Viernes, 5 de mayo de 2023

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Desde el momento en el que el Creador emanó la expresión de Su Hijo Primogénito en las dimensiones materiales, la Misericordia comenzó a existir en la Creación. El Amor de Dios, que se superó a Sí mismo a través de Cristo, les abrió una nueva oportunidad a las almas y le concedió a toda la vida la Gracia de la Misericordia.

Cuando Cristo fue alzado en la Cruz y Su Costado fue traspasado, perforando también Su Sagrado Corazón; en ese momento, hijos, la Sangre y el Agua de Cristo brotaron dentro de todo el género humano y la Divina Misericordia no fue solamente vertida del Corazón de Jesús en el suelo de la Tierra, sino que también brotó como potencial de redención en la esencia de todos los seres.

Con esto, les digo que la Misericordia habita en la esencia de todas las criaturas de la Tierra, de todos los seres que, siendo creados a imagen y semejanza de Dios, viven con Él la renovación de Su Gracia, a través de la Divina Misericordia.

La Misericordia habita en las criaturas como un potencial de santidad y plenitud espiritual; y su manifestación puede tener más poder que las fuerzas del mundo, las nuevas y las viejas energías capitales, siempre y cuando perciban que ese potencial habita en ustedes y permitan que él crezca.

Para permitir que la Misericordia se expanda en sus seres, sean misericordiosos y compasivos; mediten sobre los Pasos de Cristo, en Su Pasión y en Su expresión de Amor; mediten sobre la Presencia del Creador en su interior, a través de la esencia que Él les concedió.

Cuiden la vida divina que habita en ustedes, como quien cuida una preciosa planta que debe ser regada, debe recibir luz y atención, cuidado y amor, para crecer así saludable.

Así, hijos, deben cuidar el potencial de la Divina Misericordia dentro de ustedes, este que les abre las puertas a la santidad, que no es nada más que permitir que la expresión de Dios, dentro de ustedes, crezca y se realice en sus vidas.

El servicio, la caridad, el respeto, la reverencia, la transparencia, la oración, la entrega son todas formas de alimentar el potencial divino que habita en ustedes.

Contemplar a Cristo y aspirar a imitar Su ejemplo mantendrá a sus almas siempre dispuestas a seguir adelante y a superar los desafíos de estos tiempos, siendo expresiones de la Misericordia de Cristo.

Entonces, permitan que Mis Palabras sean una realidad en sus vidas y den testimonio del poder de la Divina Misericordia.

Tienen Mi bendición para esto.

Su padre y amigo,

San José Castísimo