Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DURANTE LA 116.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

El Consejo Interno del planeta, que es la Jerarquía, ya está reunido, y ese Consejo decide sobre el futuro de la humanidad. Sobre la mesa de la Hermandad están las nuevas decisiones. Todos contemplan y meditan la mejor solución.

Hay muchas situaciones que están siendo evaluadas y, aunque no tengan total consciencia de lo que esto significa, les agradezco desde ahora por estar orando Conmigo, para que también la Jerarquía Espiritual sea ayudada en la toma de nuevas decisiones.

Un Plan está descripto ante Nuestros Ojos. La Divinidad debe dar un primer paso para que después toda la Jerarquía dé el próximo paso y, así, toda la humanidad pueda avanzar en el camino de la recuperación de su Propósito.

Delante de un tiempo de grave emergencia, la Jerarquía replantea su actitud ante el universo. Las Esferas Mayores indican este camino.

El Cetro está en la Mano de la Madre de Dios. Ella es Quien conduce y guía a toda la Hermandad, porque así se volverá a cumplir Su Palabra y Su Mensaje, como lo fue en los últimos tiempos y a través del próximo 8 de agosto, cuando una coyuntura especial se dará a todos los mundos internos que estén atentos y vigilantes; para que todos aquellos que despierten, en ese día, reciban la revelación tan esperada y tan ansiada desde otros tiempos; para que también todas esas consciencias den el paso en su evolución y despertar.

Hoy, les hablo a través del lenguaje de Mi Gobierno Espiritual, porque ya deben sintonizarse con Mi Gobierno Espiritual y Divino. Ya es tiempo de que reconozcan que, después de la Ascensión del Señor, Él asumió el Gobierno de este universo y de otros, Él asumió la conducción de todas las almas y esencias en este universo y en otros.

Su Señor asumió prepararse para retornar, y ese camino comienza a delinearse dentro del corazón que vive el Mensaje, dentro de las almas que escuchan Mi Llamado; porque todo sucederá en lo más invisible y en lo más profundo, en donde todos los ojos no lo pueden ver, en donde solo el corazón ardiente podrá sentirlo y reconocerlo.

Estas son las dádivas y los tesoros de la Jerarquía que se confiarán a los consecuentes de corazón, a todos los servidores del Plan de Cristo.

Esa será su última estrella, ese será su último sol, que nacerá en lo más profundo del universo de cada ser que cree en Mí y que, como a través de los últimos tiempos y de los últimos años, formará parte de la nueva historia que Yo estoy escribiendo a través de las almas que se transforman en Mí y por Mí, a través de los corazones que responsablemente asumen su papel en estos tiempos.

El Libro de Amor de los de las Vestiduras Blancas, en este agosto, está abierto y expuesto a todos.

¿Quién reconocerá su firma en ese Libro? Pero, más aún, ¿quién reconocerá su experiencia de amor y de redención en ese Libro?

¿Se han dado cuenta, compañeros, que en estos últimos diez años de haber estado Conmigo, forman parte de una nueva historia de redención de la humanidad? Así como muchos hermanos y hermanas de ustedes en el mundo también forman parte, especialmente aquellos que tienen fe en el Señor.

Por eso, como su Redentor, como su Maestro y Señor, como el Gobernante de este universo, como el Hijo del Dios Vivo y de la Creación, vengo a abrir esta última y definitiva puerta, la puerta número 14, que es la puerta del Retorno de Cristo, para que las almas se regocijen y sientan júbilo en el Señor, el Redentor; así como los ángeles del Cielo hoy sienten el júbilo de formar parte de la historia del Cristo Vivo en el corazón de cada ser humano que profesa y vive su fe en Mí, que vive a través de Mis Sacramentos y que se anima a multiplicar Mis Gracias en este mundo herido.

Por eso, ante el Consejo Interno de este planeta, que es el Consejo de toda la Hermandad, alrededor de esa mesa, donde nuevas decisiones serán tomadas y experimentadas, los invito a asumir esta parte Conmigo, los invito a decidir junto con Nosotros, sus Maestros y Jerarquías; los invito a reconocer su firma y su nombre en el Libro del Amor, y a sentarse a la mesa de la Jerarquía para construir el Plan, no solo el Plan de Mi Retorno al mundo, sino el Plan de la redención del mundo, que imperiosamente deberá cumplirse y vivirse en estos tiempos.

Por eso, ¿qué es lo que hoy Me ofrecerán?, ¿qué es lo que le entregarán a la Jerarquía en este día que comienza el Gran Encuentro, en vísperas del 8 de agosto?

¿Quién entrará definitivamente a la Estrella Sagrada de Mi Corazón y formará parte de Mi Sagrada Geometría que se renueva y se recrea a través de las almas que se purifican y se transforman?

¿Quién formará parte del nuevo diseño de la Hermandad?

¿Quién decidirá ser Luz en este mundo en tinieblas?

¿Quién será corresponsable Conmigo en este Plan de Rescate?

¿Quién reconocerá lo que ha vivido Conmigo en otros tiempos, las Huellas del Señor que siempre siguieron, la Luz del Señor que siempre buscaron, el Amor de Cristo que siempre aspiraron a encontrar?

Esto es lo que Yo tengo para ofrecerle a cada uno, en esta hora y en este momento.

Por eso, les pregunto:

¿Qué es lo que más le ofrecerán a Cristo?

Porque ha llegado el momento de tomar la decisión, porque de esta decisión y de este momento interno dependerán los próximos pasos de la humanidad y del planeta.

Sepan que todo esto es hecho por Amor y por ninguna otra causa.

Es el Amor, en este momento, que les concede este milagro, de que puedan volver a escuchar al Señor, el Cristo, y que sus Cristos internos lo puedan reconocer.

Porque es el tiempo y es la hora de reunir a los 144.000, desde los cuatro puntos de la Tierra; como hoy muchos de ellos están reunidos en Portugal, celebrando la Palabra del Señor, viviendo la Palabra del Señor, comulgando de la Presencia del Señor.

He aquí el Libro de Amor de los de las Vestiduras Blancas, recíbanlo en sus manos.

Este es el Sagrado Tesoro de la Hermandad Espiritual, preciosamente guardado en el Corazón de la Jerarquía, en donde la verdadera historia de este mundo está escrita, la historia que ningún libro de esta humanidad aún ha revelado. Por este Tesoro, Hemos trabajado a través de los tiempos, a través de los siglos y de las generaciones.

En este Libro de Amor, que hoy les presentamos y les otorgamos, también está la historia de cada uno de los Míos.

Guárdenlo en sus corazones y que sus vidas sean parte de él, como este Libro es parte de la Luz de la Jerarquía, en donde todos los nombres son conocidos, en donde todas las trayectorias están representadas.

Esta es la verdad de Mi Amor por todos, porque en ese Libro también está Mi vida, la vida que Yo viví aquí en este mundo con ustedes.

Cada momento de predicación, cada milagro concedido por el Padre, cada gota de Sangre que fue derramada en el Calvario, cada agonía que fue vivida por Mí en el absoluto silencio y, sobre todo, a través de ese Libro, Mi vida está representada por el amor que muchos Me tienen de verdad.

Es este amor en los Míos y de los Míos en Mí que renueva todas las cosas, que supera todos los males, que disuelve toda la oscuridad, que resucita a los muertos de espíritu, que bendice a los que están condenados, que santifica a los que son perseverantes.

Mi Amor lo puede todo, hasta los confines del universo.

Así, sean bienvenidos al Gran Encuentro de la Jerarquía Espiritual, que ha abierto la puerta para que todos puedan entrar a Nuestras Moradas, para que se cumpla el advenimiento de la Nueva Raza y para que los Nuevos Cristos, a través de los últimos apóstoles del fin de los tiempos, repueblen la Tierra de Misericordia, Gracia y Redención.

Comulguen de este momento Conmigo, así como Yo comulgo de ustedes por medio de la donación de sus vidas y, sobre todo, de sus corazones.

Reciban Mi bendición y Mi Paz.

En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Y ahora para celebrar este momento y, sobre todo, para bendecir el especial momento que vivirá esta Obra en estos días de agosto con toda la Jerarquía; vengo una vez más en el nombre del Amor y de la Vida, a celebrar la Eucaristía con ustedes y con sus hermanos, fiel testimonio de Mi Amor por el mundo.

Preparémonos para esta ceremonia, para que Mi Iglesia Celestial descienda a la Tierra y haga un milagro de cada corazón humano.

Celebremos, los espero.

Los reúno nuevamente en Mi mesa de redención, así como reunía a los apóstoles y a tantos que participaban Conmigo de este Sacramento en los planos internos.

Es así que una vez más, por medio de este ofrecimiento, después de haber purificado sus corazones, vuelvo a renovar la vida de Mis compañeros y compañeras a través del misterio infinito de Mi Cuerpo y de Mi Sangre, hoy preciosamente expuesto en este Altar, en el sagrario de cada corazón humano.

Celebremos.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Los que puedan se colocan de pie o se arrodillan en este momento de transustanciación.


En el Santo Cenáculo, Yo los reuní para entregarles Mi Vida, para entregarles Mi Amor, para otorgarles la redención hasta el fin de los tiempos.

Es así que, abriéndoles las puertas a este sagrado mes de agosto, vengo a ofrecerles lo más íntimo de Mi Vida y de Mi Corazón para que tengan vida en abundancia.

Es así que les vuelvo a pedir que tomen el pan, lo eleven a Dios en acción de gracias, en ofrecimiento interno, para que el Padre convierta este pan en Mi Glorioso Cuerpo, que vuelvo a partir y a compartir con ustedes, diciéndoles que este es Mi Cuerpo, el Cuerpo que fue entregado por los hombres y que hoy es entregado por muchos para el perdón de los pecados.


Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.


Reverenciamos la Presencia del Cuerpo de Cristo, así como Mis ángeles del Cielo lo reverencian.

Les pido que vuelvan a tomar el Cáliz entre sus manos y lo ofrezcan a Dios en sacrificio; así como lo hizo Su Hijo Amado, para que el vino sea transustanciado en Mi Preciosa Sangre, en este momento en el que el Cielo se une a la Tierra, en el que las almas se unen a Dios y Dios se une a las almas en comunión eterna.

Así, lo vuelvo a pasar a cada uno, diciéndoles: “Tomen y beban todos de él porque este es el Cáliz de Mi Sangre, la Sangre de la nueva y eterna alianza entre las almas y Dios; la Preciosa Sangre que se vuelve a derramar espiritualmente sobre el mundo en este momento, por la remisión de todas las faltas y el fin de la guerra. Vuelvan a hacer esto en Mi Presencia y en Mi memoria, porque Yo ya estoy retornando al mundo”.


Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Reverenciamos la Presencia de la Sangre de Jesús, así como los ángeles la reverencian y así como los ángeles la recogieron en lo alto del Monte Calvario.


En unión al Padre, en unión a la Presencia del Hijo y a la Presencia del Espíritu Santo, vamos a realizar la oración que Yo les enseñé en el Monte de las Bienaventuranzas, para que este sacrificio sea agradable al Creador, y por el triunfo de Mi Corazón en este mundo y en cada corazón que se ofrece en este mes de agosto a ser parte del Plan de Mi Retorno.
Oremos.

Oración: “Padre Nuestro”.

Que Mi Paz tan esperada descienda al mundo.

Y quiero que la próxima oración la digan con la misma fe que tuvo el centurión, creyendo en el poder del Perdón y de la Misericordia.


Señor,
yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una Palabra Tuya bastará para sanarme.
Amén.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Y así, en este momento de unión con Cristo y por Cristo, anunciamos la Comunión Espiritual de todas las almas del mundo entero con el Sagrado Corazón de Jesús.


Que Mi Paz esté en ustedes, para que Mi Paz dé vida en abundancia.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Pueden venir aquí Gabriel Cruz, Lucía, Michael y la hija de María Garabandal. Cristo va a ofrecer esta Comunión por la juventud.


Oremos:


Padre Celestial,
que a todos conduces,
acepta nuestra oferta de entrega a Ti;
guíanos por el camino del Amor,
para que Tu Voluntad sea hecha.
Amén.


Y después de esta Comunión Conmigo, que los prepara para el mes de agosto, no se olviden del Libro de Amor de la Jerarquía, debiendo vislumbrar y contemplar con esperanza y regocijo esa dádiva y tesoro de la Hermandad.

Les agradezco por estar Conmigo hoy y por estarlo hasta el fin de los tiempos.
Les imparto Mi Luz y Mi bendición paternal:

En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén.

Vayan en paz, Conmigo.

Aparición reservada de María, Rosa de la Paz, en el Gran Cañón del Colorado, Arizona, Estados Unidos, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús, para el encuentro de oración del 25 de febrero de 2020

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Hijos Míos, hoy transmito este mensaje nuevamente desde el Gran Cañón del Colorado, pero esta vez desde su parte más profunda, a donde ustedes hoy llegaron no solo para encontrarse Conmigo, sino también con toda la Hermandad.

Mientras bajaban estas sagradas montañas, sus seres internos y los seres internos de sus hermanos fueron ingresando en la realidad y en la verdad de otros tiempos. Fueron cruzando umbrales, puertas y espacios en donde se guarda la historia de esta humanidad, la historia más evolutiva, más importante y destacada.

Es así que, en este día y bajo el abrazo de estas sagradas montañas, doy continuidad al mensaje que pronuncié en los últimos días, para que la consciencia de la humanidad no pierda el impulso de poder encontrar, en este tiempo de caos, el retorno hacia su origen y hacia la esencia de su propósito en esta humanidad.

Hoy estoy aquí con ustedes, pero también estoy con el mundo entero como la Madre del Mundo, la Madre de la Nueva Humanidad, la Madre que guarda en Su Corazón el conocimiento y la historia de esta civilización de la Tierra, que atravesó y pasó por muchas experiencias, aprendizajes y pruebas.

Pero lo que hoy les revelará Mi Corazón es lo más sagrado que alcanzaron las civilizaciones más antiguas del planeta, desde la Lemuria hasta la actualidad. Y todas esas civilizaciones, pueblos y culturas aprendieron a estar en comunión con el Universo y a conocer el Universo por medio del contacto. Algo que la humanidad siempre ha buscado, siempre ha intentado encontrar la puerta segura para atravesar ese umbral hacia la verdad y la existencia cósmica.

Hoy Mi Corazón maternal abre esa puerta, enciende los espacios sagrados del Gran Cañón del Colorado, para que las informaciones de las civilizaciones más antiguas de la humanidad salgan a la luz, despierten sus consciencias y vivan, así, el compromiso de dar continuidad a este sagrado proyecto genético que aún no ha finalizado y que está en el momento más culminante e importante de poder evolucionar y de representar, dentro de todo este Universo y macrocosmos, la victoria, la misma victoria que alcanzó Mi Hijo, el Cristo; y que la sigue alcanzando y la sigue viviendo por ustedes, por todos sus hermanos, por este pequeño pero bellísimo planeta que el Padre les entregó en confianza, para que ustedes y sus hermanos lo pudieran representar, no solo en la vida material evolutiva, sino también en la espiritualidad, en la esencia del contacto.

Es así que mientras les hablo, las puertas de los mundos internos del Gran Cañón se abren para que sus corazones y, sobre todo, sus almas puedan ser colmados por esos principios y atributos que las civilizaciones más antiguas del planeta alcanzaron y en los que cada una de ellas se destacó por algo muy importante. Y eso que es algo tan importante, hasta los días de hoy, ayuda espiritualmente a toda la humanidad; especialmente a Mis hijos más perdidos, más ignorantes, más distraídos de la realidad y de la verdad superior que están latente en el Universo y que forma parte de la realidad del Plan de Dios.

Por medio de este mensaje quiero que sus consciencias retomen el compromiso de realizar este proyecto genético, que va más allá de algo espiritual, religioso o interno; que llega hasta lo más profundo de sus esencias y consciencias, en donde se guarda también la historia de sus orígenes, de sus experiencias, de sus aprendizajes y vivencias en este sagrado Universo que los rodea y que los aguarda.

Hagan votos, hijos Míos, de poder realizar este proyecto que será finalizado por la Presencia de Mi Hijo, el Cristo, cuando en el momento más culminante de esta humanidad, que está próximo, Él llegue para recoger todos los tesoros, méritos, aprendizajes y experiencias que hayan podido vivir en esta encarnación y en esta actualidad.

Aunque el planeta y su humanidad estén convulsionando, aunque las naciones estén en una gran contrariedad y conflicto, a pesar de cualquier situación que se presente en la superficie de la Tierra, nada impedirá que ustedes puedan experimentar y vivir lo que Dios tanto desea y espera.

Por esa razón, Yo estoy aquí y soy enviada a este planeta como la Madre del Mundo, para que tengan consciencia también de la nueva tarea de su Madre Divina y Espiritual, la que hoy es una tarea más amplia y profunda que no solo abarca este Universo local, sino también otras galaxias, mundos, estrellas y soles que conforman también la existencia y la vivencia del Plan de Dios. Y con él todas sus Jerarquías, Consciencias que han trabajado en este proyecto humano y en otros, a lo largo de millones de años. Hoy la humanidad, después de 1988, tiene la oportunidad y la consciencia de saber todas estas cosas que hoy pronuncia Mi voz, que es la Voz del Padre que resuena en este valle y especialmente en los mundos internos que deben alcanzar la verdad y la consciencia de este tiempo definitivo.

Desde el interior de estas montañas, en el Gran Cañón del Colorado, su Madre Celeste se anuncia antes de tiempo y proclama esta información para todos los seres de la Tierra, independientemente de su creencia, de su religión o de su situación interna; porque en esencia todos son hijos de Dios y todos provienen de la misma Fuente, del mismo impulso, del mismo Origen que los creó y, a partir de allí, sus consciencias, como las sagradas consciencias de las civilizaciones anteriores de la Tierra, vienen de diferentes lugares del Universo para seguir aprendiendo a amar de verdad y a redimirse de corazón, sin miedo ni traumas.

Es así que, por medio de estas informaciones sagradas que emergen del Gran Cañón del Colorado, la humanidad tiene la oportunidad espiritual de volver a curarse, reconciliarse y redimirse, para que todas las estrellas caídas que hoy viven sobre la superficie de la Tierra puedan volver a encenderse, a reencontrar el camino, a reencontrar su existencia y sus orígenes. Así, todas esas estrellas podrán volver a brillar en este firmamento cósmico y de esa forma estarán dentro de la historia que aún sigue siendo escrita por la Mano del propio Padre Eterno.

Si hoy esto sucede aquí, en esta condición y situación interna y espiritual, es porque existen una razón y un propósito mayor que ustedes hoy desconocen, pero que sé que pueden sentir y comprender lo que esto significa, más allá de las formas y del momento.

Hoy Mi Corazón abre los espacios del Universo, fusiona y une las realidades que se encuentran dentro de este sagrado Cañón del Colorado, en el que la humanidad podrá tener la referencia y el lugar en donde poder encontrar, en el mayor silencio y en la más interna sintonía, lo que necesita para este ciclo de transición y para poder superar estos tiempos difíciles, en los que cada vez más la ilusión abraza a la consciencia humana y le hace perder el camino del Propósito.

Mediante estas palabras, Yo les traigo la Gracia de reencontrar el sentido y la razón de estar en este planeta y en esta humanidad, sabiendo que se debe cumplir lo que el Padre ha determinado y ha escrito desde los tiempos más remotos del Universo, desde antes de que existieran los diferentes Universos, las diferentes civilizaciones y todo lo que está creado.

Por eso, es tiempo de agradecer, agradecer de corazón por este impulso que el Padre ha decidido enviarles por medio de la Madre del Mundo.

Y es así, hijos Míos, que los velos de su consciencia seguirán cayendo para que puedan tener conocimiento de la realidad que está dentro de ustedes y que también está escrita en el Universo, realidad que debe vivir una síntesis y un fin para que todo pueda comenzar de nuevo.

Mientras les hablo, a través de Mis palabras y de Mi presencia, envío al mundo entero los atributos y principios más sagrados que alcanzaron las civilizaciones más antiguas de la Tierra, una historia que nunca se perderá, una historia que podrá continuar siendo escrita por cada uno de ustedes, para que el triunfo del amor y de la verdad se cumpla en este tiempo, y para que Mis hijos más perdidos, engañados y oscurecidos por Mi enemigo, tengan la misma Gracia que ustedes reciben hoy.

Así, el planeta y su consciencia espiritual se podrán regenerar. El alma de este planeta podrá volver a respirar y ser lo que vino a ser en este tiempo, desde el principio, cuando fue decidido que este sagrado planeta existiera.

Abracen este llamado, acepten esta convocatoria y den continuidad y respuesta a lo que les pido, porque no estarán cumpliendo Conmigo, sino con el Padre Eterno, que es quien Me envía para que todos los seres de la Tierra, finalmente, vean la verdad que está escrita en el Universo y que también se guarda en lugares más bellos de este planeta.

Envío para todos, Mi mensaje de paz y de consciencia. Que la Luz del Gran Cañón del Colorado brille en el corazón de todos los seres autoconvocados y servidores, para que se pueda seguir cumpliendo el Plan.

Los bendigo y les agradezco, permeándolos con la Luz de Mi Espíritu y de Mi Corazón, porque soy su Madre, la Madre del Mundo.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Hermanos y hermanas, a pedido de la Madre Divina, desde aquí, desde el corazón del Gran Cañón del Colorado, vamos a realizar por tres veces la oración del Advenimiento de la nueva Raza, para que podamos decretar y afirmar este compromiso interno con la Divinidad.

 

Oración del Advenimiento de la Nueva Raza

Señor, 
que se cumpla el advenimiento de la Nueva Raza.
Que la humanidad pueda expresar su arquetipo.
Que la palabra sea viva y construya Tu Templo.
Que se expanda en nosotros Tu misterio y
que se revele al mundo la verdadera existencia,
para que podamos reunirnos en Tu Nombre
y glorificar la perfecta unidad.
Amén.

 

MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO DURANTE EL VIAJE DESDE PORTO ALEGRE, RIO GRANDE DO SUL, HACIA SAN PABLO, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Mi Corazón es como un sol que, irradiando los Rayos de la Misericordia, ilumina la noche de los mundos internos, y también es como un lucero que guía los pasos espirituales de los discípulos.

A este Corazón Misericordioso ustedes pueden ingresar a través de sus consciencias para que en el amor y en la paz estén en comunión Conmigo, todos los días, hasta que Yo retorne en el fin de los tiempos.

Sientan este Corazón como su refugio, su confesionario, su motivo, y encuentren allí el sentido de vivir sobre la superficie de la Tierra para que, en confianza, Me representen como Mis apóstoles de los últimos días.

Entren en Mi Corazón porque él se ofrece como instrumento de reparación y de consuelo, comprendiendo y sintiendo a cada ser, más allá de los errores y del pasado.

Este es el Corazón que se ofrece, día a día, por la salvación espiritual de las almas; un Corazón pobre que espera ser amado y reconocido por todos, hasta que se cumpla el advenimiento de la Nueva Humanidad.

¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!

Los bendice,

Vuestro Maestro, Cristo Jesús

Vigilias de Oración
APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA DURANTE LA VIGILIA DE ORACIÓN POR LA PAZ EN LAS NACIONES, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Oración del Ángel de la paz.

He aquí el Rey de la Paz Universal. ¡Aleluya, aleluya!

El sagrado Niño Dios nació del Vientre purísimo de la Madre del Mundo y trajo para la Tierra la liberación.

El sagrado Niño Dios vino del Soplo del Espíritu, del Verbo Creador que se manifestó y se hizo carne entre los hombres de la Tierra, revelando el poder del amor y de la redención.

Hoy les pido que estén con los ojos cerrados por la magnitud del resplandor del Niño Dios, para que sus mundos internos soporten Su altísima vibración divina y para que a partir de ahora, hijos Míos, ante la Madre de Dios y el Niño Dios se concentren en el centro de su corazón, en donde está el triunfo del alma y del espíritu, morada interior donde renacerá el Cristo de los últimos tiempos.

Hoy está naciendo una oportunidad y una gracia infinita para toda la humanidad, para la consciencia del planeta y hasta para los Reinos de la Naturaleza.

Este Niño Dios es el principio y es el fin. Él es el Alfa y Él es el Omega.

Él fue anunciado, profetizado, vivió entre los hombres, curó a los enfermos, expulsó a los malos espíritus, resucitó a los muertos, convirtió a los pecadores por medio de la poderosa Fuente del Amor-Sabiduría.

Y este Niño, el Sagrado Dios, no solo nacerá en ustedes nuevamente, en la comunión con Su Cuerpo y con Su Sangre mediante esta sagrada noche de luz, en donde las tinieblas son vencidas y los infiernos son derrotados paralizando los abismos, expulsando a los demonios de todos los que se intentarán pervertir por las tentaciones superfluas y por el dominio del control humano.

El Sagrado Niño Dios hoy anuncia Su Advenimiento al templo del corazón de cada ser humano, para que Su Resplandor y todo el Poder de Su Luz, trascienda las fronteras, los límites y todas las formas, trascienda los planos y toda la consciencia y sea germinada, en el alma de cada ser humano, la oportunidad de reencender en sí la Luz Crística, el Sol interior que se confraterniza con el Universo y toda la Hermandad, haciendo posible en la Tierra los Cristos del nuevo tiempo.

Así como los Reyes de Oriente se postraron ante del nacimiento del Redentor, hoy, los ángeles se postran ante el renacimiento de Cristo en los seres de la Tierra y los espejismos de la consciencia humana son disueltos para que pueda nacer la verdad y la luz; aquella luz y aquella verdad que fue depositaria en Jesús por intermedio de San Miguel Arcángel y que trasciende todos los tiempos y todas las generaciones por el sagrado terafín de la Espada de Luz de San Miguel que expulsa todas las ilusiones, que revela todas las mentiras, que disipa todos los infiernos y que concede la paz a aquel que la invoca, a aquel que invoca Su sagrado nombre.

Por eso hoy no solo está aquí el Niño Dios, con el resplandor de Su Corazón Eucarístico para todos los que lo adoran.

No solo está aquí la Madre del Señor, la que gestó en Su Vientre purísimo la gracia y la redención para la humanidad, sino también está aquí San Miguel Arcángel, el patriarca arcangélico y el custodio universal de todos los guerreros de Cristo para el fin de los tiempos.

Su Potestad no tiene límites, su autoridad no tiene fronteras. Su Presencia derrota todo mal por la fuerza imperiosa que nace de Su Corazón, al brotar de él el Amor de Dios que concedió el Nacimiento de Cristo, la redención de la humanidad hasta la Crucifixión y la Muerte del Señor y mismo durante Su Ascensión a los Cielos.

Por eso les pido, hijos Míos, que no duerman ante esta revelación, ni física, ni espiritualmente, porque estarían perdiendo muchos códigos que son irrepetibles e intransferibles para otras personas.

Les pido que mantengan sus ojos cerrados ante el resplandor del Niño Dios y de la presencia de San Miguel Arcángel, porque en ellos hubo una fusión divina desde el principio. una alquimia espiritual que solo fue conocida por los esenios y que fue velada y resguardada a través de los tiempos por medio del amor y del servicio incondicional de Cristo hasta los días de hoy, para que ustedes, como humanidad actual, recibieran esta revelación en este día y en esta hora, ante una crisis planetaria muy aguda y de un dolor insoportable para millones de almas de la Tierra, al estar apartadas de Dios y de la Verdad.

Ahora pido que los consagrados se acerquen a los pies de este escenario y que, con la luz de sus velas, mantengan el descenso de esta revelación que viene de la Fuente del Padre Celestial por medio de Mi Inmaculado Corazón, para este planeta, para esta humanidad y para este momento.
 

Sagrados son los Tesoros del Cielo.
Elevadas son las Revelaciones de Dios.
Inmensos son Sus Misterios.
Infinitos son Sus Proyectos que deben cumplirse y materializarse en las almas de la Tierra,
a fin de que se cumpla la Sagrada Voluntad y los ciclos se renueven de tiempo en tiempo.
 

Ahora sí, pueden abrir sus ojos, porque el resplandor de Jesús, del Niño Dios, se ha recogido.

En todas las esferas del Universo Inmaterial existen conocimientos. Y esos conocimientos, que son grandes Proyectos de Dios y parte de Su Idea Divina, espera descender a la Tierra durante esta transición y después de esta transición, a fin de que se cumpla la concreción de la Nueva Humanidad.

Estamos ante un escenario semejante al Nacimiento de Jesús, en un momento muy grave de la humanidad y del planeta, en donde el ser humano ya aprendió a autodestruirse y a dañar a los Reinos de la Naturaleza.

Estamos en un tiempo más difícil al tiempo en que vivió Jesús. Y ustedes lo saben, hijos Míos.

Por eso, para Dios hoy es muy importante la presencia de cada uno de ustedes aquí y a través de este medio de comunicación. Porque eso representa una respuesta madura, aunque desconocida de parte de sus almas y de sus núcleos internos, que hacen el esfuerzo y la entrega, por más de que no estén prontos para vivir el Plan de Dios, trascendiendo los deseos, renunciando a los placeres y buscando plenamente la Vida Divina por todos los que no lo hacen en esta hora de Noche Buena, donde la distracción del mundo es muy grande y los ángeles luchan contra los demonios para que las esencias de los seres humanos no sean contaminadas, perdidas ni pervertidas por el mal.

Por eso la Victoria de Cristo, en esta hora, es muy importante. No solo por Su Presencia interior en este lugar, que reenciende a sus Cristos internos, sino también por todas las Jerarquías de la Luz que en una sola hermandad de Sabiduría y de Amor, se unifican en un mismo Espíritu y bajo un mismo Propósito, para llevar adelante el Plan de Dios en esta transición.

Ustedes, hijos Míos, están ante un acontecimiento semejante al Nacimiento de Jesús.

Los personajes que participan de este escenario son otros, pero la historia es semejante, porque el planeta está sufriendo y sus almas son llamadas para aliviarlo por medio de gestos de amor, de caridad y de bien, no solo para con las almas, sino también para con los Reinos de la Naturaleza.

Hoy no solo estoy aquí con ustedes, hijos Míos, sino con aquellos hijos Míos que están solos en los asilos, en los hospitales, en las calles oscuras. Estoy con los niños, con las familias divididas, con las madres que abortaron y que abortarán en absoluta ignorancia.

Estoy con todos y en todas las naciones, en Omnipresencia y en Luz, ante la llegada del Niño Dios y de San Miguel Arcángel, el emperador de la Patria Celestial. Porque si Sus huestes están aquí, Él también está aquí, obrando y trabajando con el planeta a nivel del espíritu y de la esencia humana.

Tal vez Mi mensaje hoy es muy simbólico y abstracto. Pero lo más importante es que guarden las palabras en sus corazones y todas las vibraciones que vienen a través de ellas, las que necesitarán para el próximo ciclo, para aprender a luchar por el Plan y por la victoria de Cristo, aunque Él todavía no regrese a la Tierra.

Que esta luz que hoy sustentan entre sus manos reencienda el compromiso de vivir en el cristo interior, para que los apóstoles de los últimos tiempos estén presentes en este ciclo y en este tiempo, en donde se vivirán emergencias y necesidades que deberán ser suplidas por todos, a fin de mantener el equilibrio psíquico en la humanidad y especialmente la paz en donde todavía existe.

Pero mantengan su fe y esperanza en esa luz crística que viene del Cielo en esta noche, que los nutre, que los colma y que los cura para que puedan ser otros y que crean en ese gran cambio de la consciencia, que el renacimiento de Cristo puede generar en sus vidas y consciencias.

Tengan fe absoluta en ese milagro de amor, para que se pueda cumplir la Voluntad de Dios y sean partícipes, en este tiempo, de Su Divino Propósito.

Quiero agradecer, desde lo profundo de Mi Espíritu Maternal, a todos los que respondieron a Mi llamado a través de la novena y por todas las familias que fueron ayudadas a lo largo y ancho del mundo: desde las familias más miserables hasta las familias más ricas, desde las familias más divididas hasta las familias más unidas, de las familias más solitarias hasta las familias más alegres.

La esencia de las familias, por medio de esta novena de luz que fue ofrecida, y su seno espiritual, fue ayudada e intervenida por medio de Mis ejércitos de luz. Amén.

Ante el Niño Dios, que en esta noche se prepara para nacer en el interior de los hombres, en lo profundo de las almas y en la consciencia de los espíritus, ofreceremos la oración de la Sagrada Familia como símbolo de unión espiritual con el Reino de Dios.

Oraremos en portugués.

Inspiramos.

Oración: Acto de Consagración a la Sagrada Familia de Nazaret.

¡Muy bien hijos, muy bien!

Ahora para que esta noche termine de ser consagrada no solo aquí, sino también en las familias del mundo, pediré que vuelvan a tocar la música Noche de Paz, en español, para que el Niño Dios, en la presencia del patriarca San Miguel Arcángel, con el Poder del Cielo, del Universo y del Reino de Dios, ante los ángeles que lo rodean y que lo adoran, consagre los elementos que serán parte de la comunión entre las almas y Dios.

Nos ponemos de pie.

Canción: Noche de Paz.

Que la Paz de Jesucristo, queridos hijos, esté en todos los corazones de la Tierra.

Gloria a Dios en las alturas y paz en la Tierra a todos los seres de buena voluntad.

Los bendigo.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Y que el renacimiento de Cristo sea una verdad y una realidad en cada una de sus vidas. Amén.

En fraternidad y amor, por la paz en este planeta y en cada corazón humano, en el nombre del Niño Dios y de la Sagrada Familia de Nazaret, se darán el saludo de la paz.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO DURANTE LA SAGRADA SEMANA, DÍA 3, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Después de haber seguido las huellas de Mi Pasión carguen vuestra cruz con valentía y sin demora, pues en el próximo tiempo Yo los espero para que formen parte de Mi Gloria, después de haberse transformado.

No teman por lo que vendrá, mas trabajen para que nada pueda suceder.

Estoy llamando a los últimos que formarán las últimas filas para que los que están adelante de ustedes puedan seguirme.

El Universo les muestra un misterio que es amado por pocos.

Ahora que saben todo, síganme, pues hay mucho por hacer. Y esto no son solo palabras, es el Verbo de Dios pronunciado a través de Mi boca, a través del Hijo de Dios que los convoca.

La Cruz es conocida por pocos, pero su misterio es inmenso; es un mar de Misericordia para aquellos que quieran sumergirse en él. Solo basta dar un primer paso y confiar en lo que Yo les entrego, pues vuestra purificación debe ser inmediata.

No hay más tiempo que esperar. El Universo los llama para la Gran Tarea, que no es solo en este mundo sino en todo este vasto Universo que espera silenciosamente por vuestra definición.

Cuando eso suceda compañeros, todo estará cumplido y las puertas se abrirán de un lado para el otro, de occidente a oriente, de norte a sur y todos así lo podrán ver cuando estén atentos y vigilantes Conmigo.

Mientras cantan para vivir los méritos de Mi Pasión recibiré en esta tarde de Misericordia vuestras intenciones y, principalmente, las de todas Mis hijas, Mis hijas consagradas a Mi Corazón eterno.

Cantemos "Vigilad unidos a Mí, siempre orando".

Mientras cantan a Mi Corazón, entréguenme aquello que ya le llegó la hora de vivir su propio destierro, para que nazca la Luz de Dios.

Canción: "Vigilad unidos a Mí, siempre orando".

Mientras el mundo arde en llamas por sus propias decisiones, la Gloria de Dios viene a vuestro auxilio para rescatarlos. Dichosos de aquellos que creen en Mi Buena Nueva, porque así no desistirán.

Hijas Mías, arrodíllense delante de vuestro Maestro y así como el primer día de vuestra consagración, Me honrarán.

Canción: "Devocionario a la Divina Misericordia".

Quien Me sigue no se arrepiente.

Quien Me sigue se dona por entero.

Quien Me sigue se alimenta de Mi Espíritu.

Quien Me sigue se transforma, así como el árbol, el que pierde sus hojas, da nuevos frutos y después revive todo el tiempo.

Quien Me sigue no se pierde, mas encuentra el camino que perdió.

Quien Me sigue, es Mi testigo y es quien Me espera para poder recibirme.

Quien Me sigue, no se detiene, anda rápido para alcanzar los Pies del Maestro.

Quien Me sigue todo lo recibe y no se pierde nada. Las Gracias son su suprema fortaleza.

Quien Me sigue escucha el Llamado y lo cumple como una premisa.

Quien Me sigue aguarda por el advenimiento de lo nuevo.

Quien Me sigue representa a un apóstol de los tiempos.

Quien Me sigue es porque confía y tiene absoluta seguridad de saber lo que está haciendo.

Quien Me sigue escucha en su interior las señales del Advenimiento.

Quien Me sigue está atento al cambio de los tiempos y socorre ante cualquier necesidad.

Quien Me sigue espera con paciencia el día de su redención, pero nunca se detiene pues vive la transformación infinita.

Quien Me sigue, es porque ya Me dijo que sí.

Cristo Jesús Glorificado.

Tráiganme el incienso para bendecirlo pues deben esperar hasta el día domingo, por la Resurrección del Rey en el corazón de los que estaban muertos.

 Los aguardo.

 Recemos. Esto es lo que es necesario para estos tiempos.

Agua, Sangre, Vida y Redención,
que brotaron del bendito Corazón herido de Jesús,
ten piedad, misericordia y compasión por todos nosotros.
Amén.
( se repite tres veces)

Vayan ahora, hacia el momento del nacimiento de Jesús y recuerden lo que allí sucedió. Recuerden lo que allí sucedió con los reyes de Persia, del Oriente y del más lejano Oriente, qué fue lo que ellos le ofertaron al Rey y qué es lo que hoy Yo les pido que Me oferten.

La representación de la vida de la naturaleza en el incienso es la oferta más sublime de la creación de la vida material.

Inciensen vuestros seres para que reciban la Gracia de la Misericordia y recuerden lo que él representa a través de los tiempos, que es la liberación de la impureza humana, aquello que corroe a las almas y las separa de Dios por absoluta ignorancia.

Hoy les ofrezco esta consagración para que vean en estas señales la presencia de Mi Espíritu que los exorciza.

Ante la potestad del Padre Celestial y en glorificación al Hijo de Dios, en esta hora en que Él vive Su muerte y derrama Su Misericordia sobre el mundo, elevemos hacia los altares celestiales, junto a los ángeles creadores, la oferta del incienso como redención y la puerta para vivir la rehabilitación.

Canción: “Pater Noster”.

Vivan Mi encuentro como algo único.

Los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Vayan en paz y en honra al Creador.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Yo Soy la Señora de Fátima. En este día preparo el advenimiento del aniversario de uno de los principales acontecimientos de la historia de su humanidad, que es la segunda redención de la humanidad después de la Llegada de Mi Hijo.

Por eso, preparen sus corazones para el camino de luz que Yo tejeré hacia Europa; abriendo puertas y corazones, curando almas y vidas que quieren estar en Mis brazos viviendo la consagración del corazón el próximo 13 de mayo.

Hoy, derramo Mi Inmaculado Corazón sobre el mundo y espero que cada una de sus vidas Me corone como la Reina de la Tierra, a través de la oración del Santo Rosario, la oración del corazón, la oración que los llevará siempre a la paz.

Proclamen, en este tiempo, Mi Palabra de Vida.

Los invito, día a día, a vivir los Mandamientos del Señor, de esta forma gestarán a la Nueva Humanidad que Dios espera.

Hoy, Me abro a acoger sus corazones en Mi Corazón y a preparar esta próxima Semana Santa, como la gran fertilidad para sus vidas, en la que el Señor depositará nuevas semillas para que las plantas y las flores puedan crecer y puedan ofertar sus dones a Dios en un tiempo tan definitivo y delicado.

Hoy, los llamo a reunir las fuerzas a través del corazón para que se unan a Mi camino inmaculado.

Yo vengo a preparar a la humanidad para algo importante. Por eso, siempre pido regresar a Aurora, esta es la cuna de un nuevo proyecto de Dios, en el que algo se vivirá plenamente por todos, cuando se abran al Llamado del Padre y vivan sin miedo la transformación de la vida y de la consciencia.

Yo les ofrezco, día y noche, Mi Corazón Inmaculado. Aquí lo tienen, Él está en Mis manos para ustedes, un Corazón que vivió en esta humanidad y que comprendió la condición humana de todos los seres.

Yo les traigo, a través de Mi Corazón, el Espíritu de Dios. Él debe reinar en sus hogares y familias para que sea la nueva Luz del mundo después de Mi Hijo, Corazón que prepare sus corazones para lo que vendrá en poco tiempo.

Por eso, es ahora, queridos hijos, que llegó el tiempo de vivir en la escuela de la oración, en la escuela de la cura y de la redención.

