene de este mundo sino del Universo.

Para que este Plan continúe adelante, para que esta Obra prosiga, deben, compañeros, reposicionar sus lugares, sabiendo que todo lo que han recibido en estos últimos años, no será desperdiciado por la humanidad como lo fue una parte de Mi Pasión, aunque no lo crean.

Con Ojos de Misericordia, vengo a observar al mundo. Con un Corazón compasivo, vengo a socorrer a los que sufren y a los que no pueden darse por entero a Mi Corazón.

Sepan, Mis queridas almas, que aún hay mucho por hacer. Por eso, los invito a renovar la unidad y la fraternidad entre sus consciencias. Los invito a respetar la Ley de la Jerarquía para que el Universo de Dios siempre pueda estar cerca de ustedes y en cada detalle.

Ahora, sean Mis estrellas redimidas, salidas de los abismos del error y del pecado, de la perversión y de la maldad. Honren a su Rey y Señor como Él lo merece, en el Cielo como en la Tierra.

No se separen más. Únanse a través de Mi Corazón para que Yo pueda seguir viniendo a su encuentro; para evitar que Yo no pueda venir más en este tiempo en el que la humanidad necesita de altas vibraciones de amor y de paz.

Despojen de sus corazones y vidas lo que ya está viejo y resistente, lo que no hace a la unidad y al amor entre las criaturas y pueblos, entre las razas y los orígenes.

Entregué Mi Vida en este mundo y por esta humanidad para que supieran cómo hacerlo, y así no caer en tentación.

Vengo en este día, con este segundo mensaje, para abrir aún más sus ojos y, especialmente, para abrir más sus corazones a lo que necesitan escuchar con madurez y calma.

No quisiera ver a los responsables de esta Obra confusos, no quiero encontrarlos más así, sabiendo que cada etapa que vivimos juntos es imprescindible para vuestro Dios, para la realización de Su Voluntad, para la manifestación de Su Obra en los diferentes planos de este universo, hasta llegar a la humanidad.

Si los lazos de amor entre ustedes se rompen, compañeros Míos, ¿quién llevará Mi Plan adelante?

Si ya saben que es verdad que no encuentro un lugar o una morada en donde poder anunciar Mi nueva Palabra, Mi nuevo Mensaje enviado por Dios desde lo más Alto de este universo.

No quisiera perderlos de vista, porque existen almas en el mundo que también Me necesitan, y las debo atender, así como atiendo a sus almas en estos tiempos.

Por medio de esta Maratón, eleven a Dios su más sincera ofrenda para que un Rayo de Mi Corazón misericordioso toque aquel espacio en sus consciencias que aún está oscuro y se resiste a cambiar.

Recuerden que Yo lo puedo todo y que Mi Padre no Me ha puesto límites.

Vengo con Mi Gobierno Celestial para poner en orden todas las cosas, desde lo invisible hasta lo visible, desde lo inmaterial hasta lo material, desde el espíritu hasta la carne. Todo bajo el orden universal.

Que se alegren las almas de Chile por este momento, para que se pueda volver a repetir durante estos tiempos críticos, en los que más compañeros Míos deben despertar al llamado de la redención.

Felices serán los que escuchan y creen sin haber visto.

Bienaventurados serán en el Cielo los que guarden los Tesoros de Mi Corazón y los vivifiquen, de tiempo en tiempo.

Los bendigo en el nombre del Amor y de la Unidad.

Bajo la Luz del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Viernes, 3 de noviembre de 2017

Mensajes mensuales
MENSAJE ESPECIAL DE CRISTO JESÚS, TRANSMITIDO PARA LA 52.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN LA CIUDAD DE VALPARAÍSO, CHILE, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Primer Mensaje

Vengo en esta noche por un mundo que Me necesita, por eso traigo ante sus presencias Mi Eucarístico Corazón, el que les dará fuerza en estos tiempos para continuar adelante en esta trayectoria de la vida en la Tierra.

Y no solo vengo por esta vez, sino que también traeré un mensaje en el día de mañana, porque el mundo Me necesita, porque esta nación Me necesita, porque Mis compañeros necesitan que Yo esté a su lado en este momento de transición y de pruebas.

Vengo a dar libertad a los que están en cautiverio espiritual.

Vengo a dar la paz a los que no la tienen.

Por eso he venido en esta noche para traerles Mi Paz, la Paz que hace regocijar al espíritu, a la mente y al alma.

Es esta Paz que proviene de Mi Eucarístico Corazón la que los llevará a vivir los cambios y a no temer vivir las transformaciones que el Universo les envíe en estos tiempos.

En esta noche vengo por la gran célula de este trabajo espiritual, de toda esta Obra.

Vengo para dar testimonio, en nombre de Mi Padre, que es necesario vivir grandes cambios para poder continuar adelante, para poder llevar Mi Estandarte de Paz a todos los rincones de este mundo para que se concrete, en el fin de estos tiempos, Mi Proyecto Redentor.

Por eso, he decidido enviar ciertos Rayos del Universo, para mover sus consciencias de lugar, para destruir sus estructuras, para manifestar en esta hora el cambio de la consciencia que Yo necesito que tengan, compañeros, para que Me puedan acompañar de verdad y sin ilusiones.

He venido en esta noche para traerles Mi Transparencia espiritual, porque solo escucharme una vez en este mensaje para la Maratón no sería suficiente, delante de todo lo que debo decir para ustedes y para el mundo.

Cada uno tome la parte de este mensaje que le corresponde y medite, reflexione y profundice.

Llegó la hora, compañeros, de que puedan percibir, en estos tiempos, las verdaderas necesidades que presenta Mi Padre por medio de Su Divina Voluntad; eso los mantendrá cerca de Mí y no estarán tan apartados de Mi Camino, porque Yo ya no podré, compañeros, ir por otros caminos a buscarlos.

Ya les enseñé, en otros tiempos y en este, a estar en Mi Corazón para que puedan estar en Dios y Dios pueda estar en ustedes en cada momento de la vida, en cada circunstancia, así como en cada prueba.

No vengo a reclamar mayores esfuerzos porque los puedo ver con Mis propios Ojos paternales y misericordiosos.

Vengo a hablar para Mis compañeros que caminan junto a Mí y a Mi lado, que no se detienen, que siguen los pasos del Maestro y del Rey del Universo; porque es necesario, compañeros, en estos tiempos, comprender lo que les pedimos.

No puede haber dudas entre ustedes y el Plan.

No puede haber brechas entre sus consciencias y sus corazones porque aún Mi adversario trabaja en contra de Mi Padre y de Su Voluntad Divina.

Aún Mi adversario comete las atrocidades más grandes del mundo, que aún muchos no quieren ver para no asustarse ni temer, como son las guerras, los conflictos entre las naciones, los exilios, el hambre mundial, los problemas sociales y humanos.

Quiero que Mis compañeros se coloquen a la altura de lo que Yo necesito y ya no piensen si lo que decimos está bien o no está bien.

Amen la Voluntad de Mi Padre en absoluta confianza y no perecerán.

Amen la Voluntad de Mi Padre, así como Yo la amé, desde Mi Encarnación en este mundo hasta lo alto del Monte Calvario, en la Cruz.

Yo no vengo a decirles que harán lo mismo que Yo hice, dos mil años atrás.

Hoy vengo a decirles que harán cosas más grandes que las que Yo hice en otros tiempos, pero no como los seres humanos piensan o creen.

Necesito que encuentren en Mi Eucarístico Corazón, esa llama de humildad que los guiará, que los hará cada día más simples y verdaderos para poder corresponder a este, Mi Proyecto, que no es de este mundo sino del Universo.

Hoy vengo como una Consciencia Solar y autónoma.

Hoy vengo con la Autoridad, el Poder y la Soberanía que Me ha dado Mi Padre para poder engrandecer Su Obra, en este y en otros Universos, para poder recrear esta Creación, sobre todo en este planeta que está en tinieblas y está sufriendo.

No quisiera que Mis soldados perdieran de vista Mis Aspiraciones y Anhelos, Mis Proyectos más ardientes de que las almas puedan vivir altos grados de Amor, así como Yo los viví en otros tiempos y hasta los días de hoy.

Necesito que se animen a superarme en el Amor, así como Yo intenté superar todas las pruebas, por medio de Mi Pasión y de Mi Muerte; y eso fue en la esencia del Amor Misericordioso que proviene de la Fuente Espiritual de Mi Padre y que nutre a todas las esencias.

No quisiera detener esta Obra que hoy comparto con ustedes y con el mundo, porque ya no tengo otro lugar en donde poder obrar sino en los corazones misericordiosos y humildes, en los corazones resignados que no temen decir sí a las causas divinas que provienen del Cielo y del Universo, que no temen decir sí al Sagrado Conocimiento que desciende de la Fuente y que se retransmite de Cielo en Cielo.

Hoy estoy de este lado de los Andes para bendecir a este pueblo herido por todo lo que ha vivido en los últimos tiempos y en las últimas décadas.

Por eso, hoy vengo con este primer mensaje y mañana vendré con el segundo, de una forma extraordinaria y para muchos inexplicable.

No les diré por qué vendré dos veces, necesito que aprendan a percibir el rumbo de los acontecimientos y la necesidad de llevar adelante un Plan que se realiza en las pequeñas cosas.

Vengo desde lo alto de las montañas, vengo desde los Andes, para invitarlos a todos a elevar sus consciencias, a salir de las críticas, de las divisiones, de los juicios, de las indiferencias que lastiman Mi Eucarístico Corazón.

A través de todos lo que adoran Mi Corazón Eucarístico por medio del Santísimo del Altar, ustedes han recibido uno de los más importantes legados en esta Obra de Redención que comienza a realizarse a través de ustedes y de sus almas.

Valoren los tesoros que fueron recibidos y no perderán la paz, no perderán la guía, no estarán desorientados, sino que serán conducidos por Mi Espíritu, que es Inmaterial y Divino.

Y hoy vengo a colocarlos a todos, en esta noche, a los pies de uno de los acontecimientos y hechos que Yo he vivido cuando estuve aquí, en este planeta; vengo a introducirlos por medio de Mi Eucarístico Corazón, en el Huerto Getsemaní para que estén en vigilia junto a su Señor, despiertos, atentos, intuitivos y observadores de todos los acontecimientos que se avecinarán en poco tiempo.

Quiero que ingresen al Huerto Getsemaní y que se coloquen debajo de los olivos para que, en esta noche de oscuridad que enfrenta el planeta, las puertas a la Divina Misericordia se puedan abrir y las almas puedan ser conducidas hacia la paz.

Quiero que se recojan como Juan, cerca de su Maestro, para acompañarlo en esta agonía espiritual que Él enfrenta, observando a un mundo injusto que aún no dice sí, de corazón, a la Misericordia de Dios.

Por eso les traigo hoy Mi Eucarístico Corazón para que a través de él encuentren al Padre, que también espera por consuelos humanos, a pesar de que sean imperfectos o simples.

El Padre también necesita de Sus hijos, como Sus hijos también necesitan del Padre Celestial.

Peregrinen Conmigo hasta lo alto del monte para que, desde lo más alto, ustedes puedan ver en el horizonte, Mi Retorno.

Los invito a vivir esta próxima Maratón buscando renovar la esencia de la vida por medio de Mi Eucarístico Corazón, por medio del amor a toda la Creación.

Que esta Maratón sea en honra y júbilo, en agradecimiento y en gratitud a la Creación que ha hecho su Padre desde el Principio, desde el Origen, desde la nada, en unión a Su Fuente espiritual y santísima.

Yo los recojo en Mi Corazón y de nuevo les doy Mi Paz para llevar adelante esta misión, que recién ha comenzado en todo el mundo.

Para que más naciones reciban Mi Presencia, contaré con la ayuda de Mis compañeros.

Para que más continentes y regiones del mundo reciban Mi auxilio, contaré con Mis compañeros.

Por eso Mi Mensaje, en estos tiempos, debe estar en todas las lenguas posibles para que todos los corazones despierten bajo la misma esencia del Amor.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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