Martes, 23 de febrero de 2016

Mensajes diarios
MENSAJE DIÁRIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÙS

Cuando la purificación sea mayor que el entendimiento y ya no sepas quién eres, dónde terminan los personajes de este mundo y dónde comienza la verdadera expresión de tu alma, solo únete a Dios en oración. Deja a la mente la desesperación de no saber quién es y coloca tu corazón en el Padre, convencido de que no eres nada.

No sabes quién eres y no tienes certeza de lo que debes ser, porque la Verdad escapa a tu comprensión. No eres nada de lo que piensas; lo que conoces y comprendes de ti es fruto de la educación y de las experiencias de este mundo. Tu esencia fue creada para vivir algo que es completamente desconocido para ti.

Tan apartada está la consciencia planetaria de la Verdad, que este mundo comenzará de nuevo.

Así como el planeta, tú también comenzarás de nuevo; vivirás tu purificación y, si con confianza te dejas transformar y moldear por Dios venciendo los temores de perderte, pronto serás nada, para finalmente ser colmado por el Espíritu Divino, Aquel que debería habitarte desde el principio.

Fuiste llamado para ser una expresión de Dios en los universos y no una expresión de ti mismo, de tus destrezas y habilidades.

Lo que se llama destreza en la vida de la Tierra muchas veces se lo conoce como miseria en el Reino de los Cielos y necesita del bálsamo y de la Gracia de la Divina Misericordia para transformarse en virtud, en Don Divino.

Es hora de vivir aquello a lo que tu alma aspira, pero no será fácil ni simple, porque será inevitable y doloroso, sobre todo espiritual y mentalmente. Digo que será doloroso porque deberás quebrar las estructuras de las creencias sobre ti mismo, las falsas verdades que creaste con tus pensamientos y con los pensamientos ajenos sobre ti. 

Quebrarás lo que piensas que eres y te verás privado de lo que conoces de ti. No encontrarás nada, sino el vacío y estarás suspendido en Dios. Pero enseguida llegará un aliento, cuando tu alma reconozca la luz de la esencia y, por medio de ella, que estaba escondida detrás de las duras estructuras de lo que tú creías ser, recordarás el propósito que Dios tiene para ti, y no habrá mayor gracia o mayor dádiva que esta, el encuentro con Dios en el propio interior, por medio de aquello que te hace semejante a Él, que es tu esencia más pura.

Para encontrar la pureza, tendrás que estar limpio y, para estar limpio, te purificarás. El camino es único, y la Ley ya conduce a la consciencia humana.

Los que elijan permanecer en la propia oscuridad se cegarán con la Luz de la Verdad, porque ella inevitablemente brillará en el resplandor de Cristo.

Aquel que los ama y los prepara para el encuentro con la Luz,

San José Castísimo