Miércoles, 15 de enero de 2014

Mensajes mensuales
MENSAJE MENSUAL EXTRAORDINARIO DEL CASTÍSIMO SIERVO DE DIOS, SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE FLORIANÓPOLIS, SC, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA

Mis amados:

Hoy vengo para anunciarles el Poder de la Misericordia que todos deben alcanzar en estos tiempos, y revelarles que llego al mundo al medio día porque este momento quedó marcado en el Universo, como la hora primordial en que el Reino de Dios se hizo visible a Mis ojos y la Misericordia que emana de la Fuente Primordial, permeó cada espacio de Mi pequeño ser. En ese instante pude ver la Grandeza celestial y todos sus misterios Me fueron develados. Recibí la Gracia de estar delante de la Consciencia de Dios porque reconocí Mi pequeñez y Su Grandeza.

El Señor permitió que el más simple de Sus siervos ingresase totalmente en Su Reino y no hubo nada que estuviese escondido de Mis ojos y de Mi Corazón.

Comprendí, entonces, la esencia de la vida sobre la Tierra y cómo aquella vivencia me comprometía con Dios para toda la Eternidad. El Señor me mostró allí Mi verdadero Yo y reveló a Mi Corazón Su Plan de Rescate para la humanidad, Plan que llevaría adelante a través de Cristo Rey, encarnado en Mi Hijo Jesús.

Desde entonces, Mis ojos vieron el mundo como él es, y todo dolor y angustia que podría sentir por el caos de Mi época se convirtieron en Misericordia. No me inquietaba más con el mal del mundo, pero sí vivía para convertir este mal, en la medida en que podía a través del ejemplo, del amor y de la caridad, en Misericordia para las almas.

Mis queridos compañeros, hoy les cuento esto, porque para todos llegará la hora de ser colmados por la Misericordia de Dios; a todos les será revelado el Reino de los Cielos, porque allí deben retornar en este tiempo. La llave que les permite recibir esta Gracia es la humildad y la búsqueda incesante de la consagración de la vida.

Reconozcan cada día la Grandeza del Universo y estén disponibles para conocer algo que jamás encontrarán en esta Tierra, porque el Universo de Dios es imprevisible como vuestros corazones y tan poco conocido del hombre, como el propio hombre lo es para sí mismo.

Hoy quiero impulsarlos para que busquen una vida de humildad y de servicio; una vida de caridad, de amor y de conversión. Los Misterios Celestiales serán revelados para aquellos que se dispusieren a no ser nada. La Divina Misericordia podrá colmar totalmente a aquellos que se tornen vacíos de corazón y de espíritu.

En este momento de la vida sobre la Tierra no hay nada más importante que caminar en dirección a una vida superior.

Todas las llaves les están siendo entregadas; solo sean persistentes y supérense cada día un poco más a sí mismos, porque la propia astucia es lo que los separa de la victoria en Cristo y de la verdadera Redención.

Mis queridos, cuenten siempre con Mi intercesión ante las dificultades de la vida. Yo escucharé siempre vuestras oraciones más sinceras y las llevaré con amor a los pies del Creador, que por la humildad de Su siervo habrá de conceder la Gracia para las criaturas de la Tierra.

Yo los amo y los conduzco a una vida Celestial.

Su amado Padre e Instructor,

San José