MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Elévate, hijo Mío, más allá de las apariencias, de los sentimientos, de los pensamientos y de las sensaciones.

Elévate hacia donde tu consciencia pueda expresar la verdad y la paz, la unidad con el Creador y con la vida.

Elévate, en silencio y en oración, hacia los mundos sutiles, que no están necesariamente sobre ti o debajo de ti, sino que puedes ser tú mismo la puerta para ingresar en los Recintos Sagrados.

Elevarse no es subir a los Cielos, sino cambiar de vibración, de dimensión, de pensamiento y de sentimiento, colocando la propia consciencia en la Verdad y en el Tiempo de Dios, y no en la ilusión del tiempo de los hombres.

Elevarse es poder sentirse uno con el propio Creador, saber de Su Presencia en sí mismo y en todas las cosas y, a través de Él, poder contemplar la maravilla de la vida evolutiva que habita en el planeta y más allá de él.

Elevarse es simplemente estar en lo que es real, hijo. Y, para hacer lo que te digo, basta que lo intentes hacer una y otra vez, y que sientas la imperiosa necesidad de estar con la consciencia colocada en el lugar correcto.

A veces, para saltar hacia lo que es real, los seres humanos necesitan estar antes en los abismos más profundos de la desesperación de la ilusión, para que sientan entonces la urgente necesidad de estar en el lugar correcto, del Amor de Dios y de Su Gracia, de lo que es, en fin, real.

Pero no siempre, hijo, eso debe suceder. Ya puedes, por ti mismo, percibir cuán necesario es estar con la consciencia en el Amor, en la Sabiduría y en la Verdad Divina.

Por eso, no busques el sufrimiento. Busca el esfuerzo, busca la rendición, busca el clamor, busca el silencio, busca el servicio, busca la humildad, busca la oración y todas esas cosas te conducirán a la Verdad de Dios. Elevarán, en fin, tu consciencia.

Tienes Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Corrientes supremas descienden de los cielos en este nuevo ciclo, Rayos que provienen directamente del Corazón de Dios y que son desconocidos por los hombres, vibraciones creadas para disolver el viejo tiempo y unir la Tierra al Tiempo de Dios, llamado Tiempo Real del Universo.

Los Espejos del Cosmos convergen su energía hacia puntos específicos del planeta que son receptáculos de lo sagrado, llamados Recintos de Amor. Esas vibraciones acentuarán la purificación, tanto de los seres como de la Tierra, y todo se moverá dentro y fuera de los hombres para que, así, todos se tornen dignos de ser llamados Hijos de Dios.

Las corrientes supremas que provienen del Cielo construyen el camino de retorno hacia el Corazón de Dios. Sepan ver este momento como una Gracia y déjense transformar y corregir. 

La paz reinará en los corazones de los que confían en Dios, más allá de las pruebas y de las apariencias. Y si bien, en su lado humano ustedes sufrirán por todo lo que sucederá en el mundo, en su interior pulsará la certeza de la Vida Eterna, de la vida en Dios, más allá de la Tierra.

Oren y fortalezcan la propia fe. 

Únanse unos con otros, más allá de las dificultades y de las miserias que verán emerger de sí mismos y de sus hermanos. El poder de la unidad es el que podrá transmutar y transformar todas estas cosas. 

La unidad verdadera erguida en las bases del amor y de la vida fraterna, la unidad que proviene de Dios y que se espeja en ustedes, es la que los sustentará.

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Contempla, en tus oraciones, el sentimiento de Amor de Dios que, comprendiendo la dualidad del universo, manifestó a Sus criaturas las Fuentes de Gracia, de cura y de amor del cosmos.

Contempla el sentimiento de Amor de Dios que, sabiendo de la fragilidad humana, creó en el interior de la Tierra recintos sagrados, receptáculos de los registros de las experiencias más puras vividas por los seres, tanto en el Cielo como en la Tierra, receptáculos de las energías más sublimes que circulan en la Creación, receptáculos que atraen hacia el planeta el manantial que proviene de las Fuentes Divinas del cosmos y que es vertido sobre la Tierra para las almas que más lo necesitan.

Sabe que, en tus oraciones, todas esas Gracias están disponibles para los seres que se reconocen necesitados de ellas y que, conscientes de sus miserias, claman al Padre por Su Misericordia. Y esa Misericordia desciende llevando consigo todos los bienes divinos, manifestados por el Señor para la evolución de Sus criaturas.

Sabe que el sentimiento de Amor de Dios es inextinguible y que solo crece, se multiplica y se renueva. Por eso, no te olvides nunca, en tus oraciones, que el Padre espera que tú pidas para que todo te sea dado.

De esa forma, eleva tu verbo y tu corazón y pide la cura para los enfermos, pide la Gracia para los desamparados, pide el amor para todos los seres, pide Misericordia para este planeta.

Tienes Mi bendición para esto.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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