Viernes, 13 de febrero de 2015

Mensajes mensuales
MENSAJE PARA LA APARICIÓN EXTRAORDINARIA EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, TRANSMITIDO POR MARÍA, INMACULADA MADRE DEL ALIVIO DEL SUFRIMIENTO, EN EL NÚCLEO DE FIGUEIRA EN SAN CARLOS, SAN PABLO, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Mientras el mundo duerme y las almas se sumergen en las ilusiones de la vida material, quiero abrir aquí una fuente de Gracias y de aliento para todos los seres. De esta forma, hijos Míos, aquellos que tienen sed de Dios encontrarán el Agua de Vida, que brotará del servicio, de la cura y de la oración en este lugar.

Quiero encender una luz en este mundo que vive en la oscuridad.

Quiero dar a conocer a los hombres la realidad superior que habita en su esencia más profunda.

Quiero demostrar a los seres la capacidad de amar que existe en lo profundo de sus corazones.

Quiero que conozcan la verdad sobre sí mismos.

Quiero que curen el pasado por medio del perdón y que se rehabiliten por medio de la redención.

Quiero que encuentren aquí, en este lugar, las llaves para ingresar en el Reino de los Cielos.

Quiero que vean con los propios ojos el camino de retorno al Origen Divino.

Por eso, Mis amados, les pido que hagan de este lugar el puente para Mi Reino, el camino hacia lo sagrado y, de cada uno de ustedes, los porteros y los celadores que conducen a las almas perdidas al verdadero despertar.

Que aquellos que tienen un antiguo compromiso Conmigo retomen sus puestos, pues ya es la hora de recomenzar a construir el nuevo futuro que nacerá en el interior de todos los seres.

Quiero de esta casa una fuente de cura, no solo para el cuerpo, sino también para el espíritu.

Quiero que aquí las consciencias puedan nacer, renacer y dejar este mundo, seguras del camino que las llevará al Padre, a la reconciliación con Su Sacratísimo Corazón.

Quiero en este lugar la presencia viva de Mi Hijo, en Su Cuerpo Eucarístico, para que sea contemplado y adorado por aquellos que se consagraron día a día a Mi Inmaculado Corazón.

Que en esta Inmaculada Casa del Alivio del Sufrimiento las almas reciban la oportunidad, que hace tanto tiempo esperan, de reconocer lo que verdaderamente son. Esto se dará hijos Míos, cuando, por medio del amor que recibieron, descubran el amor latente en el propio interior.

Que al recibirla, los corazones aprendan a dar, dar de sí a los que más necesitan en este mundo.

Los que estuvieran recibiendo esta oportunidad de cura espiritual y física, que estén en permanente oferta a Dios, de todo lo que reciben. Para eso, orarán con el corazón y con el espíritu y descubrirán en la oración y en la donación de sí la razón de su existencia en este mundo. Así brotará en vuestros corazones el amor verdadero y profundo que el Universo tanto aguarda que puedan descubrir y vivir en este tiempo.

Yo los amo y los espero en oración por este mundo tan necesitado de paz.

Jamás se cansen, hijos Míos, de entregar la vida por amor a los que no tienen a Dios.

Si Dios vive en vuestros seres, son portadores de todo el Bien y de toda al Gracia. Todas las riquezas de este mundo les pertenecen, pues no hay riqueza mayor que el Amor de Dios Vivo en Sus criaturas.

Por eso, oren y pidan al Padre por los que no Lo conocen y no descubrieron Su Grandeza infinita.

Yo los bendigo para que sigan en oración y en entrega hasta el fin de vuestras vidas y por toda la eternidad. El mundo así lo necesita.

María, Inmaculada Madre del Alivio del Sufrimiento