Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DURANTE LA 113.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Alabado sea Dios y bendito sea este lugar, por los siglos de los siglos. Amén.

Han llamado a la puerta de la mayor Reliquia de Mi Corazón, un tesoro espiritual e inextinguible para toda la humanidad y el planeta, concebido a través de la vida de Jesús en la Tierra para todo el universo y la Creación. Muchos lugares del universo aprenden con él.

Este es Mi Retiro Espiritual de Galileum, el llamado que hace eco en el corazón humano para que despierte, la revelación que se presenta en la vida de las almas, el misterio que se devela al espíritu.

Este es el Gran Centro de Cristo en la Tierra, del que sus almas comulgan y participan hoy, y la vida sublime del Espíritu Santo desciende a través de este impulso que les trae Mi Retiro Espiritual.

En este momento, siéntanse unidos a todos los Maestros, a todas las Jerarquías y Consciencias de este universo que, por un breve lapso en el tiempo y el espacio, participan de esta comunión espiritual con Galileum.

Y así, su Fuente más profunda se abre, a través del Sagrado Mar de Galilea, y los Sacerdotes se reúnen con el Sacerdote Mayor, aquellos Sacerdotes de otrora, del antiguo pueblo de Israel y de la sagrada comunidad esenia, que trajeron al mundo en aquellos tiempos la concreción de la Voluntad de Dios a través de los Linajes, de la expresión de la vida crística en las almas y en los corazones.

Estos Sacerdotes de Israel hoy están aquí, Conmigo, abriendo las puertas del Templo Sagrado de Galileum; para que las almas reciban los impulsos que necesitan en este tiempo, impulsos que las llevarán a una redención victoriosa y culminante, al encuentro del Amor Mayor a través del Sagrado Corazón de Jesús.

Este es el Espacio Sagrado de Cristo que, como un Sagrado Relicario, hoy se expone al mundo entero, especialmente a las almas que tienen fe en Cristo, que aman el misterio, que se adentran en lo desconocido sin comprenderlo; y que reciben, de este Sagrado Lugar Espiritual de Cristo, todos los Rayos que hoy emana Galileum para poder transfigurar la faz de la Tierra, a través del clamor y de la súplica de los Sacerdotes de Israel que forman parte del Gran Consejo Crístico del planeta, expresado en Medio Oriente.

Ha llegado el tiempo, compañeros, de que las vendas caigan de los ojos para que todos puedan ver la verdad, la verdadera tarea que su Maestro y Señor realizó a través de Israel, así como todos los que participaron a través de los tiempos para que eso fuera posible, desde Abraham, Moisés y los profetas, todos fueron participantes del gran preámbulo del Nacimiento de Cristo, así como muchos en los planos internos fueron participantes de la propia Resurrección de Jesús.

Galileum le trae al mundo el principio y el atributo de la Resurrección, tornando lo que es corrupto en incorrupto, tornando lo que es impune en puro, dentro de cada corazón humano, por la única razón de que, cuando las almas se unen a Galileum, atraen del universo las corrientes que él canaliza al planeta, regidas por la Ley Mayor del Amor-Sabiduría.

Galileum no es solamente un Espacio Sagrado de historia y de hechos, es un Gran Espejo de Dios que, a través del Sagrado Mar de Galilea, recibe los impulsos de la Fuente, reflejados como un llamado interior en las almas, en aquellos que se deciden a seguir a Cristo.

Hoy, les ofrezco este Sagrado Retiro Espiritual como una síntesis de todos los impulsos que han vivido Conmigo a través de los tiempos, a pesar de los desiertos, a pesar de las pruebas, a pesar de los desafíos o de las tribulaciones, a pesar de lo que aparentemente parece incierto o que no tiene solución.

Hoy, han llegado a las puertas de Galileum para recibir del Maestro y Señor, a través de la presencia de Sus Sacerdotes, de los Sacerdotes de otrora, el Legado Mayor del Amor y del triunfo del Redentor.

Recuerden que este sagrado mantra de Galileum es inmaculado. Así, debe ser contemplado y adorado, porque están llamando a los Nombres de Dios, a la Sagrada Presencia de Adonai que los concibió y que los expresó desde el origen, desde el surgimiento de sus moléculas crísticas, de Sus grandes estanques del universo, a donde sus espíritus deberán retornar algún día.

Con esto, quiero decirles, ante la solemnidad del Creador, que Galileum es ese Espacio Sagrado, en donde cada uno de ustedes podrá encontrar la respuesta a ese llamado, podrá encontrar el sentido y la razón de responderle a Dios, podrán encontrar la respuesta de vivir el Divino Propósito.

Hoy, su Maestro y Señor está rodeado por los Sacerdotes de Israel, antiguos maestros esenios de Qumran, que están aquí para contemplar y registrar este momento en los Libros de la Luz.

Ellos oran por la realización del Proyecto de Dios, por la expresión de la vida crística en la Tierra, por el despertar de los Nuevos Cristos, por el cumplimiento de la misión de cada ser y, sobre todo, para que los corazones escuchen el llamado de Galileum, sagrada melodía vibratoria del cosmos traída durante el Nacimiento de Cristo, y elevada a través de Su Resurrección y del gran momento de la Ascensión del Señor.

En este pasaje, que hoy les traigo, podrán comprender, más allá del misterio, la importancia del Retiro Espiritual de Galileum que es el corazón del Corazón de Cristo; eterno templo que guarda las Reliquias de la Pasión, las Reliquias de la predicación, las Reliquias de la conversión y de la redención de todos ustedes; así, como el legado de los patriarcas, de los profetas, y de las experiencias divinas que ha vivido el pueblo de Israel.
  
En Galileum está la llave que cada uno necesita para formar parte de la Nueva Raza y también en Galileum está el impulso interior de su llamado para que aprendan a atravesar el fin de los tiempos con valentía y coraje, para que reconozcan dentro de ustedes que no están solos y que la Gracia de Dios es amplia e infinita, mayor que todos los errores y pecados.

Están ante los Sacerdotes más antiguos del planeta que anunciaron la Venida del Mesías, que prepararon espiritualmente Su llegada y que hoy, con sus presencias, reconstruyen la vida sacerdotal del planeta, para que la comunión con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo siempre se perpetúe a través de los tiempos y de las generaciones, aun en el tiempo del Apocalipsis.

Una vez más, permitiré que Mis Sagradas Reliquias del Arca de la Santa Alianza se expongan espiritualmente al mundo entero, para que las almas reciban la Gracia que necesitan en este momento.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a cantar nuevamente “Galileum”, hasta que el Señor lo indique. 

                   
Canción: “Galileum”.


Y antes de que el Maestro celebre con nosotros la Santa Eucaristía y se retire de este lugar, vamos a acompañar un momento especial que es la consagración de un sacerdote como padre.
Fray El-Shaadir puede venir aquí.
Haz tu oferta a Cristo internamente y nosotros oraremos internamente.
Puedes colocarte la alianza.


Padre El-Shaadir eres Mi pequeño don que trabaja incansablemente por Mi Plan, que le has dado frutos de Misericordia a Mi Corazón a través de tu paciencia e ímpetu.

Hoy, recibe la Gracia de ser padre de todas las almas, de llevarlas hasta el fin de los días hacia Mi Corazón y de darles la Gracia de conocer Mi Iglesia Espiritual que está en los Cielos, de sacramentar, de bendecir y de perdonar los pecados en Mi Nombre, así como de exorcizar los demonios de este mundo.

Que todos te acompañen en este momento, por la renovación de la vida sacerdotal en el planeta.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.



Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a prepararnos para el momento de la Comunión Eucarística que Cristo, junto con los Sacerdotes de Israel, hoy celebrará para nosotros de forma extraordinaria.
Y vamos a permitir, a través de este ejercicio espiritual que Él nos ofrecerá nuevamente, que la vida sacerdotal y religiosa en el mundo entero sea reparada y que todas las Gracias que hoy hemos recibido sean depositadas en toda la vida sacerdotal y religiosa del planeta, para que los apóstoles y seguidores de Cristo sigan representándolo en esta humanidad en obediencia, humildad y servicio.
Mientras nos preparamos, vamos a cantar una canción que Cristo nos ha pedido y que nos recuerda a cada uno de nosotros que Su Palabra es Agua Viva.
Celebremos.


Canción: “Tu Palabra es Agua Viva”.

 Padre Eterno,
celebramos este momento por la vida sacerdotal del planeta
que une el Cielo y la Tierra, que une a las almas con Dios,
Nuestro Altísimo Señor.
Vuelvo a ofrecerte este misterio de Amor
que se expande en Misericordia y en Redención por las almas.
Acepta estos elementos que son ofrecidos en Tu Altar
y acepta la oferta de Tus compañeros;
para que todo, en este momento,
pueda ser renovado y redimido.
 

En la noche que iba a ser entregado, tomé el pan, lo elevé al Padre en agradecimiento por Su Eterna Presencia, y le pedí que lo convirtiera en Mi Glorioso Cuerpo, que después partí y se lo ofrecí a los Míos, diciéndoles: "Tomen y coman, este es Mi Cuerpo que será entregado por los hombres para la remisión de los pecados".


Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Reverenciamos el Cuerpo de Jesús.

Enseguida tomé el Cáliz con Mis Manos, ofreciendo Mi Sangre por la redención de todo el género humano, desde Adán y Eva hasta el fin de los tiempos.

Así, se lo ofrecí al Padre, pidiéndole que Él lo transubstanciara en Mi Preciosa Sangre, para que cada gota de Sangre que sería derramada fuera un impulso de redención y de renovación para todas las consciencias que, a través de los tiempos, tomaran contacto con Cristo.

Fue así que enseguida lo pasé a Mis apóstoles, diciéndoles: "Tomen y beban, este el Cáliz de Mi Sangre, la Sangre de la nueva y eterna alianza entre las almas y Dios, la Sangre del Cordero que será derramada para el perdón de todas las faltas. Hagan esto en Mi Memoria hasta que su Redentor retorne al mundo".
 

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Reverenciamos la presencia de la Preciosa Sangre de Jesús.


Este es Mi Cuerpo y Mi Sangre. Felices los que se sirven de esta Cena, porque siempre serán renovados en espíritu y en esencia, por tan solo confiar en el Señor.

Unidos a los Sacerdotes de Israel y a todos los sacerdotes que llevan adelante el rebaño de Dios, vamos a cantar el Padre Nuestro en arameo, para que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo completen esta consagración eucarística, a través de la intervención divina de los ángeles.

Cantemos en alabanza y en júbilo.

Canción: “Padre Nuestro” en arameo.

Que la Paz de Mi Corazón descienda al planeta, en donde sea más necesario. Amén.

 

Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una Palabra Tuya bastará para sanarme.
Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
A pedido de Nuestro Señor, nos damos el saludo de la Paz.Vam
os a comulgar ahora entre los sacerdotes, pero antes de este momento de Comunión, vamos a anunciar la Comunión Espiritual para todos los que nos acompañan en las diferentes naciones del mundo, la Comunión con Cristo Redentor.
Vamos a acompañar con el cántico "Fuente Primordial".

 

Sol de Dios,
que alumbras la oscuridad de nuestras vidas,
Espíritu de Dios,
que liberas las faltas de nuestros seres;
¡ven Sagrado Cuerpo y Preciosa Sangre de Jesús!,
para que unidos a Ti, alcancemos la Eternidad y el Paraíso.
Amén.


Que la bendición del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo siempre los acompañe. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
¡Gracias, Señor, por cuánto nos das!
En este encuentro, Te honramos, Señor.

Y ahora, vamos a prepararnos para el momento de los Sacramentos, para ese momento en el que la Fuente de la Gracia del Corazón de Jesús se abre para bendecir a las almas.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL MAR DE GALILEA, ISRAEL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL 8 DE ABRIL, SÉPTIMO DÍA DE LA SAGRADA SEMANA

Si en verdad, la humanidad entera conociera el verdadero Amor de Dios, Yo les aseguro que no existiría sufrimiento ni tampoco motivo para ninguna perdición.

Por eso, hoy He comenzado a través de un profundo silencio interno, para que las almas, que Me corresponden y están despiertas, puedan sentir lo mismo que siente el Señor de Israel, Quien una vez más está aquí, con ustedes y por todos sus hermanos y hermanas del mundo entero, para bendecirlos a través de Mi Espíritu y para animarlos al camino del apostolado.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En este camino que Yo les ofrezco existen desafíos, pero también existen peligros. Pero si están en confianza unidos a Mí, ¿qué habrán de temer? ¿No estoy Yo aquí y Soy su Maestro? Aquel que los conoce por dentro, no solo de este momento, sino también de otros.

Sé que parece un desafío inalcanzable; pero, en este tiempo final, Yo necesito imperiosamente preparar Mis bases espirituales a través de las almas; para que, Mi Retorno se dé primero en los corazones, para después concretar Mi Retorno al mundo, conforme está pensado por el Padre Eterno a través de la expresión de Sus Sagradas Leyes y Corrientes Universales, que colaborarán y prepararán el escenario planetario para ese momento.

Por eso, estamos en un momento de transición planetaria, en el que muchas almas y consciencias parecen no encontrar una salida o aun una explicación de lo que les sucede en sus vidas. Pero todo tiene una respuesta y, aunque no parezca, todo tiene un sentido.

Las almas se han olvidado de comulgar con las Leyes Superiores. Por eso, existe desequilibrio y desarmonía planetarios, porque desde que las Leyes básicas de los Mandamientos fueron reveladas a Moisés en el Sagrado Monte del desierto del Sinaí, el Señor del Universo, el Padre Eterno, quiso enseñarles a Sus Criaturas, Sus más pequeñas Criaturas de este universo material, cuál era el camino y la dirección a seguir para que los diferentes pueblos y culturas no se perdieran en todo lo que es superficial y mezquino.

Esas Leyes de los Mandamientos no fueron atendidas, porque no fueron aceptadas ni reconocidas y, ahora, el Señor del Universo y sus corazones contemplan la grave situación planetaria actual en la superficie, y esta cruz del tiempo final es más pesada que la que Yo cargué.

Por eso ofrezco, en estos tiempos finales, que las almas se postulen espiritualmente a ser víctimas de Mi Amor; una experiencia compleja de comprender, porque no es una experiencia mental, sino espiritual, profundamente silenciosa, anónima e imperceptible.

Esto es lo que Yo vengo a buscar por medio de estas últimas Apariciones de Cristo, no solo a preparar a los corazones y a las almas para Mi esperado Retorno al mundo, que está cerca; no solo a preparar a la humanidad para el día del Gran Juicio Final, que no será como ustedes creen o dicen por ahí; sino también vengo al mundo a través de estos Mensajes, de Mis últimos Mensajes preparatorios, a pedirles a los corazones a que se postulen para ser víctimas de Mi Amor; una experiencia real y viva, que fue parte de la vida de muchos santos y bienaventurados que estuvieron encarnados en este mundo, desde el año cero de Cristo hasta el presente.

¡Cuántos bienaventurados y víctimas de Mi Amor fueron despertando y manifestándose a través de los tiempos y de las generaciones!

¡Cuánto esas almas vivieron por Mí, dolorosamente!, no para reflejar su propio victimismo, sino para entregarse por medio del silencio y del anonimato a vivir los Sagrados Dolores del Señor, que en este tiempo necesito disolver de Mi Corazón para siempre.

La oportunidad es para todos los corazones sin excepción. Ser víctimas de Mi Amor es aún una Ley desconocida, porque es vivir en la esencia de la Ley del Amor-Sabiduría; es entregarse a Mí, sin reclamos ni condiciones, por la redención de toda la humanidad y del planeta, a fin de que algún día esta superficie se vuelva un suelo sagrado en todos los continentes y en todas las naciones; a fin de que las Leyes Superiores puedan descender y reconstruir el éter del planeta, a través del ofrecimiento de las almas víctimas de Mi Amor.

Todo esto, que hoy les digo y les presento, no es una poesía ni tampoco nada emotivo. Solo su Maestro y Señor puede aceptar y confirmar a las almas que se ofrezcan a ser víctimas de Mi Amor; porque esto significa y representa, en este tiempo final, no solo un compromiso maduro y perpetuo, sino que también representa para las almas que están encarnadas en la superficie de este planeta, que acepten vivir conscientemente su propio despojamiento interior y el absoluto vacío de ideas propias, de voluntades personales y mundanas, y que acepten vivir constantemente su purificación bajo la Ley poderosa de la Gracia del Señor, sin buscar ningún rasgo de protagonismo, aceptando trabajar y servir secretamente en constante oración.

Que esta aspiración toque el corazón de Mis compañeros, porque aún no tengo muchas víctimas de Mi Amor, solo tengo muchas almas que Me adoran y que Me aman.

Pero este paso de las almas, que se pueden postular a ser víctimas de Mi Amor, representará en este tiempo final algo único y nunca antes visto, porque podría cambiar el rumbo de esta humanidad para siempre.

Las primeras víctimas de Mi Amor fueron los apóstoles, que fueron llamados por su nombre a las orillas del Mar de Galilea y hoy, de forma semejante y no tan simbólica, sus almas están a las orillas de este Sagrado Mar de Galilea, para escuchar el llamado interior del Redentor y para que sus hermanos y hermanas del mundo entero también lo escuchen, resonando como un eco profundo en la consciencia de este Mar, que se ofrece, a través de la Madre del Mundo, como un vientre inmaculado y puro para la purificación de sus vidas y para su gran momento de consagración final.

Hoy, les dejo a ustedes este Mensaje interno que proviene de Mi Corazón; mientras que, una vez más sobre las aguas de este mar, ven pasar a Mi Barca, austera, simple y humilde, buscando llamar a las almas para cumplir Mi Aspiración, la Aspiración que es de Dios a través de su Divino Hijo.

Por eso, una vez más, a las orillas del Mar Sagrado de Galilea y, por última vez, en este tiempo final, las almas vuelven a escuchar Mi Llamado, un llamado que resuena a través del Amor, de la Vida y de Mi Camino, el camino ofrecido para los Nuevos Cristos.

Por eso, en Mis Manos, hoy llevo el Libro de la Vida, aquel libro que está formado a través de la Consciencia Sublime de Dios; porque el Padre Eterno espera escribir, a través de Su Hijo, este momento, y aguarda silenciosamente y secretamente la oferta de los corazones.

 

Una vez más, tú, Sagrado Mar de Galilea,
consciencia que refleja
la esperanza prometedora al mundo entero,
que guardas en tu profundo silencio
el Dolor de tu Maestro y Señor;
vuélvete a ofrecer en servicio incondicional por las almas
y que, en este día de aleluya,
las almas vuelvan a ser purificadas
por la Sagrada Ciencia de los Sacramentos.

Oh, Sagrado Mar de Galilea,
que te ofreces en silencio y en abnegación,
que eres testigo de las Huellas de Cristo
y has contemplado muchas veces el amor vivido
por Mis compañeros y compañeras;
vuelve a ser testigo de este sagrado momento junto a Cristo Jesús,
para que los corazones reciban la liberación que necesitan
y el despertar cada vez más consciente
a un servicio mayor, por un solo fin,
el triunfo de Mi Amor Redentor.

Que así sea.

Amén.

 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN UN BARCO, EN EL MAR DE GALILEA, ISRAEL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL 6 DE ABRIL, QUINTO DÍA DE LA SAGRADA SEMANA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Al fin, han llegado aquí, a Mi sagrado Mar de Galilea, en donde Mi vida pública comenzó con ustedes, en donde el Redentor pisó con Sus Pies esta sagrada tierra para llamar a Sus amigos por su nombre.

Este es el Mar que refleja el Amor de Dios, el Amor de Adonai por todas Sus Criaturas.

Aquí, Yo vine a buscar a los que Me amaban. Vine a llamar a los que Me buscaban y a todos los reuní en el nombre de Adonai para que, a través del Mar de Galilea, el Pescador de almas y de corazones comenzara Su Obra de Misericordia y de Redención en el mundo, preparando a los apóstoles para dar continuidad a Mi Mensaje y a Mi Palabra.

Hoy, están sobre este Mar de Galilea, siendo acogidos por el Amor de Dios, por Su Gran Consciencia Cósmica, por esa misma Consciencia de Amor Universal que trajo al Redentor a la Tierra; el que fue anunciado por los profetas; el que fue adorado por las santas mujeres; el que fue buscado por multitudes y pueblos con el fin de que aliviara el sufrimiento, la enfermedad y la miseria humana.

En este Mar de Galilea, Dios Me presentó, por primera vez, el sacrificio que viviría por el mundo entero. Esta fue la primera iniciación de Mi Corazón ante este mundo material.

Fue aquí en donde todo comenzó para su Maestro, porque un buen Maestro siempre necesita de Sus discípulos, así como Sus discípulos necesitan de su Maestro.

Aquí, en el Mar de Galilea, está guardada la historia de Mi ofrecimiento por la humanidad, por la salvación de este Proyecto Humano.

Aquí, a través de este mar, está la Presencia de Dios y de Su Suprema Voluntad para Sus Criaturas. Este es el gran espejo de todas Sus Leyes Universales. Este es el océano de la Compasión de Dios por Sus Hijos, a través del sacrificio del Señor, Cristo Jesús.

Ahora, por un instante, recuerden lo que aquí vivieron Conmigo en Galilea, en Cafarnaúm y también en el río Jordán, donde fue anunciado el Bautismo a través del Espíritu Santo.

¡Cuántas almas, que están presentes en estos tiempos, siguieron las Huellas del Señor, por tan solo querer tocar por un momento Su Túnica, para ser curados por Cristo!

¡Cuántos aspiraron a ser tocados por el Señor, por la imposición de Sus humildes Manos, al descender la Energía Suprema para la liberación de la esclavitud humana!

¡Cuántos caminaron desde diferentes regiones y lugares para escucharme, para reconocer en sí mismos la Presencia de Dios!

¡Cuánto He vivido aquí, por ustedes y con ustedes!

¡Cuántas veces, al lado de este mar, en el silencio del Señor, He podido contemplar al Padre a través de la naturaleza y, así, poder reconocer Su Voluntad para las almas!

Este es el Mar de la Consciencia de Dios. Él escogió este humilde lugar para todo el mundo, espacio que se completaría espiritualmente con la Pasión y Muerte de su Señor en Jerusalén.

Están aquí, en este día, ante los códigos de vida, de una vida digna, evolutiva y suprema.

Están delante de uno de los espacios internos del Arca de la Santa Alianza, que guarda la experiencia más importante de la vida pública de Jesús por la redención de todo el género humano.

Y hoy, ustedes, en nombre de sus hermanos y hermanas del mundo, al igual que los apóstoles del pasado y que tantas multitudes que Me siguieron, están sobre Mi Barca; la barca de la salvación, que una vez más vuelvo a ofrecerle al mundo para que la Justicia Divina no descienda; para que descienda, así como desciende sobre este mar, la Misericordia de Dios, la Misericordia Divina que renueva todas las cosas.

Por esa razón, Yo estoy aquí con ustedes y por ustedes; volviendo a escuchar al Maestro en el Mar de Galilea; volviendo a contemplar Su mirada de servicio incondicional; sintiendo palpitar Su Corazón Misericordioso, en amor y en aspiración ardiente por las almas de las cuales tengo sed.

En esta Paz de la Consciencia de Dios, que los abraza, renueven los votos internos en esta Sagrada Semana y siéntanse parte Conmigo de este gran momento en Israel; vívanlo en nombre de toda la humanidad y del planeta para que el sufrimiento y la miseria humana sean trascendidos, para que la Misericordia del Redentor vuelva a triunfar en las almas en estos días, en todos aquellos que buscan Mi Paz.

Hoy, dejo aquí grabado este momento con ustedes, para que en los tiempos que vendrán, antes de Mi esperado Retorno al mundo, Yo pueda volver a contemplar, cuando lo necesite, este momento, así como Yo contemplo cada momento compartido con Mis apóstoles y las multitudes que venían a escuchar al Señor de Israel.

Esto es muy especial para Mí y sé que no lo comprenderán. Aunque no lo parezca, de este momento sagrado vivido con los Míos, con cada uno de sus corazones, el Señor retira la fuerza interior que necesita para seguir adelante en esta Obra de la salvación y de la redención del mundo.

Hoy, irradio este Mensaje a toda la humanidad desde el Mar de Galilea y, como les dije la última vez, ahora sí deben caminar con fe sobre las aguas, así como Pedro caminó; pero ahora serán ustedes los que deberán caminar hacia Mí en confianza, en fortaleza y en fe, para que sus miedos más profundos se disuelvan para siempre, así como los apóstoles disolvieron sus miedos internos en aquel tiempo.

Yo Soy el Señor de la Barca de la Salvación y recibo a todos sin condiciones ni reglas, porque es el Amor y la Compasión del Padre Eterno que los recibe.

Y, a través de este día en el Mar de Galilea, Yo los vuelvo a bendecir y a darles Mi Paz, la Paz que debe confortar al mundo, la Paz que debe fortalecer a las almas en estos tiempos de transición, la Paz que les debe hacer sentir que ustedes están Conmigo y Yo estoy con ustedes, en confianza y en fe, en amor y en esperanza.

Así, abro las puertas de Mi Iglesia Espiritual y Celestial para que, a través del Mar de Galilea, sus corazones vuelvan a ser bendecidos y reciban Mi Cuerpo y Mi Sangre como la última alianza definitiva con su Señor y Redentor.

Celebren este momento, así como lo celebra su Señor y Maestro, en un profundo gozo espiritual y divino por la redención de la humanidad, por el establecimiento de la paz, por el descenso del Reino Celestial en este planeta.
 

Amado Mar de Dios,
océano profundo de la Misericordia Divina,
expresión perpetua de la Compasión de Dios,
testigo fiel de la redención y de la conversión de las almas.

¡Oh, sagrado Mar de Galilea!,
reflejo de la Presencia del Único Dios,
irradia tus códigos crísticos de vida,
ofrecidos por amor en cada paso vivido por el Maestro,
reúne en este océano a todos los que tienen sed de ti.

¡Oh, sagrado Mar de Galilea!,
 reflejo de la Esperanza de Dios,
haz renacer a todas las almas del mundo,
cicatriza las heridas del sufrimiento y del error,
concédeme la Gracia de purificar a los Míos con esta agua,
para volver a bautizarlos
en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Sagrado Mar de Galilea,
haz que las almas encuentren
Mi Presencia Eterna de Amor.

Amén. Amén. Amén.
Que así sea.

 

En nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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