Lunes, 30 de marzo de 2020

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando estábamos orando para recibir a San José, un poco antes de Su llegada, Él comenzó a mostrarnos lugares muy pobres del planeta y personas en situaciones muy precarias, de mucha pobreza, de mucho sufrimiento, de mucho dolor.

Cuando llegó hasta aquí, Él continuó mostrándonos esos espacios y, al mismo tiempo que estaba con nosotros en la sala de oración, Él estaba con cada una de esas personas que eran de todo tipo: mujeres, niños, hombres, ancianos. Él iba hablando con cada una de ellas, iba peregrinando por esos lugares. Ellas no lo veían, pero Él iba hablando internamente con ellas, y Él entregó este mensaje para aquellas almas que más sufren.

 

A las almas que sufren

Calma tu corazón, alma pequeña, en lo profundo del Corazón de Dios.

Busca en tu Salvador aliento y esperanza, Gracia y paz.

Calma tu corazón en la fortaleza que se forja en tus dolores más profundos. Encuentra alivio y paz en la Cruz de tu Señor. Que tu sufrimiento equilibre muchos males de este mundo.

Busca tu seguridad en el Corazón de Dios. Busca tu paz en Su Presencia.

Perdona las raíces más profundas de los males humanos, que generan el dolor y el desequilibrio en este mundo.

Haz de tu sufrimiento una bienaventuranza, porque estás aprendiendo a encontrar la recompensa verdadera en Dios y no en el mundo.

Siente que el Corazón del Señor se angustia con el tuyo, que no estás solo en tu dolor.

Que el Amor del Creador calme tu desesperación, tu tristeza y tu desesperanza. Sabe que tienes un lugar perfecto en el Corazón del Padre y que tu sufrimiento abre las puertas del Cielo para los que no merecerían entrar.

Ya llegará el tiempo en el que la paz reinará en el mundo y no habrá distancia o diferencia entre este mundo y el Corazón de Dios, Su Reino Celestial.

Mientras ese tiempo no llega, comprende que los dolores de la Tierra emergerán, haciendo que este mundo se estremezca, pero este es el prenuncio de una realidad superior que se aproxima a la Tierra.

Sé que tu dolor es profundo y tu sufrimiento verdadero, así como lo fue el sufrimiento y el padecimiento de tu Señor en la Cruz. Ofrece tu vida entera a Dios, abre tus brazos en la cruz que está sobre ti y permite que un amor nuevo surja de toda esa experiencia que vives hoy.

Perdona los desequilibrios, perdona a los que tienen todo y se pierden en su egoísmo, a los que no saben mirar hacia al prójimo y alimentan las raíces profundas de la indiferencia que penetran en la Tierra.

Que tu perdón sea la puerta hacia la Misericordia. Que tu vida sea fuente de amor, y así tu sufrimiento será convertido en Gracia que transformará a la Tierra.

Sé que Mis palabras parecen tan distantes de la realidad de tu corazón, pero escúchalas con amor, así como tu Señor escuchaba a Su Padre en cada nuevo paso del Calvario y, desde la primer Llaga hasta la Cruz, de Sus heridas brotó Amor.

Que de tus heridas internas y humanas broten la fe y el amor que renovará la Creación de Dios.

Tienes Mi bendición para esto.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo