APARICIÓN ANUAL DE LA VIRGEN MARÍA EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.  

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.  

Hace quince años, los llamé para estar a Mi lado y, aunque no supieran lo que eso significaba, fueron obedientes y siguieron Mi llamado. Y, a través de su respuesta, les enseñaron a muchos más, que hoy están aquí Conmigo en esta Obra, a que también fueran obedientes a Mi llamado. Y esa obediencia es lo que construye el Propósito de Dios en el planeta, porque es el primer paso del discípulo de Mi Hijo que se anima a amar lo desconocido.

Ustedes sin saber mucho de lo que se trataba, en ese agosto del año 2007, reflejaban una inocencia que permitió que el Padre Eterno autorizara a la Madre de Dios para llevar adelante un Propósito y un Plan, más allá de Aurora.

Como bien dijeron en este día, recuerden todo lo que vivieron Conmigo durante quince años, porque Yo Soy la Madre de la Paz, Soy la Virgen Santa, que surgió y que emanó a través de la Divina Concepción de la Trinidad.

Ha sido un pedido de Mi Hijo, desde antes del año 2007, que esto sucediera por mandato del Padre Celestial, para que pudieran acompañar a la Madre Redentora en esta Obra, que ha crecido mucho internamente y que ha podido abrazar a todo el planeta, a través de la fidelidad de los que dijeron sí.

Quiero decirles con esto, hijos Míos, que su paso hacia la consagración total de sus vidas, también fue un principal motivo para Dios, porque después de los primeros encuentros Conmigo en Aurora, no solo la Luz y el Poder de ese Centro de Amor emergieron hacia la humanidad definitivamente, sino que también la gran tarea espiritual de Aurora de cura, rescate y redención de las almas comenzó a suceder, conforme a lo indicado por la intervención del Arcángel Rafael.

Deténganse un momento en esto que les digo y piensen que nunca estuvieron solos y que nada les faltó y nunca les faltará, porque Dios así lo ha determinado. 

Por eso, deberán seguir aprendiendo a cuidar la manifestación del Plan, en obediencia y en adhesión, como lo hicieron Conmigo hasta este momento, cumpliendo quince años de experiencia interior, que los llevó a cada uno de ustedes a dar lo mejor por Mi Hijo y los llevará a dar lo mejor por Dios en los tiempos que vendrán.

Ahora, ya no son más niños; ahora, ya son adultos en el camino espiritual. Y esto es lo que debo entregarle a Dios, para que Él vea, con Sus propios Ojos, las ofrendas de la transformación de la vida que muchos han vivido, aunque les costara transformarse, aunque su transformación fuera hasta dolorosa. 

Y aún seguirán transformándose para que Yo pueda entregarle a Dios, a través de Mi Hijo, ese cristal precioso que Él quiere pulir y pulir, que es la esencia interior de cada uno de ustedes y de cada uno de sus hermanos del planeta. 

Por eso, también para Mi Corazón, como lo fue para el Corazón de Mi Hijo, África ha marcado un antes y un después en la historia espiritual de Su Obra. Y todo lo que sucederá en el planeta, a través de la Obra de los Sagrados Corazones, también transformará todas sus vidas, los llevará a vivir nuevos acontecimientos y experiencias para que sigan madurando en la humildad del corazón y en el servicio abnegado.

El segundo paso que dieron, que fue muy significativo para Mi Hijo Jesús, ha sido la concreción de Su Orden Monástica, que ha crecido a través de los tiempos en sus virtudes y dones y, principalmente, bajo las enseñanzas de Mi Hijo Jesús.

Hasta el presente no solo Su Obra, sino también el planeta; no solo sus vidas, sino también la vida de sus hermanos, siguen aprendiendo sobre los grados de Amor-Sabiduría, de la misma forma como Nosotros lo aprendimos cuando estuvimos aquí en la Tierra, como una humilde y simple Familia de Nazaret.

Y vean cuán importante es este 8 de agosto de 2022, que la sagrada tarea en África, que ha sido también muy significativa para todos, ha abierto la puerta definitiva para Medio Oriente, en donde Mi Corazón ya no soporta ver el dolor de los inocentes, sometidos por la guerra y por los conflictos, por el hambre y por el llanto.

Todo esto ha sido previsto por Mi Hijo, y Yo, como Su Madre y como la Madre de cada uno de ustedes, Me he comprometido ante Mi Señor para que Su Plan se cumpla, sí o sí. 

La preciosura de Sus tesoros y dádivas no se esconde en lo que es externo o visible a los ojos humanos. Las riquezas del Reino de los Cielos se esconden en los corazones simples, en los corazones que son capaces de amar el Plan más allá de sí mismos, que son capaces de colocar al otro primero, sabiendo que con esa actitud cruzan el umbral y el portal hacia el Eterno Amor, que es lo que cada una de Nuestras Palabras y Mensajes les han enseñado hasta el presente. 

¿Quieren saber una cosa, hijos Míos? 

A partir de este 8 de agosto de 2022, le pido a Dios, al Padre Eterno, que más allá de la Justicia que se merece el planeta y la humanidad, que Su Divina e Insondable Misericordia sea capaz de dar una nueva oportunidad a todos Mis hijos del mundo. Porque cuando retorne Mi Hijo, el Cristo, así como Él lo ha enseñado a cada uno de ustedes, a través de los tiempos, Él llamará uno a uno por su nombre y Él seguirá siendo capaz de dejar por un momento a Sus noventa y nueve ovejas para rescatar a la oveja perdida, como alguno de ustedes lo ha experimentado en estos últimos tiempos. 

¿Será que el Amor en ustedes será capaz de superar la Justicia? 

¿Será que el Amor en ustedes será capaz de superar la indiferencia? 

¿Será que el Amor será capaz de superar el poder y el amor que creen tener? 

El Amor sí será capaz de todo y mucho más. Es este Amor que Yo les enseñé desde el año 2007 en Aurora, y nadie más como Su Madre Celeste ha visto cómo muchos de Sus hijos partieron injustamente, perdiendo la oportunidad de conocer el Amor y la Verdad. 

Pero no descansaré, porque nunca he descansado. Aún Mi deber y Mi compromiso es cumplir las promesas de Dios en Mis hijos, las promesas de Su Reino Celestial en los corazones, las promesas de Su Esperanza, de Su Amor y de Su Fe en cada una de Sus Criaturas y, especialmente, en aquellas que perdieron el Amor y la Unidad Divinas.

Por eso, seguiré trabajando, hijos Míos, y por eso, también los invito y los llamo a seguir trabajando por esa causa, porque nada más importa en este momento que el Amor de Dios en los corazones. Porque, verdaderamente, Mis amados hijos, es el Amor lo que se quiere extirpar de esta humanidad, a través de la venganza y de la impunidad; es el Amor lo que se quiere extirpar de esta humanidad, a través de la desigualdad y de la injusticia.

Por eso, este es el gran tiempo del atributo de la fraternidad, porque mientras, cada uno de ustedes y de sus hermanos coloquen cada vez más al otro primero, les aseguro que estarán dando un paso en el Amor de Cristo, así como Él colocó sobre Su Espalda a toda la humanidad a través del madero de la Cruz. Él les enseñó cómo hacerlo y cuál es el camino para que puedan ser los Nuevos Cristos.

Por eso, tengan fe y nunca duden que no fracasarán, porque el corazón que confía en Mi Hijo nunca perecerá. El corazón que es capaz de entregarse a Mi Hijo completamente, nunca perecerá. Por esa razón, estoy aquí, para recordárselo a todos, para decirles que aún hay un camino muy largo que recorrer y muchas experiencias que vivir, en esta dualidad del planeta. 

Pero si su propósito está en el Amor y en el cumplimiento de la Voluntad del Padre, y si ustedes se sienten dentro de ese Amor Eterno y de esa Voluntad Divina, ¿a qué deben temer? En el Amor y en la Voluntad de Dios no hay injusticia ni oscuridad, por eso sean valientes y arriésguense.

Porque no solo ustedes como Obra, sino también el mundo entero, son llamados a dar un paso en la madurez de la consciencia, a través del amor al prójimo y del respeto a la vida que Dios les entregó.

Que, a partir de este 8 de agosto de 2022, la llama que hoy Me ofrecen siempre los guíe y los sostenga, que la llama de la fe y de la esperanza nunca se apague, y que esta llama sea capaz no solo en ustedes, sino también en sus hermanos del mundo entero, de guiarlos hacia el gran propósito del Amor, hacia el Corazón de Mi Amado Hijo, en donde Él siempre los quiere tener y guardar.

Hoy, Aurora brilla más que en otros tiempos, porque Su Luz poderosa, curadora y redentora atrae hacia sí misma a las esencias del mundo, para que las esencias más sufridas y traumatizadas se puedan curar en esta amnistía del 8 de agosto, esta Gracia espiritual que hoy les traigo una vez más a cada uno de ustedes y de sus hermanos.

Por eso, ante Mí y por un momento, vacíense y despójense, caminando descalzos para estar ante Dios; así como su Madre Divina, Santa María de Aurora, hoy está ante Dios y ante ustedes para transmitirles y compartirles Su Amor Eterno.

Por eso, hoy les ofrezco y les pido que vuelvan a firmar su compromiso en el Libro Sagrado de Dios, que hoy tengo en Mis Manos; para que puedan sellar este compromiso con el Padre y con Cristo, sabiendo que el mundo necesita no solo de amor, sino también de paz, de fe, de compasión, de cura y de perdón.

Firmen su compromiso de eterna transformación. Hoy los Ancianos del Universo también son testigos de esto, porque Ellos quieren llevarlos a que puedan amar cada vez más el Plan de Dios, hasta que duela; para que muchos más se puedan liberar de la ilusión, del cautiverio espiritual y de la esclavitud que esta superficie construye en las almas buenas. 

Hoy, vengo a desamarrar los nudos de la consciencia, vengo a romper con Mis Pies los grilletes de la perdición, a través de la Luz esencial de Aurora que surge de Mi Corazón. 

Hoy, el poder de la cura y de la voluntad se unen como uno solo, para que todas las almas perdidas recuerden el propósito que las trajo aquí, a la Tierra, para que puedan recuperar su filiación con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Muchos más que ustedes, firmaron en los planos internos este Libro que hoy les presenté. Y agradezco que las almas se hayan animado a realizar ese gesto, porque significa mucho para el Padre Eterno. Esto significa que se podrá hacer mucho más de lo previsto y que cuando cada uno de ustedes sepa lo que deberá realizarse y cumplirse, concretarse y manifestarse, deberán cumplirlo porque han firmado el Libro y esto es indisoluble.

Me despido, llevando en Mi Corazón la gratitud por cada uno de ustedes y de sus hermanos que, en estos últimos quince años, desde Mi primera Aparición en Aurora hasta el presente, aprendieron a seguir y a comprender a la Jerarquía. Recuerden que esto es un tesoro incalculable y es una Gracia incomprensible para los corazones que lo pueden vivir y para ustedes que lo pueden sentir, en este momento, junto a Mí.

Recuerden que aquellos que formaron parte de la Peregrinación de los Mensajeros Divinos en estos últimos años, siempre tienen guardadas sus familias y seres queridos en Mi Corazón, porque Yo los cuido.

Por eso, les agradezco a aquellos que dejaron en la confianza de Dios a sus hijos y a sus seres queridos, para seguir a la Madre Celeste en esta desafiadora tarea del fin de los tiempos. Porque así, como a Mi Hijo Jesús, he tenido bajo Mi protección a sus hijos, madres, padres, hermanos y hermanas, a sus familias. Así como ustedes se comprometieron Conmigo, Yo también Me comprometí con ustedes.

Siempre debemos agradecer para que el mundo no pierda la gratitud; porque la gratitud abre las puertas del Reino de los Cielos y concede Gracias incalculables para todos.

A través de la Luz de la esencia de Aurora, que hoy brota de Mi Corazón, en este sagrado aniversario de Mis Apariciones, Yo los bendigo y los reconsagro a Mi Materno e Inmaculado Corazón, para que se cumplan los Mil Años de Paz.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Bueno, hermanos, ¡qué momento! 

Como hace 15 años, en las primeras Apariciones de Aurora y de Figueira, no sé si algunos recordarán que la Madre Divina nos pedía hacer relatos de las Apariciones. 

Hoy, nos pidió hacer lo mismo y comunicarles algo muy especial, que yo sentí que realmente es una Gracia más de María.

Digo esto, que es una Gracia, porque nos demuestra una vez más que María está en todos los lugares, en todas las situaciones y que cuida a todo el planeta. 

Hemos aprendido con la Jerarquía que cuando Ellos nos comunican algo, los hermanos del Consejo de nuestra Obra son los primeros que tienen que saber, porque todo cumple un orden interior y universal. Y después de que eso sucede, todos saben sobre los pedidos de los Mensajeros Divinos.

Pero hoy, la Madre Divina fue muy explícita, y les digo que le pregunté tres veces si tenía que hablar, y Ella Me dijo: sí, sí, sí. 

Entonces, antes de contarles el pedido especial de la Madre Divina, antes de que me olvide, Ella dijo que este pedido es un regalo de Dios para todos, un regalo interno de Dios, una dádiva de Dios para todos. 

Pero antes de transmitirles este pedido, voy a intentar hacer una síntesis del momento de la Aparición, que fue fuertísimo. Digo fuertísimo, primero por la forma como se presentó la Madre Divina, que vino vestida como la Esposa de Dios. 

¿Por qué digo esto? Porque no solo Su belleza era tan nítida e indescriptible, sino que Su mirada era una mirada penetrante, que me costaba mirar todo el tiempo, porque era ver a través de Ella a Dios. Y, a través de la vestimenta de la Madre Divina, que era como de una seda de otras dimensiones, por decirlo así, Ella venía con un ceremonial que nunca vi en quince años. 

¿Por qué hago énfasis en los detalles de Su vestimenta, de Su Manto? 

Porque todo Su Manto era de estrellas e irradiaba y colmaba a todos los corazones, al planeta. También, a través de la vestimenta de Nuestra Señora, en el día de hoy, Ella estaba representando a todos los Atributos de Dios en uno solo; esos Atributos que oramos en la oración de la Madre Universal y muchos más que desconocemos; y el eje central que unía a todos esos Atributos, que Ella hoy expresaba a través de Su Presencia, era el Amor de Dios.

Entonces, a través de toda esa Energía y Presencia Divina, en un momento de la Aparición percibí que María quería estar todo el tiempo que fuera posible con Sus hijos; porque los Ángeles, que obedecen a Nuestra Señora, estaban haciendo un trabajo planetario muy importante. 

Eso era posible por algo que Ella nos reveló, que ustedes van a recordar ahora, cuando Ella habló de la esencia de Aurora en Su Corazón.

Es decir, no salía solo Luz de las Manos de María, del Manto de María, del Rostro de María, sino a través de Su Corazón. Era una imagen en tres dimensiones, como si estuviera viendo acá a los hermanos que están filmando o a ustedes. 

Entonces, esa Luz era una Luz que no tenía fin, era la Luz de la esencia de Aurora que Ella traía a través de Su Corazón, y parecía que el Corazón de María iba a explotar en Luz.

Ella colocó a cada una de nuestras consciencias, de nuestras almas, dentro de ese estado de la esencia de Aurora, y con ese trabajo interno, que Ella hizo durante el transcurso de la Aparición, la Madre Divina fue resolviendo muchas situaciones a nivel planetario y a nivel individual de cada una de las almas. 

Ella fue colocando a nuestras consciencias en estados cada vez más sublimes, lo que permitía que nosotros, como consciencias, ingresáramos a través del Corazón de María en esos estados de la esencia de Aurora. Lo que conducía ese trabajo interior que María estaba haciendo era Su Amor, el Amor Eterno de Dios. 

Entonces, en ese momento en que Ella iba elevando a nuestras consciencias y a la consciencia del planeta hacia un estado más elevado y superior, lo que sería llamado de pecado o de deuda espiritual era equilibrado por la donación del Amor de María a nosotros. 

Entonces, durante la Aparición, aquello que conocemos como dualidad, no existía. Lo que había, a través de María, era un principio de una profunda neutralidad entre el Cielo y la Tierra. Y los diferentes Coros Angélicos que rodeaban a Nuestra Señora, sostenían espiritualmente ese vórtice que también era compartido y asumido por otras Jerarquías Espirituales. 

Inclusive, también durante un momento de la Aparición vimos a Cristo, Cristo se apareció en otra dimensión, en otro plano más distante, en aquel espacio del Universo que Él ya nos nombró, donde Él gobierna a la Creación.

Entonces, pensemos por un momento cuántas cosas sucedieron en un solo tiempo. 

Y esto fue un poco más allá, hasta que Ella, en el momento que nos habló de la cura y de la redención que nos proporciona la esencia de Aurora, a través de Su Corazón, nos llevó a esos planos superiores y fuimos conducidos como esencias ante Dios. En ese momento, todos vivimos un juicio, pero no un juicio como conocemos aquí en la Tierra. 

Por eso, en ese momento, ustedes recuerdan que la Madre Divina nombró a los Veinticuatro Ancianos del Universo y que, un momento antes, Ella nos ofreció un Libro, un Libro en blanco, que apareció en tres dimensiones. 

El vórtice de la Luz de Su Corazón era lo que sustentaba ese momento, también. Ella dijo, en ese momento, a pedido de Dios, que Él estaba interviniendo a través de la Madre Divina, y el Padre dijo: vuelvan a firmar y a reafirmar su compromiso Conmigo. 

Entonces, en ese momento, en ese lapso de tiempo, Nuestra Señora tenía una amnistía en Sus Manos delante del pecado y de los errores de la humanidad. Estoy hablando de lo que está pasando en este momento en el planeta; cuando eso sucede Ella comienza a intervenir por medio de Su Gracia.

Y saben ¿qué es lo que Ella hace para poder intervenir con Su Gracia?, ¿a qué accede para poder intervenir con Su Gracia? Accede a un hecho en la historia de la humanidad que fue la Anunciación del Arcángel Gabriel a María. 

Ese momento, que está registrado en el Corazón de Dios y en nuestra humanidad, el que oramos en uno de los Misterios del Rosario; Nuestra Señora, en este 8 de agosto, trajo ese evento hacia aquí para poder tener esa intervención.

En ese momento, Dios como un Juez y también como un Padre de Misericordia estaba ante nuestros errores y también ante los logros que alcanzaron los Sagrados Corazones cuando estuvieron en el planeta. Entonces, Dios le concedió a la Madre Divina esa autoridad del perdón de las almas.

Y cuando nuestras esencias estaban delante del Padre, a través de María, nuestras almas, como dijo bien Nuestra Señora en el momento de la Aparición, firmaron ese Libro que Ella mostró. Ella nos dijo: ahora que ustedes firmaron, se comprometieron. Es un compromiso que tienen que asumir desde lo profundo de sus corazones. Y que le permitirá a la Madre Divina, como Reina y Señora del Cielo y de la Tierra, interceder para que aquellos acontecimientos que dentro de la Justicia Universal están previstos para el planeta no sucedan.

¿Por qué? 

Porque firmamos ese Libro, y quien lo firmó no fue nuestra persona humana, fue nuestra alma. Nuestro mundo interno firmó ese Libro, y también muchas personas más que en ese momento se presentaron en la Aparición, esas consciencias que Cristo nos dijo que van a despertar.

En ese momento, María nos recordó el último Mensaje de Cristo para esta Maratón, cuando Cristo nos dijo que realizaría Su Obra de preparación de Su Retorno a través de los que están despiertos y de los que despertarán. Y al nosotros haber firmado ese Libro, a través de la oferta que nos hizo la Madre Divina, Ella tendrá más tiempo, de nuestro tiempo cronológico, para interceder.

Y sé que ninguno de nosotros va a poder comprender lo que eso significa en este momento, porque la Divinidad y las Jerarquías Espirituales saben qué es lo que verdaderamente tiene que suceder en este momento planetario. Y, a través de estas revelaciones, la Jerarquía despierta nuestra consciencia, nos recuerda nuestro compromiso con la Voluntad del Padre y, sobre todo, esta Aparición de hoy nos recuerda qué fue lo que vinimos a hacer aquí, a este planeta.

¿Por qué hoy María nos dice esto?

Porque los aprendizajes y las pruebas seguirán aconteciendo en el fin de estos tiempos. Y cuando nosotros estemos atravesando, en este momento o en los tiempos que vendrán, alguna prueba o experiencia difícil, no podemos olvidarnos, hermanos, qué fue lo que María también nos explicó durante la Aparición, que nosotros somos Hijos de Dios y que surgimos de un lugar que es la Fuente, donde Él nos creó a Su Imagen y Semejanza, y que nos ama por encima de todas las cosas. 

Entonces, cuando pasemos por esas experiencias difíciles, recordemos, dijo Ella, que estamos bajo un estado de Gracia, y no perderlo es el compromiso de cada uno de nosotros. No podemos salir de ese estado de Gracia que nos trae María.

En síntesis, fue eso, y sé que pasaron muchas cosas más que en este momento no consigo recordar porque las estoy procesando. 

Y, ahora sí, voy al pedido de la Madre Divina, y por eso conversamos un poquito con Ella durante la Aparición.

Como sabemos, el mes de agosto es un mes importante para la Divinidad y, cuando estamos reunidos y unidos, pueden pasar muchas cosas para la Jerarquía.

Por eso, así como Nuestra Señora y Cristo nos pidieron ir a África y nos han pedido ir a Medio Oriente y al norte de África, a donde vamos a ir; la Madre Divina nos pidió también ir a Aurora.

Así que los hermanos de Aurora son invitados a hacernos un lugarcito en la Comunidad, porque vamos a estar en la segunda quincena de agosto con ellos, ya que la Jerarquía necesita tener reunido al grupo y a todos los que quieran ir a estos encuentros en Aurora, que sabemos que tenemos durante el mes de agosto y la razón por la cual Nuestra Señora nos contó que hizo este pedido, es que era un regalo que Ella nos hacía a nosotros.

¿Saben por qué? 

Porque nos dijo que nosotros obedecimos lo que Ella nos dijo hace 15 años, aunque a veces nos haya parecido que era un desafío muy grande y difícil.

Y, también, la razón de ese pedido es porque Nuestra Señora, antes de que viajemos a Medio Oriente, necesita hacer una tarea a través de Sus Apariciones del 24 y 25 de agosto. Ella abrió las puertas de Aurora, del Centro Mariano de Aurora, para que todos podamos llevar adelante esa tarea con la Madre Divina.

La Madre Divina nos dijo que, en este momento, Sudamérica necesita de una ayuda especial, dado lo que la Jerarquía está observando y acompañando en Sudamérica y Centroamérica. Esto preparará nuestra tarea en Medio Oriente y, bueno, allá vamos, en obediencia e infinita gratitud.

Eso es todo lo que quería compartir, a pedido de la Madre Divina. Como Ella nos dijo, vamos a agradecer.

¡Gracias, Madre Divina, por cuánto nos das!

En este encuentro, Te honramos, Señor. 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL OCTAVO DÍA DE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

He venido, en la hora indicada y en este último día, junto con los ángeles que han traído en sus manos las Reliquias de Mi Pasión, guardadas en el Arca de la Santa Alianza.

Así, como lo hice con los apóstoles del pasado, vengo a instruirlos sobre los próximos tiempos.

Preparémonos.

Verán venir, a través de este Sistema Solar, al Hijo del Hombre.

Aún no es conocida la forma de Su Retorno al mundo, pero muchos de ustedes participarán de ese acontecimiento de tres formas probables: material, mental o espiritual.

No sabrán cuándo ese momento se acercará, porque vendré como el vigía de la noche y no avisaré; pero si sus corazones están atentos, vigilantes y orantes no entrarán en tentación, sino que sabrán reconocer, en lo profundo de su ser, el momento de Mi llegada.

Como fue dicho en las Apariciones de Garabandal, en España, será dada una señal al mundo, a través de tres llamadas.

La primera, será una llamada interna, que muy pocos reconocerán, pero que muchos podrían conocer, sentir y escuchar si verdaderamente tuvieran el corazón abierto a la transformación.

La segunda llamada será una llamada mental, propia del Universo Ultraterrestre que, de una forma u otra, sus Ángeles de la Guarda se la harán saber como fieles mensajeros del Padre, siempre y cuando estén unidos a ellos, en divinidad y de corazón.

La tercera llamada será más fuerte, será una llamada universal, en el ápice de la gravedad planetaria, una llamada que será en todos los continentes y pueblos. Será una llamada planetaria real y física, inconfundible pero misteriosa. Solo los puros de corazón comprenderán el mensaje que será visto en el cielo.

Les dije a Mis apóstoles que vendrían tiempos de grandes definiciones y esos tiempos son ahora. Ustedes y la humanidad los están atravesando. A partir de este año, que los rige en su calendario alternativo, todo sucederá de manera gradual.

Pero no tengan miedo, porque más allá de lo que vean, sientan o escuchen, quien esté unido a Mí y defienda de sí mismo todo Mi Legado no estará solo, sino que será parte de la promesa que Yo le he hecho a Dios para el fin de estos tiempos, antes de Mi Retorno al mundo.

Hoy también vengo a hablarles de los grandes cambios que aún deben suceder en sus vidas, siguiendo el camino de la fidelidad y de la transparencia, de la lealtad y sobre todo del amor, para que sus vidas estén protegidas de las fuerzas del mal que aún seguirán desatándose sobre la superficie del planeta.

Aunque en ciertos momentos sientan que la batalla espiritual es muy fuerte, nunca, pero nunca se suelten de Mi Mano, porque Yo no los abandonaré. Pero ustedes deben conquistar el Amor crístico, el Amor redentor y unificador, ese mismo Amor que fue vivido por Mí hasta la Cruz.

En ese momento y bajo ese acontecimiento, sabrán, compañeros, cuál es su verdadera cruz y qué es lo que esa cruz significa para sus vidas.

Por eso, a través de estos encuentros, Yo vengo a renovar sus vidas, para que sus vidas estén preparadas para lo que la humanidad vivirá como definición. No solo puedo hablarles, compañeros, de cosas hermosas, debo hablarles de la verdad. 

Mi venida, en este tiempo y en este momento en el cual se encuentran, no es un encuentro pasajero o momentáneo. Este es el ciclo de hacer despertar al apóstol y que, al igual que los apóstoles del pasado, den sus vidas por Mí. Porque así el mundo entero, aún sumergido en el dolor y en la ignorancia, será merecedor, en el fin de estos tiempos, de los tesoros espirituales que guarda Mi Corazón en el Arca de la Santa Alianza.

Yo les prometí estar con ustedes todos los días, hasta el fin de los tiempos, y estoy aquí a través de este encuentro cumpliendo esa promesa. ¿Lo creen?

Por eso, cada uno de ustedes debe difundir Mi Mensaje, todo esto no puede quedar solo aquí. Ustedes pueden ser Mis apóstoles y también Mis mensajeros, a través de sus palabras pueden llevar Mi Palabra de vida, Mi Palabra de consuelo.

Cuán hermoso es ver cómo entre hermanos se sostienen entre sí, más allá de sus diferencias, sentires o ideas. En esa unidad oculta, que los invito a vivir en este tiempo final, es en donde no podrá entrar el mal, nunca lo olviden.

Si Yo los amo como los he amado desde siempre, cuánto más ustedes se podrán amar entre hermanos.

Ustedes y muchos de sus hermanos en el mundo, más allá de las distancias, pueden ser parte de la nueva fraternidad esenia, de aquella que una vez existió en los tiempos pasados y que dejó una huella imborrable en todos los que tuvieron la Gracia de conocer al Mesías y a toda Su vida crística.

Esa fraternidad esenia debe ser, en este tiempo, su aspiración para poder estar dentro de la Ley de la Jerarquía, para vivir en la Jerarquía, para ser como la Jerarquía.

No piensen que lo que les digo es imposible o inalcanzable, su primer paso en este tiempo es la fraternidad humana para, algún día, alcanzar esa fraternidad esenia.

Recuerden todo lo que ahora les digo, porque ya lo vivieron. Recuerden y permitan que, de lo profundo del corazón, de lo profundo del alma y de la esencia, emerja esa fraternidad esenia que ustedes compartieron con la Sagrada Familia. 

Muchos fueron discípulos de San José, muchos fueron discípulos de Mi Madre, y todos fueron seguidores Míos a través de los tiempos.

Solo deben dejar que el corazón los inunde con estos principios, los colme con estas aspiraciones y, cada día más, los haga buenas personas que no solo siguen los Mandamientos, sino que también los viven en la simplicidad del corazón y en la humildad de la vida.

Yo vengo a mostrarles la verdadera historia de su humanidad. Así como estuve con ustedes hace dos mil años, hoy de nuevo estoy con ustedes después de dos mil años. ¿Logran sentir lo que esto significa y cuán grandiosa es la maravilla de Dios? La Gracia del Padre, que de tiempo en tiempo, desciende sobre las almas sedientas de Misericordia, de Luz y de Redención.

Mi Nombre debe estar escrito en sus vidas, porque el Nombre de Jesús aún es un misterio para todos. Pero ese misterio, dejará de serlo cuando Yo retorne; sabrán Quién fue Jesús, como muchos en algún momento lo habrán podido sentir. Detrás de ese Nombre existen muchos más Nombres, Nombres que provienen de la Fuente y de toda la manifestación divina.

Es allí hacia donde deben retornar, para que Yo pueda retornar a ustedes.

No crean que son lo que externamente muestran o todo lo que aparentan. No permitan que sus vidas sean regidas por esas energías, dejen que el corazón se abra más y más, hasta que sus corazones puedan amar a todos sin condiciones y aprendan a ser padres y madres en espíritu, hermanos en la sagrada fraternidad esenia.

También en el pasado, la Orden Templaria dio continuidad a esa fraternidad esenia, pero eran los mismos que se reunieron y que se unieron en torno a las sagradas Reliquias de la Pasión, para poder fundar ese nuevo impulso que vino del universo de que, de una forma u otra, se constituyera la nueva humanidad como una semilla de luz en las consciencias.

A través de estos últimos años y de las últimas Sagradas Semanas, he venido con Mis propias Manos trayendo el Agua de Vida para regar esa semilla interior que hay en ustedes, para que brote y nazca la nueva vida, la Nueva Humanidad. Pero ese trabajo es muy esforzado, requiere de Mis apóstoles mucha determinación y valentía, para que esas profundas Aspiraciones de Dios se cumplan.

Por esa razón, Yo los he traído hasta aquí, hacia Aurora como hacia otros lugares, en donde esa semilla de luz pueda expresar la vida de las Comunidades-Luz y, aún más, abrir sus puertas y sus corazones para acoger al mundo entero por medio del servicio humanitario, en donde muchas más semillas, en este tiempo de aparente derrota, están siendo colocadas y sembradas en los corazones, por un solo motivo, que todos alcancen la felicidad de estar en Dios y de reconocer Sus Sagrados Nombres para que esta humanidad herida sea curada, para que esta humanidad enferma sea sanada, para que esta humanidad indiferente sea unificada, para que esta humanidad dividida sea hermanada, para que esta humanidad desesperanzada viva la divina esperanza.

Mis promesas aún se seguirán cumpliendo en aquellos que se ofrezcan como cálices vacíos para que sean depositarios de los códigos de Mi Iglesia Celestial, de todos los méritos alcanzados durante Mi Nacimiento, vida pública, Pasión, Muerte, Resurrección y Ascensión.

Yo no necesito de algo difícil, Yo necesito de su simple donación, porque quiero que Mis amigos vivan en Mi Amor, para que Mis amigos vivan en Mí, como muchos amigos Míos a través de los tiempos vivieron en Mí y se animaron a amar lo desconocido.

Cuando hago silencio es para que contemplen, mediten y escuchen Mis Palabras, porque Cielo y Tierra pasarán, pero Mis Palabras permanecerán en los cálices vacíos.

Vendré a su encuentro en las próximas Semanas Santas, pero esta vez será diferente porque Mi tiempo está finalizando con ustedes. Pero Mis Dádivas y Mis Gracias nunca terminarán, hasta que sus vidas sean la propia Gracia de Dios transformada.

Este encuentro seguirá siendo llamado Sagrada Semana, pero nos reuniremos solo en algunos momentos de las próximas Semanas Santas: en el Domingo de Ramos, en el Jueves Santo, en el Viernes Santo, en el Sábado de Aleluya y en el Domingo de la Resurrección de su Señor.

En esos días, Yo vendré al mundo para entregarles Mis últimas Instrucciones, porque no puedo partir de aquí ante tanto sufrimiento planetario, porque sé que las almas Me necesitan.

Solo les pido algo, que recen para que esos próximos encuentros puedan suceder.

No importa cómo sea, dónde sea, pero Mi Mensaje llegará, les doy Mi Palabra de esto, y espero que en la próxima Semana Santa sus corazones estén más decididos y definidos porque les quiero decir a todos que ya no hay tiempo.

No quiero forzarlos a dar un paso, quiero despertarlos a dar un paso, paso en los grados del amor. Es tan maravilloso esto, que los grados de amor son tan infinitos pero tan semejantes en todos Mis compañeros.

Tengan presente esta Instrucción, porque el universo y Su Rey siempre les darán la oportunidad de amar. También es una promesa que amen aquellas cosas que ustedes mismos no creerían que podrían amar.

Pero después de tantas Instrucciones, de tantas bendiciones y Sagradas Semanas, solo espero que en esta Pascua que hoy celebramos, del Cordero de Dios inmolado en sacrificio, puedan decirle a Dios Padre: "Mi Corazón está pronto para lo que Tú deseas, para lo que Tú esperas. Padre, haz de mi vida un instrumento en Tus Manos. Transforma este barro en algo bello para Ti, porque Tú, Padre Amado, siempre resucitarás mi vida. Yo confío en Ti".

Quiero celebrar esta Pascua con todos los presentes y, especialmente, con todos los que están en sus hogares y con sus familias en este Domingo de Pascua, en el que las puertas de los Cielos están abiertas sobre el mundo para que Mi Espíritu resucitado resucite a todos los espíritus caídos, bajo la gloria del Sacramento de la Eucaristía.

En la presencia de los Ángeles Custodios de Dios, en la presencia de los Coros más cercanos a la Fuente Divina, hoy ellos, ante el Rey del Universo, serán testigos de que la sagrada forma de la Eucaristía ingresará, como una luz inmaterial, en los corazones que se abran para recibirla y así se instituya, de una vez y para siempre, la sagrada fraternidad esenia. Amén.

Para que sus corazones se terminen de purificar y preparen sus templos internos para recibir el Sacramento, prepararemos esta ceremonia para todos.

