Lunes, 13 de febrero de 2012

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE MARÍA, MADRE DE LA DIVINA CONCEPCIÓN DE LA TRINIDAD, TRANSMITIDO A FRAY ELÍAS

Queridos hijos:

Nunca pierdan el poder misericordioso de la fe en sus corazones. Ya estamos en la hora de unir, en fraternidad, los sentimientos y los talentos de cada uno para que las obras de Dios se cumplan en esta Tierra dolorida.

Queridos hijos, la confianza en Mi Hijo les dará Luz en el camino para proseguir hacia la vida de la eterna paz. El mundo aún tiene mucho que aprender a través de las lecciones de humildad. Si en verdad falta humildad en el corazón, las posibilidades de paz serán reducidas para la vida de los corazones. Se necesita humildad y oración, pequeños hijos, para vivir en la Voluntad del Padre Eterno.

Por eso Yo los invito a que a cada nuevo día se unan a Mi Hijo Glorificado en el acto sublime de la comunión. Cada momento de comunión con Cristo es una renovación para sus corazones y es el perdón de todas las faltas cometidas. De esta manera, pequeños hijos, sus almas, unidas a Cristo, estarán aliviando la desesperación y la falta de paz que vive el mundo. Además, si ustedes y cada uno de sus hermanos permiten que la oración se haga vida en sus corazones, siempre podrán encontrar la fuente que les saciará la sed.

En cada nuevo momento de oración sus corazones se renovarán y se afirmarán en el atributo de la fe consagrándose así a Mi Inmaculado Corazón. Vean a Mi Corazón de Madre como una llama de sabiduría para que sus vidas sientan el resguardo constante de cada uno de sus corazones por la presencia de Mi Amor Maternal.

Queridos hijos, saben que el mundo y la humanidad entera necesitan de las oraciones para que Mi Hijo, en Su Insondable Misericordia, pueda socorrer a todas las almas. Deben aguardar diariamente con alegría cada encuentro con el Sagrado Corazón de Cristo; en Él verán la claridad para la vida y la cura de todas las heridas de las almas. Con esto Yo les digo, queridos hijos, que a través de Mi Hijo encontrarán la Puerta Divina hacia los Cielos.

Estamos en un tiempo de Divina Misericordia. Caminen dando sus pasos hacia el Señor en la fe del corazón. Pronto todo pasará.

Los adora en el Santo Corazón,

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad