Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL NÚCLEO-LUZ INMACULADA CASA DEL ALIVIO DEL SUFRIMIENTO, SAN CARLOS, SAN PABLO, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL SEGUNDO DÍA DE LA 123.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Después de Mi Resurrección y luego de Mi reaparecimiento a los apóstoles y a las santas mujeres, el Padre Eterno Me pidió en aquel tiempo que no solo formara a los apóstoles en el sacerdocio, sino que a través de la divina inspiración de Mi Madre Santísima se pudiera establecer en la Tierra una gran red de servicio, capaz de inspirar a todos los seguidores de Cristo a través de los tiempos, para que vivieran bajo esa misma Ley del servicio espiritual y material.

Porque en la Ley del servicio a Dios, no solo el alma encuentra la liberación de sí misma, sino que se encuentra internamente con la Divina Piedad, emanación predilecta de la Divina e Insondable Misericordia.

Después de que Mi Santísima Madre instruyó a los apóstoles en el servicio y en la caridad, las siguientes comunidades cristianas, que existieron en aquellos tiempos, dieron continuidad a la obra de servicio y de espiritualidad; que es lo que la Jerarquía Divina ha intentado, a través de los tiempos y de los siglos: llevar a la humanidad al camino del servicio como un camino de liberación propia.

Por eso, compañeros, para que ustedes aprendan a comprender si es la Jerarquía verdadera la que les habla, contemplen con sus propios ojos y a través de los tiempos si las verdaderas obras de servicio se sostienen por sí mismas, porque si esto sucede significa que son obras auténticas.

Y ustedes, amigos Míos, fueron llamados a través de los años y de los tiempos a que, por intermedio del fundador de esta Obra, no solo ingresaran en el camino de la elevación de la consciencia y del despertar, sino que en sus propios caminos pudieran encontrar la vida integral del servicio, una vida que no tiene intereses ni condiciones, una vida de servicio en cada corazón que solo expresa el amor a Dios y al Plan.

Y muchos de ustedes fueron participantes de todo esto a través de los años, comenzando por Mi querida Comunidad Figueira, formada por las almas que en los principios fueron autoconvocadas para ser fundadoras auténticas de esta manifestación en la superficie de la Tierra, que no pertenece a nadie, sino solamente a Dios y a Su Plan.

Por eso, les hablé en los últimos días sobre volver a los orígenes, a las verdaderas raíces y atributos de la espiritualidad de Figueira, que inspiraron y manifestaron todo lo que Dios necesitaba en aquel tiempo.

Y esto fue tan importante y destacado, que esta manifestación, parte de la Voluntad de Dios, se siguió expandiendo a través de los tiempos por intermedio de nuevas comunidades y núcleos de trabajo en el planeta.

Es que Dios, compañeros, no trabaja en las cosas que son grandiosas o expuestas, Él trabaja en lo más pequeño e insignificante, en lo más silencioso y anónimo.

Y lo vuelvo a repetir para que ustedes lo tengan claro y, sobre todo, lo graben en sus consciencias, para que aprendan a diferenciar la verdadera Obra de Dios de la que no lo es; porque en este mundo, y sobre todo en este tiempo, muchas aparentes oportunidades les son ofrecidas a todos.

Entonces, ¿cuál es el verdadero camino a seguir?

Es el camino del corazón, del corazón que se une verdaderamente a la Jerarquía, para volverse y convertirse en un instrumento puro que sea capaz de estar vacío todo el tiempo, para que las Leyes de la Divina Voluntad puedan intervenir a través de ese instrumento.

Quiero que sepan, compañeros Míos, que así como los santos apóstoles y las santas mujeres vivieron el servicio de forma auténtica, todos ustedes y sus hermanos del mundo entero son llamados a vivir bajo la misma escuela y el mismo fin, para que la Divina Piedad esté presente en el planeta y en la consciencia humana, para que no sea necesario que la Ley de la Justicia Divina descienda al mundo, para que el sufrimiento y la miseria sean aliviados por la Misericordia, y las almas del mundo, todas las almas posibles, alcancen la felicidad de servir a Dios y no la pena constante de estar sufriendo sin salir de ese punto.

Por eso hoy, vengo a hacerles un pedido especial: deseo que, a lo largo de los próximos tiempos y sobre todo en el próximo ciclo, se multiplique dentro de esta Obra y en todos los lugares donde esta Obra existe, lo que ustedes han consagrado como Proyecto Fraterno Servir.

Necesito que la Obra sea renovada a través del servicio, que todos puedan seguir un mismo camino y un mismo principio. Esto, compañeros, no anula todas las obras que siguen aconteciendo a través de esta Obra, todas las oportunidades de servicio aun a los Reinos de la Naturaleza.

El Proyecto Fraterno Servir ha sido un ejemplo anónimo, y diría secreto, de cómo a través de una donación auténtica y verdadera, las almas del mundo, inclusive las familias, recuperan la esperanza y la dignidad de sentirse Hijos de Dios.

Recuerden que esta es Mi principal finalidad: que a través del Proyecto Fraterno Servir, expandido en toda esta Obra, las almas reencuentren el sentido de poder ser Hijos dignos de Dios, así como ustedes lo pueden ser en este momento.

¿Para qué les estoy pidiendo esto?

Para que las almas puedan salir un poco más de sí mismas y se entreguen en donación al prójimo, al que más necesita, al que más pide por ayuda, que se entreguen por aquel que perdió la paz y la alegría de sentirse amado, desde los más pequeños hasta los más ancianos.

Todos se pueden ver beneficiados por este proyecto de caridad que, en esencia, debería ser el mismo proyecto para todos, que es traer hacia la Tierra la Gracia incalculable de la Ley del Servicio que ayudará en este tiempo a su Maestro y Señor para interceder por la humanidad perdida, para interceder ante las guerras que hoy suceden y que hacen perder miles de vidas en el mundo.

De alguna forma, toda esta desgracia planetaria debe ser pagada y ya les he dicho, más de una vez, que Nuestros Sagrados y Benditos Corazones ya no quieren escuchar a un niño llorando por hambre, por sufrimiento o por persecución, y que Nuestros Sagrados Corazones ya no quieren ver sangre inocente correr por las calles de este mundo.

¿Ahora, comprenden la importancia de este momento como una puerta que se abre para la preparación del Retorno de Cristo?

Así, más allá de las interferencias que no tienen ningún sostén y que se derrotan a sí mismas, no impedirán el triunfo de Mi Sagrado Corazón en la vida de las personas, en la vida de cada corazón humano.

Quiero despedirme de aquí con una luminosa sonrisa, con un Corazón en gratitud; colocando una Mano sobre Mi Corazón y la otra para bendecirlos, para que en los próximos tiempos todos puedan dar frutos en abundancia y sus vidas sean el verdadero testimonio de la redención y de la paz.

Así, vuelvo a bendecir a Mi pequeña Tierra Santa, que extenderá sus bases y pilares en el próximo tiempo, que volverá a guiar a los corazones de toda esta Obra para vivir el Fraterno Servir, la necesidad imperiosa de servir por amor a los que sufren. Así, darán continuidad a la Ley del Servicio en el planeta.

Les agradezco y les vuelvo a dar Mi Paz.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Mi Corazón se restauró con la alegría y la valentía de los consecuentes con Cristo.

En Dios.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN SAN SEBASTIÁN DE GARABANDAL, CANTABRIA, ESPAÑA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Yo Soy la Señora de la Estrella del Carmen de Garabandal, y hoy, después de tanto tiempo, estoy aquí para dar continuidad a Mi Mensaje después de no haber sido escuchado ni aceptado. 

Pero ese Mensaje que una vez traje a Garabandal, en este bendito lugar de Dios, sigue resonando, sigue reverberando en los corazones que creen en Mí.

Porque ustedes saben, hijos Míos, que Mi intención es guiarlos y conducirlos hacia Dios. Mi intención no es darles miedo ni tampoco perturbarlos. Mi intención es que tengan consciencia y que sean responsables, que sean capaces de reconocer el Llamado de Dios y de cumplirlo, así como una vez lo intenté hacer aquí, en Garabandal.

Después de esos importantes acontecimientos que las videntes vivieron aquí Conmigo, en este pueblo, su Madre Celeste retorna a pedido de Cristo, como la Señora de la Estrella del Carmen de Garabandal, para que la unión divina e interna se dé entre las almas y Dios, entre el Cielo y la Tierra, entre lo que es conocido y lo que es desconocido. Esa era la principal intención de su Madre Celeste, no solo advertir a la Iglesia del peligro inminente que en aquel tiempo estaba atravesando. 

El Aviso de Dios era para poder despertarlos y cuando estuvieran despiertos lo pudieran corregir, pero muchos lo negaron porque no tenían abierto el corazón ni tampoco la puerta del alma para escuchar la Verdad Divina que agitó a muchos corazones de la Iglesia a punto de querer sepultar Mi Presencia aquí, en este bendito lugar.

Ahora que, a través de los tiempos, el Mensaje de Garabandal se ha conocido y deberá seguir siendo conocido por muchos más corazones del mundo entero, esta es la razón por la cual estoy aquí, porque es urgente para Mí que este Mensaje sea cumplido, un Mensaje que los llama al arrepentimiento, a una verdadera corrección no solo de la vida, sino también del sentimiento del corazón, un llamado que les trae el impulso hacia la ascensión, al descubrimiento de Leyes Inmateriales que en este simple y humilde lugar, Garabandal, esas Leyes Mayores actuaron y evitaron muchas cosas.

Por eso, en Garabandal los eventos fueron tan contundentes, y como le dije a una de Mis videntes, este movimiento contrario que aquí sucedió, de negar la Presencia de la Madre de Dios y del Arcángel Miguel, y también del Sagrado Corazón de Jesús, les traería a muchas consciencias la energía de la negación, aun después de haber visto todo lo que vieron.

Fue algo semejante a lo que vivió Mi Hijo cuando en las puertas de Jerusalén fue recibido, honrado y reconocido tan solo por un momento; ya que muchos de los que lo reconocieron y lo glorificaron, después lo negaron, lo agredieron y hasta lo salivaron.

¿Ahora entienden, hijos amados, el sentimiento de la Madre de Dios, lo que Su Corazón Inmaculado siente de Sus hijos que, habiendo vivido los acontecimientos de Garabandal, los dejaron atrás, olvidados y perdidos en el espacio y en el tiempo?

Por esa razón, Yo estoy aquí, para revivir el Mensaje y, a pesar de que los acontecimientos en el mundo cambiaron después de 1961, hay situaciones que aún no fueron resueltas en el seno de la Iglesia Católica.

El intento de corregir, ha sido hecho muchas veces a través de la intervención y de la ayuda del actual Papa, que también tuvo dificultades para hacer revivir a esta Iglesia, marcada y golpeada por los últimos acontecimientos de estos tiempos, que fueron anunciados también aquí, en Garabandal, por la propia Señora de la Estrella del Carmen, y que en aquel tiempo no fueron escuchados ni reconocidos.

¿Ahora, pueden comprender cómo se siente Mi Corazón?

Yo Soy la Madre de los sacerdotes, de todos los sacerdotes del mundo, no solo de los sacerdotes católicos. El sacerdocio es algo muy amplio, no solo en la teología, es más profundo en el espíritu, en la verdadera consciencia que sabe religarse con Dios.

Una consciencia que ora, un corazón que adora, un alma que comulga del Cuerpo y de la Sangre de Cristo vive un ejercicio de sacerdocio interior; por eso, ese ejercicio es tan perseguido y golpeado por Mi enemigo.

Yo traje, a través de Garabandal y sobre todo a través del último Mensaje que deje aquí, que si no había un verdadero arrepentimiento en el seno de la Iglesia se generaría una división. Esto no es una novedad para Dios y creo que no es una novedad para ninguno de ustedes.

No vengo con un Mensaje para generar división, discordia o separación; vengo a decirles lo que verdaderamente está sucediendo para que alguien internamente se haga cargo de esto, porque Mi Hijo Me lo ha pedido y no es suficiente solo con el actual Papa para que esta situación de la Iglesia sea trasmutada o liberada. 

Los que se dicen más consagrados al Corazón de Mi hijo, en los diferentes grados de consagración y de unión con Dios, son siempre los que más necesitan de la ayuda divina. Por eso, Yo estoy aquí, una vez más en Garabandal, para que Mi Voz sea escuchada, Mi Presencia sea reconocida, Mi Amor sea sentido por todos.

Y ahora que los tiempos apremian y que el Mensaje de Garabandal se ha cumplido por falta de más arrepentimiento; Yo los invito, Mis amados hijos, a colocar en sus oraciones esta situación, porque Mi enemigo quiere seguir golpeando la vida sacerdotal en el mundo, al punto de que, a los corazones devotos y fieles a Mi Hijo y que viven su vida interior a través de los sacerdotes, él también quiere golpear e interferir, porque ellos no tendrían fe en los sacerdotes, porque lo que se vive en la vida sacerdotal es desproporcionado a lo que verdaderamente acontece en el corazón de Mis sacerdotes.

Por eso, los invito a rezar con más fervor para que, a pesar del dolor de la Madre del Mundo por lo que Sus propios ojos ven en este momento, toda esta situación pueda ser curada y aliviada, las almas de los sacerdotes y de los fieles se fortalezcan para que nunca pierdan la unión verdadera con Dios.

Por eso, su amparo y su refugio siempre estará en los Sacramentos y especialmente en el Sacramento de la Reconciliación, en el que sus corazones, almas y espíritus podrán vaciarse al entrar en comunión con Cristo a través de una verdadera Confesión que purifique sus corazones, para que se purifique el planeta, y aquellas fuerzas del mal, que dominan el planeta y la consciencia humana de la Tierra, sean liberadas en este momento, y las puertas de la Luz se puedan seguir abriendo para que las almas las puedan cruzar y, así, formar parte del Reino de Dios.

En Garabandal, desde el año 1961, la Señora de la Estrella del Carmen de Garabandal vino a evitar esta situación que hoy está sucediendo; porque desde el momento que negaron Mi Palabra y Mi Presencia, colocaron un obstáculo para la Madre de Dios, que no fue un impedimento para hacer Mi tarea, sino fue el gran momento, más allá de lo que sucedió en este humilde lugar, para que cada uno de Mis hijos escuchara Mi silencio profundo, que a través del silencio de Mi Corazón se dieran cuenta que estaban lejos de Dios.

Por eso, lo que hay aquí en Garabandal, en su simplicidad pero en su belleza, se mantiene vivo a través de la luz de los corazones que vienen aquí a orar Conmigo y que guardan en su memoria todo lo que fue vivido en Garabandal, y que no solo se restringe a este lugar o a este pueblo, sino que el impulso que trajo Mi Corazón Universal abrió grandes puertas internas, angélicas y divinas, para que la asistencia llegara a la humanidad.

Aspiro a que algún día Garabandal pueda seguir floreciendo como el Santuario Mariano que él representa y a que más almas puedan recibir las Leyes de la Cura que su Madre Celeste dejó aquí depositadas con la amorosa y servicial asistencia de los ángeles. 

Por eso, cuando vengan a Garabandal o cuando se unan a Garabandal a través de la oración del Corazón, a pesar de donde se encuentren, sepan que serán recibidos por los ángeles para que sus almas vivan la cura que tanto necesitan y la reconciliación que tanto esperan.

Hoy, llego aquí de una forma modesta. Hoy, llego aquí de una manera simple, humilde y cercana a Mis hijos, porque este es el tiempo de la emergencia.

Mi llegada al mundo, a través de diferentes Apariciones tiene una causa mayor, y Garabandal no puede ser una Aparición más en este planeta, porque la Jerarquía Divina y todo el universo no desperdician los impulsos del universo, especialmente aquellos que vienen directamente de la Fuente Divina.

¿Ahora, comprenden la amplitud de la tarea de Garabandal, que no terminó de concretarse ni de realizarse?  

Será siempre a través de los corazones peregrinos, de las almas simples y humildes, que el Mensaje de Garabandal permanecerá vivo en los mundos internos, y esto concederá que la tarea de Garabandal se siga cumpliendo, que los Ángeles de la Madre de Dios y todas Sus Huestes Celestiales sigan interviniendo y ayudando a la humanidad, desde lo que Garabandal representa para el mundo entero.

Si alguien, en este momento o en este tiempo crucial, necesita tomar una decisión que podría cambiar su vida, que sienta la Luz de Garabandal.

Si alguien se encuentra con un obstáculo sin salida, con una enfermedad no resuelta, en una crisis extensa, árida y dolorosa, que sienta en su corazón la Luz de Garabandal.

Si alguien aún no consiguió reconocer dentro de sí la simplicidad de la vida, la humildad necesaria y el servicio incondicional, que sienta en su corazón la Luz de Garabandal.

Si alguien aún no ha comprendido el Mensaje de la Jerarquía Divina a través de los tiempos y su mente es un obstáculo o una prisión, que sienta en su corazón la Luz de Garabandal. Porque Garabandal, así como otros lugares santos que Yo he visitado, los llevará no solo hacia la paz, sino los llevará a cruzar el portal del perdón y de la reconciliación que el mundo necesita.

Si sus corazones se colocan ante Garabandal en penitencia, les aseguro, Mis hijos, que Garabandal obrará a través de ustedes y los Ángeles de Dios los ayudarán.

Que las Estrellas de la Virgen del Carmen iluminen sus caminos para que siempre encuentren dentro de sí la verdad, y así sus vidas sean la prolongación y la ampliación viva y realizada del Mensaje de Garabandal.

Sean valientes y sigan el camino del Llamado, por todos aquellos hijos Míos que no lo hacen ni lo viven, especialmente por los que niegan a la Madre de Dios.

Les dejo Mi bendición y los invito a ser precursores del Mensaje de Garabandal.

No saben cuánto les agradezco por este momento, por todos los que se unen a pesar de la distancia a este momento, porque esto permite que internamente Mi Corazón Inmaculado triunfe y guarde debajo de Su Manto a todas las almas posibles.

Que la Luz de Garabandal siempre brille en aquellos que creen en ella porque, amando lo desconocido, algún día serán bendecidos para recibir la revelación de Garabandal, que aún deberá cumplirse.

Vayan en Paz, en la Paz de Mi Hijo, para que el Mensaje de Garabandal se cumpla en ustedes y la reconciliación de las almas sea una realidad en la superficie, a fin de que la reconciliación, el arrepentimiento y la penitencia justifiquen los graves errores del mundo, especialmente aquellos que acontecen a través de las guerras, de los desplazados, de los oprimidos, de los ancianos, de los olvidados, de los miserables y de los descartados en el mundo entero.                                 

Hoy, colmados por la bendición de la Señora de la Estrella del Carmen de Garabandal, les agradezco por responder a Mi llamado.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.    

Mensaje extraordinario
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 95.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Con campanadas de alegría, he sido recibido en Europa, pues ha llegado el tiempo de volver a congregar a Mis discípulos. Aquellos que estuvieron Conmigo en el pasado, que formaron parte de Mi trayectoria en la Tierra, que vivieron Mi Palabra, que practicaron Mis Mandamientos, que entregaron sus vidas al servicio de los demás.

Vengo, hoy aquí, a Europa y al mundo entero, para que cada consciencia mire hacia su interior y, a través de su interior y no de su mente, pueda sentir y comprender cómo en verdad está este mundo, un planeta en caos, en confusión y sufrimiento.

Pero no vengo aquí para volverles a repetir todas estas cosas, porque sé que ya las saben. Lo que deben saber, compañeros, es que es el tiempo de buscar una solución.

No será una solución externa, sino una solución interna, una convicción profunda y verdadera de que deben estar definitivamente unidos a Dios.

Así, permitirán que Mi Sacerdocio sideral se realice en este planeta a través de todos los que Me sirven en este linaje, en este oficio, en esta sagrada tarea.

Yo necesito que miren hacia su interior, no para ver la imperfección de las cosas, sino para reconocer la Gracia de Dios, la Gracia que los guía y que los sostiene hasta los tiempos actuales. 

De esa forma, toda adversidad, que está a su alrededor, pasará a ser pequeña; porque un verdadero discípulo se forja a través de los desafíos, de las metas, del cumplimiento del sagrado Propósito. 

Yo necesito que Europa despierte del sueño de su comodidad y que viva la acción inmediata de estos tiempos, el servicio que abarcará y suplirá las necesidades de las naciones, especialmente de las naciones más pobres como son las de África.

De esa forma, con su disposición y entrega, con su donación verdadera, impulsarán a otras almas a que también hagan el mismo ejercicio, para que esta deuda que tiene Europa, especialmente con Sudamérica, se pueda saldar de una vez y para siempre; y ya no existan secuelas, heridas o marcas, que recuerden a sus hermanos todo lo que ustedes hicieron en otros tiempos.

Por medio del Santuario del Reino de Lys, Yo vengo a concederles la oportunidad del perdón para que alcancen la oportunidad de la redención.

Por eso, con valentía y determinación, prepárense. La emergencia solo tenderá a aumentar, la demanda solo tenderá a crecer. Es el tiempo de forjar al verdadero discípulo, al alma donada que se sacrificará por Mí. De esa forma, Yo no tendré impedimentos para poder interceder por ustedes y por sus naciones.

Desde el corazón de Europa deberá surgir el cambio de la consciencia; de una consciencia abnegada, incondicional, disponible, madura, sabia y entregada; de una consciencia que pueda forjar la caridad, el bien, la paz, la fraternidad y la cooperación; y no el sometimiento de los países más pobres.

Todos son responsables de lo hoy sucede en el mundo, cada uno en su grado, cada uno en su escuela. Pero el destino es uno solo, el camino es uno solo, la verdad es un sola y es la que hoy Yo les traigo para abrirles sus ojos, los ojos de la consciencia, para que su corazón sienta todo lo que les digo. De esa forma, Yo podré depositar Mis Planes en ustedes, en confianza y fidelidad, en prontitud y respuesta, algo que deberá nacer de ustedes mismos para que la Jerarquía pueda intervenir y ayudar. 

A través de Mis Manos ilumino los Planes de Mi Padre y se los presento a toda Europa y al mundo entero.

Hemos escogido retornar aquí, aunque en otros lugares del mundo existan mayores necesidades, porque si el cambio no se da desde la raíz de la consciencia en este lugar, no habrá cambio en el resto de la humanidad. Con esto podrán comprender, compañeros, en dónde todo comenzó, en dónde el desvío se originó.

Por medio del Amor, vengo a depositar Mi Luz y Mi Sabiduría, para que los Nuevos Cristos despierten y se dispongan a servir.

La unidad entre los grupos orantes y peregrinos de Europa será siempre muy importante. Ahora, que las consecuencias y el caos los han separado a los unos de los otros, deben estar más unidos que nunca; pero unidos de corazón, de verdad, con un sentimiento profundo de hermandad y de fraternidad para con sus semejantes. Así, mantendrán las puertas abiertas hacia Mi Misericordia y Europa no será tan golpeada por todo lo que no ha hecho bien. 

Saben, compañeros, que la puerta de la Justicia Divina se está abriendo. Quiero, a través de sus sacrificios, entregas y renuncias, sostener esa puerta para que no se pueda abrir y así, el afluente de la Misericordia de Mi Corazón pueda derramarse sobre Europa y el mundo entero, como lo fue una vez en Polonia cuando le revelé al mundo Mi Divina e Insondable Misericordia.

Quiero que sus almas sean víctimas de Mi Amor. Quiero que sus almas justifiquen los errores que comete el mundo, día a día; porque la balanza de este planeta está desajustada, descompensada y desequilibrada.

Ustedes deben ser piezas preciosas en Mis Manos, deben ser instrumentos por medio de los cuales Yo pueda impulsar la paz y la concreción del Plan. De esa forma, compañeros, muchos, pero muchos, dejarán de sufrir y de padecer.

Que sus naciones europeas sean abrigo y acogimiento para los refugiados, porque Yo Soy quien está golpeando la puerta de sus naciones, de sus gobiernos y de sus hogares, para que Me puedan recibir.

Muchas veces, he caminado por los suelos de este continente, Europa. Muchas veces, fui rechazado en el niño, en la madre que sufre, en el anciano enfermo, en los que no son aceptados por ser extranjeros.

Ahora, que tienen mayor consciencia, a través del impulso de Mi Amor, Yo los invito a renovarse con valentía y no con culpa. Los invito a que sientan la alegría de poder hacer las cosas correctas y dejar de hacer las cosas incorrectas; lo que no pertenece a la Ley ni al Plan, lo que no pertenece a la hermandad ni a la fraternidad.

Que sus corazones se sensibilicen, que sus mentes se calmen, que sus espíritus se abran para ser depositarios de Mis Proyectos para este ciclo tan importante en Europa.

De esa forma, muchos centros internos beneficiarán a la consciencia de este continente y del mundo entero, porque con la consecuencia de Mis discípulos la intervención será más profunda e inmediata.

Vengo a traerles un Mensaje de conscientización y no un Mensaje de castigo. Vengo a hablarles a tiempo, antes de que el tiempo termine. La Hermandad de esta región del planeta aguarda por su sí. 

Por eso, es importante que cambien las formas y hasta los procedimientos. Seguir y acompañar a la Jerarquía no es solo estar unido a Ella. Seguir y acompañar a la Jerarquía es vivir a la Jerarquía, es responderle, es obrar.

He traído aquí, a Europa, a una parte del grupo de la Orden Gracia Misericordia que estaba en Sudamérica para que se sientan apoyados; para que sepan que Nuestros Sagrados Corazones, con predilección, estarán en el Reino de Fátima y, estando en el Reino de Fátima, estarán con toda Europa, acompañando a todas las necesidades, situaciones, intenciones y súplicas, hasta en el Lejano Oriente.

Por eso, tienen que preparase para el último ciclo del fin de los tiempos; este es el momento y esta es la hora.

Yo les abro la puerta de Mi Corazón para que puedan entrar al Templo de Mi Espíritu y comulgar de la Fuente de Mi Sabiduría y Amor.

Yo vengo a hacerlos valientes. Yo vengo a impulsarlos a vivir el fuego de la determinación, para que lo que se debe construir se pueda construir de una vez y para siempre.

Vengo a traerle a Europa Mi bendición, porque Mi Corazón ama a este continente, que tiene raíces y tradiciones tan preciosas que se fueron perdiendo por la modernidad.

El europeo es un pueblo trabajador, y eso lo ha compartido y transmitido a sus descendientes, a muchos de sus descendientes que están en Sudamérica y en otras partes del mundo. Que ese espíritu obrero pueda seguir impulsando la concreción del Plan.

Por eso, Yo vengo a dejarles este Mensaje para esta nueva Maratón, para que sepan que Yo estoy aquí, bajo el Espíritu incondicional de Mi Padre, que es su Padre, Nuestro Padre que está en los Cielos.

Llego a este Santuario interior para celebrar esta Comunión renovadora, esta Comunión en la que ustedes podrán confirmar los votos para que se realice Mi Plan de Amor y de Redención.

Celebren este momento por aquellos que no pueden celebrarlo. Alaben este momento por aquellos que no pueden alabarlo por estar en el silencio del sometimiento y de la esclavitud, del exilio y de la guerra, de la aniquilación y del caos.

Reconozcan que no están solos y que, así como Mi Mano se extiende hacia ustedes, Mi Corazón se expande al mundo para que todos puedan estar bajo los Rayos de Mi Paz.

Ofrezcan esta Maratón de la Divina Misericordia por todos los Planes de su Maestro y Señor para Europa, África y Medio Oriente.

Sí o sí, ahora la Obra deberá expandirse, no solo la Obra de Mi Misericordia, sino la Obra de las misiones humanitarias, porque Mi Amor deberá seguir aliviando el sufrimiento de los inocentes.

Les doy Mi Paz y les pido que vayan en Mi Paz, confiando que un nuevo tiempo llegará. Este es el tiempo venidero del Reino de los Cielos, de la Nueva Humanidad, de los mil años de paz.

Los bendigo, bajo Mi Sacerdocio espiritual, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Que el poder transformador del Santo Cáliz los transubstancie por dentro y por fuera.

Que la unión con el Santo Cáliz los eleve como almas, pero también como consciencias.

Que la alianza con el Santo Cáliz los santifique y que expanda sus consciencias en el Amor bondadoso de Cristo.

Que la Adoración al Santo Cáliz les revele los misterios del Amor.

Que los secretos sagrados de la Última Cena sean develados y que el espíritu insondable del sacerdocio crístico los impulse para alcanzar la sagrada transformación.

Que se reúnan en torno al Altar los últimos apóstoles y que, uniendo sus espadas de fe como una sola, se establezca la sagrada e inquebrantable hermandad. Así, que se encienda en el discípulo el fuego del Propósito Divino, y que este se cumpla milagrosamente en estos tiempos.

Sin escudos ni armas, los Templarios de hoy renacen para llevar sobre su pecho el sagrado emblema de la Estrella de la Paz.

Que se levanten los que están caídos.

Que se consagren los que se autoconvocaron, porque ha llegado el tiempo de la gran misión por la humanidad.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice, 

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz

 

MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Queridos hijos:

Hoy, con Mi rostro en el suelo, imploro junto a toda la consciencia sacerdotal por este sufrido y agonizante planeta.

Imploro, junto a Mis hijos predilectos, para que sus almas puedan seguir siendo puentes de Luz, de Amor y de insondable Misericordia, por los cuales las almas más necesitadas puedan llegar al Corazón de Mi Hijo.

Imploro a Dios, con el rostro en el suelo, por esta situación planetaria, para que las naciones ya no sean prisiones de donde las almas y las personas ya no puedan salir y pierdan su libertad.

Le pido al Padre para que Mis hijos del mundo se protejan cada día más, y cumplan y colaboren con la actual situación planetaria. Así, Mi enemigo dejará de usar la incertidumbre y el desánimo de las personas para poder gobernar.

Les pido, más que nunca, que no olviden rezar fielmente el Santo Rosario todos los días; porque, de esa forma, Yo los ayudaré y vendré con el cántaro de agua fresca para que tengan más fortaleza interior para seguir atravesando este desconocido desierto planetario.

Clamen, todos los días, por fe. Sean un ejemplo y un testimonio para Mi Hijo. 

Este es el tiempo de que los soldados de Cristo estén prontos para tareas espirituales desconocidas, porque la necesidad es tan grande que muchos, pero muchos corazones que no están preparados necesitan de ayuda.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz

 

Mensajes mensuales
MENSAJE PARA LA APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDA EN LA CIUDAD DE AUGSBURGO, ALEMANIA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

He aquí a la Señora de todos los pueblos y de todas las razas que viene a su encuentro con la potestad del Cetro de Dios en Sus manos, con el amor de las estrellas del cielo en Su Corazón.

He aquí a la Madre y Señora de todos los pueblos del Cielo y de la Tierra, Madre de los hombres, de los ángeles y del Hijo de Dios que viene a su encuentro, trayendo la paz en Su Corazón, derramando Gracias de Sus manos.

Mi Corona de Estrellas derrama Misericordia sobre el mundo. El Cetro de Dios, en Mis manos, detiene a la Justicia que desciende sobre las almas; porque, a pesar de la indiferencia y de la ignorancia de los hombres ante las cosas celestiales, el Amor de Dios por Sus hijos no tiene fin.

Hoy vengo, hijos, por un pueblo que debe recobrar su fe en Dios y su espiritualidad, arrancando de la consciencia las raíces del mal, de la separatividad, de la injusticia y del desamor.

Vengo a mostrarles las puertas de la Iglesia Celestial de su Padre Creador y el camino a través del cual llegarán a ella, independientemente de su cultura, raza o credo en esta Tierra.

Vengo a conducirlos a la conversión del corazón, de la consciencia y de la vida; no para mostrarles una nueva religión, sino para llevarlos a un nuevo patrón de vida, en el que sus corazones se unen a Dios a través de la transparencia, de la verdad y del amor y expresan esta unidad con sus hermanos a través del servicio, de la fraternidad y del amor al prójimo.

Vengo unir el Cielo y la Tierra, en un sacerdocio de perdón y de cura que Mi Hijo Me concedió en la Cruz.

Vengo a guiar a los apóstoles de los últimos tiempos y a los santos de los últimos días; despertándolos y congregándolos, dentro y fuera de la Iglesia, porque no es solo en las Iglesias de la Tierra en donde están los hijos de Dios y los compañeros de Cristo. Yo vengo a buscarlos en los cuatro puntos del mundo porque llegó la hora de despertar.

Mi Corazón prepara la llegada del Mesías al mundo y, así como una vez lo gesté en Mi Vientre y abrí las puertas para que Su Espíritu, Su Alma, Su Cuerpo y Su Divinidad estuvieran en la Tierra entre los suyos; hoy, hijos, vengo a preparar Su Retorno junto a ustedes. Vengo a anunciar la buena nueva de Su llegada al mundo y a preparar a los rebaños que acompañarán al Pastor en la institución de una Nueva Vida.

Él vendrá más brillante que mil soles, con el resplandor de Dios en Su Corazón. Su Faz se mostrará a todos con verdad y poder, más transparente que lo que Él se mostró a Sus apóstoles en Su Transfiguración. Su Presencia hará visible las miserias y las virtudes de los hombres y, con una simple mirada, derribará las estructuras de las falsas espiritualidades de la Tierra. Y los que no supieron amar comprenderán sus errores y se arrepentirán, pero para algunos ya será tarde.

Por eso, hijos Míos, el Redentor envía al mundo a Su Sierva, no para amedrentar a los corazones, sino para despertarlos, para mostrarles el camino de la Misericordia y de la Gracia de Dios.

Vengo para que sus corazones reconozcan los desvíos de sus vidas y se reconcilien con Dios, mientras hay tiempo.

Vengo para que haya amor en los corazones de los hombres y para que este mismo amor pueda curar las manchas y las heridas más profundas de la consciencia de las naciones.

Vengo a decirles y a mostrarles que, a través de la oración, curarán a sus corazones y a sus naciones de todos los errores del pasado.

Vengo para que se arrepientan, hijos, en nombre de la humanidad y que clamen a Dios, de corazón, por una Gracia mayor, porque ella ya está en Sus Manos, pronta para derramarse sobre el mundo, solo basta que le digan "sí".

Hoy reciban con amor Mis palabras y oren Conmigo por un bien mayor. Sientan Mi Presencia en sus corazones. Que Mi Amor les revele un hombre nuevo en su interior para que, a partir de hoy y para siempre, no sean los mismos, sino que estén perpetuamente unidos en amor a su Padre Celestial.

¡Yo los bendigo y les agradezco por responder a Mi llamado!

Su Madre María, Rosa de la Paz

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, DURANTE LA SAGRADA SEMANA, DÍA 5, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Padre Nuestro (en arameo).

Hoy vengo con alegría a celebrar la inmolación del Cordero, pero esta vez por medio de Mi Misericordia y no de Mi sufrimiento.

Porque Yo ya padecí por ustedes, sufrí por ustedes, así como fue dicho en la anunciación del Evangelio de hoy.

Pero muchas más cosas sucedieron en aquel tiempo, y hoy, especialmente, a pedido de Mi Padre Celestial vengo para darles a conocer muchos más de los misterios de Amor que Su Maestro y Señor vivió por ustedes y por el mundo.

Que hoy sus corazones se vuelvan a alegrar, que sus espíritus entren en júbilo porque el inicio de su redención está próximo y el fin del cautiverio llegará para muchas almas que, desesperadamente, han buscado la presencia de Su Señor.

Hoy serán ungidos por el Espíritu Santo.

En este ministerio sacerdotal que Yo los invito a vivir para que puedan representarme en la Tierra como Mis apóstoles, no solo dentro de esta Iglesia que Yo construyo con ustedes, sino dentro de toda la Iglesia que está en la Tierra, que a pesar de vivir su tiempo de tribulación como fue profetizado por Su Señor, el amor de Mi Iglesia nunca perecerá porque ese amor es sostenido por la fe de los creyentes y de los devotos, por la vida religiosa y, especialmente, por la vivencia del Sacramento de la Eucaristía.

Esto hace, compañeros, que los cimientos de Mi Iglesia Celestial estén aún firmes sobre la superficie de la Tierra, a pesar de los tiempos de caos y de crisis planetaria, a pesar de la sangre que aún es derramada injustamente en el mundo.

Pero por la devoción y la fe de Mis creyentes y devotos, es que Yo instituyo Mi Iglesia Celestial en las almas para poder hacerlos dignos en el Señor y partícipes de Su Santa Paz. Amén.

Pero antes de revelarles el misterio de Mi Amor, presente en la Última Cena, esta Cena que hoy celebraremos juntos será el momento en el que cada uno de ustedes tendrá la oportunidad, ante el Padre Celestial de que no solo por sus almas, sino también por la humanidad, este planeta reciba la última oportunidad que necesita para poder arrepentirse y hacer penitencia, afirmando en la vida de cada ser la Presencia del Señor, del Todopoderoso.

Comenzaremos con esta Ceremonia.

Que suenen las campanas por la Iglesia Celestial que en esta hora culminante del Planeta, delante del gran sufrimiento de la humanidad, desciende a la Tierra para traer el Principio de la Luz y de la Redención.

Espero por las campanadas.

Es parte de la Ceremonia de Dios construir este momento juntos, hasta en el plano físico, y así, el Espíritu de Dios se aproxima en esta hora de la humanidad.

Daremos comienzo a esta Ceremonia.

Instrumental de Pater Noster.

Nos ponemos de pie.

Señor Dios Todopoderoso, infinito Misterio de Amor y Verdad, que Tus ángeles desciendan a la Tierra en este momento para que las puertas del mal sean cerradas. Que así sea. Amén.

Bendice con esta agua, Señor, a los que necesitan de Tu Perdón y de Tu Gracia, y que esta agua derrame Tu Misericordia en el mundo.

Hoy el Sacerdote Mayor reúne a todos los sacerdotes de la Tierra para que vivan Su Principio Crístico y para que, a través de su ejercicio y de su ministerio, traigan a Cristo a la Tierra por medio de los Sacramentos, de la oración, del canto y de la fe.

Inspiramos.

A pedido de Nuestro Señor Jesucristo vamos a proceder a la consagración de un sacerdote, en este día especial en donde el Sacerdote Mayor se hace presente para renovar nuestras vidas.

Y así como formé a los primeros apóstoles, hoy los formo a ustedes para que vivan los Principios de Mi Iglesia Primitiva, las sagradas raíces de la Iglesia, los sagrados Dones que Yo le entregué a Pedro, una vez, y que hoy les entrego a ustedes para que lleven Mi Amor a toda la Tierra. Amén.

Madres pueden encender las velas.

Que Dios, a través de estas Manos, haga descender el Cielo a la Tierra.

Que exorcices, con este instrumento, los espíritus impuros para que los corazones sean liberados de toda perturbación y alcancen la paz.

Consagra, Padre Eterno, esta alma a Tu eterno servicio, que represente en la Tierra Mis Designios y que lleve adelante Mi Santa Voluntad para que todas las almas que lo encuentren puedan recibir, a través de él, Mi Santa Comunión, Mi Santo Perdón para siempre. Amén.

Como en aquel tiempo, purifico sus manos, cabezas y pies para que, en este ejercicio de entrega a la Vida Mayor, se concrete en la Tierra la Voluntad de Mi Padre. Amén.

Más agua por favor.

En este momento vamos a realizar la representación de la Última Cena, después de que Nuestro Maestro y Señor nos lavó las manos, nos liberó de nuestras impurezas, entramos al Templo de Su Corazón para concelebrar, con Él, este misterio de Amor.

Las Madres pueden aproximarse porque en esta Sagrada Eucaristía no solo Su Maestro y Señor estuvo con los apóstoles, sino también con las santas mujeres, en espíritu y en omnipresencia, celebrando la Comunión espiritual con cada una de ellas.

A pesar de todo lo que viví y sufrí por ustedes Me entregué incondicionalmente para la remisión de los pecados.

Por eso tomé el pan dando gracias a Dios, y Él lo bendijo. Les dije a Mis amigos: “Tomen y coman todos de Él, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por ustedes para el perdón de los pecados".

Y así tomé el Cáliz dando gracias a Dios, y Él lo bendijo. Les dije a Mis amigos: “Tomen y beban todos de Él, porque este es el Cáliz de Mi Sangre que será derramada por ustedes para la remisión de los pecados. Hagan esto en Mi Memoria".

Te adoramos Señor y te bendecimos. Amén.

Y en unidad perfecta con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, compañeros, repitan la oración que Yo amorosamente les enseñé:

Oración: Padre Nuestro (en portugués).

El Cuerpo y la Sangre Divina de Cristo. Bienaventurados serán los que se sirvan de este Sacramento porque tendrán vida eterna. Amén.

Escuchamos siete campanadas.

Coman de Mi Cuerpo. Beban de Mi Sangre.

Por favor, unos paños para los Cálices.

Mantenemos la unión con nuestro Señor que aún está presente en esta Eucaristía, en contemplación y adoración.

En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Los presentes se pueden sentar.

Y así los apóstoles, en aquel tiempo, recibieron muchos misterios de Mi Corazón porque desde el primer momento que comulgaron de Mi Cuerpo y de Mi Sangre ellos recibieron la gran ayuda del Espíritu Santo que los prepararía para después de Mi Ascensión, para el gran momento de sus vidas, que era poder representarme y vivirme, por medio de Mi Ministerio Sacerdotal.

De la misma forma, las santas mujeres, con Mi Santa Madre, recibieron la inspiración de entregar sus vidas completamente, para consagrarlas a Dios, vivir en retiro y vigilia para poder contemplar y rememorar la Pasión de su Maestro y Señor.

Y así también todos los que participaron alguna vez del Sacramento de la Comunión, aun después de Mi Resurrección cuando aparecí en varios pueblos de Israel, esas almas llevaron consigo, interiormente, los méritos de Mi Pasión y los triunfos de Mi Corazón aun siendo hombre.

La Eucaristía es el mayor testimonio de la revelación del Amor de Dios para los hombres porque en ella se concentra la propia manifestación de la Santísima Trinidad, cuando el Cuerpo y la Sangre de Cristo son consagrados y transubstanciados en la celebración eucarística ante la Consagración del Cuerpo y la Sangre de Cristo, de la transformación en Luz del pan y del vino, porque todas las almas tienen nuevamente la oportunidad de vivir la Pasión de Cristo, de reconocer Sus padecimientos y Su dolor, Su sacrificio y Su entrega hasta el último momento de Su expiración.

Vivir la Eucaristía es renovar los votos con el Padre Celestial, es asumir una vida Crística de servicio y de amor por los demás, es fortalecerse ante las tempestades y las pruebas, de todo lo que sucederá en el fin de estos tiempos.

Recibir la Comunión, totalmente transubstanciada e iluminada por los méritos de la Pasión de Su Señor es entrar en la Iglesia Celestial de Cristo y pasar a formar parte de su Cuerpo Místico, viviendo todos los días la Comunión con Su Cuerpo Espiritual.

Las santas mujeres no pudieron estar presentes en la última Cena porque el legado que Yo dejaría para los Míos significaría y representaría la transformación y la redención de todos los seres de la Tierra cuando tan solo recordaran, a través de la Eucaristía, la Pasión de su Señor.

Cada vez que celebran la Comunión Conmigo no solo reafirman los méritos de la Pasión de su Señor, sino que sus vidas se transforman, poco a poco, hasta que algún día encuentren la unidad con Dios, completamente. Sean Uno con el Padre así como el Hijo es Uno con Su Padre, y así Yo podré ser Uno con ustedes y ustedes serán Uno en Mí.

En aquel tiempo lo entregué todo sin ninguna condición ni regla. Acepté el sacrificio por ustedes hasta el fin de los tiempos porque sabía, desde el principio, en lo más profundo de Mi Corazón, que a través de los tiempos y de las generaciones, muchos más me representarían.

Por eso deben hacer valer su sacerdocio para que el sacerdocio prevalezca en la superficie de la Tierra, espacio en el cual el Cielo encontrará un lugar por donde descender y actuar, por donde obrar y entregar a todas las almas las Gracias del Padre.

El Cordero fue entregado al peor matadero, pero eso sucedió por Amor y Misericordia para que los hombres de la Tierra, a través de todos los tiempos, alcanzaran el Perdón de Dios.

Hoy el mundo no revive Mi Pasión verdaderamente.

El sacerdocio se ha vuelto un escándalo en la humanidad. Por eso he decidido venir aquí a buscarlos a ustedes los imperfectos, los no formados, los menos instruidos para que, por medio de la intervención de Dios, respondiendo a Su Voluntad y a Su pedido, Su Propio y Divino Hijo los instruya en la Iglesia Celestial, Iglesia Celestial que muchas almas perdieron por sus errores.

Ese fue el verdadero legado que Yo le dejé a Pedro y a los apóstoles. Y por medio de los Sacramentos, especialmente por el Sacramento de la Eucaristía, no solo los sacerdotes, sino también el pueblo de Dios alcanzará la Gracia Espiritual y Divina: ingresar en la Iglesia Celestial. Porque es en la Iglesia Celestial, que levita en los Universos Mayores, en donde alcanzarán y encontrarán la Verdad, más allá de los hombres y de todas las formas.

Es a esa Iglesia que Yo los invito a entrar todos los días. Y en sus corazones, en sus esencias, en su mundo interior está una chispa de Dios que los une y conecta con esa Iglesia Celestial.

Por eso no permitan, compañeros, que las apariencias los confundan, que las pruebas del fin de los tiempos los atormenten.

Reafirmen su fe en Mi Iglesia Celestial y visiten a Su Maestro y Señor, frecuentemente, presente en todos los Sagrarios de la Tierra. Así sus corazones se encenderán y el fuego vivo de Mi Amor estará con ustedes.

Atravesarán tempestades y desiertos, momentos durísimos y difíciles, ustedes con sus familias, con sus conocidos, como también en sus naciones. Pero hay algo que nunca les hará perder la fe: es Mi Corazón que se entrega en sacrificio, nuevamente al mundo, para que sea reconocido, respetado y adorado en el Sacramento del Altar. Sacrificio amorosamente entregado a los hombres y mujeres de la Tierra, para que vivan el Camino de la Redención.

Las puertas de los infiernos temblarán ante la presencia de Mi Iglesia Celestial en la Tierra y más aún, Mi Iglesia alcanzará su poder y esplendor en el corazón de todos los que la invoquen, la respeten y la vivan, así como los Mandamientos.

Nunca dejen de amarse porque será ese amor, por más que sea pequeño, imperfecto e insignificante, lo que los mantendrá en unidad y no perecerán ante los embates de Mi enemigo.

Antes, Yo enviaré al Arcángel Miguel para que cierre las puertas y exorcice el mal, y las almas renazcan en la divina Esperanza de Dios para estos tiempos.

Hoy no digo esto solo por ustedes, sino por toda la humanidad, que está ciega y sorda ante el sacrificio de su Maestro y Redentor.

Pero hoy, ustedes, con su presencia, adhesión y amor ante este gran sacrificio ofrecido por el Cordero de Dios, hacen dignos los Altares del Padre y los ángeles cantan gloria y alabanzas para hacer revivir la paz en los corazones.

Quisiera poder decirles muchas más cosas, pero sé que sus cuerpos tienen un tiempo para poder soportarlo.

La verdadera Cena de Su Maestro y Señor no duró solamente un momento, sino tres horas, en las que Mis apóstoles contemplaron las tres Faces del Misterio de Dios presentes en el Cuerpo y la Sangre de Cristo.

Hoy ustedes reciban este Sacramento con esa consciencia y amor de que el propio Dios se vuelve a entregar al mundo para que Su Misericordia los salve y los redima en este tiempo final.

“Elevo al Cielo, Padre, Mis plegarias para que enciendas en Tus criaturas la Verdad. Verdad que les hará encontrar el Camino del Amor y de la paz, de la Esperanza y de la renovación. No dejes que nadie quede sin ese impulso de Luz que hoy trae Mi Corazón Misericordioso. Y que por los méritos infinitos de Mi Pasión, las almas vivan en el Universo de Tu Fe y de Tu Amor para siempre. Amén".

En esta Cena de renovación, Yo los consagro y los renuevo, y les entrego Mi Paz. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En solemnidad y en absoluto silencio se darán el saludo de la paz para que este impulso de Luz, que hoy les traigo, se irradie al mundo.

Que puedan darse el saludo y la paz de la misma forma que Yo les entregué la paz a Mis apóstoles, en silencio y en contemplación.

Les agradezco.

 


 

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE SAN ESTEVE, MONTSERRAT, BARCELONA, ESPAÑA,  AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Queridos hijos:

En el séptimo cielo del universo espiritual se manifiesta la Iglesia Celestial de Cristo, que muchos ángeles veneran. Es un espacio que reúne los dones y los verdaderos dogmas de la fe a través de la vivencia de los Sacramentos espirituales.

En la Iglesia Celestial de Cristo se viven estados de profunda ceremonia, religiosidad y sacerdocio entre las almas ya santificadas y Cristo. Es un principio ya establecido como ley de comunión permanente con la sublime Divinidad de Jesucristo.

En la Iglesia Celestial de Cristo se veneran los tres aspectos principales de Cristo.

El primer aspecto venerado es el Sagrado Corazón de Jesús, que es el principal símbolo vivo del Amor de Dios expresado para toda la Creación.

El segundo aspecto venerado es el Alma de Cristo, que es la manifestación suprema que permite la unión entre las criaturas y Dios.

El tercer aspecto venerado es la Divinidad de Cristo, que es el estado que alcanzó la total realización de la obra redentora de la humanidad.

En la Iglesia Celestial de Cristo la consciencia angélica participa y promueve para las almas bienaventuradas la constante plenitud de permanecer en Cristo eternamente.

Esta Iglesia Espiritual y Divina fue la misma que Jesús intentó instituir en la Última Cena. Él quiso que la humanidad fuera un espejo de consciencia que pudiera atraer del universo los valores del plano álmico y espiritual.

La ciencia de esta Iglesia Celestial se basa en el amor verdadero, que es parte de la experiencia divina de todos los bienaventurados.

La Iglesia Celestial de Cristo se establece en el recinto interior de Su Sacratísimo Corazón y expresa, para todos los adoradores de Su divino Espíritu, los dones provenientes de Su Patriarcado universal.

La Iglesia Celestial de Cristo es un centro de devoción, de plenitud y de espiritualidad, en donde las almas enriquecen sus consciencias para así formarse y prepararse para nuevos servicios al Plan del Creador.

En el séptimo cielo del universo espiritual, la Iglesia Celestial de Cristo presenta una entrada principal que ilumina a la consciencia que la atraviesa, es el portal que se abre hacia el interior del Divino Corazón de Jesús.

La Iglesia está apoyada en las columnas de la fe, de la devoción y del amor ardiente, su cúpula o bóveda principal irradia la luz de la unidad espiritual, y su altar manifiesta la Presencia de Dios en Sus tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. La Trinidad que se establece permite a los bienaventurados estar en comunión eterna con la Consciencia mística de Cristo.

El coro principal de la Iglesia Celestial está formado por siete legiones angélicas o coros mayores, son ángeles que cantan al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo en siete planos de consciencia. La sagrada vibración que los coros angélicos emiten, permanentemente, ayuda a las almas del purgatorio y a las almas del infierno para que, cada siete ciclos y por la ofrenda de un bienaventurado, un alma reciba la liberación y enseguida sea elevada su consciencia.

Los siete coros angélicos de la Iglesia Celestial de Cristo protegen los tesoros celestiales que allí se guardan, los ángeles también son sabios custodios de las reliquias espirituales de la Iglesia Celestial para las almas. Estas reliquias espirituales las podemos comprender como los actos de Amor y de Misericordia realizados y alcanzados por las consciencias bienaventuradas durante su vida en la Tierra.

En la Iglesia Celestial de Cristo existe un momento importante para las almas, que es la confirmación interior ante el Plan de rescate de Cristo, previo a Su segunda venida.

La Iglesia Espiritual de Jesús prepara un espacio en la consciencia celestial del universo para recibir a todos los que, en algún momento de sus vidas, serán elevados al Paraíso.

Por la presencia espiritual de la Iglesia Celestial de Cristo, el Padre concede la total y libre acción de la Misericordia y de la Piedad para las almas bienaventuradas que viven en ese espacio del Paraíso. Son estas almas, ya iluminadas por el Espíritu Santo y formadas en las bases de esa Iglesia Celestial, las que imploran y oran por las almas de la Tierra que están perdidas y necesitan de redención.

Cuando un alma aún encarnada en la Tierra crea el puente hacia Dios por medio del universo de la oración, el alma bienaventurada recoge la luz de esa plegaria y la presenta como ofrenda inmaterial en los altares de la Iglesia Celestial de Cristo; es de esa forma que se establece un estado de Gracia especial y el Padre concede una expiación o milagro, cuando está dentro del Propósito del amor y del bien común para el mundo.

A la Iglesia Celestial, Cristo la creó para que las almas encuentren el sentido de vivir la eternidad, el servicio permanente y, sobre todo, para que sean mediadoras de la humanidad de superficie.

Algunos de los bienaventurados, ya santos dentro de la Iglesia Celestial, actúan como mediadores y eso permite que las almas de la Tierra cuenten con la ayuda de consciencias cristificadas y veneradas en toda la humanidad.

En esta Iglesia Celestial se impulsa a las almas de la Tierra a vivir el apostolado y la misión, cuando las mismas están en sintonía con ese principio de amor y de unidad que nace del interior de la Iglesia Celestial de Cristo.

Este espacio de consciencia se amplía en siete planos de consciencia, y la nave principal de la Iglesia se expande en siete largos brazos para recibir en sus siete Templos a las almas que llegan y a las que egresan hacia otras escuelas de instrucción.

En la Iglesia Celestial de Cristo, el Padre reúne a Sus nuevos apóstoles para que desde el universo espiritual ellos irradien los atributos de la paz, de la unidad y del amor hacia otras dimensiones de consciencia.

El ingreso a la Iglesia Celestial de Cristo es posible cuando el orante adora al Sagrado Corazón de Jesús y, a través de esa unión perfecta, es llevado a descubrir la comunión interna con Cristo. Cada vez que un alma comulga del Cuerpo y de la Sangre de Cristo ingresa en ese estado de iniciación y de formación para el espíritu.

Que esta Instrucción Divina los motive para abandonar la vida común y para estar en contacto con la riqueza de Cristo, que surge y emana de lo más profundo de Su Sagrado Corazón.

En unión a todos los argentinos.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO DURANTE LA SAGRADA SEMANA, DIA 2, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Dice el Arcángel Miguel: "Adoren el Sacratísimo Corazón de Jesús, es motivo de honra, glorificación y Misericordia".

 

El Poder de Mi Corazón es desconocido por muchos. Por eso, Yo vengo en este tiempo para revelarles ese secreto; después de una gran batalla viene el momento de la restauración, de la cura y de la sanación, a través de las obras que realizan Mis ángeles custodios.

Yo envío a cada uno de ellos para que desciendan a la humanidad y curen a todas las almas, principalmente aquellas que reconocen Mi Sacerdocio y que trabajan junto Conmigo, sin separarse ni tan solo por un momento.

Yo vengo aquí en esta tarde para revelarles el poder de Mi liberación, aquél que Yo alcancé en la Cruz después de la Muerte.

Después de tanto tiempo vengo a buscar a aquellos que Me condenaron, que Me martirizaron y a los que Me clavaron en la Cruz sin una mínima gota de compasión.

Por eso, Yo abro Mis Brazos misericordiosamente, no solo para asistir a la humanidad, sino a todos aquellos estados de consciencia que la humanidad no quiere ver, ni reconocer.

Pero el tiempo de la Ley Suprema está llegando y todo lo que fue dicho se cumplirá. Verán en el horizonte las cosas surgir, la Aurora que nace y la luna que se ensangrienta marcando una nueva señal para el mundo.

Aquello que fue dicho en el pasado por los grandes patriarcas se volverá a vivir y todos participarán de ese misterio tan desconocido.

Mis Ojos de Luz hoy los observan con caridad y compasión. Observan a cada uno de ustedes y a cada uno de los que escuchan Mi Voz. Sus almas se vuelven cristalinas ante Mi visión y todo lo puedo ver, hasta lo más profundo de sus consciencias.

Llegó la hora, en este tiempo, que venga a decirles la Verdad, la Verdad que los preparará y los conducirá hacia la meta. Pero sepan, Mis rebaños, que deberán dar testimonio de Mi Presencia en el mundo, para que todos Mis hijos que están bien confusos, hasta aquellos que viven Mi mensaje, puedan resucitar por Mi Presencia, por Mi Amor, por Mi Misericordia.

Aún no han comprendido qué significa que derrame esa Luz tan preciosa todos los días a las 15 horas, en donde Mi Luz desciende a la Tierra, abriendo Rayos de Luz sobre todas las consciencias, para que el mal se pueda extirpar y todos puedan redimirse a través de Mi Presencia Misericordiosa.

Hoy estoy en lo alto de un gran monte invitándolos a subir hacia la cima para que se puedan encontrar Conmigo y que Yo les pueda hacer sentir lo que hace tanto tiempo quiero que sientan en sus corazones.

Sé que muchos de ustedes no comprenderán Mi Misterio, pero guarden Mi Presencia en sus vidas como una llave primordial. Confíen en este tiempo en todo lo que están viviendo; cada cosa tiene su lugar y su tiempo y Yo acompaño a todos aquellos que se animan a decirme "sí".

Abro las puertas para los corazones que están heridos, y resucito a los espíritus que están muertos en vida.

Abro los corazones que no tienen luz y los reúno a todos alrededor de Mi mesa sagrada.

Lo más importante que quiero decirles en este día, es que guarden memoria de todos los encuentros que han tenido Conmigo. Sepan que Yo vengo a conducir sus seres superiores.

La materia morirá sobre la Tierra, pero el alma seguirá su camino de evolución. Mi principal objetivo es que alcancen la Gran Estrella y se puedan fundir Conmigo en el Espíritu de Dios.

Por eso Yo estoy aquí, compañeros, para abrir sus ojos nuevamente. Necesito de su "sí" sincero y definitivo, para que Yo pueda construir en Mi regreso las nuevas moradas.

Yo los reúno nuevamente alrededor de Mi Corazón Sacratísimo y les muestro el valor y el poder de Mi Corazón luminoso, para que lo puedan identificar como el gran lucero de este Universo.

A aquellos que Me digan "sí", Yo los auxiliaré.

Esta montaña espiritual en la que hoy Me encuentro, es la misma en la que Yo estuve pronunciando las Bienaventuranzas.

Por donde Yo he pasado sobre este mundo han quedado Mis huellas.

Los que confían en Mi Presencia,a lo largo de los tiempos, han podido recurrir a Mi auxilio primordial. Yo les he donado Mi Cura y Mi Misericordia. Y todos aquellos que han confiado en Mi pasaje por Tierra Santa, recibieron lo que Yo tanto esperaba en sus corazones.

Por eso, es un ciclo de grandes oportunidades para todos. Arriésguense a morir a través de Mí. Nada les faltará. No estarán solos, mas estarán en Mi Confianza Divina y Mis Palabras de Luz reverberarán en sus corazones, para que puedan ser sembradas las semillas de luz, aquellas que nacerán y brotarán en la Nueva Tierra, la Tierra que tanto buscó el pueblo del desierto. Una Tierra espiritual e inmaculada, un Reino de bienaventurados y de buenos servidores que están alrededor Mío constantemente, donde Yo espero que muchos más puedan entrar, en espíritu y en consciencia, en serenidad y en paz.

Hoy ha acontecido una gran liberación en el mundo. No es por acaso que todas las almas se reúnen a través de Mi Pasión. En cada año que viven este nuevo misterio, todo puede ser liberado, y Mi Corazón abre las puertas para los que han caído, cura lo que nadie ha podido curar y sana lo que nunca nadie pudo sanar.

Ya he dicho mucho para ustedes. Es importante que guarden Mis Palabras para los momentos difíciles.

Ante cualquier situación, de cualquier gravedad o dolor, mírenme a los Ojos.

Ante cualquier perturbación, disociación o desconfianza, mírenme a los Ojos.

Cuando todo parezca que está caído y se sientan vencidos, mírenme a los Ojos.

Cuando no tengan fuerzas de seguir adelante y la amargura sea más extensa que la esperanza, mírenme a los Ojos.

Sientan Mi Presencia. Ya estoy retornando para rebautizarlos con Mi Espíritu de Misericordia.

Mírenme a los Ojos y sientan a Dios en todo lugar y en todo espacio.

Mírenme a los Ojos. Aunque el mal los quiera sucumbir, Mi Poder los salvará porque estoy en todo y con todos hasta en los más pequeños detalles.

Mírenme a los Ojos y no Me pierdan de vista.

Mírenme a los Ojos, estoy aquí para curar su senda.

Mírenme a los Ojos, estoy aquí porque los necesito.

¿Quién se animará a dar un poco más? Yo Soy el gran pilar para sus vidas, la Llama del Corazón que encandila la oscuridad.

No teman sufrir, mas teman cuando no puedan servir; el servicio está en todo y Dios está en todo servicio.

Mírenme a los Ojos, porque así Yo les podré decir por dónde seguir y andar.

Mírenme a los Ojos y sientan la Presencia de Mi Amor, el Espíritu que conforta y anima; que cura y que redime.

Mírenme a los Ojos cuando comulguen Conmigo, así serán uno Conmigo y Yo seré Uno en ustedes. ¿Se arriesgarán a ser uno Conmigo? Este es Mi llamado, Mi petición y Mi gran aspiración.

Mírenme a los Ojos y confíen en Mí.

Y antes de la bendición de los sagrados elementos que formarán parte de Mi Cuerpo y de Mi viva Sangre, Yo les contaré un hecho que sucedió en el sepulcro, que también ayudó en Mi restauración y Resurrección: Mi Madre, María, amaba el incienso. Ella lo colocaba en cada lugar de la casa preparando Su momento de oración con el Padre.

El incienso aproxima a los ángeles de Dios y ese misterio fue vivido también Conmigo en el sepulcro, mientras María y las mujeres oraban. Todo el espacio era esparcido por el olor de un buen incienso.

El incienso representa la manifestación física del Espíritu de Dios. Es un elemento sagrado que usaban los patriarcas y los eremitas para exorcizar los males que se gestan en este mundo.

Pero hoy Yo traeré una bendición especial sobre esos elementos, en este segundo día, para bendecirlos a través del Espíritu de Mi Padre y preparar sus consciencias para el momento de la unión Conmigo a través de la Comunión. Prepárense para ese momento.

Deseo también, queridos compañeros, que de todas las partes del mundo Me envíen sus intenciones y pedidos, para que Yo las pueda bendecir y responder, según la Voluntad de Mi Padre.

Por eso, preparen para el día de mañana una cesta dorada, para que todas las almas escriban directamente sus intenciones y Yo las pueda recibir en Mi Corazón. Aunque Yo ya las conozco, es necesario para sus corazones compartir este gesto de amor Conmigo, esta bendición pastoral de todas las intenciones de Mis hijos del mundo.

No se extiendan en escribir sus necesidades. Lo simple, Yo lo reconoceré como algo importante, porque lo más necesario, queridos compañeros, es expresar las intenciones de cada ser con las pocas palabras que irradia el corazón, así estará todo dicho.

 

Jesús nos dice que todos los hermanos que están en sus hogares, pueden tener entre sus manos un pedacito de pan para la consagración. Él también lo bendecirá.

MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS, TRANSMITIDO AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

En la fecha santa de San Pío de Pietrelcina, hoy los llamo para que recuerden la inocencia y la pureza de esta gran Consciencia que llevó grabadas en su cuerpo las señales de Mi Pasión.

En él, vean reflejado el ejemplo de la simplicidad y del amor, de la valentía de servir a Dios y de cumplir con la Voluntad del Padre por encima de todas las cosas.

Vean en este Santo Padre Pío, la señal del amor verdadero y fuerte por la humanidad.

Ahora, como un Instructor de la humanidad, acéptenlo como el mediador y confesor por las virtudes de su vida. Que en el ejemplo de su sagrado sacerdocio puedan encontrar el camino para su comunión Conmigo.

En este día bienaventurado, el Cielo y la Tierra agradecen por la presencia de esta Consciencia Sagrada que, al igual que ustedes, imitó el camino de fe y de amor a través de Mi Sagrado Corazón.

Recuerden que este Santo Padre Pío, es el mediador en los casos imposibles y quien cultivará en sus seres el amor por la humildad.

Bajo el Bien del Padre, sean bienaventurados.

Gracias por permanecer en Mi Sagrado Corazón.

Cristo Jesús

MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS, TRANSMITIDO AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

En esta Hora de Misericordia, Mi gran sed de almas es saciada por las oraciones de todas las almas devotas.

En esta Hora de Misericordia, Mis Rayos traspasan los corazones heridos, solitarios y enfermos, transmitiendo a todos ellos un estado de paz inexplicable.

Además, en esta Hora de Misericordia, todos los orantes que están unidos a Mi Corazón Bendito Me ayudan a abrir el manantial espiritual que permite lavar las manchas de los corazones pecadores y salvar a las almas que están perdidas.

Quien confía en Mi Misericordia podrá comprender Mi Misterio de amor puro e insondable por la humanidad.

Día a día busco y llamo a los Míos, para que Me ayuden a rescatar la parte del mundo que aún está ciega y sorda espiritualmente. 

Yo cuento mucho con los pastores, a quienes Yo les he confiado, por amor, el Sacerdocio y la sagrada ceremonia de la Eucaristía para que alimenten el espíritu del Pueblo de Dios.

Por Mi Misericordia ustedes hallarán el camino de su conversión y perdón.

Bajo el Amor de Dios, sean bienaventurados.

Gracias por meditar sobre Mis Palabras en el corazón.

Cristo Jesús

MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS, TRANSMITIDO AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Mi Sacerdocio Pastoral acompaña a aquellos seguidores Míos, como lo son los sacerdotes consagrados al Sagrado Corazón de Jesús, para que ellos adquieran el Don de la sabia Palabra  de Dios. Por medio de sus ejercicios espirituales en la Santa y Sagrada Comunión, ellos elevan al Cielo a miles de almas, almas que esperan alcanzar la Luz Eterna.

Por la Sagrada Comunión muchas faltas son perdonadas y el corazón del hombre encuentra en cada nueva ceremonia al Hijo Primogénito resplandeciente en Gloria. Cada acto interno de Comunión realizado por las buenas almas de los sacerdotes abre las puertas de los Cielos para que se hagan presentes la Gracia y la Reconciliación.

Por ese Don Divino del perdón, ustedes y todos los seguidores de Cristo deberán velar, porque, en estos tiempos de intensos cambios, las almas solitarias y las almas vacías del Amor de Dios encontrarán el refugio perfecto que tanto buscan.

Amen a los ministros que profesan su fe en el sublime encuentro con la Comunión, vean en ellos Mi Presencia manifestada y recojan de sus enseñanzas el Don para sus vidas. Para reconocer a Mis amados pastores deberán estar en otro estado, lo que lograrán por medio de la oración del corazón.

Oren por Mis ministros porque ellos, a través de Mí, conducirán el despertar de los nuevos rebaños del Gran Pastor.

Bajo la Gloria del Padre y del Espíritu Santo, sean misericordiosos y guardianes de la Palabra de Vida del Evangelio.

Gracias por unir sus corazones a Mi Propósito de redención y salvación.

Cristo Jesús
 

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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