Miércoles, 23 de marzo de 2016

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Durante Su agonía, Jesús pudo ver y sentir, en Su Sagrado Corazón, todos los males que padecería a lo largo de Su Pasión y también a lo largo de los siglos de la existencia humana para sustentar a humanidad en este planeta. Aun así, Él eligió vivir el Amor, el Sacrificio y la Entrega, porque en Su Corazón mucho mayor que el temor, era el Amor por los Planes de Dios.

Su Voluntad era una con la del Padre y no había sentir humano que pudiera separarlo del Creador. Incluso ante la tensión y el temor inmenso, que hicieron que los vasos sanguíneos de Su Cuerpo se rompieran y Él sudara sangre, el Señor no se detuvo en la debilidad del cuerpo y, a partir de ahí, afirmó Su fortaleza en el Espíritu.

Lo que padecía en la materia, a pesar de ser difícil y doloroso, ya no desviaba la atención de Jesús. Su meta estaba en Dios y, trascendiendo lo que sentía Su Cuerpo, abrazó la Cruz, que era el propósito de Su Espíritu.

La Pasión de Cristo, hijos, no es solo para ser contemplada, es para ser vivida y renovada por todos los que dicen ser Sus soldados, Sus compañeros. Aunque no sean martirizados ni muertos en la cruz, pueden valerse de todos los principios espirituales vividos por Cristo y atraer hacia sus vidas todas las Enseñanzas que Él dejó con Su ejemplo.

Ustedes deben aprender a permitir que la consciencia trascienda los hechos y los acontecimientos y se sumerja en la verdadera esencia que mueve todas las acciones divinas. Solo así podrán aprender a actuar como hijos de Dios y serán dignos de representarlo en este mundo, cuando Su Voz se silencie y a los propios hombres les corresponda guiarse los unos a los otros.

Muchos quieren saber con detalles lo que sucederá en los últimos tiempos, en su prueba final, pero ¿quién perseverará al saberlo? ¿Quién continuará al lado de Dios, sabiendo que lo aguarda una cruz eterna? ¿Quién trascenderá los padecimientos del cuerpo para transformar todo dolor que pueda vivir en perdón y en triunfo de Dios?

La Pasión de Cristo es revivida cada año por la humanidad para que los códigos dejados por Él los despierten al propio camino espiritual y puedan obtener del ejemplo del Maestro la inspiración que necesitan para dar sus pasos sin titubear.

No solo sufran por el sacrificio de Cristo, o solo lo admiren; no lo glorifiquen solo porque Él haya hecho algo que ustedes piensan que jamás serán capaces de hacer. Glorifíquenlo, porque Él les mostró el Camino y porque harán del Sacrificio de Él la fuerza para no desistir de cumplir los Planes de Dios, aunque estén frente a la muerte.

Este es el verdadero motivo para recordar la Pasión de Cristo: aprender a amar como Él amó y seguir Sus pasos.

Aquel que los ama y los instruye siempre,

San José Castísimo