Viernes, 5 de febrero de 2016

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Ofrece tu alegría por los que viven en la tristeza.

Ofrece tu fe por los que están en la desesperanza.

Ofrece tu amor por los que viven en el temor.

Ofrece tu paz por los que viven sin consuelo, entre guerras y conflictos permanentes.

Ofrece tu casa a los que no tienen un techo seguro bajo el cual estar.

Ofrece el alimento que recibes todos los días por los que viven en la incertidumbre de tener algo para comer o no.

Ofrece tus oraciones por los que no oran, no creen en Dios o que oran a un falso dios y alimentan el reinado de las sombras con su ignorancia.

Haz de tu propia vida una constante ofrenda a los pies del Altar Celestial. Vive pleno, en gratitud absoluta por todo lo que recibes, porque, a pesar de cualquier carencia o dificultad, tienes el mayor tesoro de este mundo y de todos los otros: reconocer la presencia del Creador en tu pequeña esencia.

Hijo, tan grande es el desequilibrio de este planeta y tan abismal es la ignorancia humana, que debes hacer de tu vida un acto perpetuo de oración, de servicio abnegado y de entrega, a fin de equilibrar el mal que la humanidad genera para sí misma y para los Reinos de la Naturaleza. Se necesita algo más que algunas pocas oraciones o incluso algunos días de servicio.

Las misiones en las que participas hoy, como miembro de este grupo, están abriendo una puerta en la consciencia humana para que ella alcance mayores posibilidades de donación y de entrega.

No permanezcas solo en el acto de servir. No veas esas misiones como todas las otras ya vividas, pero, sí, ábrete a lo extraordinario que ellas ofrecen para la consciencia de la humanidad y sírvete de ese impulso para no ser nunca más el mismo.

Es un misterio para ti cómo se mueven las Leyes del Espíritu. Muchas veces pensarás que no hay nada diferente en los hechos materiales entre las misiones pasadas y las presentes, pero Yo te hablo de una transformación en la consciencia, pues es ahí en donde el cambio se consolida y se vuelve verdadero.

Si crees que hablo por medio de estas palabras, entonces trata de comprender lo que te digo en lo profundo de ti, y lánzate  descubrimiento de la gracia del servicio abnegado en cada instante, de la gracia de convertirte en un verdadero ser orante, permanente, constante, incansable.

Coloca la atención en tu corazón; ve el mundo a través de la ventana de tu pecho. No temas ser ingenuo, porque no es de ingenuidad que te hablo; te doy a conocer la Sabiduría y la ley primera de este mundo, que es el Amor.

Reflexiona sobre esta verdad y toma, tú mismo, la decisión del camino que seguirá tu vida. Podemos impulsarte, pero no caminar por ti. Podemos mostrarte el camino, pero no prever los resultados.

La persistencia y el ritmo en el caminar del peregrino dictan el momento y la forma de llegar a la meta.

Yo te amo siempre.

Tu padre e instructor, tu compañero en esta caminata evolutiva,

San José Castísimo