Viernes, 2 de diciembre de 2011

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE MARÍA, MADRE DE LA DIVINA CONCEPCIÓN DE LA TRINIDAD, TRANSMITIDO A FRAY ELÍAS

Un corazón humilde y donado al Propósito Divino del Señor es un corazón que está en el gran rebaño de las almas de Cristo, pues es un corazón que no decide por sí mismo porque está permeado por una Voluntad Divina. Es la misma Voluntad que colmó lo profundo de Mi Corazón cuando estuve en la Tierra.

Queridos Míos, para seguir el Propósito, ustedes deben amar la Voluntad Divina más allá de la voluntad humana. La voluntad humana no fundida con Dios ha provocado en la humanidad miserias, guerras, separación y pérdida de almas preciosas y de corazones.

Por eso, Mis pequeños, Yo vengo desde el Cielo para darles a conocer el Reino de Mi Paz que es irradiado por una Voluntad Infinita. Para que el corazón se redima es necesario amar la transformación del alma que la Voluntad Infinita está enviando a cada vida.

El primer paso del alma peregrina es renunciar a sí misma; eso la liberará de pertenecer a la voluntad que hizo que los hombres perdieran la Luz en el mundo. Amen la Voluntad desconocida para que las Puertas de los Cielos muestren el próximo camino a recorrer en la senda de la vida. Para eso, Mis queridos, recuerden que todo se alcanza a través de la oración hecha con amor y por amor a las almas que necesitan de la Luz de Dios.

Hoy los invito a recordar el momento en el que Mi Hijo, Cristo, vivió la Voluntad del Señor aceptando beber el cáliz del sacrificio que el Señor de las Alturas Le entregó.

¿Qué permitió que el Propósito de Dios se cumpliera en el Maestro? Fue la confianza plena en el Amor que Nuestro Señor tiene por cada criatura. Por eso, pequeños, conviertan sus corazones en Fe para que los caminos sean invadidos por la Insondable Misericordia de Dios.

Dios los ama. Dios los guía. Dios les muestra la salida.

En el Amor Inmaculado,

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad