Viernes, 10 de marzo de 2023

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

La humanidad aún sigue transitando los días espirituales de la Cuaresma planetaria.
Más allá de la Cuaresma que viven, y que corresponde al tiempo de este mundo en el calendario de la Tierra, la humanidad espiritualmente también transita por un ciclo de Cuaresma. 

En este ciclo, los corazones, en un desierto profundo y desolador, contemplan y vislumbran la Pasión del planeta, pero ella no sucederá como sus ojos imaginan o como sus mentes divagan.

La Pasión planetaria aún es desconocida para la humanidad como también para el universo, y solo los Ojos de Dios, hijos, que son capaces de ver en el Tiempo del no tiempo, pueden percibir la verdad de los acontecimientos. Por eso, no sufran por algo que aún no vivieron; no imaginen la Pasión del planeta ni preocupen a sus corazones con las divagaciones sobre el futuro del mundo y de su humanidad.

El tiempo de Cuaresma es un tiempo de fortalecimiento interior en el que cada uno, solo consigo mismo, será capaz de percibir la Presencia Divina, más allá de las superficialidades de la vida.

Cada ser debe estar ante su desierto interior y conocer sus flaquezas y temores, sus miserias e imperfecciones; pero también ir más allá y descubrir que además de eso que son y que aparentan ser, existe más. Sin embargo, hijos, eso que existe en ustedes solamente se encuentra en el vacío del corazón y en la persistencia del alma que, a pesar de la sequía y de la sed espiritual del desierto, sigue caminando para encontrar la Fuente.

El período espiritual de la Cuaresma es un momento de soledad, en el que por más que ustedes busquen compañía y auxilio externo no los encontrarán. La soledad no se calmará en su interior, porque no deben huir de ella, sino ir a su encuentro y descubrir lo que les quiere decir, lo que ella apunta dentro de ustedes.

La soledad apunta hacia una Presencia mayor y real, hacia un silencio pleno de sabiduría, hacia un vacío pleno de fortaleza. Es ella la que dictará el camino del desierto y será su compañera en cada paso, hasta que sean capaces de percibir que la soledad es también una eterna compañera de la Presencia Divina. En ella, Dios se oculta y, a través de ella, Él aguarda que lo puedan encontrar. Por eso, no le teman.

La Cuaresma espiritual fortalece a sus seres para que, cuando verdaderamente coloquen sus pies en el Calvario planetario, puedan elevar la consciencia más allá de los martirios y de las humillaciones, más allá de los dolores y del cansancio, de la fatiga y de las heridas en el cuerpo y en el alma; que puedan caminar con la consciencia dentro de la soledad que les revela la Presencia Divina; que sepan estar más allá de lo que es superficial para encontrar la verdad en todo.

Por eso, hijos, valoricen la Cuaresma de este tiempo. Valoricen la Cuaresma espiritual que el mundo vive en consciencia y no teman transitar por los desiertos solitarios, por la sequedad y por el vacío. Pero antes de eso, sumérjanse hondo en su propio interior, beban de la Fuente de Agua Viva que habita en la soledad y en el desierto del Corazón de Cristo y, con Él, descubran lo que es recorrer el camino para ser los Nuevos Cristos.

Tienen Mi bendición para esto. 

Su padre y amigo,

San José Castísimo