Viernes, 4 de noviembre de 2016

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE SAN JOSÉ, COSTA RICA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Hijos, proclamen la paz en un mundo que no la conoce. Sean los precursores de un nuevo tiempo, de una nueva era, marcada por el espíritu de la unidad. Cada día, crucen con la consciencia el umbral entre el viejo y el nuevo hombre y trasciendan en ustedes mismos lo que aún los ata a los patrones de conducta que degeneran la consciencia planetaria.

Con cada palabra que les entregué a lo largo de los años en donde los instruí, les traje una llave que los ayudará a dar ese paso. No obstante, necesitan ser constantes, persistentes y cuidar de aquellas cosas que saben que deben transformar.

Les pido que estén más atentos y empeñados que nunca, porque, al mismo tiempo que la purificación se acelera, el Universo y la vida planetaria exigirán a los que estén despiertos que cumplan con su misión y con el compromiso que hicieron ante Dios de ayudar al cumplimiento de Su Plan.

Hijos, cuando un alma no es consciente de su purificación y no trabaja para transformar lo que surge de su ser, se pierde cada vez más en el abismo de sus imperfecciones y se entrega cada día a la oscuridad de sus miserias y a los vínculos no curados con el mal. Por eso, la humanidad necesita de una referencia en estos tiempos, como lo fue la Sagrada Familia en tiempos anteriores.

La santidad que algunos viven en los claustros, en muchas partes del mundo, no es suficiente para estos tiempos. Es necesario completar el equilibrio que genera la vida contemplativa con la santidad vivida en el mundo, en la vida común, ante los ojos de los hombres y como un ejemplo accesible a todos.

Por eso, los enviamos a servir y no solo a orar en sus casas. Los enviamos a proclamar la paz y a ser pacificadores en sus familias y entre sus amigos; a diario y a cada instante. Por eso los invitamos en forma permanente a transformar la consciencia. Y por eso, les revelamos en profundidad misterios universales, ya que el Creador les está entregando todas las herramientas posibles para que alcancen la perfecta expresión de la unidad con Él, para que sean un puente para los que están en el mundo y no lo conocen ni lo encuentran.

Cada día, hijos, este mundo se adhiere más a las guerras y menos a la paz. Por eso, les pido que curen en ustedes lo que genera las guerras y los conflictos, lo que los lleva a ser combativos los unos con los otros; para que sean pacificadores y precursores de un mundo que vivirá la paz y la unidad con Dios.

Todo es posible cuando obran de corazón, pues el potencial humano es desconocido por todos. El amor de sus corazones es semejante al Amor de Dios y, con una sola gota de ese amor verdadero, ustedes podrían cambiar al mundo, porque el amor transforma y cura todas las cosas.

Hoy los animo a persistir.

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo