APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL SÉPTIMO DÍA DE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

En el Reino de los Cielos vive la realidad suprema de Dios, algo que el propio Dios intentó que la humanidad comprendiera, sabiendo que después de esta vida material y de esta experiencia en la Tierra las almas deberán retornar a Él.

Por eso, todo lo que hagan aquí, en la experiencia de la Tierra, representará el resultado evolutivo o no evolutivo de lo que después vivirán en los planos superiores de consciencia.

A través de las revelaciones a las santas videntes, han conocido una parte del misterio de Mi Resurrección, que es la misma Ley que rige a este universo material.

Yo quisiera que la humanidad no olvidara que tiene un alma y que esa alma existe en los planos internos para terminar de vivir una experiencia inconclusa.

Nada de lo que viven aquí, en la Tierra, podría ser pasajero. Dios siempre le indica el camino a quien lo busca. Dios guía con Su Mano el sendero de los corazones y Nosotros, a través de Nuestras Divinas Presencias, nos hemos ofrecido una y otra vez al mundo para que sea guiado, crea y tenga fe.

Por esa razón, Yo les otorgué los Sacramentos, para que recuerden que ellos están allí como fuentes de Gracia, inagotables e inextinguibles, para el alma que busca de verdad la conversión del corazón.

Por eso, la importancia de que en esta experiencia de la Tierra vivan el perdón. Recuerden que no pueden partir de este mundo sin haber perdonado y sin que ustedes pidan también perdón.

El alma existe para concluir una experiencia y quiero que sepan que para la mayoría esta es la última. Por eso, deben pensar en la existencia de los planos superiores de consciencia, el Reino de los Cielos o como lo quieran llamar, en donde sus experiencias después de esta vida vivirán una síntesis.

Yo no les vengo a hablar de la muerte corporal; vengo a hablarles de la oportunidad que no pueden perder en esta vida, porque el paso es único, como también cada momento de entrega y de ofrecimiento de sus corazones.

Vengo a decirles esto, compañeros, porque sé que muchos que están aquí y otros que no están aquí, se han sumergido en el camino del sufrimiento y de la culpa. Pero Dios les demuestra, a través de la Presencia de Su Hijo en este tiempo, que la puerta de Su Divina Misericordia aún está abierta al mundo, especialmente a los que aún les queda poco tiempo para arrepentirse.

Quiero que siempre tengan presente que Dios los ama, bajo cualquier situación o condición. Dios no tiene ira, Dios tiene Piedad, Gracia y Misericordia; y esto, en muchos casos, es olvidado completamente, porque las almas que están encarnadas en este tiempo se envuelven fácilmente con la indiferencia y lo superficial.

Pero Yo vengo también, en este tiempo y a través de cada encuentro, a pedido de Mi Padre Eterno, a colocarles el código crístico redentor en lo más profundo del gobierno de sus almas y esencias, código de amor y de redención que deberá ser cuidado y protegido por ustedes mismos; porque, así como Dios todo lo da, también todo lo puede quitar.

Ni una mínima partícula de Su Divina Gracia se desperdicia en este universo; si esto sucediera, sería una ofensa para Su Corazón. Por eso, Yo los llamo a valorar este momento y que aprendan a leer lo que Yo mismo estoy escribiendo a través de sus vidas. De esto dependerá lo que sucederá después con cada uno.

Imiten el ejemplo de los ángeles y de los santos que adoran, aman y reverencian a Dios, Nuestro Creador. Así, sus vidas profundizarán su dignidad espiritual y humana, y aquellas virtudes que Dios tiene guardadas en Su Corazón, y que están preciosamente escogidas para cada uno, serán entregadas en su debido momento, cuando sus corazones estén prontos, y ese momento se acerca.

El tiempo de la preparación está terminando, el tiempo de la acción está comenzando, porque la emergencia en el mundo es muy grande. La miseria, el sufrimiento y la enfermedad deberán ser aplacados y muchos, pero muchos corazones esperan el gran día de su liberación.

Ustedes, estando aquí y respondiendo a Mi Llamado, sin que Yo se los pidiera directamente, están participando de la preparación de ese gran momento, cuando Yo retorne en Gloria y con todo el Poder de Dios, para volver a instaurar el orden universal y el verdadero Gobierno Espiritual en este mundo.

¿Comprenden que la Ley deberá ser restablecida?  Y esto sucederá a través de la actitud de sus corazones, a través de acciones misericordiosas, porque la Misericordia los ayudará a percibir en cualquier lugar la necesidad, inclusive en aquel corazón aparentemente silencioso y anónimo.

Yo vengo para que sus almas abran sus ojos y perciban, por sí mismas, de lo que están formando parte. No es solo de un momento de Gracia, Piedad o Misericordia, es un momento de hacer emerger a los nuevos apóstoles; aquellos que, en los últimos tiempos, reescribirán la historia de la humanidad y del planeta; así como la propia Jerarquía reescribió la historia de este mundo a través de todos sus centros internos y sagrados, como fue en este lugar, a lo largo de los tiempos y sobre todo a través de las almas.

No todos podrán vivir el mismo modelo de vida evolutiva, deben tenerlo muy claro. Si esto es forzado, podría tener consecuencias irreversibles.

Deben aprender todos los días a percibir la necesidad del semejante; así, ayudarán verdaderamente al crecimiento de cada hermano, sosteniendo y apoyando su ser sin condenarlo, porque Yo estoy aquí para que los corazones Me reencuentren.

Pero, para que los corazones Me puedan reencontrar, puedan sentirme y vivirme internamente, aquí debe estar abierta la consciencia y sobre todo el corazón; porque Yo enviaré a las almas e iré a través de esas almas y los probaré, para saber si Mis grados de Amor se han sembrado en ustedes correctamente.

Por eso, aprovechen esta Sagrada Semana y suelten todo lo que los ata al pasado y, principalmente, libérense de ustedes mismos, porque ya lo pueden hacer, es solo confiar más en Mí. Así, los planes futuros y no tan lejanos se mostrarán a todos, y Dios colocará Su Mano sobre ustedes para que, a través de sus almas, Él pueda escribir Su Voluntad.

Si esto sucediera, así como Dios lo espera, les aseguro que los errores del mundo serán justificados, inclusive los errores que son cometidos con la sangre de los inocentes, que aún es derramada en estos tiempos. Así, pueden comprender que esto no es nada personal, es de una forma semejante a lo que vivieron Mis Apóstoles.

Pero ahora, estamos en un tiempo definitivo. Toda decisión siempre deberá ser premeditada, el discernimiento podría no bastar, es necesario pedir Luz para cada asunto, para que se pueda seguir el camino de la Ley que Yo les estoy trazando, que es la Ley de Mi Amor.

Así, Yo los hago partícipes de todos Mis designios, proyectos y operaciones; porque así, podré encontrar corazones disponibles y auténticos, que sean capaces de darlo todo; así como muchos más serán llamados a darlo todo, para que las Aspiraciones de Dios se puedan concretar.

Bajo esta reflexión, compañeros, que no podrán olvidar y que deberán memorizar; así, Yo los preparo para los próximos tres años de su tiempo, en los que eventos muy decisivos se presentarán y todos, de alguna forma, participarán de esos acontecimientos porque la humanidad es única y único es el Proyecto de Dios para la humanidad.

Estos tres próximos años definirán el reaparecimiento de Cristo, su Maestro y Señor, que hará Sus incursiones en algunos lugares del planeta. Y esto no será solamente espiritual, sino también físico. Como ya lo saben, no les avisaré, porque el Plan que tengo previsto tiene que cumplirse, así como fue propuesto y pensado por los Grandes Padres Creadores.

Quieran o no quieran, acepten o no acepten, den o no el paso que deben dar, todos participarán y serán testigos de esto. Por eso, será importante que, antes de que Mi hora se cumpla, sus intenciones, actitudes y formas ya estén purificadas.
En verdad, les digo que ni aun las santas mujeres, que esperaron ardientemente Mi Resurrección, soportaron la Presencia vibratoria del Señor. Y Yo les pregunto: ¿qué harán ustedes cuando esto suceda?

El Señor vendrá como un forastero, pero a través de Sus vestimentas estará la Presencia del Señor. Tienen que estar atentos para reconocerme o también cuando los llame por su nombre, porque la historia que comenzó en Israel deberá completarse y este es el tiempo de que eso suceda.

Por eso, Mi Espíritu, Alma y Divinidad los reúne en estos últimos tiempos y a través de la Sagrada Semana, con la intención superior de prepararlos. Pero, recuerden que hay una parte en todo esto que le corresponde a cada uno.

No esperen una respuesta. Colóquense, así como debe colocarse un servidor y un apóstol. Ofrézcanse para salir de ustedes mismos y así, la clareza y la guía del Sagrado e Insondable Corazón de Jesús llegará a ustedes.

Quiero celebrar esta Santa Comunión de hoy por esta causa, especialmente por los que están despertando y por los que despertarán, para que sus hermanos y hermanas del mundo reciban la misma Gracia que ustedes ya recibieron más de una vez; y todos, a través de un acto de verdadera redención y arrepentimiento, reciban la Gracia de la Misericordia.

He destinado, en este momento, a siete ángeles custodios para esta Celebración Eucarística, para que durante el momento de la transustanciación del pan y del vino, que se convertirán en Mi Cuerpo y en Mi Sangre, sus más honestas y verdaderas intenciones sean elevadas a cada uno de los ángeles custodios, a fin de que el Santo Espíritu de Dios, por medio de Sus dones, guíe los pasos de las almas que caminarán al encuentro del Propósito.

Para que sus almas reciban estos impulsos y los guarden en lo más profundo del espíritu y de la consciencia, vengo a erguir, a elevar y a ofrecer, a todos los presentes y no presentes, los principios que fundaron esta Comunidad-Luz y que hicieron posible que la humilde y tierna Mirada de Dios contemplara este espacio simple y humilde, para que Su Palabra descendiera a la Tierra y desde aquí al mundo entero.

Siéntanse parte de esta grandeza de Dios y, sobre todo, de Su Amor infinito e invencible.

Para que estos principios florezcan en todas las almas y corazones, como preparación para este momento de Comunión Espiritual, vamos a dar honor y gloria al instrumento que inspiró esta expresión del Plan de Dios en la superficie, a su hermano e instructor José Trigueirinho, que fue la puerta segura que se ofreció para el despertar de las almas y fue quien abrió la puerta de su corazón para que las Sagradas Jerarquías hoy estuvieran aquí, hablándoles a todos.

Reverenciemos este momento.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Vamos a cantar "Soplo del espíritu".


Yo los bendigo para que puedan reflexionar y crecer interiormente, sabiendo que Mis dádivas, en este tiempo, son únicas e irrepetibles.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Mientras clamas por Misericordia, contempla en tu corazón a los que no conocen a Dios.

Contempla en tu corazón a los ignorantes de alma y de espíritu que no creen en una realidad superior y que sufren por no buscar en Dios el aliento y el propósito de sus vidas.

Mientras clamas por Misericordia, contempla los mares y los océanos, los Reinos ultrajados de la Naturaleza, y recorre con tu consciencia cada espacio necesitado de este planeta. Encuentra, así, el sentido de tu oración, de tu canto, de tu clamor, de tu vida.

Contempla la consciencia de este planeta, el Infinito y el Tiempo de Dios. De esta forma, hijo, mientras oras, aspira a esta Vida Superior, para que ella llegue al mundo como la cura de todos los males y desvíos, como la puerta para la redención de todas las almas.

Cada día, da sentido y profundidad a tu oración, profundiza más en tu corazón y, así, profundizarás más en el Corazón de Dios. Como un espejo, tú estarás en Dios y Él en ti.

Tienes Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES, ARGENTINA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Mientras los canales de transmutación de la Jerarquía Divina se preparan para llevar adelante la tarea regional con Chile, Bolivia, Uruguay y Argentina, algunas almas son colocadas en ese servicio en los planos internos para que por amor a Mi Corazón y a Mi Gracia, la Justicia Divina y universal no caiga sobre esas naciones, especialmente en aquellas naciones que hoy viven de manera severa los conflictos sociales y humanos.

Pero esta situación va más allá de una disconformidad de las personas que habitan en esas naciones. En esos hechos se unen dos realidades complejas, la realidad espiritual y la realidad cósmica de las almas, la historia velada de los que aún no son conscientes de que llegaron al planeta para redimirse y reconciliarse.

Por esa razón, la Jerarquía Espiritual se unirá en esta tarea, no solo para atender a una situación espiritual, sino también para intentar, en una gran osadía, resolver la situación cósmica de las consciencias.

Porque lo que hoy sucede en Sudamérica no es solo un proceso de abuso del poder y de la desigualdad de derechos y de bienes. Sudamérica, como nunca antes, está siendo el escenario de errores que se vuelven a repetir como en otros tiempos.

Por eso, la Jerarquía se concentrará en Argentina, a través de un epicentro especial que ayudará a la liberación de cierta formas pensamiento que despiertan y generan en las almas el ímpetu de la rebelión.

Para la Jerarquía será una de las tareas más demandantes.

¡Les agradezco por acompañarme en esta etapa por la misión del Plan de Redención!

Los bendice,

Su Maestro y Señor, Cristo Jesús

APARICIÓN DE SAN JOSÉ EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

 

Que la gracia de Dios esté en sus vidas. Que el Espíritu Santo habite en sus corazones.

Hoy vengo, hijos, no solo para dar Mi bendición a esta Comunidad, a este Centro Mariano, sino también a esta nación.

Vengo a fortalecer sus espíritus, como también a los espíritus de cada ser humano, como a la consciencia de los Reinos de la Naturaleza para que, de esta forma, estén prontos para cargar la cruz de estos tiempos.

A veces insisto en decirles ciertas cosas porque muchos aún no comprendieron la urgencia de estos tiempos. Viven como si sus vidas fueran a permanecer iguales, como si sus planes fueran a cumplirse exactamente de la forma como lo esperan. 

Pero hoy, hijos, abro delante de sus ojos y de sus corazones las puertas hacia el Cielo, hacia la Iglesia Celestial de Cristo, hacia el altar supremo de su Padre Creador, para que coloquen allí sus metas y sus aspiraciones y reciban de Él el Plan que se deberá cumplir en estos tiempos.

Vengo, una y otra vez, a elevar sus conciencias a una realidad superior para que, de esa forma, como adultos en la vida espiritual, puedan estar con su consciencia en lo que es real, en la verdad de Dios que ya conocen, pero que muchas veces no viven.

Si no buscan la realidad superior que los rodea y que se oculta en la materia, en la vida humana, ¿cómo podrán amarla?

Yo viví en la Tierra, fui un ser humano como cada uno de ustedes y muchas veces dudé de la grandeza de Dios porque Me era desconocida. Pero Yo sabía que la vida no comenzaba ni terminaba en este mundo, porque sentía eso en Mi Corazón.

Cuando conocí a María Santísima, el misterio de Dios se reveló delante de Mis ojos, en Su vientre, a través de Mi Hijo.

Y después de dudar, Me rendí, entregué al Padre Mi condición humana para que Él cumpliera Su Voluntad en Mí y nunca Me arrepentí, porque el amor de Dios comenzó a desbordar de Mi Casto Corazón y toda la grandeza que se manifestaba ante Mí parecía poca, porque Su Amor era infinito y Su Verdad también era infinita.

Sabía que nada de lo que podría estar delante de Mis ojos limitaba a la Creación de Dios; que podría haber una única célula de Su Cuerpo Celestial, de sus Esferas sublimes, descendiendo en aquel momento a la Tierra para revelarnos Su existencia.

Les digo todo esto porque sé que muchos aún dudan de una realidad superior, de una existencia sublime que palpita en este mundo como en el Cielo.

Si ustedes se rindieran a la Verdad y la amaran de corazón podrían descubrir como Yo, hijos, que la vida en la Tierra no es la única realidad que existe.

Para llegar al Cielo, basta estar con el corazón en Dios, basta rendirse, rendir la propia condición humana y no limitar la Obra Divina al propio interior. 

