Intenta, hijo Mío, en todo vencerte a ti mismo. Ejercita la renuncia, dejando que los demás expresen sus ideas y sus sentimientos, y experimenta ser conducido por tus hermanos a nuevos caminos.
Si para ti es muy fácil y simple estar en silencio y dejarte conducir, entonces ejercita lo contrario y permite que aquellos que tanto se expresan aprendan contigo: coloca a disposición del universo tus pensamientos y sentimientos y deja que el Creador te muestre un camino diferente para seguir, para que así descubras espacios de tu consciencia que, hasta ahora,no conoces.
Como le hablo al mundo y a las diferentes criaturas de esta Tierra, necesito instruir a aquellos que se silencian por la comodidad de no expresarse y a aquellos que se expresan todo el tiempo por la necesidad de imponer sus pensamientos.
La humanidad necesita encontrar el equilibrio y aprender a comulgar con lo que cada criatura contribuye con el mundo, incluyendo aquí a todos los Reinos de la Naturaleza.
Para que encuentres el equilibrio, necesitas ir por caminos que desconoces. Caminos opuestos a los que recorres siempre, para que, así, descubras dentro de ti otras formas de vivir y de manifestarte, hasta que encuentres el perfecto equilibrio con todo y no haya diferencia para ti entre hablar o estar en silencio, enseñar o aprender, porque las dos cosas son necesarias, cada una en su momento.
Ejercita esos pequeños ejemplos y encontrarás amplios caminos delante de ti.
Por el equilibrio del corazón humano,
San José Castísimo