MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN LAS TIERRAS DE LA UNIDAD, SÃO BENTO ABADE, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

En este día, vengo en compañía de San Francisco de Asís y de San Martín de Porres a traerles a las almas el fiel ejemplo de la ascensión y de la transformación de la consciencia; para que, a través de estos dos ejemplos de seres que vivieron en plenitud el Amor Crístico, las almas comprendan que el amor solo se plenifica cuando abarca en sí a todos los Reinos de la Naturaleza.

En San Francisco y en San Martín de Porres encontrarán el ejemplo vivo de la ascensión de la consciencia y de la unión con Dios.

Y, ante estos compañeros y siervos del Altísimo, vengo a instituir la consagración a San José de todas las almas que aspiran a vivir la transformación de la condición humana a través de la humildad, de la caridad, de la unidad con las familias, de la compasión con los más pobres y del servicio abnegado a los Reinos de la Naturaleza.

Los Hijos y Amigos de San José llevarán adelante su consagración mediante una preparación consciente a través del estudio de los Mensajes que Yo les entregué, de la oración consciente por los más olvidados, de la oración con y por las familias del mundo, del servicio humanitario y del servicio abnegado a los Reinos de la Naturaleza.

Estos serán los pilares de los Hijos y Amigos de San José, que llevarán como símbolo de su consagración solo la Medalla que les entregué, y a través de las acciones de la vida le demostrarán al mundo que son hijos y amigos de Mi Casto Corazón.

Y la primera acción que vengo a entregarles es "Con San José, por Amor a los Reinos", para los que se dedicarán en su consagración al servicio de los Reinos de la Naturaleza. En esta acción, deberán llevar una camiseta y un delantal, para que el servicio que realicen sea identificado y lo den a conocer al mundo a través del programa "Por Amor a los Reinos".

Los Hijos y Amigos de San José deberán celebrar, en el último sábado de cada mes, el Día del Servicio Abnegado al Reino Animal, con acciones de servicio en lugares consagrados a los Reinos de la Naturaleza, como las Tierras de la Unidad, donde la unidad con la vida transmuta y libera el sufrimiento del mundo; el Parque San Francisco de Asís, donde el servicio a los canes transmuta y libera la indiferencia humana; y  el Sitio de la Estrella, donde la luz que se enciende en las almas libera la oscuridad de los que están en lo oscuro.

Estos son lugares en donde Mi Corazón habita de forma especial, pero quiero decirles que el Día del Servicio Abnegado al Reino Animal puede se realizado por los Hijos y Amigos de San José dondequiera que estén; y así, poco a poco, despertarán el Amor Crístico en sus seres y, a través de ustedes, en toda la consciencia humana.

Les pido, con la humildad de Mi Corazón, que sean guardianes del servicio a los Reinos de la Naturaleza; porque, mientras la humanidad no aprenda a servir y a amar a los Reinos, este mundo no alcanzará la paz y el proyecto humano no se manifestará plenamente.

La consagración de los Hijos y Amigos de San José tendrá lugar el próximo 19 de junio y en los días que vendrán, cuando sus almas se preparen en oración para transformar sus vidas y que, por medio de la consagración y la bendición sacerdotal que Yo instituiré a través de Mis hijos sacerdotes, ustedes puedan dar testimonio de la transformación de la condición humana y del despertar del potencial oculto de las almas cuando simplemente se dispongan a amar y a servir.

Les dejo Mi bendición para esto.

Su padre y amigo,

San José Castísimo

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDA EN LA CASA LUZ DA COLINA, CARMO DA CACHOEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando las almas se reúnen en oración, con la esperanza de volver a encontrar a Dios, y en Él las respuestas a sus cuestionamientos más profundos, entonces, hijos, Dios se manifiesta entre ellos. A través del aire silencioso, del Soplo de Su Santo Espíritu, toca los corazones y los libera de sus pecados más arraigados, de sus errores más antiguos.

Hoy, estoy aquí, respondiendo a una Voluntad Mayor, para recoger en Mi Corazón la oferta de las almas servidoras.

Estoy aquí para recibir los frutos de las vidas de entrega de aquellos que en toda su existencia aspiraron a servir al Plan de Dios y a su Voluntad Superior; y que hoy, aún con sus limitaciones, siguen viviendo esa entrega y la vivirán hasta su último suspiro.

El planeta aún vive en la ley de la dualidad, así como este universo. Y esta ley requiere equilibrio para que las almas sigan teniendo la oportunidad de evolucionar.

Por eso, hijos, el servicio, el sacrificio, la donación de sí y hasta aun el sufrimiento cuando es vivido con consciencia, también son instrumentos que equilibran las Leyes, que colocan en la balanza de las Leyes Divinas los méritos para transformar la indiferencia, la ignorancia, la falta de amor y el egoísmo, que son grandes males que apartan a la humanidad del Corazón de Dios.

Les digo esto para que comprendan que la vida siempre tendrá su valor. Sus ofertas siempre tendrán un valor incalculable ante Dios y aun postrados en una cama o con diferentes limitaciones físicas, internas y espirituales, siempre y cuando hagan de sus vidas una oferta a Dios, ellas siempre serán para el Padre motivo de esperanza, de equilibrio; ellas siempre generarán méritos para el rescate de almas, aunque nadie los vea y su entrega sea profundamente silenciosa.

Por eso, estoy aquí, para que ustedes recuerden que la vida jamás pierde su valor. Ella es sagrada hasta su último suspiro y seguirá siendo aún más sagrada cuando conozcan los universos que existen más allá de la dimensión material.

Hoy, Yo vengo a agradecer la oferta silenciosa de las almas servidoras, de los que dedican y dedicarán siempre sus vidas a Dios y al prójimo; porque, a través de sus almas, el Padre encuentra la oportunidad de seguir renovando Su Amor y Su Creación.

Reciban Mi bendición y Mi paz.

Reciban la gratitud que emana de Mi Casto Corazón y que los toca para que reencuentren el Propósito de vivir y servir silenciosamente.

Tienen Mi bendición para esto.

Su padre y amigo,

San José Castísimo

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

¿Por qué y para qué consagrar la propia vida?

¿Qué significa para Dios que un alma consagre su vida y viva conforme a su consagración?

Un alma consagrada, hijos, es aquella que abandona el mundo en su corazón, no para ignorar la vida sobre la Tierra, sino para que la unión con Dios sea su prioridad; y, siendo así, un alma consagrada es aquella que se dispone a ser un instrumento del Creador y a llevar Su Presencia en sus acciones, palabras, sentimientos y pensamientos.

La consagración de un alma no acontece de forma inmediata cuando ella asume sus votos, sino de forma gradual cuando, día tras día, esa alma se confirma en el propósito de llevar a Dios consigo en todas las cosas de la vida.

Un alma consagrada es aquella que equilibra la indiferencia del mundo con la situación planetaria porque, en oración, esa alma es capaz de sentir cada espacio del planeta y todos los seres tienen importancia para ella, toda la vida encuentra espacio en su verbo orante.

Un alma consagrada es aquella que es consciente de que sus acciones transforman el planeta y de que su corazón transforma el corazón humano. Por eso, sirve incansablemente en el anonimato de su consagración. Ella no necesita estar en el mundo para servir al mundo, porque sabe de la amplitud de la vida espiritual y de sus misterios; y, así, sirve penetrando en esos misterios y develando en sí misma las profundidades de la vida interna.

Un alma consagrada es para Dios como el bálsamo en Sus heridas; es para Cristo como el aceite perfumado curador sobre Sus Llagas; es para María Santísima como las rosas que están en Sus Pies y tornan bella la existencia.

Un alma consagrada vive para equilibrar los desequilibrios de este mundo, para detener la Ira de Dios que tantas veces estuvo de forma inminente sobre la Tierra.

Un alma consagrada concede, con su vida, el equilibrio que la humanidad necesita para seguir recibiendo Misericordia, aunque solo merece la Justicia Divina.

Un alma consagrada le recuerda constantemente al Creador Su Propósito de Amor por la humanidad, para que no se pierda Su esperanza de ver ese Propósito manifestado.

Un alma consagrada no le teme al servicio, al sacrificio o a la entrega, porque esos fueron los pasos que Cristo dio en dirección a la renovación del Amor Divino y esos mismos pasos son a los que esa alma aspira constantemente. Ella anhela imitar a su Señor como un hijo que admira a su padre, como una esposa que acompaña a su esposo, como un amigo que está siempre al lado de su amigo, como un discípulo que se esfuerza por corresponder a su Maestro.

Así vive el alma que se consagra, en el desafío diario y constante de aprender a amar, de transformar en sí la condición humana y tornarse un instrumento en las Manos del Creador.

Ahora, les pregunto, hijos, ¿están consagrando sus vidas a Dios?

No desistan de sus caminos. No se dejen derribar por las dificultades; sino que en cada caída, con la cruz, encuentren en el Creador la fuerza y la valentía para renovar sus espíritus y seguir caminando.

Tienen Mi bendición para esto.

Su padre y amigo,

San José Castísimo

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Haz del silencio el instrumento para aliviar tu mente y tu corazón.

Haz del silencio el camino para que tu consciencia se retire de las tensiones del mundo y se sumerja en los misterios celestiales.

Haz del silencio la puerta al conocimiento superior, el vehículo que te mostrará cómo encontrar las respuestas que tanto buscas dentro de tu propio corazón.

Haz del silencio el vehículo de la paz en los tiempos de conflictos, en el que puedas observar los acontecimientos y comprender más ampliamente como cortar las raíces del mal y establecer el equilibrio.

Haz del silencio el camino para despertar la humildad en tu corazón; aprendiendo a escuchar, a observar y a reverenciar al prójimo y a la propia vida manifestada en todas las cosas.

En tiempos de tanto caos, hijo, en los que los ruidos del mundo confunden cada vez más a los corazones, busca en el silencio la forma de estar en equilibrio.

Permite que haya en tu vida, en cada uno de tus días, momentos de silencio en los que solo te concentres en lo que es verdadero y que habita en ti; en los que solo te dispongas a escuchar a Dios, aunque Dios también se silencie en tu interior.

Es de esa forma, aprendiendo a cultivar el silencio, que encontrarás las respuestas que tanto necesitas, que descubrirás la fuente de sabiduría en tu universo interior, que estarás unido a Dios y pronto para escuchar lo que Su Santo Espíritu dicta en tu corazón.

El silencio es la gran llave que el Creador le concede a la humanidad para que aprenda a encontrar la paz.

Es en el silencio que percibirás la unión de los tiempos y la llegada de la vida universal y sus realidades a la Tierra.

Es en el silencio que aprenderás a vigilar y a percibir lo que esta fuera de la Ley, en ti y a tu alrededor.

Es en el silencio que podrás reconocer los cambios de los ciclos.

Es en el silencio que sentirás el descenso de los Rayos Inmateriales

Es en el silencio que estarás más allá de los estímulos del mundo y los transmutarás constantemente para que no te retiren de tu camino.

Es en el silencio que aprenderás el sentido de la entrega.

Es en el silencio que sabrás lo que te falta para superar el Amor de Dios en tu corazón.

Entonces, silénciate y descubre los misterios simples y profundos de la acción de silenciarte.

Tienes Mi bendición para esto.

Tu padre y amigo,

San José Castísimo

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Contempla, hijo, en tu corazón, tu mundo interior.  Observa, en silencio, lo que pasa por tu corazón, por tu mente, por tu universo subconsciente.

Deja que el silencio limpie lentamente lo que habita oculto dentro de ti y percibe, así, cómo está la condición humana, no solo en tu ser, sino también en todos los seres.

Contempla a la humanidad, de adentro hacia afuera, no juzgando lo que tus ojos pueden ver, sino observando lo que tu mundo interior puede revelar a partir de la unidad que existe entre tu consciencia y todas las consciencias del mundo.

Observa como el enemigo trabaja hoy, estimulando silenciosamente el mundo subconsciente de los seres, dándoles ideas, sentimientos, emociones, pensamientos que no les pertenecen.

Hoy, muchos seres viven observando la vida de otros, sintiendo sus aparentes sentimientos, pensando sus aparentes pensamientos, viviendo imaginariamente la vida de otras personas, mientras sus almas van siendo sepultadas y silenciadas lentamente en el calabozo de los abismos internos.

El grito de las almas se refleja en los seres como enfermedades de los tiempos actuales: pánico, miedo, depresión, falta de propósito en la vida, suicidio, inmadurez, deconstrucción mental y emocional.

El grito de las almas se refleja en los seres humanos perdidos, buscando referencia en los pensamientos y sentimientos de otras personas, buscando libertad en la máxima expresión de las nuevas y viejas energías capitales; pero, al final de todo, en lo profundo de los seres, hijo, las almas aún gritan, aún lloran y aún claman por volver a ver la Luz.

La semejanza con Dios no es algo que puede ser sepultado en los seres humanos, ni aun por los mayores estímulos involutivos del mundo. Por eso, en lo profundo de una humanidad superficial, grita un alma en busca de la verdad para la que fue creada.

Por detrás de seres humanos inmaduros emocional y mentalmente, infantiles, grita un alma antigua que busca su Propósito y que no puede permanecer sepultada por los estímulos del enemigo, cuando más necesita expresarse en el momento de la transición de los tiempos.

Hijo, los santos de otrora hicieron de las enfermedades groseras de su época los instrumentos de su santidad, porque convirtieron sus debilidades en una cruz santa, a través de la actitud con la que experimentaron lo que para otros era simplemente mala suerte, sufrimiento o una situación desagradable.

Los santos de hoy deben ir más profundo que los sentidos del cuerpo, deben ir más allá de las apariencias superficiales, porque el instrumento de su santidad está ahora más allá de la mente, en los mundos subconscientes. Es allí en donde deben aprender a estar para encontrar los pensamientos que no son suyos, los sentimientos que no son suyos, para arrancar las raíces de los estímulos mundanos y las cadenas que les impiden liberar sus almas para que expresen lo que vinieron a expresar en este mundo: la semejanza con Dios.

La gran enfermedad de este tiempo no está en el cuerpo, sino en la mente y en su profundo misterio subconsciente. Es allí adonde tu silencio debe llegar para comprender lo que no viene de ti ni de Dios, sino del enemigo que busca confundir a los seres y hoy lo hace de adentro hacia afuera.

Por eso, hijo, también de adentro hacia afuera, obsérvate y observa la condición humana. No permanezcas en lo que es aparente y superficial, sino ve más allá y traba tu batalla en el silencio, en la oración y en la posibilidad de sumergirte en tu mundo interior y saber la verdad sobre ti mismo, conocer y vivir lo que es ser un ser humano.       

Tienes Mi bendición para esto.

Tu padre y amigo,

San José Castísimo

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Desde el momento en el que el Creador emanó la expresión de Su Hijo Primogénito en las dimensiones materiales, la Misericordia comenzó a existir en la Creación. El Amor de Dios, que se superó a Sí mismo a través de Cristo, les abrió una nueva oportunidad a las almas y le concedió a toda la vida la Gracia de la Misericordia.

Cuando Cristo fue alzado en la Cruz y Su Costado fue traspasado, perforando también Su Sagrado Corazón; en ese momento, hijos, la Sangre y el Agua de Cristo brotaron dentro de todo el género humano y la Divina Misericordia no fue solamente vertida del Corazón de Jesús en el suelo de la Tierra, sino que también brotó como potencial de redención en la esencia de todos los seres.

Con esto, les digo que la Misericordia habita en la esencia de todas las criaturas de la Tierra, de todos los seres que, siendo creados a imagen y semejanza de Dios, viven con Él la renovación de Su Gracia, a través de la Divina Misericordia.

La Misericordia habita en las criaturas como un potencial de santidad y plenitud espiritual; y su manifestación puede tener más poder que las fuerzas del mundo, las nuevas y las viejas energías capitales, siempre y cuando perciban que ese potencial habita en ustedes y permitan que él crezca.

Para permitir que la Misericordia se expanda en sus seres, sean misericordiosos y compasivos; mediten sobre los Pasos de Cristo, en Su Pasión y en Su expresión de Amor; mediten sobre la Presencia del Creador en su interior, a través de la esencia que Él les concedió.

Cuiden la vida divina que habita en ustedes, como quien cuida una preciosa planta que debe ser regada, debe recibir luz y atención, cuidado y amor, para crecer así saludable.

Así, hijos, deben cuidar el potencial de la Divina Misericordia dentro de ustedes, este que les abre las puertas a la santidad, que no es nada más que permitir que la expresión de Dios, dentro de ustedes, crezca y se realice en sus vidas.

El servicio, la caridad, el respeto, la reverencia, la transparencia, la oración, la entrega son todas formas de alimentar el potencial divino que habita en ustedes.

Contemplar a Cristo y aspirar a imitar Su ejemplo mantendrá a sus almas siempre dispuestas a seguir adelante y a superar los desafíos de estos tiempos, siendo expresiones de la Misericordia de Cristo.

Entonces, permitan que Mis Palabras sean una realidad en sus vidas y den testimonio del poder de la Divina Misericordia.

Tienen Mi bendición para esto.

Su padre y amigo,

San José Castísimo

MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Ora, hijo, por las almas que se pierden en este mundo, por las que buscan un sentido para la propia vida y, aunque estén colmadas por lo que el mundo les ofrece, no encuentran una razón verdadera para seguir viviendo.

Ora por los que están vacíos de Dios y distantes de sí mismos, por los que ni siquiera vislumbran la presencia de sus esencias y que silencian a sus almas con el constante ruido de los estímulos del mundo.

Ora por los que sufren y no encuentran el alivio de ese sufrimiento, por los que no conocen el camino dentro de sí mismos para atravesar las capas del caos y encontrar la paz en la Presencia del Creador.

Ora por los que se engañan a sí mismos, por los que creen que la felicidad está en las realizaciones que el mundo les da y que un día se encontrarán con el abismo que existe, aún silencioso, en el propio interior.

Ora por los que están en el desierto y no encuentran en sí la valentía para seguir adelante, por los que no perciben la Presencia silenciosa de Dios en su camino y, por eso, jamás se detienen, buscando entrar en diálogo con Él.

Ora, hijo, no solo por ti, por tus miserias y dificultades, por tus muros y resistencias, por tus proyectos y aspiraciones.

Ora por el planeta, ora por las almas que no conocen a Dios, ora por los jóvenes, por los adultos, por los ancianos, por los que llegan al mundo y están buscando la oportunidad de aprender sobre el amor.

Ora por la humanidad, por la esencia que habita en el corazón de todas las criaturas, sin excepción; ora para que esa luz se exprese, para que se expanda y habite en toda consciencia, abriendo camino para que el Espíritu de Dios limpie y transmute a los seres, transforme y restaure el Propósito Divino de sus vidas.

Si oras por la humanidad, también estará contemplado tu corazón, y estarán contemplados los Reinos de la Naturaleza y la esencia espiritual del planeta.

Si oras por la humanidad, para que su arquetipo divino se realice; también estará contemplada la Creación infinita de Dios, este universo que aguarda que un grado de amor desconocido se exprese para que la evolución se transforme y la vida encuentre su camino de ascensión.

Entonces, ora por el Propósito de Dios para todo y para cualquier ser de este mundo, por aquellos que conoces y por los que desconoces. No pienses en los méritos de tus oraciones, solo entrégale cada vida al Creador y pídele, de corazón, que su esencia divina, esta parte del Corazón de Dios que habita en los seres, crezca, se expanda y se exprese en todas Sus Criaturas.

Tienes Mi bendición para esto.

Tu padre y amigo,

San José Castísimo

MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

¿Cuántas y tan intensas veces, su Señor sintió la aflicción de Dios en Su Corazón mientras estuvo sobre la Tierra?

Muchas, hijos.

La Agonía de Jesús no comenzó en el Getsemaní, sino en el desierto; cuando Su Corazón comenzó a contemplar todo lo que debería padecer para rescatar, de los abismos del mundo, a muchas almas que allí padecían en la oscuridad, aunque estuvieran con vida.

La Agonía de Jesús comenzó en el desierto; cuando, por instantes, contemplaba lo que era vivir en el vacío de la condición humana, y ahí el Creador le dio a experimentar y a conocer el abandono que viviría en la Cruz cuando, por Sí mismo, con Su condición de hombre, debería amar hasta el extremo, en Su último suspiro.

La agonía de los corazones comienza en el desierto, porque en el vacío se sienten frágiles y susceptibles a su condición humana, sienten el peso del mundo y su falso poder. Pero este desierto, hijos, es solo el comienzo de algo mucho mayor.

El desierto es el vislumbre de la Cruz. En él la fragilidad humana se revela y muchas veces el temor de no ser capaces de superarla domina a los corazones de los hombres. Pero es también en el desierto donde se fortalecen y crecen verdaderamente en espíritu, para enfrentar pruebas mayores en el silencio del propio corazón.

Después del desierto, vendrá la oferta del ser, representada por la Eucaristía Espiritual, en la que cada ser tendrá la posibilidad de ofertarse a sí mismo, junto a Cristo, y en el servicio descubrir la esencia de la comunión con Dios y con Su Plan.

Entonces, vendrá el ciclo de las humillaciones, de la condenación, del abandono. Vendrá el ciclo de las flagelaciones y de las heridas, que serán internas. Vendrá el ciclo de la cruz. Vendrá el ciclo de la verdadera renovación del amor y, solo entonces, vendrá el Señor nuevamente al mundo.

Por todos esos ciclos espirituales tendrán que pasar, para renovar el Amor de Dios y manifestar Su Pensamiento Perfecto.

Por eso, al estar en el desierto, no teman, sino luchen. Luchen, con la oración y con el silencio. Luchen, con el servicio y con el amor. Luchen, con una unión cada vez más intensa con el Corazón del Padre, aunque no lo sientan, aunque Él se silencie y los deje con su condición humana en las más intensas pruebas.

En el Evangelio encontrarán muchas llaves para imitar el Corazón de Cristo. En la oración encontrarán muchas respuestas de su propio corazón porque, aunque Dios se silencie en el desierto, sus mundos internos también guardan llaves y respuestas que pueden ayudarlos en las pruebas.

Recuerden a sus ángeles de la guarda, a sus almas. Recuerden a la Madre Divina que Dios les entregó; porque, aunque todo se silencie y todo sea absoluto vacío, en su Madre Divina siempre encontrarán consuelo y paz, alivio y compasión.

En cada ciclo de estos tiempos finales, sepan vivir las señales. La transición de los tiempos no es nada más que la Pasión del planeta. Todo lo que un día el Señor pasó para renovar a la Creación, hoy, Sus compañeros son llamados a vivirlo. Para saber cómo hacerlo, lean en Su ejemplo y síganlo.  

Tienen Mi bendición para esto.

Tu padre y amigo,

San José Castísimo

MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Que las Palabras e Impulsos de Dios pasen por ti y encuentren morada en tu corazón; encuentren en ti suelo fértil donde podrán crecer, florecer, expresar belleza y armonía, y darles frutos a las almas que tienen hambre y sed de Dios.

Que las Palabras de Dios pasen por ti y remuevan de tu interior las resistencias y los abismos oscuros, las indiferencias y los aspectos más acomodados de tu consciencia, aquellos que se sentaron en sus limitaciones y que de buen grado aceptan el punto en el que están para no hacer ningún esfuerzo en el camino de transformación.

Que las Palabras de Dios pasen por ti y no sean romantizadas, sino meditadas con la consciencia, con el corazón, con el espíritu. Reflexiona y ora sobre las Palabras que Dios te envía; pues el Verbo es vida, hijo, vida que proviene de los Principios Creadores de Dios, llamados Rayos Inmateriales.

El Verbo que proviene de Dios no tiene solo magnetismo y amor, sino también poder de transformación, poder de renovar y de recrear Su Creación. Por eso, Él envía Mensajeros al mundo; por eso, envía a Su Hijo para que les hable a los hombres, no las palabras de los hombres, sino las Palabras de Dios.

Por eso, no escuches las Palabras de Dios como si fueran de los hombres. El Creador utiliza vehículos para Su Mensaje, pero la esencia de Su Verbo proviene de la Fuente de Su Corazón y no del corazón humano.

Entonces, escucha nuevamente las Palabras de Dios. Medita, ora, reflexiona, vive, experimenta el poder de transformación de Su Verbo. Deja que Él llegue a la raíz de tu condición humana y que toda vibración de las Palabras Divinas encuentre espacio para hacer eco en tu corazón.

No pierdas ni un solo sonido. No pierdas ningún silencio. Vive, tanto la vibración de cada letra como la vibración de cada pausa. Vive la intención de cada concepto. Recibe el Rayo Divino de Aquel que crea con el Verbo y recrea por medio del diálogo vivo con Sus Criaturas, desde el principio de la existencia.  
    
Así es, hijo, cómo debes penetrar el misterio de la comunicación con Dios en estos tiempos, sin evaluar los conceptos con tu mente humana, sin analizar los canales que Él utiliza para medir la veracidad de las Palabras Divinas por los vehículos que Él convocó en el final de los tiempos. Pues los vehículos que Dios utiliza son imperfectos y su transformación es parte del milagro que, lenta y pacientemente, el Creador opera en la condición humana.

Por eso, vuelve a escuchar las Palabras Divinas, así como hoy te enseñé; y permite que los impulsos de esta Semana Santa, que fueron únicos para la humanidad y la Creación, nuevamente pasen por tu ser y esta vez permanezcan en ti, transformando y redimiendo cada espacio de lo que tú eres, conduciendo tu corazón a una unión más profunda con Dios.

Tienes Mi bendición para esto.

Tu padre y amigo,

San José Castísimo          

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Mientras nuevos ciclos siguen abriéndose y tu Señor rememora Su Pasión para rescatar, una vez más, a las almas de los abismos más profundos; acompaña también, hijo, cada momento con la solemnidad del corazón, con el sacrificio de la vida, con una entrega de amor.

Rememora también los Pasos de Cristo con la Cruz, permitiendo que tu consciencia se adentre en misterios que antes no podías comprender.

Permite que tu ser conozca grados mayores de amor y de entrega, grados mayores de servicio y de unidad con Dios para que, así como Cristo en el Calvario, tu consciencia aprenda a estar más allá de los acontecimientos del mundo; y ante la ignorancia, el caos, la maldad, la humillación o la violencia, seas capaz de responder con un grado de amor que va más allá de todas esas cosas.

Reflexiona, entonces, sobre lo que te digo. Medita sobre el Amor profundo de Cristo por la vida y por la Presencia de Su Padre en todos los seres.

Coloca tus ojos dentro de los Ojos de Cristo, tu corazón dentro del Corazón de Cristo; y ora, contemplando Su experiencia en la Cruz, en la que el dolor, sí, existió y fue desgarrador, en la que el cansancio, sí, existió y fue agotador, en la que la humillación existió y fue como una lanza que cortaba lentamente Su Pecho, en la que el abandono existió y fue como el mayor de los sufrimientos.

Y, más allá de todo eso, mucho más allá, fueron el Amor y la Misericordia, la Compasión y el Perdón,  la comprensión de la fragilidad humana y el conocimiento de su grandeza. Todo eso fue vivido y experimentado por Cristo en cada paso con la Cruz.

Siente el Amor de Su Madre en el camino, la fortaleza que nacía en el Corazón del único Ser viviente capaz de comprender lo que Jesús experimentaba y que, aún hoy, hijos, es capaz de comprender con profundidad el corazón de cada criatura. Por eso, Ella aún acompaña cada paso de los Hijos de Dios, que son también Sus hijos.

En el Calvario de estos tiempos, profundiza en tu entrega y amor, y también en tu amor por María. Conoce más profundamente el silencio de la Madre de Dios que, en Su humildad, no busca más que sustentar el aprendizaje de Sus hijos, levantarlos en cada caída, renovarlos en cada prueba.

Que hoy, tu corazón se expanda con el Corazón de Cristo, para que este ciclo que se abre con la cruz del mundo te revele un paso más, un poco más del Amor de Dios.

Tienes Mi bendición para esto.

Tu padre y amigo,

San José Castísimo

MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Eleven sus ojos al Padre y, en un tiempo de caos, pero también de Misericordia, aprendan, hijos, donde deben estar sus corazones y sus consciencias.

Cuanto mayor es la agonía del mundo, más la humanidad se vuelve a lo que es aparente y superficial, al mundo de las compensaciones, creado para ser una realidad de ilusión, en el que la mente humana encuentra refugio y escapa de aquello que no se cree capaz de enfrentar.

Pero hoy, Dios viene a su encuentro, hijos, a decirle al mundo y a todas Sus Criaturas que la forma de lidiar con la transición de los tiempos no es sumergiéndose en un mundo paralelo de ilusiones, sino penetrando el universo oculto del propio interior.

La forma de lidiar con la transición de los tiempos no es refugiándose en lo que les es sensible y palpable, en lo que les trae placeres y recompensas, sino ingresando a donde los sentidos son trascendidos y las potencialidades espirituales despiertan.

Sin embargo, en este tiempo de batallas, la consciencia humana es bombardeada por estímulos e impulsos que les muestran un único camino: distraerse de la verdad para soportar el caos.

Respóndanme, entonces:

¿Encuentran paz en ese refugio?

¿Son capaces de liberar sus mentes de las tensiones y responsabilidades humanas o se están sumergiéndose en un pozo de angustias e incertezas, de donde ya no saben cómo salir?

La transición de los tiempos empuja a la consciencia humana hacia una definición, ya no es posible transitar por dos caminos. El Tiempo Real del universo no es solo un tiempo presente, un tiempo eterno; mas trae consigo rayos, leyes, vibraciones y realidades con las cuales la humanidad jamás tomó contacto en esta dimensión en donde la Tierra habita. Pero para saber lidiar con esa realidad, deben buscar dentro de ustedes el espacio interno que, sí, es conocedor de esas verdades.

En su universo interior habita el Tiempo Real. En su universo interior, las verdades se ocultan silenciosas; pero ya no deben ser calladas, ahora deben emerger y traer a los seres la comprensión de lo que pasarán a vivir como realidad en el mundo.

Es a través de sus esencias, hijos, de ese punto de unión y contacto con Dios, que sabrán lidiar con estos tiempos. Es solamente ahí donde encontrarán respuestas. Es solamente ahí donde encontrarán sabiduría para vivir lo que es desconocido para toda la vida, pero no para el Creador de todas las cosas, que está íntimamente unido a sus corazones a través de sus esencias.

Él es Quien les hablará, de Él provendrá cada respuesta. Él, a través de Sus Hijos, superará estos tiempos y abrirá una nueva escuela de amor para la Creación a través de esa experiencia.

Pero, para que esto acontezca, precisan permitir que Él se exprese, buscar la unión con Él, descubrirlo silencioso y presente en el centro de su universo interior.

No dejen que sus potencialidades sean sepultadas por los estímulos del mundo. Permítanse ser un núcleo de sabiduría ante la ignorancia humana, una luz en el cuarto oscuro de la Tierra, a través de la cual Dios puede indicarles el camino a los que se perdieron.

Tienen Mi bendición para esto.

Su padre y amigo,

San José Castísimo

MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cultiva un corazón puro, vacío de ambiciones y de deseos, para que comprendas los misterios celestiales y tu alma se incline más hacia lo que viene de Dios que hacia lo que viene del mundo.

Cultiva un corazón puro, vacío de ambiciones y de deseos, para que al contemplar con tus ojos la grandeza del Señor en Su entrada a Jerusalén, no te fijes en la majestad de las alabanzas humanas, sino en la profundidad de la Presencia de Cristo.

Cultiva un corazón puro, vacío de ambiciones y de deseos, para que cuando tus oídos escuchen el eco de la Voz del Señor en el Templo, tu corazón no se fije en la exaltación que esa Voz causa en los hombres, sino en el poder de las Palabras de Cristo, que transforman tu mundo interior.

Cultiva un corazón puro, vacío de ambiciones y de deseos, para que seas capaz de percibir que el ingreso de tu Señor en Jerusalén no viene a exaltar al mundo o a los hombres, sino a curar los corazones, para que estén ante la memoria material, etérica y espiritual de Cristo y que esa experiencia los coloque ante una nueva oportunidad de contemplar el pasaje del Mesías sobre la Tierra, no con ojos de ambición, ojos de un pueblo que, empobrecido en cuerpo y en espíritu, maltratado por las leyes de su tiempo, buscaba un rey con un poder tal que fuera capaz de elevarse por sobre todos los poderes del mundo. Pero, al no encontrar el poder que buscaban, maltrataron con feroz desprecio y con la fuerza de sus infiernos internos a Aquél que fue enviado para salvar al mundo de sus ambiciones.

Por eso, cultiva un corazón puro, vacío de ambiciones y de deseos, para que hoy el Amor de Cristo tenga otro poder dentro de ti.

Que tu consciencia esté madura espiritualmente, dispuesta a renunciar a las comprensiones y pensamientos condicionados del mundo, abierta al Espíritu de Dios; para que, en ti, resuenen, florezcan y fructifiquen las semillas de una vida crística que, en tiempos anteriores, no encontraron suelo suficientemente fértil para transformar la condición humana en una condición divina.

Tienes Mi bendición para esto.

Tu padre y amigo,

San José Castísimo      

MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ RECIBIDO EN EL ÓMNIBUS ÁGUILA DE LUZ, DURANTE EL VIAJE DESDE EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, HACIA EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, TRANSMITIDO A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando estés ante el calvario no temas, sino busca elevar tu consciencia más allá de las apariencias y de los sentidos humanos, más allá de los miedos, de las humillaciones, de las tristezas y de las posibles decepciones que un tiempo de calvario puede traerle a una consciencia.

No juzgues con tus ojos humanos a aquellos que no conseguirán transitar por el camino de la cruz. No pienses en la flaqueza de los que huyen, en la debilidad de los que se esconden del dolor en el camino, porque el calvario es vivido en todos los niveles de la consciencia, y todos los seres lo vivirán; aunque parezca que huyen o que se esconden, no dejarán de experimentar lo que les corresponde vivir en este tiempo.  

Por eso, no juzgues ni cuestiones los caminos de los demás según tu entendimiento, sino concentra tu corazón en ir más allá y amar más allá de la cruz, como Cristo lo hizo.

Cuando el Señor caminaba por el Calvario, sin aquellos que prometieron seguirlo, Su Corazón no los juzgaba, sino que sabía que dentro de los Suyos habitaban dolores mayores y miedos profundos que nacían de las entrañas de la condición humana y que este mismo hecho, de no haber sido capaces de acompañar al Señor en Su Cruz, les daría fuerza para tomar ellos mismos sus cruces y renovar el Amor de Dios.

Por eso, hijo Mío, haz como Cristo que, aún en el ápice de Su oferta del Calvario, sustentaba no solo la Cruz, sino también la prueba que cada uno de Sus compañeros estaba viviendo al negar su compañía ante el sufrimiento de Cristo.

Imita el ejemplo del Señor y, aun en tus dolores más profundos, no te olvides de los que quedaron atrás, para que el paso que dejaron de dar se transforme un día en fortaleza, para que ellos sean capaces de ofrecer lo que jamás entregarían si fueran compañeros aparentemente perfectos de Cristo.

Que en tu corazón habite siempre la esperanza de la redención de todas las almas.

Que tu alma esté siempre elevada al Corazón de Dios y, habitando Su Divina Consciencia, puedas comprender la magnitud de Sus Caminos y de las oportunidades, y la Gracia que Dios siempre les concede a Sus hijos a través de la Misericordia de Cristo.

Tienes Mi bendición para esto.

Tu padre y amigo,

San José Castísimo

MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

La humanidad aún sigue transitando los días espirituales de la Cuaresma planetaria.
Más allá de la Cuaresma que viven, y que corresponde al tiempo de este mundo en el calendario de la Tierra, la humanidad espiritualmente también transita por un ciclo de Cuaresma. 

En este ciclo, los corazones, en un desierto profundo y desolador, contemplan y vislumbran la Pasión del planeta, pero ella no sucederá como sus ojos imaginan o como sus mentes divagan.

La Pasión planetaria aún es desconocida para la humanidad como también para el universo, y solo los Ojos de Dios, hijos, que son capaces de ver en el Tiempo del no tiempo, pueden percibir la verdad de los acontecimientos. Por eso, no sufran por algo que aún no vivieron; no imaginen la Pasión del planeta ni preocupen a sus corazones con las divagaciones sobre el futuro del mundo y de su humanidad.

El tiempo de Cuaresma es un tiempo de fortalecimiento interior en el que cada uno, solo consigo mismo, será capaz de percibir la Presencia Divina, más allá de las superficialidades de la vida.

Cada ser debe estar ante su desierto interior y conocer sus flaquezas y temores, sus miserias e imperfecciones; pero también ir más allá y descubrir que además de eso que son y que aparentan ser, existe más. Sin embargo, hijos, eso que existe en ustedes solamente se encuentra en el vacío del corazón y en la persistencia del alma que, a pesar de la sequía y de la sed espiritual del desierto, sigue caminando para encontrar la Fuente.

El período espiritual de la Cuaresma es un momento de soledad, en el que por más que ustedes busquen compañía y auxilio externo no los encontrarán. La soledad no se calmará en su interior, porque no deben huir de ella, sino ir a su encuentro y descubrir lo que les quiere decir, lo que ella apunta dentro de ustedes.

La soledad apunta hacia una Presencia mayor y real, hacia un silencio pleno de sabiduría, hacia un vacío pleno de fortaleza. Es ella la que dictará el camino del desierto y será su compañera en cada paso, hasta que sean capaces de percibir que la soledad es también una eterna compañera de la Presencia Divina. En ella, Dios se oculta y, a través de ella, Él aguarda que lo puedan encontrar. Por eso, no le teman.

La Cuaresma espiritual fortalece a sus seres para que, cuando verdaderamente coloquen sus pies en el Calvario planetario, puedan elevar la consciencia más allá de los martirios y de las humillaciones, más allá de los dolores y del cansancio, de la fatiga y de las heridas en el cuerpo y en el alma; que puedan caminar con la consciencia dentro de la soledad que les revela la Presencia Divina; que sepan estar más allá de lo que es superficial para encontrar la verdad en todo.

Por eso, hijos, valoricen la Cuaresma de este tiempo. Valoricen la Cuaresma espiritual que el mundo vive en consciencia y no teman transitar por los desiertos solitarios, por la sequedad y por el vacío. Pero antes de eso, sumérjanse hondo en su propio interior, beban de la Fuente de Agua Viva que habita en la soledad y en el desierto del Corazón de Cristo y, con Él, descubran lo que es recorrer el camino para ser los Nuevos Cristos.

Tienen Mi bendición para esto. 

Su padre y amigo,

San José Castísimo

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Mientras haya guerras en el mundo, dentro de los seres no habrá paz.

Mientras haya muerte y ultraje de los animales en la Tierra, en la mente de los hombres no habrá paz.

Mientras los seres descuiden el contacto con el propio mundo interior, el tiempo de la Tierra aún estará distante del Tiempo Real y la ilusión será la que indicará los pasos de la mayoría de los seres humanos.

Con esto, vengo una vez más a decirles, hijos, que lo que acontece dentro de cada uno de ustedes, así como sus acciones, sus decisiones, sus pensamientos y sus sentimientos; todo esto influye en la vida sobre la Tierra, influye en el movimiento de los elementos, influye en las Leyes Universales y en sus Rayos.

Una oración sincera abre las puertas del Cielo, une el planeta con la Consciencia Divina, detiene la Ley de la Justicia y abre camino para la Ley Misericordia. De la misma forma, el ultraje a los Reinos de la Naturaleza cierra las puertas del Cielo, detiene las Gracias que serían vertidas por las Manos de Dios del Universo Celestial, abre las puertas para que fuerzas oscuras controlen la mente, las emociones y las acciones humanas e impide que los seres conozcan la paz.

La vida sobre la Tierra es simple, y simple es mantenerse en la Ley y encontrar la Voluntad Perfecta de Dios; pero, con esta misma simplicidad, pueden hacer lo contrario y establecer en la Tierra el mundo de ilusiones y oscuridad que ven hoy.

La vida es construida en cada instante con las decisiones correctas ante los estímulos que reciben; con la palabra cierta y el silencio cierto, cada cual en su momento; con la oración sincera, la entrega verdadera y el servicio abnegado. Así, se construye el nuevo ser, de adentro hacia afuera.

Oren, sí, por el fin de las guerras, pero no se olviden, hijos, que el fin de las guerras comienza adentro de ustedes y no afuera. Por eso, sean paz para el mundo.

Tienen Mi bendición para esto.

Su padre y amigo,

San José Castísimo

MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Sigue profundizando en los misterios de tu mundo interior, allí donde no existen muros, barreras, fronteras o limitaciones; sino solo umbrales que debes aprender a cruzar para encontrar la verdad de tu corazón, la expresión más pura de tu consciencia.

Sigue sumergiéndote en el océano profundo de la consciencia.

Sigue adentrándote en los misterios de tu ser; y allí, donde se revela el silencio profundo, encontrarás también la Voz que habla en el silencio, la Voz de Dios, que no emite sonidos, sino respuestas, sentires, certezas, fortaleza.

Sigue adentrándote en el océano profundo de la propia consciencia. Concédete el tiempo y el lugar para silenciar la mente, las emociones, las palabras y sumergirte en tu mundo interior como un observador.

Observa tus metas, tus voluntades y tus aspiraciones.

Observa hacia donde fluyen tus energías, en qué colocas tu empeño, tu esfuerzo, a qué dedicas tu vida.

Observa, hijo, si tu vida aún circunda solo la superficie del océano.

Observa si tus metas están en medio de las olas confusas que se quiebran en la superficie del mar sin conseguir consolidarse en tu interior; o si tu consciencia es capaz de ir más hondo y sumergirse más allá de las superficialidades y el caos, los conflictos y las confusiones.

Observa con neutralidad y con paz. Tu tarea, ahora, no es juzgar o criticar, sino solo percibir y saber dónde te encuentras en el océano de tu propia consciencia, cuán profunda es tu vida interna y cómo consigue expresarse en tu interior.

Si aún estás en la superficie, quebrándote repetidamente con las olas del mar, date a ti mismo la oportunidad de encontrar la paz y percibe que, más allá del caos, existe más.

Más allá de los conflictos de la vida, más allá de las confusiones de la mente, más allá de las demandas y trabajos, más allá de los esfuerzos por concretar el Plan, más allá de todo lo que haces y percibes en la vida sobre la Tierra, existe aún la profundidad de los océanos.

Existe aún la profundidad de tu mundo interior. Existe aún una vida oculta, un universo interno, una verdad desconocida, una realidad invisible a los ojos que solo ven la superficie de todas las cosas.

Por eso, concédete a ti mismo el tiempo y el espacio para visualizar tu océano interno, como si te sumergieras en un mar profundo. Y, allí, donde solo existe silencio, vacío y ausencia de todos los sentidos, permítete encontrar el sentido de la vida, tu centro, tu ser, el Propósito de haber sido creado.

No te diré, hijo, lo que habita en ti; deberás descubrirlo por ti mismo. Solo te indico el camino y te hago recordar que, dentro de ti, aún existe más; dentro de ti, aún hay una verdad oculta, una historia velada, un destino latente.

Sumérgete, entonces, en el océano profundo de tu ser y descúbrete a ti mismo.

Tienes Mi bendición para esto.

Tu padre y amigo,

San José Castísimo

MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Curar, hijo, es sumergirse en el propio interior y encontrar la paz en los océanos profundos de la consciencia; ir más allá de lo que está en conflicto en tu cuerpo, en tu mente, en tus emociones y sobre todo en tu espíritu, y encontrar el espacio interno donde te ves cara a cara con Aquel que te creó y que habita en ti.

Allí, en lo profundo de tu ser, descubrirás las raíces y los motivos de todo padecimiento; descubrirás dónde yace la desconexión y dónde comienza la oferta por el rescate de la perfección en la consciencia humana y en todos los niveles de los seres; descubrirás que todo tiene un motivo y que, así como la naturaleza de tu cuerpo es perfecta, también lo es tu consciencia y las Leyes que rigen tu vida.

Un desequilibrio y una enfermedad señalan para ti que es momento de buscar más profundamente la vida espiritual, es momento de ir más allá de lo que es superficial para reencontrar la perfección que naturalmente habita en tu cuerpo, mente y espíritu.

La cura comienza en la consciencia, en el acto de parar humildemente para oír la Voz que habla en tu cuerpo.

Eres una vida hecha de muchas vidas: tu cuerpo habla, tu mente habla, tus emociones hablan, tu alma habla, e ingresando en lo profundo de tu composición material, encontrarás el espíritu, porque allí también, dentro de ti, tus células hablan.

Tu ser consciente es como una madre que abriga en su interior estados desconocidos, en los cuales precisas sumergirte para un día saber quién verdaderamente eres.

Por eso, la cura comienza con el silencio, no un silencio indiferente, sino un silencio activo, que da espacio para que la vida se exprese; un silencio que está buscando oír en las profundidades del ser y encontrar respuestas; un silencio que le habla al cuerpo, a la mente y al corazón, que no quieren acallar el dolor y el desequilibrio, sino escucharlos, y encontrar el real motivo de la existencia de ellos.

Por eso, escucha a tu propia consciencia; allí comenzarás a ser curado.

Ve a lo más profundo y escucha tu corazón.

Ve a lo más profundo y escucha tu espíritu.

Ve a lo más profundo y encuentra a Dios en ti.

Así descubrirás, hijo, que dentro de la enfermedad también yace la perfección. Dentro del caos, interno y externo, habita una Voz que llama a la humanidad a retornar y a curarse.

Y curar es ser capaz de oír y seguir esa Voz que clama dentro de ti. Por eso, escucha a tu Creador.

Tienes Mi bendición para esto.

Tu padre y amigo

San José Castísimo

MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Vacía tu corazón y tu mente de todo concepto de santidad y de vida espiritual, y solo ora, hijo, para que Dios, con Su Gracia y a través de Su Espíritu, madure tu consciencia y te muestre el camino que debes recorrer en tu mundo interior para que cumplas Su Voluntad y seas Su instrumento.

Vacía tu corazón y tu mente de todos los condicionamientos que tú mismo le impusiste a tu consciencia para vivir el camino espiritual y considerarte un ser que recorre verdaderamente este camino.

Uno de los grandes engaños que el enemigo deposita en las almas, en este tiempo, es la insatisfacción con uno mismo, la incapacidad de percibir los frutos del propio esfuerzo y la sensación constante de no conseguir llegar a la meta que Dios les propone, sea material o espiritual.

A lo largo de los tiempos, la humanidad construyó y cultivó el sentido de perfección y de realización, los conceptos que hacen de un ser un verdadero instrumento de Dios. Pero hoy, te digo, hijo, que ningún concepto encajará en la vivencia del final de los tiempos y que los santos de los últimos días serán conocidos no por su perfección, sino por su capacidad de amar y de perseverar, a pesar de todos los asedios que se viven en cada uno de los niveles de la consciencia.

Mientras los ojos de los hombres no sean capaces de ver y percibir los niveles inmateriales de su consciencia, vivirán confundidos por las batallas que se traban en el plano astral, mental y espiritual. Y aunque no las vean ni las perciban, esas batallas seguirán aconteciendo cada vez más intensamente.

Y una de las formas de batallar, que el enemigo encontró en estos tiempos, es haciendo que los seres humanos se distancien cada vez más de su potencial y se sientan incapaces, indignos, imperfectos e insatisfechos con el propio ser, con el propio esfuerzo, con la propia vida.

Y así se va sepultando, día a día, la verdad interior que habita en los seres. Así se sepulta, día a día, su capacidad de superación, su esencia divina, su posibilidad de ir más allá de los engaños del enemigo.

Por eso, hoy te digo, hijo, que para comenzar a recorrer el camino de la victoria de Cristo en tu interior, vacía tu corazón y tu mente de conceptos de perfección y de santidad.

Vacía tu corazón y tu mente de todo aquello que crees que debes ser. No busques una meta para ti en este mundo, mas solo ora para que el Propósito que tiene Dios para ti, único e inmutable, Voluntad Divina inalterable para tu consciencia, descienda sobre ti y, con eso que eres, haga Su milagro y se manifieste por completo.

Deja, hijo, que lo desconocido te abrace y, en tiempos en los que nadie tiene una respuesta o una solución para lo que vendrá sobre el mundo, que el Propósito de Dios, vivo en tu interior, te muestre qué hacer, cómo actuar, cómo vivir y cómo ser un instrumento verdadero en Sus Manos.

Ya no sufras por lo que no eres, por lo que no consigues ser, mas solo deja que Dios construya en ti lo que solo tú puedes manifestar en el mundo, que una partícula del Amor Divino y del Don Divino de Su Creación en la vida se renueven a través de tu ser.

Tienes Mi bendición para esto.

Tu padre y amigo,

San José Castísimo

MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Para que la humanidad no se olvide de la importancia de los Reinos de la Naturaleza, se le debe recordar constantemente sobre su existencia; no solo, hijos, para que sepan contemplar un paisaje, para que cuiden correctamente un animal, para que cultiven plantas o para que sepan respetar a los Reinos; sino, sobre todo, para que comprendan el sentido de la evolución de la vida sobre la Tierra.

La ascensión de la vida camina en unidad. No hay evolución humana si ella no camina en comunión con los Reinos de la Naturaleza.

Cada paso, dado en dirección al Propósito de la existencia de la humanidad, simboliza también un paso de los Reinos de la Naturaleza.

Cada energía capital vencida y trascendida en la consciencia humana simboliza también la posibilidad de que los Reinos trasciendan sus energías más densas.

Cada vez que una consciencia se dispone a estar más cerca de Dios, lleva consigo la vida planetaria y, en ella, a los Reinos de la Naturaleza.

Sin embargo, hijos, la consciencia humana en este tiempo está inmersa en una gran dispersión mental, emocional e interna, que le impide mantener el foco en su evolución si no recuerda constantemente la esencia de su vida, de su propósito, de su meta.

Les digo todo eso para pedirles que continúen con los estudios "Por Amor a los Reinos"; que no dejen de recordarse a sí mismos y a la humanidad sobre la importancia de la naturaleza y que sigan profundizando en el sentido espiritual del contacto con los Reinos.

En un tiempo, en el que la naturaleza agoniza; en el que los Reinos manifiestan su desequilibrio a través del clima, del sufrimiento, de los desastres naturales; es muy importante, y diría primordial, que los seres aprendan a estar en comunión con la naturaleza; aprendan a generar equilibrio en la vida, en el suelo, en las aguas, en el interior de los animales; aprendan a colaborar con el equilibrio de las especies; aprendan a restaurar la vida en los océanos y; sobre todo, aprendan que sus pasos internos se reflejan en toda la vida planetaria.

Que, en comunión y en estudio, estimulen unos en los otros el amor a los Reinos, el respeto, el servicio, la paz y la vida fraterna.

Esta es una Voluntad Mayor de Dios para este tiempo; porque no habrá nueva vida, nueva Tierra o nuevo hombre si no hubiera amor a los Reinos de la Naturaleza.

Tienen Mi bendición para esto.

Su padre y amigo,

San José Castisimo

MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

¿Dónde el corazón humano se perdió?

¿Dónde hubo el desencuentro entre la criatura y el Creador?

¿Cuál es la puerta que hay que cruzar y el camino que hay que recorrer para reencontrar a Dios?
 
¿Qué batalla debe ser vencida para que la victoria anuncie el triunfo del Creador sobre todas las ilusiones de la vida?

La primera batalla espiritual del final de los tiempos comenzó a trabarse entre el amor y la indiferencia.

Ahora, hijos, una batalla aún más sutil e invisible se traba en los niveles espirituales del planeta y en lo profundo de la consciencia humana: la batalla entre la plenitud espiritual y el placer mundano.

Esta es una gran batalla que ya no debe estar velada en sus consciencias, sino que debe salir a la luz, para que la potencia de la Luz, su transparencia y su verdad hagan perecer las fuerzas oscuras que estimulan los corazones, las mentes, las emociones y hasta aun las almas de los seres humanos.

El adversario estimula en los seres la vergüenza y la mentira, que son los grandes alimentos de las fuerzas detrás de cada vicio humano; y esos vicios son las grandes corrientes que hacen que los seres busquen constantemente el placer mundano y se alejen gradualmente de la plenitud espiritual y de la verdad que deben expresar en estos tiempos.

El placer mundano se manifiesta en diferentes expresiones de satisfacción mental, emocional, física y hasta aun en el campo de la imaginación, cerrándole el camino a la intuición interna y dejando hasta aun los núcleos más sutiles de la consciencia viciados por alimentar ilusiones mundanas.

El placer puede ser un pensamiento, un estímulo tecnológico, el vicio de la manipulación, de la mentira, de la conquista. No solo está encerrado en los procesos carnales, en los vicios, en las drogas o en las sustancias materiales, sino, sobre todo, hijos, en sustancias mentales e internas que aprisionan silenciosamente a las consciencias en espacios donde nadie las ve; y aquí está el gran peligro de esta batalla, porque se traba en lo invisible y allí debe ser vencida.

Para que los seres no busquen ayuda, el enemigo alimenta la vergüenza, la mentira y la mediocridad, llevando a los seres a pensar que traer sus dificultades a la luz no les traerá ningún beneficio, sino solo los humillará y expondrá sus debilidades más ocultas.

Por eso, hijos, hoy vengo a hablarles sobre esto para que, a través de la simple llave de la plenitud espiritual, puedan vencer de a poco esta sutil batalla con los placeres mundanos.

La vivencia de los Sacramentos, la oración, la Comunión, la Confesión y la Adoración Eucarística son grandes llaves que hacen despertar al corazón humano.

Las alabanzas cantadas en honra a Dios, el contacto con los Reinos de la Naturaleza y con su Linaje Espiritual también son llaves que los retirarán de la ilusión humana y les traerán fuerzas para vencer esta batalla.

Ser sinceros y verdaderos, vencer los estímulos de la mentira y de la disimulación, harán que el poder del adversario sobre sus almas sea vencido y extirpado. Donde haya mentira, sean verdaderos.

Donde el enemigo los estimule a la omisión y a la oscuridad, abran las cortinas de la consciencia y dejen entrar la Luz.

Donde el adversario estimule sus mentes a buscar el mundo, busquen adorar, alabar, encontrar el Universo Espiritual.

Y, sobre todo, hijos, sean conscientes de que este no es un proceso personal, sino una batalla espiritual que está siendo trabada en toda la consciencia humana.

Que Mis Palabras sean como una espada que corta los velos de la ilusión humana y los conduce a la Luz. Caminen, entonces, hacia ella y no permanezcan en la oscuridad, detrás de una cortina que ya no debe cubrir la consciencia humana.

Hagan las elecciones correctas y, en cada pequeño paso suyo, el Espíritu Santo estará en el siguiente, conduciendo su caminar.

Tienen Mi bendición para esto.

Su padre y amigo,

San José Castísimo     

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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