Sé que muchos Me escuchan y no Me comprenden porque, en verdad, no quieren escucharme; porque no quieren creer que transformar la vida en la Tierra, transformar la condición humana y establecer los Planes de Dios en este mundo es simple. Porque si comprendieran que es simple tendrían que rendir sus propios planes, su propia vida y su propio corazón al Padre.

El Cielo está descendiendo a la Tierra para que la realidad ya no sea un misterio, para que la verdad ya no esté oculta.

Las estrellas que envuelven a la Tierra se revelarán como una vida muy sublime y muy perfecta.

Verán delante de sus ojos la revelación de la propia ignorancia.

La ciencia humana perderá su sentido y todo el conocimiento adquirido a lo largo de los siglos se tornará pequeño.

Verán que hasta hoy fueron niños en el jardín de infantes de esta Tierra y aun así, portaban en su interior el mayor tesoro de esta Creación.

Les digo estas cosas para que coloquen allí su esperanza cuando todo comience, para que no sientan que no saben qué hacer, si a lo largo de los últimos años Nosotros se lo enseñamos.

Coloquen sus corazones en Dios y en la Verdad Divina, coloquen su esperanza en su origen celestial, coloquen su fe en lo que verdaderamente son, porque sus cuerpos podrán pasar, pero la verdad que habita en su interior permanecerá.

Ocupen su tiempo y su atención en aprender a amar y a servir; no por ustedes, sino por una Creación infinita que aguarda la multiplicación del amor en sus esencias.

Si disponen su corazón para el Amor, todo lo que les podamos revelar será simple.

Por eso, Yo vengo simplemente para impulsarlos a aprender a amar, a amar a lo desconocido y a la verdad. 

Vengo a depositar en sus corazones la humildad de Mi Casto Corazón para que, en estos tiempos de revelaciones, disipen las dudas en la certeza de su ignorancia, en la certeza de que un Dios infinito, que aún no se reveló a los hombres, habita en el Cosmos y también en la Tierra.

La Verdad de Dios no está completa en ningún libro sagrado porque ella no fue revelada a ningún ser humano.

El Hijo de Dios fue la Verdad viva y, a pesar de que Él estuvo en la Tierra en un cuerpo humano, no Se reveló completamente al mundo, porque no lo comprendieron y no lo podrían comprender.

Su Verdad será revelada en Su retorno al mundo, porque en ese momento será la última oportunidad de que la humanidad se rinda al verdadero propósito de su existencia y los velos caigan de sus ojos, los muros que hoy los separan de una vida superior dejen de existir y la realidad que hoy está invisible se haga visible, y los instrumentos de Dios, Sus herramientas divinas, como los espejos de sus corazones, se hagan palpables.

Ya no tocarán lo que es invisible, pero podrán sentir, tocar y unirse a la Verdad Suprema. 

Hoy están en la escuela de la fe porque deben seguir adelante a pesar de todo conflicto e incomprensión. Esos conflictos, hijos, no provienen de Dios, sino de sus resistencias humanas.

Reconcíliense con el Padre y con Sus Mensajeros, clamando a Él para que les enseñe a rendir sus resistencias y a conocerse a sí mismos antes que todo.

Hoy les habló todas estas cosas porque, con la verdad impresa en su interior, deben defender la propia fe, primero de sí mismos y después del mundo, porque la purificación del planeta moverá la fe de muchos hombres y les traerá dudas sobre la existencia de Dios, no comprenderán Su Justicia porque no quisieron conocerse a sí mismos para saber que estaban equivocados y nunca clamaron por Misericordia para ser merecedores de ella. Creerán que el mundo terminará, que la Tierra dejará de existir, pero eso no es verdad.

Si mantienen su corazón en Dios, las naciones se estremecerán y la esperanza parecerá desaparecer, pero después de que todo acontezca y de que fortalezcan su fe, el Cielo se volverá a abrir a través de la puerta de sus corazones y el Dios vivo retornará al mundo para establecer una nueva vida con Sus compañeros, aquella que estuvo aquí desde el principio.

Sean guardianes de este suelo sagrado para que el Creador encuentre aquí una semilla para manifestar lo nuevo, Su verdadero Propósito.

Miren al mundo y comprendan que lo que Yo les hablo no es una utopía. Todo ya comenzó; por eso, dentro de ustedes el amor debe estar más fortalecido que nunca, la unidad entre sus corazones debe estar más fortalecida que nunca.

Vénzanse. Venzan la necesidad de sobresalir en relación a sus hermanos. Venzan la necesidad de vivir el poder humano y solo manifiesten en la Tierra el Poder de Dios, que no se construye con la destrucción del prójimo, sino con la unidad entre hermanos, con el amor y la comprensión.

Sientan en sus corazones esa necesidad de amar, de ser diferentes, porque puede llegar un día en el que ya no tendrán la oportunidad de hacerlo.

Vivan cada día como si fuera el último, como si en este mismo día, Su Señor retornara a la Tierra para mirarlos a los ojos y preguntarles dónde están los Dones que Él les entregó y que hicieron con tantas Gracias que Él derramó sobre el mundo a través de Sus Llagas.

Esto es lo que Yo les quiero decir hoy para que reflexionen, mediten de corazón y decidan ser instrumentos de Dios.

Tienen Mi bendición para esto.

En este pequeño relicario cabe Mi Casto Corazón, porque aprendí con Dios a hacerme pequeño por amor a los seres humanos y al Propósito Divino. Que delante de él no solo oren los niños, sino también sus familias.

Oren por una nueva vida, por una nueva humanidad, para que las virtudes de Mi Casto Corazón lleguen a cada corazón humano. Oren por los Reinos de la Naturaleza, por los elementos y por la conciencia del planeta, para que ellos no desistan de sustentar a la humanidad.

Oren con sinceridad, no solo por sus amigos, oren por los que duermen, por los que se tornan enemigos del corazón humano, por sus incomprensiones, por su ignorancia, por no conocer a Dios y a Su Amor.

Hoy coloco una parte de Mi Corazón en cada uno de estos pequeños relicarios, aunque sé que jamás comprenderán la Gracia que hoy les concedo.

A través de este relicario protegeré el corazón de los niños para que no pierdan la voluntad de estar en la Tierra y para que comprendan por qué vinieron al mundo en este tiempo.

Que los padres sepan enseñarles a sus hijos que, a pesar de las pruebas que suceden en el mundo y del caos que parece instalarse, esos pequeños corazones vinieron al planeta para instituir una nueva vida, en la que el amor triunfe y la fe sea una realidad.

Consagro estos elementos en memoria de Mi Hijo y por la Gracia que Él Me concedió de ser Padre y Sacerdote en esta Tierra. Hoy el Cielo se está manifestando entre ustedes y las bendiciones divinas permean a los elementos como a los corazones de los hombres.

Sientan a los Ángeles de la Presencia, transubstanciando esta materia, portando en sí, en la irradiación de sus manos, la Sangre y el Cuerpo de Cristo que son eternos, en eterna entrega y en eterno sacrificio, para que cada ser que comulgue con Él fortalezca su propia fe y reciba una nueva oportunidad de tornarse un Cristo del Nuevo Tiempo.

Como Mi hijo, hoy reparto este Pan y les digo a todos que coman de Él, porque este es el Cuerpo Glorificado de Cristo. Y de la misma forma, reparto este vino entre sus corazones para que beban de Él y se transformen en una imitación viva de su Señor, para que sea la nueva genética de la humanidad, aquella que Dios pensó desde el principio y que se manifestó en la Sangre de Cristo. 

Para que el Cuerpo y la Sangre de Cristo actúen verdaderamente dentro de ustedes deben decirle "sí" y dejar que Él actúe, no solo de una forma milagrosa y desconocida, sino que Su actuación se manifieste a través de su voluntad y de su persistencia, porque cuando dan un paso en dirección al Padre, Sus Manos se extienden hasta ustedes y Él puede alzarlos hacia aquello que espera de cada uno de Sus hijos.

Juntos vamos a orar al Señor para que hoy Su Bendición vaya más allá de este lugar y toque el suelo de esta nación para que su pueblo no pierda la esperanza de ver manifestarse una nueva vida.

Oración: Padre Nuestro.

Con esto los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Sigan en paz y no se olviden de Mis Palabras.

Les agradezco.

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

SEA VOLUNTARIO

Contacto