Viernes, 18 de agosto de 2017

Mensajes semanales
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Octavo día de la novena.

Cuando estábamos en Jerusalén y percibimos que habíamos perdido a Nuestro Hijo, el Hijo de Dios, Mi Corazón se colmó de angustia y de aflicción. Me sentí el peor de los hombres, el más indigno y el más distraído, porque no había podido cuidar el mayor Tesoro del Universo.

Por un instante, caí en la prueba al pensar que la responsabilidad del Plan de Dios Me correspondía y que, como Yo le había fallado al Señor, perdiendo a Su Hijo, todo estaba perdido. María Santísima se mantuvo serena, como si supiera en donde estaba el Niño, pero Mi Corazón humano y frágil estuvo a punto de quitarme la vida.

Esta angustia duró tres días, hasta que lo encontramos en el Templo, pleno de Su Padre y con la expresión más resplandeciente que Su pequeña consciencia había manifestado. Jesús estaba en la Casa de Su Padre, cuidando de las cosas de Su Padre, haciendo lo que vino a hacer en el mundo. En ese momento, Mi ignorancia dio lugar a la humildad y comprendí que la Voluntad de Dios es inalterable. Él nos da la posibilidad de colaborar con Su Plan, para nuestra propria salvación, pero este Plan no depende de nadie, sino de Dios.

Hijos, para que estén ante la misión que Dios les encomendó con humildad y comprendan que Su Voluntad siempre se cumplirá, más allá de las acciones humanas, oren al Padre en Mi Nombre, diciendo:

Señor,
       así como probaste a San José
       para despertar en Su Interior la Divina Humildad,
       pruébanos para que seamos humildes
       y muéstranos que no eres Tú quien necesita de nuestro servicio,
       sino que somos nosotros quienes necesitamos servirte
       para alcanzar la Redención y la Salvación de nuestras almas,
       porque Tu Plan siempre se cumplirá.

Amén.
 

Que la humildad despierte en sus corazones y los inunde.

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo