Lunes, 25 de abril de 2016

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE BRASILIA, DF, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS​

La paz se establecerá en el mundo a su tiempo y hora. El destino de este planeta es trazado cada segundo, de acuerdo con las acciones de los hombres. Cuanto más clamen, vivan y manifiesten la paz, más cerca estará ella de toda la humanidad y de toda la vida en el planeta.

Hijos:

Muchos aún se resisten a percibir la urgencia de estos tiempos, y la mayor parte de la sustentación de este mundo está a cargo de la Jerarquía* y de unos pocos, que se desestabilizan muchas veces porque cargan con un peso que no les corresponde.

Quisiera tornarlos a todos más conscientes, y que pudieran ver con los mismos Ojos de Dios la verdadera situación de este mundo, pero no puedo hacerlo porque sus almas no lo soportarían. Para ver con los Ojos de Dios necesitan estar en Él y, perfectamente unidos a Él, podrán valerse de todo lo que Él es. Pero lo que sí puedo decirles, una vez más, es que estén atentos a las señales de la vida, a los acontecimientos del planeta. Esta Tierra sagrada ya se está estremeciendo, y en poco tiempo no tendrán cómo recomenzar y reconstruir la vida material de la misma forma como la viven hoy.

No quiero causarles temor, solo les hago una advertencia, porque cuánto más el corazón esté en Dios, más podrá comprender lo que vive y menos importancia le dará a las pérdidas materiales, porque sabrá del colapso espiritual que vive este mundo.

Cuando les digo, hijos, que algunas naciones deben ser la cuna de la Nueva Raza, les hablo de una cuna espiritual y de seres conscientes de la Verdad, porque la materia necesita de purificación ya que, para ser una raza nueva, no puede partir de viejas bases.

El mundo material que hoy ven en la superficie del planeta se desmoronará y se purificará, sin embargo, aquellos que estén fortalecidos de corazón y de espíritu perseverarán para ver emerger, de los mundos sublimes, las bases de una nueva vida. Esas bases emergerán, sobre todo en América, y hoy estamos aquí, sustentando esta parte del mundo, para que las almas no se pierdan y sí se abren a la Verdad, para que haya muchos seres que generen méritos para vivir un aprendizaje basado en el amor y no en el dolor. Estamos aquí, hijos, porque esta nación no puede perder la fe como consecuencia de las acciones equivocadas de unos pocos.

El enemigo está intentando confundir los corazones para establecer el caos, pero los que se mantengan firmes en Dios, independientemente de las resoluciones que se tomen en la materia, no se corromperán y serán ejemplo y guía para muchos.

Oren por esta nación, así como por toda América y por el mundo entero. Pero no oren por un determinado resultado material, oren para que la paz y la unión con Dios estén en el mundo interior de todo ser viviente. Oren para que aquellos que vean al mundo desmoronarse se mantengan firmes para también verlo renacer.

Acuérdense cuántas veces cada uno de ustedes se desmoronó y renació. Acuérdense de la Gracia que es superar una incomprensión y encontrar la paz, y sean firmes y valientes para permanecer en paz, siempre.

Yo los bendigo y oraré con ustedes día y noche para interceder por sus almas y por todos los Reinos de la Naturaleza.

Su padre y compañero,

San José Castísimo