Los invito a invocar la presencia de sus Ángeles de la Guarda para que también sean testigos de la celebración de esta Pascua del Resucitado, de Aquel que resucita de tiempo en tiempo en el corazón humano, para hacer de cada corazón humano un corazón redimido.

Ofrezcan a sus almas la oportunidad de gobernar este momento y que todas las miserias, incertidumbres, dudas o sufrimientos, sean disueltos a través de esta celebración eucarística. Para eso escucharemos una canción desde el Centro Mariano de Figueira, una canción tan simple que dice muchas cosas, llamada “Corazón vacío”.

Los escucho, y celebremos en Mi Iglesia Celestial.

Canción: Corazón vacío.

Postrados ante la Iglesia Celestial de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo y Rey de la Vida, ofrecemos en este momento, ante Su Presencia, nuestros corazones vacíos para que, como Él dijo, nos pueda llenar de Sus Códigos de Luz y así todas las incertidumbres, dudas, sufrimientos, dolores sean disueltos por la sagrada celebración de esta Eucaristía.
 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús

Escuchamos el instrumental y vamos a seguir, en este momento, los pasos que nos está indicando Nuestro Señor.
 

Hoy, después de haber resucitado de entre los muertos y especialmente de haber resucitado en el corazón de cada uno de los Míos, vengo a compartirles el Pan de Vida y el Cáliz de la Salvación a todos Mis compañeros del mundo, para que la fortaleza de la unidad y de la fe unifique a todas las familias del mundo y haga de cada corazón humano una llama de fe en estos tiempos de oscuridad; para que la Luz del Reino de los Cielos, que está dentro de cada uno de los Míos, se haga presente y triunfe una vez más. Que así sea.

Antes estuve reunido con Mis apóstoles, hoy estoy reunido con muchos seguidores más y vengo a entregarles Mi Vida sacramentada en la Eucaristía.

Es así, que tomando el pan entre Mis Manos lo ofrezco al Padre, Adonai, Elohim y Abba, para que lo bendiga y lo convierta en el glorioso y resucitado Cuerpo de Cristo, que hoy ingresará en forma de Luz Divina en los corazones que se abran para recibirlo en Comunión Espiritual.

Así, por todo el planeta y por ustedes, haciendo memoria de Mi Legado en todas las Sagradas Semanas, vuelvo a partir el pan para ofrecérselo a ustedes, diciendo: "Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo que fue entregado por ustedes para el perdón de los pecados".

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos. 
Amén.

Y como los Ángeles del Cielo, nos postramos ante la presencia del Divino Sacramento del Altar, para que las almas más sufridas sean reparadas por la Presencia de Cristo, Nuestro Señor. 

Así, vuelvo a tomar el Cáliz entre Mis Manos y se lo ofrezco a Adonai, Elohim y Abba, para que sea bendecido y convertido en Mi preciosa y divina Sangre y les vuelvo a decir, compañeros: "Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la nueva y eterna Alianza que fue derramada por su Redentor para la remisión de todas las faltas. Hoy hagan esto en memoria Mía".

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos. 
Amén.

Que todos los Reinos de la Naturaleza sean reparados, porque ellos no se pueden defender del hombre. Que las almas de la Tierra y el corazón humano despierten a la consciencia del amor por toda la Creación para que Mi divina e insondable Misericordia descienda a la Tierra.

Con alegría, júbilo y amor anunciamos que este es el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Bienaventurados los que se sirvan de este Sacramento en Comunión Espiritual, porque Yo les he prometido la vida eterna.

Y ahora, oraré y les pediré que oren Conmigo para consumar la consagración de estos sagrados elementos. Así como Yo lo hice en el Monte de las Bienaventuranzas, oraremos meditando sobre cada palabra.

Oración: Padre Nuestro (en arameo).

Anuncien Mi Paz al mundo.
 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Acaba de aparecer Nuestra Señora, vestida como una Esposa Celestial. Su belleza es indescriptible.

Pedimos ahora que las Madres se coloquen detrás del altar, para que anunciemos junto a Nuestro Señor y a Nuestra Señora esa poderosa, pero simple oración del centurión.

Contemplamos la majestad de nuestra Madre Divina que viene a recibir, en Su Corazón Inmaculado, las ofertas de todos Sus hijos.
 

 

“Señor yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una palabra tuya bastará para sanarme.

Amén".

 

Así, hoy les anuncio que cada uno de los presentes y de los no presentes en este santuario, está en Comunión Espiritual Conmigo. Celebremos a través de tres campanadas.

Hoy invito a todas las madres del mundo, en nombre de todas estas madres aquí presentes, a renovar sus votos con la maternidad espiritual, inextinguible espíritu de protección divina sobre todos los hijos de Dios.

Escuchamos, en comunión, siete campanadas.

Hoy, después de mucho tiempo, siento sus corazones en Mi Corazón y esto Me motiva y Me impulsa a venir aquí, para poder llegar al mundo.

Agradezco a todos los que construyeron con sus manos y con su tiempo está Sagrada Semana, una de las más inolvidables para Mí. También agradezco a todos los que fielmente acompañaron esta Semana Santa. Como les ha dicho Mi Madre: "Yo estoy aquí" y Soy Su Maestro.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Hermana Amerisa puede pasar aquí y arrodillarse un momento delante de Cristo.

Nuestro Señor, hoy la bendice en esta sagrada tarea de la maternidad como Madre Elisabeth de la Cruz. 

En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Pueden ponerse de pie.

 

Y ahora, compañeros, Mi tiempo ha terminado y quiero que terminen escuchando una canción que sea la melodía de estos tiempos para los nuevos apóstoles. Esta canción se llama “Estar en Tu Corazón”.

Yo los bendigo y les doy Mi Paz.

En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Podemos ir en Paz, demos gracias a Dios.

 

Madre María Shimani de Montserrat:

A pedido de nuestro Maestro, vamos a repasar con ustedes, muy brevemente, aquellas cosas que han sucedido en esta semana.

