Miércoles, 30 de diciembre de 2015

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Entra en el recinto de tu corazón para comprender que, en estos tiempos, la ley primera es el amor; amar sobre todas las imperfecciones, defectos, desavenencias, orgullos y vanidades.

La única herramienta que te protegerá del mal, hijo Mío, es el amor: amor al prójimo, amor a los Reinos de la Naturaleza, amor al Plan de Dios.

Si no abres tu corazón para aprender a amar las cosas como son, y así llevarlas a que se transformen en lo que verdaderamente deben ser, te sumergirás en la incomprensión, en la arrogancia y en la permanente competencia.

Tienes delante de ti dos manos que se tienden para que escojas un camino para seguir. No hay otras opciones: una es la Mano de Dios y la otra, la mano del caos.

Muchos ya escogieron la mano del caos y hoy se encuentran en medio de una batalla tenebrosa sin reglas; pero tú, hijo, tienes delante de ti la opción consciente de trascender las tinieblas en tu interior por medio del triunfo del amor en tu corazón. Es por eso que te llamo a que pidas perdón, a que venzas tu orgullo y a que descubras la Gracia que es ser humilde y cumplir con los designios del Creador.

Yo te pido que te reconcilies con el prójimo en ofrenda a Medio Oriente, y también con tu propio corazón, que en su inmadurez e ignorancia no aprendió a amar.

Yo te pido estas cosas, hijo Mío, porque ya no tendrás tanto tiempo para plantar semillas en el cantero de tu existencia y de la vida humana. Pronto llegará el tiempo en que solo recogerás aquello que plantaste y comerás de los frutos de los árboles que crecieron en tu jardín.

Cuando te digo que pidas perdón y registres lo que haces, es para que profundices tu ejercicio de humildad y les reveles a todos tus imperfecciones, para que así des un ejemplo a la humanidad de cuán simple es dar un paso en dirección al amor.

Hoy te digo, hijo, que eso no será lo único que te pediré. Te pediré también que no solamente realices un acto de perdón, cuando todos los días vives lejos de la fraternidad. Ese acto tuyo de perdonar debe ser permanente, constante y eterno, porque cuanto más se aproxima al planeta el Armagedón, más tendrás que perdonar lo que suceda dentro y fuera de ti. 

Por eso, necesito que sigas perdonando, que sigas dando ejemplos de amor y de perdón para la humanidad, para que esos ejemplos lleguen a todos tus hermanos que necesitan de inspiración para dar sus pasos. Pero no seas solo un ejemplo registrado en un video en las redes sociales; sé tú, hijo Mío, un ejemplo diario, permanente, dejándote humillar y pedir perdón cada vez que tu corazón se separe del Dios que habita en tus hermanos.

No temas hacer lo que te pido, porque cuando pase un tiempo y ya no puedas hacerlo, no bastará arrepentirte por no haberlo hecho. Dejo en tu corazón Mi bendición y Mi impulso para que sigas adelante.

San José Castísimo