Viernes, 11 de marzo de 2016

Mensajes diarios
MENSAJE DIÁRIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Ama la Voluntad de Dios más que a ti mismo. Ama Su Plan y lo que él significa para la evolución de todo el universo, mucho más allá del desenvolvimiento de tu pequeña alma y de tu pequeña vida. Ama al Plan de Dios con la comprensión correcta de que él tiene por objetivo la evolución de todo el cosmos y que, si bien estás incluido en él, tú no eres lo más importante en este Plan. 

Comprende que el Plan de Dios, por él mismo, debe cumplirse. Y si el hermano que tienes al lado tiene una mayor posibi­lidad de vivir la Voluntad del Padre, entonces, ayúdalo y crea las condiciones para que alcance la meta, no por él ni por ti, sino por el Plan de Dios. 

La competitividad de la consciencia humana hizo desaparecer de muchos corazones la posibilidad de amar el Plan de Dios, porque se aman mucho más a sí mismos y a su papel dentro de ese Plan. Aman la propia posibilidad de vivir la Voluntad de Dios y celan por ser, ellos mismos, los Cristos del Nuevo Tiempo, inclusive alegrándose por las derrotas del prójimo; porque, al saber que serán pocos esos Cristos, ellos quieren ser parte de esos pocos. Lo que esos corazones no perciben, hijo, es que el Cristo interno nace del olvido de sí y del amor absoluto al prójimo.

El amor al prójimo, en verdad, nace del amor al Plan de Dios. Aquel que ama verdaderamente el Plan vela por él y sabe que todos los seres humanos son necesarios en el desarrollo del mismo. Por eso, se alegra del despertar de sus hermanos y vela para que ellos se desarrollen cada día más, sin importar que superen su grado evolutivo, porque lo importante es que se cumpla el Plan y no en quién se cumplirá. 

Si quieres amar al prójimo, ama a Dios y a Su Plan. En el descubrimiento de ese amor encontrarás el cuidado para con todos los Reinos de la Naturaleza, descubrirás que todo lo que fue creado tiene una finalidad espiritual de existir y que cada ser viviente, creado por Dios, tiene un papel único en Su Plan. Comprenderás la verdadera razón de la existencia de todas las cosas y, aunque no sepas explicarlo con la mente, podrás sentirlo con el corazón. 

Hijo, ama al Plan de Dios más que a ti mismo. Ama al Creador y déjate inundar por ese amor que trasciende un objeto o una criatura y se irradia a todo lo que fue creado. 

Comulga con la perfección de todas las cosas, pues velando por la evolución del prójimo y por el nacimiento del Cristo en tus hermanos es que un día descubrirás al Cristo Vivo en tu interior. 

Aquel que te enseña a vivir la Ley del Amor, 

San José Castísimo