APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO DURANTE EL SAGRADO LLAMADO, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cuando el mundo comprenda que la espiritualidad no termina aquí, ese será el gran día del paso de la consciencia. Será cuando gran parte de la humanidad crecerá interiormente y los misterios serán develados a aquellos que siempre buscaron una explicación y un porqué.

En esta coyuntura del planeta, en este momento de inflexión de la humanidad, es cuando muchos postulantes Míos, en los planos internos, se preparan para ese gran momento que vendrá como una gran revelación interior, directamente de Mi Iglesia Celestial. Esa será la primera señal de Mi venida. Muchos corazones sentirán que un momento culminante se aproxima.

Ante el escenario de la humanidad y de toda la Tierra, los corazones sentirán Mi llegada no como una explicación intelectual, sino como una verdadera señal interior de que el Espíritu Santo despertará en aquellos que confían en Mí, y esto irá más allá de cualquier religión o dogma, porque su Maestro y Señor vendrá por toda la humanidad, por todas las razas, por todos los pueblos y naciones.

Y aquello que una vez fue escrito en el libro del Apocalipsis se cumplirá, no de la forma que muchos creen. En las Escrituras hay muchos símbolos y señales que fueron dejadas a través de los apóstoles, pero que ni ellos mismos comprendieron en su momento. Esto va más allá de cualquier teología o ciencia.

La venida de Cristo a la Tierra aún no fue comprendida por el hombre ni tampoco por ninguna religión. Lo que está escrito en la Biblia es una pequeña parte de ese gran acontecimiento. Muchos, pero muchos, reconocerán tarde que no se arrepintieron a tiempo, por mantener el resguardo de su doctrina o institución.

Yo vengo a enseñar al mundo lo que le enseñé a Mis apóstoles y a todos los que Me siguieron: la humildad y la simplicidad de corazón, que permite comprender todos Mis mensajes y parábolas. ¿De qué forma ustedes creerían que Yo lo podría haber hecho?, de una forma simple. Ese era el único camino que Mi Padre Me solicitó, de una forma humilde, austera, para que los corazones pudieran reconocer a Dios. El Padre nunca podría haber revelado todo Su Poder y Su Verdad, ningún corazón de esta humanidad estaba preparado para eso.

En Fátima, a través de Mi Santísima Madre, a través del Milagro del Sol, una parte de ese Poder de Dios fue mostrado al mundo. Muchos corazones se convirtieron y renovaron su fe, eso revela al mundo que la Divinidad siempre estuvo presente desde el principio de la Creación hasta ahora y siempre lo estará. Es una Ley y nada lo cambiará.

Por eso, Yo les digo, compañeros, en estos últimos momentos en que Yo estoy con ustedes y por ustedes, en los que Nuestros Sagrados Corazones comienzan a retornar a las Esferas Celestiales, este es el momento más importante de sus vidas, en el que la gran decisión deberá ser tomada. No dependerá de nadie ni tampoco de ninguna religión, esa decisión es de cada uno de ustedes Conmigo.

Si en verdad aprendieron a leer en los acontecimientos, podrán comprender, compañeros, todo lo que su Maestro y Señor les entregó en estos últimos siete años, en los que diariamente he caminado a su lado, para que pudieran sentir y comprender el Plan de Dios.

Pero la humanidad aún espera que todo vuelva a lo normal. La humanidad no quiere reconocer el fin del último tiempo. La Biblia lo revela y lo expresa claramente, pero no se queden solo con las enseñanzas que la Biblia guarda, sino que pidan a Dios con fervor que algún día puedan comprender sus misterios, para poder estar preparados, disponibles y conscientes para esperar Mi Retorno.

En la solemnidad del Inmaculado Corazón de María, Su Hijo viene a glorificar Su Nombre, Su tarea y Su misión con la humanidad, un propósito de gran sacrificio, un Amor infinito expresado a través de Su misión, algo que nunca se interrumpió porque es eterno y sublime.

Será en estos últimos meses de trabajo, cuando las almas podrán recibir de Nuestros Corazones lo último que necesitan para poder sobrellevar el fin del tiempo. Quiero que la humanidad sepa sobre el fin de ese tiempo. Ya no es momento de encubrir ese acontecimiento, sino de reconocerlo, de aceptarlo y sobre todo de vivirlo, así como Yo lo estoy viviendo por ustedes en este momento.

Los misterios de Mi Pasión no solo están revelados en la Eucaristía, sino que también las señales de Mi Pasión han sido el testimonio de muchas almas en el mundo que, a través de los tiempos y de las generaciones, se ofrecieron para vivir la estigmatización de la consciencia, algunas físicamente y otras de forma espiritual. Las señales de Mi Pasión, en las almas que he escogido, son imborrables, son un propósito de la redención del sufrimiento por medio del amor y de la compasión.

Hoy llevo entre Mis Manos el Santo Cáliz, la copa que testimonió el sacrificio del Redentor y sobre ella sostengo Mi luminoso Cuerpo, la Eucaristía, para señalarle al mundo el momento de Mi Retorno y el tiempo de la gran definición. Que las religiones asuman este momento, así permitirán que Mis Rayos de Amor y de Misericordia, que brotan de Mi Corazón, auxilien al mundo.

A pedido de Jesús, Nuestro Señor, contemplemos en Su Presencia y Gloria, la Sangre y el Cuerpo de Cristo que Él hoy sostiene entre Sus Manos.

Así como muchos bienaventurados recibieron este Misterio de Amor a través del Cuerpo y la Sangre de Cristo, hoy vengo a renovar una vez más en ustedes y en el mundo entero, la poderosa Gracia de la conversión y de la redención por medio de la Sangre y del Cuerpo de Cristo que hoy, espiritualmente, se derraman en el mundo para vivificar a las almas en la unión divina con Mi Espíritu, en donde siempre se encontrará la fuerza de su fe y confianza en nuestro Creador.

Traigan aquí el altar.

Los ángeles se congregan en este momento alrededor de Nuestro Glorificado Señor para celebrar este ofertorio, que nacerá de cada corazón sincero, en unión y en amor al Sagrado Corazón de Jesús y por la humanidad.

Que, en la solemnidad del Inmaculado Corazón de María y por los méritos de Su sacrificio, maternidad y silencio, las almas más necesitadas del mundo reciban la Gracia, en esta noche, del ingreso espiritual a Mi Iglesia Celestial para ser portadoras de Mi Paz.

Nos podemos arrodillar o colocar de pie para esta consagración que hoy, de forma solemne, realizará Nuestro Señor por la humanidad.

Pidamos la Gracia a Jesucristo de ser dignos de participar de la revelación de este Misterio de Amor, en este día y por los días que vendrán. Amén.

A los pies del Monte Calvario, en donde el Árbol de la Vida fue erguido en sacrificio y amor, nuestras almas se postran, al igual que los ángeles del Cielo, para recibir este misterio de la compasión de Nuestro Señor.

Contemplemos en este momento, así como lo muestra Nuestro Señor, el Monte Calvario y a Cristo en la Cruz, derramando Agua y Sangre, de forma espiritual, para el mundo entero.

Hagamos en este momento, ante la presencia de Jesús, nuestro acto de contrición silenciosa, un acto de penitencia y de reconciliación, reconociendo nuestras miserias, pero encontrando dentro de nosotros el Amor insondable de Su misericordioso Corazón.

Quisiera poder estar más tiempo con ustedes, pero ya llegó el fin y espero que algún día lo comprendan.

Hoy, a ustedes y al mundo, a los que tienen fe sin poder ver, ofrezco este Sacramento por Mi Iglesia en la Tierra, por el Amor de Mi Corazón en las almas.

En la noche, antes de ser entregado, tomé el pan, lo elevé en ofrecimiento al Padre Eterno para que fuera bendecido y transubstanciado en el Cuerpo de Cristo. Enseguida lo partí y lo ofrecí a Mis compañeros, diciéndoles: “Coman, porque este es Mi Cuerpo, que será entregado para el perdón de los pecados”. Y la Luz de Mi Corazón se expandió en el mundo.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.

Enseguida de haber terminado la Cena, momentos antes de partir al Huerto Getsemaní para vivir y reconocer la agonía de su Maestro y Señor por la humanidad y hasta los tiempos de hoy, tomé el Cáliz y elevándolo a Dios le ofrecí Mi Sangre por Su Proyecto Redentor, para que fuera bendecido y transubstanciado en la Sangre de su Redentor.

Enseguida, se lo ofrecí a Mis compañeros diciéndoles: “Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, que será derramada por los hombres para la remisión de todas las faltas. Hagan esto en memoria Mía”.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.

Y el Espíritu Santo, antes de Pentecostés, ingresó como Luz y Sabiduría en Mis compañeros, para que fueran embajadores de la Paz y servidores del Amor de su Redentor.

Padre Nuestro (en portugués).

Padre Nuestro (en inglés).

Que la Paz de Cristo descienda a la Tierra.

“Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra Tuya bastará para sanarme. Amén” (se repite dos veces).

Y concedemos, por medio de la autoridad de Nuestro Señor Jesucristo, la Comunión espiritual para todos los que participan de este momento en los diferentes lugares del mundo. Que la Comunión con Cristo y con Su Espíritu les conceda la paz.

Y antes de partir al Huerto Getsemaní, en la mayor soledad de Su Corazón, Nuestro Señor les dijo a Sus apóstoles:

“Ámense los unos a los otros, así como Yo los amo. No podrán venir hacia donde Yo voy, porque retorno a la Casa de Mi Padre, pero una Gracia especial siempre colmará sus corazones, la Gracia del Espíritu Santo, que será su fortaleza y confianza para poder seguir adelante". Hoy Yo les digo lo mismo, compañeros.

No quisiera irme de aquí, pero Mi Padre ya dijo que es el tiempo. Sean testimonio de Mi Amor, aunque sean perseguidos. Sean testimonio de Mi Paz, aunque sean blasfemados. Sean testimonio de Mi Luz, aunque sean castigados, porque Yo les digo, por sus frutos los conocerán, y un buen fruto nunca muere porque siempre hará florecer, de tiempo en tiempo, el Árbol de la Vida.

Hoy descanso un momento en sus corazones para continuar adelante, así como descansé, sufrí y padecí en los que han sido estigmatizados por las dolorosas Llagas de su Maestro y Señor.

Sigan dándole valor, devoción y amor a las Llagas de Cristo, porque allí podrán estar escondidos y el mal no prevalecerá.

Los bendigo y les doy Mi Paz para que la vivan y la compartan en todo el mundo.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Me despido en esta noche, escuchando una melodía especial para Mí: “Corazón vacío”.

Les agradezco.

Maratón de la Divina Misericordia
Aparición reservada de Cristo Jesús Glorificado, en Toronto, Ontario, Canadá, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús, para el segundo día de la 80.ª Maratón de la Divina Misericordia

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Con alegría y júbilo los reúno en este momento, porque en los planos internos reúno a muchas culturas y pueblos que llegaron a este país, a Canadá, para vivir una oportunidad y una esperanza.

Por esa razón, compañeros, los he reunido aquí, en este lugar. Los he reunido aquí, en este país, para que pudieran comprender desde cerca el significado de este momento.

Es una síntesis entre culturas y pueblos que se está viviendo en este momento, y es a través de Mi Presencia Crística que eso sucede.

Por eso les he pedido que Me acompañen, que pudieran llegar hasta Canadá, para que las bases de Mi Obra Redentora con ustedes se puedan fundar aquí, porque esa es una de las Aspiraciones de Dios para este momento planetario, en el que todas las almas y las esencias del mundo, así como todas las culturas y los pueblos, deben prepararse para el nuevo tiempo, después de esta transición de la Tierra, en donde las almas vivirán cosas inexplicables, pasarán por experiencias desconocidas, que necesitarán ser sostenidas por la fe y el amor de Dios, a través del corazón de todos Sus hijos.

Con esto quiero explicarles, más claramente, que la Aspiración de Dios de haber venido aquí, a Canadá, es para dar un impulso no solo espiritual, sino también material, en la concreción de nuevos puntos de Luz en el mundo, formado por la integración de las almas, la unidad de los corazones y la vivencia de la vida grupal, entre todos los miembros de esta humanidad. 

En este caso, hablo de las culturas y de los pueblos que emigraron hacia Canadá, pero que no perdieron sus principios ni atributos de vida, todo lo que aprendieron desde los orígenes de sus países.

Y eso es muy valioso para Dios porque, de alguna forma, Canadá ha conseguido acoger y recibir a todas estas almas, no solo abriendo las puertas a las oportunidades y a la esperanza, sino también abriendo las puertas internas y espirituales, para que después de casi treinta años, en los que emigraron muchas personas hacia este país, este es el momento y esta es la oportunidad para que la Jerarquía Espiritual pueda comenzar a realizar un trabajo y llevarlo adelante.

Este es el mensaje que hoy quiero traer para todos Mis compañeros; pero especialmente para los que hoy Me acompañan aquí, para los hermanos que están aquí, en la ciudad de Toronto, y que abrieron sus corazones, sin pensarlo y sin meditarlo, para recibir este impulso directo de su Maestro y Señor, que tendrá como consecuencia y resultado el beneficio espiritual e interno para muchas almas más, para todos los que emigraron aquí, a este país, y que también son considerados por la Misericordia de Dios.

Lo que caracteriza a todos los pueblos y culturas, que se radicaron en Canadá, es la simplicidad de su vida, los atributos que viven a través de lo que han aprendido en sus vidas y todo lo que han construido a través de sus culturas y de sus lenguas, sin dejar de dar continuidad a lo que cada país y nación representa, no solo como cultura o como pueblo, sino también como consciencia espiritual.

Canadá ingresará en una nueva etapa espiritual, con la ayuda y la colaboración de todos los extranjeros que aquí se encuentran y que se han integrado muy bien a este país y a esta cultura, en donde fueron insertados en la vida diaria de la comunidad.

Eso crea pilares importantes, más allá de todo; esos pilares espirituales que la Jerarquía necesita para fundar las comunidades; esas comunidades nuevas que se abrirán y que vendrán a través de la fe y de la confianza de las almas en Dios; porque no perderán sus principios ni atributos de vida, sino que esos atributos y principios se expandirán en la consciencia. 

Y así, como está escrito en la Biblia, los pueblos se unirán y se fusionarán como una sola consciencia, más allá de lo que hayan aprendido y vivido. Y eso se dará a través del amor, de la comprensión y de la aceptación de las diferentes culturas, para que ese ecumenismo universal, que proviene del amor, se pueda seguir gestando y viviendo en este país de Canadá.

La aspiración de la Jerarquía Espiritual es expandir este impulso desde Toronto hacia el resto del país, para que más almas y consciencias tengan la Gracia de recibir la instrucción directa de la Jerarquía, no solo para su vida material, para su vida familiar, sino, sobre todo, para su vida espiritual e interna.

En esta integración y ecumenismo, que se vive en Canadá a través de todos los extranjeros, es que se crean las bases necesarias e imprescindibles para que la Jerarquía pueda continuar con la Obra en el planeta. Y a través de estas almas y corazones que aquí se encuentran, que han experimentado la sobrevivencia, la superación del sufrimiento y del dolor y, sobre todo, que han encarnado la Trascendencia y el Amor de Dios, consiguiendo superar todos los límites de sus consciencias.

Para la Obra que debe establecer aquí la Jerarquía, en Canadá, con todos los representantes de sus naciones hermanas, a través de este trabajo y de esta Obra, la Jerarquía podrá ayudarlos. Y también recibirán las Gracias y las Misericordias que necesitan para poder despertar.

Por eso, hoy, Mi Consciencia y, sobre todo, Mi Corazón misericordioso, en este día tan especial, en este momento tan especial y en este encuentro tan especial, establece las bases espirituales que el Padre ha establecido para que, desde los planos internos, se comience a construir esa Aspiración de Dios, hasta poder materializarse completamente.

Y eso será a través de las almas que se autoconvocarán, que sentirán el llamado para profundizar en su vida espiritual y para reencontrar el camino hacia esa comunión perpetua y eterna con el Padre Eterno.

Por eso, dedicaré un tiempo especial para esta tarea en este país, el tiempo que sea necesario, porque estas almas que emigraron hacia Canadá, y que se encuentran en este país viviendo, representan a sus naciones de origen, a todos sus pueblos y culturas, y desde aquí, la Jerarquía espiritual podrá ayudar a todas las almas que hasta los tiempos de hoy viven dificultades y pruebas y no consiguen salir adelante por sus propios medios.

Es por la apertura de los corazones simples y humildes, es por el amor y la confianza de los que creen en Mi Nombre y lo invocan, que Yo puedo llegar a otras almas del mundo que no solo viven el sufrimiento, sino también la persecución y la esclavitud.

Es de esa forma, compañeros, que el bálsamo de Mi Divina e Insondable Misericordia llega a ellos, cicatrizando con el tiempo las heridas más profundas y, así, renuevo a las almas, para que puedan seguir adelante bajo la confianza y la guía de Dios.

Hoy vengo a celebrar con ustedes este momento y el establecimiento del nuevo monasterio de la Misericordia de Dios, que abrazará y amparará a todos los inmigrantes que aquí se encuentran, en Canadá, por medio de la virtud del servicio y de la oración, que traerá para todos ellos la comprensión sobre la vida y la unión profunda con el Plan del Padre Creador.

Las bases espirituales de ese trabajo, hoy quedan aquí fundadas por su propio Maestro y Señor, y esto traerá para todos, no solo oportunidades infinitas, sino Gracias infinitas para los que necesitan sentirse nuevamente amados, comprendidos y aceptados, para que sus heridas internas se puedan curar y cerrar.

Hoy traigo este mensaje porque sé que todos lo escucharán y que corresponderán a su Maestro y Señor para que esto se cumpla, porque será desde la Obra y dentro de esta Obra de Amor y de Redención, desde donde surgirán los medios para llevar adelante esta aspiración de su Maestro y Señor que proviene del Padre.

Aquí en Canadá, en el tiempo en el que se desarrolle este trabajo y esta Aspiración de Dios se vivirán muchos ciclos y etapas de posibles crecimientos espirituales y materiales, para que las almas alcancen el Portal de la Liberación, y así se sientan renovadas, consoladas y amadas por el Padre, así como por Su Divino Hijo.

Como un Sacerdote Mayor celebro este momento con ustedes, porque es un momento de celebración y de júbilo, de esperanza y de mucha Misericordia para todos los que necesitan encontrarla en sus vidas.

Por eso, bendigo y consagro este momento, y estas bases espirituales que hoy estoy estableciendo en Canadá, para que una nueva etapa y un nuevo ciclo comience, así como está previsto.

Agradezco la adhesión y el acompañamiento de todos Mis compañeros y, especialmente, agradezco a Mis queridas hijas de Etiopía, que representan a toda Mi amada África, que está en el centro de Mi Corazón, en este gran momento, en el que su Maestro y Señor volverá a colocar Sus Pies sobre ese continente para liberarlo del cautiverio para siempre.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES, ARGENTINA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Ya les dije, hijos Míos, que existe algo mayor dentro de ustedes que desconocen; y que dentro de su esencia original, la pureza que Dios concibió para cada uno de Sus hijos se encuentran muchos misterios por revelar y por mostrar a cada una de sus almas.

Yo vengo como su Madre, pero también como su Gobernanta Universal, como ese gran Espejo de Justicia y de Misericordia, que viene a reflejar en la Tierra los Principios y los Dones de Dios.

Lo que el Padre espera de cada uno de ustedes, hijos Míos, es que ustedes también lo puedan representar en la superficie de la Tierra y que puedan ser espejos, tan semejantes a como soy Yo, que no solo traigan los atributos divinos a la Tierra en este momento tan agudo de la humanidad, sino que también ustedes, hijos Míos, conozcan sus propios misterios internos que el Padre les revelará cuando Él les quite con Sus propias Manos los velos de la consciencia, momento en el que todo se mostrará completamente y recordarán y sabrán quiénes son.

Por medio de su consagración diaria a Mi Inmaculado Corazón es que están enviando una respuesta al Padre Eterno, para que Él pueda contar con ustedes completamente y sin condiciones, porque al menos una parte de este gran rebaño de la humanidad deberá cumplir lo que el Padre necesita en este ciclo planetario.

En los cuatro principales continentes de este planeta deben existir las tribus de Israel, no sólo recordando sus orígenes y sus Principios Divinos, sino estando conscientes y disponibles para servir al Padre Celestial en las últimas misiones que Él encomendará a la humanidad, directamente a aquellos que despertaron y despertarán en este tiempo.

Esto forma parte, hijos Míos, del Plan infinito del Creador, un Plan que aún no se cumplió y no se concretó, un Plan que está siendo escrito por sus vidas y sus corazones, no sólo por los seres que están en la superficie de la Tierra, sino también por todos los seres que están en el Cosmos y forman parte de esta gran fraternidad universal que Dios formó y conformó desde el origen.

Ahora ustedes son conscientes, hijos Míos, de que no están solos, pero aún deben ser más conscientes de sagrados conocimientos y misterios que llegarán al mundo para poder despertarlo. Eso los colocará delante de los acontecimientos del fin de los tiempos en una postura más consciente y madura, así como Dios lo necesita.

Yo les vengo a traer, hijos Míos, esta revelación porque no está escrita en la Sagrada Biblia, en verdad esa revelación fue omitida de la Sagrada Biblia. Por eso, hijos Míos, Yo soy parte de ese Verbo Divino que en el nombre de Dios viene a pronunciarse al mundo por medio de un mensaje y de la Palabra Divina, para que los hijos del Padre sean conscientes de que hay un propósito y una meta a alcanzar, en este ciclo, que ninguna raza y ninguna humanidad anterior alcanzó hasta ahora. 

Todos los que están presentes en este ciclo agudo del planeta, lo están por una razón espiritual, viviendo dentro de sí el universo de los aprendizajes y de las pruebas; aprendizajes que los colocan en la madurez de la consciencia, en la disposición interior y en el servicio incondicional al Padre Eterno.

No existen pruebas mayores, hijos Míos, que no se puedan superar. Yo les entrego la llave de la oración como un camino de comunicación con Dios, como un puente que siempre los coligará con la verdad de la existencia, donde sus consciencias podrán estar completamente elevadas, a pesar de cómo se encuentre el mundo. Y en esa elevación  y en esa aspiración constante, hijos Míos, es donde encontrarán las diferentes faces de Dios y conocerán más profundamente sus Nombres Sagrados que son emanaciones verdaderas de Su Consciencia Infinita, de sus diferentes tareas y misiones en este Universo, así como en otros Universos desconocidos.

Es así que Yo les traigo la Luz de la Verdad, esa Luz que debe penetrar en sus corazones y almas, una Luz que siempre los llevará a la Verdad y los sacará de la ignorancia de la Tierra. Porque hoy no solo estoy aquí por Argentina sino también por el mundo, por todos los que escuchan Mi mensaje en este tiempo crucial y claman desde su corazón por la existencia de la Paz, no solo dentro de ustedes sino también en el mundo.

Esa consciencia elevada que Dios los invita a alcanzar, día a día, no solo a través del camino de la oración, sino también a través del camino del servicio. Eso les permitirá, hijos Míos, estar en otra vibración y en otra consciencia, desde donde Dios podrá intervenir en la humanidad a través de los instrumentos, Sus hijos, y así disipar, de a poco, el caos que está presente en la humanidad. Y así, ustedes percibirán, hijos Míos, la existencia que se encuentra en los Espejos del Universo, que son grandes usinas de información que siempre alimentaron sus espíritus y esencias desde el principio.

Pero ahora, hijos Míos, llegó el momento de recordar todas esas cosas, de revivir todos esos tesoros que son profundamente espirituales e inmateriales y que colocarán a sus consciencias al servicio del Plan de Dios porque les aseguro, hijos Míos, que sabrán dónde estar y qué hacer en el momento exacto.

Ustedes y todos sus hermanos de la humanidad son una raza en transición, una raza que vive los primeros pasos del Apocalipsis, en el que se revelarán muchos misterios, pero también se mostrarán cosas increíbles por parte de los hombres y mujeres de la Tierra, nunca antes vistas, que también ofenderán al Corazón de Dios.

Por eso Yo los invito, hijos Míos, a elevar sus consciencias y ese pedido ya lo hicieron sus almas. Por eso hoy les vengo a hablar de todas estas cosas, hijos Míos, porque estarán alimentados de la Fuente Inmaterial y no de las informaciones que promueve la propia humanidad que confunden a los corazones y que no son verdaderas.

Como la Madre del Altísimo, la Madre Universal y el Inmaculado Corazón de María vengo, en este tiempo y fuera de la Iglesia, a ampliar la consciencia humana que cada día está más dormida, hipnotizada e indiferente a la realidad universal.

Será la elevación de sus consciencias y corazones, y de todos los que aspiren a despertar que colocará a la consciencia humana en otro nivel, en donde se podrá percibir la Presencia de Dios y de Su Fuente y traer la Verdad hacia sus corazones y consciencias.

Yo necesito, hijos Míos, que construyan el Nuevo Tiempo a través de sus ejemplos y de las enseñanzas que les ha entregado Mi Hijo, no sólo a través del Evangelio, sino de Sus Sagradas Instrucciones, de todos los impulsos que les ha entregado en estos últimos tiempos.

Pero llegó el momento, hijos Míos, de que la consciencia de la Divina Jerarquía se muestre y se haga sentir a la humanidad porque la raza humana está al borde del abismo y Yo tengo la tarea, hijos Míos, de rescatarlos y de despertarlos y de llevarlos al Corazón del Redentor, en donde estarán seguros y protegidos. Pero también tengo la misión espiritual encomendada por el Arcángel Gabriel de revelar la verdadera Consciencia de Dios y la de Nuestros Sagrados Corazones que no solo se remiten a una imagen santa.

Este es el tiempo en el que sus consciencias y mentes se pueden expandir y que el centro de su corazón sea quien gobierne sus vidas. Así sus espíritus los impulsarán a vivir los cambios sin miedos, sin restricciones ni dudas para que representen a Mi Hijo en la superficie de la Tierra como Sus apóstoles y no solo vivan Sus enseñanzas y Sus ejemplos, sino que lleven a sus hermanos, a los más necesitados, el alivio de Dios y que aprendan a sostener sus propias naciones por medio del instrumento de la oración y del servicio, que Me permitirá seguir pisando fuerte la cabeza del mal y más almas de los infiernos se liberarán, más consciencias recuperarán su fe y la esperanza en el Padre Eterno y nada más los separará de la Verdad, porque podrán preparar la venida gloriosa de Cristo; no sólo viviendo dentro de sí la Verdad de Cristo, sino el advenimiento de Su Consciencia a la humanidad, lo que nada ni nadie detendrá, porque en el momento más inesperado Él regresará.

Por eso Yo vengo como Su Madre y como Su Esclava fiel a avisarles y a anunciarles, hijos Míos, que ese momento se está acercando y Él será su gran Patriarca, su Gobernante, su Líder, su gran e infinito Amor. Y lo tendrán frente a sus ojos, así como lo tuvieron los apóstoles después de que Él resucitó. Pero ahora, no tocarán Su Llaga como la tocó Tomás, sino que ustedes, hijos Míos, tocarán Su Cuerpo y Sus Vestiduras Sagradas porque Él vendrá a abrazarlos en nombre del Amor y a establecer definitivamente la redención.

Por eso, hijos Míos, que sus corazones en este momento de crisis no pierdan la esperanza. Anímense a reorganizar sus vidas a través de la vida grupal, anímense a experimentar la vida comunitaria de las Comunidades-Luz que Nuestros Sagrados Corazones y las Sagradas Consciencias del Universo pidieron fundar hace muchos años, en ciertos puntos de Sudamérica, para que la humanidad que estaría sufriendo y padeciendo en este tiempo consiguiera encontrar un lugar en donde pudiera ver a Dios, sentirlo en lo profundo de su corazón y saber con certeza que nada está perdido, a pesar del caos que reina en el mundo.

Esas Comunidades-Luz, hijos Míos, son las Islas de Salvación para la humanidad entera. Por eso, hijos Míos, sepan que los valores sagrados de Dios están presentes aún en la Tierra y en esos lugares. 

Pero deberán vivir completamente el desapego, la neutralidad y la confianza, para que sus vidas vayan cambiando, poco a poco, y sepan que Dios, a través de las Comunidades-Luz, coloca Sus Sagrados Aspectos, cada uno de Sus Nombres Sagrados, para que Sus Atributos alimenten sus espíritus y a todos los que lleguen allí para vivenciar la presencia del Amor, de la hermandad, de la solidaridad, de la cooperación y de la Verdad.

Porque allí estamos presentes, entre ustedes y en ustedes. Allí encontrarán refugio a sus necesidades espirituales e internas. Allí encontrarán apoyo siguiendo los principios de la hermandad y de la vida grupal para que todo se mantenga en orden y en armonía.

Las Islas de Salvación son para aquellos que se quieren transformar verdaderamente y entregar su vida en las manos de Dios, así como nunca antes la entregaron. Las Islas de Salvación son lugares para las familias, para la célula principal del Plan de Dios que debe ser protegida y amparada por la Jerarquía, para que la familia como arquetipo espiritual siga perdurando a través de los tiempos, no pierda la felicidad y el amor que la ha concebido, sino que reciba siempre la Gracia de Dios para que todos los que nacieron y nacerán sean también dignos hijos de Dios, parte de la familia universal.

Pero el mundo está con su atención en otras cosas, por eso llegó el tiempo, hijos Míos, de que su Madre Celeste les revele lo que el Universo guarda hace mucho tiempo y que por períodos, a lo largo de la historia de la humanidad, ha tocado a esta raza por medio del despertar y del conocimiento, de la experiencia que tuvieron los pueblos sagrados, los pueblos originarios que consiguieron cumplir con el Plan de Dios, antes de que fueran exterminados.

Esa enseñanza, esa forma de contacto interior, con el Universo y con Dios, deberá ser retomada por la humanidad para que estén en la sintonía correcta y con la protección correcta.

Ahora, hijos Míos, como testimonio de que es importante mantener esa familia universal, como Madre del Altísimo y Señora de Argentina, escuchando el instrumental del himno de consagración de los Hijos de María llegó el momento de que los que hoy se consagrarán se aproximen hasta aquí para recibir Mis palabras y Mi bendición, sabiendo que sigo confiando en todos los que ya se consagraron y en los que, más allá de la apariencia humana o de los acontecimientos, se están consagrando para servir a la Madre de Dios, a la Gobernanta del Universo y de la Tierra, al Espejo de la Justicia y de la Misericordia. 

Por eso, hijos, regocíjense, alégrense y vivan la esperanza, que Mi Corazón maternal hoy les entrega en esta consagración, de permitir que sus almas y esencias estén bien despiertas y conscientes para que sus vidas completamente sean parte de los Atributos de Dios.

En esta noche, en donde toda Argentina es bendecida amorosamente por la Madre de Dios y bajo la presencia de los ángeles del Cielo, enciendo en ustedes, hijos Míos, la Pureza Original, para que ella los haga libres de espíritu y de cuerpo, de alma y de corazón, sabiendo que Dios está dentro de ustedes y los ama, y que Él tiene la autoridad de curar todas las cosas, por más difíciles e imposibles que parezcan.

Ustedes, hijos Míos, hoy se están comprometiendo ante Mi Inmaculado Corazón a no sólo orar por las familias de Argentina, sino también a orar por la Paz en Argentina, Paraguay y Uruguay.

Ustedes tienen Conmigo la misión espiritual de proteger el Proyecto que Dios ha pensado para este tiempo y para este lugar en Sudamérica, en donde deberá brillar la Estrella de la Nueva Jerusalén que hará renacer en la Paz y en el Amor a todos los corazones.

Yo los consagro, como muchas veces ya los consagré, pero ahora los consagro como Mis hijos, como Mis queridos hijos que caminarán a Mi lado formando parte de los ejércitos de la Paz, de los comandos poderosos de la oración del corazón.

También los invito, hijos Míos, a experimentar y a vivir el servicio por el semejante y por los Reinos de la Naturaleza, especialmente por las aldeas tan pobres de la Argentina, que muchas de ellas se encuentran aquí en Buenos Aires, en donde los corazones esperan por una sonrisa, por un gesto de amor, por un abrazo de compasión para poder soportar la miseria que viven en este tiempo.

Pero, hijos Míos, si sus corazones se elevaran al Cielo por medio del impulso de la oración y sus oraciones fueran profundamente verdaderas, no sólo ustedes seguirán estando debajo de Mi Manto, sino todos los más pobres entre los pobres.

Porque la Madre de Dios seguirá trabajando espiritualmente para que la Nueva Humanidad sea en Argentina y reciba el retorno de Cristo. Amén.

Yo los bendigo y les doy Mi abrazo maternal.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Hoy les dejo Mi Luz, Mi Cariño y Mi Consuelo para que lo lleven en ustedes mismos y lo compartan con los que más lo necesitan; así la red poderosa de Mi Amor llegará al mundo entero.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Y escucho el himno de su consagración.

Hasta pronto.

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE MARÍA, REINA DE LA PAZ Y ESTRELLA DE LA MAÑANA, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS

Queridos hijos:

¡Alabado sea Jesús en el mundo y en todo el universo, principalmente en los corazones que más lo necesitan!

Con alegría y gozo, retorno al Centro Mariano originario de Mis primeras Apariciones en América, la Madre del Cielo retorna al corazón de los hijos que le abrieron la puerta, al igual que en Medjugorje, para que se escuchara la cálida voz maternal de la Virgen María.

Por eso, Mi Corazón escogió estos dos próximos meses para que aquellos hijos, que hace ya algunos años escuchan Mi llamado, puedan recibir la restauración para la continuidad de Mi Obra materna en América y en el mundo.

Hijos Míos, en esta semana, les pido que concentren sus oraciones en las cinco Llagas que llevó marcadas Mi Hijo Jesús, mediante su oración diaria.

Como Madre les pido que adoren estos cinco signos preciosos, porque sí así lo hicieran ayudarán a que todas las llagas del sufrimiento, del dolor, de la desesperación y de la falta de fe y de amor puedan ser cicatrizadas por la cura infinita que puede irradiar Mi Inmaculado Corazón.

Que, en este ejercicio, sus corazones se encuentren con el precioso signo de amor y redención que Mi Hijo manifestó y mostró en la Cruz para todos ustedes.

Queridísimos hijos, ustedes saben que el mundo está sin paz y que estas llagas que genera el enemigo con sus planes, separan a las familias, debilitan el amor entre los seres más queridos y llevan a un gran número de almas hacia la perdición y el pecado.

Les pido que, a través de su Adoración a las cinco Llagas de Mi Hijo, la oración reverbere y llegue hasta el Reino de Dios, para que Su Misericordia y Perdón se derramen como cura en el corazón de todos los seres de la Tierra.

Queridos hijos, como Madre, los llamo a reafirmar su unión interna con Mi Hijo y a profundizar, desde el corazón, la vivencia de su camino espiritual; porque mientras innumerables almas apagan su fe y devoción por Dios, Yo, como Estrella de la Mañana, intento llevarlas lo más cerca posible del Corazón de Mi Hijo para que todas estén fuera de peligro y bajo el amparo de Su misericordioso Amor redentor.

Hijos Míos, hoy también vengo hacia ustedes para que, en esta pausa de sesenta días, ustedes estudien y lean las Palabras que Mi Hijo está anunciando, así sus corazones se fortalecerán y se liberarán del miedo. Tengan como instrumento de oración las palabras de la Sagrada Biblia, reúnan sus fuerzas como una única familia y permitan que la santa protección de Mi Hijo Jesús esté entre ustedes.

Queridos hijos, los tiempos mudan rápidamente y es necesario recuperar los íconos que Mi Hijo les entregó para su conversión, como lo son el ayuno, la confesión, la lectura del Evangelio y la oración en familia, porque así permitirán que el mundo no pierda la verdadera cultura cristiana que Mi Hijo fundó por amor a todos.

Hijos Míos, estoy con ustedes y entre ustedes.

Una vez más les agradezco por responder a Mi llamado.

¡Gracias!, la Paz sea con ustedes.

María, Madre y Reina de la Paz

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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