Recuerden que Nuestro Señor llegó en el Domingo de Ramos, anunciando que Su Pasión iba a tener, en esta última semana, una profundidad más amplia, porque Él quería que nosotros preparáramos nuestro corazón.

Él trabajó con toda la humanidad durante toda la semana solo para preparar nuestro corazón, para que hoy, domingo, el día en que Él resucita en nuestro corazón, nosotros nos pudiéramos animar a decirle: “Señor, mi corazón está pronto”. 

Y en esa última frase que Él dijo, que nuestro corazón estaría pronto para ser un instrumento, abrazando lo desconocido con total confianza, se resume toda nuestra trayectoria durante esta semana. Y es lo único que nos debe importar en este tiempo: preparar nuestro corazón para que esté pronto, para abrazar cualquier cosa que Él necesite de cada uno de nosotros, con total confianza en todos Sus Designios y en Su Amor.

Su Gracia y Su Misericordia son infinitas; por eso, Él estará sustentando nuestros espíritus por las Semanas Sagradas que vendrán.

Nosotros prepararemos, con júbilo en el corazón, Su casa, nuestro corazón, y lo esperaremos con alegría y gratitud. 

Prepararemos para todos ustedes una tarea que va a resumir todo aquello que Nuestro Señor realizó durante esta semana, y podremos repasar todo lo que vimos y escuchamos, y todo aquello que, ocultamente, Nuestro Señor hizo en nuestro planeta y en nuestra humanidad y que Él tuvo la Gracia de podernos mostrar, porque necesitamos comprender lo que sucede en este mundo cuando Él nos regala Su Presencia.

“Seguimos preparando nuestro corazón, Señor, para abrazar todo aquello que vendrá y transformará esta Tierra, en esa Aspiración de nuestro Padre: que este mundo, este planeta y esta humanidad se conviertan en un planeta sagrado”.

¡Gracias, Señor, por cuánto nos das!

Y unidos a Ti, Rey del Universo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

MENSAJE DIARIO TRANSMITIDO POR MARÍA, ROSA DE LA PAZ, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Queridos hijos:

A pesar de lo difícil de este tiempo, Yo puedo traer Gracias innumerables cuando los corazones responden a Mi llamado, así como fue hoy en la mañana.

Esa alianza de corazones y de oraciones ayuda a su Madre Celeste para que, con la intervención de los ángeles del Universo, sean derrotados los planes del adversario.

Por eso, cuando los corazones se unen en oración por la paz en las naciones, espontáneamente desde las esencias humanas se manifiestan sinceros pedidos de cura, de reparación y de perdón para todas las situaciones que están en desequilibrio en este planeta.

Cuando la respuesta al llamado de la Madre de Dios es multitudinaria como fue hoy, muchas más puertas inciertas se cierran, muchas más almas son rescatadas, mucho más la Madre de Dios puede realizar en esta humanidad.

Es así, queridos hijos, que la respuesta sincera de cada corazón orante a los pedidos que vienen del Cielo, crea en este mundo oportunidades inexplicables para muchas esencias más que deben reencontrar el camino de la luz y del perdón.

La alianza de los orantes con el Corazón Inmaculado de María también repercute en los niveles internos y una Nueva Humanidad se comienza a construir, primero en el interior de las almas que se adhieren al llamado.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

Maratón de la Divina Misericordia
Aparición de Cristo Jesús Glorificado, en el Centro Mariano de Aurora, Paysandú, Uruguay, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón, durante la 12ª Maratón de la Divina Misericordia

Y después de Mis plegarias, bendigo a aquellos que comerán y beberán de Mi Sangre, aquellos que lavarán sus pies renovando sus votos delante de Dios.

Y en esta magnífica bendición universal dejo para todos, nuevamente, un Llamado importante: perseveren, perseveren, no dejen que el mal los engañe. Mi Misericordia es el gran escudo en el final de los tiempos. A quien se cubra con Mi Misericordia le prometo que no perecerá, y triunfará ante los Ojos de Mi Padre, porque será un misionero consagrado al Plan Mayor.

En esta tarde de Misericordia y de Piedad los bendigo y los amo profundamente como esencias originarias de la Fuente Mayor. 

Reconozcan su pasado, el verdadero pasado que se encuentra en el Origen, en la Estrella Mayor, en el Universo del Padre, donde viven el Amor y la Paz.

No se olviden de eso. En los momentos difíciles, la unión con su origen será la llave para trascender los atavismos de esta humanidad, y darán permiso, de esa forma, para que las puertas se abran para aquellos que las tienen cerradas, y entonces todos vivirán en el Universo de Mi Divina Misericordia.

Agradezco sus oraciones y súplicas. Les dejo Mi Paz.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

¡Gracias, Señor, por cuánto nos das! 

En este encuentro Te honramos Jesús.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Hoy la aparición fue especial, porque Jesús apareció como un peregrino, de esos peregrinos que caminan por muchos caminos.

Tenía en Su Mano un báculo y hoy apareció arrodillado frente a nosotros y se apoyaba en ese báculo.

Él nos observó durante un largo tiempo, nos miraba con paz, en silencio. Sentíamos que algo iba a suceder por detrás de todo eso, algo bueno, positivo.

Después de un tiempo Él mostró Su Sagrado Corazón, todavía como peregrino, y después se transformó en el Cristo Glorificado; estaba frente a un libro que levitaba en el aire y en las tapas del libro había un símbolo, el símbolo del Alfa y del Omega. 

Cuando Cristo estaba frente a ese libro, el libro se abrió y Él comenzó a leer.

Primero era una lectura silenciosa, y Él no dijo qué había escrito en ese libro, solo dijo que era el Libro del Apocalipsis que era conocido por los grandes Maestros en el Universo.

Más tarde Él comenzó a dar Su Mensaje extraordinario (6 de julio de 2014) . Y comenzó diciendo:

“Plegaria de Cristo” y Yo le pregunté: ¿es eso mismo, Señor? “Sí, es una plegaria que Yo le hago al Padre”.

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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