Mi Corazón Inmaculado también llegará a Fátima en el próximo mes. Mi Espíritu Virginal e Inmaterial circundará a todo ese lugar. Aquellos que quieran verme de verdad, sintonicen sus oraciones con el corazón, porque allí Me encontrarán con seguridad y sentirán la confianza para poder seguir caminando.

Pues Yo Soy su Maestra y Peregrina, Aquella que acompaña a los rebaños de Cristo, que no se cansa de andar en este mundo a lo largo de los tiempos para iluminar los caminos de los que están en la oscuridad.

Vengo a resucitar a aquellos que Mi Hijo Me ha pedido. Vengo a abrirles los ojos a los que están ciegos y a los que han endurecido el corazón por las experiencias de la vida.

Yo tengo la llave para su consagración, como también para su santidad. Cada uno sabe lo que puede darle al Padre.

Vivan, en este tiempo, Mi Mensaje de advenimiento. Mi Hijo Me envía para prepararlos verdaderamente y con consciencia. Yo vengo a preparar sus corazones para la Nueva Tierra.

¿Quién se arriesgará a seguir Mi camino?

¿Quién se animará a vivir por entero Mi llamado?

Estoy formando las nuevas filas de los soldados de la Luz, estoy congregando a los que han caído y a los que no han caído, estoy llamando a todos a vivir la Transfiguración de Mi Hijo.

Queridos hijos, vengo a anunciarles que Dios Me ha concedido un tiempo de perdón para el próximo mes de mayo, en el que el Reino de Fátima resplandecerá una vez más en el mundo y se verán sus Jardines de Luz sobre la superficie. Aférrense a Mi Manto Sagrado, Yo no los separaré del Reino de Mi Hijo, sino que los llevaré hacia el Reino del Padre, en donde viven la Unidad, el Amor y el Perdón.

Por eso, Me nombro como la Nueva Aurora, la Luz del Universo que está llegando a ustedes. Yo Soy la Supraconsciencia Maternal, la Estrella que llega del Universo directo a la Tierra. Dios Me ha concedido ser la Estrella en sus vidas.

Los invito a imitar Mi camino de simplicidad y humildad, así comenzarán a vivir en Dios.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Hijos Míos:

Como Estrella de la Mañana, vengo a anunciar el Sol de un nuevo tiempo, que purifica sus vidas, que renueva sus pequeñas almas. Este Sol que llega, Mis queridos, es el Sacratísimo Corazón de Mi Hijo, que iluminará los abismos y rescatará de lo profundo de esos abismos hasta la última de las almas que deben manifestarse, en este tiempo, como imagen y semejanza de Su Sacratísimo Corazón.

Vengo a anunciarles, hijos Míos, una Nueva Aurora en sus vidas, Aurora que nacerá a través de la Presencia de Mi Hijo en este Reino. Quiero que preparen sus corazones con amor, con profunda gratitud, para que sus almas puedan vivir en estos próximos días, con plenitud y esperanza, la Presencia de Mi Hijo en el mundo.

A través de Mi Inmaculado Corazón, hoy ilumino sus consciencias para que puedan descubrir los misterios que están guardados en la Pasión de Mi Hijo, misterios que hasta hoy la humanidad aún no desvendó.

Hijos Míos, quiero que descubran, en sus pequeños corazones, la verdadera victoria que existe en el Sacrificio de Mi Hijo, y que sus preciosas vidas puedan renovarse, en este tiempo, a través de pequeños sacrificios, pequeñas renuncias que puedan vivir para aliviar el Corazón de Dios. 

Hoy, quiero que descubran en la Pasión de Cristo la alegría de la salvación, la alegría de la redención que, a pesar de todo sufrimiento, la alegría y la esperanza jamás desaparecieron de lo profundo del Corazón de Mi Hijo. 

Hijos Míos, el Corazón de Cristo encontraba la fuerza para levantarse de cada caída en la esperanza del renacimiento de este mundo, y deben aprender de este Sagrado Corazón el poder de renovarse en cada instante de la vida.

Por eso, hoy les digo que no coloquen sus corazones en las pruebas que viven, sino que alimenten la esperanza, la alegría de poder renacer en cada día. Vivan la Pasión de Mi Hijo, ofertando sus pequeñas vidas para renovar el sacrificio de Cristo y, así como Él lo realizó hace tanto tiempo, que la oferta de sus corazones pueda generar méritos para el mundo, para que la humanidad tenga una nueva oportunidad de redención y este mundo, hijos Míos, no desaparezca del universo.

Hoy, quiero que alimenten la fe y la devoción en sus vidas, y que el poder de la oración sea más poderoso que cualquier mal, que la valentía de sus almas pueda vencer el temor que muchas veces amedrenta a las almas del mundo.

Hijos Míos, quiero que, a través de sus corazones, den el ejemplo al mundo de que Mi Hijo ya retorna a esta Tierra, porque Él ya retornó a cada una de sus vidas, porque Su Sagrado Corazón pulsa en sus esencias y renueva sus vidas y sus almas a través de Su Sagrado Sacrificio, a través de Su Amor Infinito.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Vean, en esta noche, queridos hijos, nuevamente el ejemplo de la consagración a Mi Inmaculado Corazón, a través de estos hijos que Yo he llamado, que sirven a una gran parte del Plan de Dios.

Pero Mi Hijo dijo una vez, en un Mensaje, que en Su antiguo Sepulcro existieron violetas preciosas que lo restauraron, flores en Su Sepulcro de Amor que lo ayudaron a resucitar y a cumplir con el Plan de Dios en la Tierra.

Hoy, quiero llamar a una de esas violetas para que se consagre, como hija, a Mi Inmaculado Corazón y adorne a partir de este momento los Altares de Mi Reino Maternal.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

A pedido de Nuestra Señora, vamos a escuchar el cántico: “Consagración”, para que Ella bendiga a estos hermanos y a todos estos objetos sagrados.

 

Cántico: “Consagración”.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Queridos hijos, lleven la Paz de Mi Corazón en sus corazones y por donde vayan. Solo eso es lo que basta para este tiempo.

Recuerden que Yo estaré al lado de aquellos que se animen a vivir la Pasión de Cristo, confortándolos y consolándolos, animándolos a seguir adelante, porque Algo Mayor los espera: el Espíritu de Dios, su Padre Eterno.

¡Les agradezco! 

Dios quiera que nos veamos pronto en Portugal.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Madre María Shimani de Montserrat:

La verdad es que no sabemos cómo lo vivieron ustedes, los que están detrás de la pantalla; pero nosotros aquí hemos vivido un gran momento, en el que Nuestra Señora ingresó definitivamente en nuestra consciencia.

Hoy, en forma singular, aquí, en este espacio en donde nosotros estamos, todos los hermanos que participamos desde el Centro Mariano de Aurora nos pudimos sentir como una sola mente y un solo corazón; y Nuestra Señora vino a envolver a todas estas consciencias en una sola.

Esperamos que los que están del otro lado de las pantallas hayan podido sentir, igual que nosotros, el Amor de la Reina del Cielo y de la Tierra.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Quisiéramos compartir con palabras lo que Nuestra Señora transmitió hoy, pero a veces nos vemos muy limitados por nuestro idioma terrestre. Pero el Amor, que fluye del Corazón de María, todo lo hace confirmar y sentir en nuestro ser.

Durante la Aparición, Nuestra Señora llegó como Nuestra Señora de Fátima, como escucharon. Una manifestación muy contundente y definida.

Traía Su Corazón Inmaculado derramando sangre, ofertándonos los sacrificios que Ella vivió por nosotros, ofertándonos la cura y la redención; pero Su suavidad y serenidad nos acompañó en todo momento.

Las Palabras de María confortaban nuestro corazón y nuestra alma, momento a momento. Percibíamos, detrás de María, la Presencia de Dios y en Ella también percibíamos a Dios.

Ella también, en algunos momentos, nos mostró algunos pasajes de Su vida en Galilea y Su acompañamiento durante la Pasión de Jesús.

Percibíamos que Nuestra Señora estaba activando registros de Luz en nuestras consciencias; llaves crísticas para nuestros seres, que las reconocían en el instante en que Ella las activaba. De esa forma, comulgábamos, a través de María, de toda la vida que vivió Jesús sobre toda la Tierra.

Cuando María se refirió a Fátima, la sentimos en casa, Fátima y Aurora eran una sola. Y aquellos Reinos que Ella expresó hoy tan singularmente, esos Jardines de Luz, llegaron hasta aquí y dejaron algo en nuestros corazones: energías, presencias angelicales y también códigos de Luz que ingresaban específicamente en nuestros espíritus.

María nos fue envolviendo con el Reino de Fátima y nos mostraba, en el futuro, ya Su tarea concretada en Europa, y todas las conversiones y redenciones que Ella realizaría al pasar por Europa.

El momento más especial fue cuando llamó a los hermanos para la consagración y cuando habló directamente sobre las violetas que estuvieron en el Sepulcro de Jesús. Eso no era una metáfora, era un hecho que María estaba revelándonos a través de una escena que Ella nos mostró.

En el momento en el que Jesús fue colocado en el Sepulcro, un grupo de mujeres que acompañaban a María, ungieron con óleos, con aceites, el Cuerpo de Nuestro Señor. Había una mujer muy particular que llevaba en sus manos, en sus brazos, un ramo de flores, y cada una de las flores las fue colocando alrededor del Sepulcro.

Esas flores no solo emitían un aroma muy particular y especial, sentíamos y percibíamos un aroma dulce, suave, que iba envolviendo el Cuerpo de Nuestro Señor y todo el Sepulcro.

Y eso, según Nuestra Señora, fue restaurando el Cuerpo de Nuestro Señor que estaba herido, por la fe de esa mujer, por la fe con la que ella había confiado en Jesús. Ella sabía internamente que era el Mesías, el Redentor; aunque estaba muerto en el Sepulcro, ella confió en el Espíritu de Jesús y ese acto de fe lo resucitó, fue uno de los tantos atributos que ayudó en la restauración de Jesús.

Fue así como nos explicó nuestra Madre hoy. Y hoy explicitó, Nuestra Señora, que cuando llama a consagrar a Sus hijos, no los llama para consagrarlos físicamente, llama a cada una de nuestras almas. Ella quiere intentar que recordemos nuestro compromiso con Su Corazón Inmaculado. Quiere consagrar a los que están sanos y a los que están enfermos, a los que están lúcidos y a los que están locos.

Ella hoy se nombró como la Madre de la humanidad para los que son creyentes y no creyentes. Ella sabe bien quiénes somos nosotros, nos conoce profundamente, aunque no confiemos en Ella o que a veces le hayamos dado vuelta el rostro cuando la hayamos visto en algún momento. Ella nos quiere rescatar y está decidida a conquistar nuestros corazones.

 

Hermana Lucía de Jesús:

Después de tantas cosas, lo único que quisiera agregar es que durante la oración, antes de que Nuestra Señora apareciera, parece que los ángeles nos escucharon y ellos llegaron de una forma muy rápida, durante las primeras oraciones que comenzamos a rezar.

Y hoy, de una forma particular, ellos iban trabajando con nosotros con mucha alegría, derramaban flores sobre este salón. Y, cuando Nuestra Señora comenzó a aproximarse, veíamos el camino por el cual Ella venía desde el horizonte; y comenzamos a ver otro camino que venía del fondo de esta sala, por donde venían algunos santos que cantaban con mucha alegría. En la primera fila de estos santos, reconocimos al Santo Padre Pío que traía una corona de flores. Los otros santos, que venían detrás de Él, cantaban y derramaban flores sobre el camino. Ellos se detuvieron junto al altar y se quedaron esperando la llegada de Nuestra Señora. Ellos dijeron que venían a coronar a Santa María de Aurora.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Son muchas emociones para abrir nuestros corazones.

Bueno, queríamos terminar compartiendo con los hermanos, que nuestra Madre, en los días de ayer y de hoy, anunció la Semana Santa, la Sagrada Semana con mucha contundencia.

Queremos compartir que esta Sagrada Semana es una invitación de Nuestro Señor Cristo Jesús, Sagrada Semana que también se prolongará en otros Centros Marianos y que será una vivencia de oración, de paz y de cura para todos.

Y les dejamos, a todos, unas preguntas:

¿Por qué será que Jesús Cristo retorna en la Sagrada Semana?

¿Qué es lo que los Sagrados Corazones quieren rescatar en estos tiempos y que podamos vivir de forma verdadera y simple?

Después de este gran impulso de María, llevemos estas preguntas a nuestro corazón para que, en esa semana, pueda ser contestada por Nuestro Propio Señor.

¡Gracias, Madre Divina, por cuanto nos das!

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN LA CIUDAD DE SANTA FE, ARGENTINA, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Queridos hijos:

Día y noche, vengo al mundo a llamarlos para una tarea mayor.

Necesito formar a los nuevos apóstoles de Cristo, a través de la oración y del Amor de Dios. Para que eso suceda, queridos hijos, sus corazones deben estar abiertos para responder a Mi llamado.

Sepan, que esta es la última vez que Yo estoy entre ustedes, en el fin de un tiempo que se prepara para algo nuevo, antes del regreso de Mi Hijo Jesús.

Por eso, abran sus brazos y acojan en sus corazones Mis Palabras. Son las últimas Palabras que pasarán sobre la faz de la Tierra, preparando a los corazones y a las moradas para el Juicio Final que vivirá toda la Tierra.

Por eso, queridos hijos, ingresen en ese manantial de Misericordia que representa Jesús, abandónense por entero a Su Sacratísimo Corazón. De esa forma, Mis amados, sentirán confianza y plenitud, perderán el miedo y se librarán del pecado.

Dios quiere perdonarlos, queridos hijos. Escuchen este llamado tan importante a la reconciliación.

Los Universos y los Cielos Mayores vienen a auxiliarlos, abran sus ojos a la Luz Mayor que proviene del Padre.

Vean venir desde el Cielo a Mi Sagrado Corazón; porque Yo necesito, en esta era tan importante, de servidores dispuestos a responder a Mi llamado. Así, se librarán de sus preocupaciones y dudas; porque Yo vengo aquí, en esta era, a consolarlos, a reconciliar sus corazones con el Altísimo.

Queridos hijos, Dios Me ha permitido transmitirles estas Palabras, porque es necesario prepararse, en este tiempo, para los grandes cambios que vendrán en sus vidas y en el mundo entero. Por eso, están a tiempo, queridos hijos, de calentar sus corazones en Mi Fuego Maternal.

Quiero derramar, sobre ustedes, Mi Gracia y devoción eterna.

Necesito solo de corazones simples que quieran abrirse a lo nuevo y conocer lo superior, aquello que muchos desconocen en este tiempo, que es el misterio de Dios que quiere revelarse a todos. Pero es necesario, queridos hijos, que haya una respuesta sincera de parte de ustedes.

Yo Soy su Santísima Madre María, la que viene, a lo largo de los siglos, a restaurar y a redimir a la humanidad. Yo preparo hace siglos a la humanidad para el Advenimiento de Mi Hijo, que está próximo en este tiempo.

Por eso, observen sus vidas, observen sus acciones y ejemplos, imiten a Cristo en este tiempo, en lo que ustedes pueden dar de verdad y de corazón.

Queridos hijos, ustedes no saben cuán grande y plena es Mi Gracia por ustedes, Mi Amor eterno por cada uno de Mis hijos. Conozco a la humanidad en profundidad, internamente y externamente. Conozco sus intenciones y súplicas.

Pero ahora, Yo los necesito dispuestos a servir un poco más; están en el gran tiempo de darlo todo, de donarse a los Brazos del Padre Eterno y de sentirse amados de verdad, porque a quien está en Dios nada le faltará.

Queridos hijos, vean el ejemplo de la Sagrada Familia que, en humildad y simplicidad, vivió el misterio de Dios.

Yo los invito a ser humildes y simples, queridos hijos, eso les permitirá dar los pasos en el camino de la conversión y de la redención.

Miren primero, queridos hijos, a sus hermanos, a sus necesidades, para que puedan ayudarlos. Este es un ejemplo fiel de caridad. Yo los invito a servir, de corazón y de alma, en el esfuerzo y en el sacrificio permanente.

Queridos hijos, quiero decirles que Dios los ha escogido, como una nación importante para cumplir una Promesa Suya, en la Nueva Humanidad.

Por eso, las semillas están siendo plantadas en sus corazones. 

Por eso, necesito, queridos hijos, que sus corazones estén fértiles en la oración y que se abran, a través de la oración, a encontrar el camino de la hermandad y de la paz.

Como su Madre del Cielo, solo les pido cosas simples, tan simples que pocos las cumplen. Por eso, los invito, día y noche, a vivir en el universo de la oración para que puedan percibir el fin de los tiempos, que todos ustedes están cruzando en esta época.

Abran sus ojos y sientan el palpitar de Mi Corazón, sientan en sus vidas Mi Amor Materno y Mi protección, Yo los necesito siempre.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Cada vez que están delante de Mi Presencia, deposito en sus esencias una parte luminosa de Mi Corazón, una molécula de Mi Divina Consciencia. 

Mas en esta noche les pido, hijos Míos, que esta Gracia que les entrego a sus vidas, no la guarden solo para para ustedes mismos. Vayan por el mundo, anuncien Mi retorno a la Tierra, Mi Palabra, que una vez más resuena para despertar a los corazones del mundo.

Con esta Luz que hoy enciendo en sus corazones, iluminen el camino de los que hoy viven en la oscuridad. No teman ser ejemplo para aquellos de Mis hijos que hoy no tienen una referencia; porque veo el mundo desde los Cielos y muchos de Mis hijos se pierden en este tiempo por ignorancia, porque no conocen a Dios y porque no sintieron Mi Amor Maternal, como hoy lo pueden sentir.

Hijos Míos, en esta hora les pido que recorran el mundo, expandiendo a todos los corazones esta Luz que hoy les traigo a sus vidas. 

El Señor Me pidió que viniera a la Tierra a despertar aún más corazones misioneros, porque este mundo necesita de la caridad, necesita del servicio fraterno entre los hermanos, porque la unidad entre los seres, hijos Míos, se está perdiendo en esta Tierra. No permitan que este atributo primordial, que es la unidad que les irradio a partir de Mi Reino, se pierda en el mundo y, a través del servicio, de la caridad fraterna, cultiven en sus corazones y en el corazón del prójimo la unidad, la hermandad y la fraternidad entre los seres, porque en este tiempo el mundo está carente de estos atributos.

Hijos Míos, no los invito a acciones sociales, los invito a compartir, con amor y verdad, la donación profunda de sus corazones; porque aquel que se dispone a servir y entrega todo de sí, al prójimo, descubrirá una grandiosa Gracia que hasta hoy es desconocida para la mayoría de los corazones del mundo.

Hoy, los impulso a que sigan los pasos de San José, a que auxilien a la humanidad a través de la oración, de la caridad, de la entrega de sus vidas, para que muchos más puedan despertar al servicio, al servicio abnegado y verdadero.

Hijos Míos, sus almas tienen sed de donación, pero es necesario que no teman hacerlo, sino que se arriesguen a experimentar un Amor que desconocen y que despierta en el corazón que sirve. 

Cuando se abren a llevar la Presencia de Dios, a través de la caridad, el Señor puede utilizar sus corazones como un puente para la humanidad perdida. Pero necesito que digan sí, que se dispongan a abrir esa puerta, porque la humanidad necesita de corazones despiertos, corazones que en todas las acciones de la vida irradien amor y caridad, que estén siempre dispuestos a suplir la necesidad del prójimo en cualquier momento y en cualquier hora; porque, es de esa forma, hijos Míos, que poco a poco Mi Reino ingresa en la Tierra, que los corazones y las almas se convierten, y la Presencia Divina puede estar entre los seres.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Todos ustedes, queridos hijos, son potenciales hijos consagrados a Mi Inmaculado Corazón y, hace un tiempo atrás, Mi Corazón Inmaculado solicitó la consagración de dos hijas de Argentina que, en el primer momento de sus vidas cuando se encontraron Conmigo y despertaron a Mi llamado, confiaron en Mi Corazón Inmaculado y reconocieron la Presencia de la Madre de Dios en este tiempo, en esta región y también en este país, al cual Yo he visitado con tanto amor y seguiré visitándolo cuantas veces ustedes Me lo permitan.

Recuerden, queridos hijos, calentar sus corazones en Mi Fuego Eterno de devoción. Es necesario que pulse en sus corazones, en la devoción y el servicio, abriendo caminos para los que lo necesitan, redimiendo vidas y curando corazones.

Por eso, llamo, en esta noche de Misericordia y Piedad, a estas hijas para consagrarlas, y a un hijo que también ha respondido a Mi llamado.

Así vean, queridos hijos, como Mi tarea maternal es universal, abraza a los pueblos, a las almas y a las naciones. Mi Misericordia por ustedes es infinita.

Quiero derramar Mi Luz y Mi bendición sobre ustedes.

Queridos hijos, Mi Corazón Inmaculado siempre estará abierto para acogerlos. Yo acepto todos los tipos de consagración, porque ante Mis ojos misericordiosos y piadosos, y ante el Padre Celestial, todas las almas son iguales.

Yo les agradezco por responder a Mi llamado en esta noche.

Aguardo con alegría el encuentro con ustedes mañana, cuando Mis Rayos Celestiales y Universales descenderán profundamente sobre el planeta.

Los amo y los bendigo.

Vayan en paz.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Queremos compartir un pequeño relato sobre la Aparición, para que ustedes también puedan comprender cómo fue que María llegó hoy aquí, a Santa Fe.

María hoy llegó como la Reina de la Paz, una mujer joven, hermosa, con un velo blanco en Su cabeza, una túnica rosa y un manto celeste que la envolvía, llevaba un cinturón dorado, anunciando un símbolo para nosotros: el nacimiento de algo nuevo para la humanidad; estaba descalza, Su sonrisa era cristalina y pura, y sustentaba en sus manos un rosario que Ella hacía mover cada vez que conversaba con nosotros.

Ella vino rodeada de ángeles, quienes le abrieron las puertas para que llegara hasta este lugar y compartiera con nosotros Su Maternidad y Su Amor.

Hoy, María dio un Mensaje muy particular para cada uno de nosotros, que ustedes pudieron escuchar a través de Hermana Lucía y de Fray Elías; porque relatábamos cada cosa que la Madre nos decía, no olvidando ningún detalle de lo que ella nos indicaba en ese momento.

Hoy, comprendimos y sentimos que nuestra Madre, necesita de los argentinos un fuego más caliente que brote del corazón, una devoción que permita concretar aquellos Planes que Dios tiene previstos para esta nación.

Hoy, Ella nos dijo que nos utiliza como Sus instrumentos para que ustedes conscientemente puedan despertar y juntos según nuestra Madre podamos ayudarlos a concretar ese Plan que Dios tiene previsto, que es un Plan a través de la oración, de la caridad, del servicio, de estar atentos a las necesidades del prójimo y de ver las necesidades en cada lugar al que vayamos.

En verdad, nuestra Madre espera que surjan de aquí nuevos apóstoles, que puedan nacer a través del corazón, y que puedan sentir esta situación, este Mensaje de María como algo verdadero.

Hoy, simbólicamente, nuestra Madre María estaba movilizando bastante nuestro corazón, nuestro interno, porque Ella necesita de nosotros para que Su Hijo pueda llegar hasta aquí. Ella viene a preparar este lugar, este planeta, para la llegada de Cristo, pero necesita que nosotros acreditemos que Cristo va a volver primero en nuestros corazones, que lo podamos sentir, que lo podamos llamar.

Hoy, nuestra Madre nos mostró su infinita Gracia y Misericordia, como un manantial, como un río de Luz, que llegaba hasta aquí, a este lugar, y que en un cierto punto se detenía, porque nosotros necesitamos abrir las puertas para que esa Gracia descienda, y eso lo vamos a conseguir según nuestra Madre María, cuando nosotros estemos unidos de corazón fraternalmente.

La Madre necesita vernos unidos como grupo, como consciencias y como almas, para que Ella pueda cumplir lo que tiene previsto hacer en esta nación a través de ustedes, y que de alguna forma ustedes también sean mediadores para que otras consciencias, otros hermanos, puedan recibir la Gracia que necesitan.

Hoy, estuvimos delante de un Mensaje muy profundo, y de un último llamado, como Ella nos dijo. Tenemos que tener presente que esta es una oportunidad única para todos y que como dicen aquí en Argentina y en Uruguay, el tren, el último tren está pasando y nosotros precisamos subir a ese tren para no perder ese impulso espiritual que María nos trae desde Cielo.

Ella espera de cada uno de ustedes una respuesta sincera.

 

¡Gracias, Madre, por cuánto nos das!

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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