Lunes, 8 de febrero de 2016

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DEL AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Que el Señor tome tus ojos y coloque sobre ellos Sus Ojos de Misericordia.

Que el Señor, Dios Padre de Infinita Bondad, tome tus manos y coloque sobre ellas Sus Manos de Misericordia.

Que el Señor, tu Camino y tu Vida, tome tus pies y coloque sobre ellos Sus Pies de Misericordia, para que camines sobre Sus Pisadas Divinas.

Que el Señor, que manifiesta el Verbo que trae la Vida, tome tu boca y coloque sobre ella Su Boca Sagrada, Fuente Poderosa de Misericordia.

Que el Señor, Padre-Madre Creador de los Universos, tome tu mente y coloque sobre ella Su Mente Divina, de la cual no provienen elucubraciones ni pensamientos, pero sí la Fuente de la Divina Misericordia.

Que el Señor, que manifiesta esta raza, que tantas veces dejó de ver tus pecados, tome tu arrogancia y coloque en su lugar la pura gratitud, que atrae hacia el mundo la Infinit Misericordia.

Que el Señor, Dios del Amor y de la Verdad, tome tu corazón y coloque sobre él Su Corazón Piadoso, para que sepas no solo sentir, sino también amar y vivir la Misericordia.

Que el Señor, Alfarero Milagroso de los Universos Celestiales, tome tu barro, ya tan desgastado por la existencia en la Tierra, lo quiebre y vuelva a moldearlo.

Déjate quebrar y ablandar en las Manos de Dios. Vuelve a ser barro nuevo, listo para nuevas creaciones. Que, así, el Señor haga de ti un cáliz vacío para derramar Su Misericordia.

Fuiste llamado desde el principio para renacer en espíritu, en alma, en materia y en consciencia, para que el pozo inacabable de tus miserias se convirtiera en una fuente de misericordia, tanto para este planeta como para todo el universo.

Esto es posible por la magnitud de la acción divina en los corazones que se permiten ser transformados por Dios.

El Señor te llama a ser un milagro vivo, un instrumento Suyo en el mundo. Déjate pertenecer a Él no solo con palabras, sino con acciones, con verdad.

No temas ser otro, porque el milagro transfigurador de Dios necesita ser absoluto en tu vida. Para eso fuiste llamado.

Ábrete a la alquimia divina de la transformación espiritual en Cristo.

Aquel que ora por ti día y noche,

San José Castísim