MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Queridos hijos de la Comunidad Figueira:

Hoy, con alegría, retorno a esta Sagrada Colina para poder estar más cerca de Mis hijos queridos y, así, poder estar más cerca de la humanidad.

Sientan, a través de este, Mi gesto de Amor, la gran cercanía de Dios, de un Padre que los ama, de un Padre que sufre por la forma de cómo se tratan entre hermanos.

En este día, quiero agradecerles por estar aquí, a Mi lado, en esta sagrada tarea de liberación de almas, de almas comprometidas con Mi adversario.

Poder presenciar la reapertura del Centro Mariano, Me trae más esperanza y alegría. Poder ver a Mis hijos, en procesión y cantos, alivia profundamente a Mi Corazón.

Es por esta razón, Mis hijos, que lentamente, deberán volver a ofrecer a los peregrinos la visita a los Centros Marianos; porque el mundo entero necesita de almas peregrinas en los Centros Marianos, para que su Madre Celeste evite una temida Tercera Guerra Mundial de armas, de hambre, de persecución y de gran destrucción.

El Padre Eterno Me ha dado Su permiso para que, a través de los peregrinos en los Centros Marianos, Yo pueda interceder por la humanidad.

Por eso, en este día, reconsagro nuevamente al Centro Mariano de Figueira para que viva esta próxima etapa, conforme Yo lo necesito.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ. TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Queridos hijos:

He aquí la Sagrada Señora del Portal, la que abre los espacios de la consciencia para que en ella descienda la Ciencia Divina.

He aquí la Sagrada Señora del Portal, la que en este tiempo indica a todos Sus hijos el sendero de retorno al Corazón de Dios.

He aquí la Sagrada Señora del Portal, la que guía y conduce a los corazones orantes hacia el encuentro definitivo con su origen interior.

He aquí la Sagrada Señora del Portal, la que muestra en este tiempo las señales del Retorno de Cristo a todos los servidores del Redentor 

He aquí la Sagrada Señora del Portal, la que intercede entre la Tierra y el Cielo, por las causas y las situaciones imposibles.

He aquí la Sagrada Señora del Portal, la que trae a todos, el bendito afluente de la Gracia Celestial para que sean lavados de sus faltas y renazcan como instrumentos redimidos, colocados en oferta a los Pies del Padre Celestial.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz

 

Aparición de María, Rosa de la Paz, en el Centro Mariano de Figueira, Minas Gerais, Brasil, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús

Cuando no hablo es porque algo muy difícil está sucediendo. Mi silencio es porque el mundo no me quiere escuchar y esto va más allá de este lugar. Habló de los que no escuchan de verdad al Corazón de la Jerarquía y omiten todo el tiempo la Voluntad de Dios. 

Pero con Mis ejércitos sostendré al planeta y podré darle al mundo lo que él no merecería. Por eso estoy aquí como su Abogada, como su Intercesora y Mediadora. 

Tal vez no comprendan lo que les estoy diciendo, pero acojan Mis Palabras en el corazón y oren con más fervor aún para que Dios derrame Su Misericordia y no Su Justicia.

Todo lo que han hecho hasta ahora tiene un valor incalculable. Todo lo que oraron hasta ahora fue contemplado por el Padre Creador y eso va más allá de la vida material. Por eso, acojan Mis Palabras en el corazón por más que no las comprendan.

El tercer secreto de Fátima se está aproximando y lo que hasta hoy la iglesia no anunció, desobedeciendo Mi pedido, será mostrado al mundo entero de una manera inesperada para todos.

Cuando Dios envía una advertencia al mundo, como fue en Fátima, tiene una razón profundamente espiritual y desconocida para el hombre. No existe iglesia ni nación que la pueda impedir. Por eso, la confianza fue volcada en los pequeños pastores porque en almas tan puras se reveló la Presencia de Dios y Su mensaje. Pero el mundo decidió, en su mayoría, aprender a través del sufrimiento y generar sufrimiento a los demás. 

La copa se está rebasando y la Sangre de Mi Hijo, que fue derramada por todos, deberá ser justificada por los orantes del mundo con su fidelidad y su absoluta incondicionalidad al pedido de Dios.

Con todo esto quiero decirles, hijos Míos, que no vengo a impartir ningún temor a sus mundos internos, sino un llamado de atención ante los acontecimientos que hoy vive el mundo y en los cuales la humanidad está sumergida completamente, en especial los más inocentes. 

Que sus corazones no sean tocados por la ira, por la indiferencia, por la frustración. Que sus corazones, que principalmente sus vidas sean un ejemplo de oración, de constancia y de fe, por lo que ha de llegar al mundo en poco tiempo.

Muchos se arrepentirán por no haber escuchado y, como fue escrito en la Sagrada Biblia, muchos golpearán sus pechos clamando a Dios por una oportunidad. 

Por eso, antes de ese acontecimiento vino la luna roja y la humanidad entera la pudo ver. No era un acontecimiento bonito o hermoso. Era el anuncio, el advenimiento y la preparación de la humanidad para las próximas señales que se revelarán en este ciclo.

El último sello del Apocalipsis ya está abierto. La guerra de todos contra todos no cesará. Por eso, nuevos mártires vendrán y no surgirán de la iglesia, sino entre los más inocentes, los que testimoniarán, hasta el fin de sus vidas, la Presencia de Cristo sin que nada les haga cambiar su fe y su credo. 

Pero no piensen en lo que ellos sufrirán, sino piensen en lo que la humanidad aún no ha alcanzado y que para el mundo ya no es necesario derramar más sangre, así como hoy lo hacen algunas naciones del mundo, haciendo caer la injusticia sobre los inocentes, sobre los más pobres entre los pobres. 

Por eso, su fe deberá redoblarse. Su entusiasmo en el compromiso deberá ampliarse y su fidelidad y obediencia deberá establecerse. Porque a pesar de que la tierra tiemble, su equilibrio deberá ser intocable, inalterable e irrefutable. Nada los deberá mover del lugar que han conquistado en el corazón de la Jerarquía.

Pero por otro lado, hijos míos, no todo será desgracia para la humanidad. Deberán volver a ver a los Cristos que una vez estuvieron con Mi Hijo y que en este tiempo final despertarán para que, finalmente, expresen su tarea y la concreción de su propósito.

La llama de Cristo en cada corazón humano resplandecerá y en el momento más agudo de la transición de la Tierra, las tribus con sus diferentes linajes, escuelas y experiencias se reunirán para ofrecerle a Dios un único camino y una única meta, que es alcanzar la Nueva Humanidad.

Es tiempo de crecer, hijos míos, de madurar en el conocimiento y de saber, profundamente, que su participación en el Plan de Dios tiene un propósito y una meta que sus vidas no podrán alterar.

De su adhesión y de la entrega de sus voluntades a la Voluntad Mayor dependerá la salvación de la humanidad. Para eso, nunca les deberá faltar ni la sabiduría ni el discernimiento, ni la atención ni la vigilancia ante los acontecimientos del mundo.

Hoy, una espada de la humanidad atraviesa Mi Corazón. Es una espada más dolorosa que la que recibí una vez, cuando supe de la entrega definitiva de Mi Hijo.

Sigan rezando por las naciones porque si las naciones no están bien, nada estará bien. Ustedes deben llegar con sus oraciones al Cielo, tocar el Corazón del Padre Celestial y consolar Su Espíritu por tantas ofensas recibidas.

Que se construya en ustedes el espíritu sagrado de la compasión. Porque será la Divina Compasión el atributo fundamental de este tiempo, para ver y participar de lo que se verá en el mundo, aunque no esté dentro del Plan de Dios. Porque la mayoría de los acontecimientos del mundo son generados por los hombres y no por el Cielo, por la falta de filiación con Dios y de comunión con lo Alto.

Pero ustedes, que han conquistado el Cristo interno, hagan valer esa preciosa Presencia por todos los que no valoran, en sí mismos, la Presencia del Cristo interior.

En honor al Nacimiento, la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Mi Hijo, vengo a pedirles que durante nueve días, antes del comienzo de la Semana Santa, recen el Orandio de la Pasión y de la Transfiguración de Jesús para que los Cielos sean colmados por sus oraciones, a fin de que Dios tenga piedad del mundo entero y Su ira sea calmada por los coros angélicos que hoy me acompañan.

Si el mundo entero asume este trabajo de oración, verdaderamente, en vísperas de la Semana Santa, si reza con fervor y devoción Yo vendré a pedirle al mundo una vez más la consagración a Mi materno e Inmaculado Corazón para que las naciones que se dicen ser poderosas ante Dios, por intermedio de Mi Gracia, alcancen la penitencia y el arrepentimiento total de sus faltas.

Eso evitará, hijos Míos, que de una forma sorprendente e inesperada, el Ángel de la Justicia de Dios descienda a la Tierra y por orden del Altísimo y Todopoderoso derrame el poder del Trono de Dios con una potencia mayor de cientos de rayos y truenos.

Si sus oraciones llegaran al Cielo durante esos nueve días, su Abogada y Madre podrá interceder, al menos, por la cuarta parte de la humanidad porque el resto ya se definió.

Nuestra Señora bajó Su rostro y cerró Sus ojos, la acompañamos, la sentimos y la contemplamos en nuestro corazón. La apoyamos y oramos interiormente ante Su Presencia.

Mi silencio viene a pedirle lo imposible al mundo. Así como lo pedí en Fátima vengo a pedirles a ustedes que, a pesar de los acontecimientos, definitivamente se comprometan Conmigo a rezar el Rosario todos los días. Esta vez no solo por la paz, sino también por la intervención de su Divina y grandiosa Señora ante la autoridad del Padre Celestial y de todos Sus ángeles.

Los Hijos de María que hoy se consagrarán se pueden colocar de pie en donde están.

Hijos amados, nunca despreciaré sus aspiraciones. Consuelen Mi Corazón todos los días con sus ejemplos de paz, de amor y de oración por el mundo.

Hoy, no podré atenderlos directamente, pero sepan que Mi Espíritu puro e inmaculado, Espíritu que proviene de Dios y de Su Fuente, hoy está sobre sus almas para consagrarlos.

Hoy, la Madre de Dios no puede impartir Gracias, Dios no lo ha permitido, pero no es por ustedes, sino por el mundo.

La luz de Mi Corazón siempre apelará a guiarlos. Sigan Mis pasos de Sierva y de Peregrina. Yo los bendigo y los amo.

Las flores de este altar las llevarán consigo como testimonio de Mi Amor por ustedes y por sus familias.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Piedad, ven aquí.

Hoy, te estoy llamando como en otros tiempos, hija Mía, para que me ayudes a interceder ante Dios, nuestro Padre Creador, y para que, a través de tu devoción a Mi materno e Inmaculado Corazón, puedas suplicar por medio del Ave María cantada a los Tronos del Padre para que Él escuche la voz de Su Sierva. Con esta canción y esta súplica daré por finalizada hoy Mi tarea. Los espero el 8 de mayo en Fátima para que ese Reino de Amor, de Paz y de Luz imparta su intervención en el mundo. Que así sea.

Canción: Ave María.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN LA CIUDAD DE ROMA, ITALIA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN Y A LA HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Ayúdenme a cargar en Mis brazos a esta vieja humanidad, para que ella sea ayudada, para que ella sea curada de todo lo que ha vivido a través de los tiempos y de todas las razas.

Ayúdenme a cargar en Mis brazos a esta vieja humanidad, que necesita ser renovada por el gran Espíritu de Dios, por la Fuente de Su Amor y de Su infinita Gracia.

Para que esta humanidad reciba los Dones de Dios, será necesario, queridos hijos, que los corazones hagan penitencia. Y cuando hablo de penitencia, es que cada uno ofrezca a Dios un acto de reparación, un acto de misericordia y de reconciliación diariamente, por todos los que no lo hacen, por todos los que no lo viven; y especialmente por todos lo que omiten este pedido de poder curar a la humanidad, muy envejecida por sus errores, por sus acciones, por todo lo que ha hecho en los últimos tiempos.

El deseo de su Madre Celeste, es fortalecer la iglesia interior, en el espíritu de cada hijo, a fin de que se pueda llevar adelante el tan esperado Retorno de Cristo a la humanidad. De esa forma, queridos hijos, sus corazones y sus vidas estarán lejos de todo lo que es superficial, de lo que los aleja de Dios, cuando no consiguen mirar la grandeza de Su Corazón eterno.

Su Madre Celeste debe restaurar la vieja Iglesia. Esto comenzará por los hombres, en sus mundos internos, en sus consciencias, en sus ideas y conceptos, para que cada día más, bajo la verdad y la transparencia, todos puedan estar unidos a los designios del Padre Celestial; designios que Él espera manifestar, revelar y mostrar a Sus criaturas, para que ellas puedan gestar la tan esperada Nueva Humanidad.

Mientras todo eso está por suceder, queridos hijos, que nada los haga temblar; que sus corazones estén cada día más fortalecidos por la oración del corazón, por la elevación de sus espíritus al Reino de Dios, por su unión interna con todo lo que es sublime.

Si ustedes así lo hacen, la vieja humanidad despertará a este misterio, abrirá sus ojos y se volverá a conectar con todo lo que es divino y supremo.

Necesito, queridos hijos, que realicen todos estos pedidos por todos los que los necesitan realizar, así el mundo dejará de estar hipnotizado y podrá encontrar en su interior todo lo que es verdadero y real.

Por eso, vengo a reformar las bases de lo que ya existe. Por eso su Madre Celeste está aquí, para compartir con sus hijos la Voluntad de Dios, que debe estar más próxima a sus corazones y consciencias.

Como Yo les dije ayer, queridos hijos, Dios Me ha pedido entregarles las llaves que abrirán las puertas al conocimiento del Infinito, en donde, en verdad, todo es real, sublime y eterno. Es en ese lugar, en donde quiero ver a todos Mis hijos del mundo, para que disuelvan en sus consciencias la ambición por la guerra, por el poder y la destrucción de todo lo que ha creado Dios, a través de los Reinos de la Naturaleza.

Vengo aquí también por los Reinos Menores, para que los hombres de  superficie finalmente los puedan contemplar, no con ojos de destrucción, sino con una mirada de misericordia por lo que es inofensivo y puro, en el principio de esta Creación.

Necesito que Mis hijos puedan contemplar todas las necesidades del planeta, así estarán más cerca de saber qué hacer y cómo colaborar con el Plan del Redentor.

Es con Mis Palabras tan simples que les entrego las Llaves del Universo. De esta forma, hijos Míos, podrán comprender que en verdad no es difícil llegar hasta Dios.

La humanidad necesita solo aprender a ser sincera, verdadera en sus acciones, transparente en sus sentimientos y, cuando oran, si oran de corazón, descubrirán todos los misterios que hoy, Yo vengo al mundo, para revelarles. Disolverían las barreras de la mente humana, porque la voz de sus corazones podría ser escuchada y su verbo llegaría hasta el Corazón de Dios.

Mi Corazón es simple, así como Mis Palabras, y para entenderlas basta ingresar en Él, porque en Él, hijos Míos, encontrarán toda la vida, encontrarán el Universo y la verdad de la cual la humanidad se apartó hace tanto tiempo.

Están viviendo en una gran ilusión, de la cual Yo vengo a retirarlos.

Los Ojos de Dios están puestos sobre la humanidad todo el tiempo y ¿quién, hijos amados, mirará hacia arriba y encontrará ese mirar divino para comprender la verdadera razón de su existencia?

¿Quién se abrirá para vivir el Amor de Dios y dejar de ser un peso en los Brazos de su Madre Celeste?Con Mi Amor, con Mi Simplicidad y Mi Pureza puesta en sus corazones, vengo a retirar de ustedes los viejos velos, que eran tan pesados, que no les permitían caminar. De esta forma, hijos, libres de ustedes mismos, encuentren ese camino que hoy les señalo, el camino de la transparencia y de la verdad, en el cual se ingresa tan simplemente, cuando oran con el corazón, cuando son fraternos y misericordiosos, cuando la necesidad del prójimo, aunque sea poco a poco, pueda ser mayor que sus necesidades. 

Yo vengo, hijos Míos, a renovar el corazón humano, para traer a sus vidas aquel pensamiento divino, perfecto, que el Creador emitió al Universo, cuando creó a la humanidad. 
El Amor de Dios por el corazón humano es único y todo el Universo, toda la Creación, aspira a encontrar ese Amor, que está latente en lo profundo de su mundo interior. 

Llegó la hora, Mis amados, de despertar a ese Amor Divino para liberar la indiferencia, para liberarlos de las cadenas que los prenden a este mundo, a las cosas materiales y a tantos problemas, enfermedades, que hacen perecer el espíritu y el corazón humano. 

¿Cuántos, hijos amados, caminan por este mundo buscando una verdad y un sentido, buscando una verdadera razón para estar aquí? Hoy les presento esta razón, les presento ese sentido, que se encuentra dentro de ustedes como una puerta que los conduce a la eternidad. 

Oren Conmigo por este planeta. Oren Conmigo por los que más lo necesitan. Oren por los Reinos de la Naturaleza. Aprendan a respetar a esos Reinos, que también están aquí para enseñarles a regresar a Dios y aprender con ustedes de este amor puro, que se esconde en sus corazones. 

Si quieren aprender el Conocimiento Divino, si quieren salir de la ilusión y de la superficialidad, oren Conmigo y Yo los despertaré del sueño en que viven. 

Oren Conmigo y ya no sean tan egoístas, no se entreguen a las mentiras de esta Tierra para encontrar algún alivio y confort humano.

Hoy, Yo les presento el Reino de Dios y Su Divina Presencia para que estén en Ella todo el tiempo. 

Realmente estoy viva en el corazón de Mis hijos, especialmente en el de aquellos que se consagran, confiando en la Mano que guía toda esta Obra universal, que es su Padre Eterno, a través de Su Sierva, de Su Intercesora y Abogada.

Hoy consagraré a almas que nunca he consagrado,

que por primera vez recibirán la Gracia de comenzar a vivir este camino de ser hijos, hijos predilectos de Mi Inmaculado Corazón.

Que se aproximen aquí los que hoy se consagrarán.

Vamos a vivir esta consagración, queridos hijos, como una renovación de los votos, para poder vivir en estos tiempos el Plan de Dios.

Cantemos “Hijos de María”.

En el Cielo se guardan tesoros infinitos, que hoy son depositados en la Tierra, en el corazón de los simples y de los justos. Este es el legado que hoy les entrego para sus corazones y vidas, pidiéndoles que continúen orando el Rosario, todos los días, para que se establezca la paz, el fin de los conflictos y el bien en todas las criaturas.

Los consagro y los santifico como hijos de Mi Inmaculado Corazón, por la autoridad que Mi Hijo Me concedió, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Gracias por responder a Mi llamado. Un gran paso interno fue dado hoy.

Les agradezco.

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

SEA VOLUNTARIO

Contacto