MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando Jesús resucitó y trajo de vuelta la vida a Sus células, a Su Cuerpo, cerrando Sus heridas, restaurando todos los niveles de Su ser, lo hizo no solo en sí mismo.

En Su Resurrección se restauraron heridas universales y cósmicas que anteceden incluso a la existencia de la Tierra. En Su Corazón, transmutaba, curaba y restauraba el pasado de toda la Creación Divina y Universal, desde las menores heridas espirituales hasta aquellas que marcaron profundamente la historia del Universo. Todas las criaturas de Dios estuvieron delante de la oportunidad de trascender el miedo por la potencia del Amor; trascender la oscuridad por la potencia de Su Luz Crística.

El Amor de Cristo traspasaba Su Cuerpo y se adentraba más allá de las dimensiones, más allá del tiempo y del espacio, tocando aquellas situaciones y consciencias que habitan en lo invisible, en lo que hasta hoy es un misterio para la humanidad, es desconocido. Ese Amor se manifestó como una Gracia, una oportunidad. La Mano Divina se extendió hacia los que estaban caídos para que un nuevo ciclo tuviera inicio, una nueva escuela que trascendía una civilización, un planeta, y hasta el mismo Universo; una escuela para todos los seres.

El aprendizaje de ese Amor se colocaba disponible para todos los que dijeran "sí". Y fue así que un nuevo ciclo de Redención comenzó para toda la vida. La historia se comenzaba a reescribir, a partir de una hoja en blanco, para que todas las criaturas caminaran el camino recorrido por el Hijo de Dios, y todos pudieran encontrar el punto de su evolución, que los tornaría dignos del Padre Creador, dignos de ser llamados Sus hijos.

Lo imperdonable estaba perdonado; lo incurable recibía su oportunidad de cura; los que estaban perdidos vieron delante de sí la puerta de su salvación. Cristo resucitó y, con Él, toda la vida se hizo nueva.

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN LA CIUDAD DE BARCELONA, ESPAÑA, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN Y LA HERMANA LUCÍA DE JESÚS

He aquí a la esclava del Señor. Hágase en Mí y en ustedes según Su Palabra.

He aquí el Espejo de Luz de Dios, que trae la calma para un mundo que se agita; que trae la serenidad para un mundo que se precipita; que trae de la Fuente el Amor del Creador.

He aquí la Llena de Gracia, la humilde en Su Palabra, la Sierva del Creador.

He aquí la Mediadora, la que está junto a Sus hijos para socorrerlos y ayudarlos, para que encuentren el camino hacia la Divina Eternidad.

He aquí la siempre pobre Mujer, la Madre Dolorosa, la Madre de la Gracia, Madre de la Divina Misericordia.

He aquí la que contempla a la humanidad, a todas las naciones, a todas las religiones, a todas las culturas; hasta aquel que está solo y olvidado por el mundo.

He aquí la siempre Madre del sacrificio, la que se ofrece a los corazones para que vivan la paz y el regocijo del Amor, la vida eterna.

He aquí la simple Mujer de Nazaret, que gestó en Su Vientre al Unigénito y que dio Luz para el mundo, para que todos la pudieran ver, venerar y contemplar, como el Amor de Dios, en Su humilde y pobre Hijo. Este es el Dios de la Vida, que se hizo carne a través del Verbo y del Espíritu Santo, para toda la humanidad.

He aquí la Fuente de Dios manifestada a través de Mi Vientre purísimo, de Mis Palabras de esclavitud al Señor Todopoderoso.

He aquí la Esclava del Señor que siempre persiste, que nunca se detiene, que sigue adelante para ver en Sus hijos y en los más pequeños, el Plan Divino del Creador.

He aquí la que siempre se dona, la Madre silenciosa, la que desata todos los nudos, la que trabaja invisiblemente en todas las causas imposibles.

He aquí la Abogada del Señor, la Corredentora después de Cristo, la Intercesora, el Espejo de Justicia, el Espejo de la Pureza, el Espejo de la Ascensión.

He aquí la que siempre hace brillar Su Inmaculado Corazón, para que todos lo puedan sentir, interiormente.

He aquí la que los libera de las amarras, de las injusticias, de la perdición y de toda ilusión.

He aquí la Madre siempre Virgen, la Gobernanta del Universo, la dulcísima y simple Señora, la que ama a las almas para cumplir el pedido de Dios.

Vengo a refractar en esta hora el Gran Espejo de la Fuente, de la Fuente de la Creación, donde todo nació y surgió desde el principio de la Mente Divina.

He aquí la Madre de Dios, la que no tiene religión, la que solo vive en Dios, para que Sus hijos puedan vivir en Él.

He aquí la esencia del Amor manifestado, en Su aspecto femenino y sagrado.

He aquí la Madre que siempre los comprende, la Madre que los acepta bajo el Espíritu incondicional del Santo Espíritu de Dios.

He aquí la que equilibra la justicia, la que toma con Su mano la balanza de la injusticia de la humanidad, para poder equilibrarla antes del gran tiempo, el gran tiempo de la purificación, de la definición y de la redención de las almas.

He aquí la Madre que siempre se entrega a Sus hijos, la Madre incansable, persistente, humilde y poderosa.

He aquí la que trae entre Sus manos la Luz y la Gracia de Dios, para ser derramada en los corazones del mundo, para que todos reencuentren el sentido del Amor y de la Unidad.

He aquí la Madre de la Divina Naturaleza, la Madre de la Creación, la que cuida y protege a cada esencia creada en todos los Reinos de esta Creación.

He aquí la Madre que llora por Sus hijos silenciosamente. La Madre que clama, que invoca y que llama a Sus hijos al sagrado despertar.

He aquí el Corazón que se entrega, sin tiempo y sin condición, porque es urgente que todos ingresen a Él, para poder salvarse y tener consciencia de sus decisiones y acciones.

He aquí la Madre que se postra ante el Señor y ante Su amadísimo Hijo, para implorar por el mundo y la humanidad; para traer hacia la Tierra una gracia y una expiación inexplicable.

He aquí la que siempre se entrega para todos Sus hijos por igual.

He aquí el Espejo que refleja la Paz; que trae lo posible para todo lo imposible en el mundo.

He aquí la que interviene por el Universo, la que enciende los espejos para traer los códigos de la Divinidad y para que estos se siembren en la mayor cantidad de consciencias posibles.

He aquí la Madre que nunca se detiene; que siempre trabaja por un Plan Mayor; que trae para todos, a través de Su Corazón, la infinita Misericordia de Dios.

Estoy aquí por Mis hijos, por los que no Me escuchan, por los que no Me aceptan, por los que no Me aman.

Soy la Madre Universal, la que proviene de la Fuente purísima de Dios, gestada como Esencia, tan semejante a una flor; a la flor más bella de este Universo. De ahí provengo Yo y deseo que Mis hijos, en estos tiempos difíciles, también puedan unirse a esa Fuente Mayor.

He aquí la Madre que todo lo contempla, que conoce todas las necesidades y que escucha todas las súplicas. Es aquella Madre que contempla a Dios con Amor y que le pide todos los días por Sus hijos, por una nueva oportunidad, trayendo así la esperanza, la renovación, el propósito, para aquellos que más lo necesitan.

He aquí la Madre de la Luz, la que trae algo desconocido para todos; la que abre las puertas hacia la Divina Redención.

He aquí la Madre de los ángeles; la Sierva de los arcángeles y del Padre Eterno.

He aquí la que trae el Cielo a la Tierra y muestra para todos, los tesoros del Universo, para que los puedan contemplar y amar.

He aquí la que siempre los escuchará y nunca detendrá Sus pasos, hasta conseguir lo que Dios necesita de ustedes: almas puras, almas simples, almas servidoras, almas que aman más allá de sí mismas, de sus miserias, de sus imperfecciones, de sus dudas y de sus errores.

He aquí la Madre que trae la Fuente del Amor, para que sus más pequeños puedan beber de ella, hasta saciar su sed completamente.

He aquí la Madre del Santo Rosario, la Madre de la eterna oración; la que trae para el mundo la urgente Paz para estos tiempos. Amén.

Y con Mis palabras tan simples, les traigo el Universo de Dios. Contemplen la Presencia del Creador y nunca se olviden, hijos Míos, que es de esta forma que se unirán a Mi Corazón y al Corazón del Padre Celestial.

Que la Presencia del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, como una Unidad perfecta, hoy los consagre. Recuerden, con Mis Palabras, que Yo estoy en todas las cosas, pero humilde y silenciosamente; así los acompaño y los acompañaré siempre, porque Mi Corazón es incansable y siempre estará al lado de Mis hijos.

Con la oración que hoy les presenté, les traje todo los que Soy, todos los Misterios Divinos que se encuentran en Mi Presencia. Déjenme vivir en sus corazones. De esta forma, hijos Míos, Yo les enseñaré a ser dignos hijos de Dios, dignos hijos de Mi Inmaculado Corazón, no importa en donde estén, si pertenecen a alguna religión, a cultura diferentes, a naciones distantes. Yo estoy en todo y en el silencio les enseño a amar, para que de esta forma, aunque muchos no me conozcan, que por medio de sus corazones Yo pueda llegar a cada uno de Mis hijos y a todos los Reinos de la Naturaleza.

Hoy los bendigo con la Luz de los Espejos sublimes, porque los traigo del Universo para encender sus corazones y, silenciosamente, revelarles Mi Paz; esta que el mundo no conoce, y que por primera vez, puede sentirla plenamente en su interior.

Mis amados hijos, hoy viviremos una bendición especial; una consagración infinita, que permeará en lo profundo a las almas que hoy se consagrarán.

Mi Hijo Me ha pedido consagrarlos con el Sacramento de la Unción, porque será importante para esas almas, sobre todo para lo que deberán vivir en el próximo mundo.

Tráiganme aquí el aceite para consagrar. Sepan que las santas mujeres de Jerusalén ungieron el Cuerpo herido del Hijo amado de Dios, para restaurar todas las faltas cometidas durante Su Flagelación y Pasión.

Las santas mujeres, las auxiliadoras de Cristo, sabían en aquel tiempo lo que hacían. A través de la Unción, no solo curaban el Cuerpo del Señor que estaba dentro del Santo Sepulcro, sino que ellas también traían, como almas espejo, la regeneración de la humanidad, a través de las Células vivas de Cristo; porque las Células de Cristo nunca murieron. El Cuerpo reposó, expiró, para poder seguir sirviendo a las almas en los planos internos de esta Creación.

El aceite consagrado representa la cura para las almas y hoy las bendeciré, en esta consagración especial, trayendo la esencia de la regeneración, para sus espíritus y consciencias.

Les pido que podamos escuchar una melodía sacra, para este momento de consagración.

El Señor bendiga este elemento, surgido de la Fuente de Su Creación, a través de la donación de los Reinos de la Naturaleza. Sea el símbolo de la redención, de la regeneración y de la cura, para aquellos que siempre buscan la reconciliación con Dios. Amén.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN LA CIUDAD DE OSLO, NORUEGA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

He venido del Cielo con un pedido especial: reunirlos a todos alrededor de Mi Corazón Inmaculado. 

Hoy, estoy llamando a todas las consciencias a un encuentro mayor. Mi Luz Universal bendice, en esta tarde, a los cielos de Noruega y traigo para ustedes una Gracia Mayor: estoy abriendo puertas nuevas para las almas y esto es posible por su sí interior. 

Esta Gracia llegará a todos y podrá expandirse hacia aquellos que no la merecerían. Por eso, Yo los llamo a una tarea mayor; y así, podré reunirlos a todos en el Corazón de Dios, porque Dios está en todo lo que fue creado aquí. 

Deben abrirse para sentir el amor que irradia la naturaleza. Así, estarán en comunión con los Reinos Celestiales, podrán renacer a la vida y a la esperanza.

Dios desea que en Noruega, a través de Mi Corazón, el que les oferto, Corazón Puro e Inmaculado, ustedes puedan dar los pasos hacia los Universos Mayores.

Yo Soy la Estrella del Universo, la primera Estrella que nace en el amanecer, la cual todos pueden ver en cada nuevo día. 

Yo Soy la Señal visible para el fin de los tiempos. 

Soy la Revelación para sus corazones heridos. 

Soy la Cura Suprema que los puede sanar. 

Soy la Fuente del Amor de Dios. 

Mi Consciencia Luminosa reenciende los corazones. 

Yo vengo a pedido de Cristo, su Salvador y Redentor. Él Me ha pedido que Yo estuviera hoy aquí, con ustedes, porque ustedes guardan en sus corazones una Célula de Cristo, que deberá activarse en este momento planetario para que estén al servicio de Dios. Yo Soy la Mediadora que permitirá que eso suceda. 

Yo vengo a entregarme en Amor a ustedes. Cristo Me confió que sea la Madre de todos. Yo estuve al lado de la Gran Consciencia Redentora; así, Yo conozco la condición de la humanidad, condición que quiero liberar a través de ustedes, a través de sus oraciones y súplicas. Y eso será posible, queridos hijos, cuando se animen a caminar a Mi lado. Nada malo les pasará.

Yo Soy la Consciencia Maternal del Amor. Yo quiero llevarlos a la cura y a la reconciliación profunda de la consciencia. 

Quiero darles a conocer su universo interior, un mundo interior que aún no conocen, pero que existe dentro de ustedes. Es el Dios vivo y luminoso; es el Creador, el Supremo; es Aquel que los ha creado en el principio. Él quiere despertar en ustedes mediante la Comunión y la oración, a través de esa Luz Crística que existe en ustedes y que aguarda despertar.

Pido a aquellos que Me acompañan, desde hace tanto tiempo, que estén Conmigo en este instante, porque también los necesito en esta Obra. Ustedes abrieron las puertas a los que hoy están aquí. Su ayuda, donación y entrega han permitido que Mi Espíritu Divino esté aquí con ustedes, dándoles una oportunidad, guiando sus corazones, llevándolos hacia el Reino de la Luz, de la redención y de la conversión.

Y así, estoy aquí con ustedes, llamándolos para estar Conmigo; abriendo un nuevo camino para sus espíritus, para sus consciencias supremas que deben retornar a la Casa del Padre.

En este momento de bendición, les entrego Mis Gracias y les hablo, en este día, a través de este hijo Mío, para que sus corazones se fortalezcan, no se cansen de escucharme, sino que se alegren por esta Gracia Mayor.

Este es Mi Mensaje para ustedes: estaré con ustedes en el silencio, con sus familias, en esta nación amada que manifiesta la belleza de la Creación del Padre.

Así, queridos hijos, los guardo a todos en Mi Corazón Maternal, en Mi Corazón Solar, en Mi Espíritu Universal.

Bendigo también, en esta tarde, a los Hijos de María que se acercaron a Mi Corazón para confortarlo y unirse a Mi Misión.

Que la bendición del Sagrado Padre y del Divino Hijo, en unión perfecta con el Espíritu Santo, esté entre ustedes, los guíe y los ilumine.

Sepan, queridos hijos, que, cuando Me llamen en la oración o en sagrada invocación, Yo estaré en sus vidas. Yo Soy su Madre, la Madre de Dios, la Madre del Cielo y de la Tierra, la Madre de la Naturaleza, la Madre y Estrella del Mundo.

Bajo Mi bendición inmaculada, guarden en ustedes Mi Pureza Virginal.

Por este momento y por los que vendrán, sagrada Noruega, hijos del Supremo, Yo los bendigo y les agradezco por responder a Mi llamado.

Agradezco la fidelidad de los que Me seguirán en adelante, y agradezco profundamente a los que hicieron posible, en este Universo Material, esta peregrinación espiritual, esta Gracia del fin de los tiempos.

Gracias por traducir Mis Palabras, eso es también importante para Dios, que Mi Mensaje de Paz pueda llegar al mundo.

Les agradezco.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Madre María Shimani de Montserrat:

Después de este momento, tan íntimo que vivimos con Nuestra Señora, en el que, a pesar de las pocas palabras, pudimos sentir Su Amor tan perfecto y esa majestuosa ternura que tiene Nuestra Señora, con la cual abraza a todos Sus hijos, queremos que recuerden lo que Ella dijo, porque Ella quiere estar aquí entre Sus hijos de Noruega. 

Ella quiere que aprendan a conocerla como la Suprema Madre Universal, Aquella que nos trae la perfecta paz, la gran protección y que nos enseña a descubrir la fe para que podamos estar unidos al Corazón de Dios y que nada nos pueda confundir, que nada nos pueda mover internamente, pase lo que pase a nuestro alrededor.

Ella quiere estar a nuestro lado para que podamos sentirnos protegidos y comenzar a aprender cosas nuevas que tienen que ver con los misterios del universo. Cuando nosotros podamos abrir la puerta de nuestro corazón, vamos a saber muchas cosas.

Nosotros, los que peregrinamos junto con Nuestra Señora, hemos conocido una nación muy bella. Si bien todos los pueblos dejan algo en nuestro corazón, estos hermanos que parecían tan distantes y que a veces parecen un poco diferentes, han llenado nuestro corazón.

Agradecemos mucho la oportunidad que tuvimos, en la mañana de hoy, de compartir con algunos hermanos, aquí en esta ciudad de Oslo, la Comunión con Cristo y eso nos muestra que Cristo es el mismo en todas partes y que nuestro amor por Él nos va a unir siempre.

Muchas gracias por habernos recibido en esta nación. Les dejamos todo nuestro amor y toda nuestra gratitud. Ojalá que Dios permita que algún día podamos volver y podamos orar a la vera de esos hermosos lagos que ustedes tienen, donde se guardan grandes misterios espirituales.

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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