Sean valientes, Mis queridos hijos, en estos tiempos de Armagedón.
Mi Corazón es su emblema de batalla, es el escudo impenetrable que nadie puede derribar.
Por eso, con coraje y valentía, sean Mis ejércitos orantes victoriosos que responden al llamado de la Madre Celestial, sean portadores de la Gracia que todo alcanza y redime.
Queridos hijos, sean valientes todo el tiempo y no bajen los brazos, Yo estoy aquí para interceder por Mis hijos y para llevarlos al Divino Corazón del Redentor.
Queridos hijos, sigan Mis caminos, porque en ellos está escrita la historia de su liberación y perdón; en Mis caminos está escrita la historia de toda su conversión.
Triunfantes en la oración y misericordiosos en el amor sigan adelante, Mis queridos hijos, porque aún hay mucho que hacer por toda esta humanidad.
Hijos Míos, Yo soy su Comandante y Guía, soy la Madre triunfadora de Corazón y de Alma, de Espíritu y de Divinidad a través de todos Mis hijos soldados orantes.
Queridos hijos, es la hora de hacer triunfar el Plan de Dios, y la Obra se realizará con la colaboración de todos.
Sean Mis testigos, sean finalmente Mis amados hijos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los ama y los protege siempre,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz